Crónicas y Cultura

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2011

CRÓNICAS Y CULTURA Un pacto con las palabras En este libro encontrará la recopilación de varios trabajos periodísticos que rescatan la esencia de la cultura, la tradición de algunos lugares, los encantos de los sabores, los colores del arte y mucho más.

María José Carrera, Ivette Area, María José Ramírez y Ana María Calero UDLA 03/02/2011


Introducción al libro: En este texto ofrecemos diversos trabajos que hemos elaborado las cuatro autoras durante nuestro último semestre de universidad. Nos une el amor por el periodismo, la pasión de escribir y el amor por contar historias con palabras. Aunque estamos ligadas por nuestra profesión, nos distinguimos en el estilo que cada una usa para plasmar la historia, para jugar con los recursos literarios y transmitir un mensaje. Es por esta razón que los capítulos del libro fueron divididos según nuestros nombres. De esta forma el lector podrá diferenciarnos, apreciar cada estilo y silueta de la pluma. Nos hemos concentrado en el género “la crónica”, aunque se pueden hallar otros géneros, debido a que es el único género que permite contar una historia usando recursos literarios decorativos para enfatizar descripciones y así darle más color y vida al cuadro que se escribe en el papel. Los temas que se abarcan son urbanos, sociales, culturales, turísticos, entre otros. Para mayor ampliación de algunas notas, visite nuestro blog www.cronicasycultura.wordpress.com y podrá acceder a videos y entrevistas en formatos de audio que complementan alguna de las historias. Sin más, disfruten de nuestro trabajo, tanto como nosotras disfrutamos haciéndolo.


CAPÍTULO I MARÍA JOSÉ CARRERA


“Barcelona te llevo en el corazón…” Pasan de las cuatro de la tarde en Quito, el cielo está despejado y el clima luce a nuestro favor. Los motores del avión se encienden, Julia, José y yo estamos listos para viajar a Guayaquil. Por este día hemos dejado la universidad atrás y ahora nuestro objetivo es “la Noche Amarilla”. Se trata de una tradición anual del equipo más popular del Ecuador, Barcelona, y sin duda la velada se tornará interesante. Escuchamos los motores del avión encenderse, estamos a minutos de despegar. Luego de un viaje sin inconvenientes, nos dirigimos al centro de la ciudad en busca de un hotel. Solamente dejamos nuestras pertenencias y salimos a toda prisa. Ya son más de las seis de la noche y aún brilla el sol en el Puerto principal. La noche es amarilla. A bordo de una pequeña furgoneta llena de barcelonistas de a poco nos acercamos al estadio, sorteando autos y peatones. Mientras conduce, Jorge Lara cuenta que tiene 52 años, pero es barcelonista desde siempre. “Nunca me pierdo un partido de mi equipo”. A lo lejos se divisa una construcción monumental, es el Estadio Banco Pichincha. Filas de automóviles que lucen interminables, cientos de hinchas caminan apresurados por las calles, revendedores que ofrecen entradas a todas las localidades. “General, tribuna, palco…suic”, grita uno de ellos, sin perder nunca su acento costeño ni su peculiar forma de hablar. Entre este ruido y el caos, todos tratan de llegar al estadio para el partido de esta noche. Es una marea amarilla que avanza y se acerca a las distintas entradas, cada quien busca su localidad, ya que aún cuando la mayoría de los asistentes no tengan


tanto dinero como para ir a palco o a su propia suit, el amor por su equipo está dispuesto a llegar a tribuna o a general. Una vez adentro, no hay diferencia entre quienes conforman la hinchada. Todos visten de amarillo, todos vinieron por la misma razón -su equipo favorito- y todos se acoplan al compás de los cánticos hasta formar una sola voz. El tío de José es dueño de una suit en el último piso del estadio, y muy amablemente nos invitó a disfrutar de la velada desde allí. Aún cuando nuestra edad y personalidad se ajustan más al ambiente festivo que se vive en los graderíos, no podemos quejarnos de haber conseguido ese lugar, que aunque está un poco alejado de la cancha, ofrece una espectacular vista panorámica. Esta es La Noche Amarilla, es el primer partido del año para Barcelona, es su puesta en escena y su intento de reinvindicarse con su afición, luego de una campaña poco exitosa. Dos grandes equipos se enfrentan en un partido amistoso, pero ambos buscan el triunfo. Como local, Barcelona S.C. recibe en su cancha al D. Tolima, equipo que llega desde Colombia para esta gala de inauguración del equipo torero. El show artístico termina luego de la presentación de varios artistas ecuatorianos. Ahora es momento de lucir la nueva plantilla de jugadores que llevarán la camiseta torera en este 2011. Los nuevos refuerzos del equipo torero. Entre algunos de los nombres más conocidos están Rodrigo Texeira, en la delantera, Rodrigo Marangoni que viste la número 10, Iván Hurtado y Luis Caicedo que estarán a la defensa del cuadro torero, entre otros. Varios de los que permanecen en la escuadra amarilla son Giovani Nazareno, Jefferson Hurtado, Máximo Banguera, Matías Oyola y más. Por otra parte, se presenta a Pablo Palacio como el flamante capitán del equipo amarillo en este 2011, entre ovaciones y aplausos de todos sus fieles seguidores. Pero eso no es todo, la sorpresa de la noche es Nicolás Lapentti. Además de ser el mejor tenista del Ecuador, también es un gran hincha del Barcelona y, por ambas razones hoy, sobre la cancha de su equipo preferido, lo premian con una raqueta que lleva el escudo del ídolo y le obsequian la camiseta oficial que vestirá el equipo canario en este año. Pero ya es tiempo de que el balón empiece a rodar. Los equipos saltan a la cancha, y aunque ambos merecen homenaje, esta noche Barcelona es el protagonista. Los graderíos parecen encenderse al ritmo del humo amarillo, tiras interminables de papel y luces de colores que acompañan a los ensordecedores gritos y cantos de la hinchada más fiel: “la sur oscura”.


Hacen falta los goles; sin embargo, no hay un momento en que el estadio permanezca en silencio absoluto. A lo largo de los 90 minutos, las voces no cesan. Las barras siempre alientan a su equipo. Un “Barcelona te llevo en el corazón…” retumba en el espíritu de los fanáticos. Cuando el partido termina, nuestros rostros no lucen decepcionados, ya ha sido bastante haber venido hasta aquí un miércoles por la tarde aunque mañana muy temprano tenemos que regresar. Las obligaciones nos llaman. Luego de haber esperado por casi una hora, haciendo tiempo a que la locura a la salida del estadio finalice, bajamos con rumbo al parqueadero. En el camino nos cruzamos de frente con Alfonso Hard y aprovechamos para fotografiarnos junto al nuevo Presidente de Barcelona S.C. Una vez abajo, vemos un gran bus amarillo, tiene escrito “Barcelona” en letras gigantes y dibujado el escudo del equipo. Es un tanto difícil, pero finalmente Julia y yo logramos llegar hasta el emblemático automotor. La puerta está a punto de cerrarse, pero afortunadamente, no todos los jugadores han subido aún. Llegamos a tiempo para tomar un par de fotografías con Giovani Nazareno y Rodrigo Texeira. En esta ocasión, el recuerdo no quedará solo en nuestras memorias. La infinidad de fotografías que tomamos durante toda nuestra travesía también han captado esta gran aventura. Pasan de las diez de la noche y estamos exhaustos luego de todo el trajín de este día. Es hora de ir a descansar. Mañana otra vez a la capital, un día más de clases y de vuelta a la realidad.



Zámbiza goza de buena salud Zámbiza es una parroquia rural ubicada en el norte de Quito (Ecuador). Actualmente cuenta solamente con un subcentro de salud, para atender a todos los habitantes de este poblado. Sin embargo, debido a la buena organización y atención con que se maneja este establecimiento, se puede dar servicio sin inconvenientes a todos quienes desean recibir atención médica. Cabe mencionar que dicho subcentro no se limita a atender a residentes de la parroquia, sino también brinda sus servicios a personas que acuden desde diferentes puntos de la ciudad. Algunos pacientes residen en las cercanías de Zámbiza y otros llegan inclusive de lugares bastante apartados de allí. Entre varios de los sectores están: El Inca, Campiñas, Cocotoc, Nayón, Llano Chico, Carapungo, e incluso desde el sur de Quito. La edificación en que actualmente funciona el subcentro fue inaugurado en el 2000. Por afuera luce como una casa común y bastante sencilla. Tiene una sola planta, es de color crema y a un costado se halla un pequeño patio, cubierto de césped, que además tiene algunos juegos infantiles para distracción de los niños. Pero en su interior, a pesar de contar con un espacio físico limitado, este establecimiento goza de una muy buena distribución, además cuenta con los equipos médicos necesarios para otorgar una atención adecuada a los pacientes. A la entrada existe una sala de espera en la que también se ubica una cartelera con anuncios sobre vacunas, prevención de enfermedades, e incluso actividades del plantel. En los distintos consultorios se hallan camillas, estanterías copadas de medicinas, cama-cuna en el área de pediatría, sillón para tratamiento odontológico, además de una gran variedad de instrumentos a ser empleados en los chequeos de diversas especialidades médicas. La doctora Paulina Albán es la Directora del Subcentro de Salud Zámbiza; sin embargo, durante cinco meses la persona encargada de la dirección es la doctora María Soledad Sánchez, quien también ejerce como médico tratante. Allí trabajan en total seis personas, quienes se encargan de atender cualquier problema de salud que presenten sus pacientes. El equipo médico que trabaja en este lugar se divide entre la directora, dos médicos, un odontólogo, un auxiliar de enfermería y un interno rotativo; cabe mencionar que en ocasiones también cuentan con la ayuda de pasantes, quienes son estudiantes de distintas carreras de Ciencias de la salud.


El subcentro abre sus puertas desde las 08:00 hasta las 16:30, todos los días de la semana. Al contar con médicos generales y especialistas se atienden a pacientes con todo tipo de enfermedades. El subcentro cuenta con medicina general que atiende todas las especialidades, entre algunas de ellas están: ginecología, obstetricia, oftalmología, pediatría, etc. Si los síntomas que presenta el paciente son importantes y éste requiere de una cirugía o algún otro tipo de análisis, desde el subcentro se envía al paciente al hospital Pablo Arturo Suárez que tiene alianza con el Centro de Salud número nueve, red a la que pertenece el subcentro Zámbiza. Por lo general este proceso se lleva a cabo si se tratan de un caso de urgencias. Los equipos y medicinas con que cuenta el subcentro fueron otorgados a través del Ministerio de Salud Pública. Por este motivo la atención es totalmente gratuita, al igual que las medicinas que se entrega los pacientes. El Municipio de Quito entregó equipos de laboratorio: centrífuga de seis tubos, esterilizadora, microscopio, baño María, piano contador, agitador de pipetas, entre muchos otros. La implementación del centro de salud de la parroquia de Zámbiza, es una inversión que oscila los 10 mil dólares. Esta acción es una de las medidas de compensación cumplidas por el Municipio para mejorar el nivel de vida de los habitantes del sector, que soportaron la presencia del botadero de basura por más de 20 años. Alrededor de 80 personas acuden diariamente para ser atendidos en el subcentro, por diferentes motivos. Los casos más frecuentes que se atienden son problemas respiratorios, especialmente en los niños, por razón de cambios bruscos de clima en la capital, además de las condiciones de higiene en que se encuentran los afectados. Por otra parte, en estas épocas la gente asiste en gran número debido a la vacunación que se realiza sin costo alguno para prevenir la varicela en infantes. Todo esto como parte de la campaña de Salud escolar. Asimismo, se realizan exámenes clínicos a personas de la tercera edad, en que se hace una revisión completa de su estado físico, chequeo odontológico, y prevención de enfermedades visuales, por lo general, cataratas. Para ser atendidos los pacientes cuentan con la facilidad de hacer una cita médica en el subcentro por medio de una llamada telefónica, de este modo toman su turno de acuerdo a su tiempo disponible, sin necesidad de esperar ni hacer largas filas.


Pulmón de la gran ciudad A través de la Dirección Metropolitana de Deportes y Recreación se lleva a cabo el Proyecto “La Carolina, parque emblemático de la actividad física”. Con esta iniciativa se busca mejorar las instalaciones del parque y a su vez incrementar el número de usuarios de un sitio de esparcimiento familiar. El parque nació como producto de la expropiación municipal de 1.935 a la familia Jijón, propietaria de la hacienda “La Carolina”; con el fin de mantener áreas verdes en medio de una ciudad que en pocos años se expandiría sin dejar huella de la naturaleza. Muchas personas que han vivido durante largos años en la ciudad, conocen el parque y tienen varias opiniones sobre él. Nelson Maldonado tiene 62 años, es locutor de Radio Eres y cuenta que desde su juventud solía cruzar junto con sus amigos por el interior del parque para ir al colegio. “Ahora ya no puedo hacer eso porque lamentablemente se ha vuelto muy peligroso, pero años atrás yo frecuentaba mucho la Carolina”,


comenta. “Me gusta el lugar, sobre todo porque rompe la monotonía y ruido de la ciudad. Cuando vas caminando y entras al parque sientes un ambiente totalmente distinto. Puedes respirar aire puro aunque sigas dentro de la ciudad.” “Yo vengo al parque todos los días, siempre en las tardes. Camino y me siento a esperar…a observar…a respirar. Es un sitio para olvidarse de los problemas.”, cuenta Alfonso Cáceres de 67 años. El parque La Carolina está ubicado en el corazón comercial y financiero de Quito. Sus 67 hectáreas de terreno se extienden entre las avenidas Amazonas, Naciones Unidas, Shyris, Eloy Alfaro y República del Salvador. Es uno de los parques urbanos más grandes del país y de América del Sur. La Carolina se distribuye en varias zonas: deportiva, aeróbica, infantil, zona de laguna, zona de patinaje, estacionamientos y boulevard. Este último fue inaugurado en el 2005 junto a la Av. Naciones Unidas, se construyó una pileta, un paso elevado, se colocaron bancas y se adecuó la acera; todo esto pensando en el beneficio y comodidad del peatón. En el interior del parque, los visitantes tienen la posibilidad de hacer uso de canchas de fútbol, básquet, volley y tenis, pistas de atletismo, circuitos para ciclistas, pistas para patinaje, rampas de bici cross, comedores, ventas ambulantes, zonas para aeróbicos, yoga y tai-chi, amplios espacios abiertos para volar cometas o aviones a control remoto. Además, los niños tienen a su disposición columpios, resbaladillas y un sinnúmero de juegos para divertirse. Rubén Puente es colombiano y hace un mes viene a La Carolina a practicar tenis todos los lunes, miércoles y viernes. “Vengo a este parque porque está cerca a mi casa y las canchas de tenis están bien cuidadas”, comenta. El parque de La Carolina también cuenta con Parque Náutico, Jardín Botánico de Quito, Avión de Fantasía, Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales, Vivarium, Campana de la Paz. Cabe mencionar que en 1985, durante la visita del Papa Juan Pablo II a Ecuador, se llevo a cabo una multitudinaria misa en el parque y, como conmemoración del evento se construyó la que hoy se conoce como “La cruz del Papa”.


“Yo vengo todos los jueves y viernes sin falta desde el Comité del Pueblo (norte de Quito) para jugar fútbol con amigos”, señala Carlos Reinoso mientras se alista para el segundo tiempo del partido. Él escogió La Carolina por la ubicación y porque le gusta el ambiente. Sin embargo, cree que el parque debe mejorar en cuanto a la seguridad. “En las noches no me atrevo a venir por el problema de la delincuencia”, apunta. Sin embargo, a pesar que el parque de La Carolina es un verdadero sitio de entretenimiento y relajación en medio del caos de la metrópoli, aún hay varios aspectos que se deben mejorar para beneficio de la ciudadanía; el ejemplo más claro es el tema de la seguridad en el parque, pero no es la única dificultad. “Los juegos infantiles son un verdadero peligro, ya que varios de estos se encuentran en malas condiciones, por ejemplo latas viejas y puntiagudas. Los niños juegan sin medir el riesgo, pero no saben el daño que pueden sufrir. Definitivamente, deberían restaurar varias de las instalaciones del parque”, indica Mónica Burbano, madre de familia. Carolina Tapia, estudiante universitaria, considera que las canchas, las pistas y los parqueaderos están bien atendidos; sin embargo piensa que la administración del parque ha descuidado el aseo. “Para mejorar la fachada del parque la limpieza debería ser prioridad”, explica mientras apunta con el dedo la basura en el suelo. Pero, los problemas de La Carolina pueden resolverse. Lo importante es tener en cuenta que mejorar este parque emblemático de la ciudad no depende solamente de las autoridades, sino también de quienes son usuarios. La ciudadanía en sí debe cuidarlo y conservarlo para que el pulmón de la gran ciudad no se extinga.



Juguemos a recordar el pasado Varios son los juegos tradicionales que se practicaban en distintas calles y parques de la capital. Trompos, canicas, cocos, soga, palo encebado, rayuela, el balero, el yoyo, entre muchos otros. Pero ahora, cuando los años han transcurrido muchos de estos muy pocos los recuerdan y otros ya se han perdido por completo en la memoria quiteña. Uno de los lugares de encuentro de quienes practicaban estos entretenidos juegos era el Parque El Ejido, ubicado en el centro-norte de Quito. Hoy en día estas tradiciones han sido reemplazadas por nuevas actividades. Sin embargo, todavía hay ciertos aficionados que se reúnen a recordar un poco de su infancia. Según cuenta Vicente Barreto, guardaparque, cada día después del mediodía arriban a El Ejido alrededor de seis a ocho hombres, entre los 45 y 60 años de edad. El juego que reviven a diario son los cocos. Por otro lado está el juego del trompo. El trompo es una pieza de madera dura con forma cónica (se asemeja a una pera) y tiene una punta de metal sobre la que gira. En la parte superior tiene una especie de sombrero, llamado espiga y sirve para enrollar el cordel, más conocido como piola. Estaba hecho de una madera llamada cerote, que se encuentra en los páramos andinos. Hay muchas formas para jugar. A veces se hace bailar los trompos dentro de un círculo que se conoce como “troya” y no deben salir de éste. Otras veces se juega a chocar y sacar los trompos de los rivales del círculo. Muchos aún conservan las canicas desde su niñez. Éstas también son conocidas como “bolas”. Son pequeñas bolitas de cerámica o de cristal de distintos colores. Algunos de los muchos juegos con canicas son: la bomba, el pique, los hoyos, los pepos, la macateta, el tingue, y muchos otros. Según Educar.org, “Llaman lecherita a la bolita blanca, ojito a la de vidrio, y denominan bolón a una de mayor tamaño, que generalmente vale por más de una de las demás. Las bolitas de hierro son denominadas fierritos y también suelen darle más valor.” Pero también existían otros juegos que requerían de mayores destrezas físicas. Tal es el caso de la soga y el palo encebado. La soga es un juego que generalmente practicaban las niñas. Consistía en saltar una cuerda hacia adelante, hacia atrás, cruzado y muy rápidamente. Para esto el jugador


debe ser muy hábil. Por lo general, dos personas tomaban los dos extremos de la soga mientras el resto de participantes iban saltando según seguía su turno. El palo encebado es un juego tradicional que por lo general se practicaba con frecuencia en las fiestas populares dentro y fuera de la ciudad. Éste consistía en un palo de 10 a 15 metros de altura colocado fijo en el suelo, cubierto con grasa, manteca o aceite para dificultar el ascenso. En el tope del palo se colocaban varios premios para aquel que lograse llegar hasta el final. “El juego del palo encebado yo lo he visto sólo un par de veces en fiestas populares.”, menciona Luis (25 años) mientras intenta recordar. Él cuenta que este juego nunca lo practicó, porque solamente era como parte del show que presenció; sin embargo, dice que siempre le pareció muy entretenido, además de ser un gran reto. “Me encantaba ver como las personas se reunían alrededor del palo encebado y gritaban al arriesgado que intentaba subir, para animarlo. En verdad subir todo eso para llevarse un premio no muy gratificante convertía a los competidores en el héroe de sus amigos y familiares.” Y, aunque casi se han perdido por completo estos juegos tan populares en su tiempo, hay quienes todavía los practican y quieren conservarlos aún en el Quito moderno, puesto que son parte de nuestra cultura y deben ser rescatados. Es por ello que KINDE MAKUKINA, un grupo que realiza eventos –especialmente fiestas infantiles-, tiene en su programa de fiesta, practicar juegos tradicionales con los niños, con el fin principal de que las nuevas generaciones revivan aquellas costumbres de antaño que son parte indiscutible de la riqueza de nuestra ciudad…y que divirtieron a muchos.



