Club visor 2

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UN ESPACIO PENSADO PARA FOTÓGRAFOS


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sta revista nace con vocación colectiva, y deviene de aquella otra que anteriormente se denominó AFOE. En este nuevo escenario nos une, como único interés, dar cabida a cuantos fotógrafos y entusiastas de la Fotografía quieran participar en él. Aquí pretendemos facilitar el contacto entre fotógrafos, dar rienda suelta a actividades lúdico-creativas, organizar safaris fotográficos, etc. Club VISOR irá de este modo conformando un amplio abanico de imágenes de autor, sin perder de vista las opciones de conseguir exposiciones colectivas para que la gente pueda conocer los trabajos de nuestro colectivo de fotógrafos. Una vez expuestas las intenciones de esta revista, te animamos para que a partir de ahora trates de hacer tuyo este espacio, participando con tus trabajos, y disfrutando con los que puedan aportar el resto de fotógrafos. Al ser una revista sin ánimo de lucro, la suerte y el rumbo de Club VISOR, dependerá únicamente de las colaboraciones que nos hagáis llegar; tanto en materia de imágenes, textos, tutoriales fotográficos, reflexiones, artículos, etc.

Club VISOR


PRETENDEMOS SER UNA INAGOTABLE ROTATIVA DE…

SUEÑOS, IMÁGENES Y PALABRAS

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AGRADECIMIENTOS FOTOGRAFÍAS Ángel Luque Ángel Sotillo José Manuel Feito

COORDINACIÓN MAQUETACIÓN Ángel Sotillo

Cristina Outon Luis Rodríguez

COLABORACIONES DESTACABLES José Luis Navarro

Club VISOR

Cristina Outon José Manuel Feito Ángel Sotillo

anmersa@telefonica.net


“Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje.” Henry Cartier-Bresson



O LA FOTOGRAFÍA DEL DOLOR

Por Ángel Sotillo

Del libro de poemas “Capital del dolor” de Paul Èluard


“Acorraló al Minotauro, y se dispuso a consumar el sacrificio. Le extrañó haberlo encontrado con el gesto apacible y los ojos dulcemente abiertos. Esa pacífica entereza lo perturbó, y a punto estuvo de desistir en su empeño… Ningún verdugo entiende la mirada embelesada de la libertad.” (A. Sotillo)

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Omo prestado el título de la obra del poeta surrealista Paul Èluard, “Capital del dolor”, como paráfrasis del subtítulo que encabeza este trabajo dedicado a la vida y

la obra de Diane Arbus, fotógrafa estadounidense, nacida en el seno de una acaudalada familia judía en la ciudad de Nueva York el 14 de marzo de 1923, sólo seis años antes de desatarse la famosa crisis económica mundial conocida como La gran depresión que se iniciaría en el llamado “jueves negro” cuando tuvo lugar el hundimiento de la bolsa neoyorkina en octubre del año 29. Diane Arbus moriría también en la ciudad de Nueva York el 26 de julio de 1971. El poema que encabeza esta breve semblanza, le va como anillo al dedo a la malograda fotógrafa, visionaria de “dulzuras” imposibles en territorios donde esa percepción era y es una pequeña muestra de la estética atroz del mundo. Todo dolor mantiene un grito callado en el alma que lo acoge, y en la mirada de Arbus ese dolor se ajustaba incomprensiblemente a un singular concepto estético, para muchos seguramente difícil de entender. “No todos los ojos saben ver”, y de eso algo sabía nuestro poeta Machado. “No deberías olvidarme…”, dice Paul Èluard en el mencionado poema, y esto encaja con lo que bien podría ser un reproche callado de la fotógrafa que hoy traemos a nuestras páginas. Un breve quejido


de su actitud inconformista contra la vida y su mezquina cuota de dolor. Un pequeño fleco de su callado sufrimiento existencial. Pesada carga soportada a lo largo de la corta vida de esta personalísima figura de la Fotografía, de mirada triste vuelta hacia el envés de un mundo en el que para encontrar cierto tipo de belleza se precisa tener una mirada especial; en ese mundo se sumergió Diane Arbus consiguiendo dar forma y razón a un extenso testimonio fotográfico de denuncia, y también, por qué no decirlo, de reencuentro con una muestra de solidaria y humana belleza. “Tendría que estar fuera del mundo”, leemos de nuevo en el poema de Èluard, y cuántas veces podría haber pensado eso Arbus; razones no le hubieran faltado, y quizás así debió entenderlo al poner fin a su existencia cuando estaba en lo mejor de la vida; aunque a veces hay vidas que no se viven, sólo se soportan. “Temo no ser sino por este poema”, y poemas supo hacer con sus fotografías. Versos extraídos de un pozo triste sin fondo, donde sólo unos ojos como los suyos, solidarios con el dolor escondido y suburbial, están capacitados para ver “colores” y formas de vida distintas, que fluyen esquivas a los ojos de un mundo feliz en el exceso, y complaciente con la infamia indolente que se hacina más allá del neón. A muy temprana edad, Diane Arbus inicia una relación sentimental con el que sólo unos años más tarde sería su marido, Allan Arbus. Contrae matrimonio cuando sólo contaba 18 años. Ambos fundaron su compañía “Diane & Allan Arbus” pasando a trabajar para relevantes revistas de moda como Vogue, Glamour, y Harper’s Bazaar entre otras.


Diane Arbus conoce a la fotógrafa austríaca Lissette Model con la que toma clases de fotografía, llegando a consolidarse una buena amistad de la que recibiría una notable influencia. Es durante aquella época cuando acaba divorciándose de Allan. Respecto a su periplo fotográfico, puede decirse que el periodo más productivo tuvo lugar durante los años sesenta. Muy pronto se sentiría atraída por la fotografía tomada en los barrios pobres, paseándose con su cámara por las conflictivas calles de Nueva York buscando fotografiar lo más granado de una sociedad marginada y con escasas alternativas. Se decanta por inmortalizar a prostitutas,

enfermos

mentales, enanos, también gentes

de

elevadísima

estatura, gemelos peculiares; en definitiva, retazos de una naturaleza “peculiar”, que deambula por los costados del mundo sin noticias de Dios. Seres diferentes integrados en el misérrimo reverso de la sociedad americana; olvidados y miserables “hijos de Eva”. En esas capas subyace remansado el oscuro mundo de dolor del que rara vez se habla, y donde las miradas de la “sociedad bien” prefieren ser esquivas para no contaminarse. El mundo “defectuoso” que a diario se ignora y del que nada se quiere saber. Diane Arbus se decantó, también, por escenas y personajes del mundo del circo. Este tipo de fotografía le vino influenciada, al parecer, tras haber visto la película “Freaks” (1932) de Tod Browning,


para muchos la película más censurada de la historia del cine. La película, como se sabe, fue interpretada por personas con malformaciones congénitas, y por esa razón fue prohibida en muchos países por considerarla atentatoria contra la dignidad, y también repulsiva. La intención de Arbus era que sus fotografías suscitaran sobrecogimiento y vergüenza en la sociedad americana. Lo monstruoso parece atemperarse bajo la cámara de la fotógrafa americana, para poner a salvo un adarme de ternura a pesar de su indudable carga de crudeza. En este tipo de trabajos, Arbus pretendió poner foco en la auténtica extrañeza que supone el considerado mundo “normal” en el que, según la percepción de Diane, es donde reside la auténtica deformidad y decadencia de la sociedad de su época. En este sentido, Diane Arbus confronta su mundo fotográfico contra el concepto de de una percepción estética aburguesada que la fotógrafa americana trata de dar la vuelta para hacer que la gente tenida como normal sea la que resulte realmente deforme en la ética y la estética de Arbus. La fotógrafa americana rompe moldes y se aleja del llamado “momento decisivo” de una imagen, la considerada estética crucial de un instante, suceso capaz de acoger en una fracción de segundo el bocado de la mantis para canibalizar al macho, o la mordedura de una serpiente mediante un movimiento sumamente rápido y letal. La fotografía para Arbus está en ese concepto academicista, sino más bien en la permanencia de la acción no buscada, entiende por eso que la linealidad espacio-tiempo en la que acontecen las cosas es un inmenso caudal de creatividad sin límite en el que caben muchas sorpresas, y del que se pueden extraer numerosos momentos “cruciales” de perversidad, controversia, y belleza. La vida, en suma,


con sus caleidoscópicas miradas, múltiples y sucesivas. No existe, por tanto, la liturgia del llamado momento decisivo o crucial, y de haberla, a la fotógrafa neoyorkina no parece importarle demasiado. Se ejercita en una estética muy particular que se debate en las constantes sacudidas que van de la insustancialidad a la fascinación, procurando en todo momento que hasta lo que percibimos como irrelevante, emerja con una carga especial de controvertido interés. Todo en el mundo fotográfico de Diane Arbus es susceptible de convertirse en arte, envuelto en un mensaje de indudable carga emotiva; tal vez por eso, fiel a sus propias percepciones, Arbus diría: “La fotografía es un secreto que nos habla de otro secreto. Cuanto más te dice, menos te enteras.”. Desde el punto de vista de la técnica, Diane Arbus buscó en el énfasis de la luz uno de sus mejores

aliados

para

sus

trabajos, y eso la hizo pionera en el manejo del conocido flash de relleno

o

flash

de

día.

Al

contrario de lo adoptado por la mayoría de los fotógrafos, ella quería que sus personajes fueran conscientes siendo

de

que

retratados.

