Esperanza Real by Alberto Valenzuela

Esperanza Real El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

Esperanza para la Humanidad 12501 Old Columbia Pike Silver Spring, MD 20904

Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

Contenido

La Biblia es la Palabra de Dios

JesĂşs es el Hijo de Dios

El plan de Dios para tu vida

Dios se preocupa por la calidad de tu vida

Dios quiere pasar tiempo contigo

Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

iii

La Biblia es la Palabra de Dios

as primeras palabras en la Biblia son: “En el principio Dios creó”. Desde su comienzo la Biblia introduce conceptos acerca de quien somos, nuestra relación con Dios y nuestra razón de existir. En esta primera historia encontramos a Dios, quien creó un mundo perfecto para nosotros —un Dios personal que vino a este jardín perfecto y habló a Adán y Eva cara a cara. Pero el pecado puso fin a todo eso. Sin embargo, Dios no nos abandonó. El quería seguir siendo parte de nuestra vida. Quería seguir comunicándose con nosotros. Porque todavía nos ama. Así que nos dio la Biblia —ese mensaje

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La Biblia es la Palabra de Dios

inmemorial de esperanza y amor, la respuesta a nuestras preguntas más profundas. La Biblia nos muestra como es Dios. Nos cuenta de su plan para nuestro mundo. Nos enseñ a como vivir. La Biblia fue escrita, durante miles de añ os, por personas que habían tenido un encuentro personal con Dios. Algunas veces escribieron cantos o sermones o cartas para compartir lo que descubrieron en su caminar con Dios. Algunas veces Dios les dio un mensaje y les dijo que lo escribieran. La Biblia está colmada de frases como: “El Señ or me habló estas palabras” o “esto es lo que el Señ or dice”. La Biblia está colmada de las ideas de Dios. No podemos hablar más a Dios cara a cara, pero podemos llegar a conocerlo a través de la Biblia. ¿ Por qué es tan importante para Dios que lo conozcamos? Veamos lo que dice en la 2

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La Biblia es la Palabra de Dios

Biblia: “El Señ or está en medio de ti; ¡ él es poderoso y te salvará! Se gozará por ti con alegría, callará de amor, se regocijará por ti con cánticos” (Sofonías 3:17). Dios te ama. Quiere que seas salvo. Dios nos dio la Biblia para decirnos todo lo que tenemos que saber acerca de su plan para salvarnos. La Biblia da forma a nuestro concepto de Dios y a nuestra reacción ante las preguntas humanas más profundas. Sin la Biblia no tenemos un compás moral y no tenemos razón para tener esperanza en tener algo mejor que la vida que vivimos ahora. Con la Biblia tenemos acceso a la verdad, tenemos esperanza y tenemos un amor que lo transforma todo. En la Biblia encontramos que hay respuestas que son absolutas en la vida. No tenemos Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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La Biblia es la Palabra de Dios

que vivir en confusión. ¿ Por qué existe el mundo? ¿ Vale la pena vivir? ¿ Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? Las respuestas están en la Biblia. Pero no siempre es fácil encontrarlas —mientras más difíciles sean las preguntas, más concienzudamente tenemos que buscar las respuestas. Pero todo nuestro indagar nos lleva a una sola respuesta. La Biblia “te puede hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). La Biblia tiene respuestas. La Biblia nos muestra como debemos vivir. Porque “es como una lámpara a nuestros pies y una luz en nuestro sendero” (Salmo 119;105), la Biblia nos puede ayudar a hacer la decisión correcta cuando las cosas parecen oscuras y confusas. Pero la Biblia ofrece más que buenos consejos. No es solamente un libro de reglas, leyes y listas. No son palabras ordinarias. Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

La Biblia es la Palabra de Dios

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz” (Hebreos 4:12). La Biblia nos lleva a Dios y él nos transforma. La Biblia cambia vidas y quienes son cambiados por estos mensajes de Dios salen a cambiar al mundo. Son palabras llenas de poder. La Biblia tiene respuestas. La Biblia explica el plan de Dios para el mundo. Dios no solamente creó al mundo y se hizo a un lado para ver que pasaba. El plan de Dios siempre ha sido estar con nosotros: desde el jardín del Edén, pasando por el nacimiento de Jesús, hasta el día cuando Dios nos lleve al cielo. En la Biblia podemos leer del plan de Dios para traer armonía al mundo. Puedes aprender acerca del plan de Dios para tu vida. No la vas a poder abrir y leer: “Tienes que ir a la universidad, estudiar para contador público y ponerle Jorge a tu primer hijo”. Tienes que pensar y hacer decisiones. Una vez que decidas ser parte del plan de 6

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La Biblia es la Palabra de Dios

Dios, tienes que descubrir cual es ese plan — orando, estudiando la Palabra de Dios, y viviendo cerca de él día tras día. Mientras más busques, más vas a encontrar. Mientras más de cerca busques, más cerca de Dios vas a crecer. Conforme abres tu Biblia, ora por perspicacia y comprensión. “Dame entendimiento conforme a tu palabra” (Salmo 119:169). Entonces empieza a leer. “Prueba y ve que el Señ or es bueno” (Salmo 34:8). Estudia la Biblia — regularmente, intensamente. Mientras más sepas, vas a poder comprender mejor. Conforme estudias, tu vida espiritual va a crecer. A menos, por supuesto, que no la tomes en serio. Es posible leer la Biblia como literatura o historia. La puedes leer de cabo a rabo y no va a hacer ninguna diferencia. “No te contentes sólo con escuchar la palabra, pues así te engañ as a ti mismo. Llévala a la práctica” Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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La Biblia es la Palabra de Dios