Siempre podemos hacer algo… (Artículo de opinión) Un paso, otro paso y uno más. Levanto la mirada y no logro hallar el color azul del firmamento. Lo único que veo ahora sobre mi cabeza es una espesa y oscura nube de smock, contaminación, destrucción. A nadie le gusta mirar al horizonte y no poder hallar el cielo. Si al levantar la cabeza lo primero y lo único que ves es la torpeza del ser humano en su máxima expresión. Una nube de contaminación que cubre la línea perfecta en que se fusionan el cielo y las montañas, junto a los altos edificios que cubren precisamente aquello que quieres ver. Intento respirar profundo y mis pulmones se impresionan por el hedor, tanto humo que entra a mi cuerpo, sube a mi cabeza y si continúa así, probablemente un día afecte seriamente mi salud. Lo preocupante es que no soy yo la única persona que resultará afectada, en la misma peligrosa condición se halla el mundo entero. Pero, qué hacer si mientras yo camino, millones usan sus autos; cómo mejorar la situación del medio ambiente si nadie parece estar colaborando. De la misma manera en que hemos generado incomprensiblemente rápido la contaminación que hoy pone en peligro al planeta, podríamos hacer algo para ir menguando el daño que le estamos provocando. Pues como ya se ha dicho antes, el final es irreversible; sin embargo, al menos tenemos en nuestras manos la oportunidad de contar con un poco más de tiempo, para disfrutar de todo aquello que tanto decimos admirar, pero que nosotros mismos nos encargamos diariamente de arruinar: la vida. Tengamos hoy un comportamiento coherente y afín a lo que con tanta frecuencia y elocuencia pregonamos y, cambiemos radicalmente nuestra actitud y forma de pensar. Cómo reducir las emisiones de CO2 en Quito si solamente en tres años el número de vehículos comprados fue de 300 000 unidades. Pongamos en marcha acciones que ayuden a construir un mundo mejor para habitar. Por qué no restar buses y vehículos a las ciudades, por qué no promover campañas para incentivar el deporte, las bicicletas y las caminatas. Dejemos nuestros nombres grabados, en un árbol que nosotros mismos plantemos, en el aire puro que no contaminemos o en las millones de vidas que a corto y largo plazo salvemos. Las muertes de mañana serán a causa del descuido y egoísmo del hombre y, ninguna persona estará libre de decir que no es responsable. La destrucción del medio ambiente puede tardar muchos años más de lo esperado, si empezamos a tomar


conciencia y por fin comprendemos que la vida depende de que hoy cada uno de nosotros haga algo por conservarla y protegerla. Alguna vez un gran profesor, poeta y persona, en un intento de salvar el planeta dijo: “Cada año mueren más personas a causa de la contaminación ambiental que por el consumo de drogas. Las drogas son ilegales, por qué no hacer algo respecto de los automóviles, por qué no simplemente también declararlos ilegales y de plano desaparecerlos”. (Alfonso Espinoza Andrade) Hoy digo: ¿por qué no tomamos en serio alguna vez a aquellos idealistas, que si bien en ocasiones parecen tener ideas descabelladas, de éstas suelen surgir los más grandes inventos y los más bellos pensamientos?. Cuando menos lo imaginemos serán escuchados, en un intento desesperado por la supervivencia de la humanidad. Uno solo no puede salvar al mundo, pero puede comenzar por intentarlo.


Los quiteños y las leyendas Quito es una ciudad llena de historias, tradiciones, personajes y leyendas. Todo el imaginario social se construye en base a distintos órdenes, en los que entran estos factores. Según Julio Pazos, historiador, las leyendas y las tradiciones no son lo mismo. Puesto que las tradiciones se enfocan más en cosas que realmente han sucedido y a partir de las cuales una comunidad moldea su estilo de vida; mientras que las leyendas son historias ficticias y creadas con el único fin de que una ciudad –en este caso- tenga sus propias creencias que se transmiten de generación en generación como parte de la cultura de dicho lugar. Entre las leyendas más conocidas de la urbe quiteña desde siglos pasados, Alicia Suárez (67 años) menciona que las que ella recuerda que sus padres, hermanos mayores y amigos le contaban durante su infancia son: la leyenda de Cantuña, El padre Almeida, El cura sin cabeza, El gallito de la Catedral, La llorona, La casa 1028… “Pero la historia que más miedo me provocaba cuando era una niña era La caja ronca. Esa me la contaron una noche mientras estábamos en el patio de mi casa. Estaba muy oscuro y silencioso y, luego ya no podía ni dormir”.


Ella afirma que las leyendas a simple vista son simples cuentos, pero en realidad detrás de ellas hay toda una comunidad que las conserva durante años y, de hecho, esa es la razón más clara de porque mientras el tiempo transcurre, las versiones de las leyendas van cambiando. “Antes uno se tardaba más en contarlas, ahora en menos de un minuto ya sabes de qué se trata toda la leyenda”, añade Alicia. Y, en realidad, si hoy en día queremos saber la trama de una de estas historias no recurrimos a pesados y empolvados libros, tampoco un adulto es la opción. En la actualidad los jóvenes nos hemos sumido tanto en la tecnología, de modo que el internet es la fuente más sencilla y la más utilizada por las nuevas generaciones. Entonces, es así como las tan interesantes y coloridas leyendas quiteñas aparecen en una sola página y cada una en menos de dos o tres párrafos. Son resúmenes de los resúmenes de toda una leyenda. ¿Será acaso que poco a poco se ha ido perdiendo el valor de las tradiciones y del imaginario de nuestra ciudad? “Las cosas han cambiado mucho desde cuando yo era un muchacho y mucho más si hablo desde cuando era niño. Por ejemplo, yo soy uno de esos pasados de moda y no sé nada sobre las cosas que ahora les veo usar a mis nietos. Y, mejor ni intento aprender”, cuenta José Parra (82 años) con una sonrisa. “Pero si me preguntan sobre la historia de Quito, eso sí sé y si quiere ahora mismo le cuento algo”, agrega. Por mi parte, considero que Quito no termina con los límites geográficos ni se resume en un bello paisaje andino. La capital de los ecuatorianos alberga también un sinnúmero de factores sociales y conceptuales que, aunque cada vez con menos interés, aún se conservan como parte de la historia de esta hermosa ciudad. Quito seguirá siendo Patrimonio Cultural de la Humanidad… mientras existan monumentos e iglesias, mientras conservemos intacta nuestra cultura y, por supuesto, mientras exista alguien que esté dispuesto a contar una leyenda.



A propósito de las fiestas… El rol de una leyenda en la sociedad Desde siempre las leyendas han sido y serán parte fundamental de la historia y cultura de un país, ciudad o poblado; influyen significativamente en el ideario cotidiano de los habitantes, forman su percepción del mundo y robustecen tradiciones particulares. El fin principal de una leyenda es capturar la esencia única de determinado lugar en una peculiar historia y demostrar que aún aquello que es inventado puede resultar como el fiel reflejo de una sociedad entera. Todos conocen una historia y la cuentan a su modo… Una de las leyendas quiteñas más conocidas es la de Cantuña y, seguro la mayoría la ha escuchado alguna vez; pero para recordarla mejor o para aquéllos que no la conocen, Andrea Erazo, ex-guía del Museo del Convento de la Iglesia de San Francisco, ubicado en el Centro Histórico de Quito, nos cuenta “La leyenda de Cantuña”, “La piedra que falta” o “El indio que pactó con el diablo”; cualquiera de estos nombres son los que titulan a la historia que Andrea narra a continuación. „Cantuña fue contratado para la construcción total de la Iglesia de San Francisco en una fecha indicada. Entonces él había pactado para entregar la Iglesia, pero se dio cuenta que no iba a poder terminar la construcción, porque todavía estaba enterita. De modo que tuvo la aparición del diablo y pacta con él. Cantuña dijo que si “por fa” le podía ayudar con la construcción de la iglesia y el diablo le dijo: “ya yo te ayudo, pero me la debes”; a cambio, si yo te entrego la construcción terminada, sin que falte una sola piedra, tú me tienes que dar tu alma. Después con sus diablitos, el diablo comienza la construcción de la iglesia. Al siguiente día, al primer rayo de luz, él tenía que entregar la iglesia terminada, pero al momento que Cantuña recibe la construcción se da cuenta que faltaba una piedra y ya no pierde su alma‟, cuenta la carismática muchacha. Sus amigos y compañeros de trabajo ríen con la narración, pues ellos conocen otra versión de esta leyenda. Pero “cada uno la cuenta a su modo”, apunta Andrea, quien narró “La leyenda de Cantuña” como solamente ella sabe. ¿SABÍAS QUÉ?….. - Cantuña realmente existió, fue un picapedrero que trabajó en la construcción de la Iglesia de San Francisco. Extrañamente luego de algunos años se convirtió en el protagonista de una de las más populares leyendas quiteñas.


- La famosa piedra que le falta a la Iglesia de San Francisco es una canaleta de agua. Ésta debería estar ubicada en el frente norte del muro que rodea a la construcción. (Según informa la ex-guía del Convento de San Francisco).


Estamos destruyendo nuestro planeta Debido a la negativa de los países industrializados a disminuir sus emisiones de CO2, varios gobernantes de otras naciones hicieron una propuesta revolucionaria, pero algo difícil de llevar a cabo. Su plan era cobrar una multa a cada país por cierta cantidad emitida de dióxido de carbono a la atmósfera. De esta manera sería más que seguro que las naciones dejarían de abusar y entrarían en conciencia en pro de la humanidad, aunque fuese tan sólo a causa de la presión y la afectación directa a su economía. Pero junto con esto, se proponía cobrar una alta cantidad por las emisiones generadas en años anteriores y no solamente por las que se dieran posteriormente a la implantación de dicha ley. Evidentemente, la propuesta generó grandes controversias a nivel mundial, pues según cálculos realizados durante los estudios de dicha proposición se determinó que dentro de 30 años el mundo entero habría acabado con sus recursos económicos, solamente saldando las decenas de multas adquiridas a causa de la contaminación ambiental que provocan indolentemente año tras año. En los medios de comunicación, incluyendo al internet, existen centenares de caricaturas, fotografías, imágenes y textos acerca de la contaminación del medio ambiente. Estos demuestran los peligros que representan para la vida en el planeta que sigamos contaminando indiscriminadamente, todos nosotros y todos los días. Sin embargo, a pesar que parece haber muchas personas que se interesan e intentan generar conciencia en la sociedad acerca de un trágico final que nosotros mismos nos


estamos provocando, aún existen millones que pretenden ignorar todas las advertencias que otros les hacen, además de pasar por alto las innumerables señales que el mismo planeta se está encargando a diario de mostrar. Incontables desastres naturales y cambios climáticos extremos que no son sino la consecuencia directa de que la humanidad se haya dedicado durante siglos a destruir y abusar del planeta. Hoy me pregunto, ¿de qué sirve que existan cientos de situaciones que lo demuestren y centenares de personas que lo adviertan todos los días del año, si al fin y al cabo nadie parece estar prestando atención? Por mi parte, no me rendiré en decir lo que sucede e intentar hacer algo por remediarlo o al menos ganar un poco más de tiempo. Estoy convencida que aún existen muchas personas que no solamente piensan en ellos y, quizá traten de lograr la subsistencia de la vida en el planeta. Pero, ¿qué podemos hacer para evitar la contaminación? Existen innumerables acciones que podemos realizar a diario para ayudar en la conservación del medio ambiente y no formar parte del inmenso grupo de individuos que no se interesan por cuidarlo. Entre algunas de las soluciones están: - No arrojar basura fuera de los lugares especificados para hacerlo – No desechar residuos de aceites o contaminantes en el agua - No mezcles la basura al tirarla, claifícala en orgánica e inorgánica. Además, recicla papel, plástico y vidrios - Intenta movilizarte en trasporte público, así evitarás aumentar la congestión y contaminación del aire – Cambia tus focos habituales por focos ahorradores, así no solamente ayudarías a evitar el calentamiento del planeta; sino que reducirías significativamente tus gastos de electricidad - No tardes demasiado tiempo en la ducha, no debemos desperdiciar el agua – Cierra las llaves de agua cuando no las utilices


- Si vas a regar tu jardín intenta hacerlo hasta 3 veces por semana y preferentemente en las tardes (a la sombra), así evitarás que el agua se evapore rápidamente con el calor del sol - Cuida las plantas y animales del planeta – No abuses de la naturaleza, recuerda que no durará por siempre - Y, al menos una vez en tu vida, siembra un árbol Estas son sólo algunas de las tantas acciones que podemos realizar por el bienestar de nuestro planeta y en pro de nuestras propias vidas. Ten presente que siempre se te podrá ocurrir algo ingenioso y revolucionario que puedas hacer por el medio ambiente, sólo es cuestión de que empecemos a preocuparnos e interesarnos más en él y, probablemente, así lograremos prolongar nuestra supervivencia.



¿Dónde comienza la historia de Quito? La historia sobre las tradiciones quiteñas se concentra en el corazón de la capital del Ecuador. Un mágico lugar ubicado en el centro del mundo que guarda cientos de leyendas, escondites inigualables y personajes únicos. Una fuente inagotable de cultura, dispersa en calles, avenidas, museos, plazas, teatros e iglesias. Allá donde se fusionan el Quito colonial con el Quito moderno. Un rincón en el que las iglesias derraman todo el arte y vanidad de una ciudad colonizada no sólo por los españoles sino también por una ideología, por una religión… la católica. Quito es una nítida mañana azul y brillante que mezcla blancas nubes con la punta de las torres más altas de las más sacrosantas iglesias. San Francisco, La Compañía, La Merced, El Sagrario, La Catedral, Santo Domingo, San Agustín, La Basílica, son sólo algunos de los nombres de los templos más importantes de nuestra ciudad. Pero Quito también es la noche que cae en la larga e infinita ciudad. Son las luces de colores que desvanecen la penumbra y no permiten que la metrópoli duerma. Desde las más amplias hasta las más pequeñas plazas del centro histórico se iluminan para continuar con la exhibición de los sitios más pintorescos de la ciudad. La principal es la Plaza Grande, pero la Plaza de San Francisco, La Independencia, la Plaza del Teatro y otras no se quedan atrás, pues cada una de ellas tiene algo distinto y maravilloso para mostrar. San Roque, San Juan, La Ronda, La Guaragua, El Panecillo y muchos otros son los barrios que se alzan sobre empinadas calles… estrechas pero agolpadas de vehículos y de visitantes. Callejuelas que se conservan intactas, aún se asemejan al día de su construcción: empedradas y resbaladizas y, por supuesto, manteniendo siempre su estilo colonial. Quito no es solamente aquello que se ve a simple vista. Detrás de cada muro, de cada balcón y aún detrás del más mínimo detalle, se ocultan cientos de historias de antaño que han ido mutando sus versiones, con el único fin de acoplarse a las nuevas generaciones y no perderse con el paso del tiempo. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la leyenda del Gallo de la Catedral, el Padre Almeida, La Caja Ronca o la leyenda de Cantuña?. Reales o ficticias, son las leyendas las que marcan a una comunidad entera, pues éstas trascienden durante años e incluso siglos, para pasar de ser simples palabras y cuentos de los abuelos para convertirse en la base cultural de una sociedad entera, formar parte de sus creencias y ser la razón de sus tradiciones.


CAPÍTULO II MARÍA JOSÉ CARRERA Y ANA MARÍA CALERO


¿Por qué un hombre vestiría como mujer? “La mujer es una expresión de belleza y sensibilidad, es un cúmulo de sentimientos, pasión y honestidad”. Daniel Moreno Daniel Moreno es actor profesional. Actualmente maneja su propio negocio. “Dionisos café-teatro” abrió sus puertas desde 1999 y poco a poco se ha ido consolidando como un espacio de entretenimiento y arte. A pesar que Daniel es el protagonista en cada noche, transformándose en una reina Drag, su acto por lo general es acompañado por las presentaciones de artistas nacionales y extranjeros. “Dentro de nuestra sociedad los hombres están definidos como aquel individuo fuerte físicamente con carácter y actitudes que lo colocan siempre por encima del sexo débil, como se conoce erróneamente a la mujer”. Cada noche, Daniel pasa de ser un hombre común a una reina drag o “Drag queen”. Su transformación empieza por su maquillaje y vestimenta, y concluye con su evidente cambio de personalidad sobre el escenario.


Maquillarse le toma poco más de una hora, puesto que el arte Drag supone un maquillaje exagerado. Su objetivo es esconder lo más posible sus facciones varoniles y poder pretender frente a su público ser una fémina. Sus trajes que durante la noche cambian cuatro o cinco veces también son extravagantes. “El secreto de una verdadera diva es ser siempre el centro de atención de todas las miradas”. Pero el aspecto estético no es nada en comparación a la metamorfosis que sufre Daniel durante cada puesta en escena. De ser un jefe con carácter fuerte, que da múltiples órdenes y tiene la última palabra en “Dionisios”, pasa a ser Paca o Paquita, la vivaz y carismática mujer adulta que conquista a todos con su extraordinaria personalidad. Rafael, socio de Daniel en Dionisios café, conoce a bien su amigo. “Daniel tiene un carácter muy fuerte, es una persona honesta y decidida, pero a la vez, muy abierta y confiable; sin embargo, cuando lo veo durante sus interpretaciones, a pesar de conservar su esencia, también se torna más seguro de sí mismo y su carisma se muestra en todo su esplendor”, cuenta Rafael. Paquita es „una mujer‟ que a pesar de tener conflictos personales, mantiene una constante sonrisa en su rostro, pero que por momentos se quebranta al recordar su realidad. Saber que después de su actuación todo retornará a la normalidad la atemoriza. No todas las personas están de acuerdo con su estilo de vida. “La intolerancia aún ronda por nuestras calles, aguardando a que un homosexual aparezca, para proferirle cientos de insultos y, en ocasiones también somos víctimas de abusos y maltratos físicos”. “Detrás de la máscara se oculta un hombre que aún espera ser aceptado y respetado en la sociedad. El maquillaje y los vestidos son simplemente una armadura que me protegen. Sobre el escenario soy otro completamente, puedo gritar y sentirme muy orgulloso de mi condición, siento que tengo mucho poder en mis manos y controlo la situación. Aquí soy el protagonista. Pero cuando salgo a la calle las cosas cambian radicalmente”. Sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas mientras lo dice, pero se contiene, respira profundamente y continúa. “Dentro de las paredes de „Dionisios‟ soy la mujer, soy lo que yo quiero ser. Fuera de aquí, y alejado de personas como yo, soy Daniel, soy el hombre serio y reservado. Debo ser un hombre, debo parecerlo externamente, aunque en mi interior me sienta más como una mujer. La sensibilidad, la vanidad y el flirteo me caracterizan como Paquita, pero como Daniel es mejor pasar desapercibido”.


Los ojos cristalizados y la voz quebrantada delatan su tristeza, su impotencia al no poder actuar con total honestidad frente al mundo, al verse obligado a rizar sus pestañas, a polvear incansable su rostro, a delinear de negro azabache sus ojos, a pintar de rojo carmín sus gruesos labios, a adornar con escarcha de mil colores todas aquellas partes que aún lucen sencillas, a colocarse con gran esfuerzo una ajustada faja en su abdomen, a estirar y casi romper unas pantimedias, a escoger y usar el vestido que mejor represente a su personaje, a calzar unos tacones de más de 15 centímetros de alto, a lucir una peluca distinta cada noche y a mirarse durante más de una hora en el espejo hasta poder decir “perfecto” y sólo entonces salir al escenario y abrir el telón. “Solamente después de haber usado maquillaje, vestidos y tacones altos puedo acercarme lo suficiente a la mente femenina. Aunque está claro que las mujeres comúnmente no lucen como los que practicamos el arte Drag, su realidad es similar a la nuestra. Sin pintura sobre el rostro y bellos ropajes son muy distintas, son naturales y sencillas, pero hermosas. Sin embargo no todas se sienten de esa manera, son tímidas, calladas, incluso muchas se sienten invisibles ante la gente. Pero cuando se arreglan, cuando aunque artificialmente se consideran realmente llamativas, hasta su actitud y sus convicciones se trasforman. Pasan a ser personas que nunca fueron ni habrían pensado ser luciendo diferente. Hay ocasiones en que tanta vanidad logra consumir por completo su esencia, se sienten dueñas del lugar en donde se encuentran. Por eso para mí ser mujer es otra realidad, un mundo maravilloso, un absoluto misterio”. Su energía al hablar hace evidente su convicción en cada palabra. “Aunque Daniel está lleno de valentía, ya que es un líder nato, en una sociedad llena de prejuicios él aún no se siente por completo libre de expresar su condición homosexual. En el medio todos lo conocen y lo respetan mucho, pero no puede asegurar que allá afuera va a ser igual. Todavía se mueve con cierta cautela.”, comenta Gerard Ojeda, artista drag. Daniel está convencido que aunque ser hombre, indudablemente en esta sociedad machista, tiene un sinnúmero de ventajas y, aún cuando ellos muestran el mismo rostro todos los días, suponiendo ser auténticos, no tienen la más mínima idea de lo sorprendente que resulta ser una mujer, al menos durante algunas horas. “A pesar de ser los del sexo dominante, ¿cuántos hombres son capaces de resistir la curvas, la belleza y la seducción de una hermosa mujer… cuántos? Hasta este día, ninguno”.


Los héroes de la noche Son las 8 de la noche y empieza el turno del sábado para los voluntarios del Instituto técnico de la Cruz Roja Ecuatoriana, ubicada en el sector de El Inca. Cuando son las 9, la ambulancia número cinco sale a atender la primera emergencia de la noche. A bordo nos encuentramos 4 personas: Miguel es quien conduce, Sylvia es la paramédico a cargo, Vinicio es un estudiante que desempeña como asistente y yo que los acmpañaré durante toda su guardia. Desde el centro de comunicaciones, envían a la ambulancia hacia la Avenida Real Audiencia y calle Ciruelos. Hallar la dirección resulta un poco complicado, pero luego de recibir más indicaciones, finalmente, logramos llegar al Conjunto Residencial “Jardines del Norte”. Ahí nos encontramos con una pequeña niña de 1 año y once meses que ha sufrido una quemadura con agua en su pecho. Luego de pedir recepción en algún Centro de Salud, la pequeña es trasladada en compañía de su madre al hospital de niños “Baca Ortiz”.


