Mujer y cristianismo

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“… porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." (Gálatas 3:26-29).


¡Qué difícil nos resulta a algunas mujeres sentirnos cómodas y queridas en la iglesia de hoy! Somos conscientes de que nuestro “ser mujer” ha modelado nuestra percepción, nuestras vivencias, nuestra forma de relacionarnos y de resolver los conflictos; es más, creemos que esa especificidad es buena, no mejor que otras, pero sí buena. Desde nuestra singularidad y dignidad recuperadas, tenemos la certeza de que también en nuestra Iglesia podemos -y debemos- hacer una aportación enriquecedora. Pero, ¿tenemos a qué agarrarnos para seguir formando parte de una Iglesia, que continúa utilizando la Biblia para legitimar la subordinación de la mujer? ¿Puede una mujer moderna, formada y con responsabilidades importantes en la sociedad civil, acoger el mensaje de Jesús predicado por la única institución occidental actual, que fuerza los argumentos hasta su límite de torsión, a fin de otorgarle un papel infantilizado y tutelado? ¿Puede una mujer del s. XXI que ha crecido ya con altas cotas de igualdad, participar en una Iglesia que acepta su colaboración como mano de obra barata pero, a la hora de discernir y decidir el rumbo a seguir, le vuelve a decir sin rubor: «las mujeres cállense en las asambleas» (1 Corintios 14, 34)? Paradójicamente, la respuesta es: “Sí. Tenemos a qué asirnos”. Esa misma Biblia que algunos utilizan para intentar relegar a la mujer, constituye una fuente inagotable de inspiración y energía para otras, y les anima a rechazar con tesón toda forma de opresión. Ese mismo Libro Sagrado recoge el trato cercano, afectuoso y liberador que Jesús dispensó -en contra de las costumbres de la época- a la samaritana y a la viuda, a la adúltera y a las hermanas de Lázaro, a las diferentes Marías y a tantas otras discípulas anónimas que le siguieron. A través de esos mismos renglones milenarios podemos vislumbrar, no sin cierta envidia, cómo vivieron y predicaron las primeras comunidades de “hermanos y hermanas” en “libertad, igualdad y hermandad”, ejerciendo indistintamente de profetas y profetisas, de diáconos y diaconisas. Basta un rápido vistazo a la historia de la Iglesia para ver que está plagada de aciertos y desatinos, e imaginar a muchas cristianas y cristianos, en los diferentes contextos históricos, luchando por corregir su rumbo. ¿Estará el trato a la mujer entre los aciertos de esta Iglesia nuestra o entre los desatinos que hemos de enderezar con tanto cariño como firmeza?


PARTE I: Esquema 1.

La mujer en el siglo I y la mirada diferente de Jesús

2.

La mujer en la historia de la Iglesia

3.

Desafíos y tareas pendientes para el siglo XXI

4.

Preguntas para la reflexión personal

PARTE II: Actividades para realizar con niños 1.

Diálogo

2.

Pasatiempos


Menospreciadas por los varones • No se habla a las mujeres • Si hay visita se esconden • No participan en banquetes ni en eventos sociales fuera de sus casas.

Sin sitio en la vida social • Su vida: hijos y tareas domésticas. • No puede tener propiedades • No puede ser testigo en ningún proceso • Si comete adulterio se la puede condenar a muerte • Vive bajo el temor del repudio.

Una nueva manera de valorar a la mujer • Rodeado de mujeres • Hablaba con ellas y de ellas • Comen con Jesús y le siguen entre su grupo.

Un espacio sin dominación masculina • La mujer no ha de quedar reducida a las tareas del hogar. • Cuestiona las tradiciones y prácticas que oprimían a las mujeres • La igualdad del Reino requiere que todos renuncien al dominio de unos sobre otros.


Marginadas de la vida religiosa • No tenían la misma dignidad ante la Torá. • No estudiaban la Ley. • Ocupaban un lugar separado en el templo. • Eran fuente de impureza y pecado • Obligaciones de oración equiparadas a las de los esclavos.

Acogida incondicional • Nunca se entretuvo en cuestiones de sexo y pureza. • Las “discípulas” (=enviadas) le siguen a Jerusalén y no le abandonan ni en su ejecución. • La resurrección se anuncia primero a las mujeres.

