FRANJA DE HOYOS EN EL CERRO VIRUELAS

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FRANJA DE HOYOS EN EL CERRO VIRUELAS MISTERIOSA EXPRESIÓN DE MEGA–ARTE EN EL DESIERTO

FERRUCCIO MARUSSI CASTELLAN


1. GEO ARTE EN EL PERÚ PREHISPÁNICO El término “geo arte” tiene como sinónimos las palabras: “mega arte”, “geoglifo” y “megaglifo”, y debe entenderse como una expresión de abstracción, de idealización y de síntesis, materializada en amplios espacios sobre la superficie del suelo. Este es un arte figurativo, en la medida que se expresa mediante grandes figuras. Estas grandes figuras fueron ejecutadas mediante diversas modalidades: 1) Despeje o limpieza de piedras superficiales. 2) Acumulación de piedras. 3) Formación de surcos profundos. 4) Formación de texturas o rugosidades superficiales. Es una lámina adjunta se ha graficado las modalidades básicas señaladas. Para poder obtener datos respecto a los sitios representativos de geo–arte en el Perú, hemos recurrido a la obra de Rainer Hostnig: “Arte Rupestre del Perú, Inventario Nacional”. Este autor incluye al geo arte o sea a los geoglifos como expresiones mayores del arte rupestre, el cual lo subdivide en las cuatro modalidades siguientes (Hostnig, pág. XI): •

Pinturas rupestres.

Petroglifos.

Geoglifos.

Arte mobiliar de tradición rupestre.

Se menciona además que a nivel nacional se han detectado 903 obras de arte rupestre. De este número total, el último lugar le corresponde a los geoglifos, con sólo 34 sitios, lo cual representa sólo el 1% del total mencionado (Hostnig, pág. XX), que se reparten entre siete departamentos costeños: 3 en Lambayeque, 6 en la Libertad, 1 en Ancash, 5 en Lima, 23 en Ica y 6 en Arequipa. Entre los 34 geoglifos que menciona Rainer Hostnig en su Inventario, también se incluye Monte Sierpe (Cerro Viruelas), pero a diferencia de lo que señala con relación a muchos otros geoglifos, a Monte Sierpe no le presenta ninguna descripción significativa. Solamente señala que: es un geoglifo en forma de motas o “picaduras de viruela” (Hostnig, pág. 175).


2. UBICACIÓN La franja de hoyos del Cerro Viruelas, se ubica sobre una estribación que se desprende de una enorme montaña llamada Montesierpe, cuya cumbre se encuentra a 1350 metros sobre el nivel del mar. Este accidente orográfico está situado en la ladera norte del valle del río Pisco, a la altura de la hacienda que lleva el mismo nombre: Montesierpe. A la mencionada estribación que se desprende del cerro Montesierpe se le denomina Cerro Viruelas, indudablemente, porque estando sobre este la franja de hoyos, su superficie tiene oquedades que tienen una lejana analogía con los hoyos que se presentan en la piel de los que han sufrido la enfermedad de la viruela. La Hacienda Montesierpe se encuentra a unos 500 metros hacia el Este de la parte inferior del cerro Viruelas, al lado Norte del cauce del río Pisco y a 2,200 m al Este del pueblo de Humay, que es la capital del distrito del mismo nombre, en la provincia de Pisco, departamento de Ica. La parte más alta de la franja de hoyos se sitúa a 687 metros sobre el nivel del mar, en la intersección del paralelo Sur 13º42’0.26” y el meridiano Oeste 75º52’18.8”. La parte más baja se sitúa a los 452 m.s.n.m., por lo tanto presenta un desnivel entre la parte más alta y la parte más baja de 235 metros. Se ubica entre las regiones naturales chala y yunga, según la concepción de regiones naturales planteada por el geógrafo Javier Pulgar Vidal. Se situaría -por lo tanto- en la región chala alta y la yunga baja, ya que la primera se extiende entre los 0 y los 500 m.s.n.m. y la segunda entre los 500 y los 2300 m.s.n.m.


MODALIDAD DE EJECUCIÓN DE LAS OBRAS DE GEO ARTE

FUENTE:

ROBERT SHIPEE: “AIR ADVENTURES IN PERU” EN THE NATIONAL GEOGRAPHIC MAGAZINE” DE ENERO 1933, PAG. 93.