(Santiago 1:22). Para que las palabras de Dios tengan poder, tienes que creer en su poder. Para que sus mensajes cambien tu vida, tienes que hacerlos parte de tu vida. Conforme estudias vas a encontrar cambios que necesitas hacer, creencias que necesitas ajustar, comportamientos que necesitas alterar. Esta transformación es la obra de Dios y puede ser difícil —todo cambio casi siempre es difícil— pero el resultado vale la pena: “es más deseable que el oro” y “más dulce que la miel” (Salmo 19:10). ¿ Qué sucedería si ganases la lotería h o y ? ¿ T e h a r í a e s o f e l i z ? Lo siento, pero probablemente no te haga feliz. ¿ Es posible aún ser feliz? Sí. Porque la Biblia guarda los secretos de la felicidad. Los conceptos bíblicos de la felicidad pueden parecer poco comunes. ¿ Dudas que “hay más dicha en dar que en recibir” (Hechos 20:35)? Haz la prueba. Ser feliz no es tan sencillo como Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

La Biblia es la Palabra de Dios

parece. Tan solo pregunta a cualquiera que ha ganado la loterĂa. La felicidad es algo complicado. Si buscas con detenimiento, la Biblia te va a mostrar la forma de ser feliz. Verdaderamente feliz. Dios quiere que sepamos cuanto nos ama. La Biblia es la forma principal como nos deja saber como es y como podemos llegar a ser si elegimos ser parte de su plan. Conforme lees la Biblia, escucha la voz de Dios.

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La Biblia es la Palabra de Dios

Conoce mejor tu Biblia ■ Encuentra Romanos 15:4. Este texto dice que la Biblia fue escrita para que tengamos esperanza. ¿ Qué clase de esperanza puedes encontrar en la Biblia? ■ Cuando te sientes solo, hay esperanza. Lee Romanos 8:31. Dios está de tu lado. ■ Cuando estás preocupado, hay esperanza. Lee Jeremías 29:11. Dios desea lo mejor para ti. ■ Cuando estás desanimado, hay esperanza. Lee Romanos 8:28. Las cosas suceden para nuestro bien. ■ Cuando alguien que amas muere, hay esperanza de que lo verás de nuevo. Lee 1 Tesalonisenses 4:16. Algún día estaremos juntos con Dios. Lee Juan 14:3. ■ ¿ Cuál es la mejor esperanza de todas? Lee 1 Timoteo 4:10. Dios nos salvará. ■ Porque la Biblia está llena de esperanza, podemos tener esperanza.

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Jesús es el Hijo de Dios

ios se revela a nosotros en la Biblia. Envió a su Hijo para enseñ arnos más acerca de su amor, su plan y como podemos ser parte del mismo. Los cristianos creen que Jesús es Hijo de Dios que vino a la tierra para salvarnos del pecado. La frase anterior contiene varias ideas que la gente ha tratado de explicar y comprender por miles de añ os. Primero tenemos la idea que Dios tiene un Hijo. Esto es algo complicado. Los cristianos creen que hay un solo Dios, pero hablan de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Dios es tres personas, pero un solo

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Jesús es el Hijo de Dios

Dios. A los humanos se nos hace difícil este concepto porque no tenemos palabras para describirlo. Así que lo comparamos con otras cosas que comprendemos. Por ejemplo, ¿ alguna vez has cantado un canto alternado? Una persona empieza a cantar, en cierto punto la siguiente persona empieza a cantar el mismo canto, y en otro punto una tercera persona empieza a cantar el mismo canto. Cuando el canto está en su punto, se pueden oir las tres notas siendo cantadas al mismo tiempo. Un canto alternado es una canción con tres melodías diferentes cantadas al mismo tiempo. Podemos pensar en Dios de esa manera. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son diferentes y únicos. Pero trabajan juntos como uno, con el mismo objetivo —en armonía, como la música. El plan de Dios es salvarnos del pecado. El 14

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Padre, el Hijo y el Espíritu Santo trabajan juntos para lograr ese plan. Esa es otra idea. A causa del pecado, el mundo no estaba en armonía con Dios. Pero Dios diseñ ó un plan para ponernos en armonía consigo mismo. Se nos explica en Juan 3:16, el versículo mejor conocido de la Biblia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. El pecado nos separa de Dios. El resultado del pecado, su consecuencia, es muerte. Como la Biblia lo pone muy bien: “La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). El castigo por el pecado tiene que ser pagado. Dios el Padre nos amó tanto que envió a su Hijo para pagar por ese castigo. El Hijo de Dios se ofreció como voluntario para llevar el castigo por nuestros pecados; eso significó que tenía que morir. Hay una palabra para ese plan: Redención. Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

Jesús es el Hijo de Dios

Redención significa rescatar, comprar, liberar. Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro Redentor. Cuando vino a esta tierra y murió en la cruz, nos rescató del pecado. Jesús vino a la tierra como un bebé —por eso celebramos la Navidad. Cuando creció y se hizo hombre, empezó lo que llamamos su ministerio. Ese ministerio tenía básicamente dos objetivos: enseñ ar y sanar. Jesús vino a enseñ arnos acerca de Dios y a mostrarnos como vivir. Él dijo: “Quien me ha visto a mi, ha visto al Padre” ( Juan 14:9). Podemos aprender acerca de Dios al aprender acerca de Jesús. La historia del ministerio de Jesús en la tierra es narrada cuatro veces en la Biblia —al principio del Nuevo Testamento en los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Puedes leer acerca de las cosas que hizo, las historias que contó, la gente que sanó, las vidas que transformó. Y te va a transformar. 16

