Las rubias no somos tontas

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Las Rubias No Somos Tontas, Jugando Con Los Tópicos

Esta historia está basada en hechos reales, por lo tanto no se podrá copiar o transferir el archivo. En caso de hacerlo, el FBI se encargará de azotarles y de infligirles terribles sufrimientos. Esta historia comienza cuando Sally Silly y Sophie Soppy aunaron sus increíbles dotes detectivescas. Sally y Sophie se conocieron en la prueba para elegir animadoras en el gimnasio del St. Cupcakes and Suffle Secondary High School de Chicago, que normalmente olía mal. ¿Lo pilláis? Aunque no se habían graduado, (evidentemente por culpa de los horribles profesores a los que les corroía la envidia cochina y además pensaban que la inteligencia y la belleza no podían ir unidas) sí habían realizado estudios y habían conseguido sus anhelados títulos. Sally Silly consiguió titularse en Ayudante del Ayudante del Ayudante de Peluquero, AAAP. Sophie Soppy consiguió el título de Limpiador de Mesas del Mc Donald's, LMMD, aunque el título también le daba la opción de sacar la basura, así que se especializó en la Limpieza de Mesas con Don Limpio y Recogida de Basura los Lunes y los Viernes (hay que decir que a veces lo pasaba mal con el dichoso aluminio, plástico, orgánico, trozos de hamburguesas,…) Como hemos dicho antes, Sally y Sophie tenían unas increíbles dotes detectivescas y hartas de trabajar como AAAP y LMMD, decidieron abrir su propio agencia de detectives llamada Las Rubias No Somos Tontas porque antes ya habían resuelto algunos casos. Todo había comenzado cuando el perro de la directora del St. Cupcakes and Suffle desapareció inesperadamente después de comerse unas albóndigas con salsa rosa que preparó la cocinera. Sally y Sophie, después de haber registrado la zona, se dieron cuenta de que había unas huellas en el suelo que les llevaban al comedero directamente. El perro se encontraba metido en el comedero, ya que después de haberse comido las albóndigas se quedó dormido dentro del comedero a causa de la comilona que se había pegado el gordinflas de él. La directora les agradeció haber Sophie trabajaba.


Al día siguiente, el pánico se extendió por el instituto.¡¡¡Había desaparecido un pendiente de oro y diamantes de la directora!!! Cerraron el instituto de manera que nadie podía entrar ni salir. Contaron con Sally y Sophie para encontrar el pendiente, después de que hubieran resuelto el caso del perro gordinflas. Después de pasar el día encerrados y de haber sido registrados con total minuciosidad (los tíos buenos concretamente), todos los alumnos volvieron a sus casas. Sophie tenía el turno de noche en el Mc Donald´s y mientras sacaba la basura, encontró el pendiente. Se lo contó a Sally y se inventaron una mentira cochina llamada La Mentira Cochina que decía: “Encontramos el pendiente después de una larga noche de búsqueda. Seguimos a un individuo que salía del instituto por la calle Richerstein hacía las 12am. En cuanto vimos que intentaba esquivarnos, nos lanzamos en plancha sobre él. ¡Menudo planchazo que nos pegamos! Se le cayó el pendiente y salió despavorido de allí.” Tras haber dado a conocer La Mentira Cochina, todo el mundo se la creyó y, en agradecimiento, les entregaron la Medalla de Ayuda al Prójimo Más Cercano. Después de dar a conocer sus dos prodigiosos casos, decidieron abrir la agencia antes mencionada. Al abrirla, les encargaron el caso que les llevaría al estrellato: El caso de las Amantes Bandidas del Alcalde y los Celos Enfermizos de su Esposa. Cierto día apareció en su agencia una señora pelirroja entrada en años, uno de cuyos ojos no se sabía hacia donde miraba, con el pelo recogido, delgaducha, paliducha y todo lo que acaba en -ucha. Tenía la piel tan tensa después de tanto bótox que se le había quedado una sonrisa permanente y las tetas casi le rozaban la barbilla de toda la silicona que se había puesto, de todas las operaciones que se había hecho... Se acercó con paso ligero y preguntó si aquello era la agencia de detectives Las Rubias No Somos Tontas a lo que ellas asintieron. -Buenos días, ¿Que desea, Señora...? -Señora Spydifen, pero podéis llamarme Ellie. -Uy, como nuestro alcalde


