Antología de poemas

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Antología de Poemas •

Modernismo: * Rubén Darío: Nacido como Félix Rubén García Sarmiento en Nicaragua en 1867, es mundialmente conocido por su seudónimo Rubén Darío. En sus poemas se perciben fuertes influencias de escritores franceses. En el ámbito sociopolítico fue representante de su país ostentando distintos cargos. Sus obras fundamentales son “Azul”, “Sonatina”,” Lo Fatal” y “Canción de Otoño en Primavera”.

Lo Fatal Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!... Rubén Darío (1867-1916)


*Antonio Machado: Antonio Cipriano José María Machado Ruiz fue un poeta, dramaturgo y narrador español nacido en Sevilla en Julio de 1875. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros poemas aparecieron en 1901. En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel Machado. En enero de 1939 se exilió a Colliure donde murió en febrero.

Anoche cuando dormía Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una fontana fluía dentro de mi corazón. Dí: ¿por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí? Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que una colmena tenía dentro de mi corazón; y las doradas abejas iban fabricando en él, con las amarguras viejas, blanca cera y dulce miel. Anoche cuando dormía soñé ¡bendita ilusión! que un ardiente sol lucía dentro de mi corazón. Era ardiente porque daba calores de rojo hogar, y era sol porque alumbraba y porque hacía llorar.

Antonio Machado (1875-1939)


• Generación del 27 *Federico García Lorca: Fue un poeta y dramaturgo español, nacido en 1898. Escribió tanto poesía como teatro aunque en los últimos años se volcó más en esto último. Participando no solo en su creación sino también en su escenificación y montaje. En sus primeros libros de poesía se muestra más bien modernista siguiendo el modelo de Rubén Darío y Antonio Machado. En una segunda etapa aúna el Modernismo con la vanguardia, partiendo de una base tradicional. E n cuanto a su labor teatral, Lorca emplea rasgos liricos, míticos y simbólicos y recurre tanto a la canción popular como al teatro de títeres. En su teatro lo visual es tan importante como lo lingüístico, y predomina siempre el dramatismo.

Deseo Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras, Con un río discreto Y una fuentecilla. Sin la espuela del viento Sobre la fronda, Ni la estrella que quiere Ser hoja. Una enorme luz Que fuera Luciérnaga De otra, En un campo de Miradas rotas. Un reposo claro Y allí nuestros besos, Lunares sonoros Del eco, Se abrirían muy lejos. Y tu corazón caliente, Nada más.

Federico García Lorca (1898-1936)


*Rafael Alberti: Poeta y dramaturgo español nacido en Cádiz en 1902. Inicialmente se dedicó a la pintura. Se trasladó a Madrid a vivir con su familia, y en 1924 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura por el primer libro que publicó, “Marinero en Tierra”. Se trata de una obra de un refinado popularismo donde se universaliza el mar, que llega a convertirse en un mito. En 1926 apareció”La Amante”, relato poético de un viaje en automóvil, al que le sigue un nuevo libro de poemas, “El Alba del Alhelí”. Las tres obras se inscriben dentro de la tradición de los poetas anónimos del Romancero, aunque con una sensibilidad e poeta vanguardista. En 1929 publicó “Sobre los Ángeles” , considerada su obra maestra, es una alegoría surrealista en la que los ángeles representan fuerzas dentro del mundo real. Continúo escribiendo hasta 1989. Y en 1999 falleció.

Ven. Ven. Así. Te beso... Ven. Ven. Así. Te beso. Te arranco. Te arrebato. Te compruebo en lo oscuro, ardiente oscuridad, abierta, negra, oculta derramada golondrina, oh tan azul, de negra, palpitante. Oh así, así, ansiados, blandos labios undosos, piel de rosa o corales delicados, tan finos. Así, así, absorbidos, más y más, succionados. Así, por todo el tiempo. Muy de allá, de lo hondo, dulces ungüentos desprendidos, amados, bebidos con frenesí, amor hasta desesperados. Mi único, mi solo, solitario alimento, mi húmedo, lloviznado en mi boca, resbalado en mi ser. Amor. Mi amor. Ay, ay. Me dueles. Me lastimas. Ráspame, límame, jadéame tú a mí, comienza y recomienza, con dientes y garganta, muriendo, agonizando, nuevamente volviendo, falleciendo otra vez, así por siempre, para siempre, en lo oscuro, quemante oscuridad, uncida noche, amor, sin morir y muriendo, amor, amor, amor, eternamente. Rafael Alberti (1902-1999)


*Gerardo Diego: Nacido como Gerardo Diego Cendoya en Octubre de 1896, fue un poeta español miembro de la Generación del 27. Su actividad literaria comienza a una edad muy temprana cuando en 1918 se publica, su primera obra, el cuento “La Caja del Abuelo”. Durante estos primeros años colabora en distintas publicaciones y en diversas y en diversas revistas vanguardistas. Durante los años de la posguerra Gerardo Diego continúa con su actividad poética con obra como “Ángeles de Compostela”, “Alondra de verdad” o “Romances”. Gerardo Diego muere en 1987 en Madrid a la edad de 91 años.