PRIMERA FOTO AÉREA DE LA FRANJA DE HOYOS


3. REFERENCIAS Y ESTUDIOS PREVIOS Pocos son los estudios que directamente han tratado sobre este tema. La primera referencia sobre esta expresión artística, ha sido de carácter fotográfico. Es decir se descubrió su gran tamaño y forma a través de una de las primeras fotos aéreas que se tomaron de nuestro territorio. Esta foto fue publicada en el número correspondiente a enero de 1933 en el "The National Geographic Magazine." Posteriormente, entre octubre de 1957 y marzo de 1958, el arqueólogo norteamericano Dwight T. Wallace realiza un trabajo de campo visitando los sitios arqueológicos de la parte baja y media de los valles de Chincha y de Pisco. Entre los sitios arqueológicos visitados por este arqueólogo se incluye la franja de hoyos situada en el cerro Viruelas, respecto a la cual menciona lo siguiente: "Faja compuesta por hoyos, que va desde el borde de la antigua terraza, hacia arriba, a lo largo de un espolón angosto entre dos quebradas cortadas dentro de la terraza y que termina en la base de colinas muy empinadas. Esta faja consiste de una serie de rectángulos, cada uno de los cuales está compuesto por una serie de hoyos, situados en hileras, muy juntos unos de otros. El ancho de la faja es de 10 a 12 metros, el espacio entre los rectángulos varía de 1.5 a 5 metros. El largo de estos rectángulos varía grandemente de 6 o 200 metros (la cantidad de hoyos que contiene oscila entre 4 y 139). La longitud total de la faja es aproximadamente de 800 metros. Los hoyos son aproximadamente circulares y tienen un diámetro promedio de 1 metro. Están revestidos de piedras, que a menudo sobresalen de la superficie del terreno hasta por 20 centímetros. La profundidad de los hoyos fluctúa: el más hondo es de casi ½ metro. Dentro de cada rectángulo, los hoyos están generalmente situados en hileras longitudinales, lo cantidad de éstas varía de 6 a 10 según los rectángulos. En sentido transversal la alineación varía, los hoyos algunas veces están al tresbolillo. Estos hoyos se encuentran muy cerca el uno del otro y sus bordes se tocan. Toda la faja está compuesta por 16 rectángulos; la única excepción son dos rectángulos adicionales, situados a un lado de la extremidad superior de la faja (en su parte derecha si el observador se coloca al pie de los cerros y de espalda al valle). En el extremo inferior existen algunas tumbas saqueadas, y sus restos están esparcidos, hay también hoyos revestidos de piedras y tres tumbas comunales semisubterráneas, construidas con piedras de campo, y huesos humanos en la superficie. Es importante remarcar que ni en la cercanía de los hoyos situados en la mencionada faja ni en su interior hay huesos, fragmentos de cerámica o cualquier otro resto cultural. No hay absolutamente nada". (Dwight Wallace, pags. 105 y 106). Por otro lado. José Oscar Flores Conislla hace una pequeña mención al sitio arqueológico en mención, señalando que: "cubre unos 3,000 metros de


longitud. Alrededor de ella se tejen tres hipótesis: 1) que haya servido como almacén (silos y graneros); 2) que fueron fosas funerarias preparadas para después de una gran batalla; 3) que haya servido como límite entre dos naciones o confederaciones". (Oscar Flores, pag. 3). En la publicación "Manual de Arqueología Peruana" cuyo autor es el arqueólogo Federico Kauffmann Doig, aparecen diversas fotografías y una breve descripción, en la cual se menciona lo siguiente con relación a la denominada avenida de los Hoyos: "Descubierta desde el aire, en 1931, por Shippee Jonson, esta "Avenida de Hoyos" queda situada en el valle de Pisco, a 2 km. sobre la margen izquierda del camino a Castrovirreyna y a un km. de Humay. Los pozos son circulares con proyección cónica y alcanzan alrededor de un m. de profundidad. La "Avenida" cubre unos 3 km. de largo y se estima que el número de los misteriosos hoyos sobrepasa los 5000. Datación discutible". (Kauffman Doig, pag. 412). Fernando Silva Santiesteban en su publicación “Los Geoglifos de Nasca: Extrañas formas de poder”, hace una breve referencia a la franja de hoyos, indicando que: “En la provincia de Pisco quedan las motas o “picaduras de viruela” de la hacienda Monte Sierpe”. (Silva, pag. 12). Recientemente, en el 2003, Rainer Hostnig en su libro “Arte Rupestre del Perú. Inventario Nacional”, indicando como fuente de información a la publicación de Fernando Silva arriba mencionado, la cual salió en venta en 1991, hace una mención corta similar a la de Fernando Silva Santiesteban.


4. CARACTERÍSTICAS DE LA FRANJA DE HOYOS La franja de hoyos tiene una forma alargada y estrecha. La longitud total detectada a partir de una primera medición utilizando un aparato denominado “Belt Caín”, que utiliza un sistema de pita biodegradable que sale de un carrete especial, nos dio como resultado 1564 metros. El ancho de esta franja es relativamente uniforme, siendo su ancho mayor del orden de los 32 metros, al inicio de la franja, y la parte más angosta ocurre en la parte más alta o extrema superior, donde termina la franja con un ancho de 4.5 metros; siendo el ancho predominante de 17.50 metros. De conformidad a las primeras determinaciones se ha comprobado que el desnivel entre las partes extremas de la franja de hoyos es de 235 metros.

