Participacionciudadana

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DESCRIPCIÓN

Y CARACTERÍSTICAS DE LA LÍNEA

1. Introducción La participación ciudadana se está convirtiendo en una de las claves políticas del nuevo siglo. Está ascendiendo con fuerza, fundamentalmente, gracias al éxito de prácticas locales en países con democracias jóvenes que, en la mayor parte de los casos, cuentan con escasos recursos financieros para la política municipal. Estas prácticas están retando, en la actualidad, los discursos y formas del ejercicio de la política construida desde principios liberales tradicionales, y contagian en todas direcciones una nueva ilusión por hacer de éste un mundo más habitable. Es evidente que el concepto de participación ciudadana en España ha evolucionado mucho en las últimas décadas. En los años setenta sirvió principalmente de mecanismo para tratar de incorporar a los grupos marginales a programas de prevención y promoción social, muy de la mano de un afán de control de posibles tensiones sociales que pudiesen deslegitimar el orden social establecido. Hoy, la situación política nos muestra una sociedad civil consolidada, que cuenta ya con un recorrido democrático, y que es más consciente de sí misma, de sus derechos y posibilidades. No obstante, es cada vez más compartida la percepción de crisis de la democracia representativa, y crece la deslegitimación social de las instituciones y estructuras clásicas de representación. Fuera de éstas, existe una demanda creciente de cauces que permitan afectar esferas de decisión relevantes en las políticas generales y sectoriales de las diferentes Administraciones Públicas (Estatal, Autonómica, Local). Cauces, sin embargo, en los que no se restrinja la riqueza de la diversidad, no se pierda la frescura de la expresividad, se rescate el gusto por relacionarse, y se recree la intensidad de construir “lo que nos importa”; elementos éstos que, a pesar de los pesares, siguen resistiendo en lo cotidiano. Por todo ello, en la actualidad las políticas de participación ciudadana cobran un nuevo protagonismo, vinculadas a un objetivo de democratización del Estado y de las Administraciones Públicas. Adquieren un valor estratégico al favorecer su actuación y ser capaz de provocar sinergias inusitadas e imprevisibles para la gestión de lo público. Más aún si nos movemos a nivel municipal que es el ámbito que se percibe como más próximo a las preocupaciones ciudadanas. Tiene sentido, por tanto, a la hora de emprender un Plan Estratégico, realizar un esfuerzo al objeto de repensar qué se está haciendo y qué queremos hacer en

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el futuro con las políticas de participación ciudadana. Es decir, al objeto de conocer la realidad de la participación en los municipios que conforman la Mancomunidad con objeto de crear una herramienta de trabajo (no sólo un producto), que nos permita devolver información sistematizada y plural a los propios agentes del territorio, para entablar diálogos y poder alcanzar nuevos niveles de complejidad y conocimiento estratégico. A tal fin, se elaboró un cuestionario y un plan exhaustivo de entrevistas a los concejales y/o responsables de las áreas de participación ciudadana municipales (o asociadas a sus funciones, en aquellos municipios en los que no existen tales áreas o concejalías). Asimismo se han realizado entrevistas individuales y colectivas, a aquellas personas o grupos que, durante el transcurso del trabajo, han sido identificados como clave dentro de redes sociales significativas para la participación en los municipios. El análisis que de forma resumida y sintética se expone a continuación, sobre la situación de la participación ciudadana en los municipios de la CSO, es fruto de esa información primaria obtenida. En un primer apartado se recogen las características, funcionamiento, recursos, políticas, etc., de las áreas de participación ciudadana o concejalías responsables. En un segundo apartado se analizan las prácticas de participación de las redes sociales y/o ciudadanas. Por último, se hace un análisis comparativo entre ambas, todo ello de forma sucinta (una versión más extensa pueden encontrarse en la website del Plan).

2. Las Áreas de Participación Ciudadana Municipales Las áreas de participación ciudadana de los municipios de la Costa del Sol Occidental muestran el siguiente perfil: • Existen áreas de Participación Ciudadana en la mayoría de los municipios, concretamente en 8 de los 11 municipios que componen la Mancomunidad. • Las áreas existentes no son homogéneas, cubren funciones diversas si se comparan entre los distintos municipios. • En general se trata de áreas de reciente creación o que han sufrido una remodelación interna en los últimos años. • Contemplan progresivamente la implantación de reglamentos de Participación.

