Entre Muros

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Agradecimientos

La Organización Expresión Cultural Mixe Xaam expresa su reconocimiento y agradecimiento a cada una de las mujeres que hizo posible esta publicación, a sus familiares y al equipo que trabajó en este proceso de investigación y ejecución del proyecto: Marcela Rosas, América Martínez, Lorenza Gutiérrez, María Elena Martínez y Margarita Gómez Díaz. Gracias por su acompañamiento y confianza. Quisiéramos dejar constancia de la solidaridad y compromiso que expresó Gerardo Garduño Calzada al compartir su tiempo y donarnos la fotografía de la portada.


Agradecemos infinitamente a las cuatro mujeres quienes nos compartieron sus vidas, sus sentimientos, sus sueños, sus experiencias y saberes. Mujeres que han hecho nacer y florecer este libro. Expresión Cultural Mixe Xaam agradece a la C. Elena Cepeda de León, Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal y en especial a la Coordinación de Vinculación Cultural Comunitaria quien mediante el programa Red de Desarrollo Cultural Comunitario 2009 otorgó el financiamiento para la presente publicación. A la Asamblea de Migrantes Indígenas de la Ciudad de México, queremos agradecerle y hablar desde nuestro corazón a todos los hermanos y hermanas que la conformar ya que con esta organización compartimos la manera de mirar y vivir la vida. Somos nosotras y nosotros indígenas de distintos pueblos que vivimos en la Ciudad de México que luchamos por nuestros derechos colectivos, por nuestros derechos laborales, por nuestros derechos humanos, hemos caminado juntos estos caminos y hemos recibido su apoyo desde el inicio de nuestra organización y en esta ocasión una vez más hemos contado con su apoyo incondicional, sus comentarios oportunos y compartido una metodología de trabajo. Estamos convencidas de que seguiremos creciendo juntos tejiendo lazos de reciprocidad, complementariedad y comunalidad en la Ciudad.


Así mismo queremos expresar nuestro reconocimiento al Ing. Manuel Pérez Rocha Rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México -UACMa través de Dr. Iván Gómezcesar Hernández, Coordinador de Enlace Comunitario por su interés en el tema ya que con su equipo de trabajo nos apoyó y acompañó en todo el proceso hasta su publicación. Hemos aprendido y construido un camino juntos a través del dialogo de saberes y de una metodología con principios comunitarios. Expresión Cultural Mixe Xaam México, D.F., Febrero 2010.


Contenido

Agradecimientos

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Prólogo

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Introducción

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Más bien no iba por mí...

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Trece pesos eso fué lo que le dió a mis papás 57 Mi mamá lo iba a tomar muy feo de que no llegué con las cosas

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¡Nada más me dijo que las niñas, la casa y luego me manda un perrito!

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Conclusiones

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Anexos

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Prólogo

En la actualidad, el mundo global presenta constantes desafíos a los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas en la lucha por transmitir y practicar la forma de vida milenaria basada en principios comunitarios y de relación respetuosa con la Madre Tierra. Muestra de esto es el predominio de un solo modelo cultural el cual abarca todas las esferas de la sociedad: lo económico, lo político y lo social. La situación se agrava ya que aún cuando existen convenios como el 169 de la OIT y legislaciones internacionales como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas ratificadas por nuestro país, vivimos constantemente la violación y el no reconocimiento de nuestros derechos colectivos


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como lo son: el derecho a practicar y revitalizar nuestras tradiciones y costumbres culturales, a manifestar, practicar y enseñar nuestras tradiciones, a fomentar y trasmitir a las generaciones futuras sus historias, idiomas y tradiciones orales.

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En cuanto al acceso a los diferentes servicios, y en particular a los educativos que señalan el reconocimiento al derecho a acceder a todos los niveles y formas de educación del Estado sin discriminación y además a la educación en nuestra propia cultura y en nuestro propio idioma. En este sentido se tiene el derecho para que se adopten medidas que combatan los prejuicios y elimine la discriminación. Refiriéndonos al derecho laboral, las personas indígenas tenemos derecho a disfrutar plenamente de todos los derechos establecidos en el derecho laboral internacional y nacional, a no ser sometidas a condiciones discriminatorias de trabajo, entre otras cosas, empleo o salario. Podemos afirmar, que tenemos derecho sin discriminación alguna al mejoramiento de nuestras condiciones económicas y sociales: educación, empleo, capacitación, vivienda, salud, seguridad social, entre otros. A partir de lo anterior y de lo que hemos constatado en la experiencia, los derechos colectivos de los


Prólogo

pueblos indígenas que aquí hemos mencionado, están muy lejos de ser garantizados y específicamente el de las mujeres indígenas empleadas del hogar. Es por ello que consideramos pertinente el acercamiento al tema que la organización Expresión Cultural Mixe Xaam realiza mediante el diálogo e intercambio constante de experiencias entre mujeres indígenas empleadas del hogar el cual muestra, de viva voz, cómo estos derechos son violados. Lo anterior nos convoca a seguir trabajando por el reconocimiento y aplicación de los derechos colectivos en la Ciudad. 13

De esta manera, la presente obra nos brinda la oportunidad de mirar y conocer a través de los testimonios que se comparten, cómo al vivir en la Ciudad atravesamos por situaciones de explotación, discriminación y abuso, y sin embargo, aún en este contexto adverso los pueblos indígenas y en particular las mujeres han creado nuevas formas para mantenerse vivas, para no dejar su identidad, para trasmitir lo que ellas aprendieron de sus mayores. Son las mujeres la base para la transmisión de los valores y cosmovisión indígena entre los cuales está el conocimiento y uso de la lengua. Es así como los pueblos indígenas hemos buscado y creado distintas formas de organizarnos para


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enfrentar dicha situación y poder mantener vivos nuestros saberes y la forma con la que miramos y actuamos en el mundo.

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Es por eso que se hace urgente acciones no solo de denuncia o contestatarias sino más integrales donde se proponga, promueva y haga evidente, por un lado, la presencia de pueblos, comunidades y organizaciones indígenas en el país y en la Ciudad de México y al mismo tiempo se creen las condiciones para el conocimiento respetuoso de nuestra cultura y saberes de los que somos portadores, condiciones para el reconocimiento y garantía de nuestros derechos colectivos en cualquier contexto ya sea rural o urbano. En la Ciudad los factores que influyen para que esta situación se presente, entre otros, es la insuficiente remuneración a su trabajo, el no reconocimiento por parte de los empleadores de los derechos laborales que les corresponden, ya que la mayor parte de las mujeres indígenas empleadas del hogar no gozan de prestaciones laborales ni seguridad social. Así mismo, es frecuente que los o las empleadoras crean arbitrariamente el “derecho” de controlar todo lo que ellas hacen. Podemos observar en esta relación empleador/a– empleada la incompetencia del empleador/ra en la comunicación intercultural. Se aprecia frecuente-


Prólogo

mente que frente a ciertas indicaciones la trabajadora indígena les da una interpretación según sus saberes y prácticas culturales (los propios y los aprendidos en el medio urbano) y, si no coinciden con las particularidades de esa familia son motivo o razón para descalificaciones. Los indígenas en la ciudad y particularmente las mujeres que trabajan de empleadas del hogar, han desarrollado habilidades interculturales, ya que tienen que manejar dos culturas de forma simultánea y, pese a ello, su trabajo suele ser subestimado. La visión monocultural de las personas citadinas les impide reconocer el desarrollo de habilidades, valores y saberes culturales que las mujeres indígenas ponen en práctica dentro de las casas donde laboran y aportan una invaluable riqueza humana. Por último, cabe señalar, que esta obra une la sencillez y complejidad que implica el tema, no dudamos que será provocadora de múltiples acciones: como espejo donde pueden reconocerse mujeres en la misma situación, como motor para las comunidades y organizaciones y seguir luchando por el reconocimiento de nuestros derechos, como referente a las y los investigadores para profundizar y aplicar la ciencia con un sentido más intercultural, más humano, más justo y en general para despertar en las personas la sensibilidad y capacidad de

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desplazarse de su sitio y poder mirar desde otra ventana: la de las mujeres indígenas empleadas del hogar en la Ciudad de México.

Asamblea de Migrantes Indígenas de la Ciudad de México México D.F., Febrero 2010.

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Introducción

En la actualidad, sabemos que la Ciudad de México es una de las urbes con mayor diversidad de población indígena en nuestro país. La problemática que se evidencia en las historias que aquí se comparten es, por un lado; la discriminación y la injusticia a la que están expuestas las mujeres indígenas en la Ciudad, y por otro lado, la cerrazón de una sociedad que sigue negándose a reconocer los derechos colectivos de los pueblos indígenas, los cuales son complementarios de los derechos humanos y específicamente de los laborales. De esta manera, el presente trabajo tiene como objetivo acercarnos a la vida de las mujeres indígenas empleadas del hogar mediante un diálogo de saberes con cuatro mujeres diferentes, cuatro generaciones, cuatro comunidades


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de origen: Mixe, Nahuatl, Mazateca y Cuicateca, cuatro cosmovisiones, cuatro maneras de afrontar la vida y vivir la ciudad desde su ser indígenas y su situación laboral.

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Este acercamiento pretende ser una ventana mediante la cual podamos ver desde dentro, conocer lo que se vive y se mira entre muros, esto nos ayuda a comprender que los muros no sólo son de tabique o concreto, sino también aquellos construidos por la “sociedad moderna” muros de la estructura de clases sociales donde como dice una patrona “aquí hay clases sociales, tú estas para servir y yo para mandar”, muros monoculturales cimentados en la supuesta superioridad étnica, como cuando las patronas refiriéndose a la lengua indígena dicen: “tú no sabes hablar tienes que estudiar para que aprendas a hablar” siendo que quien no sabe hablar la lengua indígena es la patrona. Otros muros, los de la violación a los derechos laborales dejándolos en manos del criterio o “bondad” de la patrona: “no era tan mala, si me daba mi aguinaldo”, “es buena persona, pagó todo, las medicinas y la consulta” y los que “normalizan” la violencia, acoso sexual, golpes, insultos, desvalorización, como cuando la patrona dice: “tu no haces nada bien”. Por lo general, la legislación no aborda el trabajo doméstico, por lo cual no se lo considera igual a


Introducción

otro empleo, no genera los mismos derechos laborales. Este problema se hace patente en el salario de las trabajadoras domésticas, el cual, al no ser definido por las leyes queda al criterio de la “patrona”. El servicio doméstico se desenvuelve en el ámbito de las tareas asignadas social y culturalmente al sexo femenino, se da entre dos mujeres una de ella solicita a la otra “ayuda”, las empleadas del hogar son envueltas en una relación ambigua, son las madres sustitutas de los infantes que crían muchas veces ellas solas, estableciendo relaciones afectivas que repercuten en su vida emocional. Usualmente las empleadoras no permiten que esta trabajadora realice estudios o tenga sus propios hijos a los cuales cuidar, y si los tiene estos quedan en segundo lugar. Ante este panorama, la organización Expresión Cultural Mixe Xaam concibió la investigación como un espacio donde las propias mujeres indígenas residentes en la ciudad de México y trabajadoras del servicio doméstico contaran su historia y se reconocieran en ella. Este proceso se llevó a cabo durante más de tres meses donde se compartieron inquietudes, puntos de vista y distintos modos de vivir la ciudad, esto se ve reflejado en cada una de las historias que se presentan.

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Entre Muros

Los temas que guiaron las conversaciones fueron la situación en sus comunidades de origen, su viaje a la ciudad, cómo consiguieron su primer empleo, conocimiento de sus derechos laborales, cómo negocia con su empleador, cómo ha sido su experiencia laboral, el impacto que les produjo la ciudad, cómo es su relación con su comunidad de origen, cómo vivencia la vida comunitaria en la ciudad y qué futuro visualizan.

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Se introdujeron notas a pie de página para contextualizar el tema de los salarios mínimos o señalar el lugar de origen de las autoras, así como la inclusión de un anexo donde se mencionan algunos aspectos sobre los pueblos originarios mencionados para dar contexto a las narraciones ya que éstos no podían ser incluidos dentro de los relatos porque rompían con el ritmo narrativo. Dada la naturaleza de este trabajo, la metodología comunitaria, participativa y horizontal es la base del proceso de investigación, donde no existe un investigador “experto” quien observa a los objetos para conocerlos; sino sujetos (mujeres) que construyen conocimiento a partir de un diálogo de saberes, basados en principios de los pueblos indígenas: complementariedad, reciprocidad, compartencia. Es por ello que se considera de su autoría cada uno de los artículos. Mujeres con


Introducción

experiencias de vida distinta nos abren las puertas de su casa, de su vida, y de su corazón; nos invitan a convivir con su familia y nos comparten su historia, sus alimentos, sus sentimientos, sus saberes, sus expectativas. Esta metodología nos permitió traspasar las barreras del lenguaje académico para conocer a través de la voz de estas cuatro mujeres indígenas el mundo casi inexplorado de experiencias y saberes del que son portadoras. Los pueblos indígenas a través de la palabra hablada han trasmitido sus saberes a través de miles de años, es por ello que se respetó la forma y estilo de hablar de las mujeres que aquí compartieron sus historias, de tal manera que la lectura del libro tiene en sí misma la sonoridad de las voces de sus protagonistas, gracias a esto, la lectura nos antoja a escuchar además de leer, a reír, llorar, mirar y sentir de viva voz las historias. Finalmente, este trabajo nos brinda la oportunidad de visibilizar cómo algunas mujeres indígenas residentes en la Ciudad de México transmiten elementos de la vida comunitaria que aprendieron en su pueblo, aún en un ambiente hostil como lo es la Ciudad donde se privilegia la vida individualista sobre la comunitaria. Ellas nos hablan de la importancia de la ayuda mutua, del saludo, del respeto a los mayores a partir de lazos comunitarios y no precisamente consan-

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guíneos, los mayores son tíos, tías, o abuelos y abuelas. Como se entretejen en las reuniones y fiestas entre paisanos, las danzas, la música, los alimentos tradicionales, la conformación de organizaciones, las asambleas, el tequio o servicio gratuito y lo dicho entre líneas: la fortaleza, la constancia, la capacidad de aprender nuevas cosas, la disciplina, la dignidad. Expresión Cultural Mixe Xaam México D.F., Febrero 2010.

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Más bien no iba por mí. Virginia Alonso Magdaleno 1

Mi hermano me trajo a la ciudad de México, su mujer estaba enferma y según venía a cuidarla, tenía doce años y a esa edad me metieron a trabajar. Cuando llegué lloraba mucho porque extrañaba a mis papás. No conocía a nadie, no sabía qué hacer, en el pueblo estaba a diario con ellos y no sabía como regresarme. Por más que les decía: -“no quiero estar aquí, me quiero ir”- , ellos no quisieron. Me tuve que quedar aquí con mi hermano. Su mujer era bien canija, ni modo, me tuve que acostumbrar. Extrañaba todo lo de mi pueblo allá uno es libre y aquí no.

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Nació en 1977 en el pueblo Tecacahuaco Atlapexco del estado de Hidalgo


Más bien no iba por mí.

No más llegó mi hermano al pueblo y dijo que me venía a buscar y mi mamá me recalcó: -“vete con él, ya vino por ti, ni modo que se vaya a regresar sólo”-, y me tuve que venir. Me fueron a traer porque mi cuñada estaba embarazada, para cuidarle su otra niña en lo que ella se aliviaba. Tenía miedo no quería venir. Lo que quería era seguir estudiando, hay personas allá que son maestros, maestras y los mandaban a otro pueblo a enseñar y pensaba a lo mejor voy a ser alguien así, quisiera ser así, me imaginaba como maestra nunca me imagine con niños. 24

Ni mi mamá ni mi papá me habían platicado que podría venir a la ciudad, nadie había dicho nada. Mi hermano no iba por mí sino por otra de mis hermanas pero como ella estaba estudiando, entonces, me mandaron a mí. Yo también estaba estudiando, seguramente se les hizo más fácil sacarme de la escuela y me mandaron con él, y la otra, pues ya no, ella estudiaba. Mis papás tienen sus preferencias, no sé, siempre hay preferencias así es como somos los padres. Mi mamá, mis padres, prefirieron a mis hermanas y así crecimos. Yo era la que hacía todo, a mí me sirvió porque allí aprendí a valerme por mi misma. Antes lo tomaba mal y pensaba: “porque yo, porque todo yo y mis hermanas llegan y a comer, a sentarse y a comer”-. Cuando


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salía de la escuela y decía vamos a hacer un trabajo me decían: -“no, primero ve a lavar tu nixtamal y luego te vas”-. Siempre era lo mismo y mis hermanas no, lo tomaba a mal y pensaba: “es que a mí no me quieren por eso me tienen así”-. Ahorita me doy cuenta, me sirvió, me hizo un bien mi mamá ¿por qué? Porque me sé valer por mi misma, donde quiera que vaya sé hacer las cosas. En cambio mis hermanas no, ellas se juntaron sin saber hacer nada y dependen de la suegra, que todo se los haga la suegra, allí están las criticas para ellas. Antes pensaba que no me querían por eso siempre me mandaban a mí, esos eran mis pensamientos. Por todo esto le guardaba rencor a mi mamá, a mi papá no porque mi papá me apoyaba, ahora ya no, ya olvide todo eso. Antes yo no quería ver a mi mamá y ahorita doy gracias a Dios por que los tengo todavía a los dos y cuando puedo les doy un poquito de lo que estoy ganando, porque les agradezco todo lo que me enseñaron. El día en que mi hermano me trajo sentía mucho miedo, nunca me había subido a un camión y luego tantas horas, tenía miedo y lloraba. Hicimos unas ocho o nueve horas se me hizo muy largo el viaje, venía parando el autobús y me

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Más bien no iba por mí.

decía mi hermano ¡bájate! o ¿quieres comer algo?, bajaban ellos a comprar algo ¡¡ándale ven conmigo!! No quiero les decía. Si, da miedo porque nunca te subes a un camión grande y de repente te suben y llegas a la ciudad, llegamos a la terminal del norte y luego al metro, le tenía miedo al metro.

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Llegamos a la central y no podía atravesar con tanta gente y los camiones. Me jalaban ¡no te sueltes! Si te perdemos entre tanta gente vienes y nos esperas aquí. Me daba miedo no quería salir cuando ellos salían, vamos a tal parte, no, yo no quiero salir, me quedo. A veces se enojaban y una vez me dejaron encerrada porque no quise ir con ellos, cerraron la puerta y se fueron. No quería salir con ellos me daba miedo, después poco a poquito me fui acostumbrando y fui saliendo. Mi cuñada se compuso y me metieron a trabajar en una tienda. La señora de la tienda me llevó a 2 su casa ganaba treinta pesos creo que al mes, estaba chica y para mi era mucho lo que me daban. Es lo que cobraba y no lo recogía, lo recibía mi hermano. Él me dijo que lo iba a cobrar porque estaba muy chica para tener dinero que lo iba a guardar para 2

El salario mínimo en 1989 era de $ 7.833.66 pesos viejos diarios.


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mis papás. Me dio coraje. Pensé es mi dinero me lo he ganado pero como él ya dijo que lo iba a guardar. Ellos iban a cobrar y no podía hacer nada, tuve que dejarlo así. Cuando necesitaba algo les pedía y les decía quiero comprarme esto y ello me lo compraban. A veces, ellos agarraban dinero porque no completaban para sus gastos, decían te agarramos tanto y no lo reponían, ya se quedaba así. Cuando recibí el primer salario me sentí muy bien porque aunque ganaba poquito me parecía que era más de lo que ganaba en el pueblo, porque allá también me iba a trabajar y me pagaban bien poquitito. En el pueblo íbamos a acarrear leña todo el día. Se la acarreábamos a las personas que necesitaban que les fueran a traer su leña porque sus milpas están lejos. Hacíamos cinco o seis viajes dependía de que tan lejos estaba, empezábamos a las siete de la mañana y a las cinco de la tarde nos pagaban el día. Por eso me sentía bien: me había ganado mi dinero. En mi primer trabajo en la ciudad fui aprendiendo con la práctica, poco a poco, viendo cómo lo hacia la señora. En el pueblo no hay licuadora hay metate, no hay gas sino leña, llega uno y a cocinar en estufa y hacer salsa en la licuadora.