DIBUJO ESQUEMÁTICO DE LA FRANJA ELABORADO POR DWIGHT T. WALLACE

DE

HOYOS

(FUENTE: DWIGHT T. WALLACE: “SITIOS ARQUEOLÓGICOS DEL PERÚ: VALLES DE CHINCHA Y PISCO”, PAG. 105)



Los agujeros que forman la franja se distribuyen en un determinado orden, colocados a modo de grandes rectángulos constituidos por la “textura” que se forma por los propios hoyos. Esta textura o rugosidad de la superficie es la que permite, por contraste con la superficie más lisa que aparece a los costados, apreciar la franja con cierta nitidez. Los grandes rectángulos formando la franja, serpentean por la parte superior de una estribación –de pendiente relativamente moderada y bastante uniforme- que se desprende de un gran cerro que se denomina “Monte Sierpe”. Son 20 los mencionados rectángulos, 19 de los cuales están situados uno detrás de otro formando la enorme franja y solo uno de ellos se presenta separado a 20 metros de la franja en su extremo superior. Los espacios que separan cada uno de los rectángulos de sus consecutivos, están comprendidos entre los 3 y los 8 metros aproximadamente.

LA FORMA DE LOS HOYOS


El “rectángulo” o sector inicial, o sea el de la parte baja, tiene un ancho máximo de 32 metros y un ancho mínimo de 17.50 metros, siendo su longitud total de 198 metros. El sector final de la franja (no el que corresponde al rectángulo separado de la franja) tiene un ancho promedio de 10 metros y 18 metros de largo. El sector inicial tiene un total de 727 hoyos y el final tiene 42 hoyos, cuya suma resulta 769. A partir de estos datos es posible hacer un primer cálculo aproximado del número total de hoyos en toda la franja. A tal efecto se aplicará una regla de tres, para lo cual será preciso sumar previamente a la longitud total, la longitud que corresponde al rectángulo separado situado en la parte alta. Resultando que la longitud total de la franja, más la longitud del sector separado será: 1564 + 24 = 1588 metros. A esta longitud total se deben descontar los 18 espacios de separación entre los 19 rectángulos en línea, con lo cual se ha estimado que la longitud total conteniendo hoyos es de 1525 metros aproximadamente. Aplicando la regla de tres correspondiente, resulta que el número total de hoyos –a modo de primera aproximación es de 5,430. Esto será verificado cuando se termine el levantamiento total. Estos agujeros presentan tamaños relativamente uniformes que tienen aberturas de un mínimo de 80 cms. y un máximo de 180 cms de diámetro. Los más grandes y a su vez más elaborados se sitúan mayormente en las partes inferiores de las pequeñas quebradas que cruzan la franja. Las formas de estos agujeros son básicamente redondas, solo en algunos pocos casos tienden a presentar formas cuadradas, que presentan muy redondeados los ángulos interiores que forman sus correspondientes muros. Mucho de estos agujeros solo presentan una elaboración elemental de extraer tierra a fin de formar el hoyo correspondiente. Otros presentan elaboraciones más cercanas a la arquitectura, observándose muros formados por piedras unidas con barro y en ciertos casos solo colocados los elementos petreos unos sobre otros a modo de un muro de pirca (muro formado con piedras canteadas unidas sin argamasa). Algunos de los hoyos que tienen sus bordes elaborados con muros de piedra y tamaño relativamente mayor, aparecen a modo de habitaciones sin vanos, y esta apreciación es mayor en la parte elevada de la franja, ya que en este sector se han elaborado muros de contención para conformar los agujeros en la parte de la escorrentía mayor de la quebrada en la cual se sitúan. Este sector, observado a cierta distancia desde una parte más baja, hace suponer que lo que viene más adelante es una arquitectura con espacios más elaborados, altares para los rituales, cámaras para las ceremonias, espacios para el oráculo, etc.. Sin embargo, cuando se llega a la parte más alta de este sector, lo único que uno encuentra son más hoyos, pero estructurados a partir de muros ubicados en vértice de la quebrada.


VISTAS PARCIALES DEL SECTOR Nยบ 1 DONDE SE APRECIA LA DISTRIBUCIร N EN TRESBOLILLO DE LOS HOYOS.


