Madamas

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Madamas

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Marisa do Brito Barrote (Buenos Aires, 1970) es editora profesional, poeta y narradora. Actualmente, ocupa el puesto de Jefa de redacción de la revista cultural BOCADESAPO SAPO: SAPO http://bocadesapo.com.ar. Publicó poemas y cuentos en diversas antologías. Entre ellas, Una

terraza propia. Nuevas narradoras argentinas (Norma, 2006), La erótica del relato. Escritores de la nueva literatura argentina (Adriana Hidalgo, 2009). Este poemario, Madamas, fue premiado en la VI edición de los Premios Fundación Octubre.

Motivo de tapa: Sarabande, óleo sobre tela de Marta Vicente, detalle.

© Marisa do Brito Barrote, 2006 © Alción Editora, 2006 Av. Colón 259 – Galería Cinerama – Local 15 5000 - Córdoba - República Argentina Email: alcion@infovia.com.ar Impreso en Argentina

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 I.S.B.N. 10: 950-9402-82-6 I.S.B.N. 13: 978-950-9402-82-6

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Marisa do Brito Barrote Barrote

Madamas

Alci贸n Editora

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A Hernรกn, Mara y Lila

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Madama Bovary

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Bovarismo I

La se単orita B trata de coser unos calzoncillos, pero al hacerlo se pica las yemas con el polvo de los anaqueles. Durmiente bella sabe que su alma no va a despertarse.

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II

Mujercita cubrirá para las bodas sus bucles de merengue al cepillo con una mantis religiosa

tocado

tocada de luto coqueto doblará las campanas como un pañuelo seco.

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III

La bonitĂ­sima bobarita tiene las uĂąas pintadas con sangre de calamar Su marido la llama cazuela y ella canta la catalina mientras dibuja en el aire una roseta de maĂ­z inflado.

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IV

La señora donó la singer que su abuela pedaleaba en la bicicleta de modista

la máquina de tejer que su mamá estudiaba en el burda

donó los burdas, los manuales, la lana apolillada que le llenaba el placard

Señora es bella dama de caridad Carente de toda corte y movilidad manual hizo bordar sus iniciales con macramé a su corazón.

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Festín I

Estamos invitados al banquete en el salón azul del ala norte del laberinto de espejos.

Vino la barracuda vestida de poplín la mujer de los dientes de oro el cantante cansado de explicar por qué cada vez le duele tanto la garganta la mujer del médico de las piernas y el que trajo el largavistas para encontrar al pirata.

Él anfitrión por naturaleza enciende las luces del tour y muestra las habitaciones las fotos la parrilla como si asara a su madre con las alhajas puestas. 15


Los muros del antiguo castillo chorizo duermen intactos bajo el pañolenci de la enredadera. La onda hoy es reciclar.

Llega Pulgarcito galante de mano de la chica que no sabe fumar la exhibe y seis ojos de trece lo embrujan. Yo soy seguro más linda, la asesina perfecta dixit.

Entrás en la casa y es como un pueblito boliviano... Es que le pusimos colores y un surtidor para palomas qué bien qué lindo cajitas apiladas que encierran tres arañas y un botón.

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El Convidado entra con una corte de luciérnagas que le salpican el traje Busto de mármol sanmartiniano ¿cuál será el Don que sacrificas esta noche?

Cenamos.

El que no sepa bailar entre conversaciones que nade en las piscinas de licor.

Es que la vi a la Señora haciendo pis en una pileta de lavar.

Juanito juega con el lobo Caperu se relame descalzo y desnudos desparraman mil ladrillos ordenados para la ocasión del mamón con fina hierba.

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Entonces sucede asado con trampas. La copa de arsénico rueda por el mantel y ensucia los vestidos planchados con la conciencia meticulosa de una debutante.

El chico de la mirada de su madre escucha atra besado los tenedores violín en bolsa del final.

Su mujer que antes fue mujer de otro asiente colgada de la horca del éxito ji ji je je es tan frágil que hasta un bol de avena podría quebrarlo.

Él El actor del gran nombre de pájaro esboza su sonrisa en canta dora 18


y funde la daga de goma del pirata Descubierto.