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Más bien no iba por mí.

En un trabajo porque no sabía planchar como me lo pedían me aventaron la plancha. No sabía como se plancha nunca me había tocado planchar. Ese día me dice la señora: -“plánchame esta blusa”- y no sabía. No le puse raya ni nada así como me salió.

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Al menos me hubiera dicho se plancha así, hazle así, como no me dijo le planche mal la camisa, se enojó y me aventó la plancha; todavía tengo la cicatriz donde me quemó. Me puse a llorar, no sabía que hacer y me dice: -“es que se plancha así”- y le digo: - “es que usted no más me dijo plancha” -. Si me hubiera enseñado cómo plancharla y no me dijo nada. Se me hizo bien fea mi mano y ya no lloraba por el dolor sino por que me sentía mal de que me gritaran, que me dijeran que no sabía planchar y que para qué quería trabajar sino sabía planchar. Después ella se dio cuenta porque se me infectó bien feo, y le dije por la plancha que me aventó. Me dio una pomada, ponte esto y recalcó: ¡no le vayas a decir a mi suegra lo que pasó!. Nunca la acusé. Mi hermano y mi cuñada siguieron cobrando hasta que me salí de allí y me busqué otro trabajo. Éste salario si lo cobraba, me daban cincuenta


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pesos a la semana. Ya tenía quince años y dure tres años en el mismo empleo. Conocí a una muchacha pero mi hermano no me dejaba salir con ella. Después cuando fui al pueblo me vi con las otras amiguitas y comentaron: -“vamos otra vez a trabajar y ya no llegues con tu hermano vamos con tu tío o con mi hermana”- y me empezaron a decir: -“no, pues es que es muy poquito y luego tu no lo cobras”Regresé con una de ellas y su hermana fue la que me ayudó a conseguir trabajo. Me llevaron a trabajar por Santiago Ahuizotla. Y poco a poquito fui conociendo y solita me fui aventando Desde allí empecé a trabajar en casa hasta ahorita. He trabajado en varias casas y donde estoy apenas tengo siete años. Cuando regresé con la otra muchacha ya no fui con mi hermano porque me dijo que no quería verme en su casa. El se enteró que estaba aquí en la ciudad. Cuando fui a la fiesta del pueblo nos encontramos y no me hablaban. Estaban molestos, y no me hablaron, ni modo. Después de un tiempo se les pasó el berrinche y me dijeron: -“ve a visitarnos o algo”- No fui, después su esposa se enfermó y me pidió que fuera a cuidar a sus hijos. Le contesté que no iba a ir, y ya no regresé con ellos y luego me habló:- “te voy a pagar lo que ganas allá, te lo voy a pagar pero ven 3

En 1992 el salario mínimo era de $ 12.084.02 pesos viejos diarios

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Más bien no iba por mí.

a cuidar a mis hijos”- Le dije no es por el dinero ni nada no voy. Hasta ahora mi hermano me reprocha que no quisiera cuidar a sus hijos cuando su esposa estaba enferma y no nos llevamos bien. De vez en cuando me viene a visitar yo no los visito porque mi cuñada es medio grosera, por eso no voy a su casa.

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La primera vez que llegué a la ciudad hablaba mi lengua indígena, el español si lo sabía pero muy poquito no sabía así bien y uno aprende, aquí aprendí otro poco. Así bien, bien que sepa pues no, se queda todo lo del pueblo. Hablo Nahuatl con mis hijos, el mayor sabe hablarlo y a veces nos ponemos a platicar en nuestro idioma con mis sobrinos. Durante los tres primeros años que viví en la ciudad aprendí un poquito el español y ha andar en el metro. De ese primer trabajo me salí porque la señora se ponía grosera conmigo. Me harté y le dije a mi hermano que ya no quería trabajar aquí, que ya no quería estar y me dijo: -“entonces te vas para el pueblo”-, le dije:- sí, si me voy y dejé el trabajo-. Mucha gente del pueblo vive aquí en la ciudad de México y en el mes de agosto regresan a la fiesta y así uno los conoce, comentan yo estoy trabajando en tal lugar y así. Con estas muchachas que me encontré en el pueblo salíamos


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los domingos como ya tenían más tiempo en la ciudad, conocían más lugares y nos juntábamos en Tacuba. Pasaron algunos años y regresé a mi pueblo me quedé tres años con mis papás porque tuve problemas con el papá de mis hijos. Después nuevamente volví a la ciudad y busqué trabajo a través de unas personas que conozco y encontré en una tienda. Era mucho tiempo porque entraba a las siete de la mañana y salía a las once y media de la noche y casi no estaba con mis hijos, allí no más tardé un año y volví a buscar en casa ahí donde estoy. Una prima me llevó ella también trabaja en casa y conoce a mucha gente, luego le piden muchacha y así fui a dar en este trabajo. Las veces anteriores lo hice sola buscando, tocando. Salía a buscar trabajo, tocaba casa por casa y preguntaba. No me acuerdo la calle era por Linda Vista en una casa toqué y pregunté si necesita una muchacha, ya sea lavar o planchar o limpieza, lo que caiga. Con el tiempo fui aprendiendo, uno entra a una casa y le dicen: -“lo vas a hacer así”-, y así se le queda y uno aprende. Aprendí a cocinar, a limpiar, a planchar a todo lo de una casa, en la práctica.

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Más bien no iba por mí.

Desde que llegué en 1989 he trabajado de entrada por salida y de planta. De planta en dos casas y no me gustó. En una me llevaron por Echegaray y los señores no hablaban español, hablaban inglés y no les entendía. La señora hablaba muy poquito español. Cuando atendía el teléfono no podía tomar recados no entendía qué me están diciendo, allí duré una semana, y de allí me llevaron a otro lado y tampoco me gustó.

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Trabajar de planta significa quedarse en la casa toda la semana. Hay casas donde entras los domingos en la tarde, en otras te dejan salir los sábados en la tarde a veces los domingos en la mañana y en la tarde ya tienes que regresar eso es de planta. Cuando es de planta hay que pararse temprano, hacer todo lo que nos digan. Hay lugares donde te ponen a lavar el carro, y en otras no, si hay jardín hay que regar el jardín, si hay mascotas hay que atenderlas, que bañarlas, que darles de comer, barrer la calle, lavar el patio y ya de allí empezar hacia adentro. Así de planta uno se para a las seis de la mañana y no hay una hora para terminar porque si llegan los señores a las once de la noche hay que bajar a darles de cenar. Así me tocó en una casa tenía que esperarlos hasta que llegaran y darles de cenar, me acostaba a media noche y todavía me hablaban para que les diera cualquier cosa que


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necesitaban. Te tienes que ir a dormir hasta que ellos te digan “ya vete a tu cuarto” y al otro día otra vez temprano. Salía con mis amigas cada quince días cuando me tocaba salida Nos reuníamos en Tacuba y de allí íbamos a convivir en el parque o al cine y ya después en la tarde cada quien regresaba por su lado. En una de las ocasiones que trabajé de planta tenía que comprar mi jabón, mi shampoo y también comprar mi comida porque la señora casi no guisaba comían en la calle y no tenían nada y para mi no había. Compraba la comida con mi dinero porque la señora sólo tenía fruta era lo único que comía fruta y cereal y uno que viene del pueblo no está acostumbrada comer eso a fuerzas necesitas tus tortillas. Estaba acostumbrada a comer tortillas y aunque sea frijoles pero con tortillas pero ellos no puro cereal, fruta y comer en la calle, pues a fuerzas me tenía que comprar mi comida. Le conté a la señora lo que necesitaba comer y a veces salía a comprar al mercado y me hacía caldo de pollo y hasta ellos se lo comían. La comida que me preparaba se la comían por eso allí no me gustó. Ahí estuve tres meses, no duré más tiempo porque gastaba mucho. El cuarto que me tocó estaba en la azotea apenas

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Más bien no iba por mí.

para una camita y el baño, todo chiquitito. Nada más me dieron la cobijita y las sábanas. En los dos lados que estuve no tenían tele porque hay partes que si hay tele y aquí no puro cuartito no más para dormir. Algunas personas dicen que al trabajar de planta nos pagan menos porque no tenemos gastos de luz, agua, comida. Uno se encuentra de todo y me ha tocado comprar mis cosas. Para mi estar de planta es más trabajo porque a todas horas te traen de allá para acá. 34

Ahora trabajo de entrada por salida por mis hijos. Le dicen de entrada por salida porque se entra en la mañana y en la tarde ya se sale. De entrada por salida significa que voy a mi casa. No puedo trabajar de planta porque tengo mis hijos y tengo que atenderlos. Me pagan por semana y hago de todo aunque estoy más en la cocina también hago limpieza, lavo y plancho. Me pagan mil doscientos pesos 4 a la semana y trabajo desde las ocho y media de la mañana hasta las seis y media de la tarde son más de ocho horas. Todos me dicen que es muy poquito por todo lo que hago. Les hago comida para todos, son dos familias, les guiso y doy de comer tres o cuatro veces al día. Para mi es poquito porque me han 4

El salario mínimo en el 2009 es de 54.86 pesos diarios.


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ofrecido en otro lado doscientos cincuenta o trescientos pesos al día. Aquí en este trabajo somos dos muchachas, no platicamos, la señora no nos deja estar juntas y no quiere que platiquemos. Por ejemplo dice: “se fue la otra si regresa no te quiero ver cerca de ella, primero come ella y después tú”-, no nos deja comer juntas. Mi vecina trabajó con ella y me contó que la señora siempre ha sido así. Trato de no estar junto con la muchacha cuando estoy en la cocina a ella la mando arriba a hacer la limpieza y en la tarde si termino antes en la cocina entonces ya subo y le ayudo. Cuando está la señora ella me baja, no quiere que le ayude y a eso de las tres y media o cuatro ella termina el quehacer baja a la cocina y yo subo a planchar a la azotea a veces estamos un rato juntas. Si acabo de planchar y llega a comer su otra hija de la señora con sus hijos ya me toca no, ya llegó y tienes que darle de comer, bajo y ella sube y guarda la ropa que planché así lo hacemos. Igual para el aseo nos organizamos para no estar juntas, ni modo. Platicamos cuando no está la señora y si está tratamos de no estar juntas porque a ella le molesta Ella no quiere que hablemos en nuestra lengua cuando ella está nos ha dicho que no nos quiere oír hablar así porque piensa que estamos

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hablando mal de ella. Le expliqué a la señora que a nosotras nos gusta nuestra lengua por eso la hablamos, no estamos hablando de usted, estamos hablando cosas de nosotras de nuestro pueblo, de todo lo que pasa y lo que nos cuentan eso estamos platicando pero no platicamos de usted. Ella me dijo: -“les prohíbo hablar eso”-.

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Solo la señora se molesta a su hija le gusta mucho, ella a veces me pregunta cosas y quiere que se las diga en nuestra idioma y sí, si le digo y más o menos ella sabe, con sus hijos igual, son dos muchachos y a ellos les gusta. Ellos me dicen no le hagas caso Viki tú háblalo, les pregunto porqué se enoja, pero no sé porqué se enoja. Ellos me dicen: ¿quién sabe? ves que a ella todo le molesta y lo que ella dice eso se tiene que hacer. Me siento bien con los muchachos, a ellos les gusta el Nahuatl y a su mamá no. En otras casas, por ejemplo, trabajé por allí cerca con unos señores era muy diferente cuando llegaba lo primero que me decían: -“desayuna primero, desayuna y empiezas a trabajar”-. Le digo no, mejor me apuro. La señora me dijo: -“no, primero a desayunar”-, y a la hora de la comida me decían: -“¡vente vamos a comer!”-. Desayunaba con ellos y no me hacían a un lado, desayunábamos y comíamos lo que ellos comían. No en todas las casas son así.


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En mi primer trabajo desayunaba y comía aparte, como he tenido varios trabajos he visto que hay distinto trato. Cuando recién entré a trabajar sentía feo ahorita ya me acostumbré. Donde estoy ahorita tenemos que esperar a que coman todos ellos para nosotras servirnos, no podemos comer antes, hay veces que si sobró comida del otro día eso tenemos que comer. No lo que se cocinó ese día sino lo que sobró del día anterior. Nosotras comemos paradas en la cocina. Cuando entré a trabajar en esta casa me dieron plato, vaso, cuchara todo aparte, si sentí feo. Cuando llegué la otra señora que trabajaba aquí me dijo. –“aquí así son, tienes que tener todo aparte, y por ejemplo si hay refresco no podemos agarrar, cuando hay fiestas igual nada más nuestro plato”-. Cuando entré toda su despensa la tenía con candado, todo lo tenía con candado, el jabón igual no más le decía “ya no hay jabón” y ella lo sacaba y me lo daba. Todo lo tenía bajo llave hasta la fecha cuando entra otra persona que apenas empieza ella le pone llave, a mí ya me agarro confianza porque ya no me dice nada del jabón. El señor tiene un taller no se qué es lo que hacen creo que sueldan ¿quién sabe?, la señora no

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trabaja, atiendo también a su hija que es casada y allí les doy de comer a ellos, este trabajo queda en San Pedro Zacatenco. En la otra casa donde me trataban bien la señora era maestra y el señor creo que era arquitecto.

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No me cambio de trabajo porque donde me ofrecieron no más son tres veces a la semana y yo quiero la semana completa, así no me conviene. Creo que así como una se mata trabajando así nos deberían de pagar y más que nada un buen trato, es lo más importante y es que hay veces que una se encuentra con unas familias que nos humillan, que nos tratan mal. No me ha tocado que me falten el respeto, la señora cuando se enoja a veces se le sale una grosería pero todos los demás nos piden las cosas por favor. En mi pueblo me sentía libre, existe respeto y aquí no lo hay, uno sale y no hay peligro, no se conoce el peligro y aquí no, aquí uno no puede salir, porque no conoces a nadie y si sales te dicen: - “esto te va a pasar, y esto”- y con todo lo que se oye pues no, y luego no conocemos. En el pueblo no, no hay nada de esto, salía con mis hijos, con mis conocidos y mis parientes. Allá en el pueblo es muy diferente.


Virginia Alonso Magdaleno

El pueblo es muy humilde, toda la gente es muy humilde y todos se respetan, todos se saludan cosa que aquí en la ciudad no hay. En el pueblo se organizan existen autoridades y cada año cambian el delegado. Le dicen delegado al que manda en el pueblo y es el que organiza todo. Cuando hay faena hay que ir a dar faena por ejemplo los hombres van los lunes y las mujeres los domingos. Ellas van a barrer todas las calles del pueblo para que no haya basura y los señores a limpiar el campo. Al delegado lo elige todo el pueblo, lo votan y preguntan ¿quién quieren que se quede de delegado? el que tiene la mayoría, el que se lleva más votos es el que queda de delegado. Lo hacen en una reunión, se hace una junta, una asamblea y allí es donde eligen el delegado a otro le dicen el comisariado, son los que orga-nizan todo lo del pueblo. A estas juntas todos van. Los señores desde los dieciocho años, por ejemplo, si hay muchachos que ya se casaron aunque tengan quince o diecisiete años también tienen que ir porque ya tienen familia. Hay juntas que hacen de puras mujeres son aparte. En el pueblo desde que amanece uno se levanta, se va al río a lavar su nixtamal luego lo muele y si no tiene que ir a la milpa va a trabajar. Nosotras

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Más bien no iba por mí.

les hacemos sus tortillas a los señores se las llevamos al medio día, así se les da de comer todos los días. En la tarde ellos ya no se comen las tortillas que se prepara en la mañana. Se hace justito lo que se va a comer, todo tiene su medida, que tanto de nixtamal van a lavar según cuantas personas van a comer y todo para la mañana, y en la tarde otra vez lo mismo volver a moler para comer, llegan de trabajar y a comer. Esto es todos los días.

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Nos levantamos muy temprano las casas están cerquita y se oyen los guamazos de los piloncillos ¡ya están poniendo el café!. En el pueblo uno se levanta muy temprano pero también se duerme muy temprano a las siete de la tarde ya cada quien en su casa cierran la puerta y no vuelven a salir. Eso era antes porque ahora veo que las muchachas ya no piensan lo mismo ahorita son las diez de la noche y todavía hay gente en la calle. Las personas son amables, todos se saludan, nos enseñaron nuestros padres que las señoras son nuestras tías aunque no sean de nuestra familia, las personas grandes son nuestros abuelitos, abuelitas, es un respeto que nos inculcan nuestros padres y mis hijos lo usan porque así les he enseñado a que respeten. Mi hijo me ha preguntado mamá esa señora no es mi tía no es nada mío, trato de decirle a mis


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hijos que sí porque es un respeto que ellos deben tener. A mi marido no le agrada, él me dice que no les diga así porque no son de su familia y mis hijos me preguntan. Están chiquitos pero sí se dan cuenta. Les digo que así lo educaron él no respeta, a veces, a mí me da pena. Las mujeres dan servicio a la comunidad barriendo todo el pueblo, limpian los arroyitos para que no haya basura y dan servicio en el molino. Antes todo se molía en metate y nixtamal y ahorita pusieron dos molinos y ahí también tiene que haber personas que trabajen, eso es lo que las mujeres hacen. 41

En el pueblo hay clínica como un Centro de Salud, los hombres tienen que estar al pendiente, que estén puntuales los que van a consulta, hay muchas personas diabéticas o hay unos que no van y ellos se encargan. Van y les dicen: -“tienes que ir por tu medicamento, no dejes de atenderte”-, es lo que los hombres hacen. Cuando viví esos tres años con mis padres me tocó dar servicio en mi comunidad. A mí me gustó dar servicio, apoyar a la gente, trabajé en el comité del aseo. Llevaba a las señoras a barrer la parte que nos toca el pueblo esta grande y cada quien lleva su barrio. En cada barrio una persona acompaña al grupo, pasa lista, ve que asistan y


Más bien no iba por mí.

conoce quienes necesitan apoyo, por ejemplo, a las personas de la tercera edad les buscábamos apoyo para despensa y lo que necesiten. A mí me gustó hay mucha gente que no le gusta y a mi sí me gustó.