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Jesús es el Hijo de Dios

Mientras más lees acerca de Jesús, más vas a querer ser como él. Jesús vivió una vida perfecta, “dejándonos un ejemplo, para que lo sigamos” (1 Pedro 2:21). La palabra de este texto traducida al españ ol como “ejemplo” es “hupogrammos”. Piensa en aquellos días cuando estabas en tercer grado. ¿ Recuerdas las hojas cuya hermosa caligrafía en la parte superior de la página tratabas d e c o p i a r e n s u s l í n e a s ? “Hupogrammos” es la palabra griega que describe la caligrafía en la parte superior de la página. La Biblia dice que Jesús es como una hermosa caligrafía y que deberíamos de vivir como él vivió. ¿ Cómo puede ser eso posible? Nuestras vidas son tan imprecisas como los intentos de escribir en tercer grado. Por supuesto no podemos vivir una vida perfecta por nosotros mismos. Pero Jesús nos promete enviar al Espíritu Santo para ayudarnos. Él pondrá su 18

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mano sobre la nuestra y nos guiará. Nuestro Ejemplo es también nuestra Ayuda. Jesús enseñ ó a través de su ejemplo, también enseñ ó narrando historias —porque una de las mejores formas de aprender es escuchando historias. Enormes multitudes se agrupaban a escucharle. Algunas veces llamamos a sus historias “parábolas”. La palabra “parábola” significa poner una cosa al lado de otra. Cuando Jesús contaba una historia la colocaba al lado de una idea espiritual para que la gente pudiese comprender la idea más fácilmente. Además de enseñ ar, el ministerio de Jesús tenía como blanco sanar. Sanó a quienes no podían caminar, no podían hablar, no podían ver. Los enfermos se acumulaban a su alrededor para ser sanados. Jesús pasó mucho de su tiempo sanando gente. En aquellos días los enfermos eran generalmente maltratados y discriminados. Era Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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una creencia común que si alguien estaba enfermo era porque había pecado y que la enfermedad era la forma como Dios castigaba al pecador. Al mismo tiempo que Jesús hizo todo lo que pudo para aclarar ese mito, también comprendió la conexión entre el cuerpo y el alma —si uno es afligido el otro también sufre. Él quería sanar a la persona completa. Después de sanar a alguien, sus palabras con frecuencia eran: “Tus pecados te son perdonados”. Quienes habían sido paralíticos no solamente daban saltos de gozo —su fe también daba un gran salto. Quienes habían estado perdidos en la oscuridad de la ceguera eran capaces de ver más que la luz del día —podían también ver la luz de la verdad y la esperanza. Quienes veían a Jesús sanar y lo escuchaban enseñ ar eran transformados. No podían seguir siendo como siempre habían sido; 20

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tenían que decidir si creían o no lo que Él decía —que era el Hijo de Dios, su Redentor. Tú también tienes que decidir. Lee la Biblia. Lee acerca de Jesús, como murió por tus pecados y fue resucitado. Escucha las historias que contó. Deja que te sane. Y haz una decisión. La Biblia dice: “Cree en el Señ or Jesús y serás salvo” (Hechos 16:31). ¿ Crees? La pregunta no es si crees que Dios existe. La pregunta es si crees a Dios. Creer cuando dice que te ama, que murió por ti, que tiene un plan para tu vida. Este tipo de creencia lo cambia todo.

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Conoce mejor a Jesús Lee Lucas 15:4-6. Esta es una parábola que Jesús contó acerca de una oveja perdida. Es una historia pequeñ a con una gran enseñ anza: Dios te ama. Pongamos la historia al lado de la idea espiritual. En esta historia Dios es el pastor y nosotros somos las ovejas. ■ Una oveja se ha perdido. Estamos perdidos en pecado. Nos hemos alejado de Dios. ■ El pastor no espera a que la oveja retorne a casa. Toma la iniciativa. Sale a buscar a la oveja. Dios nos ama tanto que sale a buscarnos. No somos redimidos porque buscamos a Dios, somos redimidos porque Dios sale a buscarnos. ■ El pastor tiene 99 ovejas pero eso no es suficiente. Una oveja se ha perdido; el pastor quiere encontrarla y traerla a casa. Cada uno de nosotros es importante para Dios. Dios nos ama a cada uno, personalmente. ■ El pastor no se da por vencido hasta que encuentra la oveja. Dios es persistente. ■ Era culpa de la oveja el haberse perdido, pero el pastor no la regaña o la golpea con una vara. La lleva a casa en sus hombros. Dios es paciente. Su amor es dulce y cariñ oso. ■ El pastor se regocija cuando encuentra la oveja. Le dice a todos que se regocijen con él. Hay gozo en el cielo cuando aceptamos la salvación. No somos recibidos a regañ adientes o con criticismo; solamente hay gozo y celebración.

