Fanzine cinevoría

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cinevoria


“Amamos el cine y lo apoyamos con todas nuestras fuerzas. En este sentido, el taller de crítica del cine impartido por Cédric Lépine en la Alianza Francesa de Costa Rica con la colaboración del Centro de Cine, fue para nosotros una forma de entregar llaves para una mejor percepción de lo que es el séptimo arte”

Pierre Mateo, Director Alianza Francesa de Costa Rica

Por imperativo legal el Centro de Cine debe fomentar y desarrollar la producción y la cultura cinematográfica nacional. Desde esa perspectiva, la crítica es un ámbito que normalmente se deja de lado, pero que resulta vital en la tarea de creación de nuevas audiencias y en la formación de una cultura de apreciación cinematográfica. Esta revista es el resultado tangible de la inversión que realizamos a diario en el Ministerio de Cultura y Juventud, para materializar las políticas culturales del país y brindar espacios de expresión a los seguidores y creadores de nuestro arte.

Fernando Rodríguez, Director del Centro de Cine

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CÉDRIC LÉPINE Diplomado de la Universidad de Reims en Historia, y de Panthéon-Sorbonne (París I) y Denis Diderot (París VII) en Antropología. Hace crítica de cine para revistas y páginas de internet (Mediapart, Les Fiches du Cinéma en francés y Latam Cine en español), es colaborador permanente de los festivales Cinelatino, Encuentros de Toulouse y Viva México en París. Además es agente cultural especializado en cine latinoamericano en Francia. Fue jurado del Festival Internacional de Cine de Costa Rica en el 2015.

Índice 6 go El Cristo Cie Louis XIV La Mort De las cosas El sonido de Kaili Blues

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El Cristo Ciego de Christopher Murray Por Orlando Morales Carrillo

2016 EL CRISTO CIEGO País: Chile, Francia Dirección: Christopher Murray Duración: 85 min Género: Ficción

El filme chileno El Cristo Ciego, tercera producción del joven Christopher Murray, resultó ser una de las mejores sorpresas del Costa Rica Festival Internacional de Cine. Su historia acerca de un sanador y un autoconvencido “mesías” en una zona pobre, pero creyente, en medio del Atacama hace olvidar cualquier prejuicio o parecido a otros filmes hiperrealistas que solo explotan la miseria a cambio de aplausos. El Cristo Ciego realmente nos hace cuestionar “nuestra fe”. La fe que está en juego en el filme es el de nuestra capacidad humana de la narración, de contar historias, de inventar relatos de salvación. Algunos dirán que es exclusivamente esta capacidad la que nos volvió seres humanos hace miles de años. Y es en la Pampa del Tamarugal donde podemos sentirnos en una especie de tiempo perdido, un

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regreso a esos tiempos donde en medio de la nada podían surgir los grandes salvadores de la historia. Rafael (Michael Silva) es el protagonista, quien convencido de que todos tenemos esta capacidad para sanar o salvar a otros, busca constantemente despertar esa chispa espiritual en los otros, a través de parábolas y anécdotas, asemejando las enseñanzas de los profetas. “Todos tenemos a Dios entre nosotros”, dice. Esta aseveración no va a ser aceptada por muchos, y Rafael deberá poner a prueba sus poderes atravesando el desierto para ayudar a un amigo de infancia. Hay que destacar que Silva era el único actor profesional de toda la producción (en la que más bien se improvisaron escenas y personajes sacados de las mismas vivencias de

la comunidad). Sin embargo haber sido el único profesional también puso a prueba todo lo que el actor sabía previamente. Al final de la exhibición del festival, Silva confesó que su experiencia en medio de tanto “realismo” y padecimiento fue más bien de humildad, y describió cómo a veces la ficción no alcanza para representar lo que vemos. Esa experiencia también se traslada a la crisis de fe que Rafael experimenta, y que nosotros como observadores experimentamos. La crisis es de nuestras palabras y de nuestras imágenes, pues cuando llegamos a los rincones de la humanidad y encontramos a estas vidas que no son posibles de intepretar –pues su dolor excede todo gesto— nos damos cuenta que no podemos simplemente reducirlo a una historia, a una película, o a una novela.

El guión parece inspirarse en clásicos como Nazarìn de Buñuel, o Nostalghia de Tarkovsky, pero su idea es única y refrescante: acercarnos a la fe como una posibilidad humana y concreta no como una aspiración eterna a un más allá. Lo que necesitamos son más profetas y narradores dispuestos a seguir compartiendo mensajes en el más acá. El acercamiento del director es sensible y atrevido; se interna en el desierto no para ilustrar con paisajes sino para expresar a través de un espacio místico y paradójico, lleno de vida aferrada en medio de la aridez y el silencio. El avanzar de los tiempos modernos (en el sentido más chaplinesco) nos ha vuelto a lanzar a la búsqueda de milagros e historias que nos devuelvan la vista y la fe en nosotros mismos.

