Silencio Forzado: El Estado, cómplice de la violencia contra la prensa

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La censura a ciudadanos en internet Llenar los vacíos de información en un país en que los medios de distintas ciudades son amenazados y las autoridades no son capaces de garantizar el libre ejercicio de la libertad de expresión, se convirtió en un reto entre ciudadanos persuadidos de que estaban dejando de tener información de los hechos que ocurrían en sus propias localidades. En ese ambiente propicio, el 2 de marzo de 2010 apareció el Blog del Narco, una publicación en red que difunde notas de hechos de sangre, relacionadas con las disputas entre los grupos del crimen organizado, la cual obtuvo notoriedad por mostrar imágenes crudas de víctimas, tomadas en primer plano, lo mismo que videos de interrogatorios extrajudiciales o asesinatos perpetrados por grupos rivales. No pasó mucho tiempo para que surgieran imitadores que justificaran su existencia en la ausencia de información sobre el fenómeno de la violencia que supuestamente estarían ocultando los medios de comunicación, al grado de legitimar su actividad y presentarla como un servicio a la sociedad. Un frente que los medios que cuentan con versión on line no han podido cubrir es el de la información en tiempo real. La imposibilidad de contar con reporteros para dar cuenta de cada enfrentamiento y cada suceso violento en las ciudades de mayor actividad violenta originó que blogueros y usuarios de redes sociales como Twitter y Facebook crearan su propio sistema para alertar a otros ciudadanos acerca de movimientos y operaciones del narcotráfico, y advertir sobre hechos violentos a los que los medios tradicionales no pueden responder, al menos no con la inmediatez que muchos desearían.

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Los gobiernos del ámbito municipal y estatal no han trabajado tampoco en el diseño de estrategias de comunicación efectiva (un principio básico de protección civil que permitiría atajar brotes de pánico ante distintas emergencias) para llegar a la gente cuando ésta más requiere de información confiable y oportuna que ponga alto a rumores y datos inexactos que puedan difundirse en medio de la confusión. Si bien en Twitter ya era usual el uso de hashtags con el nombre distintas ciudades, que permitían seguir información de temas generales en esas localizaciones, en febrero de 2010, ciudadanos de Reynosa, Tamaulipas, una de las ciudades de frontera más violentas del norte mexicano comenzaron a usar #ReynosaFollow para reportar lo que en ese entonces eran los primeros y más cruentos enfrentamientos. Este nuevo canal dio la posibilidad a la gente de compartir de manera informal datos sobre el riesgo de transitar por determinadas zonas, reportar presencia o actividad intensa de elementos policiacos o fuerzas federales y aun denunciar de manera anónima. La experiencia fue lo suficientemente exitosa para ser copiada por los habitantes de Monterrey o Veracruz donde el patrón de violencia extrema se ha repetido con algunas variantes, dando origen a hashtags como #MtyFollow y #VerFollow. Gran parte de la información que circula no es confirmada por fuentes oficiales y se publica sin ningún tratamiento periodístico; sin embargo, usuarios habituales argumentan que la gente se conduce como comunidad y han encontrado que la información se verifica, se enriquece o se depura de manera colectiva, pues la posibilidad de tener varias voces que incluso compartir fotografías de las zonas referidas permiten atajar rumores y en su caso corroborar o desmentir en cuestión de minutos lo que se ha difundido. En el contexto de violencia en contra de la prensa en México, las redes sociales y otras plataformas de comunicación basadas en Internet están sirviendo para romper el silencio impuesto a periodistas, comunicadores y comunicadoras. Por ello, resulta urgente garantizar la seguridad de quienes hacen uso de esas herramientas. En la madrugada del 13 de septiembre de 2011 dos cuerpos fueron colgados del puente peatonal ubicado en la intersección de Boulevard Aeropuerto y Los Mayas, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Uno de ellos, un hombre atado de las muñecas; el otro, una mujer, sostenida de brazos y pies. Sobre uno de los cuerpos y

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