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2.1. Funcionamiento de las Áreas de Participación Ciudadana Para el análisis del funcionamiento de las áreas de participación se han considerado los siguientes aspectos: a. Coordinación Interna • Existe cierta coordinación interna en 6 de los 11 municipios estudiados. • La existencia de área de participación no es garantía de coordinación interna entre las áreas municipales de los ayuntamientos. • En el caso de detectarse, la coordinación interna suele consistir en colaboraciones puntuales. En general, la participación ciudadana no se articula transversalmente en el funcionamiento de los ayuntamientos. • La coordinación interna existente se basa en la informalidad. • Las áreas de participación ciudadana trabajan con un handicap permanente de no respetar sus acuerdos con la ciudadanía en lo referente a actuaciones municipales. b. Articulación Supramunicipal • No existe ningún tipo de coordinación supramunicipal en materia de participación ciudadana. c. Comunicación • Todos los ayuntamientos, a excepción de uno, califican de buena su comunicación con las asociaciones, los vecinos, otros colectivos o redes ciudadanas, empresas, etc. • La comunicación es básicamente concebida como difusión o intercambio desigual de información entre ayuntamiento y ciudadanía. • Suele seguir un esquema clientelar, es decir, se trata de reducir la comunicación con los vecinos y vecinas a la “formulación de demandas vecinales”, que tienen que ser respondidas mediante “intervenciones municipales”. • La comunicación no se integra en procesos que conducen a una toma conjunta de decisiones (no hay co-decisión). • Las áreas conceden preferencia a la comunicación con las asociaciones. Otras formas de participación colectiva no organizadas como asociaciones no se visualizan.

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• La comunicación es especializada, se da por parte de cada concejal con sus asociaciones. • Existe un importante déficit de herramientas y habilidades técnicas para hacer de las quejas vecinales un elemento vertebrador del cuerpo social. • Desde las áreas no se percibe que la ciudadanía demande un modelo distinto de comunicación con el Ayuntamiento. d. Espacios de coordinación regulares • Espacios de coordinación con la ciudadanía son inexistentes en la mayoría de municipios. • En caso de existir tienen un carácter meramente informativo, y son irrelevantes para la toma de decisiones. e. Canales / Medios de información • Dada la importancia de la difusión en el modelo de comunicación de las áreas de participación, existe una gran variedad de canales o medios de información que utilizan los municipios. f. Equipamientos ciudadanos y uso de los espacios • Los equipamientos ciudadanos son de muy diversa índole y su dotación suele ser buena en la mayoría de los municipios. • Se detectan déficit de estos recursos en los desarrollos urbanísticos más recientes (urbanizaciones y zonas costeras). • Es de destacar el uso clientelar que se realiza de la dotación de sedes para asociaciones. • No existe en los municipios la gestión compartida de espacios ciudadanos. 2.2. Recursos humanos y financieros de las Áreas de Participación Respecto a los recursos humanos se puede concluir que: • La dotación de personal en las áreas de participación ciudadana es insuficiente. • Existe dependencia del trabajo de los concejales correspondientes, lo cual refuerza el carácter eventual de las políticas de participación. • El escaso personal adscrito es habitualmente personal laboral, si bien predomina la contratación indefinida.