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La Mort De Louis XIV de Albert Serra Por Orlando Morales Carrillo

2016 LA MUERTE DE LOUIS XIV País: España, Francia, Portugal Dirección: Albert Sierra Duración: 115 min Género: Ficción

En la primera escena vemos cómo, desde los jardines del Palacio de Versalles, Luis XIV recibe por última vez la luz del sol, el mismo astro con el que él fue comparado durante su largo reinado de 77 años, como anticipando su propio final, en una comunicación y despedida íntima con su otro yo. Esta escena magistral da comienzo a una de las mejores películas del año, según la revista francesa Cahiers Du Cinéma. El filme del catalán Albert Serra muestra una vez más su obsesión con personajes titánicos tanto ficticios como históricos, a veces yuxtapuestos o en solitario. En Història de la meva mort (2013) se nos presenta al dandy Casanova viajando a conocer al conde Drácula en Transilvania, mientas que en Honor de Cavalleria (2006) contemplamos una mirada íntima, cuasi espiritual de la travesía de Don Quijote y su amigo Sancho.

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Serra parece especializado en imaginar lugares y situaciones donde nadie más ha imaginado estar y en este caso nos coloca casi postrados ante la cama de Luis XIV, donde lentamente vemos cómo una gangrena va carcomiendo y reduciendo a polvo al otrora símbolo de la grandeza europea. El filme es más impactante aún, porque en la agonía de Luis XIV vemos también al grandioso Jean-Pierre Léaud, muy lejos de aquellos filmes de la Nouvelle Vague que lo hicieron famoso. Parece que en todos sus filmes Serra siempre necesita explorar la vida de estos nombres eternos, y combinarlos y visualizarlos desde una mirada alienígena, y de esa manera encontrar algo único que tal vez el resto del planeta no sepa. El trabajo fotográfico ayuda a aumentar la extrañeza y el sentido

ominoso de este espacio de muerte, con una iluminación concentrada totalmente en el cuerpo de Luis XIV y su gigantesca peluca, mientras el resto de su universo permanece en penumbras. Además, la actuación de Léaud enriquece esta atmósfera con gemidos, lamentos, gritos y balbuceo, o lentas ingestas de comida a la vista de su nobleza que le aplaude ante cualquier pequeño atisbo de salud y eternidad.

En segundo plano también se nos presenta una interesante mirada semi-documental al trabajo de los doctores que reflexionan y debaten alrededor de la cama sobre el posible diagnóstico y tratamiento del rey. Fagon, el médico de la corte, se nos presenta como una voz racional en medio de un mar de supersticiones y rituales ajenos a la ciencia y racionalismo que poblaría Europa en los próximos cien años.

En realidad, el papel de Léaud es magnífico precisamente por mostrar en medio de todos esos

Este filme es una extraña joya en medio de una ola de cine obsesionada con la muerte pero muy

padecimientos a un líder que mira el mundo desde arriba, como ausente de todas esas vidas que lo rodean, nunca dominado por su cuerpo, y desde un estado de hipnosis que podemos sentir en una escena particular del filme donde Léaud mira directo a la cámara, con la Misa en do menor de Mozart poblando el fondo. Fue como estar sumergidos por un momento en la conciencia del Rey-Sol.

poco consciente de su significado. Es en última instancia, al ver al rey fallecido ser abierto y desmembrado órgano por órgano por sus médicos, que vemos una extraña humanidad cobrar vida, la del director, que observa curioso tratando de entender este extraño hálito de vida saliendo de nuestros cuerpos y preguntarnos por ese extraño deseo por la inmortalidad, y por la divinidad que ha salido de animales tan particulares.

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El sonido de las cosas La ópera prima del cineasta Ariel Escalante ¡Habemus Cine en Costa Rica! Por Lupita

2016 EL SONIDO DE LAS COSAS País: Costa Rica Dirección: Ariel Escalante Duración: 78 min Género: Ficción

Este diciembre, San José fue frío, nublado y ventoso. Como los días de Claudia, a quien se le fue su prima, persona afectiva muy cercana. Claudia es enfermera, salva vidas, así lo señala sin pudor y con orgullo. La pregunta que parece carcomerle durante su duelo, ¿cómo no pude salvarla? Pero no lo dice, no lo dirá, no puede. “El Sonido de las Cosas” es la ópera prima del cineasta nacional Ariel Escalante, quien junto a la productora Mariana Murillo y un excelente equipo de trabajo, cuenta una historia limpia, tejida con cuidado, entre encuadres cotidianos, a bajas temperaturas y silenciosa, asesinando cualquier distractor que no te permita escuchar el grito de auxilio.

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Limpia, como el hospital en donde trabaja Claudia y como insiste en que estén sus ollas y sartenes, sin duda, medio inútil de evadir la ausencia y búsqueda infructuosa de organizar las emociones. Limpia como la narrativa que te encamina de principio a fin, sin tropiezos. Tejida con cuidado entre actuaciones comedidas, todas en conjunto y cada una por separado. Liliana Biamonte comprende a la perfección a Claudia (su personaje), le lleva el tempo al hilo, nunca se le escapa. Fernando Bolaños (Santiago) no se excede en ningún momento, sigue el paso de Claudia. Se nota la meticulosidad de la dirección en cada paso.