Sueños Anoche soñé contigo. Ya no me acuerdo qué era. Pero tú aún eras mía, eras mi novia. ¡Qué bella mentira! Las blancas alas del sueño nos traen, nos llevan por un mundo de imposibles, por un cielo de quimeras. Anoche tal vez te vi salir lenta de la iglesia, en las manos el rosario, cabizbaja y recoleta. O acaso junto al arroyo, allá en la paz de la aldea, urdíamos nuestros sueños divinos de primavera. Quizás tú fueras aún niña -¡oh remota y dulce época!y cantaras en el coro, al aire sueltas las trenzas. Y yo sería un rapaz de los que van a la escuela, de los que hablan a las niñas, de los que juegan con ellas. El sueño es algo tan lánguido tan sin forma, tan de nieblas... ¡Quién pudiera soñar siempre! Dormir siempre ¡quién pudiera! ¡Quién pudiera ser tu novio (alma, vístete de fiesta) en un sueño eterno y dulce, blanco como las estrellas!... Gerardo Diego (1896-1987)


*Vicente Aleixandre: Vicente Aleixandre y Merlo fue un poeta perteneciente a la Generación del 27 y ganador en 1977 del premio Nobel de la Literatura. Sufre una grave enfermedad y durante su recuperación comenzó a escribir poemas que se publicaron en las revistas culturales más importantes de la época, consiguiendo un gran éxito. Su obra se caracteriza por el uso de la metáfora y se considera el primer poeta surrealista español. Se dice que su trayectoria se divide en tres etapas: la primera de poesía pura, con influencias de Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén, una segunda de poesía surrealista y la tercera de poesía antropocéntrica.

Se querían Se querían. Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada, labios saliendo de la noche dura, labios partidos, sangre, ¿sangre dónde? Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz. Se querían como las flores a las espinas hondas, a esa amorosa gema del amarillo nuevo, cuando los rostros giran melancólicamente, giralunas que brillan recibiendo aquel beso. Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia, seda, mano, luna que llega y toca. Se querían de amor entre la madrugada, entre las duras piedras cerradas de la noche, duras como los cuerpos helados por las horas, duras como los besos de diente a diente sólo. Se querían de día, playa que va creciendo, ondas que por los pies acarician los muslos, cuerpos que se levantan de la tierra y flotando... se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo. Mediodía perfecto, se querían tan íntimos, mar altísimo y joven, intimidad extensa, soledad de lo vivo, horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando. Amando. Se querían como la luna lúcida, como ese mar redondo que se aplica a ese rostro, dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida, donde los peces rojos van y vienen sin música. Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios, ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas, mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal, metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo. Vicente Aleixandre (1898-1984)


*Juan Ramón Jiménez: Poeta español y premio Nobel de la Literatura. Nació en Huelva y estudió en la Universidad de Sevilla. Los poemas de Rubén Darío, el miembro más destacado del modernismo en la poesía española, le conmovieron especialmente en su juventud. También sería importante la lectura de los simbolistas franceses que acentuaron su inclinación hacia la melancolía. En 1900 publicó sus dos primeros libros de textos: “Ninfeas” y “Almas de Violeta”. Será en Puerto Rico en donde recibió ya casi moribundo la noticia de que le habían concedido el Premio Nobel.

Si yo, por ti, he creado un mundo para ti... Si yo, por ti, he creado un mundo para ti, dios, tú tenías seguro que venir a él, y tú has venido a él, a mí seguro, porque mi mundo todo era mi esperanza. Yo he acumulado mi esperanza en lengua, en nombre hablado, en nombre escrito; a todo yo le había puesto nombre y tú has tomado el puesto de toda esta nombradía. Ahora puedo yo detener ya mi movimiento, como la llama se detiene en ascua roja con resplandor de aire inflamado azul, en el ascua de mi perpetuo estar y ser; ahora yo soy ya mi mar paralizado, el mar que yo decía, mas no duro, paralizado en olas de conciencia en luz y vivas hacia arriba todas, hacia arriba. Todos los nombres que yo puse al universo que por ti me recreaba yo, se me están convirtiendo en uno y en un dios. El dios que es siempre al fin, el dios creado y recreado y recreado por gracia y sin esfuerzo. El Dios. El nombre conseguido de los nombres. Juan Ramón Jiménez (1881-1958)


• Generación del 36 *Miguel Hernández: Miguel Hernández Gilabert fue un poeta y dramaturgo español. Nacido en una familia humilde, tiene que abandonar muy pronto la escuela para ponerse a trabajar. Aun así desarrolla su capacidad para la poesía gracias a ser un gran lector de la poesía clásica española. En la década de 1930 viaja a Madrid y colabora con distintas publicaciones, más tarde cuando se establece allí, trabaja como redactor en el diccionario taurino y colabora en importantes revistas de poesía española. Al terminar la Guerra Civil cuando intentó salir del país, le detuvieron en la frontera con Portugal y le condenaron a pena de muerte, la cual no llego a cumplir porque murió de tuberculosis en 1942.

El amor ascendía entre nosotros. El amor ascendía entre nosotros como la luna entre las dos palmeras que nunca se abrazaron. El íntimo rumor de los dos cuerpos hacia el arrullo un oleaje trajo pero la ronca voz fue atenazada, fueron pétreos los labios. El ansia de ceñir movió la carne esclareció los huesos inflamados, pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos. Pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan Y se encuentran lejanos.

