A rostro oculto nº2

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Revista cultural y de expresión pública. Qué tanto hacen. Carlos Salazar

Año 1


Índice …………………

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Jesús Hernández

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Josué Miguel Rodríguez

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Carlos Salazar

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Para tocarte a cuatro manos la noche

Miguel Ángel Dirzo

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Aura Luna

Juan José Enríquez

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Laura Leyva

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Yetzen Arenas

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Rubén RL

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Inspiración

Alejandra Gutiérrez

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Malinalco

Flor de María Real

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Gabriela Miranda

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El tiempo lo decidirá

Ángel de Jesús Camacho

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El alma que somos

Teresa Bernal

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Menos es más (cont)

Carlos Salazar

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Laura Leyva

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Yolisbeth Ruíz

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Flor de María Real

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Viva Zapata

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Anel Hernández

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Nota de los editores Introducción Lo normal y lo genial Menos es más

Renacuajos Cosas que olvidar Versos por estrellas

Taxidermia

Corintio Ríe mucho, vuela alto Malinalco (cont) E Ritual de Agua Pura Todo comienza cuando todo termina Editorial

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Nota de la Dirección A nuestros apreciables lectores y colaboradores, los invitamos a dar vida y crecimiento a este proyecto, quedando a disposición los siguientes medios de contacto: http://issuu.com/ARostroOcultoRevista https://www.facebook.com/groups/a.rostro.oculto/ a.rostro.oculto@gmail.com Somos voz sin censura, imagen que detalla el universo. Somos A Rostro Oculto.

Portada: Carlos Salazar ¿Qué tanto hacen? Esta escultura de Ron Mueck está llena de fuerza y expresión, el protagonista desnudo en una barca de madera parece poner mucha atención en lo que sucede a lo lejos, al reducir en la fotografía el entorno lleno de gente y de la barca misma nos permite disfrutar esa expresión, que parece transmitir la pregunta ¿Qué tanto hacen ahí?

Contraportada: Flor de Máría Real. Convento de la Transfiguración. El Convento Agustino de la Transfiguración del siglo XVI sus pinturas hechas por artistas indígenas son ricas en detalles y formas, muy cuidado y se respira paz.

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Introducción Cuando las musas se esconden y las naciones sufren es muy importante un espacio de reflexión y divulgación de la cultura; son momentos en que la necesidad de palabras y de sueños está más presente que nunca. La palabra corre el riesgo de la censura y la conciencia del asesinato. México necesita letras. A rostro oculto, fluyen las palabras, la esperanza y la crónica de un nuevo orden social. Se desatan las emociones y se brinda certeza al corazón. La guerra, las desapariciones, la manipulación y los augurios de un país trastornado pueden suplirse; se han suplido; los suplimos, con cultura. Sentimientos que abren las venas y que permiten ver un panorama distinto de la vida, una realidad que se vive a flor de piel. Este segundo número de la revista es un esfuerzo de sus colaboradores, quien atentamente han respondido a una convocatoria de cambio, a la transformación desde el arte y el pensamiento crítico. Por tanto, hacen de este, un número dedicado a los sueños y a la lucha, pero más en especial, al interés de un espacio de expresión, libre, autónomo e independiente. Finalmente, es importante expresar que los editores de esta revista, hemos decidido dedicar nuestro segundo número a los esfuerzos de María Teresa Quiroz García joven lectora de la comunidad de Tlacotepec de José Manzo; pues la vida nos podrá golpear y nosotros podremos pelear férreamente ante sus ojos, sin embargo, no importa el resultado, sino la intensidad y el esfuerzo constante. Disfruten de nuestro segundo material, compartan, participen y hagan suyo este espacio. Somos voz sin censura, imagen que detalla el universo. Somos A Rostro Oculto. Jesús Hernández

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Lo normal y lo genial Josué Miguel Rodríguez