María Magdalena “apóstol entre los apóstoles” (Juan) Junia “ilustre entre los apóstoles” (Romanos)

RESUMEN: RESUMEN: ¾ ¾ En En una una situación situación en en la la que que las las mujeres mujeres eran eran menospreciadas menospreciadas por por los los varones varones Æ Æ Jesús Jesús hace hace una una valoración valoración positiva positiva de de la la mujer mujer y y la la trata trata con con naturalidad, naturalidad, respeto respeto y y ternura. ternura. ¾ ¾ Cuando Cuando las las mujeres mujeres no no tenían tenían sitio sitio en en la la vida vida social social Æ Æ Jesús Jesús recalca recalca que que la la dignidad dignidad de de la la mujer mujer no no residen residen en la maternidad ni en las tareas del hogar. en la maternidad ni en las tareas del hogar. ¾ ¾ Mientras Mientras las las mujeres mujeres estaban estaban marginadas marginadas de de la la vida vida religiosa religiosa Æ Æ Jesús Jesús critica critica la la sociedad sociedad patriarcal, patriarcal, entre entre sus sus seguidores no quiere dominación masculina, seguidores no quiere dominación masculina, acepta acepta a a las mujeres como discípulas y se crea una sociedad las mujeres como discípulas y se crea una sociedad nueva, nueva, más más fraterna fraterna y y solidaria. solidaria.


JESUS II - III

Comunidades primitivas = comunidades de “hermanos y hermanas”. Fuerte presencia femenina y mayor democracia.

V-XV Celibato

Culto a María

XI

EDAD MEDIA • San Agustín Æ el pecado original está en la sexualidad • La formación del papado: clericalización, jerarquización, marginación de laicos, celibato. • Santo Tomás de Aquino Æ la mujer, “algo defectuoso” • Contribución de la Iglesia a valorar a la mujer en el matrimonio: exigencia de consentimiento, formalidad, indisolubilidad.

XI-XII

LA REFORMA de MARTIN LUTERO Æretorno al evangelio Æmejora de la situación de la mujer en la iglesia protestante y en la sociedad

MODERNIDAD (avance de las ciencias y cambios sociales) León XIII Æ “el hombre superior a la mujer”

XVI XV

MANIA A LAS BRUJAS (400.000 víctimas)

XVII-XIX

POSMODERNIDAD (consenso universal: los derechos humanos no ratificados por el Vaticano) Juan XXIII y Concilio Vaticano II: avance XX Juan Pablo II: vuelta a posiciones rigoristas. Con la “Ordinatio Sacerdotalis (1994) zanja la discusión sobre la igualdad. Benedicto XVI: Reforma el Derecho Canónico: diaconado permanente para hombres y cerrado para las mujeres. “la exclusión de las mujeres del sacerdocio está en armonía con el plan de XXI? Dios para su Iglesia”


Si queremos conseguir esa comunidad de “libertad, igualdad y hermandad” en la que no hay padres sino hermanos y hermanas, tendemos que resolver una de las grandes tareas pendientes: la igualdad de la mujer. Pasos para la igualdad de la mujer: Promover la formación de mujeres. Fomentar la investigación teológica desde una perspectiva femenina, después de siglos de interpretaciones y traducciones de varones. Evitar el vocabulario sexista y excluyente. Una adecuada representación de las mujeres en los órganos decisorios a nivel nacional y universal. Una renovación de las órdenes religiosas femeninas. El final del celibato obligatorio. La implantación del diaconado y del presbiterado de la mujer. Coherencia entre discurso y actuación en sociedades con altas cotas de igualdad. Motor de cambio y reconocimiento elevados índices de discriminación. Renovar la iconografía…

en

sociedades

con


La iglesia “vive de abajo”, somos más importantes de lo que pensamos. De ahí, la importancia de que reflexionemos, que debatamos y que, en la medida de lo posible, hagamos de correa de transmisión en nuestros entornos. Las

siguientes

preguntas

nos

pueden

ayudar

a

reflexionar:

o ¿Qué pienso yo sobre la situación de la mujer en la Iglesia? o Esta situación que observo, ¿se corresponde con la valoración de la mujer y la profunda crítica a las estructuras patriarcales que hizo Jesús? o ¿Qué siento cuando veo el cariño y el valor con el que Jesús desafío a la sociedad de su tiempo y se acercó a la adultera, habló con la samaritana, se dejó tocar por la hemorroísa, denunció el repudio y, sobre todo, valoró a la mujer como persona, con toda su dignidad, sin reducir en ningún momento su misión al hogar y a la maternidad? o ¿Qué puedo hacer yo? ¿Qué les puedo transmitir a mis hijos/hijas?