El Instituto de la Cruz Roja cuenta con 3 unidades móviles con las que trabaja desde hace un año. El resto de unidades son manejadas desde la base central por medio de la Junta Provincial. La mayoría de lugarea a los que asisten son sectores de bajos recursos económicos. Andrés Salazar estudiante y encargado de la ambulancia número 2, Leonardo López paramédico y conductor y yo, continuábamos en la base norte a espera de una llamada. Mientras tanto, más al sur, cuando nos encontramos sobre las 10 de la noche, la ambulancia cinco es nuevamente enviada a atender un herido. Esta vez nos dirigimos al sector de La Floresta. Se trata de Luis Olmedo Quiroz, un hombre de 66 años que tuvo una caíday se rompió la cabeza. Cuando al fin llegan sus familiares, es llevado al Centro de Salud número uno, ubicado en Santo Domingo. En esta ocasión lo acompañó su esposa. Después de haber dejado al paciente para que recibiera las atenciones necesarias, la ambulancia número cinco se encuentra de regreso a la base norte. Pero al mismo tiempo, la unidad dos es despachada hacia la avenida Panamericana Norte. Los cientos de carros que por ahí transitan hoy lo hacen con lentitud. En uno de sus semáforos, un pequeño auto verde ha sufrido un accidente de tránsito, su ocupante don Miguel García de 50 años está herido. Mientras los policías tratan de ayudar a que el flujo vehicular no se detenga, los paramédicos de la Cruz Roja intentan ayudar a este hombre a bajar del auto. Después de varios minutos es llevado hacia la ambulancia en donde sus signos vitales son valorados. Son las 10 y media de la noche un celular suena y la hija de don Miguel se acaba de enterar del accidente de su padre, el paciente con signos vitales estables es llevado a la Clínica Pichincha. En otro punto de la ciudad, la ambulancia número cinco se detiene a cargar combustible para poder atender sin ningún contratiempo todas las emergencias de esta jornada. Son las 11 de la noche y los ocupantes de la unidad 5 descansan, el móvil 2 también se traslada hacia la base. Sin embargo, en nuestro trayecto por la avenida Eloy alfaro, nos topamos con otro accidente de tránsito. Esta vez se trata de 2 jóvenes de 19 años, que se impactaron contra un poste. El causante del accdiente huyo. El vehículo gran vitara, había sufrido de grandes daños, pero gracias al cinturón de seguridad, los dos jóvenes tenían golpes menores. Minutos después, los médicos los recibían en la Clínica Pichincha.


El reloj marca la media noche. Una nueva llamada para la unidad cinco. Esta vez nos envían al Sector de San Isidro de El Inca. Llegamos a una casa ubicada entre las calles Nueces y Canelos. Cristian Chiluisa, un hombre de 24 años fue víctima de una fuerte agresión física. Luego de una rápida revisión y toma de signos vitales fue trasladado hasta el hospital público Eugenio Espejo. A la 1 y media de la mañana, quienes nos encontrábamos en la unidad dos nos dirigimos hacia el sector de la Roldós, en donde un auto colisionó contra un poste de emergia electrica, su ocupante insiste en que todo se encuentra bien y se niega a ser atendido. De modo que nos retiramos. El amanecer estaba muy próximo. Eran ya las 3 y 15 de la mañana. La ambualancia cinco es llamada a una nueva emergencia. Se trataba de David Arce Méndez, un joven de 16 años que había sido atropellado por un taxista en el Sector de La Ofelia, al norte de la ciudad. Luego de la revisión por parte de los paramédicos, aparentemente tenía su brazo izquierdo fracturado. Se lo estabilizó en el lugar y fue llevado al Eugenio Espejo para la atención pertinente. Y cuando aún quedaba algo más de 2 horas para que finalizara el turno de este sábado y domingo; luego de haber salvado muchas vidas, la muerte se hizo presente. A la altura de Ponciano Alto, dentro de un conjunto de departamentos, la señora Luz de 73 años fallecía en el piso de su propia vivienda a causa de fallas orgánicas múltiples. Su cuerpo fue trasladado por los miembros de medicina legal. Casi nadie sabe sus nombres, pero estos hombre y mujeres transitan como personas normales, sin embargo cuando llega la noche ellos se transforman en héroes, recorriendo las calles y avenidas de la capital, ayudando a quien lo necesite sin distinción de raza, sexo, o nivel económico. Los estudiantes que asisten dentro de las ambulancias deben haber cumplido con su primer nivel en el Instituto, tener conocimientos en comunicaciones y desastres, además de haber aprobado cursos de atención prehospitalaria y un taller obligatorio de seguridad operativa. Con todos estos requisitos, Andrés Salazar se desempaña actualmente como encargado de ambulancia. Padres que reciben noticias consternadoras, sus hijos o familiares han sufrido algún accidente, son algunas de las situaciones que estos valientes jóvenes deben majenar con el mayor tacto posible. Mientras las luces y la música abundan por las calles de la ciudad, los voluntarios del Instituto de Peramédicos, día tras día ysin importar la hora, atienden todo tipo de emergencias. La gente suele identificarlos por sus trajes azules. Pero lo que no saben es que estos jóvenes realizan una dura tarea de manera voluntaria, sin ningún tipo de


pago a cambio. Las 24 horas del día, los 365 días del año, las ambulancias no descansan en su labor. Lugares aislados y poco transitados, peligros, no importa en donde suceda la emergencia, ellos llegan a socorrer al necesitado, ¿por qué?... porque ser socorrista, “sentirse socorrista es un honor que cuesta. Un socorrista da su tiempo y su vida para servir a los demás, ser socorrista es un privilegio, ser socorrista es un orgullo. Un socorrista trabaja para salvar vidas”.


CAPÍTULO III ANA MARÍA CALERO


Una carrera por la vida A través de tiempo, muchos son los deportes que el hombre ha ido incorporando en su diario vivir. Diferentes son las actividades que hombres y mujeres realizan para mantenerse saludables, constantemente se escuchan campañas a favor del deporte. De una vida activa, sin vicios de ninguna clase, que nos lleven a elevar el promedio de vida de los ecuatorianos. Hoy en día, los quiteños han mejorado notablemente su calidad de vida, las diferentes alternativas que se les ha brindado por parte del Distrito Metropolitano de Quito, han dado buenos resultados, las estrategia como cerrar el paso vehicular de algunas avenidas, para que la gente pueda practicar bicicleta, patinar, caminar o pasear con sus familias y mascotas, ha generado un gran flujo todos los fines de semana. Actualmente es común ver como personas de todas las edades, asistes a sus lugares de trabajo y estudio en bicicleta, promoviendo así, una manera fácil, económica y saludable de transporte.


Los lugares de esparcimiento se han convertido en espacios de ejercicio, en donde diariamente cientos de personas, se reúnen a practicar gimnasia, o ejercicios, la conocida bailoterapia, y más. Este aumento de personas interesadas en una vida saludable acompañada de ejercicio, se ha visto reflejado en la gran afluencia a las carreras atléticas organizadas por distintas Instituciones. Un ejemplo de ello es Patricia Arcos, una joven de 22 años, quien entrena desde hace tres años, y hace uno, participa en varias carreras atléticas. Su rutina consiste en levantarse todos los días a la 5 de la mañana, se dirige al Estadio Olímpico Atahualpa, en donde realiza una serie de estiramientos, unos minutos de trote, y ejercicios respiratorios. Aquí se trabaja en equipo, Patricia, junto a otras 30 personas, como grandes deportistas, personas con retardo mental, otras en sillas de ruedas, o con alguna discapacidad física practican diariamente en este lugar. Durante este año, Patricia ha participado en alrededor de 8 carreras atléticas. Por lo general en las más conocidas como: la ruta de las iglesias, Nike 10k, la carrera de los vencedores, las últimas noticias, maratón 21 k, Empresa Eléctrica Quito, Solca 10k, y liga 10k. Esta atleta afirma, que con el deporte ha conseguido ser más disciplinada, a corregir sus hábitos alimenticios, a mantenerse en su peso ideal, sin necesidad de matarse de hambre. Pero una de las satisfacciones más grandes que ha logrado, es la perseverancia que día a día consigue, “la constancia el sacrificio, de levantarme muy temprano mientras las personas duermen es un reto al que decidí dedicar mi vida.” Según Juan Araujo, conocido y destacado atleta, lo primero que se necesita para dedicarse a este deporte, es la voluntad de cada uno de los deportistas, dejar de lado las trasnochadas, salidas y demás, conseguir a una persona capacitada que corrija el fondo y la forma en el entrenamiento de cada atleta, y por último, buscar lugares en donde se puedan realizar ejercicios de forma variada y que no se vuelva una monotonía. Anualmente en el Ecuador se realizan diferentes carreras atléticas:  

la Ruta 42 Quito Ecuador 10 km hasta la mitad del mundo, organizada por el club de atletismo. La Media Marathón de quito 21 kilómetros


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Quito últimas noticias 15k Marathón de Quito 42 kilómetros, organizada por la Fundación cero limites 10k ruta de la iglesias Día del consumidor Quito, patrocinada por diario el Hoy.

Dentro de los parámetros a incluirse en las carreras, se establece las categorías, para que así los participantes puedan ubicarse dentro de un rango competitivo. Estos rangos pueden ser, el de sénior, máster, súper máster y juvenil. Dependiendo de la carrera y de su target, se amplían las categorías para incluir al mayor número de personas, independientemente de su condición física. Es por esto que actualmente las personas que poseen alguna discapacidad física, han logrado integrarse favorablemente a este deporte. La maratón de Quito en su última participación, logró reunir a más de mil atletas entre nacionales y extranjeros, en su recorrido que tuvo 42 kilómetros. Esta maratón cuenta con el aval de de la Asociación Internacional de Atletismo (IAAF), la Asociación de Marathones y Carreras (AIMS) Y EL APOYO DE Quito Turismo. Varios son los proyectos que benefician las carreras atléticas, es por eso la importancia de los participantes, proyectos como escuela de desarrollo humano e integral , clubes de deporte, centros de educación, fundaciones culturales todos ellos trabajan por la inclusión social de niños y niñas ancianos y personas con discapacidades, estos centros de ayuda funcionan en todo el país. Otras carreras como, 10 k nocturna, en Cuenca fue organizada por el atleta Jefferson Pérez por motivo de las festividades de la ciudad. También está la 10k el Recreo. No solo en Quito se dan este tipo de competencias atléticas, en la ciudad de Manta se realizó la 10k glorias navales y en Guayaquil la Marathon del Puerto


Periodismo de Guerra ¿Cómo buscar la otra cara de la realidad?, es la pregunta que muchos periodistas se hacen antes de comenzar una cobertura, pero como conseguirla, como captar ese lado diferente de todo lo que nos rodea. Si bien es cierto que el periodismo se ha estancado mostrando solamente lo obvio de cualquier situación, a la par, el periodismo independiente va tomando auge. Las prácticas independientes han generado una nueva forma de mostrar la información. Una de las maneras de encontrar ese punto diferente de información, es buscar en lo calmado el bullicio, y en el bullicio la calma. Un solo hecho puede ofrecernos una gran historia para contar. Un hecho, una muerte, una vida naciente, una mirada un odio, el amor, etc. Mostrar lo que el pueblo no ve, y separarse de las fuentes oficiales, porque aunque no queramos nos estamos sesgando y volviéndonos sus herramientas para mostrar únicamente su verdad. Las historias complejas de un daño psicológico después de una guerra, es otro punto de vista que se puede apreciar desde las batallas, se debe buscar rostros que expresen amor, ira, furia, venganza, son cosas que nos pueden ayudar a entender mejor los precoces sociales que forman parte de nuestras sociedades, de nuestras guerras, batallas, independencias, revoluciones, e incluso las consecuencias de estas transformaciones.


Kael Alford y Thorne Ander son periodistas independientes, y reporteros de guerra en Irak, señalan que la mejor protección al ser reporteros de guerra, no es un chaleco anti balas, sino la conexión personal que se pueda establecer con las personas del lugar, eso, es lo que los mantiene vivos. Para Thorne Anderson, la mejor forma de comenzar un proyecto, es compartirlo con las personas, explicarles cual es el objetivo que se quiere lograr tomando fotos, grabando videos o escribiendo. La siguiente etapa es encontrar los personajes adecuados que nos proporcionen material periodístico. Es por esto que, después de ver la muerte de un niño Kael Alford, decidió quedarse y mostrar la otra cara de la guerra, la otra cara de Irak. Estos dos periodistas de guerra, muestran que es difícil contar una historia quedándose del lado oficial de las versiones. Muchas de las veces estamos rodeadas de la ignorancia que desconoce lo que pasa en sus propios terrenos, dando por sentado que todo esta bien. Para un periodista de guerra, la posición física en la que se encuentre es de vital importancia, esto puede diferir en su visión y su perspectiva de las cosas. Como periodistas no debemos conformarnos con hacer solamente una buena foto, sino que debemos comprometernos en hacer un seguimiento de esa historia personal, como siguen siendo sus vidas a largo plazo. Muchas de las veces el dolor de estas personas pueden ser la base para generar una relación de confianza entre periodistas y civiles. Después de realizar un trabajo de esta magnitud con consecuencias sociales, psicológicas, y físicas, es necesario que el periodista sepa que no solo los periódicos de renombre pueden publicar nuestros trabajos. Debemos creer y valorar este oficio, sabiendo que lo podemos dar a conocer de distintas maneras. Como periodistas y personas en constante crecimiento y aprendizaje, debemos darnos cuenta que no solamente lo políticos generan noticia o historia, sino también las personas comunes y corrientes, las mujeres amas de casa, que en otros países no gozan de las mismas libertades que nosotros, los niños y jóvenes que crecieron en un mundo de muerte, y con un sentimiento de dignidad que los vuelve subversivos y listos para enfrentar la muerte.


Los periodistas somos los únicos que podemos mostrar lo que realmente pasa en un país, en una sociedad, dentro de la cotidianidad, no debemos olvidar que las malas imágenes se prestan para malas interpretaciones dando poder al más fuerte. Para Anderson y Alford, la ignorancia en el mundo oculta la verdad, y los medios no la muestran porque tienen miedo de perder sus relaciones con el poder y sus élites. Cada país tiene su historia oficial, la que aprendemos en las escuelas y colegios, pero esta historia tiene rasgos sesgados, comentarios y opiniones particulares que siempre hemos aceptado como verdaderas. El periodismo independiente puede cambiar esa historia debemos mostrar a la gente la verdad hasta que se convenzan de ella.


Fuera del hogar En nuestra sociedad el fenómeno de la migración estudiantil no se da únicamente a lugares alejados de nuestro país. Cada año, hombres y mujeres emigran a las grandes ciudades del Ecuador como Quito y Guayaquil, desde las diferentes provincias, el fin, uno solo, estudiar y superarse. Pero las condiciones en las que estos estudiantes emigran son variadas, el nivel económico de cada uno de estos jóvenes varia, la Universidad Central, abarca un gran porcentaje de estudiantes de diferentes provincias, que cada año pugnan por un cupo en esta Universidad, pasando días y noches en grandes filas, esperando la oportunidad de inscribirse en la carrera que desean estudiar. En los últimos años las Universidades Particulares han incrementado notoriamente la lista de sus alumnos migrantes. Las carreras tradicionales siguen siendo las preferidas por los jóvenes que vienen a estas ciudades en busca de nuevas metas y sueños por cumplir.


Comida, transporte, vestimenta son algunas de las cosas que los jóvenes deben costear para poder acceder a una mejor educación. Este es el Caso de Gabriel Alegría, tiene 24 años y es oriundo de la provincia de Bolívar ciudad de Guaranda, estudio en un colegio fiscomicional y hace seis años emigro de su ciudad hacia la capital. Estudia medicina en la Pontificia Universidad Católica. Vive en las avenidas 6 de Diciembre y Granados, en compañía de su hermana, Gabriel no ha tenido que pasar por penurias económicas, sus padres, vienen constantemente a la ciudad de Quito, y esta a pocos meses de graduarse. Pero no todos los casos son como el de Gabriel, cientos de chicos todos los años, tienen que hacer grandes esfuerzos por radicarse en esta ciudad. Es el caso de Andrea Aucatoma, sus padres son profesores, es la mayor de tres hermanos, y siempre quiso estudiar la carrera de Derecho. Con gran esfuerzo, sus padres lograron arrendar una pequeña habitación cerca de la Universidad Central en el sector de la Gasca, con una cama, una cocineta, y un baño, Andrea se las arregla para sobrevivir, semanalmente sus padres le envían alrededor de 20 dólares, ella prefiere cocinar en casa, para poder utilizar el dinero en libros y copias, o cualquier material que necesite para el estudio, esta en 5to semestre y avanza firmemente con la convicción de poder ayudar a sus hermanos, hace poco , consiguió un trabajo de ayudante en un bufet, no le pagan mucho pero con eso, le alcanza para cualquier otro gasto necesite hacer. Las consecuencias psicológicas de una migración se dan en cualquier de los dos casos, la separación o ruptura de la familia por motivo de estudio sigue siendo un fenómeno social importante que genera una división familiar, es importante mejorar las ofertas de trabajo a las que los jóvenes tienen acceso, ya que un sacrificio como este merece una buena recompensa



Entre fuego y malabares Una botella a medio llenar con un liquido entre claro y oscuro, arrimada en un filo de la transitada vereda, un viejo palo de madera envuelto en una sucia tela que cada 30 o 40 segundo se prende en una llamarada, dando vida al show que día a día se presenta en las avenidas 6 de Diciembre y Gaspar de Villarroel. Con vitalidad, todos los días, Andrés sale de su barrio ubicado en el sector de Cotocollao para dirigirse a su esquina de trabajo, sus pocas herramientas completan su habilidad en lanzar fuego, jugar con pelotas y demás malabares. Tienen 27 años y en lluvia o calor, Andrés, se para en la misma esquina a trabajar como Dios manda, no tiene un sueldo fijo, y al preguntarle cuanto puede ganar en un día, su mirada se esquiva y sonriendo responde solo “depende”. Hacemos una pausa mientras el semáforo se pone en rojo, apurado, Andrés recoge sus cosas, y con una sonrisa dice toca trabajar. Son algunos años los que se dedica a este trabajo informal, pero asegura que se dedica a varias cosas, depende de las fechas y de lo que salga. Después de que ha cambiado nuevamente el semáforo y se ha puesto en verde Andrés regresa, y mientras cuenta las monedas en sus mano, recuerda como aprendió este oficio, junto a un a migo que de vez en cuando frecuenta. En sus tiempos libres después de la escuela, practicaba en las calles de su barrio, al principio lo hacía cerca de ahí, porque a su mamá no le gustaba que se aleje demasiado, pero con el tiempo fue caminando cuadra tras cuadra hasta llegar a trabajar en algunas esquinas del norte de Quito. Me gustan más los malabares que prender fuego, porque la gasolina deja un mal sabor. En cambio con las pelotas los cuchillos y cualquier otra cosa se puede improvisar, realizar más trucos, te da más opción de ser creativo. Bajo el sol o la lluvia, su cara debe expresar la mejor sonrisa, hay días buenos y malos, como en todo trabajo, hay que vivir con la competencia y ayudarse, porque en unos días hay y en otros. Esta es la vida de Andrés, así es su trabajo y si usted en algún m omento pasa por esta esquina, recuerde que Andrés, practica cada día para mostrarle un pequeño show durante unos segundos.


Un buen descanso Cristos rotos y sollozantes, con las manos extendidas o consolando, nuevos o viejos, de color, o simplemente en blanco y negro. Así son, quienes dan la bienvenida a todas las almas vivas o muertas que hacen su ingreso a este lugar desde 1872. Sin una lápida que diga su frase más común, o algo que indique lo que fue en su vida. Con tan solo una vieja botella de coca cola como único florero, y una bandera del Ecuador que muestra que fue ecuatoriano, y que tal vez fue importante, se revela que ahí yace quien decía, “dadme un balcón y seré Presidente de la República”.

Aquí, el cinco veces mandatario Doctor Velasco Ibarra, descansa junto con su esposa Corina Parral, ambos desde 1979.Junto a ellos, Victoria Lata Largo descansa en una tumba solitaria, sin flores ni arreglos, sin la compañía de Ángeles de mármol y piedra, tan solo con una cruz blanca formada con pedazos de cerámica. Entre imponentes criptas su tumba no parece más que una pequeña ayuda para acceder al imponente


mausoleo, en donde al parecer descansan ya desde hace muchos años, todos los miembros de la familia Gangotena. Sepulturas de varios metros de largo y muchos más de profundidad, albergan cuerpos que perdieron la vida con su fusil en mano, como el sub - teniente Ernesto Pinto, muerto en alguna batalla, o como el Coronel Alejandro Andrade Lalama, caído en combate el 10 de diciembre de 1913 y recordado por el batallón constitucional número ocho, como dice su lápida. Benjamín F Piedra, sepultado en un pequeño nicho junto a varios desconocidos, que tan solo llevan escrito 19 X – J, tal vez por economía, muchas tumbas tienen solo un número y una letra mal pintada para identificarlos, pero a Benjamín, a él, lo recuerdan especialmente sus compañeros trabajadores de la Fabrica “el progreso”. Familias que recuerdan a sus antepasados dentro de estos mausoleos, formados por pilares con ángeles, y cristos, cuya mirada se enfoca en el cielo, hojas de laurel talladas, miembros importantes de la ciudad, con una historia que nadie cuenta, y otros que prefieren no hacerlo, como la familia Salazar Arboleda cuyos miembros yacen ahí desde 1921 hasta el 2004. El paso de los años se nota también en este lugar, desde las bóvedas más señoriales y religiosas, a los nichos más pequeños y humildes con restos de varias personas en uno solo. Las historias son diferentes, en algunos la cantidad de flores introducida en el pequeño espacio del nicho, ni siquiera deja ver el nombre de quien fue enterrado ahí. Tal vez por eso ya no lo visitan, tal vez olvidaron en donde estaba. Tumbas abiertas, todos las miran y nadie las toca, con tan solo estirar la mano se puede tocar la caja o ataúd con los restos de quien estaba ahí, la vejes se puede respirar con cada bocanada de aire que se toma. Pero eso si, a todos los recuerdan siempre los padres, los hermanos y los hijos, por coincidencia o falta de imaginación, la mayoría escoge el mismo epitafio para sus muertos, “te recordaremos, no te olvidaremos, algunos incluso les reclaman su muerte” por que te fuiste, nos haces falta”. Y otros simplemente se resignan y lo ratifican “fue la decisión del señor, te toco la hora, ya era tu turno”.