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• La dedicación del personal adscrito a participación ciudadana es compartida con otras áreas o concejalías. Éste destina a esta área menos del 50% de su ocupación. • Por último, señalar que los ayuntamientos suelen identificar el trabajo propio del área con tareas administrativas, lo que determina un bajo perfil técnico en el personal adscrito. En cuanto a los recursos financieros, de la información obtenida se pueden resaltar los siguientes aspectos: • los recursos dedicados a la participación son, en general, bastante reducidos. • el apoyo a las asociaciones tiene un peso relativo en el gasto similar al que obtiene la realización de actividades por el propio ayuntamiento. 2.3. Análisis de las Políticas de Participación Las políticas de participación ciudadana que se desarrollan en los diversos municipios han sido consideradas de acuerdo con las siguientes variables: a. Modalidad de la toma de decisiones En la práctica totalidad de los ayuntamientos la modalidad dominante en la toma de decisiones es la “representada”. Esto significa que las decisiones son tomadas exclusivamente en el marco de los órganos de representación de los municipios, a través de sus miembros electos y personal técnico adscrito. b. Formas de inclusión de inclusión de la ciudadanía en la toma de decisiones La inclusión de la ciudadanía en la toma de decisiones se refiere a la forma en que la voz de los vecinos/as se incorpora a la toma de decisiones sobre lo público. En este sentido, en la mayoría de los ayuntamientos no hay inclusión ciudadana en la toma de decisiones (inclusión “cerrada”). Sólo en algunos casos la inclusión es “restringida”, lo cual significa que se tiene en consideración a determinadas personas y/o asociaciones. Éstos actúan entonces como “agentes claves”, cuya voz se escucha más que otras, alegadamente, porque hablan en representación de la ciudadanía.

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c. Cauces para ampliar la participación ciudadana Los cauces utilizados mayoritariamente para facilitar y ampliar la participación ciudadana son “informales” y no contemplan ningún tipo de estructuración o espacios formales a tal efecto. d. Alcance de las decisiones abordadas Respecto al alcance de las decisiones abordadas desde las áreas de participación, se pretendía valorar si la voz de los vecinos se integraba en las decisiones que afectan exclusivamente a determinados temas o ámbitos territoriales concretos dentro de los municipios (núcleos o barrios), o bien también se permitía el desborde de temas y ámbitos territoriales en la participación. El resultado es que la mayoría de reclamaciones vecinales, así como los débiles dispositivos con los que se recogen sus opiniones en los diferentes ayuntamientos, tienen cabida únicamente en una participación que es para temas específicos. e. Capacidad de inclusión de las minorías Este apartado se refiere a la capacidad de incorporar o incluir a las minorías en las políticas de participación. El resultado es que no se llega suficientemente a las minorías. Suelen estar muy poco representadas, ya que en términos generales se suele contar únicamente con asociaciones ya consolidadas, agentes sociales y económicos claves (comerciantes, empresarios, etc.), así como ciudadanos con un cierto interés por los asuntos municipales. f. Grado de ejecución de los programas En términos globales el grado de ejecución es considerado por los responsables de las áreas como “medio-alto”, si bien las respuestas están fuertemente condicionadas por un escaso grado de planificación de las políticas de participación ciudadana, que es igualmente relevante. g. Grado de innovación en la gestión Del mismo modo, al estar poco definidas las estrategias en materia de participación ciudadana, esta cuestión es difícilmente evaluable. Elementos como

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prioridades sobrevenidas o la carga de trabajo de cada momento pueden ser centrales. Se dibuja un escenario un tanto volátil y arbitrario. h. Modalidad de evaluación de la gestión La evaluación de la gestión de las áreas de participación se realiza exclusivamente por los órganos de gobierno y/o técnicos adscritos a las propias áreas (evaluación “municipal”). i. Cantidad de difusión de la información de dominio público La mayoría de las áreas de participación en los ayuntamientos cuentan con gran variedad de recursos para generar información. En general, se considera que la información que se produce y se difunde es “suficiente”. j. Medios de difusión de la información de dominio público En general, la información se hace “accesible” al ciudadano. Esto significa que se utilizan medios de comunicación de masas y otros cauces de información impersonalizados con la pretensión de llegar al ciudadano en abstracto (lo cual incluye la comunicación indirecta a la ciudadanía a través de las asociaciones). k. Temporalidad de la información difundida La información generada y difundida por las áreas de participación ciudadana suele tener un carácter “periódico”. En cualquier caso, el resto de áreas coinciden en trasmitir sus informaciones, al menos, según el ritmo de las actividades y convocatorias existentes (carácter regular). l.Grado de difusión de la información alcanzado En este apartado predomina la percepción de que el grado de difusión de la información generada es alto. m. Aportación a la labor de los ayuntamientos En la mayoría de los casos no existe una percepción clara de la aportación que las áreas de participación ciudadana hacen a la gestión municipal, lo cual apunta