Afuera cae la noche con su tel贸n de espinas de agua. Me tomo de tu brazo tim贸n y me dejo llevar como una Emma de vuelta a Tostes.

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II

OlvidĂŠ mi cigarrera quizĂĄs a alguien le guste tener mis dedos de marquesa con su puntillismo de sangre guardados con celo dentro de estuche de plata.

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III

La duquesa se sirve del pingüino de vino de sus ojos las gotas vacías de hiel y vuelca sobre la piel de su mesa un continente de sueños sin dominios cotidianos. Aquí estoy —se dice cierva secándose el sudor con un trapo polilla— tengo absoluto demonio sobre mí y mis versos.

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Virtud

I

El de los dedos de faro me quita una lagaĂąa estrella mis bichos de luz contra la lĂĄmpara me da la sombra y vuelve.

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II

Del alma celeste de los techos saltan montes contiguos a tu pecho de bosque

Y yo me doy

como una sonrisa de manzana deliciosa.

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III

Estamos tan sensibles que tu cuerpo y mis nadas se visten de salsa de tomate. tenemos un brillo particular en las ojeras por el traqueteo de los carros de los aguaceros que cantan serenatas al compĂĄs de los acordeones de las tĂ­as. cerramos con leones las ventanas que nos miran. sabemos que la isla nos espera con su ombligo de pelusa para cenarnos.

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IV

Cuando llegues tan de vuelta con tu armadura de lluvia y los brazos cansados

desharĂŠ suave la risa del pudor para entregarte la vocal mĂĄs a de mĂ­ como una rosa.

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V

El de la espalda de hielo reposa su rama cargada de nieve sobre mi muslo de mink. Duerme un silencio de conejo en trampa.

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VI

Hoy soy mi noche tuya Tu mano de la piel llega tal como mi piel de la mente insiste.

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VII

La de los ojos de pesta単as escondidos te besa con su andar de morocha arrabalera y de sus labios tan cereza escapa un extra単o fulgor a cicuta.

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VIII

El amor de ella no alcanzĂł a convertirlos en prĂ­ncipes completos Y sapos, por ello, se les tiĂąen de verde los dedos finitos coronados con caramelos media hora.

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Hastío I

Harta de envolver los huevos del tiempo y la paciencia con papel moneda

de tanto hurgar pulgas enterradas en la cabellera de suaves leones

de la lluvia de erres que oxida mi monotonía

de ir y venir por las escaleras revolviendo cloacas que acumulan cosas y cáscaras de amores en mis rincones más íntimos

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Harta de mĂ­ y de nosotros ya lo sĂŠ, nada de nada me hace feliz.

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II

Manejé tantas horas por luna carretera igual sí misma… Un hombre a mi lado señala mis miedos los moteles el campo moteado de pinchos de pasto carteles oxidados las puertas del paraíso un ovni y un silo. ¿Para qué lado queda mi casa?

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III

Quien pudiera tener una vida aventurera y malvada o una vida malvada sin aventuras capaces de ilusionar a nadie que no fuera tan frĂĄgil como el cascarĂłn resquebrajado donde guardĂŠ mi alma.

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IV

Ato las puntas de mi cabello a las puntas de tus dedos y dejo que me lleves

Luego sola me suelto o se suelta mi pelo del cuero del cabello para dejarme libre y desnuda como una fruta esquilada.

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Angustia

I

La angustia es una flor de cactus Brota y se regala como un don del dolor.

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II

El recuerdo es el mismo la casa del pasado en un futuro sin puertas respira en mis temores de intemperie llovizna

El miedo es el mismo la casa del futuro en un pasado de tedio se aferra al barniz roĂ­do de los muebles y escribe SOLA

Con una llave de piedra talla la balaustrada de la cama.

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III

Esta vida no es mĂ­a Tengo ganas de quitarme el corset arrugado del sudor y derramarme lujosa como una seda ardiente por el surco tibio de las almas.

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IV

Estoy sentada sobre una pila de tierra la gotera rompe el patio y no hay nadie adentro ni afuera una paloma me anida el balcón

Estoy cerrada de piel de musgo del yeso descascarado de mí misma y rasco con la uña la etiqueta del perfume vacío

Estoy escondida en algún lugar de la casa y espío.