Otros prefieren no olvidar la manera en como su ser querido partió al otro mundo, y grafican la manera del suceso en la lápida, un atropellamiento, una enfermedad, cualquier cosa se puede dibujar. Los gustos y aficiones del que murió, también se hacen presentes, canchas de fútbol, balones, sellos de su equipo favorito, comida preferida,, todo se puede ver, siempre junto a la foto que los inmortaliza, foto que siempre suele ser lo más antiguo posible, tal vez no lo quieren recordar como era al momento de morir, o sino, como fue muchos años atrás. Algunos incluso reniegan haberse muerto, como el la lápida de Diego Herrara que aunque no quiere morir pide de favor que lo recuerden. O tal vez como Juan Domínguez a quien solo lo recordarán especialmente solo sus amigos de Guayaquil nadie más. Tampoco aquí se esta exento de la publicidad, pues en cada lápida consta quien lo hizo, bajo todo el escrito de lamentaciones y ruegos para que el alma del muertito vaya al cielo, se puede leer, “marmolería Cuenca Paucar, con usted hasta el final”. Cada quien lo hace como quiere, como a Ursulina Paz a quien se puede ver subiendo al cielo de la mano de un galán con terno negro y bien peinado, que le muestra el camino hacia el cielo. Y finalmente la reconocida, amada por unos y odiada por otros, el mausoleo de la familia Heredia, en donde yacen los restos de la popular “mama lucha”, aquí adentro se ha formado todo un altar en su honor, comenzando con una replica en cerámica de su rostro, varias placas conmemorativas, incluso no se pierde ni la navidad, con focos, bombillos, adornos, hasta papa Noel la acompaña en su última morada. Un pequeño radio para no perder la costumbre, tres pequeños asientos, distintos adornos, fotos, regalos y hasta fundas de almacenes recocidos. Grandes faroles que la ilumina no solo a ella, sino a varias tumbas a su alrededor, debido a la intensidad de sus focos, joyas, ropa y muchas flores artificiales. Hasta monedas de un dólar se puede encontrar el interior del mausoleo. Finalmente un placa que esta firmada por los "LADRONES DE SAN ROQUE" que le agradecen su apoyo. Esto, es lo último que se observa al salir por las grandes y ruidosas puertas de este sitio de descanso.


Horizontes en la oscuridad Ha sido más de una década sin poder ver la luz, sin embargo, esto no ha significado una completa oscuridad, celosamente, guarda el recuerdo de las pocas cosas que pudo admirar, el color del sol , de la luna, la forma de las montañas, de las estrellas, de las flores, y lo más importante, el rostro de sus padres. Desde hace 22 años, un bastón largo y delgado se convirtió en su mejor amigo, con el paso de los años y desgastado por el roce del suelo y las paredes, lo sigue acompañado cada uno de los días. La música su compañera preferida, la guitarra su amiga inseparable, la soledad no ha estado junto a él, únicamente cuando así lo ha querido. Sus manos gruesas son el instrumento que utiliza para reconocer la forma de las cosas, incluyendo los rostros, un tacto bien definido han sido su bendición al igual que un oído desarrollado.

De caminar lento pero seguro, su confianza siempre ha estado intacta, su ideal por ayudar a los que se encuentran en su situación, y que por una u otra razón, no han podido desarrollarse por completo en los campos de su elección, siempre está presto a servir y colaborar. Consiente que la vida puede pasar en un segundo, se niega a irse de este mundo sin haber hecho algo que deje huella, sin dejar un precedente, mostrando que una persona invidente no es alguien extraño, sino un amigo más, un amigo especial porque en su corazón no existe la discriminación de ningún tipo. Esta convencido que la condición física, económica, política de una persona, no debe ser impedimento para su desarrollo, sus ojos no están muertos, en ellos han tanta vida como en cualquier creación de la naturaleza.



El arén Yo puedo contar todo, pero me tiene que pagar las bielas que quiera, o mejor dicho, quiero unos 4 vasos de piña colada, cuestan dos dólares no es nada. Para mí, esto es una distracción, como salir a bailar y divertirme en un fin de semana cualquiera. Además tengo 21 años, estoy en plena juventud jaja es mi derecho ser feliz. Yo nací en Chone, pero estudio ingeniería civil en Portoviejo. Desde los 17 años me dedico a esto, pero eso sí, yo antes trabajaba en un lugar mucho mejor, o sea, era dama de compañía en el lugar más lujoso de Chone, se llamaba “EL AREN” allá solo iba gente con plata, me encantaba irme con esos manes, a veces lo hacía aunque no me pagaran. Es que era tan des estresante, bien rico para que, al cesar lo que es del césar. Lo malo fue que el dueño tenía mucha plata metida con ese notario morboso que se agarraba a jovencitas, y ahí se le fue abajo el chongo y tuvieron que cerrar. Mi mama vive en Estados Unidos hace 6 años más o menos, yo y mi hermana nos quedamos a vivir con mi papa, él fue el que me dijo que tenía que trabajar si quería tener algo, y el mismito me llevo por primera vez a un prostíbulo cuando tenía 14 años, ahí me acostaba con vecinos, amigos, de mi papa, y varios conocidos. Pero el desgraciado de mi papa también me violaba, cuando me llevó al prostíbulo, yo ya no era virgen, por eso no se me hizo difícil, a mi me encanta el sexo, creo que mi cuerpo está hecho para eso, pero como nada dura toda la vida, me aseguro teniendo un título universitario. La plata para vivir, me la manda mi mama, mi dinero es solo para darme ciertos gustitos. Además yo solo trabajo en esto los fines de semana, fue mi cuñado el que me dio la dirección de este lugar aquí en Quito, yo vengo el viernes, hago lo que tengo que hacer, y me voy de regreso el domingo, nada más. El man es el que me consigue los clientes, pero claro yo le tengo que hacer unos favorcitos, se cree mucho, pero es malo malo en la cama el hijo de perra. Eso sí, trato es trato, yo le hago todo lo que quiera, pero a cambio, él no le pega a mi hermana. Este lugar es uno de los mejorcitos, ese cuadro de mujeres desnudas que se tocan por todo lado, que esta allá en esa pared, me gusta mucho, y más en las noches, me siento como una estrella deseada por todos los hombres que vienen. Y bailar en el tubo, eso


me vuelve loca, me encanta que me miren y quieran tocarme, y lo mejor, los tragos son gratis, si quieren algo conmigo tienen que darme de chupar. Los cuartos están bien, cada uno tiene su baño, las camas son duras jaja, si aguantan todo este cuerpecito cuando hace su labor. Los hombres que vienen acá son grandotes, esos son los que me gustan Ayer la pase chévere, chupe como nunca, hice mi show, y luego me fui al cuarto con un negro grandote, al principio el man me hizo asustar, porque me alzaba, me daba las vueltas y me decía puro malas palabras, hasta me arranco la tanga con una sola mano el negrito, ahí si comenzó, estaba hecho una fiesta jajaja pero si ha sido buena gente me pago bien, ojala lo vuelva a ver. Mes gustan las cosas con mucho color, pero eso estos asientos forrados como tigre o leopardo, no sé que mismo es, pero las camas son igualitas, a mi me dan igual, pero a los clientes les encanta, si por ellos fuera no esperarían ni llegar al cuarto. Los espejos en todas las paredes eso si me gusta, porque toda la noche me puedo ver. Este lugar se llena en las noches, en cada sillón con su respectiva mesa, entran 5 personas, que pueden ser 2 clientes y 2 chicas de aquí, para que los acompañen. Las chicas de aquí no me quieren mucho, dicen que soy aniñada por ser universitaria, yo no soy nada de eso, pero todo el mundo sabe que las universitarias son las más perras, y cobran el doble o el triple, claro como a ellas las recogen en la casa y las vuelven a dejar ahí, no tienen que pasar por estos lugares, y el show lo hacen privado solo para el cliente, en cambio aquí lo hacemos para todos. La luz amarrilla en todo el lugar, les provoca misterio a los hombres, les encanta, siempre hay de todo, los que vienen solo a ver y se sientan en la barra que está en el centro, pasan chupando toda la noche. Los que no toman nada y van de una al cuarto y los otros que hacen las dos cosas. Como todo el lugar es de madera, el olor se queda impregnado, no solo en las paredes sino en la ropa, en el cabello, y en la piel, cuando las personas entran por primera vez, a veces no soportan el olor, pero luego de un par de tragos se acostumbran. Y así, esto es como una discoteca, pero más completa que cualquiera, porque aquí satisfacen todo sus deseos con nosotras, por solo 20 dólares, nos tienen dispuestas, al


dueño le tenemos que dar 5 dólares por cada trabajito, y el resto para nosotras. En una noche yo me puedo hacer hasta 120 dólares, con unos 8 hombres más o menos. Y así todos contentos. Le aclaro, de los 8, solamente disfruto con 5, porque no todos son buenos, hay algunos que parece que de tanto hacerse la paja, ya ni se acuerdan como es con una mujer, y la verdad hay muchos que son bien feítos, y solo cuando pagan, pueden estar con alguien.


Manuela entre el amor y la batalla Aún recuerda todas las hazañas vividas, amores pasados y jamás olvidados, delirios frecuentes de tanta pasión ingerida a lo largo de todos sus años. Ella quería ser culpable de todo lo que se le acusaba, de apoyar a los ejércitos libertarios, de sufrir por lo sueños frustrados, de atacar a los adversarios sedientos de su sangre. De querer más que todos, usando menos que nadie, desde los dorados años de su juventud, se avizoraban en su personalidad esas ansias de libertad e igualdad, de ambición humana desmedida, y dispuesta a todo por lograrlo. Saboreando las mieles del amor, descubrió la belleza de la emancipación, el desengaño de la soledad y las recompensas de una lucha cumplida. A los 59 años, su memoria es el más fiel recuerdo no solo de su vida, sino de acontecimientos únicos y necesarios para hoy poder contar esta historia. Inscrita en la ciudad de quito en el año de 1797 como hija ilegitima del español Simón Saenz de Vergara y Yedra, Colector de Rentas del Obispado y Regidor Perpetuo del Cabildo de la Real Audiencia. Su madre doña Joaquina Aizpuru y Sierra, mujer natural de quito. Criada bajo el domino de la religión en manos de monjas, su vida fue transcurriendo entre el convento y el campo, sumergida en el eterno cabalgar de sus caballos, y los esclavos, fieles amigos hasta el último día de su vida. Jonatás y Natán, apoyo absoluto de Manuela, ya sea en los lujos de un hogar, o en el frío de la guerra, sin calumnias y reproches eran merecedores de su amor y lealtad.


Con las imponentes reglas de una familia acomodada, de una madrastra fiel a los preceptos religiosos, y hermanos para los cuales, ella no ocupaba el lugar de familiar. Su huida y alejamiento de la familia y la religión, fue en compañía del oficial de la guardia real de nombre Fausto D‟Elhuyar, después de unos meses de relación apasionada, el fracaso era inminente. Repudiada por todos regresa a Quito, en donde la desolación la inunda, la añoranza y el desamparo del que es victima la consumen a diario. Posteriormente un viaje en compañía de su estricto padre hacia Panamá, cambiarían las cosas. Aquí, el doctor y comerciante ingles James Thorne, quedaría prendado de la belleza y carácter de Manuela. Después de una boda con mucha pompa, su nueva casa se situaría en Lima, el tiempo comenzó a pasar sin novedad alguna, el aburrimiento y el tedio estaban siempre presentes, las conversaciones, las reuniones sociales, el odio de Manuela hacia la corona y todo lo que representaban iba en aumento. En Quito, ya habían ocurrido las masacres de patriotas de 1809 y 1810. Después de un tórrido romance con Horacio Carrión y Mercado, notable comerciante de relojes, todo comenzaba a cambiar, la vida con Thorne era invisible, por lo que decide regresar a Quito a pasar un tiempo. Y así, desde el balcón de su casa, veía entrar imponente en su caballo al general Simón Bolívar, y con una corona de flores como bienvenida, comienza su verdadera vida. Ya en Lima tiempo atrás, había tenido reuniones con personajes importantes que concordaban con sus ideales de libertad, en su propia casa recibía visitas para analizar la situación. Ahora en Quito, con la presencia del gran Libertador, todo comenzaba a tener sentido y a iluminarse. Todas las ideas de desplazar a la corona y evitar que siga enriqueciéndose con el trabajo de indígenas, y el oro de América eran posibles. Su belleza al igual que su carácter estaba más fuerte que nunca, las ganas de luchar por su patria estaban al rojo vivo, la fogosidad con Bolívar fue a primera vista, sus conversaciones largas e interesantes iban ocupando el corazón de Manuela.


Su piel sentía otra vez aquel calor que la quemaba por dentro, su mente esta llena de pensamientos para él, su admiración y ganas de colaborar en la lucha, llegaría hasta las ultimas consecuencias. Desde ese día Manuela Saenz, se ganaría el amor y la confianza absoluta del libertador. Sus más íntimos secretos le serían confiados, conjuntamente con celosos documentos de las batallas, reuniones entre políticos y demás, para que los guarde y dirija, en si, toda la correspondencia. Bajo el crudo ambiente de las batallas, de victorias y glorias, Manuela amó con locura a Bolívar, y a la independencia, con arma en mano, y un uniforme, lucho junto con soldados, durmió en el campo de batalla, y fue la más fiel de los coidearios, cuidando las espaldas de Bolívar hasta con su propia vida, y resguardando el proceso de emancipación. Manuela fue el arma secreta de Simón Bolívar, el cofre que guardaba una vida de ímpetu y riesgos infinitos, y a la vez, fue una mujer desentendida en su época, no tuvo la gloria que merecía, e imposibilitada de regresar a pasar sus últimos años en su Patria, se refugia en Paita Colombia, muriendo en compañía de quienes fueron sus leales amigas y su única familia en verdad, Natán y Jonatás. La gran luchadora sucumbe ante los brazos de la muerte, con el único pensamiento de tener que haber muerto después de su gran amor, el libertador.


El otro lado de la moneda Sobre la mirada de los habitantes de esta gran ciudad en el tope de la colina, el sol intenta esconderse lentamente, dejando ver a su paso un barrio de extensas calles, casas sin terminar, y amplias canchas, donde el viento levanta una ráfaga de polvo nublando la vista de los niños y jóvenes que pasan el tiempo sin saber de mayores percances. Una casa amarrilla con algunos vidrios rotos tiene la función de escuela, cada tarde cuando el reloj marca las 3 en punto, una marea de personas acuden al lugar con el objetivo de aprender español. Cada uno de ellos cuenta su historia, la de todos tiene algo en común, provienen de un país que alguna vez fue rico, sin embargo ahora sufre los embates de la naturaleza y los malos gobiernos. Una pequeña torre de babel es el aula en donde aprenden en nuevo idioma, se escuchan acentos fuertes, voces gruesas, todos se entienden a su manera, no falta un sonoro hello, al fondo se escucha mercy, y en la puerta un “buenos tardes comencemos” ingles, francés, español, y ahora el conocido creóle, son las lenguas utilizadas por los asistentes.


Como en un jardín de infantes, los alumnos recitan a la perfección los números del 1 al 10, poco a poco la clase va tomando un ambiente estudiantil, entre bromas y juegos todos aprenden. Después de una hora de clases, un descanso es bien merecido, en esos instantes ellos deciden hablar, algunos se desahogan, otros se retiran, y evitan cualquier contacto, algunos solamente miran, prefieren no intervenir peor aún participar. Entre la rapidez de las miradas y la curiosidad de los concurrentes, un joven sobresale, su impecable gorra blanca lo destaca entre la vestimenta oscura del resto, su nombre parece salido de una novela francesa, en donde el protagonista tienen que atravesar por innumerables vicisitudes, para lograr sus objetivos, y en realidad su historia no dista mucho de la ficción. Es Justin Jean Dunald, tiene 22 y su historia para sorpresa de algunos no es la común de muchos de sus compatriotas. Llegó hace seis meses al Ecuador con la aspiración de terminar sus estudios, cursaba segundo año de ingeniería, pero la situación se volvía difícil cada día, la educación tiene costos altos que el no podía cubrir. Sus padres emigraron a Estados Unidos, viven en el Estado de Nueva York, Justin optó por el Ecuador, pensó que aquí tendría más oportunidades que su país. Su intuición no le falló, hace cinco meses es profesor de ingles y francés en los colegios Francisco Ricatti y Ramón Jiménez ubicados en norte de la ciudad en la parroquia de Calderón. Sus aspiraciones lo han llevado por los senderos correctos, existe una frase que reza, “manos que dan reciben” y eso es lo que aplica Justine, los fines de semana presta su ayuda en la Fundación Humanitaria Ecuatoriana que trabaja con personas de capacidades distintas, esta actividad lo llevó a enrolarse con distintas personas que ahora lo están auspiciando en su más grande sueño, el de construir un centro de estudio de lenguas extranjeras. Justine sabe que el camino no es fácil para sus compañeros a los que llama hermanos, que en su mayoría se dedican a la construcción cuando tienen suerte, el camino no es fácil, ahora sus niños y jóvenes crecen juegan, y estudian en este país, sus condiciones no son las mejores, pero están seguros que aquí tendrán una oportunidad.


CAPÍTULO IV IVETTE AREA SANTANA



Misahuallí, un pueblo pequeño, grande por sus atractivos y leyendas Misahuallí queda a 30 minutos en el suroriente del Tena. Su extensión es de 513.8 km2 y cuenta con un clima cálido húmedo con una temperatura promedio de 25º C. Al cruzar el puente uno se puede percatar de que el pueblo solo son algunos pocos kilómetros de extensión, pero está lleno de hombres con serpientes a los cuellos que están dispuestos a cederlas a los turistas para que éstos se tomen fotos con ellas. “A mí en lo personal, fue una de las cosas que más me gustó porque fue una experiencia totalmente nueva y divertida”, comentó Maury Abreu, un turista que fue a pasar el fin de semana. Si se sigue avanzando por esta callecita se llega a las orillas del río, que está rodeado por árboles que son el hábitat de Peco, el mono y sus descendientes. Estos monos, se han acostumbrado a los turistas y salen a dar la bienvenida, a veces, no de la mejor forma. “Ellos están acostumbrados a los turistas y no siente ningún temor para tomar lo que necesiten de casas y tiendas, incluso los propietarios de los puestos de comida deben separar un poco para ellos y en cuanto abren ellos son los primeros que deben comer o te arman un desorden en el puesto. Son muy inteligentes y traviesos”, contó Leonisa Proaño Durán, originaria de Baños, pero que lleva 8 años viviendo en Misahuallí. En Puerto Misahuallí, laboran los guías que hacen turismo de selva visitando ríos, playas, lagunas, mostrando la flora, la fauna, la riqueza piscícola, las costumbres tradiciones, artesanías y cultura de las comunidades indígenas.


Dentro de la fauna cuenta con murciélagos, pumas, guantas, monos machin, tangaras, carachamas, tapir, oso hormiguero, cervicabra, pava negra, entre otros. También se puede observar los diferentes monos silvestres a orillas del río y varias especies de mariposas revoloteando por los alrededores. Por otro lado cuenta con una gran gama en lo que a flora se refiere. De los ejemplares que se pueden encontrar están: arrayán, yagual, licopodio, genciana, ceibos, guayacán, espadaña, palma de ramos, achupalla, pajonales, cedro, chuncho, ceibo, garango, caoba, chontaduro, tagua, olivo, varios tipos de orquídeas, bromelias, anturios, frailejón y heliconias. Misahuallí es más que paisajes, y es que también cuenta con varias actividades que hacer, sitios por conocer y tradiciones que aprender. Entre los atractivos más populares se destacan: • Excursión: Desde Misahuallí parten un sin número de excursiones a la selva. • Caminatas: En Misahuallí se puede realizar caminatas por cascadas como la de Latas, las minas de sal, entre otros. • Centro de Rescate de Fauna: En el puerto también puede visitar el centro de rescate de la fauna silvestre que se encuentra cerca al Ahuano. • Mariposario: El Centro de Reproducción de mariposas Misahuallí está a cuatro cuadras de la plaza central. Allí se pueden conocer 11 especies de lepidópteros. • Al puerto se adjunta una playa : que se extiende hasta casi 500 metros de longitud, en ese lugar, nativos de la zona se dedican a la guía turística. Muestran las tradiciones, artesanías y toda la cultura de las comunidades amazónicas. Los ritos shamánicos ancestrales, limpias, plantas medicinales, comida típica, música, danza y leyendas son parte de la singular oferta que atrae a un sinnúmero de turistas nacionales y extranjeros. • Carnaval Playero: Puerto Misahuallí, por más de 17 años, viene realizando el Carnaval Playero en su hermosa playa de agua dulce, este festival se lo realiza con artistas locales, nacionales e internacionales y se lleva a cabo el domingo de carnaval. Dentro de estas caminatas y paseo destaca la Cascada de latas. Está compuesta por una larga caminata que inicia con un pequeño riachuelo y 3 pequeñas cascadas de 2 y 3 metros de alto. A sus costados se observa una formación rocosa donde existen fósiles incrustados como crustáceos marinos.