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a la posición marginal que suelen ocupar dentro de los consistorios. No hay una misión clara y definida de estas áreas dentro de los organigramas municipales. También hay que destacar su posición débil dentro de los ayuntamientos. Es un hecho que la articulación formal de los cauces de participación ciudadana es prácticamente inexistente, y la estructura organizativa de las áreas no es suficientemente importante como para poder incidir claramente en la labor municipal. En último lugar, indicar asimismo que los ayuntamientos tienen unas bajas expectativas del potencial ciudadano. Sigue pendiente el reto de convertir la áreas de participación en verdaderas promotoras de la participación, frente a un modelo de “áreas-escaparate” para el mayor despliegue de la intervención municipal. n. Auto-percepción general A pesar de que, como se mencionaba en el apartado anterior, la contribución de las áreas de participación ciudadana esté por término medio poco definida, la valoración general que tienen de sí mismas es muy satisfactoria. Existe una coincidencia generalizada en que se está haciendo un buen trabajo y de que el mismo es positivo para el conjunto de la ciudadanía. 2.4. Discursos Municipales sobre la Participación Ciudadana Es interesante estudiar los discursos sobre la participación ciudadana que se manejan en las diversas áreas de participación ciudadanas o aquellas otras áreas que desempeñan funciones asociadas. • Los discursos de los ayuntamientos respecto a la participación ciudadana difieren mucho entre unos y otros. Su principal rasgo, por tanto, es la diversidad. • Mayoritariamente los ayuntamientos asocian “participar” a que los vecinos “reclamen” y “acudan a lo que organiza el ayuntamiento”; así como que el ayuntamiento “responda” a las reclamaciones vecinales. • Aunque exista un trato preferente de los ayuntamientos a las asociaciones, es relevante señalar que “asociarse” no es percibido por los consistorios como una actividad que incumba a la participación. • Los ayuntamientos tampoco asumen mayoritariamente como una responsabilidad municipal la ordenación de la participación. En este sentido, hay más reglamentos que interés por ordenar la participación.

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• Por último, indicar que las áreas de participación se distribuyen en dos grupos según la orientación predominante de sus intervenciones: “populistas” y “gestionistas”. 2.5. Percepciones de las Áreas de Participación Ciudadana sobre la Vida en sus Municipios • La mayoría de los ayuntamientos percibe que en sus municipios se vive “muy bien”. • La calidad de la convivencia no se tiene como indicador de la calidad de vida en los municipios. Ésta se mide en términos de bienestar individual de los ciudadanos. • Hay que calificar de insuficientes los análisis que vinculan las principales transformaciones en los municipios y los cambios en la calidad de la convivencia. • En general, las áreas de participación ciudadana trabajan para mejorar la calidad de vida de los vecinos como individuos, y no para mejorar la convivencia como valor colectivo. 2.6. Factores de Convivencia Cuando las áreas de participación ciudadana han sido preguntadas sobre los principales factores que inciden en la convivencia en los municipios de la Costa del Sol Occidental, los han percibido mayoritariamente en términos de influencia negativa. De nuevo, esto se ve relacionado con el hecho de que las áreas de participación asocian mayoritariamente la convivencia con “problemas” de conflicto de intereses particulares. • Los factores negativos para la convivencia señalados con mayor frecuencia por la áreas de participación ciudadana son: - la pérdida de familiaridad entre los vecinos y el deterioro de la identidad local. - la congestión (de personas y vehículos). • La cuestión de la identidad es el factor que más aparece con implicaciones positivas y negativas: conflictos entre tradición y modernidad, convivencia de ciudadanos de distintos orígenes, etc. Los anteriores factores que condicionan la convivencia han sido priorizados por las áreas de participación mediante preguntas abiertas. Con un objetivo de concretar sus percepciones respecto de determinados factores de nuestro interés,

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han sido además interrogadas sobre cuestiones como el turismo, el turismo residencial, urbanismo, empleo, inmigración, corrupción, inseguridad,… La percepción que sobre dichos temas tienen la veremos en el epígrafe siguiente junto con la percepción que sobre esos mismos temas tienen las redes sociales.