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Cuando llegué a la ciudad ya sabía más o menos leer y escribir, cursé hasta la primaria en la escuela del pueblo. Aunque no sabía leer allá es diferente. Nos enseñaban en nuestro idioma no en español, son libros en Nahuatl y es muy diferente llegar a la ciudad y que te digan cosas porque no se entiende. Allá todos los maestros hablaban en Nahuatl y nos enseñaban en Nahuatl. Hasta después nos enseñaron español y muy poquito. Ahora si ya hablan el español, ya hay libros en español en las escuelas del pueblo y antes no todo era en Nahuatl. A mi me gusta el Nahuatl es bonito hablarlo. Cuando me fui al pueblo mis hijos aprendieron porque mis papás hablan Nahuatl no saben hablar el español y aprendieron los dos. Mi otra hija no quiere, los tres chiquitos no saben, nada más sabe mi hijo el mayor y la otra niña pero la niña no lo quiere hablar, el grande si, él sí lo habla. En la casa hablamos en español, a veces, cuando estoy con mi hijo platicamos en Nahuatl porque a él también le gusta. Mi hija no, ella todo


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lo habla en español. No se porqué ella no quiere hablarlo, cuando le pregunto no me contesta, le digo ¿por qué no lo quieres hablar?, según ella se le dificulta, le hablo y si lo entiende pero no lo sabe hablar. A la mejor si lo sabe y no lo quiere hablar. Más que nada es bonito hablarlo y que sepan, porque hay mucha gente que no sabe y quiere aprender, por ejemplo, en mi trabajo hay dos muchachos que si quieren aprender, no lo saben hablar y lo quieren aprender y me dicen enséñales a tus hijos, que aprendan a hablar su lengua. Mi esposo también me dice que le enseñe a mis hijos chiquitos a hablar. Mi esposo es de Chiapas el sabe el español y como a veces oye que platicamos si se le va quedando, porque hay a veces que si se le llega a salir una palabra en Nahuatl y le gusta. La verdad me dice enséñame o a veces ¿qué quiere decir esto? y ya le digo. A veces creo que mi hija no quiere hablar porque se siente mal hablando otra lengua. Me acuerdo que cuando llegué a la ciudad me hicieron sentir mal, me veían mal. Cuando llegué trabajé en una tiendita y los señores eran de un pueblo allí no, pero la suegra de la señora si. Llegaba y me decía de cosas porque vestíamos con ropa humilde, así como nos vestimos allá en el pueblo, así llegué, así vestía.

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Más bien no iba por mí.

En la calle cuando nos encontramos entre paisanos platicamos en nuestro idioma y se nos quedan viendo o luego se ríen de cómo hablamos. A veces nos encontramos así entre amigas y luego nos ponemos a platicar en el metro. Tuve que sacar a mi niño de la escuela primaria porque la maestra me dijo que mi hijo no valía porque el hablaba esa lengua y lo tuve que cambiar a esta escuela.

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Fui a la escuela y me dijo la maestra tu hijo vale del cero para atrás y yo fui y le dije al director si para ella no vale para mi si, para mí mi hijo vale mucho y pedí el cambio. Lo cambié a otra escuela y al contrario la maestra le decía: dime qué quiere decir esto y le pedía que le enseñara. Me pasó esto con mi hijo en la escuela porque él sabía hablar Nahuatl. Hay muchas vivencias donde nos sentimos discriminadas y a veces uno no se quiere acordar. También hay otras experiencias donde valoran lo que nosotras somos, por ejemplo, acá en la colonia hemos luchado y ahora tenemos un grupo de danza en la iglesia. Me gusta hacerlo porque siento que allí no nos critican, a veces, las señoras se acercan “hay mira que bonito, oye porque no nos enseñas” o “que bonito cantan el Nahuatl “ y se siente bien que te lo digan, se oye bien cuando nos dicen enséñennos el Nahuatl nos da ánimo.


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Cuando siento que lo valoran para mi significa mucho porque no nos discriminan aprendieron a cantar y siento que les gusta. Para ellos fue difícil aprender este idioma, les costó porque son de aquí y no saben las pronunciaciones. Es difícil para una persona que no sabe y en cambio lo aprendieron, ellos lo cantan o sea nos apoyan. Me hace sentir feliz, a veces conviven con nosotros. Se que nosotras tenemos derecho a hablar nuestra lengua y también a trabajar sólo ocho horas, sé que tenemos derechos, sin embargo, no los he hecho valer ¿quién sabe? a la mejor por miedo no sé. La señora tiene un carácter muy fuerte, uno de sus hijos ya le dijo: - “mamá tú las explotas ellas tienen su tiempo”, y ella le dice que no la contradigan, que la que manda es ella. Si exijo mis ocho horas a lo mejor pierdo mi trabajo. Uno no lo hace, y piensa sí es mucho tiempo voy a buscar otro, a veces, uno no más dice no ya no voy a ir porque es mucho tiempo, la señora es muy grosera. Así me pasa yo me quejo, llego aquí y le digo a mi esposo: -“que crees que me trató así la señora me dijo esto y el otro, ya no voy a ir”-, falto y me habla y ahí voy. Como me llevo bien con los muchachos creo que por eso no dejo el trabajo hay veces que digo: “no, pobrecitos, ellos se portan bien conmigo”- y

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luego a veces me dicen: -“ Viki es que tu no vienes y mi mamá esta de malas”-. Por eso creo.

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Si me despidieran no sabría dónde ir a quejarme. De otros empleos me he salido. Cuando tenía dieciocho años me salí porque mi mamá se puso mala y tuve que ir a mi pueblo. Les di las gracias y ellos me dijeron que si quería regresara pero ya no lo hice. Estuve un año en mi pueblo y luego regresé. Una amiga me había buscado trabajo y llegué directo a trabajar. En ese trabajo estuve como medio año y me retiré porque me junté ya no tardé. Estuve cinco años sin trabajar y luego tres años en el pueblo y después regresé y trabajé en una tienda y después ahora donde estoy. Cuando trabajé en la tienda era muy duro y casi no estaba con mis hijos, me iba y los dejaba durmiendo. Mi hijo ya estaba más grandecito él se iba a la escuela se llevaba a la otra y la más chiquita la encargábamos con una señora. Estaba chiquita y los dejaba durmiendo y cuando llegaba ellos ya estaban durmiendo. Llegaba a hacer de comer y al otro día otra vez irme temprano. Les dejaba su comida preparada y ellos comían y a veces no comían porque no estoy y no hay quién les diga que coman o solitos no es lo mismo, por eso me salí de allí. En este trabajo me levanto temprano y preparo algo si no lo hice en la noche lo tengo que hacer


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temprano para dejarles su comida, me voy sin desayunar y allá no podemos desayunar, tenemos que esperar hasta la hora de la comida. La señora nos dijo que no desayunemos, no podemos agarrar nada, si ella esta de buenas y nos dice desayunen pues ya la hicimos ya desayunamos si no pues ya no. Dependemos del humor de la señora. A mi me gusta lo que hago lo veo como un trabajo y no se cómo negociar, antes me daba menos y le dije a la señora que me iba a salir, que se buscara una muchacha porque que tenía otro trabajo y ahí fue que me aumentó porque me daba menos. Se que eso no es negociar pero no hay de otra, bueno si uno sale y busca trabajo pues si encuentra y no lo hago. Como dicen mis hijos, usted dice que no le gusta allí o como me dijo una señora: -no dices que es muy poquito lo que te dan y luego así como te tratan, que han de decir tus hijos, en lugar que les de gusto que vas allá van a decir no pues ya viene mi mamá, ya nos viene a gritar. Y si es cierto porque es mucha presión y a veces llego de malas a la casa. Me hablan y veces no les contesto, ya agarro y me acuesto y ellos cuando me ven así salen a jugar al patio y ya hasta después se meten. A veces sí me pone de malas el trabajo.

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Ellos no tienen la culpa que llegue así. Me gustaría cambiar y trabajar en otro lado, pero no lo hago. Mi marido no quiere que me vaya lejos de aquí, este trabajo esta cerca. Me queda a diez minutos o veinte minutos esta cerquita. Me gustaría conocer más mis derechos como trabajadora porque hay muchas cosas que nosotras no sabemos, desconocemos muchas cosas y hacemos lo que nos dicen por ejemplo en mi trabajo si me dicen hay una cena o van a venir mis familiares te tienes que quedar, yo me tengo que quedar hasta las nueve o diez de la noche.

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Antes no me pagaban horas extras la señora decía y ya me quedaba. Ahorita como le dije a la señora que mi esposo no quiere que me quede más tarde entonces, ya van dos veces que me quedo y si me lo ha pagado pero antes no, nos queda-mos tarde y no nos pagan, era el mismo sueldo. La verdad es que ya no me quería quedar a atender la cena pero me pedía de favor que me quedara y me dijo que después me iba a dar, que me iba apagar aparte. Lo dijo para que me quedara, para que no la dejara sola y me quedara con ella y acepté. Ella me puso la cantidad que me iba a pagar. Ni siquiera me dijo cuanto me iba a dar solo que lo haría. Yo pensando en el dinero que tendría estuve de acuerdo. Yo no conozco el salario mínimo ni tampoco cuanto es lo que me tienen que pagar por horas


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extras, me gustaría ganar un poco más que el sueldo que tengo ahora, unos seis o siete mil pesos mensuales. Quisiera que me respeten como indígena, como mujer y como trabajadora del servicio doméstico esto significa que me permitan hablar mi idioma y que no me diga que no hablo bien, poder ser así como soy sencilla. En mi trabajo la señora me dice que no hablo bien y yo siento que me falta el respeto. Ella nos dice que hablemos bien y que no estamos en nuestro pueblo para que hablemos así. Creo que ella quiere que sea como ella, no sé, que hable bien y más cuando tiene visitas. 49

Me gustaría aprender más de mis derechos y creo que si voy a algún taller allí aprendería cosas que desconozco. Por ejemplo, aprender a enfrentar la situación cuando mi patrona me trata mal, lo que hago es agachar la mirada, pues yo creo que no debe de ser así, tengo que saber defenderme. Del trabajo salgo a las seis o las seis y media de la tarde y estoy llegando a la casa como a las siete de la tarde. Cuando no estoy mis hijos se reparten las tareas de la casa ellos me colaboran. En la mañana a veces se levantan temprano y les doy de desayunar su café con leche, si hay pan bien y sino su cafecito con leche no más. Ya les


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dejo la comida y mi hija la calienta en el horno de microondas, va por sus tortillas calientes y es ella quien les da. Mi hija que va a cumplir trece años está en segundo de secundaria en el turno de la mañana y mi hija de nueve años en cuarto de primaria, es la que se hace responsable de mis niños chiquitos. Ella es la que les calienta la comida en el horno de microondas, es la que se hace cargo, y se va en la tarde a la escuela y la otra ya llega y los ve en la tarde a mis hijos solo así se puede.

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La tarea de los chiquitos la veo yo o a veces mi hija la más grandecita se hace cargo de la otra que tiene nueve años ya la revisa o mi hijo el mayor. Nos repartimos y a las juntas la verdad yo no puedo ir a las juntas de mis hijas y va mi hijo el grande. Si, él va a las juntas de mi hija que esta en la primaria, y a veces cuando me da tiempo voy a la de mi hija que está en la secundaria, cuando es temprano voy y si son más tarde ya no puedo ir. Mi hijo trabaja en una fábrica que esta acá abajito. El nada más llegó a segundo de secundaria. Está trabajando y le digo que tiene que ayudar aquí en la casa con los gastos. A veces me dice es que voy a gastar en esto y en lo otro, ah bueno esta bien y otras veces no le quiero recibir y ya agarra y me dice no mamá tenga, se lo estoy dando de corazón no me lo está pidiendo yo se lo estoy dando. Le digo que él se vista, que se calce, ya no le compro ropa desde que entró a trabajar ni


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zapatos, nada, no más me encargo de las dos que van a la escuela y los dos chiquitos. Él ya tiene un año trabajando. A mi hija le he dicho que cuando llegue de la secundaria coma y haga su tarea ya si le da tiempo y ve que tengo ropa sucia que me ayude para que no se nos junte, que lo haga en el ratito que se duermen los niños. A veces le encargo que me compre mis cosas para hacer de comer, llego y hago comida. A la que tiene nueve le toca los trastes y dar de comer a los chiquitos y cuidarlos en la mañana y mi otra hija llega y me ayuda con la ropa y las compras. Los domingos me llevo un ratito a mis hijos al parque, no todos los domingos. Ellos me dicen queremos ir al parque mamá, ya me los llevo, trato de pasar el día domingo con ellos porque en la semana casi no los veo. Aquí en la colonia tenemos un grupo de danza de mi pueblo y a veces nos presentamos, me llevo a mis hijos y participo con ellos, mis hijas bailan conmigo, mi hijo igual. Ellos danzan en un grupo de muchachos eso es lo que hacemos los domingos a danzar o al parque, es todo lo que hacemos. Los domingos ordenamos y limpiamos temprano lo hacemos entre todos y nos ayudamos, por

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ejemplo si mi hija va a lavar trastes, mi hijo hace acá adentro yo hago la comida o sea nos repartimos el quehacer y como estoy con mis sobrinos otro barre y así rápido lo hacemos y nos vamos. Lavo los sábados en la noche para tener más tiempo para pasar con ellos sino el domingo lo tengo que hacer y ya no convivo con ellos me dedico hacerles de comer y a lavar y si lo hago un día antes el domingo ya estoy con mis hijos. Las tareas se reparten entre todos creo que mis hijos se han dado cuenta que he sufrido. Me separé de mi primer esposo, mis tres niños grandes son de él, he batallado con ellos, estoy con ellos o sea trabajo y atiendo la casa. 52

Una vez platiqué con ellos, no es justo que yo lo haga todo, salgo a trabajar, llego, les hago de comer, y les lavo y todavía quieren que haga acá adentro. Nos vamos a repartir el quehacer entre todos, lo vamos a hacer para estar juntos y salir y así quedamos, nos repartimos el quehacer. Mi hijo mayor lava su ropa y yo nada más lavo de los chiquitos, mi hija la grande me ayuda, hay a veces que ella lava los sábados. Llego en la tarde y ya acabó de lavar, ya no más llego y si se acabaron la comida les hago la comida. Aprendí en el pueblo, allá nos enseñan desde chiquitos a hacer las cosas, nos llevan a trabajar, claro en el campo no es como en la ciudad, yo trabajo y mis hijos trabajan en la casa, tienen que ayudar.


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Muchos me critican porque me dicen que exploto a mis hijos porque les pongo a hacer estas tareas de la casa y yo no lo veo así porque a ellos les sirve. Si un día les llego a faltar ellos se saben valer, saben hacer las cosas, no quiero que dependan de nadie, así como yo crecí nunca dependí de nadie, yo solita desde chiquita me enseñaron a trabajar y me iba a trabajar. En ese entonces ganábamos dos pesos, para mí era mucho, con eso me compraba mi cuaderno para ir a la escuela y así les he enseñado. A veces mi hija en las vacaciones le va ha ayudar a una señora, se pone a trabajar, “mamá ya me voy a ir a trabajar, órale esta bien” Para mí es importante que ellos aprendan esta forma de ver la vida porque si trabajo y todavía voy a venir hacer todo en la casa y ellos no más esperar a que les de todo hecho así los hago unos inútiles. Mis vecinas me critican porque no los dejo salir, ellos no van a los bailes, mi hijo a su edad no toma, no fuma, y sí lo hacen sus primos y sus amigos. Hay a veces que le dicen -“es que tu mamá te pega”-, y él a dicho prefiero escuchar que me digan eso a quedar mal con usted. Esto es muy importante para mí, si mi hijo llega a tomar, el día que llegue borracho no sé que voy a

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Más bien no iba por mí.

sentir quizás que en algo le fallé, que en algo estoy mal, bueno estoy mal en muchas cosas, sé que no soy perfecta y quiero que mis hijos sean mejores.

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A mí así me educaron crecí en el pueblo, allá no podemos salir. Íbamos a la iglesia con mi mamá y saliendo de la iglesia a la casa. Aunque uno dice que es libre en el día pero oscureciéndose ya nadie puede salir, y ahorita así tengo a mis hijos. Mis sobrinos ellos van a las fiestas y les gusta tomar, cosa que mi hijo no hace, luego él me dice: -“ya entré a los diecisiete mamá, ya voy a cumplir los dieciocho ¿ya me va dejar ir a las fiestas?, le digo no sé”-. A veces pienso tengo que soltarlo poco a poquito y confiar en él. Yo si confío en la educación que les he dado a mis hijos. En el pueblo es diferente, cambian muchas cosas, allá nuestros padres nos dan una educación y traen otras ideas. En el pueblo a los dieciocho no puedes hacer nada todavía o si ya llegas a tener novio o algo ya le faltaste a tu mamá a tu papá eso era antes ahora las muchachas ya escogen novio. A mí hijo lo tuve a los dieciséis años, he sufrido con ellos y no quiero que ellos pasen por lo mismo. A mi hijo le digo que sea responsable no quiero que al rato busque una mujer y no vaya a cumplir, son miedos, que mi hijo le falte a una mujer, que se junten tengan un bebé y vaya a decir que no esta a gusto con ella y la deje. Los que sufren son los hijos yo ya pasé por allí.


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No puedo decir nada porque todavía no sé, le he dado una educación y al rato puede cambiar. Pasan muchas cosas les meten ideas y los hacen cambiar. Aquí en la ciudad tenemos vida comunitaria algo hemos traído, aunque no estamos unidos como en el pueblo. Nos hemos reunido algunos de los que venimos de nuestro pueblo y tenemos un representante. Hay mucha gente que ya no quiere apoyar aunque sea del pueblo, somos poquitos los que participamos y entre nosotros reproducimos algunas de las cosas de la vida que teníamos en el pueblo. A mi esposo no le molesta que hablemos nuestra lengua al contrario me dice que le enseñe pero tampoco se une a la comunidad el no quiere ir cuando tenemos platicas y cuando danzamos. A mis hijos les platico como es la vida en el pueblo y como es aquí y ellos ya se han dado cuenta cuando vamos de visita. En el pueblo son libres y cuando ven a las señoras barriendo las calles ellos me preguntan por qué mamá y les digo-“así debe de ser un pueblo limpio y saludarse con respeto y por respeto se les dice tías y tíos”- y mis hijos lo han entendido y lo hacen acá en la ciudad.

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Trece pesos eso fué lo que le dió a mis papás... Elizabeth Nieva de la Rosa 1

Me acuerdo que tenia trece años cuando fue al pueblo una de mis primas de parte de mi mamá y le dijo a mi mamá –“ no me presta tía por favor a Eli para que vaya ayudarme… dos meses nada más y luego se la traigo”-. Ella iba a tener su bebe. Yo había salido de la escuela y dijo mi mamá – “está muy chica ¿cómo crees que te la vas a llevar?”. Mi prima le rogó y no sé cómo la convencieron total que ya me vine con ella. Ahí en su casa no sólo le cuidé el niño sino me puso a hacer todo el quehacer y fue bastante grosera conmigo, ya era su muchacha. Resultó que la sirvienta era sirvienta de otra porque ella también trabajó en casa. 1

Nació en 1967 en San Francisco Cotahuixtla, Oaxaca.


Trece pesos eso fué lo que le dió a mis papás

En su casa conocí a los parientes de su esposo porque ella vivía con la familia de su marido. Ella vivía 2 en Neza aquí es otra cosa y lleva otra cosa . Se me antojaba tanto el pan, las cosas que veía, si quería me daba, si se me antojaba el cereal lo tenía hasta allá arriba y no podía comer y, sin embargo, sí comía su niño chiquito.

