Lugo y Santiago de Compostela

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Lugo es un municipio y una ciudad españoles, en la provincia del mismo nombre, en Galicia. La ciudad de Lugo es la capital de la provincia. Algunos expertos dicen que la ciudad fue fundada en el año 25 a. C.1 como un campamento militar capaz para dos legiones por Cayo Antistio, uno de los conductores de la guerra contra los cántabros, permaneciendo como tal durante unos diez años. Sin embargo, el bimilenario de la ciudad fue celebrado en el año 1976, lo que da idea de que los expertos de la época daban como fecha de fundación el año 24 a. C. Posteriormente, con el regreso de Augusto a la península, entre el 15 y el 13 a. C., el campamento militar se reconvierte en asentamiento civil y es refundado en el año 12 a. C. por Paulo Fabio Máximo, legado y familiar de César Augusto, en cuyo honor bautizó la nueva ciudad como Lucus Augusti. La palabra latina lucus significa "claro" o "bosque sagrado", según los distintos autores, si bien una hipótesis bastante extendida opina que los romanos habrían hecho uso de un topónimo anterior, que haría referencia al dios celta Lugh. Debido a todo esto se puede afirmar que Lugo es la capital más antigua de toda Galicia. Su gentilicio es "lucense" o "lugués" y su escudo está formado por dos partes: en la superior aparece un cáliz flanqueado por dos ángeles y en la inferior, una torre rodeada por dos leones. En el canto se puede leer el lema "Hoc hic misterium fidei firmiter profitemur" (Aquí, con fe firme, confesamos este misterio), en referencia a la eucaristía. Enmarcada en una comarca de montañas redondeadas, viejas y no muy altas, está situada sobre una meseta, a una altura de unos 465 metros sobre el nivel del mar, al pie de la cual se encuentran los cursos del río Miño y de uno de sus afluentes, el pequeño Rato. El municipio cuenta con 97.635 habitantes, por lo que es el cuarto de Galicia por población (1 de enero de 2010).


Historia, urbanismo, edificios singulares

Torre renacentista y ábside de la Catedral de Lugo. La ciudad se estableció como un campamento romano en el año 25 a. C. o 24 a C. hasta que en el año 12 a. C. es fundada como asentamiento civil y se convierte en una de las tres capitales administrativas de Gallaecia, la provincia romana que ocupaba el noroeste peninsular (las otras eran Braga y Astorga). Durante mucho tiempo se consideró que las dos vías perpendiculares que configuraban todas las ciudades romanas (el cardo y el decumano) seguían la ruta de las actuales calles San Pedro y Rúa Nova y se cruzaban en la Praza do Campo, que sería el foro. Sin embargo, recientes descubrimientos arqueológicos demuestran que existía una amplia plaza pública que ocupaba desde la Rúa Doutor Castro (llamada de las dulcerías) hasta la Rúa do Progreso, incluyendo gran parte de la actual Praza de Santo Domingo, lo que ha llevado a replantearse la teoría anteriormente citada. Se conservan multitud de piezas, yacimientos romanos y mosaicos que aún en la actualidad siguen apareciendo cada vez que se realizan obras en el casco antiguo. Lugo cuenta con una muralla romana construida a finales del siglo III y principios del IV, comienzo del bajo imperio romano. La muralla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000 y hermanada desde el día 6 de octubre de 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao, se conserva íntegra —caso único en el mundo romano — y rodea el centro de la ciudad, la catedral, el museo provincial, el ayuntamiento y otros edificios de interés. Los suevos elevaron la iglesia lucense a sede metropolitana, pasando a depender de ella los obispos de Astorga, Iria Flavia, Orense y Tuy. En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia católica, sufragánea de la Archidiócesis de Braga que comprendía la antigua provincia romana de Gallaecia en la diócesis de Hispania. El protagonismo histórico empezó a decaer con la fundación de Oviedo, el supuesto descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago en Compostela y la restauración de