Besarse, mujer. Besarse, mujer, al sol, es besarnos en toda la vida. Ascienden los labios, eléctricamente vibrantes de rayos, con todo el furor de un sol entre cuatro. Besarse a la luna, mujer, es besarnos en toda la muerte: descienden los labios, con toda la luna pidiendo su ocaso, del labio de arriba, del labio de abajo, gastada y helada y en cuatro pedazos. Miguel Hernández (1910-1942)


*Luis Rosales: Luis Rosales Camacho, fue estudiante de Filosofía, Letras y Derecho. Cuando en 130 se traslada a Madrid pronto se convirtió en la cabeza de la Generación del 36 y en uno de los máximos exponentes de la llamada “poesía arraigada”. En Madrid publica un libro de poesía amorosa, Abril, donde se refleja la influencia de Garcilaso de la Vega en el poeta. Estudioso de los manuscritos del Siglo de Oro español, pasa a formar parte de la Hispanic Society of America y en 1962 ingresa como miembro de número en la Real Academia Española. En 1982 recibe el Premio Miguel de Cervantes como reconocimiento a toda su obra.

Verte Verte, que visión tan clara. Vivir es seguirte viendo. Permanecer en la viva sensación de tu recuerdo. Verte. La distancia nace. El cielo suprime al cielo. La vida se multiplica por el numero de puertos. Todo colmado por ti. No ser más que el ojo abierto, Y eternizar el más leve escorzo de tu silencio. Verte para amarlo todo. Claustro en tranquilo destierro. Dulzor de caña lunada. Luz en órbita de sueño. Mortal límite de ti. Cielo adolescente y tierno. Núbil paciencia de playa. Vivir es seguirte viendo. ¡Verte, Abril, verte tan solo! Tranquilísimo desierto. Pena misericordiosa. Sosegado advenimiento. Verte, que oración tan pura, Islas, nubes, mares, vientos, las cinco partes del mundo en las yemas de los dedos. Luis Rosales (1910-1992)


• Generación del 50 *Gabriel Celaya: Seudónimo de Rafael Múgica Celaya. Fue un poeta español. El más representativo de la poesía de los años 50. Sus primeras tentativas como poeta no fueron aceptadas en modo alguno por su familia, razón por la cual eligió escribir con seudónimo. Su relación con su mujer, Amparo Gastón, fue decisiva a lo largo de su vida. En más de una ocasión, Celaya dijo de viva voz que todo cuanto era como poeta y persona a ella se lo debía. El año 1946 fue decisivo en el impulso vital y poético de Celaya. A partir de ese momento desplegó una actividad incesante. En los libros siguientes, reclama y practica una poesía de protesta, instrumento de su compromiso político. Luego su escritura, aún sin renunciar a los pasados planteamientos, evoluciona y experimenta en cauces nuevos. A pesar de que en 1986 fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras Españolas, los últimos años de su vida transcurrieron entre penurias económicas que le llevaron a vender su biblioteca a la Diputación Provincial de Guipúzcoa, y a que el Ministerio de Cultura se hiciera cargo del coste de su estancia en el hospital en 1990.

Cuéntame cómo vives Cuéntame cómo vives; dime sencillamente cómo pasan tus días, tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres y las confusas olas que te llevan perdido en la cambiante espuma de un blancor imprevisto. Cuéntame cómo vives. Ven a mí, cara a cara; dime tus mentiras (las mías son peores), tus resentimientos (yo también los padezco), y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte). Cuéntame cómo mueres. Nada tuyo es secreto: la náusea del vacío (o el placer, es lo mismo); la locura imprevista de algún instante vivo; la esperanza que ahonda tercamente el vacío. Cuéntame cómo mueres, cómo renuncias sabio—, cómo frívolo brillas de puro fugitivo, cómo acabas en nada y me enseñas, es claro, a quedarme tranquilo. Gabriel Celaya (1911-1991)


*Blas de Otero: Poeta español. Su obra, que parte de la angustia metafísica para desembocar en lo social y testimonial, es una de las más importantes de la lírica de posguerra, y un ejemplo del llamado "exilio interior" que caracterizó a buena parte de la resistencia contra el franquismo ejercida desde la propia España. Educado con los jesuitas, estudió Derecho, Filosofía y Letras. Sus primeros poemas pusieron de manifiesto sus inquietudes religiosas. A partir de Redoble de conciencia (1951) el grito de angustia individual se proyectó en lo universal, y reflejó el horror provocado por los conflictos bélicos acaecidos en España y Europa. Posteriormente apareció Ancia, quizá la mejor parte de su obra: poesía bronca y "desarraigada" (en calificación de su prologuista Dámaso Alonso), de imprecación religiosa y de intensa desolación existencial.

Cuerpo de Mujer Cuerpo de la mujer, río de oro donde, hundidos los brazos, recibimos un relámpago azul, unos racimos de luz rasgada en un frondor de oro. Cuerpo de la mujer o mar de oro donde, amando las manos, no sabemos, si los senos son olas, si son remos los brazos, si son alas solas de oro... Cuerpo de la mujer, fuente de llanto donde, después de tanta luz, de tanto tacto sutil, de Tántalo es la pena. Suena la soledad de Dios. Sentimos la soledad de dos. Y una cadena que no suena, ancla en Dios almas y limos.