En

estaban 1967,

Diane Arbus promueve una exposición fotográfica a la que da en llamar “New Documents”. También realiza fotografía de


gente relevante relacionada con diversas disciplinas; Jorge Luis Borges, Mae West o Norman Mailer, entre otras. A lo largo de su vida sufrió continuos trastornos emocionales, y una hepatitis que agudizó aún más sus estados críticos. Es muy posible que esta naturaleza la heredara de su madre abocada a padecer episodios parecidos. Era consciente de que esos impulsos la superaban haciendo de su vida un auténtico sufrimiento. En el año de su muerte acontecida en 1971, la fotógrafa sufre un episodio de profunda depresión, y eso la lleva a ingerir una elevada dosis de ansiolíticos que terminan provocándole la muerte cuando apenas contaba 48 años. La encontró muerta en su casa de Westbeth Artists Community en la ciudad de Nueva York, su amigo y también fotógrafo americano Mervin Israel cuando habían transcurrido dos días desde que falleciera. Algunos meses después es la primera fotógrafa estadounidense cuyos trabajos son elegidos para ser presentados en la Bienal de Venecia, y el MoMA neoyorkino donde se organizó su primera gran retrospectiva. He aquí, el conmovedor poema que le hizo su hermano Howard Nemerov tras su muerte.

Para D, muerta por su propia mano Mi niña, me pregunto si antes del final Pensaste alguna vez en ese juego de críosAl que seguro tú también jugaste- en el que Corrías sobre el estrecho muro del jardín Imaginándote que era un precipicio Una oscuridad de nieve que se precipitaba Al vacío, por ambos lados invisible Y cuando sentías que perdías el equilibro Saltabas por temor a caer, y pensabas por un instante: justo ahora, es ahora cuando muero.


De eso hace una eternidad. Ahora ya no estás Ya no jugarás a ese juego de los adultos En el que sobre la oscuridad y al borde del precipicio Sigues corriendo sin mirar abajo Y donde nunca saltas por miedo a caer.

Se ha vertido mucha letra en torno a la figura de esta emblemática

fotógrafa

goza

una

de

que

especial

predilección en el mundo femenino, a pesar de que Diane Arbus nunca declaró ser feminista; es más, cuando la encargaron que hiciera unas fotos a la actriz Mae West para la revista Show, ésta captó el lado menos favorecedor de la actriz. Tras la sesión, y cuando esta última se vio en las fotografías quedó tan impactada que quiso denunciar a la fotógrafa. Hay

quienes

dicen

que

buscó

ridiculizar a la actriz sacando el lado grotesco de la artista, pero yo me pregunto si realmente fue así o más bien que Diane Arbus estaba tan fuertemente seducida por su propio estilo fotográfico, y se acostumbró a


reflejar la “deformidad” como un estado más de las cosas. El lado “amable” de la estética de su época le interesaba más bien poco. No olvidemos que la fotógrafa americana escandalizó en más de una ocasión a la sociedad americana, por esa facilidad que tenía para romper los moldes de una estética falaz y oficialista. Provocar a la sociedad americana recurriendo a sus ideas mediante la expresión de una estética del dolor/horror, muy en consonancia con su propio dolor. Los perdedores, los arrumbados “Hijos de Eva”, son en realidad los redimidos en el universo fotográfico de Diane y en su peculiar forma de ver el mundo, y más concretamente, la criticable realidad de la sociedad americana fascinada por aquel entonces con los espejismos culturales del llamado “sueño americano”, término empleado por primera vez en 1931 por el historiador estadounidense James Truslow Adams. No existían ni entonces ni ahora lo que pomposamente se dio en llamar la “igualdad de oportunidades” en la sociedad americana. Diane Arbus tenía una conciencia clara sobre la verdadera naturaleza de las cosas, y lo que sólo son sus envoltorios de mentira y mezquindad. Han existido y existen seres para los que el progreso es sólo la expresión de su propia experiencia cotidiana, su lucha diaria en un hábitat de marginalidad, desesperación y dolor. Diane Arbus consiguió con sus obras sacar a la luz todo aquello que la sociedad americana se obstinaba en ocultar, o simplemente ignorar. El proclamado “sueño americano” resultaba incompatible con la miseria y el dolor de la trastienda neoyorkina. Había que correr un tupido velo sobre la marginalidad y la miseria, pero la fotógrafa americana se encargaría de sacar a la luz para denunciar la otra cara del pretendido sueño americano promoviendo el debate a través de su obra que bien pudiéramos decir comporta una carga de innegable protesta.


Muchos han sido los que se han inspirado en el horror que destilan sus imágenes. En la película de Kubric “El resplandor”, las terroríficas gemelas del siniestro hotel que aparecen en el fondo del pasillo, es una imagen cuya referencia está basada en una famosa fotografía de Arbus. Yo diría que de la obra de la fotógrafa neoyorkina pueden extraerse múltiples lecturas, y seguramente en la interpretación más subjetiva de su obra tenga mucho que ver el estado de ánimo con el

que cada espectador la perciba. Es innegable que al margen de cualquier recelo o prejuicio, hay imágenes que destilan una indudable ternura, como la del enano frente a la mujer abierta de piernas apoyada sobre lo que parece ser el alféizar de un escaparate, o como la foto que le hizo a su amiga la famosa escritora Susan Sontag , conocida entre otras cosas, por las duras críticas vertidas contra la sociedad americana, y por mantener una supuesta y secreta relación con la también fotógrafa americana Annie Leibovitz, autora de la famosa foto de John Lennon desnudo junto a Yoko Ono, sólo unas horas antes de su muerte, y que publicara la revista Rolling


Stone. Esta foto es la obra cumbre de Leibovitz, y con la que se dio a conocer a nivel internacional. Aunque ya se ha dicho casi todo sobre la vida y la fotografía de Diane Arbus, lo que es indudable es que su obra sigue fascinando a la mayoría, por el halo de intriga que sus imágenes proyectan, y su indudable interés desde el punto de vista del reportaje social. En la película “Retrato de una obsesión” (2006) dirigida por Steven Shainberg, La actriz australiano-americana Nicol Kidman encarna la vida de la fotógrafa Diane Arbus. La película parte de un argumento en el que se mezcla parte de realidad y ficción, y se basa en un periodo concreto de la vida de Arbus tomando como referencia la biografía que hizo la actriz y periodista Patricia Bosworth sobre la figura de la fotógrafa americana. En 2010 tuvo lugar en la Sala La Fábrica de Madrid, la primera exposición que se ha hecho en España de Diane Arbus. Después de más de cuarenta años de su desaparición, no cabe duda de que la obra de esta fotógrafa americana sigue estando vigente manteniendo intacto todo su interés.


Su amiga Susan Sontag y su hijo







Todas las fotografĂ­as mostradas en esta revista estĂĄn sujetas a derechos de autor, por lo que queda expresamente prohibido su uso para fines comerciales, o cualquier otro uso de carĂĄcter lucrativo sin la conformidad expresa de sus autores.

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Galería de imágenes

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Este espacio está destinado a ser expositor de las fotografías que nos vayan enviando nuestros socios. La visión de cada una de ellas irá acompañada a menudo, por las propias sensaciones de sus autores en el momento crucial de la fotografía, o instantes después tras haber conseguido su registro. Conoceremos detalles de situación, tales como si la imagen la había imaginado de antemano el fotógrafo, si fue producto del azar, o si la misma fue el resultado de un safari fotográfico programado de antemano. ¡Anímate!, y mándanos tus imágenes. Estamos deseando de conocerlas. A lo largo de las páginas encontrareis la información necesaria para que, todo aquel que lo desee, pueda participar en esta Galería poniéndose en contacto con nosotros para enviarnos sus fotografías, artículos, tutoriales, o cualquier tipo de reflexión sobre Fotografía.

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Autor:

Ángel Sotillo

Título de la fotografía: “En el borde de la mañana con los pies colgando…”

Sobre todo en las grandes ciudades, algunas decisiones peligrosas sitúan a sus protagonistas al borde de los más insospechados abismos. A menudo hay quienes muestran un desprecio absoluto por la vida. Algunos jóvenes “juegan” inconscientemente con el riesgo como una forma de escapar de la rutina, una manera de situarse fuera del sistema debido a que nada de lo establecido en él los atrae. Sienten una especie de marginación asumida, y por eso el riesgo les parece algo subversivo; una forma de escapismo al no saber ni querer explorar otras alternativas. En otras ocasiones, es el propio sistema el que induce y crea los abismos, situando a mucha gente en la desesperación y en los bordes de la trágica fatalidad. Algo tan cotidiano como la desesperanza frente al futuro, el pálpito de un horizonte sin alternativas, la impotencia vital frente a las injusticias, conlleva el suficiente detonante como para que algunas personas opten por el suicidio de diferentes maneras. La fotografía que os muestro a continuación, pretende ser un homenaje solidario con aquellas personas a las que, esto que han dado en llamar “crisis” ha arruinado sus vidas y sus ilusiones vitales; y tal vez por eso, puede que en algún momento se les haya pasado por la cabeza desaparecer de forma trágica. Sirva esta imagen como una advertencia a las decisiones equivocas, y como un rotundo SÍ a la Vida. Cada día supone una nueva oportunidad para remontar el vuelo.

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ISO: 125 Exposici贸n: 1/80 s Apertura: f 6,3 C谩mara: Sony RX100 29


Autor:

Ángel Sotillo

Título de la fotografía: “Pescando nubes” (Un guiño a Chema Madoz)

ISO: 80 Exposición: 1/640 s Apertura: f 4,5 Cámara: Sony RX100 30


Autor:

Ángel Sotillo

Título de la fotografía: “Jarama”

“¡Cuánta historia arrastra tu cauce, río Jarama! Tránsito cauto de leves rumores ¡Cuánta sangre en tus aguas y tus cienos de guerra fratricida! Hoy transcurres lánguido y sereno, exhausto de tanto drama vivido. Te alejas necesitado de olvidos, dejando atrás tus meandros, las mismas vegas que siempre vieron tus ojos, llanos orillados y dehesas siempre atentas a tu paso. Río Jarama, peregrino cansado hasta el final de tu viaje. Sigues siendo espejo de lunas, cobijo de piedras y murmullo de pájaros, amigo de álamos y carrizales, alimento de mares, milagro y refugio de mil vidas.” Á.S.