Braga. Según algunos autores, en esta época el centro de Lugo quedó prácticamente desierto. La configuración urbanística de la ciudad se remonta a la Alta Edad Media. A mediados del siglo VII, a la llegada del obispo Odoario, la ciudad estaba reducida a ruinas. Tomó la decisión de sepultar los restos romanos y reconstruir la ciudad. Así la urbs romana se convirtió en locus eclesiástico, núcleo del actual burgo. Durante la Baja Edad Media, éste estaba ocupado prácticamente sólo por el clero. En 1129 comenzó la construcción de la catedral románica, diseñada por el maestro Raimundo de Monforte y dedicada a Santa María, llamada Virgen de los Ojos Grandes. El retablo renacentista que estaba en el altar mayor, obra de Cornelius de Holanda, se partió a consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755. Tras ello se decidió dividirlo en varios fragmentos, los dos mayores de los cuales se encuentran actualmente en ambos extremos de la nave de crucero.

Muralla de Lugo, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2000. Durante la Baja Edad Media Lugo fue, al igual que Santiago de Compostela, un centro de peregrinación, ya que la catedral contaba con el especial privilegio, que aún conserva hoy día, de exponer al público una hostia consagrada las veinticuatro horas del día (de ahí el lema del escudo). En 1312 los habitantes de la ciudad de Lugo, de la que era comendero el infante Felipe de Castilla y Molina, se sublevaron contra su obispo, Juan Fernández, ya que éste había intentado recobrar el señorío de la ciudad. Por ello, los habitantes de Lugo atacaron el palacio episcopal, capturaron a su guarnición e hirieron al obispo, quien se negó a entregarles la bandera y las llaves de la ciudad y fue expulsado de la ciudad. El pleito fue llevado ante el rey Fernando IV de Castilla, quien sentenció en favor del obispo Juan Fernández y en contra del concejo de Lugo. Además, el rey ordenó al infante Felipe y a Alfonso Suárez de Deza, Adelantado mayor de Galicia, que hicieran cumplir el veredicto que había emitido a los habitantes de Lugo. No obstante, ambos personajes retrasaron el cumplimiento del acuerdo. Las Cortes de Burgos de 1315 ratificaron el fallo dado por Fernando IV de Castilla sobre el pleito existente entre el concejo de la ciudad de Lugo y su obispo, Juan Fernández. En dichas Cortes se dispuso que el infante Felipe y Alfonso Suárez de Deza hicieran cumplir el fallo emitido por las propias Cortes, pero en 1316 los vecinos de la ciudad de


Lugo, a fin de oponerse a lo acordado en las Cortes, le entregaron el señorío de la ciudad al infante Felipe, que lo ocupó sin dificultad. Al mismo tiempo, el infante Felipe de Castilla y Molina ordenó erigir una fortaleza con dos torres en la ciudad de Lugo para defender a los lucenses de los ataques de su propio prelado, y dejó que el concejo de Lugo continuase gobernando la ciudad.2 Algo más tardías, del período gótico, son la iglesia de San Francisco (hoy de San Pedro) y la dedicada a Santo Domingo. Durante la Edad Moderna, Lugo fue protagonista de un cierto auge, aunque otras ciudades cercanas como Mondoñedo o Ribadeo le disputaban la supremacía, por la importancia comercial de la primera y la pujanza industrial de la segunda. No fue hasta la división de España en provincias de 1833 y la creación de las diputaciones que Lugo se convirtió en la más importante de lo que hoy denominamos provincia de Lugo, al convertirse en la capitalidad, decisión motivada sobre todo por lo céntrico de la ciudad amurallada, lo que supuso un crecimiento en población y extensión que ha sido constante hasta nuestros días. En 1908 se fundó el que actualmente es el único periódico de la ciudad: El Progreso. En 1910 apareció el diario de orientación católica La Voz de la Verdad, actualmente desaparecido. En 1972 y promovida por el ayuntamiento y la Dirección General de Bellas Artes, se procedió a la demolición de los 130 edificios y 1.429 cobertizos que estaban adosados a la muralla por el exterior e impedían la observación del monumento. La obra significó quizá la mayor remodelación del aspecto de la ciudad desde tiempo de los romanos.