3. Las redes ciudadanas Una premisa del plan de trabajo ha sido que la participación ciudadana no se encuentra tanto en las personas o en los colectivos (en lo que son y en lo que representan), como en las redes sociales, en donde cada persona fragua sus necesidades y prioriza sus intereses. No pertenecemos tanto a grupos como a redes sociales, redes en las que quedan incluidas las propias organizaciones y grupos sociales, estén o no formalmente constituidos. Las redes sociales no son entidades dotadas de naturaleza propia, canales fijos por los que fluyen las personas o las asociaciones con sus mensajes. Por el contrario, se da una relación dialéctica que provoca que las redes las conformen las personas y los grupos, de la misma forma que, a su vez, las personas y los grupos son conformados por las redes. Otra característica de las redes sociales es que se crean y modifican según lo que esté en juego a cada paso y en cada momento. Por todo esto, hemos descartado acercarnos a la realidad de la participación ciudadana de la Mancomunidad haciendo una descomposición de sus elementos simples (ya sean instituciones, asociaciones, colectivos o personas singulares) y convocarlos a un entorno controlado, a través de un único dispositivo de interactuación, con unas normas y objetivos predefinidos. Al igual que ocurrió con las áreas de participación de los ayuntamientos, las redes sociales presentes en el día a día de los municipios que componen la Mancomunidad han sido otra de las fuentes para recabar información acerca de la participación ciudadana en los municipios de la Costa del Sol. Este trabajo de recabar información se ha orientado a investigar opiniones. No ha funcionado por representatividades, sino por saturación de discursos. El objetivo era alcanzar un mapa discursivo lo más extenso y cualificado posible, dentro de las limitaciones de tiempo, sobre la situación de la participación ciudadana en la Mancomunidad. Para ello ha sido necesaria la identificación de redes sociales actualmente existentes y relevantes para nuestro ámbito de actuación.

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A partir de ese trabajo podemos decir que las formas de participar en sociedad, presentes en las calles de los municipios que componen la Costa del Sol Occidental, se podrían enmarcar en las cuatro categorías siguientes: a. Una primera categoría recogería a las personas que, mayoritariamente, atienden a sus quehaceres movidos por la búsqueda de su bienestar particular –individual o de grupo primario, familiar- de forma individualizada. Su percepción de la calidad de vida se corresponde con la calidad de su bienestar particular medido en términos individuales. Tratan de mantener un estándar de calidad de vida que, sin embargo, no los mantiene al margen de incomodidades. No obstante, éstas son soportadas también individualmente y no de forma compartida, en la medida que el saldo general de beneficios les es positivo. b. Un subconjunto de la primera categoría, estaría compuesto por las personas que, teniendo un enfoque similar hacia la calidad de vida y el afrontamiento de las dificultades, se ven marginadas en mayor medida por las dinámicas sociales y económicas que funcionan en su territorio. De este modo, se ven inmersas a título individual, en dinámicas que le son hostiles, que padecen, y de las que son conscientes, pero que les superan: deterioro de la convivencia, soledad, incomunicación, etc. Siguen manteniendo, como en el caso anterior, preferentemente estrategias individuales de vida en sociedad. c. Una tercera categoría estaría compuesta por las personas que han tomado conciencia de su papel como actores sociales, y lo desempeñan de forma colectiva o asociada. Coinciden con el grupo anterior en mantener que el medio social en el que se desenvuelven es hostil, y asumen estrategias de convivencia colectivas con preocupación y unos propósitos definidos. En este caso, hablaríamos de personas que podrían identificarse bajo el lema “asociarse para vivir”, que en algunos casos se agrupan bajo formas asociativas “profesionalizadas”. Pueden agruparse en torno a asociaciones para la búsqueda de ambientes más humanos en los que desenvolverse, a la manera de “refugios de convivencia”, o bien adquirir la forma de asociaciones reivindicativas que se enfrentan abiertamente a las dinámicas contra las que se rebelan. d. Una última categoría comprendería la vida colectiva, que recoge todas las formas complejas de relación comunitaria, que responden a la vez a muchos objetivos simultáneos o a ninguno en especial, donde caben las contradicciones, los afectos, etc. Se da bajo múltiples formas (unirse para practicar deportes, hacer música y bailes, ayudar a los demás y ayudarse a uno mismo, quererse, odiarse, salir de la soledad… “la gente de aquí es un