ISO: 80 Exposición: 1/50 s Apertura: f 11 Cámara: Sony RX100

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Autor:

Ángel Luque Montalvo

Título de la fotografía: “Gaviota”

“Sólo soy gaviota; así dieron en llamarme quienes nada saben de mí. Suelen suceder así las cosas. Tengo alas porque siempre tuve vocación de volar. Carezco de patrias y a ningún territorio me debo. No tengo nombre ni amos, ni carnet de identidad. Mi mundo es el mar, mi aliado el viento, y mi único nombre: libertad.” Á.S.

ISO: 320 Exposición: 1/640 s Apertura: f 5,6 Objetivo: Canon EF 17-85mm f4/5.6 IS USM Cámara: Canon EOS 40D

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Autor:

Ángel Luque Montalvo

Título de la fotografía: “Vigilantes”

En esta ocasión, el autor nos trae la imagen del detalle más importante del edificio BBVA en la emblemática calle Alcalá en Madrid. Los aurigas que vemos son obra del escultor Higinio Basterra, y pesan 25 toneladas. Originariamente su color era dorado, pero durante la Guerra Civil Española tuvieron que pintarlas de color oscuro buscando evitar ser una referencia para la aviación franquista. Su enclave fue el lugar donde se rodó la última y trepidante escena de la película “La comunidad” del director español Álex De la Iglesia.

ISO: 320 Exposición: 1/640 s Apertura: f 5,6 Objetivo: Canon EF 17-85mm f4/5.6 IS USM Cámara: Canon EOS 40D 35


Autora:

Cristina Outon

Título de la fotografía:”Las mujeres jirafa”

Cristina Outon nace en Buenos Aires el 6 de enero de 1968.Se adentra en el mundo de la imagen de la mano del Fotoclub Argentino, y allí, al mismo tiempo que descubre la magia del laboratorio, inicia sus primeros pasos en la Fotografía de la calle, con su personal manera de mirar y reflejar la realidad que la rodea. En sus fotografías hay un permanente acercamiento al ser humano, miradas íntimas y sinceras de lo cotidiano, la diversidad, las tradiciones y todo aquello que implique un conocimiento de la persona. Lejos de caer en la sensiblería, sus imágenes hablan de una gran conciencia social: “Me gustan las miradas que cuentan una historia. Mirar a través de la cámara nos ayuda a estar receptivos, a abrir canales de comunicación con el otro”. Cristina Outon es una fotógrafa, más que por vocación, yo diría que por predestinación. El que es buen observador, no tarda en darse cuenta de que sus imágenes van adquiriendo una evolución in crescendo, y eso sólo ocurre cuando, además de la técnica, existe de por medio ese karma necesario que caracteriza a todo buen fotógrafo/a; es decir, el don del llamado “ojo fotográfico”.

LA ESCLAVITUD DE LAS MUJERES JIRAFA Las Mujeres Padaung, conocidas comúnmente como las Mujeres Jirafa, pertenecen a la etnia Kayan. Llegaron a la zona central de Myanmar hace alrededor de 2.000 años, procedentes del desierto de Gobi, en lo que ahora es la República de Mongolia. Más tarde los birmanos los obligaron a desplazarse a las montañas de Myanmar oriental, y hoy las últimas 12 aldeas de los kayan están situadas en el estado de Kayah, entre Loikau y el lago Inle. Las mujeres de ésta tribu portan un anillo de latón en espiral en su cuello desde muy pequeñas, el cual deforma el cuello y el trapecio. Puede llegar a pesar hasta 20 kilos y tener una longitud de unos 30 centímetros. Han sido una de las tantas tribus que durante años ha sufrido el asedio por parte del gobierno birmano. Durante la década de 1990 muchas familias emigraron a Tailandia, pidiendo asilo político. Tailandia se lo concedió y les dejó vivir en una pequeña zona cerca del Triángulo de Oro, ocupando parte de las provincias de Mae Hong Son, Chiang Mai y Chiang Rai. A cambio, las mujeres jirafa tendrán que ejercer de atracción turística. Algo así también ocurre en el Lago Inle, en Myanmar… Allí tuve ocasión de verlas. Estas mujeres tienen poco que decir en una sociedad dominada por hombres. No hablan con el turista, sonríen, y esa sonrisa esconde su resignación como mujer, como persona ¿Quién decide el derecho a reivindicarse de esta etnia? 36


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Según la leyenda, solo las niñas nacidas en miércoles de luna llena adquieren el “privilegio” de convertirse en auténticas mujeres jirafa, término que a los pocos minutos de estar allí, descubres que no les gusta en absoluto a pesar de que consta así en las guías. Algunos antropólogos apuntan al concepto místico, y piensan que los aros protegen contra las mordeduras del tigre mientras que otras teorías establecen que las bobinas de metal reflejan el cuello de un dragón. La teoría más extendida es la que se refiere a que esta práctica era utilizada para evitar el secuestro de las mujeres padaung por parte de otras tribus. A ciencia cierta no se conoce el origen exacto de esta tradición aunque se da por bueno que se trata exclusivamente de una cuestión estética. 38


En realidad no se trata de una técnica para alargar el cuello, porque físicamente es imposible; lo que se consigue con los aros es bajar las costillas respecto a su normalidad morfológica, y de esa forma el cuello cobra un aspecto anormal de alargamiento. La intención es que esos anillos sean de por vida, pero bien es verdad que pueden verse a algunas mujeres que no lo llevan, cuyo aspecto es chocante y no muy agradable de ver, en estos casos, el cuello se intuye frágil y lógicamente inestable.

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Autor:

Luis R. Moyano

Título: “Líneas”

“Daba la impresión de que sólo quería caminar sin pretender llegar a ninguna parte; no obstante, aquellas malditas líneas que la máquina había dibujado sobre la arena, le hicieron reflexionar de nuevo sobre el asunto escabroso. Aquellas líneas parecían querer enjaularlo en su propio laberinto. Las sinuosas paralelas iban y venían para a continuación retornar al mismo sitio. La desesperación lo sumió en una ensoñación imposible al pensar, banalmente, que una de aquellas trayectorias lo sacaba del maldito lugar mostrándole el atajo hacia un Edén sin zozobras, sin dedos acusadores ni jueces con derecho a juzgarle. Se desmoronó de pronto al oír cercanas las sirenas, y esa realidad lo volvía a situar de manera inapelable en su tragedia. Era cierto que la había matado, pero de qué serviría ahora el arrepentimiento, cuando sobre el hecho consumado ya no había posibilidad de retorno. Pensaba esto con pasos cada vez más lentos, entregado ahora a las aciagas consecuencias de su salvaje desatino. Se detuvo, y sólo instantes después, sintió que alguien le esposaba las manos bajo la espalda. Sin siquiera girar la cabeza para ver al policía, se limitó a mirar indolente al suelo, y comprobar sorprendido cómo los surcos arenosos iban desapareciendo lentamente bajo la batiente marea y la súbita brisa que provenía del mar…” Á. S.

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ISO: 250 Exposici贸n: 1/200 s Apertura: f 22 C谩mara: Canon EOS 5D Mark III 41


Autor:

Luis R. Moyano

Título: “Arroyo Pradillo” CERCEDILLA (Madrid)

ISO: 100 Exposición: 1,6 s Apertura: f 22 Cámara: Canon EOS 5D Mark III 42


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Conocí a José Manuel Feito por casualidad; ambos participábamos en un foro web de fotografía. Como no vivimos demasiado lejos el uno del otro, eso hizo posible que concretáramos un encuentro, un día festivo que hace ya varios años, y que dedicamos a hacer un performance fotográfico al aire libre. Me apasionan los performances fotográficos, y algo de eso ya se irá viendo en esta revista. Como persona, Feito es una persona cercana, franca y de gran bonhomía. Respecto a su faceta artística que es el eje del asunto que nos ocupa, no tardé en darme cuenta de que estaba frente a un artista cuyas esencias más destacables eran el entusiasmo, el buen hacer fotográfico y, sobre todo, el tesón por tratar de hacer arte dentro de una faceta tan compleja como es la Fotografía, a la que no se llega artísticamente por simple afición o entretenimiento. Tras un tiempo importante de aquel primer encuentro, vuelvo a coincidir con José Manuel Feito en el muro CÁMARAS Y AMIGOS de Facebook, y una vez más vuelven a sorprenderme sus trabajos fotográficos sobre los cuales destacaría, además de una evidente técnica, una búsqueda constante por reivindicarse con un estilo marca de la casa. Vuelvo a quedar gratamente sorprendido por la destacable trayectoria de este fotógrafo y amigo, cuyas obras están empezando a ser reconocidas por muchos otros artistas y tenidas en cuenta por diferentes galeristas. No hablemos más del asunto, y pasemos a lo sustantivo de esta sección, cuyo objetivo es el de mostrar algunas obras de este interesante artista, destinado a consolidarse como artista en este difícil y proceloso mundo de la Fotografía. Es un verdadero placer para mí dedicarle un espacio especial en estas páginas, y espero que no sea la última vez que José Manuel Feito nos muestra en Club VISOR sus trabajos. Ángel Sotillo

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DE SU EXPOSICIÓN “ENSOÑACIONES UTÓPICAS” EN VALLADOLID

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“ Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás.” Robert Frank