@josuer_v

Era un hombre normal. Se pensaba, se veía, se sentía y se asumía normal. Con aspiraciones normales, sentimientos normales, palabras normales y caricias normales. Una casa normal, una guitarra normal, un día normal. Una gota de agua en el mar o un cráter en la luna. Tan ordinario como el aire o el fuego. Más dentro de él, como un hoyo negro en lo profundo del espacio, se extendía una ambición, creciente cual pasto en primavera. Al cerrar los ojos veía grandeza, abundancia, sabiduría y virtud. Una meta tan grande como el planeta más grande jamás visto. Un corazón con cuerdas infinitas. Una guitarra mágica que resonaba en toda la galaxia. Una caricia estremecedora al punto de lo cósmico. ¿Son normales estas ideas? ¿Acaso la persona que me vendió este tamal o este taco, las siente también? Siempre había pensado que había gente normal y corriente, y gente destinada a la grandeza. Nunca supo que era lo que pasaba debajo de su ordinario caparazón de humanidad, sólo intentaba e intentaba saciar ese hoyo negro dentro de él. A menudo dudaba o se preguntaba que le pasaba, pero la respuesta no llegaba, así que dejaba de buscarla. Una y otra vez ante cada intento fútil por lograr esas metas de su existencia, regresaba la normalidad autoconcedida. Cada que tocaba una guitarra o sentía un amor, no era más que sólo eso. Un día entre una de sus tantas lecturas leyó algo que lo sorprendió: “No hay vida normal sin una chispa de genialidad.” Y entonces ahí enfrente de sus ojos negros estaba la respuesta: “No hay vida normal sin una chispa de genialidad.” Esa frase que parecía haberlo esperado toda una luna, le mostró lo que creía saber que sabía, pero nunca hasta ahora había comprendido. Era un hombre normal. Se pensaba, se veía, se sentía y se asumía normal. Con aspiraciones normales, sentimientos normales, palabras normales y caricias normales. Una casa normal, una guitarra normal, un día normal. Una gota de agua en el mar o un cráter en la luna. Tan ordinario como el aire o el fuego. Y por eso es que era genial.

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Menos es más… Carlos Salazar Dicta la máxima y en este caso en la fotografía minimalista toma protagonismo, estas fotos giran en torno a esta idea donde el protagonista está aislado o casi aislado. Este tipo de fotos me permite trasmitir lo que me llama la atención y colocar la atención del espectador y tratar de llevar a ese estado mental de tranquilidad que el estar solo puede ofrecer.

Título: Serenidad La bruma de la mañana sirve de fondo para aislar estas pequeñas cruces sobre el cerro del Elefante en el Municipio de Ixtapaluca, Edo de Mex. A pesar de que el resultado transmite esa serenidad deseada, detrás de esa bruma está el caos y el frenesí de la zona conurbada oriente de la ciudad de México.

Título: Un velero llamado libertad No hay nada más inmenso en la tierra que el mar mismo, excelente marco para lograr el aislamiento de esta pequeña embarcación, los tonos del atardecer agrega tranquilidad a esta escena disfrutable en las playas de Acapulco, Gro. Mex.

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Para tocarte a cuatro manos la noche Miguel Ángel Dirzo @MiguelDirzo Para Karina

Paraíso de cien tardes bordadas a mano sobre la mano de un diosa con figura de deseo, tú. Fuente de café que chorrea sobre la pendiente de dos astros, de dos luciérnagas iluminadas con carbones encendidos, de dos lunas tersas. Pasto mojado con la intención de llenar el río con un desierto de fuego, de hoguera, de llama que levanta la sangre al pecho. Boca como abismo donde habitan tigres que se pierden en tus labios y sólo salen en la noche a sangrar con dientes afilados de obsidiana la pasión de otros labios perdidos. Lengua que sabe a terciopelo de leche, dulce crema de duraznos y frambuesas que se puede comer entre muslos.

Vistas fijas al campo oblicuo debajo de la espalda donde se penetra a tu pensamiento, donde se abre la vida con dedos de agua azucarada. Sobre ti caigo doble, contando mi sombra, para tocarte a cuatro manos la noche.

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Aura Luna Juan José Enríquez Rivera Tu mirada respiro… Difusa… En beso poseído de nimbos y signos… Tus labios sepia… ¿Dónde resguardar la mirada asesina que cela espejos? ¿Visiones fósiles en laberinto reconocen la daga parpadear al unicornio de sonrisa demacrada y columna débil celeste?... ¿Aún condolece?… Tu mórbido rostro… ¿Aún mira?… ¿Aún agoniza?… ¿Aún aborrece?… Incógnito abismo de espiral brillante … Merodea al vivaz monstruo evoca al enmarañado corazón… Al beso de sangre… La noche de sol que tu voz eclipsa…

e-mail: finisterrax@hotmail.com Cel. 5515888549

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Renacuajos Renacuajos carmes铆 Pedazos de rana parda, Que soy yo Entre tejidos, recuerdan La soledad del 贸vulo Infecundo en tu ausencia Y un luminoso lazo Que no nos ata.