Entre encuadres cotidianos, el prometedor director de fotografía Nicolás Wong, diseñó marcos ornamentales, de los cuales la protagonista no puede escapar, metáfora de su atrapamiento y lucha interior. A bajas temperaturas, como las de diciembre en San José que no ayudan y que son espacio donde el recuerdo saca provecho. El silencio, o mejor dicho, la ausencia de ruido, juega un papel preponderante en este filme; es casi como otro miembro del elenco. El sonido ambiente y el que generan las cosas, permiten escuchar más clara la negación, ira y tristeza, etapas del duelo que se van presentando a través del relato, dejando en claro

que el silencio en ocasiones es tortura, y que el duelo, duele. El largometraje formó parte de la Competencia Centroamericana de Largometraje del Costa Rica Festival Internacional de Cine, en su cuarta edición, en el que fue reconocido con el premio especial del jurado, merecida validación a la calidad de la obra. “¡Habemus cine en Costa Rica!”, comentó mi esposo al final de la película, quizá eso es lo que más me gustaría dejar en claro a partir de este texto, que aun cuando nuestro cine es insipiente, el futuro entusiasma.

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Gan Bi

Kaili Blues

Por Francisco Acuña Saborío

2016 KAILI BLUES País: China Dirección: Gan Bi Duración: 113 min Género: Ficción La ópera prima del director chino Bi Gan se resiste a ser aprehensible por una sinopsis convencional.

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Del argumento se puede decir que se muestran dos doctores en diálogo constante con respecto a sus sueños, un niño que parece haber sido vendido, un padre problemático y violento, y la travesía de un tío para salvar a su sobrino. Pero una sinopsis como la anterior sería insuficiente, porque Kaili Blues juega con el tiempo, tuerce el argumento y muta los personajes, dificultando la delimitación de una premisa argumental.

La deliberada manipulación de tiempos, cuerpos y espacios permite al filme mostrar reflexiones de sumo interés, en gran medida inspiradas en filosofía budista sobre la definición (o anulación) de la individualidad y la relatividad de la progresión temporal. No es recomendable que el espectador espere una historia concreta que pueda seguir con facilidad, el filme propone otra dinámica. Mediante recursos estilísticos de montaje, sonido y composición, invita a dejarse sugestionar por su singular propuesta; la de olvidarse por 113 minutos de lo que se ha aprendido a esperar de la forma convencional al disfrutar un relato. En Kaili Blues el tiempo es un lienzo tendido, sin una direccionalidad unívoca, cruzado recurrentemente por una voz en off que no explica, poetiza. No es una apuesta arriesgada asegurar que el aspecto técnico que más dará qué hablar será un impresionante plano secuencia de 41 minutos. Pero esto es solo una de las decisiones atrevidas y novedosas a las que la película acude para apoyar su propuesta narrativa; también presenciamos planos detallados (que a primera vista parecen gratuitos) a objetos que se resignificarán más adelante, la suspensión

de la lógica y entrometimientos deliberados del director. Todo esto nos recuerda que lo que estamos presenciando es otra cosa que la realidad. Las locaciones seleccionadas funcionan como un personaje por sí mismas. La cartografía y el relieve de los lugares que los personajes pisan resultan exóticos sin tender a la romantización. Nos ubican en una China cuyo despliegue industrial llega solo en tanto eco; en la naturaleza más pulcra colindando con pequeños desastres arquitectónicos, en la precarización de ciertos habitantes, en los hogares sucios y las tiendas de negocios improvisados. Concretando, el blues de Kaili, es un blues melancólico y onírico de tarde lluviosa. Resuena incluso después de haber cesado, es un blues cuya melodía en un principio se hace difícil de seguir, hay que dejarse llevar, y aceptar la oferta de un piano tocado en reversa, los acordes de un sax que se exhala a sí mismo, y una voz que puede ser una o muchas, siempre a destiempo. Pero cuando el tiempo es solo una percepción engañosa, el blues puede darse el gusto de ser así de caprichoso.

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El futuro perfecto De Nele Wohlatz Por Luciana Gallegos

2016 EL FUTURO PERFECTO País: Argentina Dirección: Nele Wohlatz Duración: 65 min Género: Híbridos

Nele Wholatz nació en Alemania. Xiaobin Zhang nació en China. Ambas mujeres se trasladaron hacia Buenos Aires, Argentina, donde se conocieron en el Centro Universitario de Idiomas (CUI). Tanto las distintas experiencias de migración que ellas compartían, como las particularidades de la vida de Xiaobin— joven de diecisiete años que recibía clases intensivas de español en secreto, contra los deseos de sus padres, con quienes se reencontró luego de una prolongada separación—fueron la principal inspiración para El futuro perfecto, primer largometraje en el que Wohlatz es directora solista (años antes, había codirigido Ricardo Bär junto

con Gerardo Naumann). Claro, los créditos pueden ser engañosos, especialmente en una película cuyo proceso de creación, según cuenta la misma Wohlatz, fue llevado a cabo por un equipo reducido de personas que trabajaron más allá de sus supuestos roles. Xiaobin, por ejemplo, además de compartir escenas recientes de su vida como base para la historia, las interpretó como actriz protagónica, colaboró como guionista no oficial (los oficiales: Wohlatz y Pío Longo) e incluso ayudó a conseguir algunas locaciones para el rodaje. Las locaciones limitadas—supermercados, un aula del CUI, restaurantes, el exterior de su casa—reflejan la experiencia también limitada de alguien que recién llega a un espacio desconocido. Cautivadoras escenas de Xiaobin aprendiendo español con sus compañeros, por medio de ejercicios muchas veces teatrales donde también interpretan pautas culturales del contexto que ahora habitan, se combinan con escenas de la protagonista aprendiendo a navegar sus nuevas circunstancias. Consigue trabajo, lo pierde, intenta ordenar comida, consigue otro trabajo, discute con su madre, conoce a Vijay (Saroj Kumar Malik), quien llega a ser su novio a pesar de problemas de comunicación. Así, en palabras de Wohlatz, la intención era “ir construyendo un personaje determinado por el aprendizaje de un idioma, que crece a lo largo de la película a medida que habla más español. Intenté que en