Hombre Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte, al borde del abismo, estoy clamando a Dios. Y su silencio, retumbando, ahoga mi voz en el vacío inerte. Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando solo. Arañando sombras para verte. Alzo la mano, y tú me la cercenas. Abro los ojos: me los sajas vivos. Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas. Esto es ser hombre: horror a manos llenas. Ser —y no ser— eternos, fugitivos. ¡Ángel con grandes alas de cadenas! Blas de Otero (1916-1979)


*José Hierro: Poeta español, crítico de arte y académico de la Real Academia de la Lengua. Al finalizar la Guerra Civil es detenido y procesado. Permanece en la cárcel hasta 1944 y allí empieza a interesarse de forma sistemática por la literatura, apareciendo ya en sus primeros escritos diversos hechos vividos durante la disputa. Cuando sale de prisión se dedica a escribir, colabora en un diccionario mitológico y participa en la fundación de una revista. Durante las décadas siguientes continúa creando poesía, participa en actividades literarias, realiza crítica de arte analizando la obra de artistas del campo de la pintura y de la escultura, y forma parte de numerosos jurados literarios. Pronuncia gran número de conferencias sobre poesía y arte en la mayoría de las capitales europeas y sus poemas figuran en las más destacadas antologías de poesía contemporánea. Está considerado como una de las voces más representativas de la poesía social de posguerra.

La aventura Buscas los días. Desandas el viejo camino. Dices: 'Fue aquí..., por aquí...' Buscas los días. Te aferras a escenas que son el reflejo de un sueño en la sombra de un sueño. Buscas los días. Te sumes en aguas heladas. Andas a tientas. 'Fue aquí...' Te desgarras la carne. (De las negras agujas del pino caen gotas de música.) Era aquí. Buscas los días. ( Mas fácil hacer germinar esta piedra.) Tañe la mar sus fugaces guitarras de cobre poniente. Las olas, al borde del alma, revientan en polvo de estrellas. Pretendes volver a tus días. Hilos de plata (la araña que teje el recuerdo), hilos de plata atraviesan la noche serena y desnuda. Cruzas, por ellos, los días, desandas el viejo camino: tus días. Te buscas a ti. José Hierro (1922-2002)


Generación del 60

*Claudio Rodríguez: Nació y pasó su infancia en Zamora. En 1951 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras en la universidad Central, licenciándose en Filología Hispánica. Con la publicación de su primer libro de poemas recibió el Premio Adonais de Poesía. Marchó a Inglaterra como lector de español en las universidades de Notthingham y Cambridge hasta 1964, año en que regresó definitivamente a Madrid y se dedicó a la enseñanza universitaria. En 1965 recibió el Premio de la Crítica y, más tarde, el Premio Nacional de Poesía. Es miembro electo de la Real Academia Española y, en 1993, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

Al Fuego del Hogar Aún no pongáis las manos junto al fuego. Refresca ya, y las mías están solas; que se me queden frías. Entonces qué rescoldo, qué alto leño, cuánto humo subirá, como si el sueño, toda la vida se prendiera. ¡Rama que no dura, sarmiento que un instante es un pajar y se consume, nunca, nunca arderá bastante la lumbre, aunque se haga con estrellas! Este al menos es fuego de cepa y me calienta todo el día. Manos queridas, manos que ahora llego casi a tocar, aquella, la más mía, ¡pensar que es pronto y el hogar crepita, y está ya al rojo vivo, y es fragua eterna, y funde, y resucita aquel tizón, aquel del que recibo todo el calor ahora, el de la infancia! Igual que el aire en torno de la llama también es llama, en torno de aquellas ascuas humo fui. La hora del refranero blanco, de la vieja cuenta, del gran jornal siempre seguro. ¡Decidme que no es tarde! Afuera deja su ventisca el invierno y está oscuro. Hoy o ya nunca más. Lo sé. Creía poder estar aún con vosotros, pero vedme, frías las manos todavía esta noche de enero junto al hogar de siempre. Cuánto humo sube. Cuánto calor habré perdido. Dejadme ver en lo que se convierte, olerlo al menos, ver dónde ha llegado antes de que despierte, antes de que el hogar esté apagado. Claudio Rodríguez (1934-1999)


*José Agustín Goytisolo: Nació el 13 de abril de 1928 en Barcelona en el seno de una familia burguesa donde se respiró siempre un gran ambiente intelectual. José Agustín fue uno de los fundamentales de la llamada escuela poética de Barcelona. Autor de una de las más originales y ricas obras poéticas de la literatura española contemporánea, sus poemas conjugan la veta lírica y elegíaca con la ironía y el sarcasmo, y el sentimiento amoroso con una visión crítica y política del mundo contemporáneo. Tras meses de depresión, el 19 de marzo de 1999 se arrojó desde una ventana de su casa. Tenía 70 años y se confesaba cansado.