Al continuar la caminata cuesta arriba, por casi una hora se llega a la cascada de Latas. Esta posee una caída de agua de 16 metros de altura, con una anchura de 6 metros y una profundidad de 2 metros. Esta increíble cascada está ubicada a 12 km. de Tena en la vía a Pto. Misahuallí, margen izquierdo de la carretera. La temperatura promedio es de 25º C y posee una humedad constante y lluvias casi todo el año. Otro de los grandes atractivos son las comunidades nativas, como la de Shiripuno. Esta comunidad está compuesta por 25 familias, alrededor de 150 habitantes. Aquí le recibe Yanet (es el nombre que usa para que a los turistas les sea más fácil comunicarse con ella), una de las 22 mujeres que forman parte de la organización del Turismo Comunitario. Para entrar se debe depositar dos dólares por personas, o si es un grupo grande se reduce a un dólar. Con estas ofrendas ellos pueden mantener sus cultura y de paso provisionar conocimientos sobre sus tradiciones a los turistas que les visitan. Entre las tradiciones ofrecen danza, música, la preparación de la chicha de yuca, artesanías y las cabañas ecológicas. La danza que interpretan es la de la fiesta de la chicha de yuca y los vestuarios son diferentes. Los hombres tocan los instrumentos y las mujeres bailan. Algunos trajes son de semilla, otros de color completo, está también el de falda y blusa de colores y los que son imitando la piel del leopardo. El de la falda con la blusa es para identificar a las mujeres casadas y los otros para las que aún son solteras. Además de los diferentes atractivos turísticos, Misahuallí también cuenta con leyendas. En resumen se puede decir que es un lugar que hay que conocer por todos los lugares que posee y los paisajes que tiene para ofrecer. LEYENDA: EL OSO DE HUAYRA PUNGO: Hace muchos años, antes de que los pumas sean encerrados en las cavernas de la cordillera de Galeras, bajó del Huayra pungo un pequeño oso; era manso y estaba malherido… se refugió en los matorrales cercanos al río, en la actual comunidad de Huayra yacu.


Un joven lo recogió y lo llevó a su tambo para curarlo. A los dos meses correteaba tras su amo como si nunca hubiera estado al borde de la muerte. La comunidad lo convirtió en su mascota preferida. En su edad adulta llegó a medir casi dos metros. Era querido y respetado por todos. Desapareció cierta mañana y regresó muy tarde con una guatusa en el hocico. Esta actividad se volvió rutina. Pero en una de esas salidas el oso no regresó. Era el tiempo en que se comentaba que por las laderas del Huayra pungo rondaba el puma buscando su consabida presa. Los indígenas, en sus tambos, dejaban la candela prendida para ahuyentar a los felinos. Una tarde nuestro joven salió a visitar a un compadre. Fue tan amena la conversación que el tiempo voló como los guacamayos. La noche llegó espesa y repleta de ruidos. Pese al miedo y los peligros decidió regresar a casa. Avanzó entre fangos y quebradas, pero de pronto, frente a él se plantó un inmenso puma. El muchacho quedó paralizado de miedo y a merced de las filudas garras del asesino. Fueron apenas unos pocos segundos porque inmediatamente se agigantó una sombra peluda que se interpuso en la escena. Era el oso. Las dos bestias se enfrentaron en mortal combate. Gruñidos y zarpazos se combinaban con el ruido de ramas quebradas y jadeos desesperados. Al final el puma rodó con la garganta desgarrada. El oso se acercó y recostó su enorme y sangrante cabeza sobre el hombro aún tembloroso de su joven amo. El oso se convirtió en una suerte de guardián de la aldea hasta que un día desapareció definitivamente, nadie ha vuelto a saber nada de él.




Los rostros de La Habana Hizo frío en cuanto me bajé del avión. La Habana es una cápsula del tiempo que encarceló colores, sabores, música y tradición. En sus diferentes barrios y sectores se pueden apreciar los matices de grises que han quedado de sus viejos colores y en cada esquina retumba con fuerza alguna melodía. Saliendo de Centro Habana (uno de los barrios más populares y desgastados de la ciudad) hacia el malecón a pie, lo primero con lo que me encontré fue con un grupo de niños jugando en los desgastados hierros, de lo que alguna vez, fue un columpio en un parque. En otro país, tal vez, los niños habrían ocultados sus rostros inseguros por el lente que tan de cerca los miraba, pero en Cuba, a los pequeños les gusta la atención y más bien se reunieron para que el margen de mi espacio digital no omitiera a ninguno de ellos. Faltando una cuadra el salitre despeina las ideas para atraparte en su imponente presencia. Llegué al malecón. Después de unos minutos observando el ir y venir de tantos cubanos en silencio, un pequeño llama mi atención y una vez que yo capto la suya se acerca. “¿De qué estás tomando fotos?”, preguntó con una voz que parecía ser más grande a él. “De nosotros”, respondí. La mejor forma de movilizarse en la Habana, si es para un largo camino, es en las máquinas de 10 pesos cubanos (moneda nacional de Cuba). Estos chevrolets estadounidenses de los años 50 circulan por toda la ciudad y según tu ruta ves si te subes o no. “Ya hemos creado un sistema de señas con las manos” –con mímica me muestra -”así hacemos para indicar que vamos al Vedado, a Miramar o si doblamos o seguimos recto o cuantos pasajeros llevamos y para cuantos nos queda espacio”, me explica Raúl Rivero, botero (chofer) del auto que me llevó al Cementerio Colón, Patrimonio Cultural de la Humanidad. La Habana se caracteriza por sus imponentes estatuas en los parques y plazas. Esas figuras que esculpidas en mármol siguen de pie vigilando su ciudad y siendo fondo de fotos para turistas. El cementerio Colón no es la excepción.


Si uno no mirara a su alrededor las caras sumidas en una nostalgia decorada de lágrimas y las lápidas en el suelo, jamás pensarías que estás en un cementerio. Innumerables e imponentes ángeles de frío mármol vigilan los cuerpos que allí yacen y ofrecen al visitante una sensación de calma y compañía. Está oscureciendo y la vida se concentra a orillas del malecón y en el centro de La Habana Vieja. Esta vez el transporte será un Cocotaxi, una moto con una forma ovalada con capacidad para dos pasajeros y el chofer va a la intemperie. Este medio de transporte cobra en dólares. La noche se viste de luces y los restaurantes postrados a los pies de la catedral abren sus puertas con tríos musicales que deleitan al visitante. En este espacio no existen barreras, todos conversan y se integran, “A la Habana se llega solo y se regresa con mil amigos”, comenta con un gesto de brindis Ignacio Ocampo, un argentino que ha visitado Cuba varias veces. “Cuba está llena de lugares hermoso, pero yo me quedo con La Habana”, concluye con un trago de mojito. Dos gardenias para ti, con ellas quiero decir..te quiero Suena un bolero en acordes de guitarras y una voz femenina que capta la mirada y comentarios de los presentes. No quise terminar la noche sin preguntarle a un Habanero, que es la Habana para él. “Habana.. Volare tu espacio aereo con un beso y una flor, volare hasta tus gemidos axcitando en ti el sonido de la luz.. Por que te hizo dios tan bella y porque me llevas a ti cuando tantos te desean, dame aire y quitame este frio que aun no siento, voy hacerte mia ciudad de los amantes y hare fuego desde tu malecon par …a enamorarte y descansar extasiado dentro de ti.. Mi Habana a ti vooooy.” Me respondió Dainer Valdes de 36 años.



Los colores del baile Lo que surgió como un sueño, hoy es una realidad de fantasías. Cristina Pérez, bailarina de ballet y coreógrafa, tuvo el sueño de llevar el arte del baile más allá, de demostrar al mundo lo que el talento ecuatoriano e internacional tiene para ofrecer. “Uno como artista siempre está buscando ir más allá, de innovar sobre lo ya conocido. En mi caso quise crecer como coreógrafa y como profesional en base a esto, demostrar que en Ecuador se pueden hacer cosas increíbles, nuevas y profesionales. De ahí nació la idea de crear esta compañía.” Actualmente es dueña de dos empresas, Plenísimo y Pro.Danza. “Funcionamos como una sola empresa, con especialidades complementarias, ofreciendo al cliente una solución completa a sus necesidades, desde el simple alquiler o venta de un disfraz hasta amenizar un mega evento con personajes de fantasía, y elenco de bailarines profesionales, cotillón, hora loca, tanto a nivel corporativo como eventos privados.” Plenísimo por su lado se presenta como un local de disfraces y Pro Danza es una academia de ballet y danza contemporánea. Pro danza es una escuela con más de 10 años de vida y su objetivo es desarrollar el gusto y fomentar el aprendizaje del ballet y la danza en sus distintas expresiones como son el jazz, la danza moderna entre otros. Las clases son abiertas para cualquier edad y son dictadas por profesores especializados y con amplia experiencia en la enseñanza. En Plenísimo, los disfraces que se ponen a disposición del cliente, pueden ser en modalidad de alquiler o venta. “Nos caracterizamos por seleccionar cuidadosamente la calidad de las telas y confección de los mismos. Tenemos especial cuidado en la parte aséptica de nuestro inventario, por lo que todo los disfraces una vez son retornados al almacén, antes de un previo alquiler, son enviados a un proceso de lavado, desmanchado y desinfección, lo que garantiza al nuevo cliente recibir un producto como nuevo.” La fusión ocurre cuando un evento llama a la puerta. Entonces los bailarines de Pro Danza ponen sus movimientos con una gran sonrisa, la mejor de las energías y un vestuario de fantasía creado por Plenísimo.


Esta empresa fue pionera en Ecuador en la creación de servicios de ambientación y animación de eventos. Actualmente, sus servicios y calidad de disfraces son reconocidos por el más exigente y selecto grupo de clientes. Una vez que el evento ha comenzado, este se puede categorizar por tiempo. Puede ser solo la ambientación al recibimiento y hasta el momento en que todos hayan encontrado su posición dentro del salón. Una hora loca con zanqueros, tambores, baile y cotillón. O un evento completo, que incluye el recibimiento, ambientación durante el transcurso de ubicación de los invitados y hora loca o animación toda la noche. El cotillón son piezas y accesorios especiales que se regala a los invitados por parte del organizador del evento. Está compuesto por sombreros, máscaras, boas, bufandas, diademas, alas, pañuelos, corbatas, corbatines y un sin número de las más divertidas y originales piezas. “No nos quisimos quedar en el baile, ya que la música, los colores y el arte tiene muchas expresiones.” Fue por esta razón que además de los bailarines estos eventos incluyen malabaristas, acróbatas, zanqueros y danza aérea. “Cuando empecé con Pro Danza solo hacía zancos y batucada, ahora, después de un tiempo de haber tomado clases ya animo también junto a los bailarines”, comenta el zanquero Daniel Badillo de 33 años. Para los bailarines es mucho más que solo trabajo. “Yo soy la más vieja y la más pequeña del grupo de baile. Lo de vieja es porque ingresé a Pro Danza desde sus inicios, se puede decir que soy su bailarina más antigua y soy de las más jóvenes en edad dentro del grupo de baile de los eventos.” A través de la red social Facebook, fue posible obtener esta entrevista con Soledad Spelier, ya que actualmente ella se encuentra en México especializando su técnica de ballet. “Pro Danza fue mi cuna y el mejor colegio, aquí solo estoy enfocada más en nuevas técnicas y mejorar las ya obtenidas, pero Pro Danza siempre será mi hogar, allí no solo tengo mi escuela, sino también una familia de amigos.” Para Belén Dávalos, otra de las bailarinas más antiguas, con 5 años bailando en Pro Danza, esta ha sido una experiencia única en su vida. “Es una experiencia increíble por que primero es algo que me encanta y que quiero hacerlo toda mi vida y después por


que es una forma de expresión en la cual pongo todo lo que soy para darlo en el evento.” Sin duda, a través de las voces de estos bailarines, voces que callan durante el evento, donde solo les es posible expresarse a través de su cuerpo, se vive la magia de una luz tenue sobre un arlequín invitando a entrar. Se descubre un reflector sobre el bailarín que deleita con su fuerza y flexibilidad sobre el escenario. O simplemente se descubre la sonrisa de un niño fascinado por aquel personaje que con una sonrisa desconcierta su apariencia de muñeco. Plenísimo – Pro Danza es un espacio de aprendizaje, de recreación y estimulación artística, que en manos de su dueña y de otras profesoras y colaboradoras, va creciendo cada día más entre sus clientes y amistades.


Visitante silente en el parque de La Carolina Hay veces que las imágenes pueden hablar más que sus protagonistas y estar detrás del lente, en silencio, es una ventaja. En las primeras horas de la mañana, entre las 6 y las 8, el parque de La Carolina comienza a llenarse de diversos personajes, con historias que quedan ocultas en sus acciones. El camino comienza en las entrecalles de la parte interna, donde las personas no son las únicas en madrugar. Son las 6:00am de la mañana y aún la neblina estremece de frío a los visitantes del parque. Los perros también salen a ejercitarse y acompañan a sus dueños como fieles compañeros en un trayecto más. Los niños que han asistido con sus padres, juegan en los alrededores cercanos de donde éstos practican algún deporte o actividad física específica. Un columpio se mueve silenciosamente mientras el aire dibuja caricias en el cabello de una pequeña niña, que entre el sueño y el tiempo se mece.


Los deportistas calientan durante aproximadamente una media hora o un poco más, mientras los instructores se percatan de un silencioso visitante que captura su saludo en un flash. Ya son las 6:20am, y a medida que avanza el tiempo, van apareciendo más sombras que toman forma según la cercanía. La luz del sol va dispersando la neblina de la mañana y los colores van tomando vida, pero la cámara sigue observando en blanco y negro. Algunos vienen solos, a practicar con una pelota contra la pared marcando un “pon pon”, hasta entremezclarse con las sutiles notas de un joven que practica flauta. Sus rostros no se ven, pero nadie deja de escuchar como el aire desordena la partitura del flautista ni como se repiten una y otra vez los rebotes de una pelota de tenis al chocar contra la raqueta, de aquel que solo pudo ser visto a través de una reja. Después de unas horas, siendo las 7:15am, ya están varios jóvenes reunidos en la pista de patinaje, skate y bicicleta. Algunos circulan seguros en el fondo, mientras otros comienzan a tratar de lograr saltos y maniobras, solo se saludan entre ellos cuando sus instrumentos descansan juntos en el césped húmedo por el rocío de una nueva mañana. Cuantos personajes en dos horas de caminata y el parque aún esconde mucho más. Un espacio tan amplio como las posibilidades que ofrece, La Carolina seguirá siendo atravesada, explorada y disfrutada por muchas horas más, pero por hoy, a las 8:00am, la cámara va a descansar.


Cuando el juego a las “casitas” se vuelve una realidad. No se puede seguir siendo una niña y traer un niño al mundo. Para entender los riesgos del embarazo en la adolescencia hay que primero saber que esta se divide en tres etapas. La adolescencia temprana, la media y la tardía. Según el artículo, ”Embarazo en la adolescencia”, de _la Re__vista de Posgrado de la Cátedra VI Medicina Número 107, realizado por el Dr. Juan R. Issler, estas adolescencias se categorizan de la siguiente forma: Adolescencia temprana (11-13) Biológicamente, es el periodo peripuberal, con grandes cambios corporales y funcionales como la menarca. Psicológicamente el adolescente comienza a perder interés por los padres e inicia amistades básicamente con individuos del mismo sexo. Intelectualmente aumentan sus habilidades cognitivas y sus fantasías; no controla sus impulsos y se plantea metas vocacionales irreales. Personalmente se preocupa mucho por sus cambios corporales con grandes incertidumbres por su apariencia física.


Adolescencia media (14 a 16 años) Es la adolescencia propiamente dicha; cuando ha completado prácticamente su crecimiento y desarrollo somático. Psicológicamente es el período de máxima relación con sus pares, compartiendo valores propios y conflictos con sus padres. Para muchos, es la edad promedio de inicio de experiencia y actividad sexual; se sienten invulnerables y asumen conductas omnipotentes casi siempre generadoras de riesgo. Muy preocupados por apariencia física, pretenden poseer un cuerpo más atractivo y se manifiestan fascinados con la moda. Adolescencia tardía (17 a 19 años) Casi no se presentan cambios físicos y aceptan su imagen corporal; se acercan nuevamente a sus padres y sus valores presentan una perspectiva más adulta; adquieren mayor importancia las relaciones íntimas y el grupo de pares va perdiendo jerarquía; desarrollan su propio sistema de valores con metas vocacionales reales. Es importante conocer las características de estas etapas de la adolescencia, por las que todos pasan con sus variaciones individuales y culturales, para interpretar actitudes y comprender a los adolescentes especialmente durante un embarazo sabiendo que: “una adolescente que se embaraza se comportará como corresponde al momento de la vida que está transitando, sin madurar a etapas posteriores por el simple hecho de estar embarazada; son adolescentes embarazadas y no embarazadas muy jóvenes”. Otro factor que influye dentro de los embarazos adolescentes es el nivel de estudio. Un documento del Centro de Estudio de Población y Desarrollo Social (2004) indicó que el 22.1% de las mujeres embarazadas en el Ecuador cursaban la secundaria, el 5.4% tenía nivel de instrucción superior, el 1.3% nivel primario y el 71.2% no tenía ningún tipo de instrucción. Según proyecciones del Ministerio de Salud Pública, en este año, de acuerdo a la tendencia de los años anteriores, en el Ecuador habrá 350 mil embarazos, de los cuales el 25% corresponderá a menores de 19 años de edad, es decir 87 mil. De acuerdo a los datos del MSP, el nivel académico influye en el embarazo precoz. La maternidad adolescente es cuatro veces más alta entre las menores de edad que no tienen educación (43%), en comparación con las que tienen instrucción en un nivel educativo más alto o completo (11%).


SegĂşn la etapa de la adolescencia en la que se encuentra la mujer, el cuerpo estĂĄ o no mĂĄs preparado para asimilar el proceso de ser madre, lo mismo sucede con la parte emocional. No es lo mismo un embarazo adolescente a los 14 que a los 17 o 19. Tal es el caso de las tres madres que ofrecen sus testimonios en el video. Sus embarazos fueron a los 17, 18 y 19 respectivamente y aunque tuvieron que renunciar a muchas cosas, gracias al apoyo de sus parejas y familias, fue una de las mejores experiencias de sus vidas, aunque no quisieran que sus hijos lleguen a pasar por eso.


Una fe con horario fijo Son las 3:45 de la tarde de un sábado y varias familias de Cotocollao, un barrio de la ciudad de Quito, Ecuador, se están movilizando para llegar a tiempo. Algunos con amigos, otros con las familias y muchos van llegando solos, con la idea de encontrar una tarde más un refugio en el Espíritu Santo. La reunión comienza a las 4 en punto en una de las habitaciones en la parte posterior de la iglesia San Juan Eudes, detrás del mercado de La Prensa que está al lado del supermercado Santa María. Antes de que comience la reunión, Lorena Reyes me explica de forma breve el origen de estas comunidades. “La renovación carismática católica nació en los Estados Unidos en los años 60. Es una renovación y reafirmación de esa fe y de la religión católica en sí”, comienza explicando con una enorme sonrisa. “Orar y reflexionar sobre la palabra son nuestros principales objetivos”, es interrumpida por algunas hermanas que van llegando. Hay más mujeres que hombres en esta comunidad. “Los grupos de renovación están actualmente presente en alrededor de 200 países y como decía, su objetivo es dar a conocer a Jesucristo, su palabra y hacerse presente en el mundo a través de su mensaje de salvación”, continua explicando.