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Por Ángel Sotillo

La irrupción de la era digital en la Fotografía responde a la lógica de los avances tecnológicos, y en consecuencia a consolidar un nuevo espacio en el campo de la imagen. Las transformaciones de las últimas décadas se imponen inevitablemente a las técnicas de la era analógica. Inventar, Desarrollar, e Implantar, son características inherentes a cualquier tecnología en un país desarrollado. Si un sistema capitalista careciera de capacidad inventiva, las sociedades no progresarían, al mismo tiempo que las fuentes de riqueza se ralentizarían para entrar en un proceso de franco declive. Estamos lejos de la famosa frase de Unamuno “¡Que inventen ellos!”m surgida de la controversia que éste sostuvo con Ortega, poniendo así de manifiesto el escritor vasco su creciente desconfianza sobre el fenómeno europeísta, cuyo avance en ciernes amenazaba con suplantar a la consustancial mística española. En algún momento retomaré ese pasaje de España, y trataré de profundizar más en la sustanciosa controversia entre estos dos insignes pensadores. Con los ojos de hoy, está claro que cuando surge un colapso en los modos de producción afectando a la renovación de sus productos derivados, es cuando devienen las crisis económicas con toda la incertidumbre que esa consecuencia genera. La era Digital es una muestra de ese desarrollo necesario aplicado a las 51


tecnologías que, como todo el mundo sabe, tiene su origen en la Informática, y ésta, a su vez, tuvo como base a la Matemática. Retomando el tema que nos ocupa habría que decir, pues, que el momento actual apuesta claramente por el mundo digital y todo el abanico de posibilidades que tiene delante como reto. La apuesta comercial va en esa línea; no sólo por el ímpetu con el que se ha consolidado en el mercado, también porque cada vez hay más aficionados a la fotografía digital, o al menos, que se compran una cámara de estas características que, entre otras cosas, no depende de tener que disponer de un área de trabajo ex profeso (cuarto oscuro), ni de la incomodidad que supone manipular elementos químicos para realizar los procesados, ni el fotógrafo se expone a las incertidumbres que siempre acarrea el carrete fotográfico respecto al resultado final que supone el revelado. La era digital facilita enormemente la práctica fotográfica, y en un mundo donde prima por encima de todo el sentido práctico de las cosas, no es de extrañar que el mercado apueste cada día más por las técnicas digitales. La realidad digital ha supuesto tener que diferenciar entre fotografía tradicional y fotografía digital, como una forma de establecer fronteras entre ambas herramientas de trabajo; si bien el concepto de lo “clásico” es un término demasiado frágil puesto que a él se va sumando poco a poco toda la tecnología que va quedando absorbida por las crecientes novedades. En cuanto al resultado, que es lo que nos interesa, la fotografía digital no queda devaluada respecto a la fotografía tradicional; es más, en algunos casos el resultado digital es mejor, y a un menor coste. Siempre se ha dicho que la fotografía recoge un instante único e irrepetible, haciendo bueno aquello que decía el filósofo materialista griego Heráclito, de que “nadie se baña dos veces en el mismo río”. La mayoría de las imágenes que han dado la vuelta al mundo resultan ser instantes únicos, con independencia del género o clasificación de la instantánea. Dentro de su ámbito, National Geographic, por ejemplo, constituye un claro exponente en este sentido. Sus espectaculares imágenes derrochan técnica, ejecución perfecta, al margen de un evidente despliegue de medios técnicos que, por lo general, están fuera del alcance de fotógrafos aficionados, e incluso de muchos profesionales. Pero esta realidad en cuanto a la posibilidad de medios, aún siendo un factor 52


importantísimo, no impide que máquinas modestas hagan auténticas delicias fotográficas en manos de fotógrafos aficionados, o no siempre necesariamente expertos, lo que demuestra que en Fotografía no todo depende de una buena máquina; es también una cuestión de cabeza (entiéndaseme el sentido).

El nomadismo del fotógrafo es a mi juicio una característica importante pues contribuye a una mayor recolección de imágenes, con la consiguiente oportunidad añadida de poder generar bellas y diferentes imágenes. Los fotógrafos documentalistas, corresponsales de guerra, amantes de las geografías inexpugnables, los eternos viajeros, etc., siempre obtendrán más y mejor diversidad de imágenes, aunque el resultado práctico sea siempre un factor discutible en relación con la calidad y el momento decisivo de cada imagen captada. En este sentido y en lo concerniente a la relación entre oportunidad y resultado me asalta una pregunta: ¿el fotógrafo nace o se hace? Yo tengo mi propia respuesta, e imagino que también la mayoría de vosotros. 53


Del tronco inicial de la era digital en fotografía ha surgido el conocido Diseño Gráfico, cuya síntesis constituye un verdadero camino abierto de innumerables posibilidades creativas. Del cuarto oscuro tradicional, estamos ahora en el “cuarto abierto” del procesado, basado exclusivamente en técnicas digitales cada vez más diversas y eficaces. El momento actual de la Fotografía nos permite dar rienda suelta a nuestros mundos interiores, y a un sinfín de composiciones fotográficas imposibles de imaginar hace apenas unas décadas, y que serían difíciles de recrear (por no decir imposible) con la fotografía tradicional. En este sentido, y por analogía comparativa, la pintura resulta más flexible desde el punto de vista creativo. Muchos de los diseños fotográficos que se hacen hoy en día, fueron antes plasmados por pintores antiguos: cubismos de todo tipo, vanguardismos coloristas, surrealismos oníricos, o aquellos cuadros del pintor milanés Giuseppe Arcimboldo, donde las caras aparecen en sus cuadros perfiladas con frutas, flores, y otros ornamentos raros. Las “rarezas” en la fotografía tradicional son siempre limitadas, recurriendo necesariamente a procesos complicados y laboriosos basados en las posibilidades de

los compuestos

químicos tradicionales.

Desconozco si se sigue experimentando con nuevos productos químicos de cara a obtener novedosos resultados en el acabado final de una imagen, o si ese avance ha quedado “muerto” o ralentizado debido a la realidad digital en constante expansión. Para composiciones o “efectos” más allá de lo que supone revelar una simple foto, habría que fijarse en otras disciplinas artísticas, como ya hemos dicho, tales como la pintura, el dibujo, grabados, técnicas textiles, y alguna que otra actividad artística que nada tiene que ver con el mundo de la fotografía. Hoy en día ya es posible llevar a cabo casi cualquier tipo de composición con la posibilidad de incorporar numerosos elementos a criterio del artista. Todo esto nos lo proporcionan las técnicas digitales tras la eclosión de un nuevo concepto 54


de Fotografía, y más concretamente mediante el conocido Diseño Gráfico Digital. No resulta fácil ser un buen diseñador gráfico, y en esto tiene mucho que ver la “madera” del artista o potencial creativo para saber interpretar con un criterio personal y artístico otro tipo de realidades. En las escuelas se aprende, pero el “alma” del artista es una cualidad especial intransferible; de ahí mi cita anterior sobre “cuestión de cabeza”. Hay un verdadero aluvión de diseños sorprendentes, y si la imaginación tuviera límites, es muy posible que ahora mismo estuviéramos ya rozando ese límite; pero no, los límites de la creación nos son desconocidos; tal vez porque las formas que se dan cita en nuestro cerebro provienen de un misterioso cofre inubicable. Mi impresión es que este tipo de artistas (diseñadores gráficos), mantienen un mundo interior propio, muy afín al de cualquier otro artista, pero, además, se necesita una buena base técnica y, sobre todo, tener ideas interesantes y novedosas que comunicar a través del diseño o la fotografía propiamente dicha, si bien es verdad que las exigencias publicitarias no siempre encauzan debidamente la potencialidad del artista; más bien la malean. Mundos alejados de lo netamente cotidiano que posibiliten al artista transformar la realidad y nuestra capacidad de percibirla desde otros puntos de vista: subjetivos, oníricos; en cualquier caso insólitos (he sorteado conscientemente el término “irreal”, porque hablar del concepto “realidad/irrealidad” es todo un debate). El creativo tiene que jugar con yuxtaposiciones y perspectivas estéticas que posibiliten dar cauce a su mundo interior, y a todo aquello que quedó registrado involuntariamente en su subconsciente por los impactos de complejas realidades, e incluso, y también, por los de la realidad cotidiana. Las expresiones artísticas que tratan de desenvolverse en otros espacios, deben tener un carácter netamente imaginativo, propiciando la creación de un mestizaje irreal pero siempre dentro de un sentido estético y sin perder de vista el equilibrio y la armonía. Con la técnica digital, el mundo onírico ha conseguido diversificarse mucho más. Una buena técnica es capaz de alumbrar un tipo de “fotografía” imaginativa, 55


recreaciones fantasiosas, elementos que serían difícilmente concebibles en un encuadre con las técnicas de la fotografía tradicional. Es necesario distinguir claramente lo que es Fotografía, Diseño Gráfico, y Retoque Digital. De entre estas tres características, sólo el Retoque Digital resulta hoy imprescindible en el trabajo de cualquier fotógrafo, mientras que el Diseño Digital es el resultado de una disciplina distinta capaz de progresar por sí misma aunque manteniendo una continua referencia en la Fotografía. Dicho de otro modo, todo fotógrafo que se precie de serlo, al margen de las características propias que definan su obra, necesita conocer el tipo de ajustes a emplear para conseguir los realces necesarios en sus fotografías, por muy bien que se haya realizado la captura inicialmente. No obstante, un fotógrafo no tiene porque adentrarse en el mundo del Diseño Gráfico, pues, como he dicho anteriormente, la Fotografía propiamente dicha poco o nada tiene que ver

