Supervegano contra Simón el Sádico

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Simón el Sádico por Alejandro Ayala Polanco


Supervegano contra Simón el Sádico por Alejandro Ayala Polanco

Copyright © 2021 por Alejandro Ayala Polanco Este libreto fue escrito por Alejandro Ayala Polanco con ocasión de la Primera feria de educación ambiental infantil “Econiño”, realizada en junio de 2008 en Santiago de Chile. Los escenarios y personajes que aparecen en esta edición fueron creados por el autor mediante reciclaje y reutilización. Reservados todos los derechos de esta obra para el titular del Copyright. Ninguna parte de esta obra, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada de manera alguna ni por algún medio, ya sea electrónico, mecánico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso escrito del titular del Copyright. Sólo se autoriza el uso de breves citas con el objeto de ser incluidas en una reseña del libro. Segunda edición: 2021

alejandro.vegetus@gmail.com Santiago de Chile www.homovegetus.cl


Supervegano contra Simón el Sádico por Alejandro Ayala Polanco

2021


Instrucciones: ¡Felicidades! El libro que tienes en tus manos recoge una vegantástica aventura de Supervegano. La encontrarás en forma de libreto, ¡por lo que podrás invitar a tus amigas y amigos para interpretarla como si de una película se tratara! Antes de cada función, deberás invocar el poder de la amistad de todos los animales entonando el himno de nuestro admirado superconejo. ¿Aún no te lo sabes? Pues no te preocupes, ¡ya que lo encontrarás en este mismo libro! No lo olvides, mientras más amigas y amigos reunas para cantarlo, ¡mayor será el poder que crearán!


¡Himno de Supervegano! Supervegano, el conejo, es un héroe real sus largas orejas le avisan del mal a vacas y toros salvó del carnicero a ovejas y cerdos sacó del matadero. Coro: Manzanas, porotos, frutillas y banano son su manera de estar siempre sano. La vaca, los peces, el pollo y el marrano son fieles amigos de Supervegano. Ni huevos ni carne ni leche animal obtiene su fuerza comiendo vegetal ni circos ni rodeo ni shows abusivos Supervegano, el conejo, respeta a sus amigos. Coro: Manzanas, porotos, frutillas y banano son su manera de estar siempre sano. La vaca, los peces, el pollo y el marrano son fieles amigos de Supervegano.


Personajes • Supervegano: un conejo narcisista que lucha por la justicia. • Vaquita Pelolais: vaca, admiradora de Supervegano. • Simón el Sádico: humano, aficionado al uso del soplete. • Tucán: perro, amigo de Supervegano. • Oveja, Pollo y Cerdo: amiga y amigos de Supervegano.


Prólogo Telón cerrado. Aparece Simón con un soplete en la mano. SIMÓN EL SÁDICO: Y ahora presentamos “Supervegano contra Simón el Sádico”, o sea, contra mí (ríe) ¡Nah!, si yo no soy malo, es que me gusta distraerme después de la pega no más. Este es mi juguete favorito, mi soplete (ríe, mostrando su soplete). ¡Ya, chao no más! Tengo algo muy importante que chamuscar (ríe, abriendo el telón). ¡Dele, maestro! Simón deja el escenario.


Escena 1: Supervegano en la granja Se abre el telón. Nos encontramos en una granja. Vaquita Pelolais en escena. VAQUITA PELOLAIS: Muuuuy buenos días, niñas y niños, ¿cómo están? (ríe coquetamente al escuchar la respuesta del público) Muuuuchas gracias por venir a visitarme. Me pillaron aquí mientras soñaba con mi amor platónico (suspiro). ¡Ay, Supervegano, Supervegano! (al público) ¿Ustedes conocen a Supervegano? (espera respuesta del público) La verdad es que yo sólo sueño con él... Supervegano entra en escena, pero Vaquita Pelolais no lo ve. VAQUITA PELOLAIS: ...dicen que es un superhéroe que lucha por la libertad



de todos los animales, y que es maravilloso, mágico, hermoso… (suspiro). Comienza fanfarria. SUPERVEGANO: Hola, vaquita (con voz galante). VAQUITA PELOLAIS: Ho-ho-hola, ¿quién es usted, señor? SUPERVEGANO: (con arrogancia) Mira la insignia vaquita... VAQUITA PELOLAIS: Una S y una V... S por Súper y V por... ¡ay no, no me digas que tú eres...! SUPERVEGANO: ¡Así es, así es, me has invocado y aquí estoy! VAQUITA PELOLAIS: (agitándose) ¡Muuuuero, muuuuero! SUPERVEGANO: (al público) ¡Sí, soy vegano y soy sexy! (a Vaquita Pelolais) Respire profundo, vaquita. A ver, (ayudando a Vaquita Pelolais) inhale, exhale, inhale, exhale. VAQUITA PELOLAIS: ¡Ay, Supervegano, yo siempre suuupe que tus historias eran ciertas!