Faltan tres minutos para que comience y Lorena debe retirarse, sin embrago, concluye “Lo que más nos caracteriza a estos grupos es la alegría”. Los micrófonos ya están instalados, la guitarra está afinando y en lo que se culminan los detalles de sonido, siguen llegando de forma silenciosa y con sonrisa apenada algunos de los hermanos (así se llaman entre ellos) pertenecientes a esta comunidad (Comunidad Nuevo Amanecer) que consta aproximadamente de unas 30 personas. Esta comunidad en especial está dirigida por una familia, mamá, papá y dos hijos. Pamela Reyes es la menor y es ella quien se acerca antes de cada acción a explicarme lo que viene a continuación. Su hermano, llamado igual que su padre, Eduardo Reyes, es el encargado de amenizar con la guitarra y sus padres dirigen las actividades de cada tarde. Las risas y murmullos culminan como si un manto de silencio hubiese caído sobre los presentes, exceptuando a una niña que está sentada al fondo, e inquieta en su silla algo le pregunta a su mamá. Rápidamente, con tan solo un gesto, la madre apaga el ímpetu de la pequeña. Lo primero es una lectura de la Biblia y una oración de inicio, donde la única voz que se escucha es la de Eduardo Reyes, una voz tranquilizadora, grave pero llena de paz. Al culminar la oración la dulce tonada del fondo se llena de vida, los compases se aceleran y las sonrisas vuelven a surgir, es momento de la alabanza. Para cantar en este salón solo se necesitan las ganas y la fe hacia Dios y de su presencia en ese momento. Canciones como “con la biblia en la mano”, “levanta tus manos”, “como un granito de mostaza” y “la presencia de Dios”, transcurre media hora y a las 4:45pm, las canciones vuelven a ser reemplazadas y las sonrisas apagadas. Con mucha discreción, antes de que todo el ambiente se vuelva más solemne, Pamela Reyes se acerca a indicarme que es momento de la adoración, petición y gracias. “Por favor, durante este momento trata de hacer silencio y compartir con nosotros. Verás que es muy lindo”, me pide con una cálida sonrisa en su rostro. Regresa a su micrófono y se une a sus padres para dar inicio. Sus voces predominan por el audio, pero a mis espaldas todas las voces se unen en murmullos llenos de intención, de sentimientos y algunos, van acompañado de lágrimas.


Cuando han paso 15 minutos algunos se arrodillan y entre ellos, una señora que se cubre el rostro con las manos para que no vean su llanto. Su hija se mantiene de pie, pero su mano derecha está apoyada sobre el hombro de su madre. Una vez que concluye este segmento, siendo las 5:15 de la tarde, todos toman asiento, excepto Lorena quien hoy dirigirá la charla. Los niños abandonan la sala dirigidos por una de las hermanas. “Por lo general es uno de mis padres los que hacen la reflexión, pero a veces tenemos invitados a otros hermanos de otras comunidades o sacerdotes”, me murmulla Pamela, quien está sentada a mi lado. Mientras escuchan atentos, toman notas, ya que existen preguntas durante y después de la charla. Cuando van quedando cinco minutos para las 6pm ingresan nuevamente los niños e interpretan pequeños segmentos de canciones y recitan algunos versos a Dios. Las más grandes lo hacen con fluidez, pero las dos pequeñitas se meten las manos en la boca, se balancean de un lado a otro y mirando hacia abajo solo regresan a ver con el rabillo del ojo. Para cerrar la reunión se toman todos de las manos formando un círculo y un hermano dirige la oración final, agradeciendo por una tarde más y pidiendo por aquellos hermanos que puedan estar enfrentando una situación delicada. Tal es el caso de Estelita, la señora que antes lloraba por su marido y era consolada por la mano de su hija. Al concluir, su expresión es de paz, la oración conjunta le renueva las esperanzas y da gracias con una sonrisa brillante por las resagadas lágrimas que quedaron en su rostro. “Para mí esto es una forma de vida, cuando vengo y participo de la comunidad me siento mejor persona y más cerca de Dios. Es una oportunidad para compartir con personas muy especiales y disfrutar de la esencia de Dios” comentó Marianita de La Torre, una de las hermanas.


Un espacio de aprendizaje en un pequeño rincón de la ciudad El 26 de julio del 2003 se abrieron las puertas del Técnico Particular Mixto Gratuito Fernando Ortiz Crespo, ubicado junto a la iglesia de Zámbiza, al nororiente de Quito. Cuenta con la autorización del Ministerio de Educación y su sala de cómputo está equipada con 15 máquinas donadas por el Distrito Metropolitano de Quito. La institución ofrecerá a los chicos la carrera de Tecnología en Administración Ambiental, es decir, que ellos serán promotores en el cuidado de la naturaleza y estarán capacitados para enseñar a la población como mantener el aire puro, cuidar la salud y el medio ambiente. Según lo indica su rectora Nancy Carrillo, el colegio cuenta con el auspicio del Liceo Internacional y la Corporación Viñay, que apoyan la creación de la entidad educativa con el objetivo de brindar educación de calidad, por esta razón el Ortiz Crespo tendrá como norma las mismas políticas del Liceo.


Así como sus normas, el Liceo también comparte siete de sus profesores en las áreas de Matemáticas, Castellano, Ciencias Naturales, Educación Física, Inglés, Computación y uno especial para talleres de reciclaje de papel y Música. Adriena Varhola, dueña del colegio patrocinador, Liceo Internacional, comentó que la idea de crear esta institución, se debió a la ausencia de uno en este sector y a que muchos niños se veían obligados a tomar buses desde la madrugada para llegar a sus destinos y como algunos padres no podían llevarlos, estos jóvenes se quedaban sin educación. ”Hay que agradecer de igual forma a los padres de familia del Liceo y a profersores del colegio Fernando Ortiz Crespo que han sido piezas fundamentales para la creación y mantenimeinto del mismo”, concluyó Adriena. La satisfacción en sus alumnos es evidente, sin embargo entrevistamos a dos de ellos, para que con sus propias palabras nos cuenten que ha significado esta nueva institución en sus vidas. (Para escuchar las entrevistas hacer click sobre el audio). En febrero del presente año, con la finalidad de enseñar de forma didáctica y de esta manera concienciar a los jóvenes estudiantes del Distrito sobre hábitos de consumo, manejo de residuos sólidos y reciclaje, el colegio inauguró la Planta FOC que permite moler el plástico con la posibilidad de utilizar este material reciclado para el “ALIVIANAMIENTO” de materiales de construcción. Este proyecto cuenta con el auspicio de empresas e instituciones como Fybeca y el Parque Metropolitano, entre otras. Aunque el centro de operaciones está en el colegio Fernando Ortiz Crespo, es de colaboración conjunta con el Liceo Internacional. El objetivo es tratar de concienciar a sus compañeros en temas de reciclaje formando el Movimiento Verde Estudiantil que está conformado, además, por los Clubes de Reciclaje de los Colegios Menor, Enstein y Engling. Un colegio que empezó de cero, de un terreno baldío y de la idea de progreso. Hoy, no solo brinda comodidad y educación de excelencia a los jóvenes de Zámbiza, sino que además los impulsa como pioneros en proyectos de cambio para el país.



NO colabores con lo que te consume La contaminación es un suceso que se está apoderando cada vez más del mundo en general, sin embargo, ahora también ha surgido una oleada de moda ambiental. Hoy en día, en nuestro país, esta intencionalidad conservacionista se ha vuelto una moda de consumo, ya que los principales promover son centros comerciales a través de propagandas y promociones. La verdadera lucha en contra de la contaminación comenzó hace muchísimos años atrás, tomando en cuenta cuando se declaró el día Día Mundial del Medio Ambiente (DMMA), que se celebran los 5 de junio de cada año, serían 32 años. Esto se debe a que del 5 al 16 de junio de 1972 tuvo lugar la primera cumbre mundial sobre el medio ambiente humano, en Estocolmo, Suecia, a partir de la cual se creó el Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) y se estableció, para conmemorar este evento histórico, el DMMA. Debido a los problemas que ha venido presentado, Hong Kong, China, se reconoce como uno de los sitios más contaminados del planeta. Las cifras publicadas diariamente por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong, mostraron, que desde enero, 594 personas murieron prematuramente debido a los efectos de los altos niveles de contaminación en esta metrópoli. Sin embargo, la contaminación está en todos lados. Aunque las fábricas e industrias que contaminan agua, suelo y tierra indiscriminadamente, son las mayores causas de contaminación, la ignorancia y la indiferencia de algunas personas, son una colaboración valiosa a la silenciosa destrucción del planeta. “El ser humano es coodependiente con el medio que lo rodea, nosotros debemos cuidarlo para que este a su vez nos mantenga vivos”, opina Paola Pujilar, ingeniera ambiental. Según Paola, una de las principales causas de la falta de acción de las personas es porque no están consientes del daño, y en algunos casos, ni siquiera de los tipos de contaminación. “La contaminación se clasifica en tres áreas, la contaminación atmosférica, la contaminación de suelos y la contaminación de agua. Dentro de la contaminación atmosférica se encuentra la contaminación visual, auditiva y de higiene”, amplia la ingeniera.


Para Renato Zamora, profesor e ingeniero en sonido, una de las contaminaciones que más afecta directamente al ser humano es la acústica, ya que a diferencia de otras esa es inmediata y a largo plazo. “Uno está constantemente contaminado por este exceso de ruido y la absurda reacción de algunas personas es poner un volumen más alto, en vez de concientizar la disminución del mismo”. “Yo creo que el cambio empieza por uno mismo, no es decir si los otros no yo tampoco, por algo se debe empezar”, opina la doctora María Eugenia Muler. “Yo, por ejemplo, siempre reciclo basura, trato de que en la casa nadie deje agua corriendo y cosas pequeñas, pero útiles. Así como estas pequeñas acciones que puede realizar uno mismo, existen proyectos a gran escala realizados por el país. Para obtener mayor información sobre estas medidas, las ya realizadas y las que están en ejecución, accede a la página oficial del Ministerio de Ambiente, que es: http://www.ambiente.gob.ec/. Para concluir esta nota, te dejamos un pequeño listado de 8 cosas útiles, que tú como persona, puedes hacer. 1) Al ducharte, lavarte los dientes o lavar los platos, no dejes el agua corriendo mientras no la estás usando. 2) No botes el aceite sobrante en conductos de agua y tuberías como la del fregadero. 3) No arrojes basura a la calle. (Contaminación de ambiente y de agua si la basura cae en los alcantarillados) 4)

Recicla la basura en cartón/papeles, vidrios y residuos orgánicos e inorgánicos.

5) No pites innecesariamente en las calles, además de ser mala educación contribuyes a la contaminación auditiva. 6) Mantén tu auto reglamentado y con los respectivos ABC para que el tubo de escape deseche lo mínimo de gases. 7) No usar el auto todos los días o para distancias innecesarias (como ir a la tienda de la esquina) 8)

No usar bolsas plásticas (ahora existen algunas reusables con modernos diseños)


Siempre cabe más Mientras caminaba las calles de Cuba, el primero de enero, los cinco sentidos se activaron. Uno siente en el rostro el viento del mar y en cada centímetro del cuerpo un rayo de sol. La vista se deleita con sus antiguas casas coloniales que se han ido desvistiendo de sus fachadas y exóticas curvas femeninas que son objeto de inspiración poética de piropos y proposiciones para los hombres. Los pies andan al ritmo de una salsa o un merengue que arrebatan al oído un resonar de maracas. Por el malecón el salitre aviva el olfato, el tabaco lo embriaga y es la comida quien le da una razón. Una vez que se está frente a un plato de congrí (moros) con yuca con mojo y otros acompañantes es el paladar el que se pone a gozar. Es por esta razón que sin importar en qué lugar del mundo se encuentre un cubano, este siempre buscará su pequeño rincón de Cuba. En Quito, en el sector de La Florida, en la intersección de las calles La Prensa y Manuel Valdivieso, se encuentra El Rey Changó. Entrando como a un parqueadero de rejas verdes se encuentra en el exterior una pequeña máquina de hacer jugos decorada con algunas frutas. En la silla a su lado se


sienta un joven cubano quien se esconde de mi cámara y se niega a dar su nombre por miedo. Según me contó, sin quitarse los lentes obscuros y con recelo aún de mostrar su cara por completo (a pesar de que no estoy filmando), que alguna vez le tomaron una foto “supuestamente para nada malo y al día siguiente salí en el diario con un testimonio que no era del todo cierto y que podía meterme en cantidad de problemas”. Una gran ventana y una entrada sin puerta. Eso se ve desde su exterior, pero el olor a comida estremece incluso al pequeño schnauzer de color plomo que no deja de ladrar y está amarrado por una cuerda en la casa de al lado. Lo primero que llama la atención al entrar son las dos banderas, una cubana y otra ecuatoriana, que se encuentran extendidas de forma vertical sobre la caja registradora. Las mesas son sencillas y encima de cada mantel hay una flor roja artificial junto al salero. Con un llamativo cabello color rojo, que parece a punto de echar llamas por lo químico del color, me recibe Anabel Hernández. Mientras le planteo mi proyecto y ella sonríe al saber que compartimos nacionalidad, no pude evitar distraerme con las dos paredes laterales del local, llenas de firmas y pequeños corazones con nombres en su interior. Una innovación en nostalgia a La Bodeguita del Medio cubana que tiene sus paredes vestidas en firmas de locales, artistas y célebres figuras del mundo. Una vez que retomo la mirada a Anabel me invita a tomar asiento para poder realizarle una pequeña entrevista. “El restaurante tiene ya un año y medio”. Ella es la dueña junto con su esposo, el chef Alexander López. “Los dos trabajábamos en Cuba en el Hotel San John, él de chef y yo de cajera, al igual que aquí”. La nostalgia se encuentra en esparcidos detalles en el restaurante. En lo alto del techo se encuentra un pequeño cartel de madera con un grabado de la isla y de frase “El rincón cubano”. Bajando la mirada, pasando por las banderas llegamos a la caja registradora, la cual está empapelada de flores, fotografías de familiares y una que otra figurita cubana. El florero lleno de grandes girasoles es lo que más llamó mi atención. La cocina es pequeña y parece incluso desordenada, pero lo importante es lo limpia y llena de comida que se encuentra. En la parte de las llamas, donde el calor consume y recrea los sabores de cada alimento, mezclándolos en una sinfonía de colores y condimentos se encuentran cuatro ollas de presión, un sartén y una cacerola. Las ollas de presión se asemejan a cajas sorpresas, pues todas son iguales, pero cada una guarda algo diferente.


Alexander las mueve de un lado para el otro, no sé cómo no se confunde y siempre sabe en donde está que. “Es sencillo, las distingo por peso, olor y lugar. Aunque las mueva siempre recuerdo donde dejé cada una”. Las sorpresas son: arroz blanco “con una pizca de limón, aceite y sal”, el moro, la yuca y el potaje de frijoles colorados. “¿Quieres probar un poco?”, es la frase que me repite cada vez que destapa una de las ollas. Tal vez lo hace por mi expresión, que se deja llevar por el olor que sale imponente y abrumador cada vez que se levanta una tapa. Gustosa acepto una pequeña porción de cada ingrediente que pintará momentos más tarde una obra culinaria en una bandeja de plástico. Con los frijoles, era tan fuerte el olor que me quemé la lengua, el chef sonrió cómplice. El moro al principio no me convenció, pero una vez que lo mezclé casi que me atrevo a pedir más. Mientras hacen el pedido una pareja que acaban de llegar y esperan sentados afuera, llega otra que entra directo a la cocina y saluda al chef. Mientras realizo las tomas de la preparación del plato Anabel me comenta que es una pareja cubana amigos de ellos y siempre vienen a comprar el almuerzo para la empresa de viaje donde están trabajando. Seis almuerzos para llevar y los de ellos para servirse cómodamente en la cocina, con sabor cubano y calor familiar. El plato sale y los rostros de gusto con el que comen me detiene de preguntarles. Espero en la cocina a que terminen y ambas parejas dan la misma respuesta “Muy buena la comida, la sazón es diferente y el plato realmente te llena”. Alexander sigue preparando los otros seis almuerzos mientras sigue escuchando música con el audífono que lleva todo el tiempo. La carne que acaba de preparar, la vaca frita, no le tomó más de diez minutos. Al despedirme me deja probar un pedacito y casi logra que me quede a almorzar, pero el tiempo apremia y aún tengo mucho que hacer. Ambos se despiden de forma muy amable y me dejan la invitación a regresar. Para cuando abandono el lugar son las dos de la tarde, me voy de un lugar sencillo, atendido por gente amable, un sabor a cuba en los labios y la nostalgia de una bandera que pinta esperanzas en colores azul, rojo y blanco. Mi recomendación es que al que venga, venga con hambre porque el plato es grande y si no, haga espacio, que siempre cabe más cuando de buena comida se habla.



Paseando entre montañas Hay que tener fuerza de voluntad o pocas horas de sueño para no perder el tren. Si la ruta le resulta un poco difícil para llegar a la estación, es preferible que tome el trole y se quede en la estación Jefferson Pérez que está ubicada una calle más abajo de la estación Ferrocarriles del Ecuador. La dirección exacta de la estación es: calle Quilotoa y calle Sangay, en Chimbacalle, Quito, Ecuador. La forma más fácil de reconocer su fachada es mediante las acosadoras vendedoras de guantes, gorros y bufandas que se encuentran en los exteriores. Si decide acercarse a comprar tenga cuidado a quien rechaza, pues una de las amables y sonriente señoras, de pelo ensortijado simulando un plumero, abrigada hasta los ojos, dijo “vas a ver como te mueres del frío ahora y ahí si“ al darle la espalda a un joven que se negó a comprar. Una vez que se ha superado el tumulto de la fila de entrada, que con caras curiosas esperan que confirmen su nombre mediante su cédula, el camino se ha despejado. Las escalinatas llevan directo a un mural de la locomotora principal, a mano izquierda un pequeño letrero indica por donde se debe abordar, en español e inglés. Las horas de salida varían según la ruta. Nosotros iremos de Chimbacalle a Machachi, de Machachi a El Boliche, de El Boliche a Machachi y de Machachi nuevamente a Quito. Nuestro tren sale a las 8:15am. Las instrucciones son dadas por los diferentes guías, uno por cada vagón. Tras la campanada de salida comienza el trayecto. En el ajetreado camino son muchas las emociones que se sienten. Todo depende de cuál sea su espíritu como viajero. Si es de los que desea aprender, como Drew Davis, un estadounidense que le pasó preguntando a su pareja, latina, cuáles eran las respuestas y que historia se contaba, este viaje le encantará. Durante todo el trayecto el guía va contando diferentes anécdotas, leyendas e historias curiosas. En los intermedios hace preguntas participativas con el público. En este caso, la guía del grupo de la Universidad de las Américas, Lucía, nombrando al azar a los alumnos, (con mayor posibilidad de que sea mujer debido al alarmante número de 35 mujeres y 3 hombres) hace que estos se pongan de pie, se presenten y respondan la pregunta, Algunos incluso hicieron chistes. Por otro lado, si es de los que le gusta la emoción, disfrutará de las motos de seguridad a cada lado del tren. “Aún no existe una cultura de que el tren ha vuelto a circular en la ciudad, entonces nuestros compañeros de seguridad se adelantan a los cruces de


calles para detener el tráfico y evitar accidentes”, comentó Diego Villavicencio, jefe de guías del tren. Además, en ciertos lugares, entre las montañas, el tren se balancea un poco abrupto de un lado hacia el otro. No hay que alarmarse, el camino es seguro, es solo como ir en una carretera con baches. Por último, si tiene un espíritu curioso y de relacionarse con las personas, disfrutará de cada minuto. En todo el trayecto de salida del sur de la ciudad hacia las otras estaciones se encontrará con que las personas le saludan. Ver a tantos niños saludando con una pequeña mano y una gran emoción, le roba una sonrisa a cualquiera. “Esto sucede porque una de las señas del breakero (señor que va entre los vagones y hace señas al maquinista con la mano) parece un saludo y por eso las personas regresan el saludo con la mano”, explicó el jefe de guías. También nos comentó que este término viene de la palabra inglesa “break” y que fue adaptada. Edison Chamor, el breakero de nuestro vagón, explicó que las señas con las manos indican avanzar sin problema, bajar la velocidad, detenerse, ir hacia adelante e ir hacia atrás. La labor del breakero es indispensable, ya que el maquinista (quien conduce el tren) puede estar en la parte frontal o en la trasera del tren. Los breakeros, al ir entre cada vagón tienen mayor visibilidad de las vías y le avisan al maquinista de cualquier obstáculo o inconveniente en la misma. Son las 9:30 y se hace una parada de diez minutos en la estación de Tambillo. Aquí no hay servicio de alimentación, es solo para descansar y estirar las piernas e ir al baño de ser necesario. Otros aprovechan la ocasión para tomarse fotos, dentro y fuera del tren y al tren en sí. Se retoma camino siendo las 9:40, la próxima estación es Machachi. Aunque se siguen haciendo preguntas y contando historias, muchos de los pasajeros han cedido al sueño, que ha sido fortalecido con el frío de la mañana, el vaivén del tren y el aire puro. Machachi es una locura de estómagos hambrientos, de escaso personal y producto. Al arribar a esta estación, a las 10:15, el guía explica que el boleto individual le respalda un dólar del desayuno, si desea algo más, corre por su cuenta. Son dos vagones de aproximadamente 50 personas en un espacio con menor capacidad. El olor de las habas y el queso deslizándose sobre el choclo, el humeante


olor del chocolate caliente y lo fresco del sánduche, no ayuda a la cordura de los viajeros. Solo una señora atiende los pedidos, mientras tres se encargan de servir. El sánduche se acabó y las malas caras que deseaban uno se retiraron con una porción de panes de maíz a los exteriores de la estación. Muy pocos desayunaron en el interior. A las 10:45, con tan solo diez minutos de desayuno se vuelve a embarcar el tren para llegar a la estación El Boliche. El tren se prende, avanza un metro y frena. Uno de los troncos de debajo de la vía acaba de salirse. Toma 15 minutos arreglarlo y eso retrasa todo lo demás. Al llegar a El Boliche hay otra cafetería donde venden agüitas, morocho y empanadas de viento. Como tenemos que recuperar tiempo, no hay espacio para comer algo más. Mientras un señor a lo lejos da las instrucciones de la división de grupos y actividades, los niños se distraen con las llamas y las alpacas que hay en el lugar, mientras un peculiar personaje capta la atención de los jóvenes. Es nuestro guía de la caminata, Álvaro Guevara. Lo primero que nos comenta es que hay un duende en esta estación. “Dicen que cuando un lugar queda abandonado por mucho tiempo un duende se apodera de él y eso pasó con esta estación. Una vez que fue rehabilitada los guardias comenzaron a percatarse de su presencia”. Lo curioso de la anécdota de Álvaro, es que además del duende había otro dato constante en las historias, el alcohol. Al final de la caminata por uno de los senderos de este lugar, los alumnos de la UDLA, bautizaron duende al guía. No por sus historias, sino por su parecido con la caricatura de este personaje de fantasías. De cara alargada y delgada, con acentuadas arrugas alrededor de la boca, orejas puntiagudas, ojos inquietos, una sonrisa en forma de U acentuando las arrugas y un sombrero rojo y blanco, como el de papá Noel, pero sin punta, hicieron de este señor, el duende de nuestro trayecto. Regresamos hasta Machachi, el tren fue un silencio absoluto, todos duermen y el único murmullo es el de algunos audífonos que llevan el volumen un poco alto. Una vez que se desembarca nuevamente en Machachi, con caras hinchadas, ojos rojos, bostezos y exóticos peinados sin peinar sirven el almuerzo en la estación. Al concluir, siendo las 12:45 de la tarde, con caras alegres y estómagos felices los chicos de la UDLA emprenden camino a la granja Hostería La Estación.