Laura Leyva-La musa Negra

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Cosas que olvidar como una tarea, un recordatorio que tengo que olvidar algo que nunca podre hacerlo... ``cosas que olvidar son detalles que siempre recordare`` Miel de mis ojos, óyeme con tus labios siénteme con la mirada inhálame con tu cuerpo. Mi bella dama; hazme el amor con una palabra, una caricia o una mirada. Al cielo vuelo al estar solos los dos por una simple y sencilla razón, simple y sin complicación como juego de niño o lagrima de mujer no hay cosa mas pura, que este querer.

Yetzen Arenas

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Versos por estrellas Un poeta nunca muere Solo cambia versos por estrellas Un poeta nace cargado de versos Aprehende a sacarle música Y gritos a las palabras Y va por la vida Cargando el abecedario Un poeta nunca muere A fuerza de aprender el oficio de tejedor Se va quedando sin letras Sin palabras

Así vive el poeta A cumplir su misión En esta vida Nos va despertando los sentidos Entregando en cada verso Las palabras cargadas de luz Y sentido Y cuando se han vaciado los bolsillos Y no quedan más que la ligera Sospecha de amores tardíos

El poeta emprende un camino Se lleva por herencia de la vida Saca a borbotones Un puño de polvo De la mágica tinta de su mano Los sones de su corazón Y se va a vivir Con los que ha nacido Tan lejos y tan cerca De los vivos Va sembrando Un poeta nunca muere Risas Solo cambia los versos por Llantos estrellas Voz en grito

10 Rubén RL


Inspiración. El escritor dedica letras a cada cosa que le ha parecido trascendente. No importando el lugar ni el momento, no importando si es un amor que ya se fue, o un recuerdo que se perdió entre nubes o si fue un instante, un beso, un susurro, un te quiero. Desde el amor más puro hasta el rencor más grueso. Los sentimientos son, de cualquier naturaleza, lo que nos hace humanos. Pero para el artista son inspiración, motor y amuleto. En realidad no solo para el artista, también para el campesino, la secretaria, el obrero. Todos alguna vez vivimos nuestro propio drama, y fue elección de cada uno de nosotros qué hacer con ello: escribir una carta, componer una canción o simplemente vivir el momento. Yo, por ejemplo, encuentro sumamente deleitoso convertir simples palabras en versos y poemas. Otros convirtieron dramas en música, obras teatrales, pinturas al óleo, esculturas, novelas, cuentos y mementos. Por supuesto, el amor ha sido por excelencia, la fuente de inspiración a lo largo del tiempo. Aunque también otros sentimientos han inspirado grandes obras como culpa, pecado, tristeza, venganza, libertad, opresión, y si me sigo de largo no acabo. La injusticia y todos sus embrollos y argumentos son otro tema importante para la historia moderna, contemporánea y antigua. Es un tema que no acaba, pero de eso, estimado lector, en otra ocasión ahondaré un poco más.

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El romance, los dramas, los finales felices y trágicos, son tan fielmente transmitidos de autor a lector, que nunca un filme superará el libro. Y esto es debido a que en la mente se van formando imágenes y sentimientos que el lector va clamando como propios a lo largo de las páginas. Por supuesto el grado de empatía depende absolutamente del talento del autor y su capacidad de conectarse con el lector, y de los gustos propios de éste último. Lo mejor de todo es la huella que el escritor deja en sus letras, plasmando sus sentimientos que permanecen a través del tiempo. Pero también lo es cuando esas palabras no solo embellecen los dramas, los amores y hasta las situaciones más austeras, sino que a su vez son fuente de inspiración. ¿Quién no ha leído un poema (por citar algún autor) de Becquer y al final ha querido escribir algo propio? A mí me pasó. Y muy seguramente a muchos de ustedes también. Solo es cuestión de encontrar el hilito y no dejarlo ir, para luego formar una madeja de inspiración.

Alejandra Gutierrez @alexacrow http://charquitodeletras.wordpress.com/

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La zona arqueológica tiene el único templo monolítico (tallado sobre la roca madre del cerro) encontrado en occidente, está muy cuidada y conservada, los guías son muy amables y la vista es impresionante, hermosísimo desde donde lo veas.

Parcial vista del pueblo de Malinalco desde la zona arqueológica, en verdad es un viaje fantástico, parece que entraras a otra dimensión, si tiene ganado su grado de Pueblo Mágico.

Malinalco. Edo de México. Hermoso lugar, con cielos azules, gente amable y muy grata energía.