¡Muuuuuéstrame tus superpoderes, vuuuuuela, hazte invisible…! SUPERVEGANO: Yo no vuelo, vaquita. VAQUITA PELOLAIS: ¿Pero te haces invisible entonces? SUPERVEGANO: Nop. VAQUITA PELOLAIS: ¿Tienes superfuerza? SUPERVEGANO: Nop. VAQUITA PELOLAIS: ¿Lees la mente? SUPERVEGANO: Tampoco. VAQUITA PELOLAIS: ¿Pero entonces, cuál es tu superpoder? SUPERVEGANO: El más grande de todos, vaquita. VAQUITA PELOLAIS: ¿Cuál, cuál? SUPERVEGANO: El conocimiento. VAQUITA PELOLAIS: (con decepción) ¿El conocimiento? (mira al público) ¡Pero qué aburrido! (a Supervegano) ¿Y para qué te sirve el conocimiento? SUPERVEGANO: Para todo, vaquita, es el más grande de todos los poderes, de todo el mundo y de todo el universo, y con él puedo

lograr lo que sea. VAQUITA PELOLAIS: (ilusionada) ¿Lo que sea? ¿Quieres decir que podría lograr mi sueño con conocimiento? (sujeta coquetamente del brazo a Supervegano). SUPERVEGANO: (avergonzado) ¡Ejem! Así es, y lo mejor de todo es que lo obtuve simplemente haciendo mis tareas cuando iba al colegio (mirando al público). Igual que todas las personas que están acá ¿Cierto, niñas y niños? Respuesta de niñas y niños. SUPERVEGANO: ¿Viste, vaquita? (este parlamento está abierto a improvisación) ¡Un aplauso para ustedes, porque se han portado muy bien! VAQUITA PELOLAIS: Oye, Supervegano, ¿qué hace un superhéroe como tú en un lugar como éste? SUPERVEGANO: De eso quería hablar contigo. Vengo en ayuda de


un viejo amigo mío, nada menos que de Tucán el perro. ¿Te gustaría acompañarme? VAQUITA PELOLAIS: ¿Acompañarte, yo? Comienza música triste de piano. Sugerida: Preludio #15, Chopin. VAQUITA PELOLAIS: (desolada, mira el piso) ¡Qué más quisiera yo que ir contigo, Supervegano, pero no puedo! SUPERVEGANO: (preocupado) ¿Cómo que no puedes? ¡Si para eso tienes piernas, para correr! VAQUITA PELOLAIS: Tal vez tenga piernas, pero ya no puedo correr. Verás, desde que nací nunca he salido de esta habitación. Nunca he visto el sol ni he pisado la tierra, tampoco conozco el perfume del aire de campo ni las delicias del pasto fresco. SUPERVEGANO: ¿Pero, vaquita, por qué no sales simplemente, si eres libre, al igual que yo, al igual que las niñas y los niños, al igual que

todo animal? VAQUITA PELOLAIS: Eso creía yo al nacer, pero desde mis primeros días fui separada de mi madre, a la cual nunca más volví a ver. Me alimentaron con químicos y antibióticos y me prohibieron salir de aquí. SUPERVEGANO: ¿Pero quién te ha hecho esto? ¿Y por qué? VAQUITA PELOLAIS: Los humanos lo hicieron. Me han encerrado para beber de mi leche, la cual nunca he podido dar a mis hijos. Cada vez que tengo un bebé, ellos se lo llevan lejos y no lo vuelvo a ver. Dicen que llegará el día en que también me lleven a mí, y ese será el momento en que yo… (llanto) sea llevada al matadero. SUPERVEGANO: ¿Matadero? ¡Me han dicho que es un lugar terrible, que es el infierno de los animales! VAQUITA PELOLAIS: ¡Así es!, ahí el humano nos mata para comer nuestros cuerpos. Luego nos venden en la carnicería y el supermercado.