Allí nos recibe Frouei Ludovico, envuelto en un poncho color tomate obscuro. Él es el encargado de mostrarnos el lugar y realizar con el grupo algunos ejercicios de respiración y relajación. Con una potente voz y una cara amigable de sonrisa permanente comienza las instrucciones. De inmediato algunos cierran los ojos y se sumergen de lleno en lo que hacen, mientras otros se miran de reojos y dejan libres sonrisas nerviosas, de complicidad y vergüenza al ridículo. Al final, todos se relajan y hacen los ejercicios con suma seriedad. Una vez culminados se comienza a recorrer la granja. El orden llegó hasta la visita a los conejos. Los primeros animales que encontramos en el camino son unos gansos y un par de cisnes que disfrutan de un pequeño lago verde hasta en su sombra. Después un par de avestruces pequeñas que no tiene vergüenza en interactuar con el público. Gladys, una cabra de meses color café crema llama la atención de todos y uno que otro “ohhhh que bella”. En una U de jaulas hay un caballo, una vaca, una llama, una cabra, un chivo, conejos, cuyes, gallinas, palomas, un burro y una mula. En la mula y el burro se pueden dar paseos, sin embargo la mula resultó ser la más popular para galopar y el burro para posar en las fotos. Más arriba, donde pocos llegaron por quedarse hablando en el césped o hacer unas vueltas en cuadrón hay un par de venados y una pareja de pavos reales. A la salida, a mano izquierda está la Hostería, donde es posible hospedarse. Su propietaria, Gladys Revelo, da la bienvenida al grupo con un canelazo que puede ser con o sin alcohol. Le preguntamos a Roberto Reyes, un joven de 22 años que le parecía el lugar como destino turístico, a lo que nos respondió: “me parece excelente para escapar de la ciudad, es tranquilo, el ambiente es ameno y se disfruta de unos paisajes muy hermosos”. Son las dos de la tarde y es hora de regresar a Quito. El viaje, por hoy a concluido. Sin embargo, los relatos sobre lo que fue, como la pasaron, que vieron y que hicieron, perdurará unas semanas más y para algunos posiblemente nunca desaparezca.


CAPÍTULO V MARÍA JOSÉ RAMÍREZ


Saboreando el pasado Un aroma cálido, leche recién hervida, canela y azúcar batidos con una cuchara de palo, penetró dulcemente como un perfume no disuelto a través de las ropas hasta llegar a la mas intima memoria de la infancia de Pedro Olivero. En la calle Venezuela, centro histórico de Quito, en la “Cafetería Carmita”, reposan “las delicias ecuatorianas” de diversos colores y desprendiendo un aroma a dulce pasado, los bolones, quimbolitos, mote con chicharrón, quesadillas, higos con queso, colaciones, dulces de guayaba y de leche, cocadas, bizcochos y humitas, obligan a los transeúntes a detenerse y saborear estos manjares. Sin embargo, al cuestionarle a Don José Mesa, uno de los propietarios, encargado de la cafetería, acerca del particular perfume que llevo a Pedro Olivero a sentarse en una de sus mesas, respondió sonriendo “es el ponche”.


Pedro fue invitado a la cocina de Don José y prepararon meticulosamente aquel manjar para él, colocaron dos huevos en un largo vaso color plata mezclándolos lentamente, agregaron leche, azúcar y mientras agitaban el vaso, de vez en cuando echaban canela. La preparación tomaba una textura más cremosa y espesa, cuando la mezcla estuvo a punto de regarse sobrepasando el borde del vaso, la sacaron vaciándola en un jarro de vidrio transparente y espolvorearon canela en polvo sobre ella. El ponche fue trasladado a la mesa junto con una fresca y ligera quesadilla que Pedro empezó a saborear antes de probar el ponche, cada pedazo que introducía en su boca se desmenuzaba y diluía con rapidez, cada migaja llegaba a sus papilas gustativas “privilegiando su paladar de el de los demás”. Don José Mesa comentó que la “Cafetería Carmita” tiene al menos cincuenta años, y que muchos de los productos que ha vendido fueron adquiridos para compartirlos a compatriotas emigrantes radicados en otros países, pues el sabor de estos manjares, es para ellos, un sueño que les recuerda sus raíces, alimenta el cuerpo y el alma y les incentiva a regresar también por probar la comida de su tierra. Teniendo 60 años Don José Mesa afirma haber ofrendado su vida al negocio que mantiene junto con sus 2 hermanos; 37 años trabajando en la “Cafetería Carmita” le han permitido conocer mucha gente y mantenerse “joven y apuesto” gracias a los mágicos ponches preparados con el calor que solo ofrece su país. Así como las quesadillas, los frescos bizcochos y los sándwich calientes de mortadela y queso que se venden por cientos a diario y son exigidos como acompañantes del exquisito ponche o chocolate, la cafetería ofrece otros platos para la degustación de las personas según Rosa, mesera del lugar. Pequeñas papas bien peladas y hervidas, bañadas por una salsa amarilla compuesta por cebolla, leche, maní y pedazos de cuero de chancho cocinados junto con la preparación, le dan un autentico sabor a las “papas con cuero” que es otro de los platos más solicitados por los comensales de la “Cafetería Carmita” según Maggie Monserrate, mesera. Así como la cafetería “Carmita” y las antiguas calles del Centro de Quito, las personas por más jóvenes que sean guardaran en su memoria ancestral los olores que les recuerde la felicidad y los sabores de su tierra, asegura Don José Mesa después de ver en la cocina de su local, que cada plato regresa vacío de las mesas.



Pocos han visto la fotografía ganadora (Eduardo Valenzuela: Foto ganadora del premio Jorge Mantilla Ortega) Alto, de tez morena y cabello ondulado Eduardo Valenzuela de 34 años cuenta que la fotografía para él es un arte. Sonríe y comenta que la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador fue el lugar donde descubrió su verdadera pasión, la fotografía. Sonríe y dice que el premio Jorge Mantilla Ortega del Grupo EL COMERCIO que se le otorgó a una de sus fotografías fue un “logro que llego de repente”. En la actualidad colabora con la Agencia Alemana de Prensa (DPA) y con publicaciones nacionales en las revistas Mundo Dinners y Gestión además de organismos gubernamentales. ACERCA DE SU PROFESIÓN ¿Desde hace cuánto tiempo es usted fotógrafo? Son 10 años los que he ejercido esta profesión. Mi experiencia profesional empezó como redactor e investigando para productoras pero siempre me gusto más la producción de imagen. ¿Cuándo se involucró en los medios de comunicación? Empecé haciendo pasantías en el diario EL COMERCIO, fue ahí cuando la fotografía que tomé ocupo la portada del diario y después fue la ganadora del premio. Tenía 25 años en ese entonces. ¿Tiene usted una especialización en fotografía? No hice ningún curso pero leía mucho acerca de eso y veía muchos libros de fotos. ¿Cree usted que profesionales especializados en fotografía tienen ventaja sobre usted? No hay ventajas ni desventajas, si te gusta y tienes la afinidad lo vas a hacer estudies o no. El estudio te permite profesionalizarte pero nada más.

ACERCA DEL PREMIO RECIBIDO


¿Por qué cree usted que su fotografía fue merecedora del premio Jorge Mantilla Ortega? Primero fue un tema coyuntural. Algunos movimientos indígenas y de otras organizaciones estaban protestando en la Universidad Salesiana en contra del gobierno de Jamil Mahuad. Esos días hubo represiones policiales bastante intensas y eso ayudo a que el tema sea de portada. ¿Fue usted el único fotógrafo del diario que debía cubrir el hecho? Varios fotógrafos de EL COMERCIO fueron a cubrir la protesta y yo me cole en la cobertura. Era solo un pasante, tenía bastante competencia. ¿Qué sintió usted al ver su nombre en los créditos de la fotografía? Esa fotografía se publicó sin créditos porque cuando eres pasante, en varios medios de comunicación, tienen una mala política de no reconocer el trabajo intelectual. El día de la publicación yo reconocí la fotografía y eso sirvió para que el diario me contratara. ¿Conoce usted al personaje de la fotografía del libro? La fotografía que está en el libro no es la ganadora del premio. Esa imagen no es mía. Este es un gran error que se da porque los del periódico no contrataron gente profesional para editar el libro sino que lo hicieron las relacionadoras públicas del diario. ¿Ha hecho usted algún reclamo? No todavía, escribí un mail informando que no era, pero si haré una carta formal a la directora del diario diciéndole que esa fotografía no corresponde a mi trabajo. Me imagino que la persona que produjo esa imagen también debe estar molesta porque es perjudicada. ¿Qué plasma entonces la fotografía ganadora? Había un enfrentamiento. Los policías agredieron a muchos fotógrafos para variar, a mi me golpearon en la espalda. Esa fotografía es en la esquina de la Veintimilla y 12 de Octubre. En la iglesia del Girón hay un muro grande de piedra, cerramiento de la iglesia, justo debajo de esa pared estaban policías disparando gases lacrimógenos y arriba del muro estaban campesinos e indígenas con flechas mirándolos. Esa fue un poco la contradicción de la fotografía.

ACERCA DE LA FOTOGRAFÍA COMO CARRERA


¿Alguna experiencia que merezca ser recordada? A lo largo de mi carrera he visto cosas muy tristes, gente que muere, accidentes trágicos. Pero también he visto cosas hermosas, puedo decir conozco todo el país y que siempre se descubre algo nuevo. No solo he trabajado con el sentido de explorar para hacer fotografía sino con el de explorar para encontrar una identidad. ¿Es la fotografía la mejor manera de hacer periodismo? No podría comparar. Cada género tiene sus propias características y virtudes, pero creo que la fotografía tienen un tinte especial porque se registra en muy poco tiempo, milésimas de segundo, es lo que tu elegiste contar desde tu punto de vista. ¿Son las fotografías una representación de la realidad? No. Una fotografía no demuestra una realidad. Creo que representa un momento íntimo muy subjetivo de lo que puedes observar. Decir que una imagen sustenta un hecho real es como atreverse a decir que la verdad es absoluta y ese es uno de los errores en el que cae el fotoperiodismo. ¿Qué piensa acerca de las fotos de Irak? Son solo una parte, es un punto de vista, los fotógrafos corresponsales de guerra están sometidos bajo la jurisdicción del que manda en ese territorio. En Irak muchas de las fotografías antes de ser publicadas son editadas o pasan por un filtro. Algunas son censuradas. ¿Qué representa una fotografía? Cuando uno mira una fotografía puede observar, prestar atención, asombrarse, pero por otro lado siempre está la duda de lo que realmente sucedió alrededor de ese cuadro. Siempre hay que plantear a la gente que lo que ve no es lo absoluto ni la verdad total. ¿Cree usted qué la realidad pueda ser plasmada totalmente alguna vez? No. La realidad es totalmente subjetiva, todo lo que se presenta a diario en las noticias es solo un pedacito. Además se informa solo un resumen y cada vez hay menos espacio. Yo creo que los medios de comunicación se equivocan al decir que lo que muestran es la realidad. ¿Debe ser plasmada la parte dolorosa de la realidad? Eso exige la línea editorial del medio, estas obligado a registrar eso. Te pagan para que plasmes hechos dolorosos o situaciones que no le conmueven a nadie, no depende de ti.


¿Si dependería de Por eso ya no trabajo en ningún periódico.

usted

lo

haría?

¿Qué es lo que le gustaría plasmar únicamente? El someterse a estos comandos editoriales de mostrar imágenes a conveniencia no es mi estilo. Ahora estoy tratando de ver la fotografía de otra manera, más documental y profunda, intento hacer un análisis más intimo de mi trabajo. ¿Uno de sus sueños a futuro? Estuve prácticamente obsesionado con ser corresponsal de guerra pero me di cuenta que se han tomado millones de fotografías en el mundo acerca de estos hechos y no han solucionado nada. ¿Qué piensa acerca de la fotografía? En Ecuador está teniendo un auge muy importante pero falta profesionalismo. Ninguna universidad del país tiene como carrera fotoperiodismo. Hay gente que está iniciando y debería existir un referente no necesariamente académico pero si un gremio profesional que los ampare. ACERCA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ¿Amparo en qué sentido? Hay fotografías que publican los medios de comunicación y después no se hacen responsables. Finalmente quien tiene que responder es el fotógrafo. Abandone también el periódico porque es una profesión mal pagada, requiere del cien por ciento de tu tiempo y absorbe tu vida personal. ¿Por qué cree usted que es necesario un gremio? En argentina existen gremios que respaldan a los periodistas que exigen reconocer sus honorarios. Aquí existe una negociación medio criolla, te dicen bueno si no estas de acuerdo hay cien más que están detrás del trabajo. ¿Le gusta ser profesor? Me gusta compartir lo que he visto, mi experiencia. El aula es un espacio de reflexión pre profesional, donde se forjan las ideas. Me gusta que tengan la oportunidad de reflexionar sobre la soledad que te causa el periodismo algunas veces.


Un domingo de fútbol Las sucias piernas de 22 jugadores de dos de las mas importantes ligas barriales de fútbol en Huachi, provincia del Tungurahua, debutaron el domingo a pesar de la fuerte lluvia y del lodo que les impedía correr con agilidad. Las caídas, los golpes y los feos resbalones que sufrían los jugadores, llenaban de pasión al público que los observaba con interés, a pesar de ser sus familiares, la gran mayoría. El frío parecía refrescar sus cuerpos acalorados y sudorosos. Los impulsaba a correr, luchar y pelear cada maniobra. “Los Delta” con uniforme azul y “Los fabulosos” de rojo y blanco, corrían de polo a polo detrás de la pelota el suelo de la cancha de tierra ,que después de la lluvia no hizo mas


que dificultar su paso a través de ella, era el lugar perfecto y de disfrute para los jugadores aquel momento. El número 10 de “Los Delta” saltaba los charcos con gran facilidad, esquivaba las pequeñas piedras y movía su cuerpo con tal equilibrio que le permitía sostenerse prácticamente en el aire y no caer al piso como sus compañeros, tal vez debido a su pequeña estatura, a la que le favorecía su delgado pero bien formado cuerpo. Ágil y rápido corría tras la pelota, en la cancha sus compañeros le gritaban “¡dale mono!” y justo después de eso un gran balonazo parecía estar a punto de romper la red que se estiraba hasta su punto máximo en el aire y todos gritaban ¡gol! Con gran emoción, el público se abrazaba y aplaudía mientras el “mono” sutilmente viraba el rostro y al tocarse con los dedos la boca mandaba un beso dedicándole sus triunfos a la chica que lo observaba muy detenidamente con los ojos bien abiertos y en expectativa desde las gradas. La desesperación se hizo presente, el partido no era fácil para “Los Delta”, sus contrincantes no estaban dispuestos a perder, las malas palabras no faltaron entre los jugadores de los dos equipos y motivó a los asistentes a discutir también durante los 15 minutos de descanso entre el primer y segundo tiempo. Finalmente, Los Deltas después de tanto sudor derramado y con sus rojos rostros al terminar el partido, celebraron su triunfo con una java de heladas cervezas, cada sorbo parecía llenarlos de vialidad; sonreían gritaban y recordaban apasionadamente el juego que los llevó a la gloria, el primero en abrir una cerveza, indudablemente fue el Mono.


Libertad de expresión: “Una porquería” Empujada por los fantasmas del hambre y en uso de la libertad que para ella aniquiló su miseria, se decidió a gritar la verdad que oprimía su espíritu y el de su numerosa familia. La casa de su pareja sentimental es hoy albergue de “los desposeídos que acuden a construir el alimento del sistema llamado democracia”. La angosta calle que desemboca en una de las principales arterias de Quito, Av. 10 de Agosto, es “guarida” de un grupo de “universitarios protestantes”. Lissette Villena, estudiante de octavo semestre de comunicación de la Universidad Central del Ecuador, junta sus labios hasta partirlos y formando un pico con ellos, lleva con su mano izquierda hasta su boca un largo y blanco cigarrillo mientras dice “el dinero es dueño de la libertad de expresión”. Una pequeña y antigua casa color verde pastel, es albergue de personas consideradas diferentes y calificadas como “anormales” por la sociedad según Lissette, debido al pensamiento distinto.


El pequeño y escondido lugar es cómplice de sus discusiones. Sus blancas y bajas paredes que lo hacen acogedor, guardan sus más íntimos secretos, que pretenden un día ser exteriorizados con fuerza. Mientras “la capital vive una fiesta y agota a sus habitantes y visitantes”, el conocimiento del grupo de jóvenes, encuentra solución a asuntos denigrantes para muchas personas que en una ínfima lucha tratan de cambiar. Se reúnen, conversan, gritan y lloran compartiendo cada una de las experiencias vividas siendo “victimas de un cruel sistema capitalista que calcina sus ganas de vivir cada día más”. Las personas al frente del movimiento liberal, dicen tratar de crear un entorno más justo para ellos y para los demás, buscan una “democracia total”. Pero en este lugar no solo se encuentra personas de ideología liberal, sino también a la colectividad “que tiene posibilidades económicas” como las define Lissette, líder del grupo. “Ellos se consideran actores y promotores del cambio”, comparten sus vivencias, así como el dolor y la resignación que “la clase económicamente poderosa ha reemplazado por falsas esperanzas”. Nelson López, estudiante de periodismo de la Universidad Católica afirma que la libertad de expresión es una utopía, y que a pesar de estar a un semestre de terminar su carrera no ha comprendido aún la frustración y el martirio que será para el su trabajo y “no poder gritarle al mundo la verdad”. Comisiones de estudiantes de varios países visitan esta singular casa en algunas ocasiones, además de sus representantes permanentes. Escuchan varias opiniones que concuerdan en que la libertad hoy no existe, mucho menos su fusión con la expresión. Lissette casi al terminar su carrera, aun contempla la esperanza de hablar libremente, de compartir sus pensamientos sin miedo y no ser reprimida. Mientras frunce el ceño y mueve sus morenas y pequeñas manos, describe su primer año en la universidad, cuando todavía creía que “la libertad de expresión es un sueño que con trabajo puede ser cristalizado”, hoy define todo como “una porquería”.


Mientras Lissette evidencia ante la gente que son fallidas las campañas contra el hambre, la desigualdad y la libertad práctica de expresión, y habiéndole tomado 4 años descubrirlo, Francesca Galarza, estudiante de periodismo de primer semestre de La Universidad de Las Américas, considera que la libertad de expresión forma parte de nuestra naturaleza y que “hay que aprovecharla y vivirla plenamente”. Ella aspira trabajar en un canal de televisión como reportera y dice que si el medio de comunicación con el que se involucra es serio, ella cree firmemente que podrá expresarse con libertad. Francesca sonríe y jugando con su cabello rubio y ondulado cuenta lo apasionante que es para ella el periodismo. El debate y la investigación, siempre le han gustado, y piensa poner en práctica todo lo aprendido. “Los periodistas que son silenciados son los que no luchan realmente por la libertad de expresión” dice con voz fuerte y abriendo sus ojos.


La libertad de la locura Manicomio San Lazaro: Jerry, paciente e interno. A fuerza de estar lúcido, despierto, concentrado en el pensamiento de saber que un día la tierra arderá en cenizas, sobre una playa de arena, se quedo aturdido, a la sombra de unos grandes árboles que hacían el arco central a un riachuelo. Con un tabaco de marihuana entre los dedos de la mano derecha, pensaba en los grandes negocios que lo convertirían en un hombre lleno de placeres para disfrutar en la vida. Inglaterra, Alemania, Francia y Estados Unidos fueron los lugares donde vivió años, podía comunicarse en cualquiera de ellos porque dominaba el idioma. Pero definitivamente los países latinoamericanos lo enloquecían, Colombia fue su punto de partida, allí ejerció abiertamente el gran negocio del narcotráfico.