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Ya era su sirvienta no sabía cocinar y tuve que hacer comida. Un hermano de su esposo se quedó en la casa, estaba mal, lo habían operado y me tocaba echarle agua al baño cada vez que él lo ocupaba. Tampoco sabía planchar, si acaso en mi casa planchaba mi ropa. Me acuerdo que a mi primo José le planché su pantalón, había que hacerle la raya se la hice del otro lado. Mi prima me dijo: -haz de comer ahí te dejo unas papas-, las hice y picaban. Ya no fueron dos meses me quede hasta enero. Estuve con ella cerca de cinco meses. Esta fue mi primera experiencia en la ciudad y me acuerdo que mi prima me llevó a una tienda grande y me dijo que me iba a comprar ropa, ahí llevaba su carrito repleto de ropa ni ella se compró ni a mi, creo que no compraron. Quien sabe a qué tienda me llevó, era muy grande, tomamos el metro quizás dónde sería, no me acuerdo que me haya dicho. 2 Hace alusión de que en el barrio donde vive actualmente Colonia del Valle es diferente


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Una vez le dije: - “oye no era nada más que iba a venir dos meses”- - “Después te voy a dejar ahorita mi marido no puede”-. –“Pero…bueno, esta bien”-. Ella se fue a tener a su bebe y yo cuidaba al chiquito, les acompañaba a la casa de su cuñada y sus sobrinas eran bien groseras conmigo, mi prima no les decía nada porque las quería mucho. Me decían ranchera, se burlaban, me daba vergüenza. Me acuerdo que una tarde estaba en los lavaderos llorando y la señora que les rentaba me preguntó: -“¿por qué estas llorando? - Es que me quiero ir a mi casa-. Dile a tu prima que te vaya a dejar -Es que dice que su esposo no puede todavía- No estés triste ¿extrañas a tus papas?” Más que nada era coraje que tenía por lo que estaba viviendo y ya no le dije nada a ella. Cuando llegó el momento en que me fueron a dejar no me compró nada, no llevaba nada, y no me pagó, mi papá como que se quedó viendo. Trece pesos 3 eso fue lo que le dio a mis papas . Regresé otra vez a la ciudad a los catorce años a trabajar con una de mis tías, una hermana de mi papá porque hacia falta dinero en la casa. Mi tía les preguntó a mis papas si me dejaban venir a trabajar a México. 3

En 1980 el salario mínimo era de 163 pesos viejos, 0.163 pesos actuales.

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Allá en el pueblo no había secundaria ni telesecundaria solamente en Oaxaca pero en Oaxaca no conocíamos a nadie. Yo si quería seguir estudiando y decía mi mamá: -“¿Cómo te vas a ir a estudiar si no tenemos dinero, si no conocemos a nadie, dónde vas a buscar trabajo?”-. Yo hubiera terminado la escuela.

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Mí tía les contó que en la ciudad de México había trabajo. Mi papas me preguntaron si yo quería, les dije que si y me vine. Pensé me voy a trabajar para tener dinero y ayudar a mis papas. Mi tía me consiguió el trabajo, eran buenas personas, no puedo quejarme me ha ido bien. Trabaje por San Ángel, Tlacopan creo que así se llama la colonia, ahí trabaje tres años y luego me 4 vine para acá . Me fui al pueblo en octubre porque mi hermano estaba enfermo. El era soldado y de repente se perdió, no lo encontrábamos. Cuando lo localizamos lo llevamos al pueblo y después volví a la ciudad y encontré este trabajo. Nada más tengo la primaria completa. Con mis hermanos íbamos a la escuela somos ocho, algunos ya murieron. Hasta el tercer año la escuela no me gustaba porque el director nos pegaba mucho. Todos los maestros nos pegaban y casi no enseñaban 4

Se refiere a su trabajo actual en la Colonia del Valle.


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nada más nos pegaban y no me gustaba. Hasta quinto año me empezó a gustar porque llegó la maestra Lidia ella nos enseñó muy bien y no nos pegaba. Con ella aprendí a leer en español nadie en el pueblo habla ninguna lengua. Ni mis abuelitos nosotros vivimos con mis abuelitos maternos y no hablaban ninguna lengua le pregunté a mi mamá y dijo que no. Si me acuerdo de mi abuelito Juan su vestimenta era de manta, eran calzones así le decían antes. Mi abuelita hasta que murió usaba sus faldas largas y sus blusas con bordados. 61

Mi mamá me enseñó a hacer las tortillas, a moler el nixtamal, a desgranar, desgranábamos la mazorca luego poníamos la olla, la cal, a veces una maquila que son cuatro kilos o media. Luego molía en el metate. Planché con esa plancha que se ponía en las brasas. También me enseñó a hacer arroz y a poner los frijoles. Teníamos pollos y mi mamá mataba, cuando tenía, un pollo y hacía mole, de veras me gustaba ¡era como una fiesta! ¡Vaya!. En el pueblo vivíamos de las siembras del campo, ahí es nada más de las lluvias del cielo, se siembra sólo cuando es temporal, no hay agua, el río tiene agua cuando llueve, ahorita el río está seco. Mi mamá tejía yo también aprendí a tejer, tejíamos


Trece pesos eso fué lo que le dió a mis papás

unos petates grandes. Los hacíamos de palma, cortábamos la palma y la secábamos. Cuando estaba seca la deshojábamos, nos sentábamos y tejíamos con las manos. Con mi hermana empezamos mi mamá nos enseñó como a los ocho años o antes. Nos sentábamos junto a ella y nos decía que hacer.

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Íbamos al campo a escoger las palmas que estén ¿cómo decía mi papá? que no estén muy extendidas que ya no sirven, que no se abran, luego se ponen en el campo a secar. Mi papá iba luego por la palma y hacia su rollo. Todos cortaban la palma, mujeres, hombres y niños. Cuando estaba más grande acompañaba a mi mamá por ahí cerca y mi papá iba lejos a cortar la caña. Al lugar donde iba mi papá a cortar quedaba como 5 de aquí hasta Viveros , un poco más lejos. Cuando bajábamos muy fácil pero la subida pura piedra, ahorita ya no vamos, si vamos al campo vamos viendo todo pero ya no bajamos. Cuando estaba seca mi papá la traía, nosotros traíamos la palma verde y la secábamos en la casa. Se supone que traíamos por cientos, ahí secándose 5 Se refiere desde la calle Heriberto Frías con Pilares, colonia del Valle hasta el jardín Viveros ubicado en Av. Universidad con Río Churubusco, Colonia del Carmen, Coyoacán.


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en su patio. Cuando está seca la palma ya esta lista y mi papá la recogía. No, no puede estar quebradiza, tampoco seca tiene que estar flexible para que se pueda tejer, seca no se puede tejer, no me acuerdo cómo me daba cuenta de que ya estaba lista pero sí sabía cuando ya estaba seca. Mi papá la recogía nosotros no porque éramos niños. Todavía estaba obscuro cuando con mi hermana mayor nos parábamos para irnos al molino con una de mis tías y regresábamos ya que estaba amaneciendo. Mi mamá ya había hecho la lumbre, ya había puesto su comal, ya había hecho el café, huevos si había para que nosotros tomáramos y ¡a correr! a la escuela. Llegaba de la escuela, comía y a veces le ayudaba a mi mamá y luego jugábamos. Diario tejíamos, cuando estaba más grande como once años tejía con otra niña, una prima, hacíamos uno para ella y otro para mí, diario hacíamos un petate grande, ya no me acuerdo de cuanto era, pero sí grande y bastante ancho. Cada quien en su casa a veces en mi casa y otras en casa de ella, casi siempre llegaba primero a tejer y luego comía. Mi mamá juntaba como ocho o diez y ya los iba a vender mi papá a la CONASUPO que así se le dice, ahí los iba a dejar. Mi papá compraba azúcar, pan, café, sal lo que hiciera falta en la casa.

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Trece pesos eso fué lo que le dió a mis papás

El otro día comentábamos con mi hermana no nos fue tan mal. Mi papá iba a cazar venado, conejo, unas aves ¿cómo era que le decían? chachalacas todo eso comíamos. Mi abuelito materno nos traía fruta del campo tuna, una fruta muy sabrosa le decían chupandía mi papá dice que ya no hay. Mi papá tenía mangos, no eran mangos buenos, pero cuando había él los iba a traer. Tengo buenos recuerdos de mi niñez, muy duros, pero cuando esta uno niño todo lo hace así como jugando. Cuando uno esta más grande ve que el trabajo en el campo es muy duro y los papas lo hacían. 64

Por eso fuimos poco a poco saliendo del campo mi hermana la más grande salió a los catorce años a Oaxaca. Ella pensó más en ella, no tanto en mis papas ni en nosotros. Mi hermano también se vino a trabajar, él si nos ayudaba, me acuerdo que él sí me compró ropa cosa que mi hermana no, también les ayudaba a mis papas y para él fue muy duro, porque él era como dicen el hombre, el más grande. Mi hermano le ayudó a mi papá y mi hermano que viene atrás de mi ese más bien no, ese era muy penoso, le costaba, le daba mucha pena y no iba, no hacia las cosas, a mi hermana menor a ella ya no le tocó tan duro como me tocó a mi. Salía de la escuela ya estaba cansada de pararme tan temprano y me iba con mi abuelita a traer leña y


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veníamos cargando un montón de puros palos sobre la cabeza. Llegaba y a veces me dormía un rato, me acuerdo que más tarde nos juntábamos con todos mis primos que vivían más arriba de nosotros, nos juntábamos todos a jugar. Tenía una prima y con ella jugábamos a las cazuelitas y juntábamos los pedazos de cazuelas que ya estaban rotas. Si jugábamos y cantábamos. Ese día que salimos del pueblo con mi tía nos fuimos caminando seis kilómetros hacia la desviación donde está la carretera, ahí se llama 6 Nacaltepec . Nos paramos temprano porque el único camión pasaba a las siete de la mañana era ese o ya no o hasta el otro día. Me acuerdo que cuando llegamos a la terminal había mucha gente. Ese camión nos trajo a la terminal, a la Tapo. De ahí agarramos una combi y llegamos a San Ángel ahí trabajaba mi tía con unos doctores. Creo que no era taxi, no sé, afuera lo tomamos, eran unos muchachitos y se veían bien. Esos fueron los que nos llevaron hasta San Ángel, no recuerdo si no había taxis o no existían allá afuera. Era tarde porque ya estaba obscuro cuándo llegamos a la casa del doctor Pereira y su esposa, muy amables, ahí estuve una semana. 6 La localidad de Santiago Nacaltepec está situada en el Municipio de Santiago Nacaltepec en el estado de Oaxaca, tiene 555 habitantes y está a 1900 metros de altitud.

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Trece pesos eso fué lo que le dió a mis papás

Una muchacha que era la compañera de mi tía en ese trabajo me enseñó a usar la aspiradora, el jalador, yo no sabía qué era el jalador. Esta muchacha fue la que me enseñó a sacudir, a usar el teléfono, cómo se hablaba, cómo tienes que hacer.

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Me paraba con mi tía a las siete de la mañana y la ayudaba a lavar los trastes aprendí a usar la llave, a cómo lavar. Esta muchacha me dijo: -ven te voy a decir cómo vas a trabajar, ese es el jalador hay que lavar el piso con la escoba y así lo jalas. No sé cómo vaya ha ser donde vas pero la aspiradora se usa así. Gloria, así se llamaba me decía: -“ahí te va a decir la señora de todas formas”-. También me enseñó cómo se hacia la cama de la señora. Subíamos al cuarto no muy tarde y después mi tía bajaba a dar de cenar. Nada más era la señora y el doctor su hijo ya no vivía ahí con ellos. Estaban ellas dos, mi tía era la de la cocina y Gloria la de la limpieza. El cuarto estaba en la azotea, nada más era la cama de ellas una litera, estaba muy chiquito ese cuarto, yo dormía abajo con mi tía y Gloria dormía arriba, el baño estaba fuera, luego seguía el cuarto de lavar. Después de una semana o quizá quince días me llevó mi tía cerquita de ahí con una familia que tenia tres niños. Yo creo que los conocía mi tía, no re-


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cuerdo, ahí estuve y de este lado vivía la hermana de la señora y de este lado vivía ella. Eran muy amables y la señora me enseñó a cocinar como a ellos les gustaba. Cuando llegué me preguntaron ¿te gustan los niños? Yo dije si porque si me gustaban y me dicen: -aquí hay tres niños que vas a cuidar- , y digo: -si esta bien-. ¡Vas a cuidar y hacia todo!. Hacía de todo, era para todo servicio, estaba sola. En el pueblo tenía un quinqué y cuando obscurecía nos íbamos cada uno a su casa, en cambio aquí me paraba a las siete de la mañana y me dormía como a las diez de la noche y luego al otro día me paraba a las siete. La señora me enseñó la casa, lo que hay que hacer, me mostró mi cuarto y si estaba grande mi cuarto, luego me explicó cómo se usaba la lavadora. La casa era enorme, era alta, abajo estaba su oficina del señor, él salía a trabajar afuera, había un cuarto de la televisión y otro cuartito, las escaleras, la cocina era grande, la sala, el comedor luego subía hasta el cuarto de los niños, había dos niños y una niña y la niña tenia su cuarto aparte, el cuarto de otra televisión y la recamara de los señores, otra vez subía escaleras y ahí estaba la azotea con mi cuarto grande, el patio que era muy grande y el cuarto de la lavadora y la secadora, junto al cuarto estaba el baño.

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Ahí me dijo la señora ¿sabes cocinar? le dije no y me comentó: -“mira te voy a sacar todas las cosas y vas a hacer este platillo, y ¿sabes hacer arroz?, le dije: -sí, si se hacer, por que en mi casa si hacia. ¡¡pues, era muy diferente!! Ella me dijo: -al señor le gusta mucho el arroz, y le contesté: -si esta bien, así persignándome-. Sacó un libro y me dijo: - esta es la receta y aquí están todos los ingredientes y yo veía en el libro cómo se hacía”.

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La señora me enseñó todo, y me explicó: -“tú te paras en las mañanas, a la niña le traes su biberón y lo pones en la barrita que hay en el hall junto al cuarto y un vaso de leche con choco milk o con chocolate para cada uno de los niños. Yo te voy a tocar el timbre, tu bajas y le traes el biberón a la niña”. Al comienzo me daba miedo equivocarme, ahí estaban los vasos, el biberón; ellos paraban a sus hijos. Ya me ponía a sacudir, hasta eso ni desayunábamos, los señores nada más un café y yo me apuraba a sacudir. Quien sabe qué desayunaba ya ni me acuerdo, creo que corriendo, hasta que llegue aquí a este trabajo fue que aprendí a sentarme a desayunar, parada me desayunaba. Me ponía a sacudir y después la señora me dijo: -“un día haces arriba y otro abajo”- y


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a la hora de la comida ella me ponía las recetas para que vaya haciendo y me salía bien. Me decía: -“así se prende el horno de microondas, así el horno de gas”-, estaba todo aparte, grande, aprendí a usar todo esto. Me decía lo vas a hacer así, hasta el último me estaba enseñando a hacer hojaldre, pero como ya no me quede. Me dijo: -vas a hacer todo esto-, yo nunca iba a salir a comprar, ellos compraban todo, y leyendo todo se me hacia fácil. Si me salían bien los platillos. Ya después llegó otra muchacha. Trabajaba de planta y salía un domingo si y otro no, 7 mi salario me acuerdo que era de quinientos pesos , en ese entonces antes de que se devaluara el peso. Durante esos tres años no me subieron el salario hasta que avise que me salía y ahí me dijo la señora que me iba a subir. Ya tendría un año allí cuando llegó otra muchacha, era hermana de una chica que trabaja con su hermana de la señora. Se suponía que ella me iba a ayudar, que ella haría abajo y atendería a los niños, pero no fue así. Yo seguía atendiendo a los niños y a ellos, hacia la comida, tendía las camas, a mi me tocaba lo de arriba y la ropa también y se supone que ella a eso iba. Y yo seguía saliendo un domingo si y uno no. 7

El salario mínimo en 1981 era de 210.00 pesos viejos.

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Ella, Margot que así se llamaba, sacaba los niños al parque, les daba la cena luego casi siempre estaba enferma yo la atendía y ya me iba dando cuenta, un día ella me dijo: -“yo gano más que tú - y le dije: - por qué si yo hago más trabajo”-. Y le conté a mi tía: “Margot gana más que yo y soy la que trabaja más” y dice: - ¡A poco!-. Margot era grosera conmigo, me decía de cosas, el niño Rafael era el más grande, era muy educado, el niño José me quería mucho pero la niña me decía tonta, porque repetía lo que Margot le decía.

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Aunque ella era la encargada de los niños, los señores cuando había una boda a mi me llevaban para cuidarlos, que fiesta en casa de sus papas y ahí me llevaban y se suponía que era Margot la que lo tenía que hacer. Ella era envidiosa. Los señores estaban contentos con mi trabajo, no me decían nada, por eso creo que estaba bien hecho. Dure así tres años. Todo eso me cansó por eso le dije a mi tía que me quería salir. Me salí más bien porque era mucho trabajo Le dije a mi tía: - ya me quiero salir de allí, ya me cansé -. Cuando le comenté a la señora me dijo espérate no te vayas José te quiere mucho, ya estamos acostumbrados contigo, ya te voy a aumentar. Le dije: -“no ya me voy, además mi hermano se puso mal, lo anduvimos buscando y no


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lo encontrábamos, cuando lo encontramos estaba en el hospital militar”-. Una hermana de mi mamá que trabajaba en unos multifamiliares por Linares cerca de avenida Coyoacán le dijo a mi papá que sacaran a mi hermano del hospital militar porque no lo estaban controlando. Lo llevamos al pueblo y me fui para ayudarle a mi mamá. En el pueblo no estuve mucho tiempo, ¿cuánto tiempo estuve ahí? Como seis meses creo. Cuando comencé a trabajar lo primero que hice fue comprarle su licuadora a mi mamá para que ella no estuviera moliendo el chile en el metate, y luego su plancha todavía los tiene. Eso fue lo primero que les compré, les llevaba mercadería y lo que necesitaran. Ya después me compré mi ropa, mis zapatos. Iba en navidad con mi tía, me quedaba los quince días que me daban de vacaciones, claro que no me daban aguinaldo, yo no sabía del aguinaldo recién en este trabajo que ahora estoy supe del aguinaldo. Ese día que me vine con mi tía, cuando llegamos me impresionó la ciudad, y eso que no estaba como ahorita, me daba terror cruzar la calle. Al comienzo cuando llegué conocí a pura gente del pueblo, como no conocía salía con mi tía. Mi tía me llevaba “que a casa de quien sabe quién”, siempre había fiesta era

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pura gente del pueblo, que vivían por Atizapan . Por allá vivían y me decían: -¡vente!, a veces me dejaban salir un sábado, ¡vente que nos vamos a ir! Y al otro día no llegábamos y el lunes regresábamos bien tarde y me daba mucha vergüenza y ¡cómo me venía sino conocía!. Ya después me fui fijando y regresaba sola creo que como al año. No conocía mucho la ciudad sólo por dónde me llevaba mi tía, una vez me llevaron a Chapultepec. Me llevaba a los parques y donde conocidos del pueblo. Me iba fijando en la pecera o en el camión. 72

En Atizapan ahí vivían mis tíos hacían muchas fiestas por allá. Ahí encontré muchachas del pueblo ya después me juntaba con ellas, trabajaban cerca después creo que mi tía les consiguió trabajo, ahí ya no esperaba a que se viniera mi tía, luego mi tía como que se molestó y dijo: - “así, ustedes por allá y yo por otro lado” -, y así fue. Las salidas eran a las fiestas. Una navidad que no fui al pueblo la pasé con mi tía en San Pedro. Ellos también eran familiares, no los conocía muy bien y no me sentía a gusto. Ella iba con su pareja, ese 8

Atizapan de Zaragoza se localiza al noreste de la capital del estado de México. Limita al norte con los municipios de Nicolás Romero y Cuautitlan Izcalli, al sur con Xilotzingo, al oeste con Isidro Fabela y al este con Tlalnepantla.