El oficio del poeta Contemplar las palabras sobre el papel escritas, medirlas, sopesar su cuerpo en el conjunto del poema, y después, igual que un artesano, separarse a mirar cómo la luz emerge de la sutil textura. Así es el viejo oficio del poeta, que comienza en la idea, en el soplo sobre el polvo infinito de la memoria, sobre la experiencia vivida, la historia, los deseos, las pasiones del hombre. La materia del canto nos lo ha ofrecido el pueblo con su voz. Devolvamos las palabras reunidas a su auténtico dueño. José Agustín Goytisolo (1928-1999)


*Jaime Gil de Biedma: Nació el 13 de noviembre de 1929 en Barcelona, en el seno de una familia de la alta burguesía. Su obra poética, no es muy extensa, ha sido considerada como una de las más interesantes de su generación, la de los poetas sociales de los años cincuenta. No se limitó a utilizar la poesía para expresar una rebeldía política sino que profundizó en el uso de la palabra como material estético y en la consideración del poema como experiencia. Jaime Gil de Biedma murió a causa del SIDA el 8 de enero de 1990 en Barcelona.

Un cuerpo es el mejor amigo del hombre Las horas no han pasado, todavía, y esta mañana lejos igual a un arrecife que apenas yo distingo. Tú no sientes cómo el tiempo se adensa en esta habitación con la luz encendida, como está fuera el frío lamiendo los cristales... Qué deprisa, en mi cama esta noche, animalito, con la simple nobleza de la necesidad, mientras que te miraba, te quedaste dormido. Así pues, buenas noches. Ese país tranquilo cuyos contornos son los de tu cuerpo da ganas de morir recordando la vida, o de seguir despierto -cansado y excitado- hasta el amanecer. A solas con la edad, mientras tú duermes como quien no ha leído nunca un libro, pequeño animalito: ser humano -más franco que en mis brazos-, por lo desconocido. Jaime Gil de Biedma (1929-1990)


*Ángel González: Ángel González Muñiz nació en Oviedo el 6 de septiembre de 1925 y falleció en Madrid en el 2008. Fue un reconocido poeta español y que supo con su poesía atravesar los límites del territorio español. En su obra puede encontrarse una fuerte contradicción, posiblemente porque los temas que toca son profundos e íntimos a la vez. Pero además ha sabido abordar cuestiones sociales con un lenguaje coloquial y con mucha ironía. Prestó especial atención a la Guerra Civil Española, otro de los acontecimientos que le marcó en la más tierna edad.

Mientras tú existas Mientras tú existas, mientras mi mirada te busque más allá de las colinas, mientras nada me llene el corazón, si no es tu imagen, y haya una remota posibilidad de que estés viva en algún sitio, iluminada por una luz cualquiera... Mientras yo presienta que eres y te llamas así, con ese nombre tuyo tan pequeño, seguiré como ahora, amada mía, transido de distancia, bajo ese amor que crece y no se muere, bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

Ya nada ahora Largo es el arte; la vida en cambio corta como un cuchillo Pero nada ya ahora ni siquiera la muerte, por su parte inmensa— podrá evitarlo: exento, libre, como la niebla que al romper el día los hondos valles del invierno exhalan, creciente en un espacio sin fronteras, este amor ya sin mí te amará siempre. Ángel González (1925-2008)


• 1970-Actualidad: Félix de Azúa: Escritor español que inició su trayectoria como poeta, vinculado a la denominada generación de los novísimos. Como poeta, Félix de Azúa participó en el movimiento de ruptura y de renovación de la lírica castellana que se produjo en España a fines de los años sesenta. Formó parte del grupo de poetas que la intuición del crítico José María Castellet reunió en su célebre antología Nueve novísimos (1970), y que se caracterizaba por su rechazo de la estética de la generación precedente. La nueva corriente poética se distinguía por su esteticismo declarado y su sensibilidad hacia nuevos ámbitos, por una concepción más libre, lúdica y no ideológica de la poesía, manifestando un gusto elitista por autores o espacios extranjeros, por la metáfora y por las nuevas mitologías o modernas realidades cotidianas que han creado los medios de comunicación de masas. En su narrativa ha desarrollado un estilo muy depurado, preciso en cuanto a la descripción de escenarios, situaciones y personajes.

Ahora es mi turno, cuando cierro los ojos Ahora es mi turno, cuando cierro los ojos y me olvido de ti, de tu salvaje higuera y tus higos salvajes, cuando tu carne, como un libro de cuentos, resplandece en la noche a la luz de un hogar mediterráneo; y me dejo cegar por el brillo solar de la memoria mientras mi cuerpo entero se quema en un chispazo. Ahora infantiles yemas te descubren, y entre las llamas muertas rescato el viejo yugo, los utensilios viejos y las viejas guirnaldas del buey, de la cebada y de la Pascua de Resurrección. Es mi turno, no el tuyo. Te levanto en mis palmas como se exponen los recién nacidos a las nubes plomizas, irritadas como vacas repletas que atronan el establo los campos secos, el pozo, la uva amarga. Pero tú, hecha una niña, también tientas las ubres, y arqueada jadeas entre brasas; es mi turno y tú danzas resonando perpleja y sonriente, átomo, brizna, astilla de una combustión que no puedo pensar sin sentirme infinito. Tus yemas y tu sonrisa atónita me invitan al incendio… pero me venden luego por la espalda como cosa fútil, como ese azar minúsculo, gratuito que te alcanza las nubes y se empeña en durar. Y mientras tú contratas con terribles clientes a los que yo sólo conozco por el nombre, y cuyas sombras, mantos, miradas esquinadas, me hacen alzar la sábana aterrado; hundido al fin, hundido, olvidado por fin, perdido y solo, cobijado en mí mismo, puedo gritar, gritar hasta romper el techo y por la grieta ver la esplendorosa faz sin ojos y sin boca que me agarra del cuello y me disuelve en risas, fuego de azufre, espanto y aroma de castaños. Félix de Azúa (1944)