Otros lugares de interés

Puerta de la muralla romana en la plaza de Ferrol, llamada "Falsa".

Restos romanos encontrados en la rua do Moucho Otros edificios de gran interés son el balneario romano y el puente romano. Se sabe que una calzada romana unía la ciudad con los dos monumentos mencionados, pero se ignora exactamente su trazado. Lamentablemente, una calzada medieval que probablemente siguiera el trazado de la romana fue demolida en fechas tan recientes como los años 90 del pasado siglo. Irónicamente, poco antes había comenzado una tímida política de recuperación del entorno urbano que aún hoy requiere una revisión. Precisamente, dos emblemáticos edificios lucenses, como el del antiguo café Monterrey en la Rúa Doutor Castro y el del antiguo Casino o de La Voz de la Verdad en la Rúa Conde Pallares, sufrieron desafortunadas restauraciones durante el último año. El barrio de O Carme conserva destacables edificios que en los últimos años y gracias a un encomiable esfuerzo, están siendo restaurados en su mayoría por diversas instituciones, como el Instituto Galego da Vivenda e Solo, la diputación y entidades privadas.


El museo provincial destaca por su colección de orfebrería celta, sus mosaicos romanos e interesantes colecciones de artistas gallegos como Castelao, Xulia Minguillón, Castro Gil, Asorey... La fachada del ayuntamiento, de principios del siglo XVIII, obra de Ferro Caveiro, destaca por ser un ejemplo arquetípico del barroco gallego, con su decoración pétrea a base de placas, orejeras, gotas y volutas. La torre del reloj es posterior y, según algunos expertos, rompe la armonía de la construcción. La ciudad cuenta con varios espacios de alto valor natural, destacando el parque de Rosalía de Castro, que contaba con cuatro secuoyas, hasta el año 1984, cuando el hurancán "Hortensia" derribó dos, actualmente quedan otras dos, una de más de 25 metros de altura, entre otras muchas especies de flora y fauna, así como los paseos fluviales de los ríos Miño y Rato que cuentan con una gran variedad de fauna y flora autóctona. Éstos últimos rodean la ciudad por el sur, donde la urbanización apenas ha llegado, por lo que conforman un escenario excepcional para el ocio de los ciudadanos, sobre todo en verano, cuando el buen tiempo acompaña. A menos de diez kilómetros del centro de la ciudad se encuentra también el santuario tardo-romano (siglos III y IV) de Santa Eulalia de Bóveda, que conserva pinturas murales únicas en el mundo.