-Si, el cual es mi marido... -¡Ah!, ya decíamos que tenía cara de mujer del alcalde... -Bueno, venía buscando vuestros servicios, porque traigo un caso para vosotras... -¿Para nosotras? ¡¡¡Uy que ilusión!!! ¿De qué se trata? -Veréis, tengo serias sospechas de que mi marido me es infiel con alguien de su entorno... -¡¡¡Cuernos, cuernos!!! -Puede ser...bueno, sospecho de todas las mujeres que trabajan con mi marido, del servicio, su secretaria, su recepcionista... -Uff...pero son muchas mujeres las que hay que investigar, ¿no cree usted? -Sí..., pero ese es su trabajo -Uy Sally, que te has puesto un zapato de cada color, ja ja ja -Es verdad, me pasa todos los lunes, qué cosas ja ja ja La mujer, sorprendida pensó "¿Esta es la agencia que me han recomendado, en serio?" y dijo: -Tengo que marcharme, en este sobre tenéis mi número de teléfono, fotos de las mujeres que rodean a mi apuesto marido, una foto del susodicho, un plano de nuestra casa, además de una ficha técnica de cada una de las sospechosas y de mi marido... Os lo he puesto todo en el morro, así que espero respuestas... -Señora, ¿Dónde trabaja su marido?. -¡¡¡En el ayuntamiento, es el alcalde!!! -Uy si, ¡¡un lapsus, un lapsus!! -En fin, en cuanto averigüéis algo me llamáis, buenos días. -Vale, ¡¡¡Buenos días!!! A la mañana del día siguiente, Sally y Sophie se dirigieron a la agencia, dispuestas a resolver el caso. Sacaron las fichas técnicas y las fotos y comenzaron por poner un seudónimo a cada sospechosa y al alcalde. A este le llamaron Fatty, y a las del servicio de limpieza Miss Cleaning y cada una tenía un número. Después de poner nombre a cada sospechoso/a, elaboraron un plan para colarse en el ayuntamiento e investigar su entorno laboral. Hacia las 10:30 de la mañana se dirigieron con mucho sueño y pereza al ayuntamiento disfrazadas de carteras. La verdad es que el disfraz no era muy creíble, pero no tenían mucho tiempo e hicieron lo que pudieron.


En fin..., una vez conseguido colarse en el ayuntamiento, se dirigieron a la recepción. Allí se encontraron con la recepcionista, una de las sospechosas principales. Sally empezó a hablar con la recepcionista, sacando temas relacionados con el alcalde. La recepcionista, muy amable, se dedicó a responder que el alcalde era una persona muy honrada y amable. Sophie, aprovechando el descuido de la recepcionista, que fue a buscar los folletos de la nueva campaña del alcalde, se dirigió al piso de arriba donde se supone que se hallaban los despachos. Vio una pequeña sala, con una puerta de madera y con algo escrito. El caso es que le daba tanta pereza leerlo que decidió entrar sin saber a dónde se dirigía. En cuanto entró, la puerta se cerró, y al no tener manilla desde dentro no se podía abrir, pero Sophie no se enteró de eso hasta media hora después, cuando encontró el interruptor de la luz. Mientras, Sally seguía dándole a la lengua con la recepcionista, y preguntándose por qué tardaba tanto Sophie. Cuando se le acabaron temas de conversación, la recepcionista preguntó: -Bueno, ¿traía usted alguna carta para el Sr. alcalde? -Oh, sí...espere un momentito que me llaman de Correos (Sally se aleja de la recepción para atender la llamada) -¿Dónde demonios te has metido, Sophie? -¡Me he quedado encerrada en una sala del piso de arriba, ven a por mí! -Dame un momento, que distraiga a la recepcionista.” Sally volvió a recepción y dio a la recepcionista lo primero que sacó del bolso: dos folletos de un salón de belleza y spa y un vale de descuento por la compra de una lavadora. La recepcionista, sorprendida, cogió los folletos y pregunto: -¿Y esto es para el alcalde? -Mmm, sí, o por lo menos eso salía en la dirección...Oiga, ¿Puede explicarme mejor lo de la campaña del alcalde? ¿Cuándo serán las próximas elecciones? -¿Usted no tiene que repartir?... Pues espere un momento que le traigo el calendario electoral y le explico. Espere aquí, vengo en un momento -Vale aquí te espero... Sally, a toda prisa, subió las escaleras de tal manera que casi se cae. Llegó al piso de arriba acalorada, y se dispuso a buscar a Sophie. La llamó por su nombre, pero no contestaba así que decidió llamarle por el móvil. Ella le cogió el móvil y le explicó