Cerdo camina a sus espaldas. SUPERVEGANO: ¿No es ese mi amigo Cerdo? ¿Por qué se le ve tan triste? VAQUITA PELOLAIS: Está tan asustado que no puede hablar. Él ha sufrido tanto como yo toda su vida. Ahora lo llevan al matadero porque al humano le gusta comer vienesas y longanizas. Pollo camina a sus espaldas. SUPERVEGANO: Hermano Pollo, no me digas que tú también. VAQUITA PELOLAIS: A él le han cortado su piquito y lo han tenido en una jaula pequeñísima toda la vida. Hoy el humano le matará porque le gusta comerlo asado y en cazuelas. Oveja camina a sus espaldas. SUPERVEGANO: ¡Comadre Oveja, no! VAQUITA PELOLAIS: A oveja el humano le corta sus pelos porque


le gusta vestirse con ellos en chalecos, guantes y gorros. Cuando ya ha crecido, la matan para comer su cuerpo, ya que al humano le gusta el sabor de su carne. SUPERVEGANO: ¿Quieres decir que el humano les causa todo este daño sólo porque le gusta? VAQUITA PELOLAIS: Sí, Supervegano, por injusto que sea, todo este sufrimiento en el que vivimos tanto Cerdo, Pollo, Oveja y yo, no es necesario ni natural, el humano nos lo hace sólo porque le gusta alimentarse y vestirse de nosotros. SUPERVEGANO: ¡Santa legumbre! ¡Esto es terrible, injusto! ¿Pero cómo haremos para enseñarle a los humanos que no porque algo les guste significa que está bien hacerlo? Se cierra el telón. La música sigue. Fin de la primera escena.




Escena 2: Supervegano enfrenta a Simón el Sádico Se abre el telón. Nos encontramos en el patio de una casa. En escena se observa a Simón el Sádico junto a Tucán el perro. Simón sostiene un soplete con el cual quema al pobre de Tucán, el cual aúlla. La música de piano se detiene. SIMÓN EL SÁDICO: ¡Quédate quieto, perro...! (risa de Simón el Sádico, Tucán aúlla) ¡...para quemarte mejor! TUCÁN: ¡Me duele, no lo hagas, Simón! SIMÓN EL SÁDICO: Sé que te duele (ríe). TUCÁN: ¡Me duele igual que cuando tú te quemas, no lo hagas, por favor! SIMÓN EL SÁDICO: Lo sé, por eso eres tú el que se quema, no yo (ríe). TUCÁN: Pero si lo sabes, ¿por qué me haces ésto?


SIMÓN EL SÁDICO: Pues porque me gusta quemarte, ¡obvio! (ríe). TUCÁN: ¡Qué alguien me ayude, por favor! SIMÓN EL SÁDICO: ¡Nadie te va a ayudar, a nadie le importa! TUCÁN: ¡Niñas, niños, llamen a Supervegano, por favor! (aúlla). Supervegano aparece al escuchar al público. Música de fanfarria. SUPERVEGANO: ¡Santa mermelada de frambuesa! ¡¿Pero qué es lo que veo?! TUCÁN: ¡Supervegano, ayúdame! SIMÓN EL SÁDICO: ¿No me escuchaste, perro tonto? ¡Nadie te ayudará! (ríe) Y yo te seguiré quemando porque me gusta hacerlo. SUPERVEGANO: (al público) Niñas, niños, ¿quieren que ayude a Tucán el perro? Respuesta de niñas y niños.

SUPERVEGANO: Simón, escúchame, no porque algo te guste quiere decir que es correcto hacerlo. SIMÓN EL SÁDICO: ¡Sha! ¿Y por qué no? ¡Si el perro es mío, poh! SUPERVEGANO: Tucán no es una cosa y sufre si lo lastimas, igual que tú, igual que las niñas y los niños, igual que todos los animales. SIMÓN EL SÁDICO: ¿Y acaso la vaca que te comiste al almuerzo no sufrió cuando la mataron? Todos lo hacen, ¿por qué yo no? SUPERVEGANO: Porque yo sé algo que tú no sabes... (fanfarria) Me presento: ¡soy Supervegano, y respeto a todos los animales! Eso significa que no como carne, ni leche, ni huevos, ni nada animal. SIMÓN EL SÁDICO: (temblando) ¿Supervegano? ¡Cre-creí que eras sólo un mito! ¿Y las proteínas? ¿Y la vitamina B12? SUPERVEGANO: ¡Ahora, Tucán! Tucán muerde a Simón en el trasero.