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uando Jesús estuvo en la tierra, la gente se amontonaba a su alrededor y no lo dejaban solo. Pero, en lugar de molestarse, “tuvo compasión de ellos; porque estaban desamparados y dispersos como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:56). Muchas personas van por la vida sin sentido, sin un plan, sin un pastor. Viven vidas disparatas, superficiales, al azar. Dios quiere que sepamos que no tiene que ser así; que hay una forma mejor de vivir. Que hay un plan. Que siempre ha habido un plan. El plan de Dios siempre ha sido estar con nosotros. Cuando las cosas no fueron bien en el jardín del Edén y el pecado nos separó de

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Dios, hizo otros planes para mantenernos cerca de él. La Biblia está colmada de historias de como el plan de Dios se ha llevado a cabo en el mundo y en las vidas de los individuos. Noé estuvo de acuerdo en seguir el plan de Dios y cuando empezó a llover fueron salvados él, su familia y los animales. Abraham estuvo de acuerdo en seguir el plan de dios y llegó a ser el padre de una gran nación, el pueblo escogido de Dios. Moisés estuvo de acuerdo en seguir el plan de Dios y sacó al pueblo de Dios, los israelitas, de la esclavitud a la tierra prometida. Dios prometió: “Caminaré entre ustedes. Yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo” (Levítico 26:12). Los israelitas estuvieron de acuerdo en seguir el pan de Dios. Pero algunas veces lo siguieron y otras veces no lo siguieron. Dios quería que su pueblo lo llegase a 26

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conocer y quería que le dijesen a los demás acerca de como era él. Envió mensajes a través de sus profetas explicando el plan, proveyendo advertencias, prometiendo un Redentor. Cuando llegó el momento apropiado, Jesús vino a la tierra a cumplir el plan de redención de Dios. Jesús mostró al pueblo de Dios que su plan estaba todavía en marcha. Jesús comparó al reino de Dios con una semilla de mostaza, con un tesoro escondido en un campo, con las buenas nuevas. Jesús vino a decirnos el resto del plan: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). Aquí es donde entramos tú y yo. El plan de Dios nos involucra a ti y a mi. Jesús nos ha dejado una tarea. Después de que murió por nuestros pecados y resucitó, le dijo a sus seguidores: “Vayan por todo el mundo y Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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anuncien las buenas nuevas a toda criatura” (Marcos 16:15). Pareciera que se nos pidiese que todos fuésemos predicadores. Afortunadamente ese no es el caso —francamente la mayoría de nosotros no haríamos muy buen papel. Las buenas nuevas de las Buenas Nuevas es que hay muchas formas de compartirlas y tú tienes habilidades en muchas de esas formas. De las historias en la Biblia es obvio que Dios llama a cada uno a hacer algo diferente. Le pidió a David que matase al gigante. Le pidió a Ester que invitase al rey a cenar. Le pidió a Zaqueo que bajase del árbol. Todos tenemos una función diferente. El apóstol Pablo lo compara con la forma como el cuerpo trabaja. “Lo cierto es que hay muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo” (1 Corintios 12:20). Cada parte hace lo que se supone que haga y todas las partes trabajan juntas. Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

El plan de Dios para tu vida

La Biblia dice que el Espíritu Santo da diferentes dones, o talentos, a diferentes personas. Algunos tienen el don de hablar con sabiduría. Otros tienen el don de sanidades. Algunos son buenos líderes, otros son buenos para la música. Algunos son buenos trabajando con los niñ os, otros son buenos para escuchar. Tu tarea es hacer aquello que puedes hacer mejor. Nadie tiene que hacerlo todo. Para eso nos tenemos unos a otros. También tenemos a Jesús. Él nos promete: “Estaré con ustedes siempre” (Mateo 28:20) y “recibirán poder” (Hechos 1:8). Jesús va a proveer lo que necesitamos para seguir el plan de Dios y hacer nuestra parte. La Biblia dice: “Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:18). El plan de Dios siempre ha sido reconciliar al mundo a sí mismo, y nos recluta para ese 30

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proceso. Tenemos la oportunidad de ser parte de la obra de Dios en el mundo. Lo único necesario es estar dispuestos. Cuando decides creen en Jesús no es el fin de la tarea —es solamente el principio. Cuando crees que te ama, que te ha redimido, que tiene un plan para tu vida, tienes que estar dispuesto a seguir ese plan. Tu vida se va a transformar. Te vas a haber convertido. ¿ Cómo vas a vivir ahora? Vas a seguir el ejemplo de Jesús. Vas a seguir sus mandato: “Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros” ( Juan 13:34). Ese es el plan de Dios para tu vida: amarse los unos a los otros. Suena muy sencillo, pero no lo es. Suena fácil, pero no lo es. ¿ Quisieras que fuese más específico? El plan no está detallado en un libro celestial. Dios no es tu secretario, apuntando tus oportunidades de dar tu testimonio para que te comportes con amor cristiano. Dios no es tu Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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patrón, dando ordenes, poniendo fechas, y escribiendo cheques. Dios es tu Socio. Juntos, un paso a la vez, un minuto a la vez, tú y Dios pueden trabajar en equipo. El plan para tu vida no está escrito sobre la roca; es un plan que evoluciona. No tenemos que preocuparnos por el futuro. Dios va a estar con nosotros. Pero es todavía mejor que eso. El plan incluye mucho más. Jesús prometió: “vendré para llevarlos conmigo” ( Juan 14:3). Jesús nos ama tanto que nos redimió del pecado para que podamos estar con él para siempre. Esa es nuestra esperanza —un día Jesús vendrá por nosotros. Esa es nuestra expectativa —un día estaremos con Dios. Al final de la Biblia, Dios nos dice: “Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin” (Apocalipsis 21:6). Alfa es la primera letra del alfabeto griego y omega es la última. Ser “alfa y omega” significa plenitud, que no le Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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falta nada. Tiene todo desde la A hasta la Z. Dios es el Alfa, el principio. Sin embargo, la palabra que la Biblia usa no significa simplemente ser primero. Significa ser la fuente. Todo tiene su principio en Dios. Dios es el Omega, el fin. Esta palabra en la Biblia significa más que ser el último. Significa ser el blanco, el lugar donde se completan las cosas. En Dios todo se completa. El plan de Dios —desde el principio, hasta el fin, eternamente— siempre ha sido estar con nosotros. Todo está saliendo de acuerdo con su plan. Hemos sido redimidos del pecado. Jesús volverá a llevarnos al hogar. Viviremos con Dios para siempre.