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puntazo”). En este caso, el lema podría ser “vivir es asociarse”, y no es exclusivo de ningún grupo o forma de agrupación colectiva, sino que está presente en todas ellas sin ser patrimonio de ninguna. 3.1. Discursos Ciudadanos sobre la Participación • Socialmente, “participar” se vincula comúnmente a: - “Reivindicar”: Implica siempre una relación con el Ayuntamiento. El esquema de esa relación es clientelar: “reclamación-respuesta”. - “Asociarse”: aparece en este caso como “actividad de las asociaciones”. • De modo testimonial, algunos agentes organizados reclaman la participación como inserción en la toma de decisiones sobre lo público. • Formas complejas de relación (que implican auto-organización e iniciativas no referenciada a los poderes públicos), aparecen en el discurso social, pero son difícilmente identificadas por las propias redes ciudadanas como “participación”. • Como conclusión: - La participación es percibida socialmente como “cosa de otros”, entre los cuales, las asociaciones aparecen como agentes especializados de la participación. - La participación está “patrimonializada”, por cuanto remite a unas formas de relación y unos actores propios y no comunes para el conjunto de la ciudadanía. 3.2. Las Prácticas Cotidianas de Participación frente a los Discursos sobre la Participación Ciudadana • Las prácticas participativas de la ciudadanía superan lo que ella misma percibe como participación en sus discursos. Se da una falta de correlación entre prácticas y conceptos, que puede tener distinta procedencia: - Por un lado se da una “autonomía” de los conceptos: el lenguaje técnicoadministrativo parece haberse apropiado de los conceptos de la participación ciudadana, que se vuelven extraños para sus propios actores. - Las dinámicas sociales apuntan a una extensión de “no-lugares”, como espacios donde la gente se relaciona e identifica. Así, se da una “desterritorialización” de la experiencia colectiva, que deja de tener al municipio como término de referencia de la convivencia.

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• De forma incontestable, hay formas de participación invisibles para sus propios practicantes, y que superan los conceptos restringidos que ellos mismos manejan. • Se hace necesario conservar y promover las estrategias colectivas de convivencia como valores de la ciudadanía. 3.3. Percepciones Ciudadanas de la Vida en los Municipios • En general, el trabajo con redes ciudadanas ha puesto de manifiesto que la ciudadanía maneja discursos más complejos que las propias áreas de participación ciudadana sobre las dinámicas que afectan a la convivencia en los municipios de la Costa del Sol Occidental (en número e interrelaciones de los argumentos aportados). • Como principales elementos positivos de la vida en los municipios: - Sociabilidad y capacidad de “inventar excusas” para convivir. - Identidad. - Capacidad de acogida de las manifestaciones de vida inmigrante. • Factores de convivencia que han sido señalados: - Pérdida de identidad y de tradiciones. - Soledad. “Cultura del aislamiento o la indiferencia”. - Grandes diferencias sociales. - Deterioro de la convivencia familiar. - Fracaso escolar y falta de formación. - Toxicomanías y vandalismo. - Deterioro de los espacios públicos como espacios de convivencia. - Problemas de accesibilidad. - Congestión. - “Uniformización” de los horarios. - Modelo de desarrollo que identifica turismo a construcción. - Leyes de extranjería y la falta de libertades. - Papel de los poderes públicos. - Corrupción.

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Con respecto a los factores concretos de la convivencia que eran de nuestro interés, las respuestas han sido las siguientes:

Percepción de diversos factores y su influencia en la convivencia vecinal en los municipios de la Costa del Sol Occidental Factores