SIMÓN EL SÁDICO: ¡Ay! ¡Mi lindo trasero! (huye). SUPERVEGANO: ¿Estás bien, Tucan? TUCÁN: Sí, Supervegano, me dolía mucho, pero gracias a tu ayuda, y a la de las niñas y los niños, ya estoy mucho mejor. SUPERVEGANO: Bueno, Tucán, ahora debo partir a otra misión. En el mundo hay muchos animales que me necesitan (Supervegano comienza a partir, se detiene al escuchar a Tucán). TUCÁN: ¡Espera, Supervegano! Hay algo que te quiero pedir, aún tienes mucho por hacer aquí. SUPERVEGANO: Pero si ya eres libre. TUCÁN: Tal vez yo sea libre, pero mis amigos aún siguen sufriendo. Me refiero a mi amiga la Vaquita Pelolais, a Pollo, a Cerdo y a la Comadre Oveja. La última vez que los vi se los llevaban al matadero (aúlla). SUPERVEGANO: Si eso quieres… (al público) Niñas y niños, ¿quieren que salve a los amigos de Tucán?



TUCÁN: ¡Sí! Respuesta de niñas y niños. SUPERVEGANO: Pues entonces todas y todos me tendrán que ayudar. ¿Me ayudarán a salvar a todos los animales? TUCÁN: ¡Sí! Respuesta de niñas y niños. SUPERVEGANO: Pues les tengo una sorpresa. Antes de venir acá pasé por la granja y liberé a todos nuestros amigos. Comienza música alegre. Aparecen en escena Vaquita Pelolais, Pollo, la Comadre Oveja y Cerdo. SUPERVEGANO: ¡Hasta la próxima! ¡Coman mucha fruta y verduras! ¡Respeten a todos los animales! Supervegano deja personajes bailan.

la

escena.

Los

demás


Luego de unos instantes, Simón vuelve al escenario. El resto de los personajes se apartan de él, atemorizados. SIMÓN EL SÁDICO: ¡Pare, pare, pare la música, maestro! La música se detiene súbitamente. SIMÓN EL SÁDICO: Yo sólo quería decir, enfrente de las niñas y los niños aquí presentes, que aprendí mi lección. Ya no seré malo nunca más, ni con Tucán ni con ningún otro animal, porque, a partir de hoy, ¡me he vuelto vegano! TODOS: ¡Viva! La música se reanuda. Mientras bailan, Simón hace las paces con los amigos y las amigas de Supervegano.

Fin



Supervegano volverá en...

Supervegano contra el espeluznante Payaso Tarugo El Gorilita Huraño ha sido secuestrado por el espeluznante Payaso Tarugo, siendo obligado a actuar en el circo bajo el seudónimo de Kienkón. ¡Cuidado, Supervegano, porque Tarugo y su ayudante Pernito tienen más de una sorpresa preparadas!




Alejandro Ayala Polanco Pionero en la difusión del veganismo y padre de la literatura infantil antiespecista de Chile. Creador de Homovegetus.cl en 2002, el sitio web de veganismo más antiguo de su país, y de la Fonda Vegana “El Huaso Vegetariano” en 2006, iniciando el movimiento de las fondas y festivales veganos de septiembre. Escritor con más de una decena de títulos publicados, entre ellos, “El libro de las ironías veganas” y “Haz el amor con lxs veganxs”. En 2019, le fue otorgado el “Shining World Compassion Award” en reconocimiento a su creativo activismo por el respeto a todos los animales. alejandro.vegetus


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Simón el Sádico

por Alejandro Ayala Polanco

Homovegetus Tucán el perro está en peligro y Supervegano sale en su ayuda. En el camino conocerá a la Vaquita Pelolais, quien le contará sobre su triste vida en la granja. Prepárate para un enfrentamiento colosal, ¡Simón el Sádico no se rendirá fácilmente! Descubre más en: www.homovegetus.cl


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