VISTAS DE LOS HOYOS CORRESPONDIENTES A LA PARTE MEDIA DE LA FRANJA


La profundidad de los hoyos es variable, y comprende desde aquellos que apenas son perceptibles porque estando situados en las partes inferiores de las quebradas, los sedimentos – transportados en los momentos que se activaron las quebradas –han saturado los agujeros, haciendo casi desaparecer a los hoyos. Este tipo de hoyos son relativamente pocos. Otros también son apenas perceptibles por transformaciones producidas por la actividad humana, este es el caso de los hoyos situados en las cercanías de la torre de alta tensión, que en realidad sus cimientos están –en parte– sobre la franja de hoyos y su construcción ha producido serios deterioros y la desaparición de varios de ellos. Los hoyos más profundos presentan un desnivel –desde sus bordes superiores hasta su base- del orden de 1.40 metros. Las diversas formas como se estructuraros los hoyos se presenta en lámina adjunta. La alargada estribación sobre la cual se ha construido la franja de hoyos esta flanqueada por dos quebradas mayores, pero en la propia estribación y por partes cruzándose con la franja de hoyos se aprecia la presencia de quebradas menores o secundarias. Las mayores presentan la evidencia de actividad esporádica, y las secundarias también presentan indicios de actividad, pero más sutil, porque se observa que la eventual escorrentía de agua y sedimentos ha dañado los hoyos, en especial algunos de los situados en las partes inferiores de estas quebradas, pero en ningún caso su acción destructiva ha sido catastrófica. Esto quiere decir que ninguna de estas sub–quebradas se ha activado fuertemente desde que se ha construido la franja de hoyos. Al parecer, las evidencias de escorrentía de agua con arrastre de sedimentos que hoy se observan, corresponden a las lluvias excepcionales ocurridas en la zona el día 13 de Febrero de 1972. Los habitantes adultos de la zona aún se acuerdan de la activación general de las quebradas que dañaron fuertemente los canales de riego. También ocurrieron precipitaciones pluviales muy esporádicas antes y después de la fecha indicada, pero ninguna con una activación de quebradas tan destructiva.


5. INTERROGANTES, HIPÓTESIS BÁSICAS Y APROXIMACIÓN A LA VERIFICACIÓN DE LAS HIPÓTESIS. Para conocer la franja de hoyos es posible planteamos diversas preguntas o interrogantes, que pueden incluir desde las más simples hasta la más complejas. Las interrogantes más simples se refieren a aquellas cuyas respuestas resultan básicamente descriptivas, mientras que las más complejas tienen contestaciones mas reflexivas, explicativas y por lo general más complejas. Las interrogantes más simples y sus respectivas respuestas ya han sido – en lo esencial- tratadas en los puntos anteriores, en los cuales se determinaron diversos aspectos relativamente elementales, tales como: -

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Que referencias y estudios previos se han realizado, quienes y cuando los han realizado. Donde está ubicada la franja de hoyos, su altura respecto al nivel del mar, en que región natural se localiza y como se sitúa respecto a las coordenadas geográficas. Como se accede al sitio arqueológico. La forma y tamaño de la franja de hoyo. La longitud y el ancho. La forma y tamaño de los hoyos. La profundidad de los hoyos. Tipologías y formas de distribución de los hoyos. Los sectores de la franja. Los materiales y sistemas constructivos utilizados. El impacto de la esporádica activación de las quebradas sobre la franja de hoyos.

Todas estas determinaciones –logradas a partir de observaciones directas y mediciones durante el trabajo de campo- se expresaron a modo descriptivo sin tener necesidad de plantear hipótesis. Esta resulta ser la parte elemental descriptiva de la investigación. A continuación se presentan las interrogantes, respecto a las cuales será preciso formular las correspondientes hipótesis, entendidas estas como guías precisas relacionadas a los problemas de investigación o fenómenos que se están abordando.


VISTAS PARCIALES DEL SECTOR Nยบ 19 DE LA FRANJA DE HOYOS.


PREGUNTA Nº 1. ¿Qué figura representa? En las expresiones de arte prehispánico es posible observar la presencia de formas tanto abstractas como figurativas. César Paternosto en su obra “Piedra Abstracta” es el que nos ha presentado últimamente una visión más precisa de las expresiones abstractas en el mundo andino. Las expresiones –tanto abstractas como las figurativas– del mundo andino se han manifestado a través de la escultura, pintura, tejidos, cerámica y también en los geoglifos o megaglifos. Teóricamente es posible plantear que las expresiones de arte se caracterizan por tener grados o niveles de abstracción, en donde a la izquierda tendríamos el extremo figurativo máximo que estaría representado por figuras con el realismo máximo, en sus detalles, formas, sombras, colores, texturas. Al otro extremo -a la derecha- estaría la abstracción máxima, en donde lo expresado no es posible asociarlo con ningún objeto específico existente en la realidad. En el mundo andino prehispánico las expresiones de arte se manifestaron desde el punto medio de los extremos antes señalados, hasta el extremo derecho representado por la abstracción máxima. Es decir es un arte que tiende a la abstracción. En los megaglifos se presentan tanto las expresiones abstractas como las figurativas. Es importante señalar que diversos elementos iconográficos expresados en los geoglifos tienen notables semejanzas con los que se encuentran plasmados en los textiles y en la cerámica. El caso paradigmático en este sentido corresponde a las figuras de las líneas de Nazca, cuyos elementos iconográficos tienen un parecido a las figuras expresadas en la superficie de sus obras alfareras. Después de elaborar este preámbulo, es posible plantear la hipótesis que la franja de hoyos del cerro Viruelas representa a una serpiente. En todo caso, la expresión iconográfica de la serpiente se encuentra como muy sintetizada y muy cercana al extremo que antes hemos señalado como abstracción total. Es posible que esta enorme figura represente a una serpiente por las siguientes consideraciones: 1) Por la forma ondulante o serpenteante de la figura, que no resulta tipo trapecio o parecida a las “pistas”, como muchas otras mega–figuras ubicadas en el departamento de Ica. Sin embargo, es preciso reconocer que si bien la parte superior se afina, de modo que hace suponer que corresponde a la boca, el otro extremo que debería corresponder a la cola no presenta un secuencial estrechamiento que debería tener relación con la cola de un ofidio. Por otro lado, la franja es muy estrecha con relación al largo total, como para