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Conoce mejor el plan de Dios ¿ Cuál es el plan de Dios para tu vida? Las respuestas están en la Biblia. ■ Lee Filipenses 4:4. El plan de Dios para ti es que seas feliz. ¿ Cómo puedes serlo? Lee Mateo 7:12. ■ El plan de Dios es que te ames a ti mismo. Lee 1 Pedro 1:18, 19. Eres de gran valor. Jesús contó una historia al respecto. Léela en Lucas 12:6, 7. ■ El plan de Dios es que ames a tu familia. La Biblia está llena de historias acerca de familias. Lee una historia muy interesante en el libro de Rut. Es un libro corto. ■ El plan de Dios es que ames a los demás. Lee Mateo 5:44. Por supuesto, amas a tus amigos. Pero también ama a tus enemigos. ¿ Por qué? Lee 1 Juan 4:19. ¿ Cómo? Lee 1 Juan 3:18. ■ El plan de Dios es que seas miembro de una iglesia. Lee la presentación de Pablo en la que compara a la iglesia con un cuerpo en 1 Corintios 12. ¿ Qué haces cuando la gente en la iglesia te vuelve loco? Lee 1 Pedro 4:8. ■ El plan de Dios es que seas un buen ejemplo. Lee Mateo 5:15, 16. Jesús lo compara con permitir a la luz brillar. ■ El plan de Dios es que compartas las Buenas Nuevas acerca de la redención. Puedes leer esta tarea en Hechos 1:8. ¿ Qué quiere decir ser testigo? Lee Efesios 5:8. Puedes aprender más acerca del plan de Dios. Sigue indagando.

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Dios se preocupa por la calidad de tu vida

a mayoría de los cristianos están de acuerdo que Dios tiene un plan para este mundo y un plan para redimirnos del pecado. Pero algunos piensan que siempre que la persona crea en Jesús, no importa ninguna otra cosa. No consideran que su fe afecta la forma como viven sus vidas. Pero la Biblia sugiere otra cosa. El apóstol Pablo escribió a sus amigos en Filipo: “Lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad” (Filipenses 2:12, 13). Suena un poco dramático, pero es algo

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común —es una forma de vida. Ningún acto o palabra es demasiado pequeñ a para que no pueda ser transformada por la gracia de Dios. Algunas veces esas cositas son transformadas de una forma dramática. En el Antiguo Testamento encontramos la historia del profeta Elías quien, durante una sequía, buscó refugio con una viuda y su hijo. Ella estaba preparando lo que pensaba que sería su última comida ya que lo único que le quedaba era un poco de harina y aceite. Elías le pidió que compartiese esa comida con él y le dijo que Dios se encargaría del futuro de la viuda. La viuda creyó al profeta. Compartió su comida con él y “no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro” (1 Reyes 17:16). Cuando creemos, eso solo es el principio. No tenemos que amontonar y apretarnos el cinturón con temor a la sequía. El poder de Dios nunca se acaba y su amor nunca se seca. 38

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Jesús dijo: “he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” ( Juan 10:10). Jesús no solamente vino a salvarnos para una vida futura, para una recompensa celestial. También vino a enriquecer nuestras vidas aquí en esta tierra y a ayudarnos a vivir con más plenitud. Su plan es que no simplemente existamos en el aquí ahora sino que vivamos en abundancia. Dios se preocupa por la calidad de nuestras vidas. Todo lo que hacemos puede ser parte del plan de Dios: la forma como vivimos, comemos, hablamos y pensamos. La forma como nos tratamos unos a otros. La forma como cuidamos de nuestro mundo. Todo es importante para dios: nuestras familias, trabajos, talentos, dinero, y tiempo. Todas son formas por las cuales él puede mostrar su gracia a nuestras vidas. Pablo escribió una carta a sus amigos los efesios. En medio de la carta escribió una de Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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las oraciones más lindas, pidiendo a Dios que derramase la fuerza y el poder de sus “gloriosas riquezas” para que sus amigos “puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo” y “sean llenos de la plenitud de Dios”. Pablo termina su oración diciendo: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos pedir o imaginarnos…” (Efesios 3;16-20) Nuestros sueñ os son demasiado pequeñ os —Dios quiere hacer muchísimo más de lo que podemos imaginarnos. Pedimos por demasiado poco —Dios nos puede dar muchísimo más. Afortunadamente nuestros pequeñ os sueñ os pueden crecer. Jesús dice que si nuestra fe es tan pequeñ a como un grano de mostaza, podemos mover montañ as (Mateo 17:20). Nuestro Dios es un Dios generoso. Le Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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gusta dar. Jesús nos promete: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta” (Lucas 11:9). ¿ Estás preocupado y acongojado? Pide. Él te dará descanso (Mateo 11:28). ¿ Necesitas un cambio en tu vida? Busca. Él te “dará un nuevo corazón, y te infundirá un espíritu nuevo” (Ezequiel 36:26). ¿ Necesitas dirección en tu vida? Pide. “Él te dará otro Consolador para que te acompañ e siempre” ( Juan 14:16). Nuestro Dios es un Dios generoso. Nos da incluso cuando no sabemos que pedir. Nos da cuando no tenemos idea de lo que necesitamos. Considera la asombrosa historia del profeta Elseo. El rey de Aram estaba enojado con Eliseo porque el profeta advertía al rey de Israel de sus emboscadas. Así que el rey de Aram envió un ejercito a capturar a Eliseo, rodeando la ciudad durante la noche. Cuando el criado de Eliseo se levantó por la mañ ana y vio todos los caballos y carretas, 42