Santiago de Compostela es una ciudad y municipio de España. Capital de la comunidad autónoma de Galicia, pertenece a la provincia de La Coruña. Está situada a 65 kilómetros al sur de La Coruña y a 62 kilómetros al norte de Pontevedra. Incluye los antiguos municipios de Conjo (incorporado en 1925) y Enfesta (alrededor de 1970). La ciudad antigua es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985. En ella tiene su sede el gobierno autónomo gallego (Junta de Galicia) y el Parlamento. Destaca por ser un importante núcleo de peregrinación cristiana, junto con Jerusalén y Roma, al señalar la tradición de que allí se dio sepultura al Apóstol Santiago el Mayor. De especial importancia artística es su Catedral dedicada precisamente al Apóstol Santiago el Mayor. Es también relevante su Universidad, de más de 500 años de historia, la cual concede a la ciudad un agradable ambiente estudiantil, con 30.000 alumnos matriculados cada curso. Además es el fin de la vía originariamente construida por el Imperio romano del Camino de Santiago, privilegio que otros conceden a Finisterre. Compostela es uno de los topónimos más discutidos porque la posibilidad de relacionarlo con el sepulcro del Apóstol Santiago, descubierto supuestamente en el siglo IX por Teodomiro, hace emotivos los razonamientos. El lugar debió de estar habitado en época prerromana como demuestra el topónimo precéltico Sar, "corriente de agua", la existencia de una mámoa, porta da mámoa, y dos topónimos célticos, Callobre, primitivo nombre del Castro, y Troia de Turobriga, "ciudad fuerte". Y de los primeros tiempos de la romanización pueden ser algunas inscripciones funerarias y muchos sepulcros que se colocaban al lado de los caminos. Este lugar tuvo tres nombres: Libredón, que para algunos sería céltico, "castro del camino", y para otros deriva de liberum donum, "libre concesión (de un terreno)"; entre los siglos IX y XI se le llama Arcis Marmoricis, que presenta el topónimo Arca, casi siempre indicador de sepulcro en mámoa. Pero en el siglo X los documentos empiezan a hablar de un suburbio Compostella, es decir, una parte de la villa que se llama así y que algunos sitúan en la actual zona de la Rúa do Franco. Desde el XI el nombre de la zona se extiende a toda la villa. Desde siempre hubo interpretaciones de este topónimo. Popular fue el de campus stellae, "campo de la estrella", estrella que milagrosamente indica a Teodomiro el lugar. El Cronicón Iriense (XI-XII) lo deriva de compositum tellus, "tierra compuesta o hermosa". En el XII la crónica de Sampiro dice Compostella, id est bene composita. En el Códice Calixtino (XII) se cuenta la historia de una mujer llamada Compostella presuntamente vinculada a la prédica del Apóstol. Pero siempre fue más aceptada la interpretación de "villita (-ella) bien hecha", como quizás la dejaría la reconstrucción y fortificación del XI tras la destrucción de Almanzor en el 997. Pero Amor Ruibal, recordando el significado de compositum, "enterrado", que ya aparece en Virgilio, lo interpretó como "lugar donde está enterrado". Crespo Pozo y Luis Monteagudo, por fin, lo consideran prejacobeo, porque aparecen más compostelas por Galicia (y hay una Compostilla en el Bierzo) y lo consideran un compuesto céltico de comboros,


"escombros", y steel, "hierro", significando "escorial de minas y herrerías, y también relacionándolo con el barrio de la ciudad la Estila. Sin embargo, las últimas teorías arqueológicas parecen centrarse en el dicho "Compostela, id est bene composita" y ése parece ser el verdadero origen de Compostela. Compostela se encontraba en el trazado de la vía XIX que unía Lugo con Iria Flavia. En ese lugar desembocaban desde la época romana las vías procedentes de OrenseChaves y de Monforte-Astorga, al mismo tiempo poseía una comunicación rápida con el puerto de La Coruña a través de Ponte Albar-Vista Alegre. Se había generado un cruce de caminos muy bien compuesto desde época romana. Se puede decir que Compostela era un gran nudo de comunicaciones que articulaba toda la Gallaecia. Lugar apropiado para la construcción del Templo y sede de la capital de Galicia. Las últimas investigaciones arqueológicas sitúan aquí el posible enclave romano de Turoptiana, en el entorno de la Plaza de Cervantes y la Casa da Troia.

Historia

Códice Calixtino.

La historia de Santiago de Compostela se remonta a la prehistoria, la cultura castreña, la llegada de los romanos y, como punto de inflexión, el encuentro del enterramiento del Apóstol Santiago. A partir de ese momento la ciudad se conformará en torno al centro de poder representado por el arzobispo de Santiago y su representación física, la Catedral. El Camino de Santiago marcó desde entonces el devenir de la ciudad.

Orígenes


Extensión aproximada de la Villa Sancti Iacobi.