corresponder muy verazmente a las proporciones reales de una serpiente. 2) Porque, tiene cierta lógica que se recurra a la iconografía de la serpiente en esta zona, porque en ella abundan las serpientes. Durante el trabajo de campo, se han encontrado dos “mudas” de serpientes, lo cual es un indicio de su presencia en la zona, y es de suponer que esta presencia también se ha dado en la época prehispánica, porque indudablemente estas son especies nativas. 3) Porque en la época prehispánica los elementos iconográficos se creaban a partir de la observación de la naturaleza, y entre los seres vivos en ella incluidos se encontraba la serpiente. La serpiente ha sido representada –al parecer- en todas las culturas del Perú Prehispánico y a través de todo los tiempos, desde el precerámico, hasta la llegada de los españoles. 4) Porque se ha encontrado en el cercano museo de sitio de Tambo Colorado, una expresión figurativa de serpiente en una pieza cerámica, pero lo interesante es que la serpiente esta representada en alto relieve y con una especie de agujeritos en la parte que representa al cuerpo, que –en cierta forma- presenta una similitud, aunque sea lejana, con los hoyos de la franja en estudio. 5) Por la toponinia “Monte Sierpe” de la antigua hacienda y del cerro, del cual se desprende la formación orográfica denominada cerro Viruelas. Esto induce a pensar que la denominación “Monte Sierpe” ha sido asignada al sitio por las siguientes alternativas o simultaneas razones: - Por la presencia de muchas serpientes en el lugar. - Porque la franja de hoyos ya era interpretada desde la formación de la hacienda como representación de la serpiente o sea de la “sierpe” que indica lo mismo. Aunque, en la actualidad las gentes del lugar no tienen ninguna interpretación respecto a lo que podía representar la franja de hoyos. Si se pudiera obtener algún dato escrito de la época colonial al respecto, el misterio quedaría resuelto. - Porque la familia española que formó la hacienda primordial, ha procedido de algún lugar de España que tiene la misma denominación. Esto cabría verificarlo próximamente. - Por la simultánea existencia de algunas de las razones anteriores. 6) Porque, habiendo analizado detenidamente las dos mudas de la piel de serpiente que se ha encontrado en los hoyos durante el trabajo de campo, se han podido comprobar que la disposición en tresbolillo de la estructura externa de la piel, es semejante a la distribución de los hoyos en el Cerro Viruelas.


PREGUNTA Nº 2 ¿Para que se ha construido? La presencia de la enorme figura formada por hoyos, que a modo de una cinta serpentea sobre la tierra, sugiere indudablemente diversas posibilidades de interpretación del porque o para que se hizo. Entre estas cabe señalar: 1) Viviendas.- No es razonable considerar que los hoyos pudieran ser viviendas u alojamientos, aunque estos pudieron ser habitáculos personales, porque son muy pequeños y no presentan algo que pudiera considerarse como un ingreso y no presentan ninguna evidencia de techumbre.

PEBETERO ESTILO INCA

DETALLE DE LA SERPIENTE EN ALTO RELIEVE

PEBETERO QUE SE EXHIBE EN EL MUSEO DE SITIO DE TAMBO COLORADO


DIBUJO DE LAS DOS MUDAS DE SERPIENTE ENCONTRADAS EN LA FRANJA DE HOYOS.