Flor de María Real

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Taxidermia Gabriela Miranda Me gustaba ir de visita con mi tío, vivía en una vieja construcción que adecuaron como varios departamentos. Mi tío era un tipo extraño, como un vaquero perdido en la ciudad; su sombrero texano y sus botas de cuero no combinaban con el tráiler que conducía, su esposa intentaba parecer adinerada, hasta caer en lo ridículo; sus tres hijos, mis primos, eran muy pequeños y no me divertía jugar con ellos, pero ir de visita cada fin de semana a casa de mi tío me llenaba de emoción. Un día, mientras mis primos y hermanos jugaban a la pelota, yo me senté a mitad de una escalinata de cemento y entre miradas curiosas por el lugar, descubrí una cortina a medio cerrar por donde se podía ver un poco del interior de aquel departamento. A los siete años y ver todo eso, tan escalofriante, en un cuarto a media luz, debe aterrar, pero yo estaba llena de curiosidad. Imaginé que ahí vivía una especie de brujo y había encantado a todos esos animales para que no hicieran travesuras mientras él no estaba en casa. En verdad quería saber qué era eso que había adentro, si era producto de un hechizo o por qué nada se movía si se veía tan vivo, ¿qué es lo que le hicieron a los animalitos?

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Mis tíos no sabían el nombre de su vecino, pues no lo habían visto, sólo cuando escuchaban el ruido, o la música, o veían luces encendidas sabían que había alguien ahí. Era un hombre alto, delgado, como de unos 40 años y hablaba con un acento extranjero; también era un poco extraño (de diferente manera que mi tío), no vestía estrafalario pero vivía solo, entre muchos animales muertos y tenía las paredes llenas de libros. El día que lo conocí llegó con un par de costales, yo estaba husmeando por donde la cortina me dejaba ver un poco más; se paró a un lado de la escalinata, a la altura del escalón donde yo estaba, y dijo: — ¿Sabes qué es eso que está adentro?

—Se ven como animales, pero ¿por qué no se mueven? — Contesté yo. Enseguida escuché la voz de mi mamá gritándome para que fuera a comer y salí corriendo, sin esperar a que el hombre me diera una respuesta. Mientras comíamos me regañaron por andar husmeando en las ventanas de los departamentos y me advirtieron que no molestara de nuevo al vecino. Mucho tiempo después, en una plática que escuché, mi tía se quejaba porque un día el vecino dejó la cortina abierta y, al ver lo que había en el interior del departamento, mis primos se asustaron tanto que ya no querían jugar en el patio, “que es taxidermista y por eso tiene tantos animales disecados” dijo mi tía.

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El tiempo lo decidirá… Ángel de Jesús Camacho Enríquez

Tantas cosas por hablar y discutir… te quiero yo decir, te vi sonreír, vi tu alma y tu ser, tu verdadero yo. La armonía emana de tu interior, pero lo encarcela el cuerpo exterior, no lo deja ser libre. Persona hábil tu eres desde lo entrañable, das paz en tiempos de guerra, pero también viceversa, eres astuta como el guepardo y fuerte como el león; prudente como lo pronuncia el justo medio del filósofo ateniense; estratega como Alejandro Magno, pero lo mejor es que eres TU. Dulce eres cuando te lo propones, pero llegas a ser como Atila el Huno mejor conocido como el “azote de Dios”. Pero sabes: te quiero yo decir, un día te vi sonreír, vi tu alma, tu ser, tu verdadero yo, la Sonrisa mas cautivadora que podría coexistir. No eres predecible, pero si observadora, eres como la dialéctica hegeliana; lo mejor, eres TU.

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El alma que somos. Teresa Bernal