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señor era bastante grosero, yo no conocía gente, no me sentía a gusto. Íbamos a las fiestas de los parientes, son familia, pero como no los trataba. Había un señor, un tío, que vive todavía y que siempre me estaba molestando. Hasta que su esposa lo regaño, ¡ya deja de estarla molestando!. Después del primer año comencé a conocer muchachas del pueblo que también trabajaban, ya no salía con mi tía y salía con ellas. Conocí unas muchachas que eran de Toluca, salíamos, íbamos a los parques, a las fiestas, ya fui conociendo las fiestas de familiares de ellas. Salíamos, íbamos a las fiestas y ahí ya me divertía un poco más. A mi tía no le gustó mucho que saliera con las muchachas del pueblo. Durante mucho tiempo la ciudad me seguía dando miedo, le tenia miedo a las avenidas, ay que horror, me daba terror pasar, pasábamos corriendo, ¡que miedo! El elevador no me gustaba, en el metro me agarraba bien porque me daba cosa, una vez en el metro me jalaron una cadenita de oro, no era buena y me la jalaron. Me acuerdo una vez, cuando trabajaba ahí en San Ángel, fui a traer tortilla un poquito lejos, viene un tipo me agarró y me puso una pistola ¡No, baje y ya

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no volví a traer las tortillas! Si, por San Ángel, por el panteón Jardín por ahí, habían unas canchas, lo que me acuerdo es que yo vi a ese tipo y cuándo regresé me dijo que le diera el dinero, yo traía nada más unos centavos, traía yo las tortillas y unos centavos es todo lo que traía, que le veo y que me estaba poniendo la pistola ayayay me puse así, y dijo: - ¡no grites! ¡no digas nada!-, y pasaba la gente y pasaba la gente.

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No sé, son de esas cosas que ni sabía que pasaban y me pasó todo lo que yo había vivido por delante de mis ojos. Cómo me solté y cómo me eche a correr y le hable a mi tía… y ella dijo: -ahorita le voy a hablar a una patrulla-, Y yo: - ¡no, si ni me acuerdo del viejo ese! Eso me pasó por allá. Ya tenía diecisiete años cuando fue la tercera vez que vine a trabajar a la ciudad. Me vine con mi hermano, el más grande que estaba trabajando con una hija de la señora Carmen, con él me vine del pueblo. Él vivía en Ermita Iztapalapa cerquita de la Viga, en un centro de inglés ahí vivía, ahí trabajaba. Con él me vine y le habló a una de mis tías, hermana de mi mamá, la otra tía era hermana de mi papá. Ella le contó que la señora necesitaba una muchacha, nos fuimos a hablar con ella, nos pusimos de acuerdo, me aceptó y ya me vine.


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La señora Carmen me explicó cómo iba a ser mi trabajo: -“soy yo sola, soy vegetariana, no como carne, viene a veces a comer un padre, que es mí amigo y a veces invito a mis amigas, sencillo, aquí se come sencillo”-. Ya nos pusimos de acuerdo en cuanto me iba a pagar creo que fueron setecientos pesos, y me comentó: - “conozco a tu tía Mary de años y a tu hermano también y así que empezamos el lunes”-. Acepté y mi hermano me vino a dejar. Aquí ya tengo veinticinco años trabajando. Aquí hago todo. No me gustaría trabajar de entrada por salida. 75

Como le decía a la señora Carmen y a mi hermano: me gusta trabajar puertas adentro. El me dijo: -“si, esta bien para que vas a andar probando, por eso yo ya no recomiendo”-. A todas las sobrinas de su esposa a quienes él había recomendado no les gustaba el trabajo, se salían y se iban a otra casa, a mi hermano lo hacían quedar mal. Estaba bien gorda cuando llegué a la casa de la señora Carmen y era flaquísima cuando salí del pueblo, claro cada vez que salía con esas muchachas que conocí en el otro trabajo, nos íbamos a comer que pancita, que gorditas que quesadillas. Para mi estaba buenísimo todo eso, pero sí engordé, engordé mucho.


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El primer día de trabajo le pregunté: ¿qué voy a hacer de comer? y me dice la señora ahí te fijas en el refrigerador. Al día siguiente vi que la señora salía a las siete de la mañana y se iba a trabajar. Antes, la 9 señora Carmen tenía unos “búlgaros” de ahí sacaba el yogurt y lo servía con sus frutas o le hacia su licuado. El licuado, su sándwich y su jugo era para llevar al trabajo. Cuando me dijo que viera el refrigerador, ¡me espanté! ni siquiera conocía las verduras, en esa casa donde trabajaba no se comía verdura.

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Y cuando fui a revisar el refrigerado me aterré: -¡y esto qué cosa será! Era el brócoli. Bueno, los nopales, ejotes, frijoles, flor de calabaza esos los conozco. No conocía las espinacas, las alcachofas, los espárragos, estuve revisando, y pensaba cómo le voy a hacer, qué cosa voy a hacer. Había nopales eso sí sabía preparar, arroz y le hablé a mi tía: fíjate que aquí hay unas verduras que son más o menos así y así. Y ya ella me decía ha de ser… pues, bueno hazlas así, ¡no! Y por teléfono me decía cómo tenía que hacerlas. Cuando llegó la señora Carmen le dije: - “a ver si le gusta porque en mi otro trabajo no comían verduras, y no las conozco”-. Ella respondió: --“sí, ¡todo esta muy bueno!”-. Para comer ella no era pesada ¡sí todo esta muy bueno!. 9

Cepas de yogurt que se crían en la casa para preparar yogurt natural.


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Y después le preguntaba ¿qué quiere que cocine? Haz unas tortitas de papa, ahí están las papas pero ¡qué le pongo! Pues quien sabe, por ejemplo, las coles de brúcelas yo pensaba y ahora cómo voy a hacer estas cosas, y unas que se parecían a una flor de calabaza que no abrió, también ¡cómo las voy a hacer! Después me di cuenta que la señora Carmen no sabía cómo hacerlas. A veces le hablaba a mi tía o por revistas, leía una receta o cuando veía a mi hermana le preguntaba y así fui aprendiendo, hasta ahorita compro revistas y de ahí saco recetas. Pasaron algunos años y le empecé a cocinar a su hija y ella me decía: -“te gusta cocinar ¿verdad Ely?”- ¡Si claro! Si me gusta, sin embargo no era tanto que me gustara sino porque tenía que hacer todo y aquí venía gente de otros países la señora practicaba yoga y venia mucha gente. Cuando venían sus amigas a comer unas si comían verduras, otras comían carne, el padre si comía carne y me decía hazme un espagueti y yo le decía: ¿cómo se hace?, allá en mi otro trabajo lo único que aprendí a cocinar eran coditos. Y me decía el padre: -no pues, así hazlo y sí me salía bien o no, él sí se lo comía. Otras veces me decía hazme pancita, y yo le decía: -pues yo he comido pero no lo he preparado-, y me decía lleva esto y esto. Iba a comprar a la Comercial y ya lo preparaba.

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Desde que llegué me ha dado la señora Carmen el dinero para que vaya a comprar a la Comercial que 10 queda enfrente . Compraba un montón de cosas que luego a veces ni usaba, no sé para qué lo compraba, no sabía cómo hacerlo. La señora Carmen no me dijo cómo hacer las compras, o qué quería ella que comprara y fui poco a poco aprendiendo a administrar el dinero, a saber qué cosas comprar para la casa, a mi solita desde que llegué me tocaba decidir. Cuando yo le preguntaba ella me decía: -ahí tu-, pues yo les preguntaba a mis tías cómo se llama esto y lo hacía. 78

Ahora me dice la señora Carmen: -“Ely, te tengo mucha confianza ya no te tengo que decir anda a comprar esto”-. Claro, fui aprendiendo, hacía mi lista qué es lo que se está necesitando, más o menos, y ya sé cuánto voy a gastar, yo armé la lista cuando llegué, compraba y tomaba la decisión de qué cosas dejar cuando no me alcanzaba el dinero y le decía a la señora: -no me alcanzó-. Desde que llegué voy a la Comercial ella no. Mi hermana me dice: tú le ahorras a la señora, lavas la alfombra, las cortinas. Al inicio lavaba las cortinas en la tina de baño, no había lavadora, para las cortinas no alcanzaba. Ahorita ya no puedo, su alfombra que es como trenzada ya no puedo lavarla. Acá 10

Se refiere a la Comercial Mexicana situada en Heriberto Frías, Colonia del Valle.


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la señora casi no envía ropa a la tintorería, antes ella me dejaba lo que se necesitaba lavar; ahora yo voy a sacar la ropa de su closet, ya está grande no se da cuenta de si la ropa esta limpia o no. Ella era de puras verduras, me decía: compra jamón vegetariano, tortitas, bistec de soya, lo compró aquí al lado en la tienda naturista. Ahora que ella esta grande se le olvida cuánto valen las cosas. Hace poco estuvo aquí su nieta, se fue la señora a Mérida y no me dejó dinero. Su nieta cenaba, desayunaba, traía al novio y con mi dinero. Desde que llegué aquí, hace veinticinco años, pago las cuentas en el banco y hace unos ocho años que la hija de la señora va al banco. Cuando se nos pasa la fecha de pago del agua lo hago en la Comercial. Aquí hago yo de todo, la casa está grande, esta su cuarto de ella, luego la otra habitación, la sala del piano; la casa ha ido cambiando con el tiempo, sin embargo esta grande. Hacía un día arriba y otro abajo, el comedor, la sala, trapear, había que lavar la ropa, aquí si era lavar a mano, aquí no había lavadora y planchar, bueno, hacer todo lo que es de la casa. Mi cuarto queda en la azotea, mi cuarto es del tamaño de la cocina, esta bien, está grande, me gusta, esta allá arriba y no se oye nada. Es mi espacio, vivo con mi hermana y mi hija. Tengo una hija.

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Ah, cuando llegué el cuarto estaba horrible, la muchacha anterior tenía unos meses que se había ido y lo había dejado todo sucio. Había un Cristo negro y un cuadro del Sagrado Corazón y una cama bastante fea, las cobijas, todo, todo estaba feo. No, pues poco a poco lo fui arreglando y hasta flores tengo. Cuando me pagó me compré unas sábanas y luego una cobija. ¡Todo lo que tengo es mío!

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Hace veinticinco años, cuando entré a trabajar me pagaban setecientos pesos11 de ese entonces me empezó a dar aguinaldo y hasta raro se me hizo ni sabía, después me aumentó, ahorita no gano mucho que digamos. Recibo a la quincena mil 12 setecientos pesos . Los lunes le cocino a su hija ella me paga doscientos cincuenta pesos, no tiene mucho que le cocino a su hija de la señora, con eso ya gano un poco más, es muy poco, no me alcanza. Ni le he dicho que me aumente porque como está mi hermana y está mi hija y luego dice que no tiene y no se que tanto así que mejor no le digo nada. Yo compró todas mis cosas, jabón, todo, todo. Entre mi hermana y yo, la señora no me da, cuando vi que no me daba, creo que se compraba un jabón para ella, entonces empecé a comprar para mí y como ella no

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En 1984 el salario mínimo era de 816.00 pesos viejos, 0.816 pesos actuales.

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En el 2009 el salario mínimo es de 54.800 pesos diarios.


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comía carne compraba para nosotras. Por eso no tengo dinero, por eso no me alcanza el dinero. También le compramos cosas que no hay en el pueblo a mis papas, su ropa, sus zapatos. Desde que llegué la señora Carmen me dio mucha confianza, ella me dijo siéntete como en tu casa, no me regañaba, nada me decía, esto esta bien o esta mal, yo digo que es buena persona por que no grita, no regaña, nunca me insultó, por eso no me fui, por eso he durado tanto años. Yo tampoco tengo que ser grosera con ella al contrario es buena persona, ayuda mucho a la gente por eso sigo aquí si fuera mala persona ya no estaría aquí. Yo digo que he tenido suerte. Desde la primera vez que me vine con esta señora de San Ángel ella no fue grosera conmigo ni me decía de mala forma, ella me enseñó a cocinar lo que yo no sabía ahí aprendí no es lo mismo aquí que en el pueblo. No me trataba mal igual aquí la señora Carmen a veces si da mucho trabajo, ahora que esta grande, pero que me haya ido mal ¡¡no!! Yo digo que son buenas personas por el trato que he recibido. El trato es de respeto y de cariño ya me acostumbré con la señora Carmen, si ella hubiera sido grosera ya no estaría aquí. Por ejemplo, mi hermana tiene una amiga que trabajaba cerca y se salió de su trabajo porque ella estaba enferma y le

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dijo a la señora: -“señora me puede esperar porque tengo que ir al doctor porque me siento muy mal- y la señora dijo: -No, el trabajo no puede esperar… tu enfermedad no me importa”. Y a mi no, gracias a Dios no me he enfermado, sin embargo, cuando tuve a mi hija yo quería estar con mi hermana. Mi hermana se ofreció: - yo te cuido, yo te ayudo-La señora Carmen me dio permiso –“no hay ningún problema” -, no me acuerdo si le dejé comida o algo y ella le pidió a mi otra hermana que viniera de vez en cuando y barra o algo. Ella me dijo: -“ándate tranquila”- y lo hizo con mucho gusto. 82

Me han contado otras muchachas que sus patronas les gritan mucho, en mi caso la señora no me ha aventado las cosas, tampoco me ha dicho que no esta bien cómo hago las cosas, nunca me ha dicho nada, por eso digo que es buena persona. He visto también que ha ayudado a mucha gente y sí viene gente a tocar la puerta ella me dice: -“Ely dale un huevo, hazle un taco, un jitomate, a ese pobre que tiene hambre dale algo”-. Aquí ha venido mucha gente y ella los recibe. Ahorita puedo decir que es mi amiga y es como mi familia ya que he pasado más tiempo con ella que con mis papás. Con mis papás estuve hasta mis catorce años y con ella más. En las buenas y en las malas hemos estado, ella ha estado conmigo y yo


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con ella, creo que cuento con ella y ella también conmigo y siempre que necesito ahí esta ella. Los domingos la señora Carmen nos decía vayan a yoga como el hubiera no existe… Los domingos los dormía bien, era bien dormilona, y ella bien temprano que se paraba. Es muy difícil conocer personas aquí en la ciudad y también conocer la ciudad no es fácil, no es de que me iba a algún parque, más bien era con mi hermano o con mi hermana. Mi hermano vivía en Ermita y mi hermana en Neza. Con ellos salía. Después nos empezamos otra vez a ver con ese tío que vivía en San Ángel y que después vivió en Coyoacán. Ya me hablaba y decía ¡¡vamos a una fiesta!! Y fui conociendo muchachas por aquí y ya nos íbamos, ya era por acá ya no era tan lejos. Aquí en el barrio conocí a unas muchachas que ya no están, cuando iba a tirar la basura, cuando salíamos, así nos fuimos conociendo. En realidad no conozco mucha gente, si conozco a los vecinos de vista pero ni se mete uno con ellos. Se van cambiando han pasado muchas muchachas por el barrio. Más bien conocí mucha gente por mi tío, que si sus amigos, que si las novias de sus amigos, que la novia de mi tío, con ella hasta ahorita, a veces, hablamos por teléfono.

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Los sábados nos íbamos de fiesta y yo le decía a la señora Carmen: - voy a ir a una fiesta - ella decía: - si esta bien, ¿vas a regresar? Si. -Para que no cierre Así le decía y ya me venían a dejar, me dio llave la señora Carmen. Una vez que me vio que estaba conversando con una muchacha allá fuera me dijo: -“no, no platique afuera entre, no esta bien que estén en la puerta”-. Sí y a veces ya pasaban.

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Las fiestas eran con mi tío o a veces era con gente del pueblo. Así ya llegamos a otros pueblos así nos la pasábamos, muchas fiestas. Al otro día decía ¡¡yo ya no voy!! y el viernes ya nos estábamos hablando, vamos a una fiesta y el domingo ya regresábamos y muerta de sueño ¡a dormir! Más bien yo llegaba cuando la señora estaba saliendo a yoga. Las fiestas a las que íbamos a veces eran cumpleaños, hace poco fuimos con mi tía a visitar a mi abuelita y vimos fotografías de antes, ahí estaba mi hermano y le digo esta fiesta fue el cumpleaños de mi tío. Eran fiestas que invitaban a mi tío y él nos invitaba, a mí sobre todo a mi hermana no le gustaban. Mi tío hacia fiesta y todos sus amigos, sus conocidos, todos iban pero eran casi puros jóvenes. También fuimos al pueblo de una novia que tuvo, con ella todavía nos hablamos, fuimos varias veces,


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para su cumpleaños y así fiestas que invitaban a mi tío y él nos llevaba, creo que eran cumpleaños, bodas. Cuando andaba con mi tía de por si les gustaba mucho hacer fiestas a mi tíos. En las fiestas bailábamos. Las bodas eran diferentes como que estábamos todos juntos, mis primas se casaron con gente de otros pueblos y que no conocíamos. En esas fiestas convivíamos nada más con los del pueblo. Cada sábado hacían y el viernes ya nos avisaban, no me acuerdo en cual estación del metro nos bajábamos, era una casona grande donde hacia fiestas un amigo de mi tío nos decían cada quien que traiga algo. Mi tío era muy fiestero. A veces habían grupos, tocaban todo tipo de música, habían grupos, sonido. Donde mis tíos ahí no había sonido ni grupo tenían su estéreo con eso bailábamos. En las bodas comíamos mole, en el pueblo se come el mole, arroz, frijol. En las fiestas comíamos lo que llevábamos porque quién iba a cocinar, por eso llevábamos lo que queríamos, mi tío vivía con dos primos. El cuidaba una casa aquí en Coyoacán. Una vez celebró su cumpleaños y mi tía hizo mole no me acuerdo que tanto hizo. Estaban sus primas, y todo le ayudaron no fue ella sola, también estaba

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mi abuelita. Todos se cooperaron y trabajaron juntos. Ahora ya es distinto, no salgo a fiestas, tuve a mi hija a los veinticinco años y desde ese entonces ya no ¡cómo iba a salir con mi hija chica!. Si me hablaban y me invitaban pero ya no. Al papá de mi hija lo conocí en una fiesta, también era del pueblo no lo veía desde que éramos chicos. Aquí en una fiesta lo encontré anduve con él tres años. 86

El dijo que sí y todo ¿no?. Hacíamos planes, él propuso que nos casáramos en el pueblo, pero después ya no. Cuando salí embarazada le conté a la señora. No se cómo le hice, cómo fue que le dije. La señora Carmen me dijo: -“no te preocupes dile que yo hablo con el padre y que se case contigo”-. Le comenté al papá de mi hija y él me dijo: - “¡¡ no!!. Así es que aquí en el metro Zapata terminé con él. Lo último que me dijo fue: - “a ver cómo le haces”-. No sabía cómo le iba a contar a mis papas, cómo le iba a decir a la señora. ¡No sé, no sé, cómo pude decirles! Todos se portaron bien conmigo, me costó mucho trabajo decirles tenía tanto miedo y ellos no se enojaron conmigo.


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Ya faltaban como dos semanas para que naciera mi hija y me fui con mi hermana. Iba todos los meses a revisarme y por eso ella me dijo: - “te vienes para acá a aliviarte”-. Mi hermana vive en Chalco y me alivie en una clínica que nos quedaba cerca. Me llevó mi hermano. Estuve con mi hermana mayor cuando nació mi hija y a los dos meses regresé. Y la señora me pagó, me pagó los dos meses que estuve con mi hermana y me dijo: -“ya no te preocupes”- Mi hermana menor no me acuerdo si iba a la escuela o trabajaba y en las noches ella venía hacía la comida o limpiaba, la señora Carmen algo le daba a mi hermana. 87

Regresé al trabajo nada más que ahora tenía a mi hija, la señora Carmen se iba a trabajar y ahí me quedaba con todo el quehacer y mi hija. Un día su hija de la señora que es abogada me dijo: -“Ely no te vayas a enojar pero no acostumbres a tu hija a los brazos o sino no te va a dejar trabajar, porque va a estar llorando tu hija y no vas a poder hacer tu trabajo o abrazas a tu hija o haces tu trabajo”- Le hice caso y como era tan tranquila mi hija podía trabajar. La señora Carmen me regaló un bambineto y ahí la metía, ahí la bajaba, dónde estuviera ahí la tenía. Mi hija fue muy tranquila no lloraba. La señora Carmen y la señora Marta, nuestra vecina, me regalaron un corral y aquí estaba mi hija en la cocina.