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la película todos los dispositivos reflejan la perspectiva de alguien que aprende un nuevo idioma y aprende a leer su nuevo lugar.” Un ejemplo de esto son los futuros próximos imaginados que se presentan cerca del final, los cuales Xiaobin es capaz de expresar gracias a los distintos tiempos de conjugación que ha aprendido. Además de funcionar como una señal de ese progreso en su expresión oral, son escenarios bastante cómicos, en los que ella parece incapaz de imaginar un desenlace más o menos feliz para sí misma. Esos futuros los escribió la misma Xiaobin, en un correo electrónico que le envió a Wohlatz, quien señala al respecto: “Me encanta que sean un poco exagerados, que ella tuviera el género del melodrama en su mente cuando los escribió, pero que tratan de conflictos de su vida real. Creo que la imaginación es igual de importante que la vida cotidiana, que son partes de la misma realidad.” En la película, a pesar de su brevedad, abundan los momentos simpáticos. Como las conversaciones con su madre, que solo escuchamos mientras vemos la fachada de su lugar de residencia, donde su familia, aislada de la cultura argentina, opera una lavandería en el primer piso. O el día en que

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la protagonista lleva a su hermana menor a una revisión ocular, y la doctora le sugiere que, en lugar de Beatriz como nombre occidental, debería usar Sabrina, porque es fonéticamente más parecido a Xiaobin. El futuro perfecto es una película encantadora que disimula su complejidad: una actriz no profesional aprendiendo español mientras aprende a actuar, interpretando momentos de su propia vida en una versión ficticia que ella misma ayudó a escribir. Lo que se nos presenta, sin mucho adorno o excesiva explicación, son momentos de aculturación, errores de comunicación, un romance tímido que se resiste a las expectativas familiares y una breve mirada a la hiperactiva imaginación de la protagonista. El futuro perfecto se presentó durante el Costa Rica Festival Internacional de Cine 2016, en la categoría Competencia Internacional de Largometraje, donde recibió el Premio Especial del Jurado. Al festival asistieron como invitados dos de sus productores: Gustavo Beck, quien colaboró como parte del jurado en la Competencia Centroamericana de Largometraje, y Cecilia Salim, quien participó como representante de la película, en sesiones de preguntas llevadas a cabo luego de ambas proyecciones.

Nuts and bolts, Procedimientos cotidianos en el cine de Kelly Reichardt Por Luciana Gallegos

2016 CERTAIN WOMEN País: Estados Unidos Dirección: Kelly Reichardt Duración: 1 hora y 47 min Género: Ficción

Digamos que voy a un restaurante por primera vez y tengo la suerte de pedir un plato que me agrada. Si vuelvo a visitar ese restaurante, voy a pedir ese mismo plato. Y así todas las veces que vaya, hasta que la muerte—o un angustiante cambio en el menú—nos separe. Digamos que tengo que caminar desde la

casa de mi mamá hasta un lugar en el centro de San José durante una semana. Al segundo día, ya tengo una ruta establecida, que incluye sitios específicos de la acera sobre los cuales prefiero caminar o en los que intento cruzar la calle. En fin, me gustan ciertas rutinas, ciertas fórmulas. Son atajos, impulsos invo-

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luntarios, maneras de crear una relación personal con el mundo. Seguramente por eso, en parte, es que disfruto tanto ver las rutinas de otras personas en el cine; ver cómo deciden hacer las cosas. Seguramente por eso, entre muchas otras razones, es que disfruto tanto el cine de Kelly Reichardt. “Me gusta mucho filmar procesos, de lo que sea. Una caminata a través del país, armar una fogata, construir una bomba, ir a trabajar, alimentar un caballo. Me gustan los pequeños procesos. Nanook of the North, podría verla todo el día. ¡Construir un iglú! Solo estoy intentando incluir cierta historia dentro de ese tipo de cosas.” Así, Reichardt resume un aspecto recurrente, cautivante, de su filmografía. Un trayecto arduo en Wendy and Lucy (2008) y los procesos de higiene de su protagonista humana. La creación de una bomba a partir de un barco en Night Moves (2013), con todos los trámites, discusiones y viajes al botadero que eso implica. Entre muchos otros ejemplos. Reichardt confía en el poder de los momentos pequeños, rutinarios, para mostrarnos la vida interior de sus personajes, sin recurrir a diálogos pesados o excesivamente explictivos. Durante una sesión de preguntas en el Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC) 2016, la directora se describió como una persona interesada en los elementos o principios básicos de las cosas (“‘I’m a nuts and bolts person,” afirmó). Por ejemplo,