En el territorio que actualmente ocupa la Catedral de Santiago existía un poblado romano, que se tiende a identificar como la mansión romana de Aseconia y existió entre la segunda mitad del siglo I y el siglo V. El poblado desapareció pero permaneció una necrópolis reutilizada como cantera que estuvo en uso quizás hasta la época del Reino Suevo de Galicia, llegando hasta el siglo VII. Los reyes asturianos comprendieron el peligro secesionista. Van a utilizar cuantos recursos estén en su mano para impedirlo. En primer lugar, se van arrogar la genuina representación de la tradición goda en materia de religión y leyes con lo que pretenden asegurar la unicidad del poder. En segundo lugar: van a nombrar a un heredero de sangre real, aunque segundón, para gobernar a Galicia. Pero la invención más genial es la creación de Compostela. Aprovechando la noticia del descubrimiento del cuerpo del Apóstol, el rey de Asturias funda a sus expensas una iglesia que rodeará de privilegios. En torno de la iglesia situará comunidades y fundará un pueblo que desde el principio goza de prerrogativas reales. El rey de Asturias logra un doble objetivo: encontrar un patrón para su causa, un Santiago caballero, matamoros, y al mismo tiempo una ciudad fiel hasta el límite al rey asturiano enclávada en el corazón de Galicia. Santiago será un brazo extendido del monarca asturiano en Galicia. 1 El nacimiento de Santiago como se conoce ahora está ligado al descubrimiento (presumible) de los restos del Apóstol Santiago entre el 820 y el 835, la elevación del rango religioso de los restos, la Universidad y, en la actualidad, la capitalidad de Galicia. La figura que se convirtió en patrón de España en el siglo XVII, opositando con otras tan señeras como Santa Teresa de Jesús o San Millán de la Cogolla, y que sigue siendo capaz de atraer desde hace más de dos milenios hacia una punta occidental de Europa a millares de peregrinos de todo el mundo por los caminos de la devoción, la curiosidad, la cultura, la búsqueda personal o cualquier otra razón, no sólo era el fruto de "pescador de hombres", como le pronosticara Jesús. Aunque su biografía sí se encuentra en el vértice de una religión naciente y luego masiva, o en el de un joven continente europeo que buscaba definir su identidad en caminos de divergencia-


convergencia similares al despliegue-repliegue de los surcos de la venera o vieira del peregrino. Según una tradición medieval, como aparece por primera vez en la Concordia de Antealtares (1077), el eremita Pelayo, alertado por luces nocturnas que se producían en el bosque de Libredón, avisó al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, quien descubrió los restos de Santiago el Mayor y de dos de sus discípulos en el lugar en que posteriormente se levantaría Compostela, topónimo que podría venir de Campus Stellae (Campo de la Estrella), o más probablemente de Composita tella (tierras hermosas), eufemismo por cementerio. El descubrimiento propició que Alfonso II, necesitado de cohesión interna y apoyo externo para su reino, hiciera un peregrinaje —anunciado en el interior de su reino y en el exterior— a un nuevo lugar de peregrinación de la cristiandad en un momento en que la importancia de Roma había decaído y Jerusalén no era accesible al estar en poder de los musulmanes.

Santuario medieval

Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo.

Poco a poco se fue desarrollando la ciudad. Primero se estableció una comunidad eclesiástica permanente al cuidado de los restos, formada por el obispo de Iria y los monjes de Antealtares, en la que espontáneamente se asentó un población heterogénea, aunque fundamentalmente estaba formada por emigrantes procedentes de las aldeas próximas y fue aumentando a medida que progresaba la peregrinación por razones religiosas por todo el Occidente peninsular, reforzada por el privilegio concedido por Ordoño II en 915 por el que se establecía que cualquiera que permaneciera cuarenta días sin ser reclamado como siervo pasaba a ser considerado como hombre libre con derecho a residir en Compostela. El primer habitante conocido de Compostela es, de hecho, un extranjero: Bretenaldo Franco, cuya mención más antigua corresponde al año 955. El santuario fue adquiriendo relevancia política. De este modo allí fueron coronados monarcas del Reino de Galicia y del Reino de León como Sancho Ordóñez; Ordoño IV, Sancho I o Bermudo II. La ciudad fue creciendo y Sisenando II la fortificó en el año 969, conformando lo que se conoció como Locus Sancti Iacobi.2 Dado el auge que estaba cobrando, la ciudad fue destruida por Almanzor el 10 de agosto del año 997, el cual