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con el Diseño Grafico, aunque ambas disciplinas estén relacionadas. A menudo son tan sutiles las fronteras, que cabe confundirlas e incluso adentrarse en ellas de una manera inconsciente (o consciente). En una fotografía reconocemos y valoramos el conjunto de elementos plasmados en ella, la técnica empleada, su capacidad de embelesar, de emocionar, o incluso de detestar cuando la imagen recoge un momento atentatorio contra valores universales o personales; como por ejemplo el sufrimiento humano, escenas miserables, dramas de catástrofes naturales o bélicas, etc. Para la mayoría, el grado de complicidad que se establece entre la imagen y quien la contempla, sumado al grado de afección que genera la comunicación visual, es lo que realmente determinante el valor de una imagen. En el mundo fotográfico se habla mucho de encuadres, claves altas o bajas, realce de sombras, luces reventadas, punto de vista, regla de tercios, luminancias, etc., y rara vez escucho debatir sobre la disposición psíquica del fotógrafo en el momento de hacer la fotografía; es más, estoy convencido de que el resultado obtenido tras el llamado “momento decisivo”, depende en gran medida de la predisposición del fotógrafo en ese preciso instante. Frente a una misma panorámica, retrato, etc., dos fotógrafos registrarán una imagen de manera distinta, cuyo resultado final no sólo pondrá de manifiesto dos estilos diferentes, sino, y también, una predisposición psíquica diferente en el momento de captar la imagen; es tal vez, y sin entrar en matices, lo que ha dado en llamarse “ojo fotográfico” del artista; una cualidad especial para hacer destacar aquello que no siempre es fácil ver a simple vista, pero que resulta determinante en la plástica y/o el mensaje de una fotografía. Definir el cómo y el porqué del impacto de una fotografía es con frecuencia tarea baldía, porque es siempre la consecuencia de una compleja interacción de sensaciones instintivas y controvertidas entre quien contempla, y la presencia material de la fotografía. Lo que resulta 57


verdaderamente extraordinario es pensar que quien “congeló” ese instante irrepetible, lo hizo en una fracción de segundo. La imparable aparición de la era digital en fotografía ha revolucionado el mundo de la imagen, poniendo en crisis todo lo concerniente a las formas y elementos de la fotografía tradicional. En 2007 en España pasaron de venderse algo más de 64.000 unidades de cámaras, a sólo unas 26.000. Los malos momentos que atraviesa Kodak, pionera en el tema fotográfico, nos da una idea de hasta dónde la era digital se ha impuesto en el mundo de la imagen desplazando prácticamente del mercado a la fotografía tradicional. Los argumentos de los más incondicionales defensores de la fotografía clásica se han ido dulcificando con el paso del tiempo, sobre todo, en la medida que por necesidad, curiosidad, o simple instinto de supervivencia, se han ido introduciendo en las técnicas digitales. Hay una absurda percepción purista, por parte de quienes piensan que una foto realizada de manera tradicional tiene más valor que las fotografías digitales de hoy en día, cosa en la que estoy en franco desacuerdo. A veces se recurre a símiles absurdos, como quienes comparan los guisos antiguos de la abuela, con los platos precocinados de hoy en día. Es falaz el argumento, toda vez que la mayoría de los resultados culinarios se basan en la calidad de los alimentos empleados; si los ingredientes son buenos, la degustación participará de esa misma cualidad: fotógrafos buenos, y menos buenos. Para resumir diríamos que el fotógrafo tradicional constituye hoy en día una muestra, poco menos que testimonial, comparada con la del auge imparable de los fotógrafos digitales. Optar en la época actual por el cuarto oscuro, es poco menos que empecinarse en remasterizar el pasado de la fotografía; unos lo harán por tradición, otros por temor o desconocimiento de las posibilidades digitales, otros por puro pasatiempo o por no perder de vista las nostalgias, y en esto último introduzco (no lo niego), cierto buen gusto por la artesanía y el disfrute que a muchos les sigue proporcionando el cuarto oscuro y la magia siempre incierta de los resultados químicos. De aquí a no mucho tardar, buscar un carrete para insertarlo en una máquina antigua, será algo parecido a un ritual de reencuentro con lo ancestral y el sepia de los 58


tiempos; una evocación de los olores característicos de las emulsiones, las luces rojas, pinzas de secado sobre cuerdas; la soledad, en suma, del fotógrafo de ayer, observando cómo los negativos van lentamente transformándose en imágenes a la antigua usanza. Un culto a los “milagros” del cuarto oscuro que a tantos atrajo en su día. Así ocurrió con el ciclo que vivieron las grabadoras, las televisiones, los vinilos, etc., pero sin desechar en absoluto los procesos de las modas cambiantes, capaces de hacer y reaparecer las cosas antiguas; sobre todo cuando ciertos resurgimientos son susceptibles de crear mercado.

Del británico StormThorgerson Photoshop es la herramienta imprescindible para el Retoque Digital. Todos lo utilizamos; incluso quienes se niegan a admitir que lo usan. Ahora bien, en su pugna por introducirse en el mercado digital, las casas comerciales han desplegado una serie de elementos adicionales en constante expansión denominados plugins que, a menudo, y de cara al resultado final de la foto, superan en muchos casos a la funcionalidad de las herramientas diseñadas para ese mismo fin dentro de cualquier software integrado. Luego está la competencia entre compañías de 59


software fotográfico, en busca de productos que se conviertan en esenciales para los fotógrafos digitales. La casa Adobe, es a mi juicio la que está a la vanguardia en este tipo de productos. Lightroom es otra delicia de paquete fotográfico; un clásico entre los aficionados a la fotografía digital. A las casas que les cuesta trabajo desplazar a Photoshop o Lightroom, les queda el consuelo de dar con plugins prácticos y novedosos; muchos de ellos, como he dicho anteriormente, suponen un recurso más completo y con mejores resultados que los que vienen integrados en los más emblemáticos paquetes de diseño gráfico o retoque. En este sentido, Photomatix Pro, o Dynamic Photo constituyen dos herramientas muy interesantes con las que trabajar fotografías de tipo HDR (Alto Rango Dinámico). Concluyo aquí mis comentarios, no sin antes dejaros una composición fotográfica basada en dos imágenes que nada tienen que ver la una con la otra. Mal hecho por mi parte adelantar este detalle que puede restar interés a la contemplación de la instantánea. Como a veces ocurre en literatura o el cine, cuando uno tiene una información adelantada sobre la trama y los personajes, la lectura o la asistencia a la película pierden interés porque pasamos a leer o ver con una predisposición de menor entusiasmo. Mantener intactas las claves de la fantasía ayuda a interiorizar mejor el mensaje del arte. La ficción es vuelo, disipación, sutileza…, lo que consideramos realidad es lo contrario, una percepción más doméstica y accesoria sobre una determinada naturaleza de las cosas. Nuestros sentidos están, felizmente, asentados en la realidad que supone lo cotidiano; y digo “felizmente”, porque instalarse permanente en el delirio puede entrañar cierto riesgo para la salud, a menudo un claro signo de genialidad y/o trastorno emocional. Demasiadas veces la genialidad se convierte en locura, pero no por eso lo que conocemos como cordura queda a salvo del desastre. A diario vemos como en nombre de la cordura se tortura y se comenten genocidios; la genialidad delirante del artista suele ser inocua, un acto de ensimismación creativa cuyo grado de afectación compromete exclusivamente al genio y sus genialidades. Son sus opciones, elegidas libremente e influidas por una determinada cosmovisión del arte. 60


EL SUGERENTE MUNDO DE LA FOTOGRAFÍA INFRARROJA

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Por José Luis Navarro Cabo INTRODUCCIÓN: Soy un aficionado a la fotografía digital, fundamentalmente me dedico a la vertiente que más me gusta, que es la de paisajes, mis avances se han ido sucediendo de una manera principalmente autodidacta, basado en mis propias experiencias y todo aquello que he podido ir captando de colegas y de lo que he podido extraer de este mundo de la red. Hace ya unos años despertó en mi cierto interés por la fotografía infrarroja, me llamaba mucho la atención esos paisajes con la vegetación blanca, a veces violeta o incluso rosada, esos tonos irreales de los cielos, como de sitios mágicos de ensueño, oníricos, como de otro planeta, por otra parte me atraen bastante por el toque surrealista que les confiere esos colores. Tengo que reconocer que en fotografía soy algo dado a manipular lo que muchos consideran la realidad, algo que en naturaleza estaría totalmente prohibido, en depende que tipo de tomas se tratase, en lo que concierne a lo que me interesa que son los paisajes creo que solo nos deberíamos de centrar en enfatizar ciertos matices, a fin de darle a la imagen cierta espectacularidad por decirlo de alguna manera, es una forma de potenciar la escena para hacerla más hermosa aún, me refiero a retoques de saturación, contraste, iluminación y poco mas, por supuesto que descartado cambiar un cielo azul por uno rojo, aunque confieso que yo si que lo hecho en algunas nocturnas con algo de contaminación lumínica.