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mencionó que su forma de abordar la espiritualidad en Meek’s Cutoff fue enfocarse detalladamente en los procesos, en los pasos que las personas siguen, en su entorno. Esperaba encontrar lo espiritual en las actividades cotidianas. Un bello ejemplo de cómo lo procedimental, mundano, exalta lo emotivo y nos permite acercarnos a la vida de un personaje, se encuentra en el tercer fragmento de Certain Women (2016), una película dividida en tres narraciones de mujeres sutilmente vinculadas entre sí. En esa historia final, observamos momentos de la rutina de Jamie (Lily Gladstone), quien se encuentra trabajando en un rancho. Abre el rancho, lo limpia, alimenta caballos mientras un perrito la persigue, ve televisión acostada con un plato de comida sobre el pecho. Repite.

Así, vemos también cómo la llegada de Beth (Kristen Stewart), profesora en una escuela nocturna, es una adición apreciada e inesperada a su vida, que la saca un poco de sus hábitos. O, más bien, agrega una rutina nueva: asistir todos los martes y jueves a la clase, para ver a Beth enseñar derecho a personas de mediana edad y, ojalá, acompañarla a comer después a una soda llena de personas cansadas. La cara de Jamie, silenciosamente desilusionada cuando esa relación—tenue, fantasiosa—se acaba luego de pocas semanas, es una de las imágenes más conmovedoras de la película. Verla regresar a su rutina en el rancho es al mismo tiempo triste y reconfortante. Luego de la primera proyección de Certain Women durante el CRFIC, Reichardt habló sobre su fascina-

ción con las actividades repetitivas de Jaime en el rancho. Podría pasar horas viéndolas. No sorprende, en ese sentido, que una de las influencias de la directora sea Chantal Akerman. Antes de hacer una película, afirma Reichardt, acostumbra volver a ver News From Home (1977), así como Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles (1975), largometraje de casi cuatro horas, conocido por su manejo del tiempo, por sus silencios, por su enfoque detallado en la domesticidad y, especialmente, por su representación reiterada de actividades que, si bien podrían ser consideradas tediosas, ocupan grandes fracciones de la vida de muchas personas (principalmente mujeres): pelar papas, cocinar, lavar platos, acomodar la mesa. Con largometrajes mucho menos extensos, Reichardt muestra cómo es posible hacernos sentir el ritmo de la vida de sus personajes y cómo estos se relacionan con el espacio que los rodea. Eso sí, no me quejaría si hay un director’s cut de Certain Women que incluya una hora más de Jaime en el rancho y las cuatro horas completas de su viaje hacia Beth. Reichardt fue la directora seleccionada para la sección de Retrospectiva durante el CRFIC 2016. Por tanto, visitó el festival como invitada especial, donde participó en sesiones de preguntas luego de la primera función de Certain Women (2016) y la única proyección de Meek’s Cutoff (2010).

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Es importante que lo llamen Calabacín De Claude Barras Por Kattia Barrientos

2016 MY LIFE AS A ZUCCHINI País: Francia, Suiza Dirección: Claude Barras Duración: 66 min Género: Animaciones La película “Ma vie de Courgette” (2016) dirigida por Claude Barras y escrita por Célina Sciamma es un filme de animación en stop motion, el cual cuenta la historia de Ícaro, un niño de 9 años para quien es importante ser llamado Calabacín, pues así es como lo llama su madre y esto forma parte de su identidad. Luego de la muerte súbita de ésta y ante la ausencia de su padre, debe mudarse a un hospicio de huérfanos para niños grandes, donde como es sabido, la permanencia es más larga debido a las dificultades de la adopción a esa edad.

La cuidadosa y detallada animación podrían llevar al espectador a pensar que se encuentra ante una película realizada para niños con menciones a problemas adultos, sin embargo, está ante un filme dirigido a adultos pero narrado en “clave infantil”, donde las duras historias que han obligado a cada niño a irse a vivir a ese hospicio, -violación, abandono, negligencia paterna, abuso físico y verbal, etc.- son abordadas desde la voz de sus protagonistas, donde son ellos quienes reclaman se respete su opinión sobre la forma de comprender el mundo. Y es por medio de su firme voz como Calabacín va reconstruyendo su vida dentro de esta sociedad infantil compuesta por amigos tan particulares como leales, donde por el ágil y acertado ritmo de narración el espectador no puede permanecer inmune a las reflexiones de los chicos en torno a qué se necesita para ser feliz, sexualidad y noviazgo, el significado real de una familia y cómo la aceptación es la

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mejor forma de sobreponerse a una tragedia. Sin lugar a dudas, enfrentarse a este filme significa una experiencia agridulce, pues por un lado si bien a nivel visual cada escena constituye un hermoso cuadro para apreciar (debido a la cuidadosa y colorida ambientación profusa en detalles), por otro, sus protagonistas no ocultan en ningún momento a los adultos que aunque ellos son quienes sufren las consecuencias de sus malas decisiones, los niños también son capaces de abandonar a sus padres para ir en busca de su propia familia. Así, en conjunto “Ma vie de Courgette” logra no sólo narrar la historia de estos chicos, sino que su mérito es invitar al espectador a (re) encontrarse con su voz infantil para examinar cuáles son los dolores que aún se conservan de la niñez, pues como bien dice Calabacín: todo forma parte de nuestra identidad.