@NameliaT

No hace muchos días me detuve a mirar un puesto de periódicos mientras iba de regreso a casa. Los encabezados sólo hablaban de problemas en el país, en el mundo, crisis económicas, desaparición de especies, muerte, enfermedades y las fotos eran menos alentadoras. Mostraban escenas de gente, o que ya no pertenecía a este mundo de una forma muy agresiva, o de gente que con sus superficialidades se mostraba hasta con poca ropa en las portadas de revista sólo para que la mente mórbida de unos cuantos se fije en esa persona sin más gracia que el de quitarse la ropa o generar chisme sobre su vida ya que no cuentan con mayor talento que ese. Miré a mi alrededor preguntándome en que nos habíamos convertido los seres humanos, generalizo porque a final de cuentas somos todos de la misma especie. Entonces de repente, un hombre de edad avanzada, o al menos eso creía yo por su abundante pelo canoso, se me acercó, como si supiera lo que pensaba en ese momento y me dijo: -Que tenga usted un excelente día- yo le conteste deseándole lo mismo, ya que uno reconoce la forma en que un extraño le saluda; en este caso fue simple educación y cortesía aunado a las ganas de desear un buen día. Continúe mi camino y mi rostro sonrío levemente. Encontré en los buenos deseos de aquel hombre desconocido una esperanza de que mejore el mundo. Si todos tratáramos de mejorar un poco, nuestra alma inundaría de belleza este mundo, pero ¿qué tal si no todos creen en el alma? al menos yo sí creo en su existencia y en que todo aquello que nos lleve a colorearla o darle vida nos acercará a esa luz que el mundo creó para nosotros, los seres vivos. Pero ¿qué es un alma? según Platón, el alma es la parte más excelente del hombre y por medio de ella podemos alcanzar la divinidad. Está dotada de un destino inmortal de modo que cuando el hombre muere el alma permanece, así como es responsable del conocimiento y de entre todos los seres vivos los humanos son los únicos que la poseen. en cambio para Aristóteles el alma es el principio de las funciones vitales y el alma es al cuerpo lo que la visión al ojo y todo ser vivo está dotada de ella. es decir que el alma y el cuerpo tienen una relación estrecha, sin uno no existe el otro.

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Tal vez el alma es algo que aún no logra entender por completo el ser humano, de lo contrario el mundo sería diferente. Sin embargo creo que existe, que está conectada con un ser divino, que nos da vida y movimiento, tal como lo decía Platón y que está presente a pesar de cualquier creencia religiosa o no creencia que se tenga. Todos podemos darle un sentido y forma a nuestra alma si sabemos diferenciar un poco entre el bien y el mal, tanto para nosotros mismos como para nuestros semejantes. Qué tal que podemos darle un poco de luz cuando miramos el cielo mientras escuchamos a las aves, o cuando probamos ese helado de chocolate mientras sentimos el sabor deslizarse por nuestra lengua, qué tal que le damos un poco de luz cuando controlamos nuestra ira o enojo hacia las personas que amamos o cuando abrazamos a quién necesite sentir que no está sólo, o cuando ayudamos a esa persona que sin querer tiró sus cosas, o cuando le hablamos amablemente a la mesera cuando nos trae el pedido a pesar de que ella este de mal humor, qué tal que el alma se nutre mientras escuchamos una canción que nos gusta, cuando bailamos alegres, cuando disfrutamos ese momento que la vida nos dio, cuando nos damos cuenta que nos hemos equivocado y pedimos perdón, cuando dejamos de esperar algo que no es nuestro, cuando el orgullo no está en nosotros, cuando le damos una sorpresa a alguien, como preparar el desayuno o ayudarle en algunas tareas; cuando sabemos que no importa lo que uno posea o dé materialmente, cuando dejamos que los demás crean y vivan, cuando la vida de otro ser humano y no sólo de un ser humano si no de otro ser vivo se convierta para nosotros tan valiosa como la de nuestra. Finalmente, dicen que los actos dicen más que mil palabras;

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Qué tal que el alma sea la que esté escribiendo en este momento y mi cuerpo sea sólo un medio para expresarse. Qué tal si es aquél pájaro que canta desde lo alto de un árbol y salió para contemplar el verde de los bosques perdidos en la ciudad. Sin duda el alma es algo que aún no podemos ver a simple vista, ni definir, ni tocar; pero también es el reflejo de lo que podemos ser en vida, amor y respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Tal vez en uno de estos días, no vea problemas reflejados en los encabezados de los periódicos, ni noticias de gente superficial, tal vez, algún día miraré la verdadera grandeza del hombre y su belleza interior reflejada en fotografías.

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Título: Con los pies en la tierra Un niño recostado en una gran explanada frente al museo de Antropología e Historia fue el motivo de esta foto, aprovechando ese espacio de nada que lo albergaba pude aislarlo del mar de gente que los días domingos pasean por esos lugares, el ángulo de la foto juega dos papeles, uno el de llevar del primer plano al niño y la otra transmitir esa sensación de vértigo de que la tierra está por girar.

Título: Tapar el sol con un Globo En el marco del Festival Internacional del Globo en León, Gto. se congregan una gran cantidad de Globos Aerostáticos, el cielo se llena de ellos, muchas personas van a verlos en un terreno de tierra suelta y crea una atmosfera llena de polvo. Esta foto aprovecha esa atmosfera, ya que el globo al eclipsar el sol proyecta su sombra en ese polvo flotante. Son instantes que a simple vista pasa desapercibido por lo efímero y ver al sol directamente no es muy común.