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Antes en esta casa hacían muchas fiestas con los del Yoga. Venían a celebrar cumpleaños y todas veían a mi hija. Luego, cuando estaba más grandecita en su corral, ahí le ponía sus juguetes y ahí estaba ella hablando con sus juguetes. Fue muy tranquila mi hija por eso pude trabajar, me la llevaba a comprar las cosas o la dejaba con mi hermana aquí al lado.

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Mi hija nació mal y en la clínica no se dieron cuenta. A los nueves meses el doctor se dio cuenta de que estaba mal y dijo: -“que le saquen unas radiografías porque creo que está mal la niña”. A un laboratorio particular fui a sacarle sus radiografías y se las llevé al consultorio ahí me dijeron: -“tú niña esta mal, tiene luxada la cadera, va a necesitar una operación y no te aseguro que quedé bien o a lo mejor dos o tres operaciones, pero no te aseguro que quede bien”. ¡Ahh! me quede así ¿cómo? ¡Cómo tanto! Y cuando vi a mi hija así tan chiquita dije ¡cómo! Ya cuándo me salí del doctor venía llorando, y pensando ¡¡cómo que me dice que no va a quedar bien mi hija!! Me dice una, dos, tres hasta cuatro operaciones pues no y ¡qué voy a hacer! Cuando llegué la señora Carmen me preguntó ¿qué pasó? Le conté y dice: - pero ¡cómo así! no te dijeron que la llevaras a otro lado. Estábamos platicando


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cuando llega su hija y le contó. Ella me dijo: -“le voy a hablar a un doctor ortopedista que conozco y al rato paso por ti”. Al rato me habló y pasó por nosotras. Al entrar dice este doctor: -“tu hija no necesita operación”…ya nos sentamos y le conté lo que me habían dicho. El me dijo: -“No, no necesita operación” -. El doctor nos contó su experiencia con su hija. Por quedar bien con su mamá a la niña le hicieron veinticinco operaciones y estaba en silla de ruedas. Me envió con un doctor para que le sacaran radiografías y él dice: -“no, no necesita operación, si se hubieran dado cuenta con un cojín o unos dos pañales y hubiera estado bien, pero ya tiene nueve meses la niña y va a necesitar un cojín”-. Y esa misma tarde me llevó la hija de la señora Carmen con los ortopedistas y le hicieron su cojín, su hija me ha ayudado mucho ella pagó todo, pago y ya. Después le pusieron a mi hija un arnés. Luego me llevó al hospital infantil y ahí pregunté porqué me dijeron que necesitaba operación y un doctor muy joven me dice: -“bueno, si yo fuera particular a lo mejor también te diría que necesita operación pero esta niña no necesita operación”-. Su hija de la señora me ha ayudado mucho, la señora no me da

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dinero pero también me ayuda y me dice: -“no te preocupes Eli todo va a salir bien”-. Y ahí está mi hija. Seguimos todo el proceso que nos indicaron los doctores primero fue un cojín y luego un arnés completo desde sus zapatos hasta la cintura, cuando se los quitaron mi hija caminaba. Todas estábamos contentas, la señora Carmen, mi hermana y yo.

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Luego de esto mi hija entró a un kínder de aquí cerca a los dos años cinco meses. Mi hija caminaba ¡re bien! y no hablaba bien. Me fui a hablar con la miss Marta y el primer día que la llevé todos hicieron una rueda y ella bien contenta y yo bien triste, ella bien contenta y ni cuenta se dio de que me vine. Me dijo una de las cuidadoras ¡¡que no la vea!!. Ella feliz se quedó en la escuela hasta su pre primaria y luego cursó su primaria aquí en Tlacoquemecatl la iba a dejar y la iba a traer así ha pasado. Hace como un mes y medio se cayó mi hija, cuando era chiquita se caía. Cuando me la dieron de alta no se dieron cuenta de que la rotula está muy chica y se la tienen que fortalecer sino la tienen que operar, ahorita ya anda como si nada otra vez. Lo malo es que no hace los ejercicios Y sí le digo y le hablo.


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Uno va aprendiendo con los hijos yo he ido aprendiendo con mi hija, yo le digo a mi mamá ¡¡mamá no te preocupes tanto ya nosotros estamos grandes!! Pero no, porque yo sé que yo también me preocupó mucho por mi hija. Pero así es, que siempre una se va a estar preocupando. Para las comidas de mi hija cuando estaba chiquita se supone que le iba a dar de comer lo más sano. ¿Qué es lo más sano?, el ortopedista me dijo que la niña no podía estar gorda por su problema de sus caderas y yo ni cuenta me di y cuando ya la vi mi hija estaba bien gordita. Cuando estaba chiquita se comía todas las verduras hasta ahorita a veces si se las come. Ella no es mucho de verduras, los nopales si se los come, en crema si se come casi todo que le dé, el brócoli, la berenjena ¡¡ ni lo prueba!! La señora Carmen me decía que no le diera carne porque era malo, por las toxinas, que era un cadáver y no se que tanto y me dijo el doctor ¡¡ No!! ¡¡Mi suegra esta mal!! La niña necesita la proteína del animal. Y la señora Carmen: “¡no, no le compres esa salchicha, no le des jamón! “. Y a mi hija le gusta el jamón. Yo no sabía qué hacer y decidí que coma lo que quiera, lo que le gusta. De las verduras se come lo que le gusta y lo que no le gusta si sabe comer, pero las verduras no mucho.

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La señora Carmen me daba consejos, que hacer con mi hija, yo sabía que si tenía la razón y era por su bien ¿porqué me iba yo a enojar si era por el bien de mi hija? También está mi hermana Roxana, ella también le llama la atención. Ha veces cuando estoy tan enojada le habla y le dice porque le haces esto a tu mamá. Estaba muy dolorida mi hija porque se juntó con quien no debería de juntarse. Todo lo tranquila que era cuando bebe ahorita ya no y le digo: -“Ay extraño cuando eras más chiquita”-, ahora ya tiene dieciséis años. 92

Aquí vivimos puras mujeres. Cuando mi hermana sale del trabajo platicamos o en las mañanas cuando desayunamos mi hermana, mi hija y yo, ahorita porque cuando mi hija salía temprano pues no. Ahorita no comemos juntas, comemos mi hermana y yo y en la noche llega mi hija le doy de cenar, nosotras comemos un yogurt ya no cenamos, mi hija sí porque a veces si come a lo que llega o come fuera o ya viene a cenar aquí. La señora Carmen come sola o con alguien que venga a comer con ella y yo le sirvo a la mesa. Ahorita ya le subo su desayuno y su comida porque ella esta grande. La señora Carmen me ha dicho que hay clases sociales, yo se quien soy y yo se que yo le estoy sirviendo a ella.


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Cuando llegué la cocina estaba bien fea, el hijo de la señora Carmen que era muy grosero le dijo: -“Hay que poner en el jardín una barra para que ellas coman”- y ella respondió: -“no, aquí nada más, ¿por qué tienen ellas que comer allá?”-. Él le dijo mamá: ¡¡es que ellas son del servicio!!-. Yo pensé que ponga la barra por mi mejor. Ese señor con lo grosero que era cambio mucho, ahora nos llevamos muy bien, él si decía: ¡que la sirvienta es la sirvienta! ese era su concepto. Después que se casó me dice: -“Ely la mamá de la señora…”- y yo le respondí: “Ajá ¿y usted es de la aristocracia?”. De todo lo que nos peleábamos ahora nos llevamos bien, él cambió por su bien, él hacía muchas diferencias. He oído que nos dicen sirvienta o muchacha, una vez me dijo la señora Carmen: -“no te vayas a enojar pero luego le dicen gatas”-. Y le digo yo no soy un animal. A mi no me molesta, creo que no es una vergüenza trabajar en una casa ¿Verdad?. Aquí fui al dispensario aprendí a escribir a máquina y taquigrafía; la persona que enseñaba era viejita muy dulce y lo hacía muy bien. Me revisaba, me decía esta letra es B larga no es V chica aprendí a escribir mejor, a no tener tantas faltas de ortografía, luego el padre si decía una palabra que no era y me equivocaba me decía: -“no te vayas a enojar”- y

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porqué me voy a enojar si me esta enseñando, así fui aprendiendo. Este es mi trabajo, yo sé que éste es mi trabajo, la señora Carmen dice que somos como familia y si he recibido más de ella que de mi propia familia, pero yo sé quién es mi familia, se que la señora no es mi familia.

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A mi me hubiera gustado casarme con el papá de mi hija. Después que tuve a mi hija no me ha interesado tener otra pareja y ahorita menos, ya me daría flojera tener una pareja, claro tampoco me voy a ir nada más a estar haciendo todo no, dos veces no, no. No más de pensarlo me da flojera, ya me gustó estar sola, y con mi hija y mis papas siento que no necesito una pareja. No quiero que mi hija trabaje en una casa, quiero que mi hija estudie, que sea alguien en la vida, que tenga una carrera para que al rato nadie la vaya a engañar. Le platico quiero que tengas una carrera, que tengas un respaldo, y que te cases con alguien que tenga la misma carrera, la misma profesión. No quiero que tú trabajes en una casa lavando baños, hazlo en tu casa si quieres. Hija yo quiero algo mejor para ti, yo no quiero que estés trabajando en una casa, yo quiero lo mejor. Y le digo: después que se vaya la señora no quiero trabajar en casa.


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A mi me gusta el pueblo pero una se acostumbra a la ciudad, por ejemplo no hay teléfono, nosotros no tenemos teléfono, no hay muchos coches, está muy tranquilo allá. Ahí nada más es la siembra cuando llueve y si no llueve no hay siembra por eso toda la gente sale a trabajar a otros lados y a la ciudad. Ahí donde nosotros vivimos vive una hermana de mi mamá y otras hermanas más arriba, pura gente grande, al rato cuando ellos mueran eso va ha desaparecer. Una vez que fui a Oaxaca me preguntaron ustedes vienen de la sierra, y si le dije de la sierra. No le he preguntado a mi mamá, sin embargo si comparamos con esos pueblos ahorita están mejor, muchos de los que vivían en esos pueblos se han ido a Estados Unidos. Yo no he ido a esos pueblos pero dice mi hermano que tienen mejores casas que en el pueblo de nosotros. A lo mejor el pueblo nuestro desaparece y el de ellos no desaparece. De nuestro pueblo también se han ido a Estados Unidos pero más bien ellos se quedan, se supone que van a trabajar para que esté mejor su familia, pero luego se consiguen una mujer y se quedan allá. Nuestro pueblo tiene dos barrios, mi abuelita vivía en el otro barrio, convivimos con mi abuela materna después cuando ya era grande. La mayordomía es una fiesta del pueblo que se celebra en octubre. Me acuerdo porque mi abuelita fue mayordoma ella

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mataban vacas y lo que hacían de comer lo llevaban a la otra persona que ayudaba con la mayordomía y les daban de comer a los que iban.

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Mi abuelita era mayordoma, mis abuelos le decían a la gente, por favor me vas a ayudar, y la gente llevaba frijol, maíz, leña, lo que tuvieran. Luego mi papá mataba un toro, una vaca, un cerdo, lo que hubiera; en grande hacían la fiesta iban las señoras y ayudaban a hacer las tortillas, llevaban el nixtamal al molino y luego hacían tortillas, a esto se le dice tequio, a esta forma de trabajar sin paga y lo hacían para las fiestas del pueblo. En el pueblo la gente se acerca mucho a ayudar. 13

Sacaban el santo ahí se dice que es La Calenda , los señores grandes lo agarraban entre varios porque pesa mucho; de la casa de mi abuelita llevaban velas, flores, cuetes y la banda. Esto se fue perdiendo y ahorita lo están retomando. Le llaman La Calenda cuando celebran a San Francisco. Se lleva de la iglesia a las casas o sea hacen un recorrido por el pueblo. Suena la campana, echan cuetes, cantan y rezan eso es lo que se hace. En la iglesia están las figuras de los santos. 13 Todas las fiestas patronales en los Valles de Oaxaca, se inician con “La Calenda”. Es la manera en que se anuncia y se invita a todo el pueblo a la fiesta. Es un desfile lleno de colores y formas, incluye unas figuras grandes que se denominan Marmotas que acompañan todo el recorrido con música de banda, cuetes, cirios, etc.


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Si me gustan estas fiestas porque son tradiciones, con la fiesta del pueblo se está celebrando al santo patrón, que así se le dice, se celebra el cuatro y el ocho de octubre es la Virgen del Rosario y en Semana Santa es otra cosa. En ese tiempo quien puede les da tamales o pan como sale de la iglesia da toda la vuelta por el pueblo, son dos barrios, pasan por el pozo donde había agua la gente sale de sus casas y tienen sus canastas bien adornadas, llevan banda. La fiesta de la Virgen del Rosario viene siendo igual que la de San Francisco quien puede paga. Si puedo y quiero y pido que me haga un milagro entonces ofrezco que voy a pagar la misa o a comprar su manto, su ropa que le ponen, se adorna la iglesia, lo que uno quiera. Una vez en Semana Santa me fui al pueblo ahí tienen la tradición de llevar al Cristo a un lugar donde lo cuidan unos soldados. Ellos tienen su tradición que andan con unos machetes, estábamos en la misa cuando entran y el padre se asustó. El padre va cuando quiere o cuando puede, él era de Italia, estuvo cerca de ocho años allá en Oaxaca, iba nada más en esa fiesta, le daban cobijas y despensas a la gente del pueblo, ahora ya no, ya se fue. Mi abuelita pedía ser mayordoma. Ella lo pedía, antes lo hacia quien podía, quien tenia, luego le dan de comer a toda la gente, ¡gastaban bastante! Se

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supone que mi abuelita le pedía por mis tíos por eso lo ofrecía al santo, por eso lo hacia. La mayordomía es parte de nuestras tradiciones en la fiesta hay una banda, antes no eran muchos señores y eran grandes. No tenían micrófono, mi mamá decía que era música de vientos, iban para La Calenda, íbamos rezando según lo que uno iba cantando ellos ya sabían, eso era lo que hacían.

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Me gustaba cuando los escuchaba tocar. Ahorita esas bandas que hay no me gustan porque hacen mucho escándalo, por ejemplo, que la del recodo, esa no me gusta, la que toca en la Guelagetza si me gusta. Las señoras iban bailando y hasta ahorita lo hacen, cuando va tocando la banda ellas van bailando, cuando uno llega a la iglesia las señoras bailan en el atrio. Ya queda pura gente grande en el pueblo por eso mi hermano con otros señores aquí en la ciudad, hicieron una Asociación para que al pueblo le llegara ayuda porque no le llegaba la que mandaba el gobierno. Hicieron su Asociación, hacían juntas para reunir dinero y enviar al pueblo, lo que querían o lo que podían, ponían una cuota de a quinientos pesos, de a mil pesos. Ellos decían busca a quien te ayude para las velas. Allá se hacen las velas, del carrizo se forma un


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círculo grande así como del ancho de los brazos y lo ponen en la iglesia. A otros señores y a mis papas esa vez les tocó. Le pregunté a mi mamá: ¡y que fue lo que hicieron! Un puerco, toda la celebración la hicieron en la iglesia y le fueron a ayudar a mi mamá a moler, a preparar la comida, porque van de otros pueblos y se les da comer. Fue dinero que se juntó aquí y se les mandó. La gente de nuestro pueblo que vive acá en la ciudad hizo mucho por el pueblo, como por ejemplo, que tuviera su registro. San Francisco Cotahuixtla tenían pleito con San Juan Bautista Atatlahuca, ya se logró que aquellos no se pasaran del límite de las tierras, todo eso se hizo con la Asociación sobre todo que ya no estuvieran en pleito. Antes hasta parecía que estuviéramos en guerra ahí en el pueblo. Cuando me vine de allá descansé pero también la preocupación de que estaban mis papás y mis hermanos. A veces en la madrugada nos iban a tocar ¡¡vámonos porque vienen los de Atatlahuca!! Corrían para la montaña y ni era cierto después nos enteramos que lo mismo hacían aquellos ¡¡corrían para la montaña!! Ni íbamos de aquí ni venían los de allá. Y todo era por las tierras, ellos se querían pasar, ellos querían más tierra de nosotros creo que sí se llevaron un poco.

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Antes mi papá iba a juntar un chile muy chiquito y café y decía mi papá que todo eso lo querían ellos, creo que sí se les quedó un poco, pero un pleito entre ellos. Me acuerdo una vez que estaba con una de mis primas estaban tocando las campanas y decían ¡¡ vámonos que vienen aquellos!!! Y yo voy corriendo a mi casa, estaban comiendo mis papas y le digo papá, papá que vienen los de Atatlahuca mi papá se puso blanco y a correr nosotras ¡nooo! y mi papá agarró su arma y se iban los señores para la loma y apenas íbamos a media tierra cuando vino unas de mis tías gritando de allá arriba ¡¡ qué va ser cierto!!! Por que corren cobardes si nadie viene, ella con su machetote. 100

Mi hermano decía que quería que el pueblo estuviera mejor. Mi hermano los impulsaba, venían a buscarlo cuando ya estaba enfermo de su pierna, siempre querían que él fuera para que hablara. Durante mucho tiempo las reuniones se hicieron donde vivía mi hermano. Se juntaban los domingos para hablar de cómo está el pueblo, al principio hablaban de que ya se termine tanto pleito que hay en el pueblo con el otro pueblo y para que no estén así con el miedo. Después era vamos a ayudar a la escuela, vamos a ayudar al kinder, vamos a mandar unos cuadros para que se pongan en la agencia, hay que decirles a los que están trabajando en la iglesia que siembren flores que nada les cuesta. Era


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más bien de que cooperáramos para que el pueblo estuviera bien y que se les pagara a unos licenciados que iban a ver lo del límite de la tierra. Algunos cooperan más que otros, hay gente que no cooperaba no les interesaba el pueblo. Mi hermano decía yo ya no me voy a ir ni tampoco ustedes pero ahí esta mamá y esta papá y lo que queremos es que estén bien, que viva bien la gente. Decirles que sí se puede, que no estén los señores diciendo cómo hacer las cosas, que ellos puedan sacar las cosas del campo para que vayan a vender a Oaxaca. Impulsarlos, por ejemplo, cuando llueve tan fuerte y viene toda esa tierra para abajo o que limpien las barrancas todo eso. Últimamente lo están haciendo y mucha gente va. Es para que el pueblo se vea mejor, al rato va a desaparecer nuestro pueblo, por ahí por donde vivimos nosotros la gente esta grande. La organización que mi hermano inició acá en la ciudad si sigue pero ya esta algo decaída. La gente del pueblo que vive acá en la ciudad va a celebrar las fiestas el cuatro de octubre a San Francisco y el ocho a la virgen del Rosario. Ahí todos los pueblos tienen su santo. A veces pienso que si hubiera trabajo quizás volvería al pueblo. Es otra cosa estar en el campo, hasta cuando se come, aunque sea una tortilla con

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sal sabe diferente. Cuando íbamos a pizcar nos sentábamos a comer lo que den y platicamos con mis papas ¡qué diferente! cómo se saborea aquí aunque sea un taco con sal sabe distinto, es más sabroso. Mi papá me acuerdo que a sus animales no sé en que fecha le ponía sus collares, yo si sembré pero ya llegaba cuando mi papá había empezado y lo que he visto es que primero le da a la tierra el mezcal y también decía que tiene mucha sed y le da a la tierra su traguito de mezcal. En diciembre fuimos, nos gusta también a mi hija le gustó el campo. 102

Muchos creen que el pueblo puede desaparecer ya que los jóvenes que se fueron a Estados Unidos se quedaron allá. Se fueron a trabajar y ya no regresaron al pueblo, que van a hacer su casa y no se que tanta cosa y ya se quedaron allí. Hay muy pocos niños queda más gente grande que gente joven. Todos se vienen a trabajar a la ciudad de México o se van a Oaxaca o están estudiando, por ejemplo los que están aquí en la Ciudad de México ya no regresan. Yo cooperaba con lo que podía para las mejoras del pueblo y si se lo he traspasado a mi hija este compromiso con el pueblo, ella lo ha visto y se lo he dicho.