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Abrázame como antes De Jurgen Ureña Por Natasha Carmona

tiva, pero si en el viaje emocional de la historia.

2016 ABRÁZAME COMO ANTES País: Costa Rica Dirección: Jurgen Ureña Duración: 63 min Género: Ficción

Como respuesta a este pensamiento, Jurgen afirma que a pesar de que lo enamoraba la narrativa de esta historia, que primero fue basada en un conjunto de historias de la novela Candelaria de Azar de Tatiana Lobo, dejo de lado este relato para centrarse en el protagonismo de los personajes. Destacan las actuaciones, y la química puesta en escena por los protagonistas, donde no vemos una teatralidad exagerada, sino la realidad de personas que pueden llegar a pasar estas situaciones.

La controversia y una realidad desgarradora se llevan el premio al Mejor Largometraje Nacional y Centroamericano del CRFIC. Jurgen Ureña nos abre la puerta a una enriquecedora experiencia del drama costarricense Abrázame como antes, un proceso que fue llevado acabo durante 7 años y con dos cortometrajes como punto de partida. Paso en falso (2010) y Los inadaptados (2011) Abrázame como antes nos muestra una cara oculta de la sociedad, una realidad que la mayoría ignora, o decide ignorar por los tabúes y estereotipos tan arraigados en la mente de las personas. La comunidad transgénero que, por las pocas medidas de inclusión a nivel social, cae en la necesidad de prostituirse. Ureña deja de lado cualquier estigma social para lograr humanizar la realidad de los protagonistas.

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El abandono familiar es la característica que tienen en común Verónica (Jimena Franco), Tato (Camilo Regueira) y Greta (Natalia Porras), y que los termina uniendo con una añoranza de familia disfuncional. El filme profundiza entre las relaciones interpersonales de los protagonistas, Verónica nos muestra el sueño de formar su propia familia, a costa de ayudar desinteresadamente a Tato, quien trata de descubrir la interesante característica de estas mujeres que acaban de entrar en su vida.

Todo se tiñe de morados, fucsias, azules y luces nocturnas para descentralizar la historia en la naturaleza de las protagonistas y centrarla en su humanidad, las cuales al igual que la mayoría, anhelan las mismas oportunidades y siguen siendo, ante todo, personas. La historia parece acabar cuando apenas inicia, cuando empezamos a encariñarnos con los personajes, e incluso, a identificarnos con ellos. Esto porque en mi opinión no se profundiza lo suficiente en la narra-

Como dato curioso, el director nos cuenta que la cinta no fue sino un proyecto en constante evolución, donde no había nada escrito y que grabaron continuamente, durante muchos años, de todo un poco, para poder entrar en los personajes y que el elenco mostrara la realidad que estaban caracterizando. Abrázame como antes, es una cinta que abre el diálogo de las masas, para sembrar la idea de aceptación e inclusión de estas y otras comunidades excluidas. Aunque acaba demasiado rápido, el filme es sin duda una buena puesta en escena, para cambiar mentes y conocer nuevas perspectivas de personas que no nos permitimos conocer.

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El limbo entre la inocencia y el desencanto De Ana Cristia Barragán Por Alonso Aguilar

2016 ALBA País: Ecuador, Grecia, México Dirección: Ana Cristia Barragán Duración: 98 min Género: Ficción La pre-adolescencia es una etapa difícil de caracterizar. Suele ser vista como un efímero momento de desarrollo que queda enclaustrado entre la idealización de la pureza infantil y los “grandes momentos” de la angustia adolescente. Carente de una identidad unificadora, el concepto mismo de pre-adolescencia se torna en un reflejo de las vivencias durante este lapso. Alba (2016) apropia estas limitantes aparentes, y parte de ellas para pintar un retrato íntimo e impresionista sobre la vulnerabilidad y el crecimiento.

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El filme es la ópera prima de la directora ecuatoriana Ana Cristina Barragán, y relata las vivencias del personaje titular (Macarena Arias), una niña de 11 años que ante la volátil salud de su madre se ve obligada a vivir en la marginalidad con un padre (Pablo Aguirre) que apenas conoce. Al mismo tiempo, Alba deberá lidiar con la incomodidad y el matonismo arquetípico del contexto colegial.

melodramático, pero el carácter observacional del tratamiento evita tajantemente el camino de la manipulación emocional. Por el contrario, la frivolidad con que se exponen las situaciones le es fiel a la timidez y al estoicismo casi catatónico de Alba, perfectamente expresado en la actuación de Arias, lo que le da un tono casi lírico a los momentos de intimidad en los que el personaje toma un rol más activo.