sólo respetó el sepulcro del apóstol. Al volver los habitantes comenzó la reconstrucción y, a mediados del siglo XI, el obispo Cresconio dotó a la ciudad de un recinto de fosos y una nueva muralla, sobre el antiguo anillo de empalizadas para proteger los nuevos barrios que habían surgido alrededor del Locus.3 Además, reivindicó para ella la condición de Sede Apostólica. El año 1075 el obispo Diego Peláez dio comienzo a la construcción de la catedral románica. El aumento del peregrinaje hace de Compostela un lugar de referencia religiosa en Europa, lo que aumenta su importancia, y la ciudad se ve recompensada también políticamente al alcanzar, en la época del arzobispo Diego Gelmírez, la categoría de metropolitana para la iglesia compostelana (1120). La autoridad de la Iglesia de Santiago se extendía sobre la mayor parte de las diócesis del naciente reino de Portugal y sobre la mayoría de las de León. Santiago era, además, centro de un gran señorío feudal gobernado por los obispos de Compostela, que iba desde el río Iso hasta el Atlántico. Desde Santiago se organizó la resistencia armada frente a las invasiones normandas, los cuales conocían al Reino de Galicia como Jakobsland (País de Santiago). Un hecho importante, desde el punto de vista político, fue la coronación por Diego Gelmírez de Alfonso Raimúndez, el futuro Alfonso VII, en la catedral compostelana como rey de Galicia. Desde el punto de vista religioso, sin embargo, hay que resaltar la concesión del privilegio del Año Santo Jubilar Jacobeo mediante la bula Regis Aeterni del papa Alejandro III en 1181. Desde el punto de vista social, cabe mencionar el prematuro levantamiento burgués contra Gelmírez y la reina Urraca en 1117. En estos años se redactó el Códice Calixtino, un conjunto de textos reunidos en los años finales del arzobispado de Gelmírez y que se presentaba como de la autoría del papa Calixto II, fuente fundamental de la historia de la peregrinación a la tumba del apóstol. Durante el arzobispado de Berenguel de Landoria Santiago estuvo levantada en armas desde el año 1318, un levantamiento encabezado por el noble Afonso Suárez de Deza. La solución al conflicto se produjo en el denominado día de la Ira, el 16 de septiembre de 1320 cuando en el Castillo de la Rocha Forte se asesinó a los líderes de la revuelta. Tras los acontecimientos, el 27 de septiembre se firmó la paz. Entre los siglos XII y XIII se fue articulando la red de calles dentro del recinto amurallado. La llegada de la peste negra a la ciudad supuso una fuerte recesión demográfica, que empezó a remontar a partir de 1380. En el siglo XV tenía entre 4000 y 5000 habitantes.

Edad Moderna


Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago.

El cabildo compostelano, dirigido por el deán Diego de Muros III promovió obras de gran importancia con un carácter propio del humanismo, como el Hostal de los Reyes Católicos y el Estudio Viejo, germen de la futura universidad que fue fundada en 1495 por Lope Gómez de Marzoa. Este hecho y la labor del arzobispo Alonso III de Fonseca le dan un nuevo empuje a la atracción de Santiago, en particular en Galicia, a pesar del descenso relativo de la importancia de la ciudad. Santiago fue sede de la Real Audiencia del Reino de Galicia desde 1508, pero la presión eclesiástica hizo que se trasladara a La Coruña en 1578. Las reformas del poder monacal marcaron el renacimiento de San Martiño Pinario y el Convento de San Paio de Antealtares, lo que contribuyó a dar ocasión a una intensa actividad constructiva. A principios del siglo XVII se produce un periodo de decadencia en la ciudad. En su obra Annuales Eclesiásticos, el italiano Cesare Baronnio, confesor del papa Clemente VII, puso en tela de juicio la peregrinación del apóstol a Hispania. Este dato fue recogido en el Breviario Romano y produjo un grave daño a la ciudad de las peregrinaciones. El Cabildo Compostelano consiguió poco tiempo después que se modificase el Breviario, pero apareció una nueva dificultad: la Orden de los Carmelitas, en los años 1617 y 1626, promovió a Santa Teresa como copatrona de España, con las pérdidas económicas que conllevaba para Santiago. De nuevo el Cabildo logró, con la ayuda de importantes personalidades de la sociedad del momento, como Quevedo, devolver al apóstol la condición de único patrono de España. Aún hubo un nuevo hecho similar, ya que en 1643 las Cortes proponen un nuevo copatrono de España, San Miguel Arcángel, pero esta propuesta tuvo corta vida ya que ese mismo año Felipe IV estableció a Santiago como único patrono de España y ordenó que, todos los 25 de julio, se hiciera una ofrenda regia de 1000 escudos de oro al arzobispado de Santiago, a la vez que concedió una gran pensión de 20 años para sufragar la realización de un retablo a su honra (que se comenzó a construir el año 1658). Estos hechos produjeron una bonanza económica que hizo posible costear nuevas construcciones y reformas que se multiplicaron por toda la ciudad, obras en las que se plasmó un estilo propio y al mismo tiempo universal, el barroco compostelano.