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Algo conozco de mis derechos como empleada del hogar .Yo se que si la señora me despide me tiene que liquidar, se que es por los años, yo no he hecho ningún cálculo pero conozco una persona que nos dice: -“cuando le liquiden tiene que darle de acuerdo a los años, que el aguinaldo es lo legal, que tiene derecho a trabajar ocho horas, que las salidas son los domingos”-. Aquí la señora respeta mis derechos tengo mis domingos, mi aguinaldo que es un salario, mis vacaciones. Trabajo desde las siete de la mañana hasta las cuatro o cinco de la tarde y a la señora le doy su te y su pastilla, ella va en el día a la casa de reposo. 103

Yo no sabía que las mujeres indígenas que trabajan en casa se habían organizado ni tampoco que tuviéramos un nombre como trabajadoras y no sabría donde ir si me despidieran. Me gustaría conocer más de mis derechos aunque he aprendido aquí en el trabajo bastantes cosas. Una vez que la señora se tenga que ir aunque también puede ser que me vaya yo primero pues ya no pienso trabajar en una casa. Una vez me dijo su hija de la señora Carmen cuando mi mamá se vaya tu te vienes conmigo no creo le dije. Le digo a mi hermana quisiera vender cosas de comer, poner un localcito eso es lo que quiero ya no


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quiero trabajar en casa. Por eso le digo a su hija de la señora Carmen, la que es abogada, quizás siga haciendo su comida no…pero ya cada quien, usted va al local ya en casa no quiero trabajar. Se hacer panuchos eso me lo enseñó una yucateca, una señora que venía a coser. Se hacer comida yucateca y comida vegetariana, los tamales cuesta hacer un tamal, son de mole, de salsa verde, aquí los hago de verdura con queso que es lo que come la señora y para nosotros los hago con pollo. A ver que dice el futuro. 104

La otra vez escuche a la señora Carmen que estaba platicando con una de sus amigas y dijo que nos estaba manteniendo, a mi me dio mucho coraje aunque lo dice ahora que está grande. Yo le dije señora usted nada más nos da un techo a nosotras no nos esta manteniendo, porqué me pone a mi de pretexto, porqué dice que yo le pedí aumento y siempre usted lo ha hecho usted dice que cada año pido aumento esto yo lo oí y usted esta diciendo que nos esta manteniendo. Cuando llegué las cobijas estaban sucias, no había sábanas, nosotros nos compramos nuestras sábanas, toallas, jabón, papel, cosas de comer la señora Carmen es vegetariana y a nosotras nos gusta la


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carne, el jamón, ella come pan integral a nosotras no nos gusta. Ya me compré mis tazas, cuando hizo la primera comunión mi hija agarraron la taza ¡ahh! me dio una vergüenza y me dije yo me voy a comprar mis tazas, tengo mis tazas de navidad. Le regalé a la señora Carmen su taza de navidad. Prefiero tener mis cosas, a veces, la señora Carmen en domingo invitaba a sus amigas y tenía que estar lavando todo otra vez porque estaba mal lavado. Todo nosotros nos hemos comprado, no tengo dinero ahorrado y si llego a vieja no tengo ahorros. Yo me lo compro todo y el sueldo es poco, ella estaba molesta pero también a mi me molestó que ella dijera que nos estaba manteniendo. Usted no puede decir que nos esta manteniendo. Mi hermana le arregla sus pantalones, se duerme en el otro cuarto para estar pendiente de usted, sus hijas quieren que una este al pendiente suyo. Le dije la otra noche que estaba enojada que contrate una enfermera, yo estoy al pendiente de darle todas sus pastillas, siempre hasta los domingos le doy de comer, desayunar, me da miedo de que se vaya a caer estoy al pendiente de eso. Y lo hago con mucho gusto cuando le dan crisis me toca y lo hago con mucho gusto.

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Este sentimiento este deseo de tener mis cosas salió de coraje. Me da coraje y me da pena si es una taza que se rompió, uno no se va a morir por eso, si se rompe ya se rompió que podemos hacer no la vamos a pegar. Nada más que por ir viviendo para que no nos moleste mejor yo compró mis cosas y así no nos peleamos. Cuando llegué me daba miedo su hija, me daba miedo su hermana y pensé porqué o qué, porque me va a dar miedo si al final de qué voy a tener miedo si somos iguales, somos seres humanos. 106

Con el tiempo yo fui aprendiendo y después me dije: a poco voy a dejar que la señora me pegue… se lo regreso… porqué voy a dejar que me insulte. A las chicas que le pasa eso para qué se dejan; bueno la necesidad tal vez, yo ha estas alturas ya no me dejo, a lo mejor le dejo pasar unas cosas y luego ¡Agárrense!. Yo he ido aprendiendo de la vida e ido tomando decisiones. Mi hija a su edad tiene sus propias ideas, a veces me dice que estoy mal y yo pienso que estoy bien, a veces cuesta mucho pero le digo a mi hija : no te vayas por lo más fácil. Por ejemplo yo me llevo mejor con mi mamá que con mi papá. El me dijo es que los hijos no deben


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juzgar a su padre. Y yo le digo: que necesidad tienes de dar que hablar, ya estás grande, date a respetar, yo me siento orgullosa de ti. Mi hermano dice porque voy a comprar eso a mi hija si a mi no me compraron, le digo estas mal. Le digo a mi hija si yo me peleo con tu tío ese es pleito de grandes discutimos problemas que uno tiene, son problemas de nosotros tu no tienes que meterte. Por ejemplo: mi mamá tenia problemas con mis tías y si la comprendemos y nos da coraje mi mamá estuvo más al pendiente de mis abuelitos. Le digo a 107 mamá son tus hermanas ayúdales yo con muchísimo gusto la ayudo, tú también. Le digo a mi hija quién sino la familia nos va a ayudar, con mi hermano teníamos muchos problemas, tenemos diferencias pero ahí estamos para apoyarnos. Con mi papá es diferente, yo le estoy diciendo lo que a mi no me parece, el no nos dice nada no nos regaña ni para bien ni para mal. Por ejemplo, el hermano de mi papá se había peleado con su esposa y ahí estaba mi papá ¡hay hermano! y le digo tío acuéstese que se va a ir ahora, el camión va a pasar hasta las nueve y mi papá dice ese es su problema que ahí se arregle como pueda, él no lo detuvo.


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Yo sé que mi papá no va a pensar igual que yo, en el pueblo así era antes, decían ¡ahh!, no le faltes el respeto a tu abuelo, a tu papá. Ya sé que, por ejemplo, cuando estaba chiquita mi hija yo la vestía como yo quería ahora ya no, ella elije su ropa. Igual con mi mamá con ella me llevo bien, cuando opino diferente a mi mamá no lo sé, no sé que siento, a veces, si me da pena con mi mamá pena de vergüenza y pena de tristeza, porque a veces yo digo que no esta bien y ella si dice que esta bien, yo no la hago cambiar ella así piensa, es su opinión y se la respeto. 108

Yo veo mi futuro viviendo con mis papás, sé que mi hija se va a casar, voy a tener mis nietos. No que vivan conmigo quiero llegar hasta los setenta más grande no y me digo: que no sea tonta, que no sea yo cochina, que este haciendo yo algo… no quiero estar fregando, no quiero estar fregando a mi hija. Si me gustaría vivir con mis papas aquí tengo un hermano, esta mi hermana y vivir todos juntos, con mi hermana si hemos planeado. Si sigue así la señora aunque digan que soy mal agradecida me voy, no quiero estar trabajando a lo mejor la señora se va a un asilo, ella misma lo ha dicho, ya va a haber otro cambio, yo puedo planear y no se si yo vaya a llegar. Planes tenemos pero Dios a ver que


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dice a lo mejor nos lleva antes. No nos hemos puesto ningún plazo, tenemos ideas pero plazos no. A nosotros nos gustaría comprar una casa por aquí14, pero sabemos que no es posible y mi hermano vive por Istamacalapa esta bonito por allí por Hidalgo mi hermano tiene ahí un bonito lugar, mi hermana me dice tan lejos mejor nos vamos más cerca del pueblo. Vámonos mas cerca. Pero en Oaxaca ahorita en la ciudad casi no hay agua eso es lo malo de ahí. Eso es lo que pasa. Me siento bien como oaxaqueña ahí nací, me gusta, no tengo porqué renegar de mi pueblo o de mis raíces, yo estoy contenta. Soy una mujer, trabajadora, antes tenia más energías ahorita se me están yendo, soy buena hija, trato de ser buena madre y buena hermana; buena hija según yo si, mis papas dicen que si, he tratado de ser buena persona. En el pueblo nada más viví catorce años hace ya un año que no he ido, antes iba en Semana Santa y en Navidad, yo me quiero enterrar allá porque acá según dicen que a los diez años me sacan…si no pago. 14

Se refiere a la Colonia del Valle.

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Yo soy indígena. Le pregunte a mi mamá porqué nosotros no hablamos nuestra lengua, mis bisabuelos no lo hablaban. Ella me dijo: yo también le pregunté a mi mamá y me contó que no lo hablaban porque durante la revolución se mezclo mucho la gente, nosotros no hablamos y a mí me gustaría hablar nuestra lengua. Yo no me avergüenzo y con todo se perdió. Allá naci, ahí crecí, ahí fui feliz. Tengo buenos recuerdos, buenos y malos.

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Mi mamá lo iba a tomar muy feo de que no llegué con las cosas... Susana Gómez Vásquez 1

Mi lengua es el Mixe ahora hablo algo de español, nací y crecí en Santa María Tlahuitoltepec en el estado de Oaxaca. Ahí aprendí a cuidar animales, a limpiar las milpas, a descarbar papas. Llevaba las papas al mercado para vender o intercambiar por algo. De distintos pueblos llevaban a vender plátanos, calabazas y guajes y lo intercambiábamos con las papas. Puros animales cuidaba y si quería ir a la escuela mis papás me decían ¿allá te van a dar de comer? ¿Allá te visten?, ya encontraste con quién vas a vivir, pues vete para allá, así me decían mis papás. 1

Nació en 1944 en Santa María Tlahuitoltepec, estado de Oaxaca


Mi mamá lo iba a tomar muy feo de que no llegué con las cosas...

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Me salí sola, tenía entre doce o trece años, era un domingo cuando salí del pueblo, llegué a Ayutla y me encontré una señora que era de Tlahui le pregunté si sabía de un trabajo y me contestó que atrás de Oaxaca había uno. Me fui con ella y me dejó allí solita. En esta casa había muchos puercos y los tenía que cuidar. Acarreaba más de dos cuadras agua de masa dos cubetas llenas. Mi cuarto estaba lejos de la casa de la familia, había un perro grande, grande y siempre estaba al pendiente de mi, cuando iba a mi cuarto pasaba corriendo y una vez en mi cuarto el perro empezaba a ladrar y pensaba que tal si un día el perro me va a despedazar, no me voy a quedar aquí, el cuarto era una bodega. Ella volvió a los cuatro días y le dije que no me quería quedar, que quería regresar a Tlahui. Lo bueno fue que ella venía por mí, había encontrado otro trabajo, ella se ocuparía de la cocina y yo de las recamaras. Ese día comimos en la calle, yo pagué porque ella no tenía dinero, cuando regresé al pueblo mi mamá me dijo: ¡que tanto ganaste que no trajiste nada!, es que no me querían pagar. Allí estuvimos como tres meses. Luego regresé otra vez a Ayutla los domingos son los días de plaza y le pregunté a una señora que vendía petróleo si sabía de un trabajo. Ella me dijo:


Susana Gómez Vásquez

-“si quieres ir a Oaxaca mi cuñada quiere una muchacha”- le contesté –“ah bueno entonces voy mañana”-. Mañana te vas, hoy te quedas a dormir aquí conmigo porque va venir otra chica de Tamazulapan pero ella se va a México ¿puedo ir a México? No porque sólo sé de un trabajo allá. Yo creo que mi mamá se quedó preocupada porque ya no regresé. Encontré una señora que vive cerca de la casa y le encargué que le dijera a mi mamá que ya había encontrado un trabajo en Oaxaca y que al otro día salíamos con una chica que era de Tamazulapan. Le mandé dos almudos2 de maíz que compré porque ellos ese mismo día regresaban a Tlahuitoltepec. Me quedé más tranquila porque mi mamá lo iba a tomar muy feo de que yo no llegué con las cosas que me había encargado. Al otro día como las seis de la mañana salió el camión y me vine a Oaxaca, sin saber nada, no se preguntar ¿cómo voy a lavar mi ropa? o decir no tengo ropa. Me vine con la persona que iba a México ella me pasó a dejar con la maestra, yo no tenía ropa para cambiarme y la maestra me dio un vestido para que lavara mi ropa y se lo regresé. Pasó una semana me compró dos vestidos y me dijo: te pones a trabajar y a estudiar para que aprendas a hablar, su 2

Caja de madera que se utiliza en Tlahui para medir las semillas y otros productos

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Mi mamá lo iba a tomar muy feo de que no llegué con las cosas...

nuera era maestra y su hijo también, todos eran maestros, me pusieron a escribir mi nombre. Me dijo la maestra este es tu nombre escríbelo, cópialo, entonces lo escribí, lo escribí y me pregunta: ¿por qué lo escribiste así? ¿por qué lo escribiste todo diferente? Pues… así no más le dije. No le dije así estaba escrito. La maestra me explicó quiere decir que estás logrando un poco más. Me puse muy triste, muy triste me tardé como dos meses y me fui otra vez al pueblo.

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Dormía en el pasillo, no tenía nada, además no era un cuarto de servicio era una bodega. Dormía en un petate con una cobijita me puse a pensar en mi mamá que viviera preocupada, me quise regresar al pueblo y pensé en llevar algo. La maestra me dijo qué necesitas para tu mamá le contesté jabón, pan y lo fuimos a comprar. No pude decir esto me voy a llevar, esto hace falta allá, me faltó decirle eso. Ya tengo mi ropa y zapatos la maestra me compró dos vestidos. Cuando llegué al pueblo les dije a mis papás que me regresé porque estaba sufriendo. En este trabajo ganaba casi veinte pesos3 a la quincena era muchísimo, casi cuarenta pesos al mes. Yo no entendía el español, por eso la gente veía lo que me falta. Trabaje, trabaje y regresé a Tlahui. 3 En la década del sesenta el salario mínimo vital inicio en 1960 con 17.79 pesos viejos al día y llegó a 24.16 pesos viejos diarios en 1969.


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Cuando llegué a Tlahui pregunté por Mari mi sobrina que estaba trabajando en México y me dice mi cuñada es que tu primo Marcos se la llevó a México y va a venir mañana. Ya viene, tu hermano la fue a esperar a Oaxaca. Al otro día en la tarde llegó Mari y dice: -“ah que bueno que te veo tía”-. Ella estaba hablando mejor el español, bueno digamos que bien, todo lo que aprendió en los tres meses que estuvo en México. Mari dijo que bueno que llegaste tía, en México una señora me encargó una trabajadora que lave, que planche es un buen trabajo. Vámonos tía ¿vas a regresar a lo mismo? Se refería si me iba a regresar a Oaxaca, le dije que no. En Oaxaca se quedaron unas dos mudas de ropa y un par de zapatos porque la idea era regresar a ese trabajo. Mari me dijo vamos a sacar tu ropa, así que nos fuimos a Oaxaca, salimos temprano de la casa para tomar el camión, llegamos como la una de la tarde y ese mismo día nos regresamos a Tlahui. Cuando llegué habían pasado más de tres meses, la maestra me dijo porque no viniste ya tengo otra muchacha de Cacalotepec. ¿Dónde estás ahora? ¿Ya estás trabajando? Le contesté que estaba en mi casa y recogí mi ropa porque sabía dónde la había dejado.

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Mi mamá lo iba a tomar muy feo de que no llegué con las cosas...

La señora que iba a ser la empleadora le había dado dinero a Mari para que pagara el pasaje de la persona que quisiera ir a México. Ya nos tardamos más de una semana en Tlahui, no me acuerdo que día vinimos pero si me acuerdo que eran las seis de la mañana. Salimos caminando de la casa a esperar el camión, me acuerdo que siempre pasaba a las nueve de la mañana, pasamos a cortar caña y tomamos el camión rumbo a Oaxaca.

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En el camino de Tlahui a Oaxaca me dio mucha hambre y le dije a Mari tienes dinero porque ya tengo mucha hambre, me dice ahorita lo compramos y en Oaxaca me compró un solo tamal. Toda la noche viajamos, tardamos como doce horas de Oaxaca a México, todavía tenía mucha hambre pero me aguanté no dormí en toda la noche tenía ganas de que llegara el camión Esperé y esperé, pensando a qué hora va llegar el camión a México. Llegamos a la Terminal de la Tapo en San Lázaro como a las siete u ocho de la mañana. Mari pidió un vasito de atole y me lo tomé. Mari me dijo: -“tu vas a trabajar con la sobrina de la maestra Licha”-, -“ah entonces ¿no voy a trabajar contigo?”-, -“no, tu vas a ir otra parte”-. Llegó Carlos el sobrino de la maestra Licha por nosotras, cuando él llegó luego, luego reconoció a Mari y nos preguntó a qué hora habíamos llegado,


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le contestamos que temprano. El nos llevó a la casa de la maestra Licha que quedaba en Tacuba porque tenía que ir a su clase. Llegamos a la casa desayunamos y nos pusimos a lavar los trastes, Mari se puso a trapear, puso a cocer lo que iba a cocinar yo solamente le estaba ayudando. Llegaron dos niños ¿quién sabe quién fue por ellos? eran dos niños con una señora que dijo: ¿que pasó tía ya llegaron las muchachas? y la tía respondió: si, si ya están aquí, ya llegaron. ¿Que pasó con la muchacha que me iba a traer Mari? ¿Si llegó?. Si, ya llegaron. Ve a saludarlas. Mari me dice ella es la sobrina de la maestra Licha, tu vas a ir con ella a trabajar, tu no vas a trabajar aquí. La señora estaba embarazada y me llevó ese mismo día a su casa, me enseñó todo lo que tenía que hacer, la limpieza, lavar la ropa todos los días, tenia una niña como de tres años empecé cuidándola, iba al kinder, me enseñó donde voy a llevar a su hija al kinder. Tengo ese vestido que me compró la maestra de Oaxaca, ese vestido y mi chancla de hule. ¡Cómo me quemaba el hule!, cuando caminaba en la banqueta se calentaba mucho, me voy caminando temprano a dejar a la niña y luego voy por ella al medio día, dos veces al día se calentaban mis pies, me aguantaba, cuando llegaba a la casa los ponía en

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agua fría. Me puse a pensar mejor me compro zapatos de tela, no se calientan tanto y los compré hasta que tocó mi quincena. Después de recoger a la niña hago la comida como la señora me enseñó, agarro la sopa y la pongo a dorar, muelo jitomate con ajo y cebolla y se la hecho a la sopa y mientras esta la sopa pongo ropa a remojar. Ya no pienso de dónde vengo, pero extrañaba todo lo que hay allá en el pueblo, ahora ya estoy olvidando, olvidando lo que hay allá en Tlahui. 118

Ya va a nacer su bebé de la señora y se fueron al hospital. Ella se iba a trabajar y me dejaba a su bebe recién nacida, ya estoy haciendo todo el quehacer planchando, cocinando. A su bebe yo la atiendo, la cargaba en mi espalda y trapeaba, recogía los juguetes de sus hijos grandes, todo, todo el quehacer. Uno se llama Alfredo, la otra se llama Edith y nació Arlet, chille y chille la bebé. Dormía con ella, le preparaba la mamila y la dejaba a mi lado cuando se despertaba se la daba, me estaba acostumbrando a ella ya tenia como tres meses. La señora estaba en su cuarto esperando a su esposo que llegaba borracho a media noche con


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sus amigos y eso le molestaba y les decía mejor se salen y ellos empezaban a discutir. La bebé era como mi hija, todo el tiempo estaba conmigo, comenzó a caminar y a comer solita, le hacía su comida, y le enseñe a caminar. Todo el tiempo lavando, planchando, cocinando y llevando la niña a la escuela porque los dos grandes ya se van solitos. Cuando llegaban de la escuela ya tenía lista la comida para que coman porque la mamá nunca llegaba a comer hablaba por teléfono para decir: “que coman los niños y que hagan la tarea”-. La bebé creció, ya va en la primaria y le plancho su uniforme, entonces la señora se pone contenta porque ya estoy haciendo de todo. Cuando llegaba el señor a cada rato me decía: “Susana, ¡hágame mí café!, a mi todo me pedía”-. La señora me preguntaba ¿qué te dijo el señor? No, no más pidió su café. Se lo preparas, sí, si yo le doy. Ah bueno. La señora era enfermera trabajaba todo el día o toda la noche a veces llegaba como a las cinco de la mañana otras veces como a la una de la tarde y yo batallaba con sus hijos.