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Pensareis que porque estoy diciendo todo esto ¿no?, pues es muy sencillo, en fotografía infrarroja si que vamos a poder hacerlo, partiendo de la base de que es una luz invisible al ojo humano, que solo la cámara es capaz de ver, no veo ningún inconveniente en procesar como a uno más le guste, es una posibilidad de crear sin restricciones ni miramientos, se trata de buscar la estética que mas a uno le guste. Es curioso, muchas de mis fotografías normales, han sido tratadas de irreales, en foros, blog, etc. con el comentario típico “está muy retocada, ¿eso era así?”, en cambio cuando he mostrado alguna IR nadie ha dicho nada, simplemente ha llamado la atención, el comentario más común “¡oh!, parece un paisaje nevado. Qué bonito”, preguntado por qué es así y atendiendo con gran interés la explicación que les he dado. Curioso, ¿no? Después de todo esto me pregunto, ¿y la fotografía en blanco y negro?, ¿acaso no es más irreal que ninguna? En las imágenes siguientes podéis ver cuatro variantes de procesados de infrarroja

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IR natural, balance de blancos sobre el verde

IR virada a B&N procedente de la anterior

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IR cielo azul procedente de la primera

IR cielo rojo procedente de la primera

Como podéis ver las posibilidades son bastantes, quedando a nuestro gusto la posibilidad de elegir una u otra, yo personalmente intento ver cual en función de cada imagen, aunque particularmente tengo mi debilidad por la del cielo azul, y por supuesto, siempre hago todas las de la misma serie iguales.

EQUIPO NECESARIO En realidad la luz infrarroja se escapa a la visión humana se mueve entre el espectro lumínico comprendido entre los 700 y los 1200 nanómetros, y requiere de una fuente de radiación infrarroja, la cual es emitida por todo cuerpo caliente en mayor o menor medida, con lo cual es fácil comprender que el sol es la fuente de infrarroja más potente que existe. 65


Sabiendo esto podemos deducir fácilmente que las mejores fotos infrarrojas las tomaremos cuando mas sol haya, y la luz sea más intensa, curioso ¿no?, ya no tenemos escusa para dejar de hacer paisajes cuando el sol está en todo lo alto. El equipo de fotografía mínimo que se necesita es una cámara fotográfica y un filtro que solo deje pasar el espectro lumínico infrarrojo. Hoy en día solo voy a hablar de cámaras digitales, y en concreto de las réflex, la manera más económica es hacernos con un filtro IR roscado delante del objetivo, yo recomiendo el Hoya R72, también he probado otro bastante recomendable que es el B+W 92-IR, los dos con cámaras canon, en principio una 20D y luego con una 5D clásica, aunque me gustó mucho mas el resultado del Hoya, desconozco si en otras marcas de cámara ocurrirá lo mismo. Con este sistema no todas las cámaras réflex tendrán las mismas condiciones para el IR, todo depende del filtro llamado anti-aliasing que llevan delante del sensor el cual además es un bloqueador de la luz IR, estas dependerán de lo restrictivo que sea con ella, imaginaros que por una parte le colocamos un filtro que solo deja pasar luz IR, y detrás hay otro, el anti-aliasing que la bloquea en parte, la consecuencia es que los tiempos de disparo podrían alargarse en función de la restricción que tiene el filtro trasero. Conviene enterarse de cuáles son los modelos de cámaras menos restrictivos con la luz IR. Por lo que tengo entendido, las menos restrictivas, y por tanto más adecuadas, son los modelos más antiguos; en Canon la 10D, 20D, 5D son válidas. Podéis hacer una prueba muy sencilla con vuestra cámara, sin colocar ningún filtro, en un cuarto oscuro con el mando a distancia IR de la televisión ir probando exposiciones hasta ver cuando se aprecia la luz 66


que emite, si los tiempos de exposición con diafragmas medios a ISO 100/200 se alargan más de ocho o diez segundos tendremos una cámara podo adecuado, he probado con una Canon 7D y no he sido capaz de ver la luz en 20”de exposición. Con este método ya podremos tomar fotos, pero necesitaremos obligatoriamente utilizar trípode a plena luz, debido al alargamiento del tiempo de exposición por una parte y porque encuadrar con el filtro IR roscado delante del objetivo es imposible, ya que apenas veremos algo a través de él. Por otra parte tenemos la posibilidad más recomendable, aunque también tiene su inconveniente que luego veremos. Se trata de transformar nuestra réflex para fotografía infrarroja, la manera es retirar el filtro anti-aliasing que monta el fabricante y en su lugar poner un filtro IR, con lo cual el sensor solo captará luz infrarroja, la operación se puede realizar en laboratorios especiales, por un coste de alrededor de 200€, puede parecer caro, pero hay que tener en cuenta que un buen filtro IR de rosca 77mm. nos cuesta ya en torno a 100€. Ventajas:     

Disparar al aire sin trípode. Encuadre como con la convencional. Tiempos de exposición similares a la luz normal. Mejor nitidez, ya que se calibra la distancia de enfoque del sensor a la luz infrarroja al hacer la transformación. Podremos hacer uso del fotómetro, aunque siempre marcará uno o dos pasos por debajo.

Desventajas: 

La cámara ya no vale para fotografía normal, aunque la operación es 67


reversible. Coste superior.

  TOMA DE LA FOTOGRAFIA Tenemos que conseguir imágenes lo más impactantes posibles, por lo tanto buscaremos días con cielos parcialmente nublados, con nubes pasajeras y con el sol lo más alto posible, olvidémonos de colocar a este en el encuadre, aunque esté amaneciendo o en el ocaso, lo que conseguiremos son unos flares impresionantes, ya que los objetivos no están preparados para controlar la reflexión de este espectro de luz y las tomas no serán utilizables. Los motivos ideales serán paisajes con mucho verde, incluso con la inclusión de elementos arquitectónicos de interés, la inclusión de agua tanto estancada como en movimiento también es interesante, para ella lo mejor es las réflex transformadas, que tienen la posibilidad de jugar con el tiempo de exposición a nuestra conveniencia. Encuadraremos y ajustaremos la exposición, en la opción de roscar el filtro IR la exposición será a base de prueba/error, en las transformadas podremos hacer valer el fotómetro, dispararemos en RAW, utilizaremos la sensibilidad lo más baja posible y un diafragma medio entre f:5´6 y f:8, yo en paisajes siempre utilizo enfoque manual, y hacemos la fotografía, si hemos puesto el balance de blancos en automático nos saldrá una cosa

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así: Yo recomiendo disparar con balance de blancos personalizado, tomando como blanco una foto sobre el verde de la vegetación, de esta manera aprecio mejor en la pantalla de la cámara el resultado, aunque luego en el procesado del RAW podremos hacerlo. En este caso nos quedará algo así:

PROCESADO En esta fase es donde radica lo que para mí es más interesante, que será trabajar la imagen para hacerla lo más impactante posible. Trabajo el RAW con el programa DPP de Canon, ajustando y mejorando desde éste la exposición y el contraste, también lo podemos hacer con cámara RAW para usuarios de otras marcas de cámara. Convertimos a TIF y abrimos la imagen en Photoshop, es aquí donde cada uno tiene que trabajar la imagen a su gusto, en la introducción ya os 69


he dicho las posibilidades de combinar colores según el gusto personal de cada uno. Para ello la base es trabajar la Imagen/Ajustes/Mezclador de canales, y más o menos hacemos lo siguiente:

 

Seleccionamos el Canal de salida rojo y ponemos en canales de origen el rojo al 0% y el azul al 100%, el verde no lo tocamos. Después seleccionamos el Canal de salida azul y ponemos en canales de origen el rojo al 100% y el azul al 0%, el verde no lo tocamos. Para conseguir otros colores moveremos los cursores hacia otros valores. Luego ya en función de las habilidades que se tengan en Photoshop y el gusto personal de cada uno trabajaremos los colores por separado, saturando, ajustando tono, equilibrio, etc. Aplicaremos mascara de enfoque y lo que creamos oportuno. A mí esta imagen me ha quedado de la siguiente manera:

70


Realmente el resultado es una imagen diferente, sorprendente e impactante, que no deja a nadie indiferente, con una mezcla de surrealismo de la zona terrestre con un color más real del azul del cielo. Si optamos por el virado a B&N la cosa es mucho más sencilla, con el método que tengamos costumbre pasaríamos la imagen balanceada a B&N, y luego trabajamos como es habitual este tipo de imágenes, procurando que no se nos vayan los blancos de la vegetación, que es lo que hace diferente a estas imágenes. Espero que este tutorial os ayude para empezar con las infrarrojas, podéis ver mis trabajos fotográficos en mi blog. http://jlnavarrocabofoto.blogspot.com.es/

t

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72

2014

Por Ángel Sotillo

EDICIÓN CON ADOBE CAMERA RAW (ACR)


Fig.1

Vamos a partir del escritorio que nos ofrece ACR. Reconocemos el menú de controles a la derecha. Encabeza el menú de ajustes el Equilibrio de blancos, que supone una magnífica ayuda para nuestra edición, y que se complementa con el cuentagotas del menú superior denominado “Herramienta de Equilibrio de blancos” y que lo identificaremos textualmente al pasar el cursor sobre él. En el primer apartado del menú se encuentran Temperatura y Matiz. En el segundo apartado encontramos