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Corintio Desde el vรณrtice Transparente Penetra la luz Que ilumina la esquina

El rayo y la piel El instante Nocturno mรกrmol

En que se enrosca La serpiente Para erigir a la estatua Que sostendrรก.

21 Laura Leyva-La musa Negra


Ríe mucho, vuela alto. °Bruja Pifania - Yolisbeth Ruiz

@DulceMorgana1

Sofía había perdido el transporte para llegar a la escuela, imposible llegar en el colectivo puesto que éste pasaba media hora después y su ruta la dejaba como a 15 cuadras de esas que parecen estadios. Tampoco podía regresar a su casa, su madre le propinaría tremenda reprimenda por su osadía de faltar a la escuela, por impuntual y por desvelarse todas las noches en los chats del Facebook. ¿Qué hacer para perder el tiempo? Tomó el metro en dirección opuesta a “Ningún Lado”, y se bajó en la terminal de “Vuelva pronto”, creo que pertenece a la línea Azul profundo o a la Verde jade, y viaja en paralelo a los ojos de ese niño en silla de ruedas. Cuando salió de la estación, ante sus ojos se abría un parque, de esos con juegos de acero tubular, coloridos (o de esos que alguna vez fueron coloridos cuando los inauguraron y que después, las delegaciones se olvidan de ellos por completo). Siguió el camino que alguna vez fue la pista para atletas y ahora es una brecha serrana de lodo y piedras rojas. Levantó la mirada, y atrás de unos arbustos espinosos, de esos que crecen como hierba mala, vio una silla de ruedas. Alguien estaba sentado en ella, pero su cuerpo menudo a penas se asomaba. Se acercó un poco con curiosidad de esa que cuentan que los gatos tienen pero piensan que sobrevivirán. Un paso más y sabría qué pasa. Creo que fueron como 10, pero a ella le parecieron cien. Un poco confundida, pero sin tener otra cosa que hacer, se acercó, a la persona que estaba allí, intentó no ser muy obvia en su forma de mirar, no quería incomodar, pero pareciera que había un imán que la acercaba. Unos le llaman curiosidad, otros, humanismo, otros, ocio. Se acercó y lo enfrentó. -Hola. ¿Qué haces aquí sólo? -Lo mismo que tú pero desde más temprano.

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Contestó el niño de a penos unos 9 años que estaba solo en medio de ese parque y sin nadie que lo vigilara. La cara de sorpresa que pudo haber puesto no podía ocultarse, era obvio que el niño no era nada tonto, que estaba solo y tenía alguna razón para no estar allí. Era inútil sacarle más respuestas, pareciera que estaba indispuesto La mirada se le perdía en un columpio, luego en un árbol, luego en la carretera distante, un poco más en mi cabello (¿Qué tenía su cabello? Nunca lo peinaba, pero parecía que le atraía de manera sobrecogedora). Sin preguntar más, tomó la silla de ruedas por el respaldo y trató de llevarlo por la pista y el camellón a dar una vuelta por el parque. Parecía no incomodarle porque no dijo nada. Luego de deambular y mirar y tropezar y brincotear entre escombros, regresaron al mismo lugar, al del inicio, al de arranque, atrás de arbustos espinosos, al que tenía de frente esos juegos tubulares que alguna vez fueron coloridos. Todo en silencio y con las miradas perdidas. Tal vez meditabundos, o solo contando las horas que parecían vagar. No lo eran. Ella, Sofía tenía que estar allí. El silencio se rompió cuando el pequeño dijo: -Volemos. No tuvo que decir más. Tomó su pequeño cuerpo, era tan ligero que me fue fácil sacarlo de su silla y cargarlo unos cuantos metros, era asombrosamente ligero para ser un niño de ese tamaño. Lo subió al columpio, lo balanceó un poco y de inmediato tomó altura. Sofía tomo el columpio del lado izquierdo, también se mecía aunque un poco más precavida, cobró altura al ver que el niño, ahora su amigo, disfrutaba tanto de su juego, de su columpio, de su vaivén frenético. Fueron tantas risas en unos minutos.

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El movimiento ya era demasiado, el juego del niño se volvió torbellino, la aceleración pendular del columpio parecía más un juego asesino, tanto que una densa nube de polvo rojo y hojas secas se había levantado. No se podía ver a más de un metro. Los ojos de Sofía se llenaron de tierra, las lágrimas en sus mejillas y por más que intentaba, no podía parar su balanceo. De pronto, la voz infantil que más parecía un trueno gritó: -¡Vuela! Sofía, absorta, muerta de miedo y con la cara ya lodosa entre lágrimas y polvo, vio como el pequeño cuerpo salía disparado entre todo ese caos, así que bajó los pies y como pudo, puso freno. Corrió a buscar al niño, tropezando, rodando, casi de rodillas y buscando a tientas en el suelo.