2) Entierros funerarios.- Al parecer no existe ninguna evidencia que los hoyos conformantes de la franja se hayan utilizado como entierros. Se ha comprobado que entierros colectivos solo se encuentran en las tres tumbas que a modo intrusivo se encuentran en la parte inferior del primer sector. Durante el viaje realizado por semana santa del año 2003, se ha podido observar como un numeroso grupo de pobladores de la zona saqueaban estas tumbas y esparcían los huesos, telas, tiestos de cerámica, esteras, etc., entre nubes de polvo, producto de la extracción de objetos sin orden ni cuidado alguno. Ante esta situación se les preguntó porque todos actuaban solo en este lugar, es decir, en estos 3 espacios semisoterrados, y no excavaban en los hoyos. Ellos contestaron que en los hoyos no se encuentra nada, absolutamente nada. El arqueólogo Dwight T. Wallace también señaló lo mismo. Es posible que esta sea la razón fundamental del porque la franja de hoyos aún presenta un estado de conservación relativamente bueno. Con lo señalado se descarta este uso en los hoyos confortantes de la franja. 3) Depósitos.- Aparentemente sería en principio esto posible, por estar situada la franja de hoyos cerca de la parte cultivada del valle. Sin embargo no sería coherente plantear depósitos para los productos agrícolas de la zona situados en posición transversal al valle, habiendo sido lo lógico plantear estos formando una franja paralela y cercana a la parte cultivada del valle. Además si fueron depósitos deberíamos apreciar algunas evidencias del camino ubicado al lado de la franja para posibilitar el correspondiente acceso. Además, entre los hoyos no existe un espacio que sirva de camino para acceder a ellos, lo cual nos hace descartar esta posibilidad. El posible empleo como depósitos de agua de lluvia, tampoco es viable, porque en la zona prácticamente no llueve, salvo en periodos excepcionales, y los hoyos situados en las laderas de inclinación pronunciada no están al parecer construidos como para ser utilizados como aljibes o sea depósitos de agua, debido a la estructuras de sus muros, conformados estos con piedras sobrepuestas sin uso de argamasa. 4) Franja separadora de grupos étnicos, ayllus o provincias.- Es posible, aunque no razonable, en la medida que no es visible desde la parte cultivada del valle, y tampoco conforma una marca separadora por carecer de una altitud que nos transmita la idea de borde o límite. 5) Hoyos para cultivos a partir del agua transportado en recipientes.- Esta sería una posibilidad, ya que en algunos lugares de la costa se han encontrado áreas cultivadas –al parecer– mediante esta modalidad de riego en sectores relativamente reducidos. Pero en este caso tampoco resulta lógica la ubicación de los hoyos, ya que la posición de la franja transversal al valle implica un trabajo excesivo, frente a una posición más razonable de tener la franja de hoyos paralelo al valle por donde pasa el rio, y que -por ende- seria la distancia más corta para el acarreo del agua hacia los hoyos.


6) Lugar para los rituales relacionados al agua y a la fertilidad.- Entre las diversas posibilidades de explicación, esta podría convertirse en la hipótesis más razonable. La aproximación a la respectiva comprobación de esta hipótesis, en forma sintética, estará dada por las siguientes consideraciones: 1. Desde los tiempos más remotos en las expresiones artísticas prehispánicas, sean estas líticas, textiles, alfareras, etc. es posible observar el elemento iconografico serpiente profusamente utilizado. 2. Como símbolo la serpiente se asociaba con las divinidades. Al respecto, Cristobal Campana nos señala que es muy posible que su forma en movimiento se asocie al agua en función agrícola, moviéndose por los surcos y penetrando en el interior de la tierra para hacer germinar las semillas. Además señala: “Es el movimiento de la vida desde un mundo interior. Cuando su imagen tiene forma de ola o de caracol, también representa al agua como elemento o factor originador de la vida” (Cristóbal, 1993, 43). A su vez, Luis E. Valcárcel en su obra referida a la Etnohistoria del Perú Antiguo, nos señala en detalle la concepción del Mundo del antiguo peruano. Según sus creencias, el Universo, denominado Pacha, se divide en tres partes: - Janan Pacha, o mundo de arriba. - Cay Pacha, o mundo de aquí. - Ucu Pacha, o mundo de adentro. La distribución de los seres se considera de acuerdo a estos tres mundos. Al mundo de arriba corresponde a los dioses o seres celestes: Sol, Luna, Estrellas, Arco Iris y Rayo. Los habitantes del mundo de aquí son los seres terrestres: el hombre, los animales y las plantas. En el mundo de adentro están los muertos y los gérmenes. Entre estos tres mundos existe determinada comunicación. Entre el mundo de adentro y el mundo de aquí hay una comunicación a través de las oquedades de la superficie de la tierra, que son las cavernas y las cuevas, los cráteres volcánicos; son también lo profundo de las lagunas y los lugares por donde brota el agua, fuentes y manantiales. Existe además, una leyenda mítica que se refiere a dos seres que recorren los tres mundos. Comienzan por el de adentro, pasan por el de aquí y siguen hacia el de arriba. Uno es Yacu Mama y el otro es Sacha Mama. Ambos están representados por dos grandes serpientes o culebras, con la diferencia que Sacha Mama es una serpiente de dos cabezas, o sea una anfisbena. Además, textualmente agrega el autor: “Primero están en el mundo de adentro, en lo cual coinciden con