Exposición, Contraste, Iluminaciones, Sombras,

Blancos, y Negros. Finalmente un último apartado para Claridad, Intensidad y Saturación. A veces editar la imagen en este entorno sería suficiente para conseguir una excelente imagen, sin olvidar 73


que para conseguir un buen resultado es necesario partir inicialmente de una buena imagen. Lo cierto es que la mayoría de los fotógrafos acabamos completando la edición en el entorno de Photoshop. A pesar de todo, justo es reconocer el acierto de Adobe con la creación de esta interfaz que va más allá del concepto plugin para situarse más bien en el concepto de una aplicación propiamente dicha. Vamos a ver muy sucintamente que es lo que podemos conseguir con ACR partiendo de la imagen fig.1. después de haber actuado con parte de los ajustes que describimos a continuación. Lo primero que debemos hacer es clicar en las casillas superiores que hay a ambos lados del histograma con el fin de activar las alarmas de exceso de luces y sombras. Si las imagen está subexpuesta las líneas del histograma se concentrarán a la izquierda del histograma y nos aparecerán en la imagen unas manchas azules indicándonos dónde se está produciendo el exceso de sombra; por el contrario, si son las luces las que están sobreexpuestas, la tonalidad del aviso pasará a ser roja indicándonos

las

áreas

dónde

está

teniendo

lugar

la

sobreexposición. Para verificar estos comportamientos en el histograma,

lo

mejor

es

probar

con

los

deslizadores

desplazándolos a un lado y a otro hasta que la gráfica del histograma se vaya agolpando a un lado y a otro de la ventana. La pestaña “Básico”

se nos abre por defecto al abrirse ACR, y

es en donde debemos actuar primeramente. Las secuencias de los 74


ajustes no están ubicadas a capricho, sino que atiende a una lógica general para el flujo de los ajustes en la imagen, aunque eso no quiere decir que tengamos que pasar por todos ellos necesariamente, aceptando el orden secuencial con el que vienen presentados en pantalla, como digo, la presentación con el que nos los muestra ACR atiende a una lógica de carácter general sin tener en cuenta, obviamente, las características de una imagen concreta. Algunas cuestiones que es aconsejable tener en cuenta son las siguientes:

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1. Para devolver los deslizadores a su estado inicial una vez que los hemos desplazado para el ajuste, bastará con pulsar dos veces consecutivas sobre los botones. 2. Ctrl+z cancela el último ajuste realizado en la imagen. Los ajustes que producen más impacto sobre la imagen son Claridad y Contraste, por eso es necesario no abusar demasiado de sus valores. La Intensidad enfatiza los tonos más apagados, mientras que la Saturación actúa sobre todo el conjunto tonal de la imagen. LA CURVA DE TONOS.

Es la segunda pestaña que aparece

en los controles Básicos. Tiene la posibilidad de presentar los ajustes de forma paramétrica o mediante puntos; personalmente, prefiero esta última. Sus ajustes están encaminados a oscurecer o iluminar ciertas áreas de la imagen, así como realizar variaciones de contraste. Podemos anclar un punto en el centro de la diagonal y a partir de ahí, actuar sobre el segmento superior o inferior. Tal y como ocurre en Photoshop, el segmento superior o derecho de la diagonal actúa sobre las luces, y el inferior o izquierdo sobre las sombras. Suele dar buenos resultados generar una S suave, aunque dependiendo del efecto buscado puede aumentarse la forma de la curva. Con este ajuste conseguimos enfatizar las sombras en la parte inferior de la imagen y realzar la claridad en la parte superior de la misma. La longitud de la línea diagonal puede asumir hasta 14 puntos de ancla.

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DETALLE.

Como es sabido que el enfoque puede afectar al

ruido en nuestro resultado, este ajuste integra la posibilidad de poder corregir este efecto no deseado. Es aconsejable ajustar el efecto ruido antes de entrar a ajustar la imagen con los manejadores del Enfoque. Para observar el grado de afectación de ruido en una imagen, lo mejor es ampliarla con el zoom del menú superior, o bien hacerlo con los porcentajes que aparecen en la parte inferior izquierda de ACR (Adobe Cámera Raw). Los manejadores correspondientes a Cantidad y Radio controlan la intensidad que le estamos dando al enfoque. Un valor excesivo del Radio puede causar halos en la imagen. Los denominados Detalle y Máscara establecen las áreas a las que se aplica el enfoque; en el caso del Detalle un valor menor prioriza el borde de las zonas donde se hace más necesario el detalle, para ir pasando a áreas menos evidentes en la medida que aumentamos el valor. Un valor menor en la Máscara produce detalle en las áreas que más carecen de él, y pasa a enfatizar el resto de áreas en la medida que aumentamos el valor. Pulsando Alt. En el teclado al mismo tiempo que operamos con su deslizador, iremos viendo cómo va afectando el detalle. Si estamos trabajando en modo zoom con la imagen (es lo aconsejable), para volver a la imagen normal clicaremos en el icono mano del menú superior de ACR. Luminancia: ajuste necesario para disminuir el ruido que suele aparecer en las sombras o en los tonos uniformes.

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Detalle de Luminancia: es un arma de doble filo si tratas de conservar el detalle de la imagen, suele incrementarse el ruido. Un equilibrio entre ambas cosas es lo aconsejable. Contraste de Luminancia: Un valor alto aumenta el contraste. Un valor bajo desenfoca el detalle. Hay que estar vigilantes a cómo afecta a la imagen los valores que asignemos con el fin de buscar un equilibrio. Color: elimina las manchas de ruido de color. No afecta con la misma intensidad al detalle de la imagen. Detalle de color: se utiliza para preservar el color en los bordes de la imagen con detalle. Puede afectar a la naturalidad del color. HSL ESCALA DE GRISES.

Aparte de los ocho colores que

aparecen, también vemos posibilidades de ajuste referidas a Tono, Saturación y Luminancia para aplicar a la imagen. Al margen de operar con los colores y sus respectivos deslizadores, podemos hacer ajustes en la imagen recurriendo a la herramienta del menú superior de ACR denominada “Ajuste de destino" para ello seleccionaremos esta herramienta y clicaremos con ella en un punto de la imagen, después moveremos con el ratón hacia arriba o hacia abajo para proceder con el ajuste de colores. Si nos situamos en un color azul de la imagen y deslizamos esta herramienta

veremos

también

moverse

el

deslizador

correspondiente a ese color, y así sucesivamente. También veremos

oscilar

el

histograma,

y

esta

circunstancia

la 78


aprovecharemos para ajustar mejor el equilibrio de la imagen. Al margen de operar con una imagen de color, HSL escala de grises resulta un ajuste muy interesante para convertir la imagen a escala de grises y operar con los efectos del BN. Si era originalmente una imagen de color a la que hemos convertido en escala de grises al clicar en la casilla de esta opción, una vez deshabilitada la casilla, la imagen recupera su color inicial. DIVIDIR TONOS.

Este ajuste integra opciones de Tono y

Saturación tanto para Iluminaciones como para Sombras. Si el deslizador del Tono lo situamos p. ej. en un color rojo, y luego operamos con el deslizador de Saturación, la intensidad del color afectará sólo al color seleccionado en el Tono; en este caso al rojo. Los motivos rojos se intensificarán pero, lógicamente, toda la imagen tenderá a adquirir ese mismo tono. Si el ajuste lo realizamos sobre una foto monocroma, se pueden conseguir interesantes virados. Lógicamente, esta manipulación de los colores se puede establecer para Sombras e Iluminaciones, o para ambas áreas de la imagen. CORRECCIONES DE LENTE.

ACR dispone de una extensa

base de datos referida a lentes; en este ajuste detecta la lente con la que se obtuvo la imagen y lo ajusta automáticamente a esa lente en cuestión. Activaremos la cuadrícula correspondiente a “correcciones del perfil de lente”, y automáticamente ACR corrige la distorsión de la 79


imagen obtenida con esa lente. Al margen de este proceso automático, se nos activan dos deslizadores referidos a la Distorsión y la Viñeta., con los cuales podemos proceder si buscamos un aspecto a nuestro gusto de la imagen. La lista de lentes se actualiza con cada versión de ACR, por lo que si se ha comprado un objetivo que ha salido recientemente al mercado, es muy posible que no aparezcan en la lista desplegable, y por consiguiente tendríamos que actualizarnos a la última versión de ACR. Añadir que la aberración cromática suele darse en zonas de brusco contraste; objetos oscuros contra fondos claros, perfiles de edificios contra el cielo, etc. Este ajuste de ACR permite solventar fácilmente el problema. EFECTOS.

Esta opción supone un pequeño aporte para la

presentación de la imagen. Se incorpora para poder añadir a nuestras imágenes viñetas claras u oscuras, dependiendo de la 80


dirección que demos al deslizador “Cantidad”. El deslizador “Punto medio” reduce o amplia la viñeta tomando como eje el punto central de la imagen. El deslizador “Redondez” da un aspecto mayor o menor de redondez según procedamos con su deslizador, y por

último, el ajuste “Suavizar” atenúa más o

menos la transición del efecto. El área superior dedicada al Veteado, es para introducir grano o ruido a la imagen, y un determinado grado de enfatización del mismo, cuando se busca este efecto compositivo. CALIBRACIÓN.

Viene ajustada por defecto en “Adobe

Estándar” , pero es aconsejable probar con otras opciones porque la imagen puede cobrar un aspecto más favorable (Cámera Faithful, Landscape, Neutral, Portrait, Estándard.) El Matiz hace un cambio de color de la imagen, y luego están los denominados Tono y Saturación que se corresponden con el rango RGB; si es necesario, se opera primeramente con cada uno de los tonos, que harán virar el color R, G, o B, y posteriormente se pasa a saturar o desaturar el efecto provocado. AJUSTES E INSTANTÁNEAS.

/

Con el primero podemos

guardar los ajustes realizados a una imagen, e invocarlos cuando nos sirvan para adaptarlos o transferirlos a otra imagen. El apartado referido a Instantáneas permite conservar distintas fases del proceso de edición realizado en ACR con la misma finalidad que en el flujo de Ajustes.