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Diálogo para leer con el niño/niña (7-10 años). Seguro que surge alguna reflexión, pregunta….

¡Hola cariño! ¿Qué estás pensando con esa cara tan seria?

Es que hoy en el cole hemos hablado de que chicos y chicas somos iguales como persona, que podemos estudiar las mismas cosas y tener los mismos trabajos. Además, eso lo dice una ley y quien no la cumpla puede ir a la cárcel. Y es verdad. Hace unos años no era así, nos ha costado mucho trabajo, pero ahora, ya ves, tus profesoras son mujeres, tu pediatra es una mujer, tenemos una alcaldesa y la multa del otro día, también no las puso una mujer.

Pues en catequesis también nos dicen que Jesús decía que “todos y todas éramos hermanos iguales para Dios” y eso es más antiguo que la ley. Pero… en la iglesia no hay curas mujeres, ¿es que en la iglesia no se cumple la ley? Y… ¿no se hace caso a Jesús? Bueno, la Iglesia es un poco especial. Mira, primero hay que distinguir lo que hizo y dijo Jesús, que es lo más importante, y luego lo que dice y hace la Iglesia, que también es importante. pero en la iglesia hay mucha gente, de muchos países, de muchas edades y no todo el mundo piensa igual. Además, a lo largo de la historia se ha equivocado muchas veces..

Entonces, ¿Jesús dijo que las chicas no podían ser cura? ¡Nooooo! Nunca dijo eso, en realidad Jesús fue muy valiente, ayudó mucho a las mujeres y éstas le querían mucho. Mira, hace más de 2000 años, cuando vivió Jesús, las niñas era propiedad de su padre, a los 12 años más o menos se casaban y pasaban a ser propiedad de su marido. No podían hacer muchas cosas: no podían hablar con desconocidos, ni tener casas, ni tierras, ni ir a banquetes fuera de su casa.


¿Y podían trabajar? ¡Uy! Trabajar, trabajaban muchísimo pero sin sueldo. Trabajaban en el campo, iban a por agua y luego todo lo de dentro de casa: cocinaban la comida, cosían la ropa, la lavaban, cuidaban de los hijos, daban de comer a los hombres y, después, comían ellas. Pero si venía una visita, rápidamente se escondían dentro de la casa. La verdad es que pasaban mucho miedo.

Y, ¿Por qué pasaban miedo? Porque si una mujer hacía algo que no le gustaba a su marido o él se enamoraba de otra, la podía repudiar, es decir, la echaba de casa y ella se quedaban sin casa, sin hijos, sin dinero…. muy pobre y triste.

Y cuando Jesús vio esto ¿qué hizo? Jesús, se preocupaba por todas las personas que sufrían y las mujeres sufrían mucho, así que las defendió muchas veces. A ellas les llamaba la atención que era muy cariñoso, hablaba con ellas y las trataba con respeto, no como si fueran sirvientas de los demás. Y muchas le seguían entre sus discípulos porque se sentían muy a gusto. Además, fue supervaliente: ¡un atrevido!

¿Por qué era valiente? ¿Por hablar con las mujeres? Por eso y por más cosas. Ten en cuenta que, en aquella época, estaba mal visto, las mujeres nunca hablaban con hombres fuera de su casa. Pero también defiende y perdona a una mujer que los hombres querían apedrear y se atreve a decirles a los hombres que no se puede echar de casa a las mujeres. No te creas que les hizo gracia a los que mandaban entonces, muchos estaban muy, pero que muy enfadados con él porque quería que cambiaran de vida.

¿Cómo quería Jesús que vivieran? Jesús quería que todos fuéramos iguales, porque todos somos inteligentes y libres para ver lo que está bien y lo que están mal, y tenemos que ponernos de acuerdo y ayudarnos como hermanos y hermanas. No que unos sean los señores y otros sus sirvientes, ni que los hombres manden a las mujeres y ellas no puedan tomar decisiones.