muchos otros mitos de otras culturas en que la sierpe es siempre un ser subterráneo porque se observa que tiene su guarida en agujeros subterráneos. Cuando suben estas culebras al Mundo de aquí, o sea a la superficie de la tierra, una de ellas, Yacu Mama, repta y al arrastrarse por la tierra se convierte en gran río. (Uca Yali y Yacu Mama, significan más o menos lo mismo: madre de los ríos). Sacha Mama no repta sino que camina verticalmente, con tal lentitud, que apenas se percibe su movimiento; tiene la apariencia de un árbol añoso. Con la cabeza de arriba va alimentándose de todos los seres voladores, aves e insectos, y con la cabeza de abajo va atrayendo a todos los animales que están sobre la superficie. Al pasar al Mundo de arriba Yacu Mama se transforma en el rayo y Sacha Mama en el arco iris. El arco iris es una deidad que fecundiza la tierra, que da color a todas las plantas y seres en general. Es el signo de la fertilidad o fecundidad de los seres vivos y de la tierra misma. En tanto que el Rayo es dios de las aguas que caen sobre la tierra en forma de lluvia, en la tempestad que es anunciada por el relámpago con su luz y por el trueno con su sonido. Cuando están en lo alto, el Rayo se llama Illapa y el Arco Iris Coichi. Los tres Mundos se hallan, pues, unidos por estas dos sierpes míticas, dioses del agua y de la fecundidad. Efectivamente, el agua está en lo alto y también en la profundidad porque se ve brotar del manantial, de la naciente de los ríos, por consiguiente Yacu Mama está uniendo el agua de arriba y la de abajo. En cuanto a la fecundidad terrestre, gracias a ella vemos surgir las plantas; la fecundidad está dentro de la tierra y está en lo alto porque el Arco Iris da los colores verde, rojo, etc., que significan vida, y al mismo tiempo, corrupción, putrefacción.” (Valcarcel, págs. 140 y 141). Un estudio muy detallado, que trata específicamente sobre el culto a la serpiente, es el realizado por Rebeca Carrión Cachot de Girard: “La religión en el Antiguo Perú”. Ella –en el capítulo II– llega a una serie de conclusiones muy interesantes, a partir del análisis de la iconografía expresada en objetos cerámicos y en telas, y entre ellas señala: “El Rayo se encarna en la serpiente que simboliza la lluvia, la fertilización de la tierra, el poder generador de las plantas. La serpiente es el Arco Iris, asociado a la tempestad; es la honda o waraka que esgrimen los dioses del cielo para producir las lluvias; y es también el monstruo sideral que periódicamente hace su aparición en el firmamento, personificado en la constelación de las Cabrillas o Pléyades.”. (Carrión Cachot, 1959, 29). Es a partir de los estudios arriba mencionados en forma resumida, que se observa como la serpiente simbólicamente –en el antiguo Perú– está relacionada con el agua y la fertilidad. 3. Las pachas son recipientes sagrados, utilizados en el Perú antiguo en las ceremonias relacionadas al culto al agua y a la fertilidad. Es un elemento cultural pan-andino, su distribución abarca a las culturas: Chavin, Chimú, Cajamarca, Huaylas, Nasca, Chanca, Rucana, Tiahuanaco e Inka. Un estudio detallado relacionado a 244 pacchas


transporbales fue realizado por Rebeca Carrión Cachot. Las pacchas disponen de una boca o entrada de líquidos, un lugar para contenerlos, otro para el recorrido y un lugar de salida o expulsión de líquidos. Es posible observar que numerosas pacchas presentan formas de serpientes artísticamente talladas, que en algunos casos forman un canal ondulante que recibe el agua de la base del recipiente. Si se pudiera encontrar alguna evidencia de restos de alguna paccha en la zona, indudablemente que se sabría con mayor certeza que la franja de hoyos habría servido para los rituales relacionados al agua y a la fertilidad. 4. Si bien en las cercanías de la franja de hoyos no se ha encontrado –al parecer– hasta el momento ninguna evidencia de paccha, si se han encontrado unas figurillas de cerámica, en forma de plaquetas, de apariencia femenina, que nos sugiere que simbolizan la fecundidad. Estas figurillas han sido extraídas de la tumba colectiva semisoterrada Nº 2 que se ubica en la parte inicial inferior del primer sector de la franja de hoyos. Estos objetos son los que nos permiten aproximarnos a la comprobación de la hipótesis planteada. 5. El señor Cesar Nestares, vecino de Humay y muy interesado por los recursos turísticos de la zona, nos señaló que en uno de los hoyos de la parte media de la franja encontró diversas raíces de maíz asociadas con espinazos de peces, que aparentemente servían como abono. Esto podría indicarnos la presencia de cultivos de tipo ritual. Pero indudablemente sería importante verificar este descubrimiento. Respecto al empleo de pequeños peces como abono, esta observación fue descrita en la crónica temprana de Pedro de Cieza de León “La crónica del Perú”, cuando el cronista pasó por la quebrada de Chilca hacia mediados del siglo XVI. También es posible suponer que si se hubiesen presentado cultivos rituales en la franja de hoyos, pudieran haberse utilizado algún tipo de paccha para la respetiva ceremonia, y la franja misma se habría construido como una representación de una serpiente, que como ya se ha señalado, simboliza el agua y la fertilidad.