Percepción de las áreas de participación

Percepción de las redes ciudadanas

Turismo

Unánimemente favorable

Unánimemente favorable

Turismo residencial

Favorable

Favorable

Fenómeno metropolitano

No afecta – afecta negativamente

Negativamente

Urbanismo

Negativamente

Negativamente

Empleo

Favorable

Negativamente

Vivienda

Negativamente

Negativamente

Inmigración

No afecta

Negativamente

Corrupción

Negativamente

Unánimemente negativa

Inseguridad

Negativamente

Negativamente

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4. Análisis comparativo de las áreas de participación municipales frente a redes ciudadanas El rasgo más significativo en este análisis comparativo es cómo se hacen compatibles la adopción de estrategias individualistas de convivencia por parte de la ciudadanía y un planteamiento clientelar de la participación ciudadana desde las áreas municipales. Esta mutua adaptación da lugar a los siguientes resultados prácticos: • Un esquema clientelar “demanda-intervención” puede funcionar de modo eficaz con personas y grupos con estrategias afines a dicho esquema. • Un esquema clientelar “demanda-intervención” es compatible con que el volumen y el tipo de población a la que se atiende desde las áreas de participación (incluidas las asociaciones) permanezcan estancados y se margine al resto de la población. • Hay demandas ciudadanas de participación no percibidas por los ayuntamientos. • No existe una voluntad de ninguna de las partes de fomento de las estrategias colectivas de convivencia. Consiguientemente, las políticas de participación no afrontan el deterioro de la convivencia en los municipios. Entre las diferencias encontradas entre las áreas de participación ciudadana y los vecinos a nivel de discurso, estarían además las siguientes: • En contra de la concepción de los ayuntamientos, las actividades municipales no son eje vertebrador de las participaciones cotidianas. Las actividades municipales son sobrevaloradas por los ayuntamientos en lo que respecta a la participación ciudadana. • La correspondencia entre participación y asociacionismo es mucho más clara para las redes sociales que para los ayuntamientos. Conociendo hasta qué punto la ciudadanía se ve ajena a la participación ciudadana, es de destacar que la ciudadanía se siente más lejos de las asociaciones que lo que percibe el ayuntamiento. Y en contra de lo alegado por ayuntamiento y las propias asociaciones, éstas últimas no representan a la ciudadanía. • La vinculación entre participación y toma de decisiones es también mucho más clara para las redes sociales que para los ayuntamientos. Esto continúa siendo una asignatura pendiente que los ayuntamientos no quieren afrontar.

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• Por último, señalar que tanto las redes ciudadanas como los ayuntamientos coinciden en no mostrar las formas complejas de convivencia cotidiana. 4.1. Percepciones Ciudadanas de las Políticas de Participación En general, los ciudadanos/as no diferencian con claridad las actividades de las áreas de participación, de las que componen su relación habitual con el ayuntamiento. Esto apunta, por un lado, a un desconocimiento por parte de la ciudadanía de las políticas desarrolladas en materia de participación. Por otro lado, sin embargo, esta constatación demuestra que, a pesar de la especialización del organigrama de los ayuntamientos, en el que como hemos señalado las áreas de participación ocupan un lugar marginal, cualquier medida del consistorio afecta transversalmente a la comunicación entre el ayuntamiento y los vecinos/as. Por tanto, ante las políticas de participación ciudadana, los vecinos adoptan generalmente tres tipos de posturas: • 1ª postura: desconocimiento. • 2ª postura: valoración positiva de lo realizado, asociada a cambios recientes y apertura de nuevos cauces de comunicación por parte de los ayuntamientos. Este tipo de postura viene también acompañada por el temor de que los cambios que son aplaudidos sean sólo políticas coyunturales. • 3ª postura: valoración crítica de lo realizado por los ayuntamientos, apoyada en los siguientes argumentos: - Incomunicación con los vecinos. - Clientelismo. - Marginación de actores y formas de participación. - Despreocupación por problemas sociales. - Fomento de la apatía. - Impunidad. - Falta de participación.

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4.2. Comparación de las Percepciones Ciudadanas y Municipales sobre la vida en los Municipios • Las áreas municipales de participación y las redes ciudadanas coinciden generalmente en su manera de percibir la influencia de los 9 elementos analizados sobre la convivencia en sus localidades. • No obstante, de 4 de los 9 factores analizados, la percepción de las redes ciudadanas es más desfavorable que la de las áreas. Son los siguientes: - Fenómeno metropolitano. - Empleo. - Inmigración. - Corrupción. Por tanto, se hace necesaria la búsqueda de cauces para incorporar la mayor complejidad posible a la toma de decisiones sobre los recursos públicos (incorporación de redes ciudadanas a la toma de decisiones).