A primera entrada, los elementos temáticos de la película podrían ser leídos como mero pastiche

El acontecer de Alba en el colegio se da de forma paralela con el desarrollo accidentado de la rela-

ción con su padre, y la resonancia de ambos elementos se debe en gran parte a un compromiso con la atmósfera minimalista que permea la narrativa. El filme expone una serie de circunstancias que emiten distintas dimensiones de emotividad, pero todas están marcadas por la mirada teñida de sufrimiento de la protagonista. La representación de este sentir viene desde un acercamiento naturalista a la estética del filme. La cámara en mano y los primeros planos sumergen en la desgarra-

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dora cotidianidad de Alba de forma intimista, mientras que las tomas largas dejan espacio para que su sentir sea palpable. A pesar de la crudeza emocional que viene de la mano con los cambios en la vida de Alba, Barragán deja espacio para tenues momentos de ternura. Estos son manejados con sutileza, pero justamente por eso son tan efectivos, al evocar el fuerte sentir humanista que permea el filme. En medio del paraje desolador, estos destellos intermitentes de esperanza le añaden una nueva dimensión de riqueza emocional a la melancolía de la película. Así como esos momentos en los que la menguante inocencia de Alba se impone, el sentir es verdadera catarsis. La sensibilidad del filme ante este tema es incuestionable (que Barragán ya lo haya tocado en tres cortometrajes anteriores denota su relación con este), y esto lo cimenta en su exploración de la marginalidad desde dos dimensiones. En primer lugar está la falta de integración a partir de la exclusión social. La situación cuasi-precaria en la

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que Alba vive con su padre determina una clara diferenciación entre ella y sus compañeras en cuanto a sus preocupaciones e intereses en el día a día, por más que se intente normalizar, no se puede ocultar que existen en realidades distintas. En segunda instancia, está lo marginal desde lo emotivo. El filme se decanta por enfocarse en la exploración de esta tesis, en donde las circunstancias en la vida de una niña pueden llevar hacia el distanciamiento como un mecanismo de defensa subconsciente. Si bien hay momentos en los que la utilización del recurso simbólico para representar esto roza en la obviedad, la película nunca pierde de perspectiva su tacto emocional y visión naturalista. La riqueza con la que Alba está construida invita a paralelismos con el cine de otros impresionistas de lo decadente como los hermanos Dardenne y Lucrecia Martel, pero la sagacidad con la que Barragán maneja el sentir de angustia de la feminidad, da una pincelada hacia una visión artística idiosincrásica que apunta a consolidarse como una voz importante en el cine latinoamericano.

La convivencia de la melancolía y lo absurdo De Maren Ade Por Alonso Aguilar

2016 TONI ERDMANN País: Alemania, Austria Dirección: Maren Ade Duración: 162 min Género: Ficción ¿Qué hace la distinción entre lo trágico y lo cómico? Usualmente esta pregunta es respondida a partir de aspectos como la intención o el tratamiento, pero estas líneas divisorias se difuminan cuando una obra apela, de forma simultánea, a distintos planos emocionales. El filme alemán Toni Erdmann es este tipo de obra, y su efectividad a la hora de yuxtaponer delirio con añoranza expone la naturaleza indivisible de estos elementos. La película introduce a Winfried Conradi (Peter Simonischek), un hombre divorciado y de la tercera edad, cuyo particular sentido del humor suele alienar a aquellos con los que se relaciona. Al afrontar la soledad, decide irrumpir en la vida de su única hija, Ines (Sandra Hüller), quien pasa sus días consumida por itinerarios metódicos y las expectativas banales del mundo corporativo.

Al ver la forma desencantada y estrictamente pragmática en la que su hija vive, Winfried siente la necesidad de actuar, pero su ingenuo encanto batallará ante la impotencia inherente de una relación fraternal cada vez más distante. Es así como aparece el carismático Toni Erdmann, alter-ego construido a partir de una ridícula peluca y una horrible prótesis dental. Con la llegada de Toni, las constantes confrontaciones y el contraste de filosofías entre padre e hija se torna rápidamente en un “estira y encoge” de humillación e incomodidad, elementos que el filme explota con su seca sensibilidad cómica. Si bien estas situaciones absurdas conforman gran parte de la estructura episódica de la narrativa, un trasfondo menos jovial yace en los momentos más contemplativos. Tanto la mirada perdida de Winfried luego de escu-

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char a su hija cantar una balada de Whitney Houston, como el sutil sollozo de Ines, ahogado por música electrónica bailable, muestran la resonancia y la carga de significado que pueden tener esos instantes, tal vez desapercibidos en el día a día de los personajes, o por el espectador. Este concepto del sentir cotidiano es también esencial para hacer efectivo el absurdo en los momentos más hilarantes de la cinta. La cámara en mano y la composición de los encuadres a partir de la profundidad del espacio se convierten en elementos más de la comedia, mientras que el montaje pausado deja que las tomas se extiendan y el valor de cada acción alcance nuevas dimensiones. Si bien el corazón de la película yace en la relación de Winfried e Ines, la narrativa entiende que ésta se compone de personajes complejos, y por ello le confiere espacio a las situaciones triviales de la cotidianidad de éstos . Quizás estas no sean de incidencia real en el desarrollo de la historia, pero se vuelven de gran relevancia para explorar las múltiples dimensiones emocionales de los protagonistas.