6. CONCLUSIONES PRELIMINARES -

Al parecer, la franja de Hoyos del cerro Viruelas es la expresión de geo– arte, o el geoglifo o megaglifo de mayor tamaño existente en el Perú, con 1564 metros de longitud y 17.50 metros de ancho en promedio (según las primeras mediciones).

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Se ubica sobre una estribación orográfica que se desprende del cerro Monte Sierpe, en el Distrito de Humay, provincia de Pisco, departamento de Ica. Su parte más alta se encuentra a 687 metros sobre el nivel del mar, en la intersección del paralelo sur 13º 42’ 02.6” con el meridiano oeste 75º 52’18.8”; y la parte más baja se sitúa a los 452 metros sobre el nivel del mar. Presenta un desnivel entre la parte más alta y la parte más baja de 235 metros.

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Fue descubierta desde el aire y fotografiada, en 1931, por la expedición aérea Shippee Johnson. Las fotos aéreas de esta expedición fueron publicadas en el “The National Geographic Magazine” de enero de 1933.

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Esta conformada por hoyos de dimensiones diversas, con diámetros que presentan mínimos de 80 cms y máximos de 180 cms aproximadamente. Estos hoyos se agrupan formando 20 rectángulos, los cuales son visibles claramente por el contraste entre la textura gruesa de los mismos y las superficies circundantes que son más lisas.

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Un cálculo preliminar del número de hoyos nos da como resultado un total de 5,430.

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Representa a la figura de una serpiente, de manera muy estilizada y abstracta.

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A modo de primera aproximación, es posible señalar que se ha construido para las ceremonias y rituales relacionados al agua y a la fertilidad, constituyéndose esta representación estilizada de la serpiente en símbolo de la fecundidad de la tierra y del mítico ser que posibilita la comunicación entre las tres partes constitutivas del universo, según la concepción del Mundo del antiguo peruano.


VISTA DE DIVERSOS OBJETOS EXTRAÍDOS DE LAS TUMBAS UBICADAS EN LA PARTE BAJA DEL SECTOR Nº 1. DOS DE ESTOS CORRESPONDEN A PLAQUETAS DE CERÁMICA REPRESENTANDO A FIGURAS FEMENINAS DESNUDAS, QUE ES POSIBLE IMAGINAR CONSTITUÍAN SÍMBOLOS DE LA FERTILIDAD.


BIBLIOGRAFÍA CAMPANA, CRISTÓBAL.- Una deidad antropomorfa en el formativo andino, A&B Editores, serie Miníma. Lima, 1995. CARRION CACHOT, REBECA.- El culto al agua en el Antiguo Perú. Separata de la Revista del Museo Nacional de Antropología y Arqueología Vol. II, Nº 1, Marzo de 1955. Lima, 1955. CARRION CACHOT DE GIRARD, REBECA.- La religión en el Antiguo Perú. Tipografia Peruana – Lima, 1959. FLORES CONISLLA, JOSE OSCAR.- Historia de Pisco. Etapas Preinca e Inca. Editorial Labor. Pisco, 1991. HOSTNIG, RAINER.- Arte CONCYTEC. Lima, 2003.

Rupestre

del

Perú.

Inventario

Nacional.

KAUFFMANN DOIG, FEDERICO.- Manual de Arqueología Peruana. Lima, 1980. PATERNOSTO, CESAR.- Piedra Abstracta: la escultura inca: Una visión contemporanea. Fondo de cultura económica. Buenos Aires, 1989. SHIPPEE, ROBERT.- “Air adventures in Peru”, The National Geographic Magazine de enero 1933. págs. 80 a 120 SILVA SANTIESTEBAN, FERNANDO.- Los geoglifos de Nasca: extrañas formas de Poder. Universidad de Lima. Lima, 1991. VALCARCEL, LUIS.- Etnografía del Perú Antiguo. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1959. WALLACE, DWIGHT.- Sitios Arqueológicos del Perú. Valles de Chincha y de Pisco. Museo Nacional de Antropología y Arqueología. Lima, 1971.


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