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V

¿Cuánto habrá que poner sobre la cuchara? La tristeza amarilla de mi encierro de paloma mis dedos de ratón mordisqueando avellanas el vestido pureza que se herrumbra sobre tu frente mojada Cuánto habrá, todavía Cuánto.

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VI

¿Qué es esto que tomo del bote azul y como con gula de mi misma mano ensuciándome el bozo de blanco? ¿Es acaso esa especie de arenilla con que las mujeres pulimos los candelabros del bronce o la majestad masculina y bonachona del rapé? ¿Es el vidrio molido del ala de una libélula loca? No Veneno para putas, eso es: ácido arsenioso.

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VII

Si me llorĂĄs, hacelo pegadito a una muerte vestida de novia sombra blanca que retoĂąa de mĂ­ como un azahar podrido.

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Madames

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Ni単as

I

Si son buenas las ni単as se cortan el pelo las u単a-dientes por amor a la H de sus padres.

Si son malas son desprolijas y usan alfiler de gancho en el ojal para jugar a Juan y Pinchame.

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II

Perdida en los cuentos de su P vi贸 caperus lobos y lobas apeninos personajes armados con plumas de colores o frijoles de tinta para sembrar bosques a las conversaciones insulsas y lavandas e idilios en campos de salutaci贸n.

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III

Diego Alberto

Diego Alberto que tiene su nariz con pecas no tiene más piernas Y le cuelgan dos alambres de fierro de los que ni mi papá pudo volver.

Yo no fui, yo no fui se rompió solito.

A Dieguitoalberto le saqué los brazos Quería saber si me quería si su corazón de plástico tenía el nombre que yo le di escrito pero no se lo encontré.

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Yo no fui, yo no fui so li to rompi贸 se.

Diegoberto en un tiempo fue mi hijito mi be bebote mi cu pup铆 lamur Ahora duerme en una bolsa de madera descuartizado y feliz como siempre.

Yo no fui, yo no fui te dompi贸 tolito.

Ah! Mi Diegolber tolindo quera articulado y me desalm贸.

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IV

El juntaniños

Soy el juntaniños los levanto de las zanjas con machucón de adoquín o pierna rota.

Soy el juntaniños reviso los piojos del pelo piguyis no limpio mocosos no paso el plumero.

Soy hiel (jun) tan niños los guardo en mi caja de niños lisiados.

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Les saco fotos del alma y las vendo A los pobres de espĂ­ritu

no me los como en Navidad.

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V

A la niña le vino (como la M) la historia de verdad

con una tijera cortó los vástagos de lápiz las excrecencias nudos

pero su cuerpo no fue papel.

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Madres

I

Definitivamente mi cuerpo cursa su ciclo natural, libera una tras otra gota del dominĂł inevitable.

Estoy atrapada en lo mĂĄs perra laucha de mĂ­. Formo parte de la especie.

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II

Me mirás como si fuera tu tierra. Un carruaje que es zapallo se me sale de la zoología más blanca de la piel y el rocío abre ojos morados donde sólo había pezones.

¡Sos mi Juanito de maceta! Tachás del almanaque con codicia los días para desecharme.

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III

Ando un poco distraída sonrío si me saludan si agitan buenos días a mi paso

guardo en los bolsillos las apuestas que me lanzan las mujeres como rezos

voy cantando entre los dientes que es futuro que es mañana

camino sorteando charcos con mis botitas de piel de niño.

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IV

Para trocar los desastres de mi mejor estado de reproducci贸n se puede Palpar el peso que infla mi bolsa de mariposas y me anuncia con alitaletas la venida del bienvenido o Creer que el olvido absoluto de una misma servir谩 por fin o en principio para dejar de ser SOLA.

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V

Ojalá pudiera entregarte mi panza de saltos para que te la cuelgues, solo por un rato, y así conversen sin mi interferencia y se escuchen sin mi intermimisma y creen un lazo fuerte como una soga de barco cordón de hilo sisal.

Y así, mamá lee al sol una novela y se pone un biquini o escribe un poema en la soledad de su habitación y no lo comparte con nadie. 56


VI

Estoy esperando sentir un dolor que no llega.