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gritó: “¿ Qué vamos a hacer?” “No tengas miedo”, le dijo el profeta. “Los que están con nosotros son más que los que están ellos”. Eliseo entonces oró “Señ or, abre sus ojos para que pueda ver”. (2 Reyes 6:15-17). De pronto el criado pudo ver el ejercito de ángeles de Dios a su alrededor para protegerlos y comprendió porqué Eliseo podía estar tan tranquilo y calmado. Dios puede abrir nuestros ojos. No tenemos que vivir con temor, en debilidad y tacañ ería. Podemos vivir generosamente y en abundancia, con más valor y tranquilidad. No necesitamos vivir en la oscuridad. La Biblia describe a quienes no conocen a Jesús, quienes no han aceptado la salvación, como personas que viven en tinieblas. Es una metáfora muy apropiada. Podemos imaginarnos a las personas dando tumbos contra los muebles, sin saber que pasa, atemorizados, perdidos. Esta idea se presenta a lo largo de la Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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Biblia. Pero otra metáfora más dominante, más incesante y más persistente, es lo opuesto a las tinieblas —la luz. “El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz” (Isaías 9:2). La luz describe muy bien la forma como una vida puede ser transformada por las Buenas Nuevas. Jesús mismo es la luz. “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” ( Juan 8:12). Dios no nos deja en tinieblas. Nos da luz para que podamos ver a los demás y a nosotros mismos, ver donde estamos y a donde vamos. Quienes han visto la luz quieren apartarse de la oscuridad —todas sus inclinaciones malsanas, todos sus hábitos destructivos. “Porque ustedes antes eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señ or. Vivan como hijos de luz” (Efesios 5:8). Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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Ser hijo de la luz significa más que simplemente evitar la oscuridad en tu vida. Significa compartir la luz. La forma como Jesús lo describe es simple sentido común: no enciendes una lámpara para cubrirla. “Hagan brillar su luz delante de todos” (Mateo 5:16). No dice “trata de hacer que tu luz brille”. Dice “hazla brillar”. Tú no produces tu propia luz; Jesús es la luz. Tu luz brilla porque su luz está en tu vida. Tu luz brilla para que otros puedan ver mejor a Dios. Dios se preocupa por la calidad de tu vida ahora mismo. Quiere que vivas en la luz —sin temor, en abundancia, inmensurablemente.

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Dios se preocupa por la calidad de tu vida

Conoce la vida abundante ¿ Qué diferencia hace vivir en la luz? En Gálatas 5:22, 23 Pablo hace una lista de lo que él llama “el fruto del Espíritu” —nueve formas de mejorar la calidad de tu vida. ■ Amor. Cuando lees en la lista de 1 Corintios 13:4-7 lo que el amor es, puedes desear conocer a alguien así. Pero conoces a alguien así: Jesús. Cuando la lees de nuevo puedes desear ser así. Puedes ser así: con la ayuda del Espíritu Santo. ■ Gozo. Primero es el amor y después está el gozo. Lee Juan 15:11,12. Jesús nos promete que si nos amamos uno a otros como él nos ama, tendremos su gozo. ■ Paz. La paz que Jesús da es duradera —nada nos la puede quitar. Lee Juan 14:27. Su paz no te salvará de problemas pero estará contigo durante los problemas. “No tengas miedo”. ■ Paciencia. Se nos pide que seamos “pacientes, tolerantes unos con otros en amor” (Efesios 4:2), siguiendo el ejemplo de Jesús. Pero cuando leemos en 2 Pedro 3:9 y nos damos cuenta que tan paciente es Dios con nosotros, no sabemos que hacer. ■ Benignidad. La belleza de la benignidad es la forma como se esparce y crece. Lee la historia en Juan 6:1-13. Un muchachito estaba feliz de compartir su almuerzo, Jesús lo bendijo, miles fueron alimentados y miles de añ os más tarde podemos sentir esa benignidad. ■ Bondad. ¿ Cómo es posible ser buenos? Piensa en ti Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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mismo como una obra en progreso. Lee Filipenses 1:6. Dios promete continuar trabajando en ti hasta terminar su labor. ■ Fidelidad. El Espíritu Santo hace más que ayudarte a ser bueno y bondadoso y todas esas cosas en la lista. El Espíritu te ayuda a hacer todas esas cosas fielmente, cada día. ¿ Cómo? Lee 2 Tesalonicenses 3:3. Podemos ser fieles porque Dios es fiel. ■ Mansedumbre. Jesús dijo: “Aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón” (Mateo 11:29). Lee un ejemplo en Marcos 10:13-16. Su mansedumbre fue fuerte cuando amonestó a los discípulos por hacer a los niñ os a un lado. Fue tierno cuando tomó a los niñ os en sus brazos y los bendijo. Ser manso significa ser suficientemente fuerte para cada situación. ■ Templanza. El Espíritu Santo te da estos dones pero no trabajan solos; tú no eres una marioneta. Necesitas templanza, control propio, para que puedas poner atención, pedir paciencia y amor, etc., y después usarlos. Lee 1 Pedro 1:13.