La voz del infante se posó sobre de ella: -Levántate, buscas en el lugar equivocado. Tuviste miedo y no te salieron alas. Hoy habrías podido volar. Sofía levantó el rostro. Enjugó un poco sus ojos y entre esa borrasca logró ver la silueta, apenas la sombra, de un cuerpecito alado, que en contraste con el sol, parecía una nube de esas que traen lluvia y granizo, frescura y caos. Ella en el piso, el niño en el aire, así se dijeron adiós, en una historia que pareciera tener final, pero marcó un nuevo inicio para Sofía. Algún día perdería el miedo.

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La Parroquia del Divino Salvador, m谩gica y hermosa, por fuera sus jardines son enormes y la vista exquisita hacia cualquier lado, por dentro el ambiente te invita a la meditaci贸n.

La Capilla de Santa M贸nica, muy linda a la vista, por la ma帽ana y por la tarde, pero nunca pudimos apreciarla por dentro.

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El ritual de agua pura Por Viva Zapata

No importa si es de día o de noche, si es dentro o fuera, si llueve o hace sol. Hay algo que en el umbral de un concierto siempre es igual. Es la siempre palpable emoción por subir al escenario. Se nota en la sonrisa nerviosa, en el cigarro previo, en la afinación o en la prueba de sonido. La espera de ese momento mágico y catártico donde con la música como medio nos vamos a hacer uno mismo nos acompañó también el 13 de marzo de 2014 en un acogedor bar de insurgentes llamado “La comandancia”. Todo estuvo listo a tiempo, con la formalidad y la seriedad de un ritual. A veces los reflectores (o el sol) no nos dejan ver la luz interior la cual sólo destapándola podrá iluminar otra consciencia, otra idea, otra experiencia. Pero esta noche fue la excepción. Se elevó el telón del escenario y el de nuestro corazón para revelar en cada nota lo inexplicable de la música, el arte de la sorpresa. No fue un lucimiento, ni una exhibición, fue un esfuerzo por la comunión. En cada canción las personas aplaudían, atendían, se movían y con cada acción alimentan la música, y esta se volvió para nosotros un estanque de agua pura. Agua para el alma, agua para el corazón. Con unas gotas bastó para convertir la noche y la fecha en dignas de un eterno recordatorio, al final la despedida también siempre es la misma. El artista se va, el público se va, pero la experiencia se queda y ambos sólo esperamos algún día repetirla. Gracias a quienes nos acompañaron. Nos volveremos a conocer de nuevo. La música es un camino infinito, y las personas cambiamos todo el tiempo, pero esto que nos unió esa noche, siempre nos hará uno.

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Todo comienza cuando todo termina. Capítulo 1 Muerte La muerte es inevitable, por lo menos es el lugar a donde todos pueden llegar. La ladrona de libros Me declaro una romántica empedernida. Sin más acaricio tu cabello, deslizo mi mano por el torso de tu cuerpo, beso tu espalda, sonrío porque contemplo tu rostro una mañana más, pero esta vez decido irme antes de que despiertes, simularé que todo a sido excelente, te hablaré como siempre; sin embargo hoy me iré. Tomo mi mochila aquella que sin que tu supieras llenaba cada mañana de este último mes, extrañamente está ligera, creí que requeriría más cosas aunque no niego que fue difícil seleccionar lo adecuado, incluso cuidar que no te percatarás de lo que guardaba pues faltaría en casa, al final no notarás mi ausencia ni la sentirás pues sabrás que ahí estaré; sin embargo, en los últimos minutos titubeo de repente suena mi celular, todo comienza a salir mal, mi escape intenta ser saboteado, solo era aquella alarma por la mañana cautelosamente todo vuelve a su normalidad y simplemente tu duermes, sueñas tan apaciblemente. Dejo la llave sobre la mesa, una pequeña nota como cada mañana, nada diferente aparentemente, solo faltó el beso de buenos días pero hoy no será así. Salgo ágilmente, nadie me ve, bueno aunque no hay nadie en particular que quiera que vea esta hazaña... una cobardía.