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Análisis DAFO

ANÁLISIS INTERNO

DEBILIDADES

• Estructura débil o inexistente de las áreas municipales de participación ciudadana - Interés por la participación con poco respaldo - Recursos insuficientes y falta de formación específica - Poca coordinación interna y supramunicipal - Poca incidencia real en el día a día del Ayuntamiento. • Las áreas de participación ciudadana no fomentan una participación más directa de los vecinos en las decisiones públicas - Predomina una visión de la participación como gestión de demandas de los ciudadanos (el ciudadano pide y el ayuntamiento da) - No se adoptan mecanismos participativos de toma de decisiones - En general, las asociaciones son consideradas como únicos interlocutores válidos para la participación - Las áreas de participación no incluyen a una parte importante de la población y de las redes populares existentes - Se concede excesiva importancia a determinados instrumentos como garantía de participación ("reglamentitis") • Complacencia (conceptos y prácticas arraigadas)El valor de la convivencia es percibido desde el bienestar individual y no como valor colectivo.

FORTALEZAS

• Conocimiento de redes locales y de las asociaciones

• Existencia de diversidad de formas de participación más allá del asociacionismo

• Coyuntura económica favorable

• Diversidad y uso adecuado de los canales de información

• Potencialidad para producir mejoras en la participación ciudadana

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• El modelo de desarrollo, que afecta al deterioro de la convivencia, se percibe como exógeno o ni siquiera es cuestionado.

• La Participación y algunos de sus instrumentos (por ejemplo, los reglamentos) se conciba como moda.

• Presencia de instrumentos de planificación que incorporan nuevas formas de participación ciudadana

• Se mantiene la capacidad de crear modelos diferentes desde las propias necesidades locales para fomentar la participación.

• Interés generalizado por la participación ciudadana

• Cobertura de posibles avances desde el Plan Estratégico de la Mancomunidad

• Mantenimiento del protagonismo de los ayuntamientos y de las asociaciones como únicos actores de la participación (relaciones clientelares)

• Permanencia de las áreas de participación ciudadana débiles

OPORTUNIDADES

AMENAZAS

Análisis DAFO

ANÁLISIS EXTERNO


Objetivos estratégicos y Planes de acción

OB

OB

7.1.

7.2.

OBJETIVOS

Mejorar las habilidades y los conocimientos para la participación (SABER PARTICIPAR).

Movilizar la participación en general (QUERER PARTICIPAR).

7.1.2.

7.1.1.

Potenciación y definición de planes de actuación sobre saberes populares.

Formación de asociaciones orientada a perfeccionar la democratización de su funcionamiento.

Formación de técnicos para la dinamización de redes ciudadanas (colectivos informales) y en herramientas para la participación, organizada con un carácter abierto favoreciendo el intercambio de experiencias.

ACCIONES Y/O PROYECTOS

7.1.3.

7.2.1.

Promoción del voluntariado.

Dinamización de redes ciudadanas.

Coordinación con las escuelas para educar a niños y niñas en participación.

7.2.2.

Promoción de consultas ciudadanas.

7.1.4.

7.2.3.

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OB

7.3.

Abrir y consolidar cauces participativos para la toma de decisiones (PODER PARTICIPAR).

OBJETIVOS

Adopción de un eje transversal de participación en la dinámica de funcionamiento de los ayuntamientos. Fortalecimiento orgánico de las áreas de participación dentro de los ayuntamientos desde la transversalidad. Apoyo desde la Mancomunidad a los ayuntamientos en materia de participación. Elaboración de un reglamento de participación ciudadana de la Mancomunidad. Fomentar los consejos territoriales para la participación donde haya presencia, no sólo de asociaciones, sino también de redes informales y ciudadanos/as particulares. Crear cauces para la participación en la toma de decisiones municipales de las asociaciones, redes ciudadanas y vecinos/as particulares: A 7.3.6.1. Realización de presupuestos participativos en los municipios. A 7.3.6.2. Inclusión de la participación ciudadana en jurados, concursos y comisiones municipales.

7.3.1. 7.3.2.

7.3.3. 7.3.4. 7.3.5.

7.3.6.

ACCIONES Y/O PROYECTOS

Objetivos estratégicos y Planes de acción

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