China devorando sus recursos De Liang Zhao Por César Mena

2016 BEHEMOTH País: China Dirección: Liang Zhao Duración: 95 min Género: Documental

Es luego de ver el carácter de Ines ante el machismo en su ambiente laboral, o la forma en que “Toni” proyecta su falsa ostentosidad con mentiras a extraños, que el espectador llega a conocerlos realmente y con lo que se justifican, casi siempre, las casi tres horas de duración. La dirección de Maren Ade demuestra una clara empatía hacia sus personajes, pero evita tomar partida al no escatimar en la exploración de los pequeños detalles desagradables que tiene cada persona. Esto hace que la incomodidad dentro de la cinta permee también la relación que el espectador pueda formar con los Conradi. Es en este diálogo constante con la audiencia en donde se encuentra el motor para los momentos más resonantes de Toni Erdmann, y quizás por esto el epílogo pierde un poco de fuerza con la obviedad que expone la temática del filme. Aunque Toni Erdmann pueda no ser la primera ni la última película en tratar lo hilarante y lo devastador, Maren Ade le confiere notable profundidad a su perspectiva con una caracterización magistral de lo entrañable y lo mundano de las relaciones humanas.

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El gran hundimiento De Dash Shaw Por César Mena

Documental que aborda de forma poética la problemática de la industria minera en China, enormes extensiones de montañas sufren su destrucción, de ahí el nombre del film: Behemoth, una gigantesca criatura que es mencionada en la Biblia y que devora mil montañas. En la actualidad, éstas no son engullidas por este monstruo, sino por la explotación de sus recursos, el verdor llamativo característico de este paisaje pasa a un negro tosco e hiriente. La película se dirige a mostrar principalmente tres cosas. Primero la extracción de materia prima: explosiones, retumbos, polvo, cantidades incontables de camionetas de carga que serpentean por “calles” improvisadas. Segundo, las condiciones de vida de los trabajadores, que como es de esperar son lamentables. Por último, la industria, las fábricas que funden el material para crear los distintos productos. Vale la pena mencionar la forma de Liang para mostrar todo esto, se aleja de cualquier convencionalismo académico de un documental, las palabras sobran cuando

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la fuerza de las imágenes es tan grande. Aunque haya una voz en off que recita cuestiones de gran lirismo, no es minucioso con lo que teje el argumento, no hace falta.

2016 MY ENTIRE HIGH SCHOOL SINKING INTO THE SEA País: Estados Unidos Dirección: Dash Shaw Duración: 75 min Género: Animaciones

La fotografía del film corre a cargo del propio Zhao, quien logra sacar la belleza de una situación tan triste. Los paneos son constantes a lo largo de las montañas, de un lado a otro para mostrar la destrucción; en otros instantes más estática, principalmente al detallar en los trabajadores, sin olvidar la secuencia de los primeros planos a esos rostros afligidos y enfermos. No se puede dejar de lado la denuncia que propone este largometraje sin abordar algo que expone en sus últimos minutos, las afamadas ciudades fantasmas chinas, ciudades gigantes construidas que se encuentran deshabitadas. ¿Excelente planificación para el país más poblado del mundo, o desperdicio de recursos? Behemoth culmina siendo una obra sumamente necesaria, una gran propuesta, tristemente hermosa.

Intratable película de animación básica en flash. Efectivamente, esta forma en un inicio puede resultar chocante y grosera, sin embargo, con el avance del metraje, simplemente se deja de lado para disfrutar el nivel imaginativo y sobresaliente de una historia épica que es como un sueño-viaje psicodélico. El protagonista es Dash (voz de Jason Schwartzman), quien efectivamente se llama igual que el director, es un chico que está en segundo año de secundaria y trabaja para el periódico de la institución, junto a su único amigo y una editora. El colegio donde estudia se encuentra en un risco, encima de una falla tectónica, unas remodelaciones hacen que tras un leve

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temblor, se desprenda la porción de tierra donde se encuentra y se vaya al océano donde comienza a hundirse poco a poco. Así como se lee, un enorme ingenio y absurdo argumento el que trae Shaw como guionista del film, en éste es su primer largometraje. Lleva además una carrera como escritor de novelas gráficas, una obra que dentro de todo el cataclismo épico que propone, aborda parte del mundillo propio de una institución educativa, al menos en los Estados Unidos, la sectorización

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de cada grupo de acuerdo a sus preferencias y demás. My Entire High School Sinking Into the Sea es una comedia que sorprende por su inventiva y por su violencia, un film con una fluidez narrativa sobresaliente, escasos 75 minutos que pasan volando, con personajes entrañables, con una animación sencilla pero con múltiples elementos que brindan un gran espectáculo visual, aunque, al inicio se haga el anuncio del peligro para personas que padecen epilepsias.

k n i l uí aq

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Sobre Roberto Roberto Jaén (San José, Costa Rica, 1985) es politólogo por la Universidad de Costa Rica (2011) y Cineasta por la Escuela Internacional de San Antonio de los Baños, Cuba (2014). Roberto ha dirigido ficción, televisión, documental, publicidad y videoclip. Su último corto Ciudadano (2014) se ha presentado en 12 festivales internacionales de cine y fue premio del jurado en la sección “Made in Costa Rica” del Festival Shnit en 2015.

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"El cine e s el fraude mรกs bel lo del mun do". - Jean-Luc

Godard -


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