Invertía su dinero en mujeres y marihuana, a la que prefería sobre todas las drogas por ser natural, a pesar de haber probado prácticamente todas. No adquiría nada por que no pensaba quedarse en un determinado lugar, sino seguir viajando por la que llama “exquisita Latinoamérica”. No le temblaba la mano cuando se trataba de clavar un chullillo en las rojas y humanas carnes de los que le impedían trabajar tranquilo. Puerto Rico, Argentina y finalmente Ecuador, fueron sus destinos, Quito lo enamoro, y fue ahí donde decidió pasar el resto de su vida. El pensamiento frío y sereno lo abandono, abriendo sus oscuros y verdes ojos rodeados de profundas líneas marcadas en su piel, en un antiguo y silencioso lugar, donde no había estado antes; sin música, sin alcohol, sin olor, estaba aislado, lo privaron de vivir su propia vida. Alto, de largo, canoso y ondulado cabello, ahora reposa renegando en el hospital de salud mental San Lazaro, lleva allí seis años y sin saber hablar español; penetra la mirada circunspecta por entre las ralladuras de la piedra de la columna y observa los intrusos. Un hombre joven envejecido prematuramente, cual si fuera una estatua cincelada forma parte de la piedra, camina con las manos en los bolsillos de su chompa de cuero que usa a diario y de vez en cuando se escucha su ronca y fuerte voz que reclama libertad, “fuck off I wanna be alone”. En tal estado subconsciente, recuerda haber viajado por el resbaladizo acantilado de los sueños venciendo la peligrosidad de las pendientes, tras jornadas terribles, de sufrimiento y desesperación que en su estado aparentemente inconsciente siente. Las enfermeras lo llaman Roberto, nadie puede comunicarse con el. Habla algunos idiomas menos español, sin embargo trata de comunicarse. Con su mente aparentemente lúcida pidió un cigarrillo a cambio de una entrevista. Hablaba en ingles, mezclando los idiomas y se comunicaba con alguien mientras fumaba el cigarrillo, estaba satisfecho, podía tener hasta un orgasmo inhalando el nicótico humo que definitivamente lo “llevaba a la gloria”.


Sus amarillos y grandes dientes formaban parte de su morena boca, sus delgados y morados labios maldecían el momento en que llego a ese lugar. Después del diagnostico de los doctores, el podría regresar a Estados Unidos de donde vino, Jerry Anderson quiere vivir en Quito y continuar con sus negocios tranquilo, pero las autoridades permitieron su salida únicamente de regreso a su país. Jerry prefiere estar en el hospital del país que lo enamoro, su vida está en Quito.


Un paso atrás en el tiempo, música y recuerdos La música del grupo Soda Stereo suena fuerte por los parlantes de un carro marca Kia Sportage 2010 color gris. En una mañana en Quito, calurosa o fría, entre carros, ruidos y smoke, María Yoyina Álvarez “despeja su mente” mientras escucha el tema “Me veras volver”, canción de su grupo favorito. Tiene en la guantera de su auto un CD mp3 que reúne todos los grandes éxitos de este grupo como “signos”, “en la ciudad de la furia”, “ella uso mi cabeza como un revolver”, “nada personal”. “persiana americana”. Son algunas de sus favoritas. Cada vez que María escucha esta música “vuelve a la vida”. Su mente empieza a volar y se transporta veinte años atrás cuando ella junto a Mauricio, su esposo, cantaban


juntos “no quiero vivir mil veces las mismas cosas ni contemplarlas sabiamente, quiero que me trates suavemente”. Con esa canción, dice María Yoyina, resolvían cualquier pelea, se miraban a los ojos y después de un apasionado beso sonreían y juraban no volver a pelar más. María cuenta que los tiempos han cambiado y que años atrás se bailaba diferente porque la música que se escuchaba era distinta. Ella considera que hace algún tiempo atrás los grupos de música escribían canciones con letras más profundas y especiales que en la actualidad. Esa reflexión llega a su mente cada vez que recuerda la frase “dale duro dale duro dale duro”, letra de una canción de reggaeton que observa bailar a su hija y cantarla con “toda el alma”. No puede comprender como disfruta de ese tipo de música dice María. En el video “signos” del grupo Soda Stereo, el peinado de Gustavo Cerati, vocalista, está compuesto por un alto copete rubio, su cabello está completamente rizado y la chaqueta que usa tiene hombreras, que en aquel tiempo estaban muy de moda, dice María porque ella también las usaba. Rojo, azul, verde, amarillo y negro formaban círculos, rombos, triángulos o manchas en la tela de su ropa. Sus bailes iban acorde a la música. Un pie hacia adelante y otro hacia atrás mientras sostenían en su mano un vaso de cerveza. Cuando María escucha este ritmo, lo que hace es cerrar sus ojos y bailar. Se mueve lentamente y desliza sus brazos tocando sus piernas. Repentinamente empieza a saltar cuando la música se torna un poco más fuerte, alza sus brazos que se mueven de derecha a izquierda junto con su cabeza, despacio. La música es fundamental para María Yoyina. Ella dice que muchos grupos le ayudaron a formar sus ideas y tener más claros sus pensamientos acerca de muchas cosas. Su ideología política y social se formo muy bien comenta y gran parte es gracias a la música que le abrió la mente. “A mi hija Carla le gusta Soda Stereo por mí pero le gusta también el reggaeton”. Las nuevas generaciones se pueden salvar dice María, “siempre y cuando tengan conciencia de que en la actualidad solo se escucha tonterías”.


A pesar del pensamiento de su madre, Carla considera que las cosas no son así. Ella dice que el reggaeton no es para formar su mente, es simplemente para relajarse, bailar y disfrutar. Cada vez que Carla va a una discoteca con sus amigas todas cantan en coro “¡cuando cuando cuando eh!” mientras mueven sus caderas como si estuvieran jugando al hulahula. Alza los brazos y mueve sus piernas, el baile es similar al de su madre, pero el de ella es más rápido. A Domenica Mantilla, estudiante del colegio La Inmaculada, le aburren las “canciones viejas”. A ella le gusta el reggaeton y conoce a todos los cantantes del género. “Es de mi época, debo saber”. A diferencia de Carla, a Domenica no le interesa conocer o escuchar otro tipo de música diferente al que escucha. “Es divertido, su puede bailar y las letras son lindas como la del angelito que está de moda”. Soda Stereo y el reggaeton son géneros muy distintos dice María Yoyina, no hay punto de comparación. “Con lo uno solo bailas. Con lo otro bailas, piensas y sientes a la vez”.


Un encuentro entre perros, sangre y dinero En la Ciudad Mitad del Mundo, a 45 minutos del perímetro urbano de la capital, desde hace siete años se esconde e impulsa la violencia animal, según Jorge, organizador de peleas caninas. Diurca una perra de raza American Pit Bull Terrier de suave pelaje blanco y corto, con manchas de color chocolate que hacen juego con el rosado café de su nariz, se para de manera imponente sobre sus dos gruesas y carnosas patas y mira fijamente a Juan José, su dueño. Los ojos de Diurca y de Juan José son de color azul, pero los del animal son achinados y pequeños para el gran tamaño de su cabeza. Los de su amo tienen la forma de una almendra. Se miran mutuamente mientras él desliza su blanca y ancha mano sobre el lomo de la perra. Ella tiene cinco años, ha sido preparada para pelear desde los tres meses de edad y se enfrenta contra otros canes desde los dos años. Le atribuye a su poseedor de 300 a 700 dólares por cada contienda que gana “la mina más bonita”, así la llama su amo por ser argentina.


Antes de viajar, dentro de una camioneta Ford F150 doble cabina blanca año 2008, Juan José coloca cinco galones de agua tesalia, tres libras de balanceado para que Diurca se alimente si es que llega a tener hambre y el botiquín que consta de eterol, para desinfectar las heridas de la perra si es que se lastima, gazas y trago puro de caña. Las concentraciones se dan en distintos lugares del país como Santo Domingo, Chone, Quito y Ambato, según David quien establece la hora, el lugar y la fecha de los “sangrientos encuentros”. Las grandes sumas de dinero que están en juego en las discretas reuniones que no albergan más de 25 personas, generan adrenalina en los asistentes porque “muchos se juegan hasta la vida en estos encuentros” afirma David. Varios de los campeonatos llevados a cabo en estas ciudades han hecho que Juan José saboree la “dulce victoria” a través de Diurca, que en cada triste enfrentamiento arriesga su vida. Cuando Juan José habla de su perra sonríe inmediatamente y sus ojos se mueven de un lado para otro, agita las manos y explica como crió a “la mina más bonita” desde el mes y medio de edad. “Preferí una hembra porque son más útiles que los machos para las peleas”, comenta. Según Jorge Guerrero, veterinario de Diurca, las hembras pueden alcanzar un mayor estado de ira y agresividad debido al exceso de hormonas que tienen en su cuerpo siempre y cuando sean esterilizadas y no tengan cachorros. Juan José sabe cómo Cuidar a Diurca, mimarla y complacerla hasta en el más mínimo detalle. Está pendiente de su dieta que se basa en fruta, yogurt, balanceado, harina de hueso, pechuga de pollo y carne de res crudas, “porque tiene que relacionarse con el olor” dice su amo. Es un pequeño y oscuro corredor el que conduce a Diurca al lugar donde se enfrentara con otros canes. En otras ocasiones son unas altas y anchas puertas de madera con metal las que se abren para que ella pase a un campo de césped rodeado de flores donde la esperan otros perros con la intención de vencerla.


Los apostadores y dueños de los animales se reúnen clandestinamente y sin fecha prevista. Lo hacen cuando lo consideran oportuno, generalmente una vez al mes y al estar seguros de que la policía no irrumpirá allí. El lugar, por cuestiones de seguridad para los apostadores, varía. La policía, tiene conocimiento sobre las clandestinas e ilegales peleas de perros. Cuando llegan al lugar donde se enfrentan los animales, detienen la riña, reciben una coima y luego se marchan, según Jorge. La ordenanza 128 del Distrito Metropolitano de Quito que sanciona, entre otras cosas las peleas caninas, multa a los promotores y organizadores del maltrato animal desde 50 a 200 dólares. El acceso al lugar es totalmente restringido, la vigilancia a pesar de ser discreta, porque se la realiza desde un automóvil, brinda la mayor protección posible a los apostadores. La comunicación entre quienes se encuentran dentro y los guardias desde afuera, es inmediata por medio de teléfonos celulares. Con una sola llamada, animales y personas desalojan el sitio, aunque algunos perros que están muy heridos son abandonados allí, cosa que Juan José dice que jamás haría porque “sin Diurca no hay vida”. Para ingresar a este reducido “club de pelea de animales” la posesión de un animal en muy buen estado físico es fundamental. Los apostadores prefieren a los perros de razas como Pit Bull, Road Willer y Akita, “a los de otras castas no se les tiene tanta fe” comenta Sebastián, que sigue de cerca a Diurca porque gracias a ella ha obtenido dinero. En otros países de América Latina como en Argentina, México y Colombia esta práctica sangrienta se da desde hace mucho tiempo atrás. A pesar de nacer en Gran Bretaña e Inglaterra en los siglos XVIII y XIX como un negocio lucrativo e ilegal desde sus inicios aun se practica sin permiso en la actualidad alrededor del mundo. En la Facultad de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Central del Ecuador, Carmen Hinojoza, cuenta que los animales utilizados para pelear son mal tratados físicamente, despojados de agua y comida y encerrados en pequeños lugares oscuros para que la ira despierte su instinto asesino.


“Son obligados a correr durante horas y a jalar grandes pesos por medio de cuerdas atadas a su cuerpo para desarrollar su musculatura”. Para Juan José esa preparación es normal en Diurca y cuando lo hace no le duele nada. “Son tres horas diarias por lo menos las que entrena mi nena”. A Sebastián, apostador, le gustan las peleas de perros “son chéveres” dice sonriendo y cuenta que muchas veces les ha ayudado a sus amigos a preparar a los animales para que el momento de la pelea sean más agresivos. “Se les hace brebajes que incluyen drogas como la cocaína, así comienzan a actuar de una manera más violenta. Este es solo uno de los tantos métodos que se utilizan para enloquecerlos.” La marihuana por ejemplo, es utilizada para calmar el dolor de los perros, explica Sebastián. “Durante las pelea Diurca no se rinde y sus contrincantes a pesar de tener ya varias fracturas o lastimados profundos en su piel tampoco lo hacen”, dice Juan José. La comercialización de los Pit Bull en el Ecuador ha aumentado, según David Tufiño, propietario de un criadero de de perros de esta raza. Él vende los cachorros incluso antes que nazcan, cada cría ya tiene un dueño antes de nacer. El costo es de $230. La institución Protección Animal Ecuador recibe diez perros diarios. Ocho tienen heridas y fracturas graves, según Fernando Arroyo, director del PAE. “No podemos asegurar que las lesiones de los animales sean debido a las peleas clandestinas, sin embargo, es vox populi la existencia de este tipo de eventos”. Finalmente Diurca sale victoriosa del lugar, su pelaje ya no es solamente blanco con café sino que ahora lleva manchas rojo. La saliva hecha espuma cuelga de su hocico y su lengua está seca. Inmediatamente Juan José le moja el cuerpo y chorrea agua roja por su pelo, la abraza y suben juntos en la camioneta. Hasta el próximo encuentro.


Un mundo a los pies del dinero “La plata mueve el mundo y quien diga lo contrario miente” afirma Alexandra mientras mueve rápidamente sus manos para explicar lo que ella siente cuando trabaja. El embrujo del dinero, ropa, carros y comida en lugares caros y de la élite social de Quito, ha llevado a “mujeres bellas físicamente” a pertenecer al mundo de las más solicitadas en la actualidad: “las chicas prepago”. Alexandra es una de ellas, tiene 20 años y estudia Comunicación Social en una de las universidades de la capital, se viste con ropa pequeña y blusas con escote pronunciado, su maquillaje está compuesto por colores fuertes y llamativos. Cada vez que abre y cierra sus ojos mira “que el mundo se mueve” y si ella no lo hace también “morirá seca y pobre”. Con el celular siempre en mano camina y da cada paso con fuerza “sin temor y agradecida con la vida porque le ha dado lo que merece”, sus tacos suenan cada vez que se encuentran con el piso. Anuncian su llegada a cualquier lugar, la llegada de una “mujer bella”. Cuando entra a algún sitio todos la miran, hombres y mujeres prendan su mirada en Alexandra.


María Dolores Carrasco, compañera de Alexandra, no sabe a que se dedica pero eso no le impide pensar que es una “coqueta exhibicionista” y no le agrada, la prefiere lejos según dice y considera que estudia comunicación “solo para aparecer en la televisión”. Por otro lado, Nathalia cree que Alexandra es una excelente persona. Es su mejor amiga y la apoya “ella tiene una vida muy dura y nadie tiene derecho a juzgarla”. Es Nathalia quien le ayuda a arreglarse antes de salir a sus citas e incluso le impulsa a cumplir con sus obligaciones estudiantiles cuando Alexandra se siente cansada. Ella pertenece a una red manejada por “un caballero llamado César”, él le organiza las citas, hace las llamadas y luego cobra la comisión. Alexandra recuerda que cuando tenía 16 años, en el colegio, le pidieron que los representara para el certamen de Miss Colegial, “en esas fiestas se conoce mucha gente, en especial hombres y con mucha plata”, fue así como conoció a César. Pertenece ya tres años a esta red aunque asegura que “hoy el trabajo es más cotizado”. Trabaja también por medio de una página en Internet y no le avergüenza decir que es una chica prepago cuando se lo preguntan, por el contrario, “con eso me pago la U” dice con una sonrisa. Lo único que representa un “verdadero problema” para ella es que sus padres se enteren lo que hace para pagar sus estudios, es esa la única razón que le impide hablar abiertamente de su trabajo. Según Alexandra es fácil encontrar “extranjeros viejos” en busca de compañía de jovencitas con cabellera negra ó rubia, siliconas en los senos y medidas casi perfectas que juegan el papel de amantes. “Estas mujeres hacen parte de la miseria de la sociedad, han cerrado sus oídos y han dejado de escuchar a los sabios y por ende se olvidaron del camino de Dios" afirman los padres de Alexandra cada vez que escuchan sobre algún caso de estos. Sin embargo, ella aporta con el pago de luz y agua en su casa además de colaborar con los gastos que implica la alimentación de su familia. “Mis padres piensan que trabajo de modelo, también hago pasarela pero lo que realmente me da dinero es el afecto que ofrezco a mis clientes”. Esta joven ha visitado varios psicólogos, sin embargo, considera que ninguno le ha servido, en cambio el dinero le ha dado mucho, según dice, y cuando reflexiona acerca


de las marcas que sabe que este trabajo dejara de por vida en su cuerpo, solo piensa y afirma “podré vivir con eso pero sin plata no”.



Odisea del tránsito La forma estrecha y longitudinal de Quito, sumada a un incontrolado ingreso del parque automotor de todo tipo, produce serios problemas de congestión vehicular. Hoy circular por las calles de la capital ecuatoriana, se convierte en una verdadera odisea al mando de un vehículo. El manejar ya no es un placer ni una distracción, ahora para hacerlo se utilizan más de cuatro ojos para vigilar al automóvil que va delante de otro y frena sin razón alguna. Según el Teniente Luis Palacios, miembro de la Comisión de Tránsito de Pichincha, las causas son el crecimiento de la población de autos, el mayor número de habitantes, el aumento de las distancias entre las áreas residenciales y las de empleo y comercio, y por el contrario el limitado crecimiento vial. Esto provoca molestias a la sociedad, problemas de congestión, tiempo excesivo para movilizarse, sectores sin servicio, contaminación y más. Durante todo el día una leve neblina de contaminación cubre la ciudad y a sus habitantes, por la mañana el smoke es menos perceptible que en la tarde y noche ,sin embargo, es un problema que afecta directamente a la gente. El aire que se respira ya no es tan puro como en el pasado. Existen varias propuestas para mejorar el tránsito y la congestión vehicular en la ciudad, sin embargo los proyectos son costosos y requieren de largo tiempo para poder ser realizados. Se habla de un tren subterráneo, elevado y rápido, así como propuestas de la prohibición a la importación de vehículos. El Teniente Palacios propone varias alternativas para contribuir descongestionamiento vehicular e incluso con la descontaminación.

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El uso de la bicicleta debería ser común y corriente dice, en las grandes ciudades del mundo la gente camina al menos tramos cortos, la ciudadanía es respetuosa y organizada y cualquier medida que se adopte es aceptada porque se entiende que es por el bienestar de todos.


Felicitó a la capital colombiana que aplica la modalidad de limitar la circulación de vehículos particulares, mediante uno de los dígitos de la placa de su vehículo, acción que se ha adoptado en la ciudad de Quito varios meses atrás pero que aun no ha resulto el problema en su totalidad. Así mismo en otros países la gente utiliza a diario medios de transporte públicos, no se avergüenzan por usar transporte urbano hacia sus destinos, dejan sus vehículos en casa y contribuyen en algo a la descongestión del transito en las ciudades. En el Ecuador el uso de un auto particular a diario es signo de status económico y social, afirmó. Actualmente existen algunos medios de transporte publico en la capital además de los buses, la eco-vía y el trole, contribuyen con el transito y son una alterativa para la movilización rápida. La eco-vía hace su recorrido a lo largo de la Av. 6 de diciembre, desde la Av. Río Coca donde se ubica la estación norte, pasa el centro histórico hasta La Marín ubicada al sur de Quito. Jorge Yépez, cobrador de la parada “Benalcázar” dice que las horas de congestión en la eco-vía son las primeras en la mañana y las últimas en la tarde porque los chicos del colegio, universitarios y hasta ejecutivos utilizan este medio de transporte para movilizarse y llegar a sus destinos. La avenida que está destinada para el tránsito de la eco-vía; es de uso exclusivo para este medio de transporte, por lo que el tiempo que tarda en recorrer la Av. 6 de diciembre que es una de las más congestionadas, es mucho más corto que el que tarda un taxi, un auto particular o un autobús en recorrerla. Según el Teniente Luis Palacios los carros que utilicen el espacio destinado al uso de la eco-vía para movilizarse deben ser multados por irrespetar las leyes de tránsito establecidas. A las 8:30 de la mañana Patricia Quishpe espera la eco-vía en la parada Benalcázar junto a su hija de cuatro años, la niña juega con su cartera rosada, sus delgados brazos balancean el bolso de arriba hacia abajo, lo pone sobre su cabeza y su madre apresurada la toma de la mano, dándole un jalón que la asusta y la niña frunce su ceño, la eco-vía se aproxima a la puerta.


La gente entra empujándose, las manos de las personas se ven sobre las espaldas de otros, y a pasos agigantados tratan de entrar a como de lugar antes que las puertas se cierren y los deje fuera, los que quieren salir usan sus brazos para abrirse camino entre la gente desesperada por entrar. Todos necesitan un lugar en el medio de transporte para no llegar tarde a sus destinos. En las horas pico, la consideración a las madres y sus niños desaparece, prevaleciendo el apuro y la comodidad individual. Patricia forma una muralla con sus brazos alrededor de Evelyn para protegerla de los empujones y golpes. Debido al calor y respiración de la gente, las pequeñas y cuadradas ventanas de la eco-vía parecen sudar, ligeras gotas de agua resbalan de arriba hacia abajo. A las 8:57 de la mañana Patricia y Evelyn llegaron a su destino final, estropeadas pero a tiempo.


FIN


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