detalladamente dónde se hallaba. Sally fue directa al cuarto de la limpieza y se encontró con Sophie planchándose el pelo. Sally, le arrancó la plancha de las manos y la sacó rápidamente de ahí: -¿Pero qué haces planchándote el pelo? -Oye, no sabía qué hacer y...he cogido lo que tenía a mano -En fin, vamos, hay que encontrar el despacho...he conseguido despistar a la recepcionista, pero no por mucho tiempo... ¡Hay que darse prisa! Sally y Sophie empezaron a buscar, hasta que se fijaron en una enorme puerta de madera tallada con dibujos extraños y con un letrero en grande que ponía: “Despacho del Sr. Spydifen” Entraron, ya que no había nadie. Oyeron un ruido y rápidamente se escondieron debajo del escritorio. De pronto la puerta se abrió y el Sr. alcalde apareció junto a la secretaria. Todo parecía normal, hablaban sobre una viaje de negocios en el que los dos compartirían habitación. Sally y Sophie no sospecharon nada y pensaron “¡¡Qué sensatos, qué ahorrativos!!”. Al día siguiente por la mañana, llamaron a la Sra. Spydifen y le contaron lo que habían descubierto, nada. La Sra. Spydifen se quedó tranquila. Siguieron al alcalde desde la cafetería del ayuntamiento hasta el cine. Era viernes noche y Sally y Sophie no tenían ganas de trabajar, sino de fiesta, aunque siguieron trabajando con muchísima pereza. El alcalde entró al cine con una mujer pelirroja a la que besuqueaba. Ellas pensaron que era su mujer y siguieron comiendo palomitas. A pesar de que siguieron durante muchos días al alcalde, no descubrieron nada sospechoso, aunque hubiera habido claras señales de infidelidad, ellas no las habrían visto aunque las tuviesen delante del morro. Hablaron con la mujer del alcalde y le dijeron que no había cuernos, con la única mujer con la que le ponía los cuernos era con ella misma. Aquella se quedó tranquila y contenta, seguiría pidiéndoles sus servicios si los necesitase. Pasó el tiempo, y un día en que pasaban por una tienda de lujo, se encontraron con el alcalde y como ya estaban acostumbradas a


seguirle, le siguieron a la calle, al banco, a una cafetería y finalmente hasta el ayuntamiento. El alcalde entró en su despacho y cuando salió para ir al baño, ellas entraron y se escondieron debajo del ya conocido escritorio. Como el alcalde tardaba en llegar, comenzaron a comer pipas. De pronto, el alcalde entró y comenzó a quitar un cuadro de la pared. Allí, se hallaba una caja fuerte metálica con código de seguridad. El alcalde abrió la caja y empezó a sacar billetes y billetes a su escritorio. Sally y Sophie seguían comiendo pipas. Cuando se les terminaron, sacaron unos chicles del bolso y comenzaron a hacer globos con los chicles y a reírse cada vez que explotaban. Mientras sacaba el dinero, el alcalde, escuchó la explosión de un globo. Miró debajo de la mesa, se miraron todos a todos y se pusieron a gritar escandalosamente. Un guardia de seguridad, el único honrado de todo el ayuntamiento, para desgracia del alcalde, entró a la oficina y llamo a la policía. Cuando los agentes llegaron y vieron la situación, arrestaron al alcalde por corrupción. La prensa atribuyó el éxito de la operación a Sally y Sophie. Años después... El alcalde seguía en la cárcel, donde cumplía diez años de condena. Ellie Spydiffen pidió el divorcio, recuperó su apellido de soltera, Douglas, y se mudó a Connecticut. Sally y Sophie, que nunca se enteraron del asunto, salieron en la prensa, lo que las llevó a la fama mundial.

Uxue Garciandía y Ane Miren Zabaleta


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