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1. Aunque no es un requisito imprescindible, sí os aconsejamos acompañar a las fotografías de un texto explicando algo sobre la foto en cuestión, o describiendo el por qué de la foto, qué os indujo a hacer esa foto en concreto, un poema de referencia, etc. 2. Procurad enviar las fotos sin marca de agua. Ya recalcamos en la revista que las fotos están sujetas a derechos de autor. Las fotos se ven mejor sin ningún tipo de marca que distraiga su atención. Las fotos que mandéis deben llevar los siguientes datos mínimos: ISO, VALOR f DE APERTURA, TIEMPO DE EXPOSICIÓN Opcionalmente podéis añadir el tipo de cámara, objetivo, etc. -GRACIAS A CUANTOS COLABORÁIS HACIENDO POSIBLE ESTA REVISTA82


83


84


En el selecto muestrario de cierto tipo de exposiciones relevantes, sin duda hoy tenemos que traer a nuestras páginas la magnífica exposición del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado. Su exposición “Génesis” forma parte de ese tipo de obras que cualquier fotógrafo o aficionado a la fotografía, no debería perderse. El día 17 de enero, con motivo de la inauguración de la exposición, Sebastião Salgado impartió una conferencia de notable interés sobre aspectos relacionados con su vida y sobre esta bella exposición. Un conjunto de 245 fotografías es lo suficientemente elocuente como para que cualquiera pueda imaginarse lo que ha podido significar el arduo trabajo llevado a cabo por este relevante fotógrafo brasileño. La cosecha ha sido posible tras 8 largos años de trabajo con las peripecias y el peligro que conlleva transitar geografías inhóspitas cuya virginidad natural han sugerido la palabra Génesis como título de esta obra, indicando con ello el atávico estado de unas lejanías imposibles de imaginar desde la perspectiva de las modernas sociedades de hoy en día. La conferencia se desarrolló bajo unas breves notas biográficas sobre el fotógrafo a cargo de un representante de Caixa Forum, un segundo preliminar de poco más de una hora a cargo del propio fotógrafo, y finalmente, tuvo lugar la proyección de una cuidada selección de de 120 imágenes dentro de lo que ha significado la trayectoria profesional de Salgado. El artista acabó ofreciéndose a contestar a algunas preguntas de la concurrencia. Dijo haber desestimado el ofrecimiento de traductores de inglés y 85


francés porque él prefería expresarse en “portuñol” o espagués; una variedad lingüística que como se sabe tiene características derivadas del portugués y el español. En un momento así, cómo no hacer alusiones a la infancia, al pasado y los arraigos, y a alguna que otra anécdota allá por su tierra natal de Aymorés en el estado federal de Minas Gerais (Minas generales) al sudeste de Brasil. Sebastião Salgado ve la luz en esas tierras el 8 de febrero de 1944. En el año 1973 abandona su puesto como trabajador en Organización Internacional del

café

y

pasa

a

incorporarse al mundo de

la

fotografía

tardíamente, y de forma totalmente autodidacta. Se incorpora a algunas agencias

importantes,

entre ellas la prestigiosa Magnum Photos de reporteros gráficos, y dos años más tarde fue conocido por su fotografía sobre el intento de asesinato del presidente Ronald Reagan a manos de John Hinckley. En un periodo de su vida profesional se anima a crear una agencia propia bajo el nombre de Amazonas Images, y cuya sede fija en París. Salgado cursó estudios de economía, pero esa experiencia duró muy poco. Fotografió la hambruna de Nigeria, y pasajes de la guerra civil de Mozambique. Entre sus libros más destacados se encuentran Otros continentes (1983), Trabajadores (1993), y Migraciones: la humanidad en transición (2000). 86


La fotografía de Sebastião Salgado tiene su raíz en los temas sociales y en lo concerniente al reportaje; o sea, lo que se ha dado en

llamar

fotografía

sociodocumental.

La

pobreza

y

el

subdesarrollo constituyen la columna vertebral de su obra, y en ella, la Tierra como elemento esencial para la vida y cuyos espacios naturales tenemos el deber de preservar. "Más que nunca, siento que solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos." Esta declaración de hermanamiento y compromiso con otros seres sumidos en el subdesarrollo y el olvido, es la frase que abre el preámbulo de su obra titulada “Éxodos”. 87


Para los menos, la obra de Salgado la perciben como un oportunismo basado en la miseria de “los otros”, buscando en su provecho la estética del dolor en lugar de la verdad desnuda del sufrimiento y la marginalidad. Una estética útil que desvía la atención y la autenticidad de la miseria. Una de estas voces críticas tuvo lugar a principios del año 2000 por parte de la famosa escritora Susan Sontag, y algunos periodistas del New York Times. Los trabajos más conocidos del fotógrafo brasileño son las fotografías recogidas en Sierra Pelada (Brasil). En junio de 2007 ha tenido una gran exposición antológica sobre su trabajo en Madrid, dentro de PHotoEspaña. La exposición ha ganado el Premio del Público del Festival. Sus trabajos los suele trabajar en Blanco y Negro, con su inseparable Leica. La verdad es que la genialidad tiene estas cosas; es decir, las diferentes controversias que surgen en torno a un artista de la relevancia de Salgado. Una figura destacada en cualquier disciplina del arte, es como un cometa que surca el espacio arrastrando a su paso masas menores que lo acompañaran siempre a lo largo de su trayectoria. Las críticas son precisamente todo ese aluvión inevitable que la estela de los genios provoca; fundamentalmente, en los círculos de su propio ámbito. Ocurre con los cantantes, con los pintores, con escultores, arquitectos, etc. Los fotógrafos no podían quedar a salvo de la crítica o los prejuicios que siempre suscitan sus obras. Hay pocos genios cuya crítica haya sido unánime respecto a su obra; al menos, en vida, y 88


esa es la parte miserable con la que conviven muchos críticos tendentes a edulcorar sus críticas cuando el genio ya se ha ido.

MIS IMPRESIONES. El día que asistí a la exposición fue el último día de febrero. Tarde desapacible en las que, más que cualquier otra cosa, apetece meterse en un cine, en una cafetería a charlar con amigos, o simplemente a ver como la tarde declina y la temprana oscuridad del invierno va encendiendo poco a poco las luces de la gran ciudad. En esa línea de pasatiempos, que mejor en estos casos que ir a ver una exposición como la de Sebastião Salgado, sobre todo cuando quien ya la ha visto comenta maravillas de ella, aunque bien es verdad que sin abundar demasiado en detalles; tal vez porque en el fondo somos la mayoría profanos en esa cosa tan compleja de la crítica, pero sobre la que no falta quienes se autoproclaman expertos. 89


Y sí, es verdad que el blanco y negro de Salgado no es cargante ni resulta excesivo, y 245 imágenes, que en principio pudieran parecer demasiadas, sólo cuando has terminado de ver “Génesis” te das cuenta de que en esos “blancos y negros” en los que se ejercita el artista, están soterradas todas las policromías que pudiera tener el color… Hay blancos y negros que contienen más “color” en sus grises que muchas imágenes vistosas repletas de ingente colorido sin sentido. La sala de la segunda planta de Caixa Fórum donde se ha emplazado la exposición es laberíntica, como ocurre en otros museos o salas de exposiciones, y si no prestas la debida atención en tu itinerario, puede que retornes en algún momento al mismo espacio

en el

que

ya

estuviste;

máxime

cuando

tanta

grandiosidad requiere toda tu atención porque te embelesa. Envidio el tamaño de sus cuadros que, en este caso, y para esta obra en concreto, entiendo que es una exigencia. Los torrentes de los ríos, las cordilleras inmensas, las exuberantes maniguas piden espacio a gritos. No hubiera habido formato modesto que resistiera semejante empuje de belleza. Hay imágenes de las que, incluso, te tienes que separar convenientemente para evitar fundirte a sus tintas, y para de ese modo abarcar plenamente las panorámicas visualmente hablando. Creo que si no fuera por la cantidad de gente que me rodeaba esa tarde en el recinto, hasta hubiera llorado en silencio frente a alguna de las imágenes. En “Génesis”, el artista te está invitando desde el primer momento a ver la obra con la intensidad y la atención que requiere cada 90


imagen. Te acercas al impacto de alguna de ellas para observar de cerca los magníficos vahos acentuados con el grano (y yo, infeliz de mí, con mis temores al famoso “ruido” del que todos los fotógrafos huyen; salvo en raras y contadas ocasiones para buscar efectos creativos) En Salgado, las frecuentes recurrencias a sus “ruidos” controlados pasan de inmediato a convertirse en vahos de nubes que parecen pasar frente a tus ojos con un dinamismo infrecuente en fotografía. La belleza y exuberancia de los continentes van desfilando ante tus ojos cada vez con mayor verosimilitud

¡ése

misterio

trabajo

del

es

el bien

hecho! Cuando el artista te atrapa y consigue fundirte a los grises o al color de su obra. Integrarte en ella como un elemento más, pero que sólo observa aéreamente la imagen como un espectador invisible. Unificarte en cada imagen, como si todo lo demás que te circunda; gente merodeando incluida, fuera realmente lo chocante o lo insólito, y las imágenes la única y genuina realidad. Tras ver esta obra, te vas con la sensación de que el planeta es mucho más grande de lo que pensamos, y saber a través de Salgado que aún hay un 46% (como él asegura) totalmente virgen; o como dice el fotógrafo, territorios tal y como surgieron del génesis que han ido sometidos únicamente por el paso del tiempo y su consustancial erosión de lentos cambios, es algo que 91


tranquiliza bastante, si bien no debe ser óbice para relajarnos y no hacer todo aquello que está en nuestra mano para preservarlo. La Tierra es la casa común de todos, y es tarea colectiva luchar porque el desarrollo imparable de la modernidad no termine por hacer irrespirable nuestro planeta, sumiéndolo en un proceso de irreversible recuperación. Ni siquiera una razón tan poderosa como la expansión de una riqueza a ultranza y privativa por encima, incluso, del bien e interés colectivo, debe ser argumento suficiente para que la mano del hombre lo siga devastando irresponsablemente. Salgado así parece querer decírnoslo con su obra “Génesis”, que desde estas páginas aconsejamos que se vea por razones pedagógicas, aún más allá de su incuestionable valor artístico. Ángel Sotillo

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