*Leopoldo María Panero: Poeta español nacido en Madrid en 1948. Su nombre completo es Leopoldo María Panero Blanc, y es hijo de Leopoldo Panero, sobrino de Juan Panero, y hermano de Juan Luis Panero (los tres poetas). Es uno de los poetas más importantes de la segunda mitad del siglo XX en España, y es encuadrado habitualmente dentro del grupo de los novísimos. Leopoldo María Panero es uno de los poetas más conocidos de su generación, ya no sólo por su indudable calidad literaria sino también por una vida plagada de excesos y excentricidades.

Proyecto de un beso Te mataré mañana cuando la luna salga y el primer somormujo me diga su palabra te mataré mañana poco antes del alba cuando estés en el lecho, perdida entre los sueños y será como cópula o semen en los labios como beso o abrazo, o como acción de gracias te mataré mañana cuando la luna salga y el primer somormujo me diga su palabra y en el pico me traiga la orden de tu muerte que será como beso o como acción de gracias o como una oración porque el día no salga te mataré mañana cuando la luna salga y ladre el tercer perro en la hora novena en el décimo árbol sin hojas ya ni savia que nadie sabe ya por qué está en pie en la tierra te mataré mañana cuando caiga la hoja decimotercera al suelo de miseria y serás tú una hoja o algún tordo pálido que vuelve en el secreto remoto de la tarde te mataré mañana, y pedirás perdón por esa carne obscena, por ese sexo oscuro que va a tener por falo el brillo de este hierro que va a tener por beso el sepulcro, el olvido te mataré mañana cuando la luna salga y verás cómo eres de bella cuando muerta toda llena de flores, y los brazos cruzados y los labios cerrados como cuando rezabas o cuando me implorabas otra vez la palabra te mataré mañana cuando la luna salga, y así desde aquel cielo que dicen las leyendas pedirás ya mañana por mí y mi salvación te mataré mañana cuando la luna salga cuando veas a un ángel armado de una daga desnudo y en silencio frente a tu cama pálida te mataré mañana y verás que eyaculas cuando pase aquel frío por entre tus dos piernas te mataré mañana cuando la luna salga te mataré mañana y amaré tu fantasma y correré a tu tumba las noches en que ardan de nuevo en ese falo tembloroso que tengo los ensueños del sexo, los misterios del semen y será así tu lápida para mí el primer lecho para soñar con dioses, y árboles, y madres para jugar también con los dados de noche te mataré mañana cuando la luna salga y el primer somormujo me diga su palabra. Leopoldo María Panero (1948)


*Luis García Montero: Luis García Montero nació el 4 de diciembre de 1958 en Granada. Comenzó a trabajar como profesor asociado en la Universidad de Granada en 1981, y siguió como profesor titular hasta noviembre de 2008 en que decidió abandonar la cátedra hastiado de su enfrentamiento continuado con uno de los profesores del departamento. Se vinculó al grupo poético de La otra sentimentalidad, pero su trayectoria personal se fue ampliando en lo que se fue conociendo más tarde como Poesía de la experiencia. También ha cultivado el ensayo y es columnista de opinión. Su poesía se caracteriza por un lenguaje coloquial y por la reflexión a partir de acontecimientos o situaciones cotidianas.

El Amor Las palabras son barcos y se pierden así, de boca en boca, como de niebla en niebla. Llevan su mercancía por las conversaciones sin encontrar un puerto, la noche que les pese igual que un ancla. Deben acostumbrarse a envejecer y vivir con paciencia de madera usada por las olas, irse descomponiendo, dañarse lentamente, hasta que a la bodega rutinaria llegue el mar y las hunda. Porque la vida entra en las palabras como el mar en un barco, cubre de tiempo el nombre de las cosas y lleva a la raíz de un adjetivo el cielo de una fecha, el balcón de una casa, la luz de una ciudad reflejada en un río. Por eso, niebla a niebla, cuando el amor invade las palabras, golpea sus paredes, marca en ellas los signos de una historia personal y deja en el pasado de los vocabularios sensaciones de frío y de calor, noches que son la noche, mares que son el mar, solitarios paseos con extensión de frase y trenes detenidos y canciones. Si el amor, como todo, es cuestión de palabras, acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma. Luis García Montero (1958)


*Belén Reyes: Belén Reyes es una joven poetisa madrileña, nacida en el barrio de Lavapiés el 22 de octubre de 1964. Coterránea y gran admiradora de la famosa y aclamada Gloria Fuertes, quien en una ocasión declaró que Reyes llegaría a escribir como ella. Comenzó a escribir desde muy pequeña, como suele suceder con este género tan puro; asegura que en su adolescencia, la poesía fue su refugio y le salvó la vida. Hasta el momento ha publicado tres poemarios: "Desnatada", "Ponerle un bozal al corazón" y "Atrévete a olvidarme". Sus poemas tienen un carácter cotidiano y parten de la experiencia propia de la escritora; son simples pero poderosos, amigables pero insistentes en sus mensajes.