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¿Cómo vivían las mujeres en la época de Jesús? Une las imágenes con los textos correspondientes.

La mujer caminaba siempre detrás del hombre. Las mujeres se encargaban de ir a por agua, cocinar, hacer la ropa de la familia y educar a los niños y niñas. También les contaban cuentos. En las zonas rurales, las mujeres trabajaban muchísimo: en la casa, en el campo, yendo a buscar agua, al mercado. La mujer pertenecía primero a su padre y, después, a su marido. Casaban a las chicas muy jóvenes con 12 años. La mujer no podía tener nada: ni propiedades, ni posesiones. No hablaban con desconocidos. Cuando había visita ella se escondían dentro de la casa


2 ¿VERDADERO O FALSO?

F

En la época de Jesús, la mujer era libre, podía hablar y casarse con quien quisiera.

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La mujer daba de comer a los hombres de la familia y luego comía ella.

F

Los hombres cuidaban de los enfermos.

F

La mujer cuidaba de los niños, de los enfermos, de la casa, iba a por agua, ayudaba en el campo, iba al mercado, hacía el pan, hacía la ropa…

F

La mujer podía comprar lo que quisiera con su dinero.

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Jesús dijo que las mujeres eran menos importantes que los hombres, era machista.

F

Jesús sorprendió a todos, hablaba con las mujeres, ellas le acompañaban, las valoraba y defendía que eran iguales. Las quería mucho (marta, María, Magdalena…)

“EN AQUELLA EPOCA, JESUS FUE UN REVOLUCIONARIO”: Jesús hablaba con las desconocidas. ¡¡QUE ESCANDALO!! Jesús perdona a una pecadora que los hombres querían apedrear ¡¡MENUDO ATREVIDO!! Jesús dice que el hombre no puede repudiar (echar) a la mujer de su casa, que Dios les ha unido y son los dos “una misma carne”, es decir, que son “IGUALES”. ¡UY! ¿ENTENDIERON ESTO EN SU EPOCA? ¿SE ENTIENDE BIEN AHORA? ¿…Y DENTRO DE NUESTRA IGLESIA?


PAGOLA. J.A. (2006): Jesús y la mujer. Donostia, Idatz. PAGOLA. J.A. (2007): Jesús aproximación histórica. Madrid, PPC. KÜNG, H. (2002): La mujer en el Cristianismo. Madrid, Trotta. NAVARRO, M. (ed.) (1993): Diez mujeres escriben Teología. Estella, Verbo Divino. Imágenes: GASTALDI, S. (1998) : Bibliako Herria. Bizitza eta ohiturak. Donostia, Idatz. Cortés


Creo en Dios, que ha creado a la mujer y al hombre a su imagen y semejanza, y a los dos les encomendó el cuidado de la tierra. Creo en Jesús, Hijo de Dios, nacido de una mujer, María; que escuchaba y amaba a las mujeres, que entraba en sus casas, que les predicaba el Reino. Creo en Jesús, que discutió de teología con una mujer sentado al brocal de un pozo, a mediodía, y fue a ella a quien primero reveló su mesianismo; y ella se prestó pronta a proclamar la Buena Noticia a la ciudad Creo en Jesús, que fue ungido por una mujer en casa de Simón, y que reprendió a los invitados que la despreciaban; que dijo a esta mujer que sería recordada siempre por lo que había hecho con él: por ungirle y besarle. Creo en Jesús, que no excluyó a la mujer del círculo de sus discípulos, que se hizo acompañar de ellas, que sintió su amor y solicitud y que les encomendó la Buena Noticia. Creo en Jesús, que curó a una mujer en sábado, y la mandó enderezarse porque también ella era un ser humano. Creo en Jesús, que habló de Dios comparándolo con una mujer que barría su casa para encontrar lo que había perdido, que metía levadura en la masa para fermentar todo. Creo en Jesús, que se apareció a María Magdalena y la envió con el mensaje de la Pascua: VETE y DILES... Creo en la plenitud del Salvador, en quien no hay judío ni griego, esclavo o libre, hombre o mujer, porque todos somos uno en él. Creo en el Espíritu Santo, espíritu femenino de Dios, que nos cubre con sus alas y nos llena de vida....



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