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Camino por la carretera con lágrimas en los ojos dejando atrás aquella casa, nuestra casa, nuestro cuarto, tu calor, mi calor. Muevo las manos en el aire, el viento pega en mi cara, apenas comienza el amanecer, aquel que será único para olvidar y que ahora he de recordar. [Sucesos ocurridos días atrás.] El camino es largo, una amiga ya me había comentado sobre unos departamentos en renta, no tenía mucho dinero así que ella dijo que pagaría la primer renta, acepte, solo era cuestión de irme con ella, pedirle la nueva llave y comenzar, sin dudar así lo haré, cambiaré un hogar por otro. Aunque nadie sabe que vivo contigo. Tu suicidio es el mejor que he planeado. [Un auto que se orilla frente a mi me quita de tal ensimismamiento y me trae a la realidad] Todo sale perfectamente, curiosidades comienzan a suceder. La ventana desciende dejando ver a un joven de tez morena y una melena pelirroja, el cual sonríe, comienza hacerme la platica. -Buenos días, no creí verte por aquí tan temprano, de seguro estuviste en el festival de ayer, ¿acampaste o te quedaste en el Motel? -Me quede en el Motel, pero no me gusta dejar mucho tiempo mi casa sola, así que salí temprano, ¿ y tú qué haces por aquí? -Digamos que mi novia se enfado entonces iré a verla a su casa, la sorprenderé.-me guiña un ojo -Verás que te recibirá con brazos abiertos, esas pequeñas cosas son las que más se aprecian -Ya me alegraste la mañana,¿ Por cierto en donde vives, hace mucho que no se de ti?¿Quieres que te lleve, a mi me falta un largo trayecto, así nos acompañamos? Tienes la cara mojada.- me extiende la mano con un pañuelo y me abre la puerta, subo sin titubear, sé que no volveré a verlo.

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-Cierto, te agradezco- cierro la puerta, miro por el retrovisor, el auto avanza, yo avanzo, duele, me limpio la mejilla, volteo y sonrío- perfecto creo que ya quedé. Mira me acabo de mudar, vivo a 4 ó 5 horas de aquí, ¿tú a dónde te diriges? -Antes que nada vine a embriagarme a la casa de un amigo aprovechando el festival, y ahora regreso a casa, donde siempre, donde siempre he vivido cerca del mar. -Entonces, ¿Aún vives con tus padres? -Claro que no, se ve que nos distanciamos mucho después de la licenciatura, me casé, me divorcie, ahora solo tengo novia -sonríe-y vivo en la casa que era de mis padres, ellos fallecieron hace 2 años antes que me divorciara, ella no soportó verme deprimido- suspira -pero bueno, ¿entonces a que parte vas?¿Tú que cuentas, tienes novio? -No, no tengo novio, y voy al mismo lugar por donde tú vas a casa, solo que a una hora menos de llegar a tu destino, me desviaré para tomar otra ruta. -Entonces tenemos un largo viaje y mucho que compartirnos. -Así es, las distancias no son barreras, cuando se tiene la oportunidad, se aprovecha el momento y disfruta. -Sin duda alguna. Pasaron 3 horas, de largos recuerdos de universidad, platicamos de aspectos sentimentales, él me contó sobre su esposa y lo que aconteció su depresión, yo le conté, sobre la vida hospitalaria que llevaba y mis viajes gracias al mismo trabajo. Nos percatamos que la confianza no se ha perdido, realmente su inusual espíritu me comenzó a quemar, sonreímos, me tomó de la mano, dudé, lo mire, se acerco y me beso, le respondí. En ese instante dejó el volante, un auto toco el claxon, no lo escuchamos en ese momento, solo me percato que tenía sus manos en mi rostro, abro los ojos solo para alcanzar a leer: "Todo comienza cuando todo termina". Ella murió instantáneamente, él sobrevivió, lo trasladan a la clínica lo más rápido posible. Ella no llevaba ninguna identificación, el cuerpo se enfría por el tiempo, se desgasta y no se reclama, ella deja de existir; él retoma su vida, no recuerda el accidente, ni a ella, la olvida… Ella queda en el olvido, el recuerdo: LA MUERTE.

Anel Hernández @Leipzing

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Dirección Jesús Hernández Consejo de editores Anel Beatriz Hernández Jessica Daniela Cruz Rubén Ramírez Oender González Colaboraciones y comentarios: a.rostro.oculto@gmail.com Colaboran Josúe R/ Carlos S / Miguel D / Juan E / Laura L / Yetzen A / Rubén R / Alejandra G / Flor R / Gabriela M / Ángel Camacho / Teresa B / Viva Zapata / Anel H

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