Gloria Fuertes que estas en los cielos. Gloria Fuertes que estás en los cielos Con el Dios del anciano del parque, con el Dios que tejiste en tus versos... Con el dios que te hizo payaso Gloria Fuertes que estás en los cielos... Gloria Fuertes que estás en los niños En los hombres y mujeres del pueblo. Gloria Fuertes que un mes de noviembre Te escapaste sin boli y cuaderno. Gloria Fuertes que estás donde Philips Donde Chelo, Asunción y otros muertos Gloria Fuertes que ya sabes todo Lo que pasa después del silencio Gloria Fuertes que estás en mi vida Te has llevado un buen trozo del pecho. Gloria Fuertes que estás donde sea.. No me basta la voz del recuerdo... Yo te quiero en tu casa y tus cosas Con un whisky un pitillo y un verso. Belén Reyes (1964)


*Ana Rossetti: Ana Bueno de la Peña, nació en San Fernando (Cádiz) el 15 de mayo de 1950. El conjunto de su obra se caracteriza por una amplia gama de registros y de géneros. Ha combinado a lo largo de su vida el teatro, la poesía y el género narrativo. Su obra es un mezcla de erotismo, esteticismo y culturalismo. Ana Rossetti se siente heredera de San Juan de la Cruz, porque “la primera vez que leyó una lira suya sintió que estaba en contacto con poesía en estado puro”. Aunque es muy conocida por su obra poética, también ha escrito textos teatrales, un libreto para ópera novela, libros para niños y relatos. Esta poeta gaditana se encuentra por derecho propio entre los mejores poetas españoles de la poesía española contemporánea.

Si recordaras, amor mío. Si recordaras, amor mío, que es lo que te aguarda tras las seguras paredes de la espera. Si recordaras como ¡y que cruelmente! El deseo atendido oculta su puñalada de decepción. Si recordaras que, una vez que la pasión estalla, el secreto deja de ser escudo y huída, no me insistirías para que te mostrara, para que te ofreciera, para que te otorgue. Sino que te resignarías a sobrevivir dentro de mí en el dúctil territorio de los sueños, donde todos los modos de ternura que puedas inventar son permitidos, toda tempestad, música y ningún temor es irrevocable. Si recordaras, amor mío, que es lo que te aguarda tras las seguras paredes de mi corazón no me obligarías a levantarme en armas contra ti, a detenerte, a desmentirte, a amordazarte, a traicionarte… antes de que te me arrebaten, dulce silencio mío, mi único tesoro, insensato e irreductible sentimiento. Ana Rossetti (1950)


• Hispanoamericanos:

*Juana de Ibarbourou: Nació en la ciudad de Melo (Uruguay) el 8 de Marzo de 1892. Juana es de las mas celebres poetisas de América. Su nombre real era Juana Fernández Morales, pero a los veinte años se casó con el capitán Lucas de Ibarbourou y adoptó su apellido como seudónimo. Es conocida también como Juana de América por la popularidad alcanzada en el continente. La carrera de Juana de Ibarbourou tuvo mucho vértigo desde el comienzo. Sus tres primeras obras gozaron de una gran repercusión internacional y se tradujeron a varias lenguas. En 1947 Juana fue elegida miembro de la Academia uruguaya y en 1959 se le concedió el Premio Nacional de Literatura. Una muestra clara de la importancia que tiene esta notable poetisa para la cultura de Uruguay es su presencia en el billete de mil pesos, algo que se acostumbra hacer con los principales exponentes de la cultura nacional.

Amor El amor es fragante como un ramo de rosas. Amando, se poseen todas las primaveras. Eros trae en su aljaba las flores olorosas de todas las umbrías y todas las praderas. Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros, de salvajes corolas y tréboles jugosos. ¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros, ocultos en los gajos de los ceibos frondosos! ¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia! Perfume de floridas y agrestes primaveras queda en mi piel morena de ardiente transparencia perfumes de retamas, de lirios y glicinas. Amor llega a mi lecho cruzando largas eras y unge mi piel de frescas esencias campesinas. Juana de Ibarborou (1892-1979)


*Alejandra Pizarnik: Poetisa argentina. Su obra poética manifiesta un espíritu de rebeldía que lidia con el autoaniquilamiento. Entre sus títulos más destacados figuran La tierra más ajena, Árbol de Diana. Después de cursar estudios de filosofía y periodismo, que no terminó, Pizarnik comenzó su formación artística de la mano del pintor surrealista Batlle Planas. Entre 1960 y 1964 vivió en París, donde trabajó para la revista Cuadernos, realizó traducciones y críticas literarias y prosiguió su formación en la prestigiosa universidad de La Sorbona. Los últimos años de su vida estuvieron marcados por serias crisis depresivas que la llevaron a intentar suicidarse en varias ocasiones. Pasó sus últimos meses internada en un centro psiquiátrico bonaerense; el 25 de septiembre de 1972, en el transcurso de un fin de semana de permiso que pasó en su casa, terminó con su vida con una sobredosis de seconal sódico, a la edad de 36 años.