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Dios quiere pasar tiempo contigo

esde el principio el plan de Dios ha sido estar con nosotros. En la primera historia bíblica, la historia de la creación, leemos que Dios creó nuestro mundo un día a la vez. Al final del sexto día, después de que hubo creado al hombre y todo estaba terminado, “Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno” (Génesis 1:31). El siguiente día Dios tomó un receso y se gozó de ese día. Dios bendijo al séptimo día y lo pasó con sus nuevas criaturas. Todo era muy bueno —en realidad, era perfecto. Cuando el pecado arruinó esa perfección, Dios tenía un plan para redimirnos y, even-

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tualmente, restaurar el paraíso. Mientras tanto, buscó otras formas de pasar tiempo con nosotros. Cuando Dios rescató a los israelitas de la esclavitud y los guiaba a la tierra prometida, hizo un pacto con ellos de que él sería su Dios y ellos serían su pueblo (Levítico 26:12). Aunque él podía escuchar sus oraciones desde cualquier lugar que estuviesen, les pidió que establecieran un lugar oficial. “Me harán un santuario, para que yo habite entre ustedes” (Exodo 25:8). El santuario enfocó las cosas. Debido a que era un lugar especial, un lugar santo, el pueblo iba con un propósito específico — para encontrarse con Dios. Es un sistema muy bueno. El Espíritu del Señ or está siempre con nosotros ( Juan 14:16), se nos recom i e n d a “o r a r s i n cesar ” (1 Tesalonicenses 5:17), y podemos estar con Dios en todas partes, “desde los Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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confines de la tierra” (Salmo 61:2). Pero creamos santuarios, templos e iglesias para poder tener un lugar especial para estar con Dios; para que una vez a la semana podamos reunirnos y recordar a nuestro Creador; para mantener nuestro enfoque. Cuando vamos a la iglesia le mostramos a Dios que queremos ser su pueblo, que también queremos pasar tiempo con él. Cuando llegó el tiempo apropiado, Dios envió a su Hijo para rescatarnos del pecado. Otro nombre del Redentor es “Emanuel” — que significa “Dios con nosotros” (Mateo 1:23). Jesús vino a esta tierra para enseñ arnos acerca de Dios, para redimirnos del pecado y para vivir entre nosotros. Cuando lees las historias acerca de Jesús, de vez en cuando lo vas a encontrar tomando su tiempo para estar con nosotros. Algunas veces fue al templo, se sentó y observó a la gente (Marcos 12:41). Con frecuencia las 52

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multitudes lo oprimían y lo seguían a todas partes, pero no le molestaba. En una ocasión habló a la ciudad de Jerusalén: “¡ Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como reúne la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, pero no quisiste!” (Mateo 23:37). Jesús nos ama. Le gusta pasar tiempo con nosotros. Emanuel. Jesús nos dejó una tarea antes de volver a su Padre: Compartir las Buenas Nuevas con los demás. También nos dejó una promesa: “Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Sus seguidores empezaron a proclamar el evangelio por todas partes y eso incluyó establecer iglesias para que los creyentes pudiesen reunirse para estar con Dios. Jesús nos dio otra promesa: “Vendré para llevarlos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté” ( Juan 14:3). El plan de Dios es que 54

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un día el paraíso será restablecido. Un día Jesús vendrá para llevarnos al cielo. Desde que Jesús hizo esa promesa la gente se ha preguntando: “¿ Cuándo volverá?” Jesús no dijo cuando volvería. Si hubiese dicho que pasarían por lo menos 2000 añ os, ¿ hubiesen trabajado sus seguidores tan arduamente para compartir las Buenas Nuevas? Probablemente no. Hubieran sentido que no había prisa. Probablemente se hubieran desanimado. En lugar de eso, Jesús dijo que deberíamos estar siempre listos para su venida (Mateo 24;44). No sabemos cuando va a volver Jesús, pero sabemos que va a volver. Jesús no nos dijo cuando iba a volver, pero nos dijo como vivir hasta que venga: “Ama al Señ or tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente y ama a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas 10:27). ¿ Cómo va a ser el cielo? La Biblia no dice Esperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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mucho de como va a ser el cielo. Pablo escribió: “Ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman” (1 Corintios 2:9). Quizás el cielo sea tan diferente de lo que conocemos que los escritores bíblicos no encontraron forma de describirlo. Es demasiado maravilloso para describirlo con palabras. Cuando Juan, el discípulo de Jesús, era muy anciano, tuvo una visión del cielo. Dios le dijo: “¡ Yo hago nuevas todas las cosas!” (Apocalipsis 21:5) y Juan vio un lugar que parecía estar hecho de oro, joyas preciosas y luz —¡ un lugar maravilloso! Pero todavía más maravilloso es lo que no habrá más: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor” (Apocalipsis 21:4). En el cielo no habrá más pecado y, por esa razón, todas esas tristezas cesarán de existir. 56

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Pero todavía mejor, el pecado no nos separará más de Dios. Todo será perfecto de nuevo. Dios le dijo a Juan: “¡ Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios” (Apocalipsis 21:3). Ese es el plan de Dios. Estar con nosotros siempre. Ha estado con nosotros en el pasado. Está con nosotros ahora. Y estará con nosotros en el futuro. Cuando nos inclinamos a adorar, está con nosotros. Cuando tomamos un momento para orar, está con nosotros. Cuando guardamos el sábado santo, está con nosotros. Cuando leemos su Palabra y meditamos en sus bendiciones, está con nosotros. Cuando nos reunimos como iglesia en el nombre de Cristo, está con nosotros. Cuando nos oponemos al mal, está con nosotros. En nuestro nacimiento y en nuestra muer58