Todo es movimiento sirena bailando en mi bolsa de nylon. Su presencia es cada vez más la ocupación del cuerpo.

¿Cuándo empezará la suelta?

Mi cierre es hermético como un tuperware.

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VII

Hoy tuvimos nuestro primer encuentro. Vos llorabas como niĂąa que acaba de nacer y yo como madre que termina de parir. Con la piel mĂĄs suave del asombro se tocaron mi final y tu principio.

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VIII

Papi te trajo paquetito de mantilla hecha bollito lloroso y gritón Entonces te hablé palabras de amar a mara envueltas con papel de lágrima.

Me miraste tan lindo tan ¿eras vos, mi mami? —la voz detrás del agua— que tus ojos de ¡hola, ma! apagaron los sonidos del miedo.

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IX

Niña que chupetea de mí como una sanguijuela que es igual a mí más niña y me repite con mis chinchudeces e hipos

Me quedaría todo el día alimentándote hasta que me desaparezcas y forme parte de vos misma: —mi lechijuela mi chiquitruí— beba que chupa de la teta de mi ego.

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X

Mi inacunable niña si te dormís, te regalo un sueño en el que juguemos juntas al rock´n roll con la mariposa maravillosa

Un sueño en el que vas a tomar y tomar y tomar de mí

Un sueño igual al ahora pero bien dormidas.

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XI

Ojalá pudiera prestarte mi niña de llantos para que la acunes, solo por un rato, y así conversen sin mi interferencia y se escuchen sin mi intermimisma y creen un lazo fuerte como una soga de barco cordón de hilo sisal.

Y así, mamá lee que su ñiñi no la quiere más y se pone triste y celosa de papá que es paciente como un bote a la espera de que escampe 62


y se encierra en su habitaci贸n dando un portazo que vuela los clavitos de los cristos

o escribe un poema que no le sale porque lo copi贸 y no lo comparte con nadie.

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Madame Butterfly

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Libretto

I

Do sol la soldado marcial paso firme la orquesta: timbal y chinchines de Oriente. Rebarba de violĂ­n sobre bird el teatro. Madera de oboe oberturando cometas. CĂşpula celeste girasol mi la Soldi. ColibrĂ­ de brisa marea pagodas en el crisol de su garganta.

Mi mi fa mayor o teniente de la marina su gorra. Botas que violan violas y chelos. Tenor que desposa mariposa de aire sobrevuela la nave.

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Si do la novia rasgados ojos ruiseñor que tela quimonos de seda. Pasitos cortos ademán pequeño la menor sonrisa.

Re fa gong-gong en la colina la casa agota criados.

Tormenta de trompas maldición en tankas bombos budhan en Cio Cio San tristezas.

Dúo de amor y porcelana hasta acariciar alivios.

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II

Terciopelo rojo el hombre ha partido la espera se geisha en ideogramas y claves.

Si tuba un barco, los techos agudos fiestan linternas y grillos de bambú.

Sandalias cruzadas apuran corcheas sintrabajo musitan cariños al niño tacitas de té.

Do mi sol naciente boca chiusa el coro sostiene telones.

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III

Sinfónica en haiukus se cuerda con trazos de plumín en tinta china.

Clave de do mi “Dormi Amor Mio” acuna la dama pequeñito al hijo carita de soja si rulos fa sol.

Pinkerton ha vuelto pasos que roban son risas de loto quemado re clama en trompetas su prole nipona.

La Mayor traición adagia profecías.

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Su misi贸n de arroz se fagot en llanto mari posa rota si bemol su voz. Violonchelo sube terrible vibratto se lagrima hilachas.

Lib茅lula sola desnuda la daga hara-kiri su honor hasta crescendo

Butterfly!

crescendo:

Butterfly!

un grito desmaya el tel贸n.

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Madamas Madama Bovary

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Bovarismo I II III IV

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Festín I II III

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Virtud I II III IV V VI VII VIII

22 23 24 25 26 27 28 29

Hastío I II III IV

30 32 33 34

Angustia I II III IV V VI VII

35 36 37 38 39 40 41

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Madames

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Ni単as I II III Diego Alberto IV El juntani単os V

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Madres I II III IV V VI VII VIII IX X XI

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Madame Butterfly

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Libretto I II III

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