Más allá del olvido Alguna vez de un costado de la luna verás caer los besos que brillan en mí las sombras sonreirán altivas luciendo el secreto que gime vagando vendrán las hojas impávidas que algún día fueron lo que mis ojos vendrán las mustias fragancias que innatas descendieron del alado son vendrán las rojas alegrías que burbujean intensas en el sol que redondea las armonías equidistantes en el humo danzante de la pipa de mi amor.

El infierno musical Golpean con soles Nada se acopla con nada aquí Y de tanto animal muerto en el cementerio de huesos filosos de mi memoria Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan a hurgar entre mis piernas La cantidad de fragmentos me desgarra Impuro diálogo Un proyectarse desesperado de la materia verbal Liberada a sí misma Naufragando en sí misma.

Alejandra Pizarnik (1936-1972)


*Alfonsina Storni: Esta poeta argentina nacida en 1892 en Suiza es uno de los íconos de la literatura posmodernista. Con una infancia difícil y con carencias y luego una vida con recurrentes enfermedades, su poesía está impregnada de lucha, audacia, amor y una reivindicación del género femenino. Madre soltera, hecho que no era aceptable en su época, fue sin embargo la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el Romanticismo hacia la vanguardia y el intimismo sintomático del Modernismo crepuscular. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema Tú me quieres blanca, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.

Dolor Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar. Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar. Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar; ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear; ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar; pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar; ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar... Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar.

Alfonsina Storni (1892-1938)


*Pablo Neruda: Poeta chileno. Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921 publicó La canción de la fiesta, su primer poema, con el seudónimo de Pablo Neruda, en homenaje al poeta checo Jan Neruda, nombre que mantuvo a partir de entonces y que legalizó en 1946. Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte poemas de amor y una canción desesperada, obra que, junto con Tentativa del hombre infinito, distingue la primera etapa de su producción poética, señalada por la transición del modernismo a formas vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente Huidobro. Los problemas económicos indujeron a Pablo Neruda a emprender, en 1926, la carrera consular que lo llevó a residir en Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en España, donde se relacionó con García Lorca, Aleixandre, Gerardo Diego y otros componentes de la llamada Generación del 27.

Tengo miedo Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza del cielo se abre como una boca de muerto. Tiene mi corazón un llanto de princesa olvidada en el fondo de un palacio desierto. Tengo miedo -Y me siento tan cansado y pequeño que reflojo la tarde sin meditar en ella. (En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño así como en el cielo no ha cabido una estrella.) Sin embargo en mis ojos una pregunta existe y hay un grito en mi boca que mi boca no grita. ¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste abandonada en medio de la tierra infinita! Se muere el universo de una calma agonía sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde. Agoniza Saturno como una pena mía, la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde. Y por la vastedad del vacío van ciegas las nubes de la tarde, como barcas perdidas que escondieran estrellas rotas en sus bodegas. Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.

Pablo Neruda (1904-1973)


*Octavio Paz: Poeta y ensayista mexicano. Premio Nobel de Literatura en 1990. A los diecisiete años publica sus primeros poemas. En un viaje a España contacta con intelectuales de la república española y con Pablo Neruda, contactos que le influencian fuertemente en su poética. En 1944, con una beca Guggenheim, pasa un año en Estados Unidos. En 1945 entra en el Servicio Exterior Mexicano y es enviado a París. Durante este periodo se aleja del marxismo al entrar en contacto con los poetas surrealistas y otros intelectuales europeos e hipanoamericanos. En 1981 es galardonado con el Premio Cervantes. En 1999 aparecen, póstumamente, Figuras y figuraciones y Memorias y palabras, epistolario entre Octavio Paz y Pere Gimferrer entre los años 1966 y 1997.

Más allá del amor. Todo nos amenaza: el tiempo, que en vivientes fragmentos divide al que fui del que seré, como el machete a la culebra; la conciencia, la transparencia traspasada, la mirada ciega de mirarse mirar; las palabras, guantes grises, polvo mental sobre la yerba, el agua, la piel; nuestros nombres, que entre tú y yo se levantan, murallas de vacío que ninguna trompeta derrumba. Ni el sueño y su pueblo de imágenes rotas, ni el delirio y su espuma profética, ni el amor con sus dientes y uñas nos bastan. Más allá de nosotros, en las fronteras del ser y el estar, una vida más vida nos reclama. Afuera la noche respira, se extiende, llena de grandes hojas calientes, de espejos que combaten: frutos, garras, ojos, follajes, espaldas que relucen, cuerpos que se abren paso entre otros cuerpos. Tiéndete aquí a la orilla de tanta espuma, de tanta vida que se ignora y se entrega: tú también perteneces a la noche. Extiéndete, blancura que respira, late, oh estrella repartida, copa, pan que inclinas la balanza del lado de la aurora, pausa de sangre entre este tiempo y otro sin medida. Octavio Paz (1914-1998)


BibliografĂ­a: *www.cervantes.es *www.poemas-del-alma.com *es.wikipedia.org

Andrea D. M.


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