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te. En cada momento entre esos dos extremos. Dios está con nosotros. Cuando el mundo llegue a su fin, Dios estará con nosotros. Dios desea pasar tiempo con nosotros en una forma personal cada día, cada semana, en cada vida, siempre. Saber como pasar tiempo con Dios El plan de Dios siempre ha sido pasar tiempo con nosotros, en el pasado, en el presente y en el futuro. ¿ Cómo puedes participar en ese plan ahora, en el presente? A través de la adoración. Jesús nos dice como debemos de adorar. Lee Juan 4:23. ¿ Cómo adoramos en espíritu y en verdad? Jesús nos enseñ ó. Nos enseñ ó a orar. Lee Mateo 6:9-13. Nos enseñ ó a ser agradecidos. Lee la historia en Lucas 17:1119. Nos enseñ ó a dar. Lee la historia en Marcos 12:41-44. Nos enseñ ó a ser reverenEsperanza Real: El plan de Dios para ti es pleno de abundancia

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tes. Lee como fue reverente en Mateo 21:1216. La alabanza es una parte muy importante de la adoración. Nos hace conscientes de la presencia de Dios y nos hace agradecidos. Nos da gozo y poder, además de acercarnos a Dios. Si necesitas ayuda lee el Salmo 96. En realidad la mayoría de los salmos son buenos para la alabanza. Podemos adorar a Dios cuando estamos solos. Podemos orar, estudiar la Biblia, dar alabanza, dar gracias. En cualquier parte. En cualquier lugar. Podemos adorar a Dios con otros creyentes. Jesús prometió estar incluso con el grupo más pequeñ os. Lee Mateo 18:20. Es bueno adorar con otros creyentes. Lee Salmo 95:6. Podemos orar los unos por los otros (Santiago 5:13-16). Podemos llevar los unos las cargas de los otros (Gálatas 6:2). Podemos inspirarnos mutuamente (Hebreos 10:24). 60

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Pero, sobre todo, podemos amarnos unos a otros (1 Juan 4:12).

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Aprende como pasar tiempo con Dios ■ El plan de Dios siempre ha sido pasar tiempo con nosotros, en el pasado, en el presente y en el futuro. ¿ Cómo puedes participar en ese plan ahora, en el presente? A través de la adoración. ■ Jesús nos dice como debemos de adorar. Lee Juan 4:23. ¿ Cómo adoramos en espíritu y en verdad? Jesús nos enseñ ó. Nos enseñ ó a orar. Lee Mateo 6:9-13. Nos enseñ ó a ser agradecidos. Lee la historia en Lucas 17:11-19. Nos enseñ ó a dar. Lee la historia en Marcos 12:41-44. Nos enseñ ó a ser reverentes. Lee como fue reverente en Mateo 21:12-16. ■ La alabanza es una parte muy importante de la adoración. Nos hace conscientes de la presencia de Dios y nos hace agradecidos. Nos da gozo y poder, además de acercarnos a Dios. Si necesitas ayuda lee el Salmo 96. En realidad la mayoría de los salmos son buenos para la alabanza. ■ Podemos adorar a Dios cuando estamos solos. Podemos orar, estudiar la Biblia, dar alabanza, dar gracias. En cualquier parte. En cualquier lugar. ■ Podemos adorar a Dios con otros creyentes. Jesús prometió estar incluso con el grupo más pequeñ os. Lee Mateo 18:20. Es bueno adorar con otros creyentes. Lee Salmo 95:6. ■ Podemos orar los unos por los otros (Santiago 5:13-16). Podemos llevar los unos las cargas de los otros (Gálatas 6:2). Podemos inspirarnos mutuamente (Hebreos 10:24). Pero, sobre todo, podemos amarnos unos a otros (1 Juan 64

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Ayudar a otros con fé y esperanza

sta guía de estudio ha sido un obsequio de Esperanza para la Humanidad, un ministerio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los Adventistas del Séptimo Día creen que el profundo cariñ o que Dios siente por a humanidad empieza ahora mismo y se prolonga por la eternidad. Somos un pueblo de esperanza —somos cristianos cuyas vidas han sido transformadas por la gracia divina. Los Adventistas del Séptimo Día son una congregación mundial con cerca de 15 millones de miembros alrededor del mundo. Hay aproximadamente un millón de Adventistas del Séptimo Día en norteamérica. La labor de Esperanza para la Humanidad está relacionada con la fe. En alianza con organizaciones e iglesias locales, patrocinamos proyectos alrededor del mundo que demuestran el amor de Dios a través de un ministerio cristiano de compasión. A través de nuestros proyectos hemos sido una fuente de ayuda y esperanza para personas en necesidad por más de 100 añ os. Ayudamos a construir escuelas y hospitales porque sabemos que son lugares donde florecerá la esperanza. Trabajamos con madres y niñ os porque sabemos que las familias fuertes son construidas a base de fe. Enseñ amos a adultos a leer y escribir motivados por el optimismo y la confianza que vemos en los rostros de los hombres y mujeres en nuestros proyectos. Los Adventistas del Séptimo Día creen que cada uno de nosotros puede ser un impacto positivo en nuestra comunidad y en nuestro mundo. Creemos que al atender a las necesidades humanas somos instrumentos de la gracia y lacompasión divina. Los Adventistas del Séptimo Día creemos que ayudar a otros con fe y esperanza es el llamado que Jesús nos ha hecho como cristianos.

Para recibir más información acerca de este ministerio puede ponerse en contacto con nosotros: Hope For Humanity 1-888-425-7760 12501 Old Columbia Pike Silver Spring, MD 20904 USA

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