Esplendor barroco La prosperidad del cabildo catedralicio y de los monasterios hizo de Santiago un centro artístico puntero. En un primer momento comenzaron a trabajar en el taller de la Catedral una serie de maestros de obras y arquitectos foráneos, como el madrileño José Vega y Verdugo, el portugués Francisco de Antas, el abulense José Peña de Toro, el cántabro Melchor de Velasco o el Arquitecto Real Pedro de la Torre. En este taller y en el de San Martiño Pinario se formó un grupo de arquitectos gallegos que hacia el año 1670 tomaron las riendas de las obras que se estaban desarrollando en toda la ciudad. Figuras egregias como el compostelano Diego de Romay, Domingo de Andrade (torre del reloj), Fray Tomás Alonso, el leonés Fray Gabriel de Casas, Pedro de Monteagudo, Simón Rodríguez (fachada del Convento de Santa Clara), Castro Canseco (retablo de San Pelayo de Antealtares, Clemente Fernández Sarela (Casas del Cabildo y del Deán) o Fernando de Casas Novoa (fachada del Obradoiro) hicieron de Santiago un conjunto barroco de alto nivel a escala mundial. La magnificencia y las peculiaridades del estilo arquitectónico de estas personalidades hacen que se hable de barroco compostelano. El arzobispo mecenas por excelencia fue Fray Antonio de Monroy. Santiago en este periodo se convierte en refugio de los exiliados irlandeses que reclaman acogida y centros de formación como el Colegio de los Irlandeses.

Santiago hasta la actualidad Dada la fuerza de la Iglesia, surgieron iniciativas ilustradas como la Sociedad Económica de Amigos del País. Pero tras la ocupación francesa y el hito del Batallón literario contra la ocupación, Santiago se transforma en un baluarte carlista. La Iglesia de Santiago anhela restaurar un Reino de Galicia tradicionalista dentro de una monarquía española de acuerdo con los parámetros del Antiguo Régimen. En Santiago nació el primer periódico gallego: El Catón Compostelano en 1800. Avanzado el siglo XIX existen fábricas de tipo artesanal de curtidos, chocolate y gaseosas. Pero la lucha contra el inmovilismo se verá frenada por el retraso de las vías férreas (no hay tren a la Coruña hasta 1943). En el siglo XX Santiago será testigo de un renacer galleguista con el Seminario de Estudos Galegos y la Asamblea de municipios que al albor de la Segunda República se mostró favorable a la redacción de un estatuto de autonomía. La sublevación militar de 1936 acabó con esa alborada. El alcalde galleguista Ánxel Casal fue fusilado. En 1943 la Diputación provincial elige mayoritariamente a su alcalde José del Valle Vázquez para el cargo de procurador en Cortes en la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946), representando a los Municipios de esta provincia4 Durante la legislatura abandona ambos cargos siendo sustituido por Jorge de la Riva Barba.


El establecimiento de la autonomía en Galicia hizo de ella la capital gallega, obteniendo como consecuencia un nuevo empuje a finales del siglo XX que contrarrestó ampliamente el decrecimiento relativo de su importancia como ciudad universitaria al crearse las universidades de Vigo y La Coruña.


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