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Su marido a veces llegaba temprano, generalmente llegaba como a la una de la madrugada siempre peleando así se la pasaban. En una ocasión estaban discutiendo como a la una de la mañana, la señora descalza y en camisón va al cuarto donde estoy durmiendo con la niña y me dice: Susana, despierta, cuida la niña voy a salir, así se escapó la señora, y el esposo viene con unas tijeras grandes y está buscando a su esposa. Me asusté, aquí no está señor no más le dije, ya estoy hablando, ya entiendo, los niños me ayudaron mucho y ya estoy hablando el español. 120

Esta situación era un sufrimiento para mí y me puse a pensar, dejo el trabajo o me aguanto y decidí aguantarme porque me puse a pensar a dónde voy a ir. Una vez llegó la maestra y me preguntó que te dijo el señor, es cierto que te dijo que tú te vas a ir con él y con la bebé. Creo que cuando lo acusaron el dijo que me quería llevar con la bebe. Le contesté que el señor no me había dicho nada, ya estoy hablando, ya estoy hablando el español. La maestra me dijo no le creas, no hagas caso, ellos se van a separar solitos, quién sabe cómo le vayan hacer o que lo metan a la cárcel, así se van a separar. Y no tardó, no tardó que lo metieran a la cárcel.


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Una noche llegó la policía y lo sacaron, allí estaba acostado en el sillón, borracho, borracho, la bebé se despertó y se puso a llorar, le di su mamila, solita la agarraba y me asomé otra vez y ya se lo habían llevado. La señora me dijo ya se lo llevaron ya no te preocupes. Uno de los policías se acercó y la señora me dice: -“ si te preguntan, les dices cómo pasó todo”-. Me llevaron como testigo con el juez y le conté que siempre estaban peleando desde que llegué con ellos a trabajar, entonces el Juez dijo: - “ la señora se va quedar con su niña, y tú tienes que ayudar a cuidar a la niña”- , - “el señor va dejar a su esposa pero tu cuida el bebé, tu eres la niñera”- Así dijo yo no le entendí eso de “tú eres la niñera”. La señora me decía que la niña estaba muy apegada a mí, que ya la tengo que dejar y le digo que se la lleve a las fiestas. Ella la llevó a una fiesta de una compañerita de la escuela porque todo el tiempo estaba conmigo. Quería cambiar mi trabajo pero no, no me dejaba la señora y la niña, allí estaba colgada conmigo, cuando regresa de su escuelita, del kinder, allí estaba conmigo, y me decía: no me dejes, no me dejes.

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Cuando mi mamá murió me avisaron y ya había pasado más de una semana, la señora contestó el teléfono y recibió el recado de que mi mamá había muerto, me dice la señora: -“Susana no te preocupes tu mamá ya falleció”- y me puse triste, triste y le dije a la señora me tengo que ir esta semana a mi pueblo. Ella me dijo no, después mejor te vas cuando sea el día de muertos y le vas a dejar sus flores, le preparas su comidita, tú no te preocupes y se quedó así, ya no fui a ver a mi mamá.

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Los domingos cuando salía me iba a misa con la niña, ella siempre pensaba que nunca me iba ir de allí porque estaba acostumbrada a mí y su mamá no me había dejado ir a mi pueblo, había una chava trabajando con su hermana y ella me invitaba al cine o a ver un cantante y la señora decía: -“no te vayas con ella porque no sé a dónde te va a llevar”- y como no sé salir sola, todavía no sé andar sola en la ciudad. Mari a veces iba por mi cada quince días o cada mes, pero al principio no me sacaron sino hasta mucho después. Un día Mari habló por teléfono me dijo voy a ir por ti, y la señora bien enojada me dejó salir, ella se enojaba las pocas veces que salía con Mari, ya vete me decía. Los domingos, cuando no


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salía con Mari, como a las once me iba a misa pero no sola, la niña tenía que ir conmigo y le decía a su mamá, voy con Susi a la misa. La señora le preguntaba a la niña ¿a quién quieres más a Susi o a mi? Y la niña le contestaba a Susi porque ella me cuida y la señora se enojaba conmigo. Le digo a la señora que juegue con su hija, que no le pegue, porque si la niña se hacía del baño la señora le pegaba mucho. No me daba mi aguinaldo y no me subía el sueldo. En este trabajo dure trece años cuando recién comencé me pagaban cincuenta pesos a la 4 quincena, cien pesos al mes durante todo este tiempo gané lo mismo por eso me salí. Ya estaba grande la niña, solita se prepara su huevo, los miércoles la llevaba al tianguis y le compraba su melón. Allí me puse a pensar la niña no me quiere dejar y yo ¡cuándo voy a ganar más dinero!. Mari me dice que ella conoce una casa donde me van a pagar más, Isabel mi sobrina me dice por teléfono que ya me salga de este trabajo porque en 4

En la década de los setenta el salario mínimo oscila entre los 82.74 pesos viejos en 1976 hasta los 119.78 pesos viejos diarios en 1979. En 1980 fue de 140.69 pesos viejos y llegó en 1989 a 9.138.89 pesos viejos.

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el otro trabajo me están esperando. Le dije:-“ diles que me esperen un mes”-, -“no tía le dije quince días nada más”-, -“ahh bueno voy a ver como le hago”-. Ya estaban esperándome.

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Me salí de este trabajo con la idea de ir al pueblo para visitar la tumba de mi mamá y le dije a la señora que a la mejor ya no regresaba. Mi sobrina Isabel me había conseguido un trabajo donde me iban a pagar más y la señora quería que fuera a verla para platicar. Fuimos a ver a la señora un domingo y me dijo vienes el once de diciembre a trabajar de planta porque ahorita no podemos hacer nada, el señor no tiene trabajo te digo la verdad me dijo la señora. Me presenté en el trabajo donde estoy actualmente el once de diciembre y este diciembre que viene voy a 5 cumplir veinte años en este trabajo. Me cambie de trabajo ya no me fui a Tlahui y me quedé en la ciudad, no sabía tomar el camión, tenía que ir caminando al cine Jalisco que esta en Tacubaya, me llevó dos o tres veces Isabel y ya aprendí como dice el camión, pero para regresarme Isabel tenía que esperarme frente al metro, no sabía andar y ya tenía más de seis años en la ciudad hasta que aprendí. 5

Se refiere al 11 de diciembre del 2009.


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Ya había pasado dos o tres meses en mi nuevo trabajo cuando la señora me dijo: -“si quieres entra a la escuela para que aprendas a escribir tu nombre o las letras”. Le pregunté a que horas y me contestó como a las tres o las cuatro de la tarde, le digo no tengo cuaderno y me contestó que una de sus hijas me puede prestar, me dijo “ahorita te lo traigo” y me lo dio. La señora me llevó a la escuela a dos cuadras de la casa, estaba cerquita, ella fue hablar con la maestra y le preguntó si era escuela para grandes, ya empezó la clase dice la maestra pasen y la señora me dice siéntate. Entraba a las cinco de la tarde y salía a las nueve de la noche dos veces a la semana los martes y los jueves. Me pasó que afuera de la escuela estaba un viejo que me cerró el camino, estuve seis meses en la escuela no terminé el año, llegaron las vacaciones y ya no quise regresar me dice la señora pues si no te gusta no vayas. Le digo que un viejo me estaba molestando un día intenté ir pero vi que allí estaba el viejo y decidí no ir a la escuela, me dice la señora ¿Por qué te regresaste? Ay no señora allí está el viejo y me dice la señora mañana te acompaño. Al día siguiente me

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fue a dejar a la escuela, salí a las nueve de la noche y la señora me estaba esperando pero el viejo allí estaba. Y me pregunta ¿quién es el viejo que te molesta? le digo ese, me dice vámonos, ella llevaba un tenedor.

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Al otro día me dio un libro porque no iba a tener tiempo para llevarme a la escuela tenía que ir al doctor y no iba estar a las cinco de la tarde ni a las nueve de la noche y me dice cómo te vas a regresar sola de la escuela. Sus hijas me ayudaron mucho porque me revisaban lo que yo estaba haciendo de tarea, como ya no iba a la escuela la señora me había dado un libro y lo tenía que estudiar. Me dijeron que si quería ir a la iglesia porque allí me iban a enseñar más y me metí a la iglesia pero pedían mucha cooperación ya no me quedé estuve como tres meses. Salía a las cinco de la mañana por flores a San Ángel entraba a la escuela a las cinco de la tarde y llevaba las flores. Las flores eran para repartir en la misa todos los lunes y los jueves o cuando era el cumpleaños de alguien que estaba en el curso. Nos pedían cooperación hay que comprar que queso rallado, frijoles refritos, tostadas así tenía que llevar, a la señora no le gustaba eso y yo sentí que era mucho


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gasto eso de estar llevando queso rallado, frijoles refritos ¿de dónde sacas?. La señora me dio una bolsa de frijoles, pero la segunda vez dijo ¿otra vez? Y dije es que me lo pidieron, a algunas de las chicas les tocaba refrescos, gelatinas por eso preferí poner flores. Me iba a comprar por San Ángel, me iba en combi y me regresaba en camión. Las flores también eran caras setenta pesos la docena y tenía que comprar dos docenas para entregarle a toda la gente, las flores tenían que ser revueltas y les tocaba dos a cada quien. También estudiaba los domingos, y me preocupaba hacer mi tarea y empecé a ver borroso, borroso cuando veía la hoja blanca, también veía la sombra de la gente pero no identificaba su cara. Me quedaba hasta la una de la mañana dibujando cuando hicimos los animalitos, era mi decisión, y después cuando pasó eso, me puse a pensar qué hice cuando estaba joven, pues ni modo, me voy a quedar ciega. Le dije a la señora: ¡Ay señora veo bien borroso!. Ella me dijo es porque estás estudiando mucho, ¿te dejaron mucha tarea?. Le dije que si, que tengo que hacer un dibujo y no tengo colores, ella me dice cuando termines te vas a

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comprar tus colores. La señora me daba permiso para ir a estudiar y para hacer mis cosas. Como estaba viendo borroso me llevó al doctor el cuñado de la señora, fuimos me revisó y dice: -“está bien no más por la edad”-. El doctor me dijo que me iba a preparar los lentes y que después regresara, que si leía usara los lentes, actualmente ya no estudio y veo bien otra vez, puedo insertar un hilo en una aguja.

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En la iglesia me gustaba dibujar, escribir el nombre de las personas, que letra lleva cada uno, seguí aprendiendo y poco a poco aprendí a escribir los nombres de los animalitos, el nombre de las personas y de las cosas. Eso fue lo que me gustó: que aprendí. La maestra me decía piensa en tu estudio nada más, porque no siempre vas estar preguntando si quieres escribir una carta lo puedes hacer porque ya sabes que letra lleva. En 1999 me integré a la organización Expresión Cultural Mixe Xaam me animaron varias personas Pedro González fue uno de ellos y me convencieron me llamó la atención la cocina porque eso me iba ayudar a mejorar en mi trabajo, cuando yo fui a conocer el lugar me animé a ir y las personas que iban a estar en el taller las conocí en ese momento.


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El taller era todos los domingos me puse a pensar a qué hora vamos a cocinar y a qué hora vamos a estudiar, resultó que en la mañana cocinábamos y en la tarde estudiábamos. Aprendí muchas cosas, preparábamos comidas como tamales, arroz, atole, allí aprendí a hacer el flan. Nos enseñaron a planchar, a lavar, a separar la ropa para que no se pinte, también aprendí a hacer todo tipo de cremas como la de chíncharos, espinacas, zanahoria y sopa de cilantro, también chayotes rellenos, calabazas rellenas, el chop suey y el pastel que se llama volteado de piña. 129

También aprendimos a comprar, cuando íbamos a la tienda la maestra nos decía que nos fijáramos que las latas no estuvieran golpeadas porque el producto ya no servía. Que la comida caliente no se debe de guardar en el refrigerador porque se descompone, que la carne no se le debe de echar agua caliente porque su sabor se le va, solito de descongela. El pescado debe de oler bien y sus ojos deben brillar y eso quiere decir que está fresco. Vino una persona de Francia a conocernos y todas nos pusimos un aparato en las orejas porque él no entendía el español y le tenían que traducir. Todas las que estábamos en el taller fuimos al Museo de Antropología y a las pirámides de


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Teotihuacan. La esposa del profesor José Arellano, Adriana nos dijo que lleváramos pantalones porque íbamos a subir a las pirámides y me gustó mucho porque subimos hasta arriba y al sentir el aire me pregunté en ese momento ¿cuándo volveré?. Y nunca más he vuelto, me acuerdo mucho de eso pero actualmente no se dónde están todas las demás compañeras que estuvieron con nosotras no se de ninguna de ellas.

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Le dije a mi patrona que estaba en un taller de cocina y que podían ir a comer el día de la exposición gastronómica, me dice “mis hijos no van a poder porque tienen natación y yo tampoco porque tengo que estar con mis hijos” y a la mera hora fue un ratito y se sorprendió de todo lo que vio. Ella no podía creer que nosotras habíamos preparado la comida dijo que se veía muy rica. Hace poco la hija de la señora me preguntó que cuánto le iba a cobrar por hacer de comer para una semana y le contesté depende de lo que quieras que te prepare y cuántos platillos vas a querer y también que tal que no tienes lo que yo le pongo. Ella me dijo yo lo compro, tu me dices, tu no te preocupes. Estoy yendo con ella cada quince días, la comida que hago tiene que durar quince días, voy los lunes y ella compra todo el fin de semana para que haga la comida. Ese día salgo cansada, muy


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cansada y otra vez me tengo que ir el martes pero con su mamá, no me paga mucho por hacer de comer casi todo el día me da trescientos pesos yo puse ese precio porque la conozco desde chiquita y me paga en ese momento. Cuando llegué a este trabajo me comenzaron a 6 pagar doscientos pesos quincenales empezó así y luego me subió como veinte pesos y así empezó y siguió hasta llegar a mil ochocientos pesos quincenales, o sea tres mil seiscientos pesos7 mensuales y hasta allí se quedó ya no me aumentan más. 131

Si allí no más se quedó porque me enfermé muy feo me mareaba y me metieron al seguro, ni te voy a quitar ni te voy aumentar estuve a punto de decirle que ya no iba a ir, una vez le dije y me contestó no te preocupes te vamos ayudar dame tu credencial para votar, tu acta de nacimiento y se lo di todo, el señor se lo llevó todo. Me paga lo mismo yo pensé que me iba a descontar y me dijo así se va quedar si quieres te llevo a mi seguro, pues no sé señora ¿cuál?, me dicen que los seguros descuentan mucho. Ella me dice: descuentan poquito y pasó el tiempo y le dije que ya 6

Ella comenzó en 1989 el salario mínimo era de 7, 833.66. pesos viejos al día.

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En el 2009 el salario mínimo es de 54,80 pesos diarios.


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iba a dejar el trabajo porque ya me canso mucho, me duele todo mi cuerpo hasta mi brazo se está engarrotando por tanto barrer, tanto lavar, tanto trapear y tanto planchar hasta la una de la mañana.

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Cuando llegué me paraba a eso de las cinco de la mañana, me arreglaba y esperaba hasta que tocaran el timbre para bajar a la cocina y me ponía a preparar el lunch para los niños, su desayuno y ver que los niños se tomen su leche. Me apuraba ya le ponía su leche a calentar o se lo tomaban frío dependiendo y su lunch que preparaba porque son cuatro y la otra más chica que se llama Rosaura sale más tarde, ya estoy echando todo en su mochila que su fruta, su galleta. Su mamá esta haciendo sus cosas, cuando baja la señora nada más dice:-“¡ya vámonos niños!”- ya debe de estar todo terminado. La señora se llevaba a los niños y me ponía a lavar los trastes porque salían muchos trastes, sartenes, porque cenaba el señor cuando llegaba de trabajar creo que hasta huevos estrellados hacían, me llamaban a cenar y les decía yo nunca ceno. No ceno porque me hace mucho daño. Cuando me enfermo de gripa o me siento cansada me manda a descansar. Me dan mi aguinaldo, mi navidad no me quejo de eso, me da una blusa, un perfume o un suéter.


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Me acostumbré a trabajar y a levantarme temprano, a las cuatro de la mañana ya estoy despierta, ya se me quita el sueño, a veces me pongo a pensar porqué tengo que trabajar así, ya aprendí, ya estoy haciendo cosas porque hay mucha gente que no aguanta este tipo de trabajo. Una vez vino la sobrina de Isabel y estuvo muy poquito como cuatro días pero no hacía bien su trabajo y se fue, luego la señora me preguntó si quería que viniera otra persona le dije, si tienes dinero para pagar porque hay otra señora que quiere trabajar. Me dice la señora que entró a trabajar que soy buena gente porque hay personas que siendo empleadas del hogar se sienten como las dueñas de la casa. Ella es la que plancha toda la ropa y así ya fue menos trabajo para mi por eso mismo ya no me aumentan ni me quitan, allí se quedó. Ahora sigo trabajando en la misma casa pero de entrada por salida. Salgo de mi casa temprano como a las seis de la mañana para ir a trabajar ya que hay mucha fila para tomar el camión, después de las siete de la mañana la fila está larguísima. Tomo el RTP y toda la gente está esperando, a las ocho estoy llegando en Barranca del Muerto, a las ocho y media o nueve estoy llegando a mi trabajo.

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Un día salí a las siete de la mañana y llegué a mi trabajo a las nueve y media de la mañana y me dijo la señora aunque sea a las ocho que llegues. Cuando salgo a las cinco de la mañana de la casa y estoy esperando el camión a las seis, le digo a mí pareja que me acompañe porque todavía está oscuro, en Barranca del Muerto estoy a las siete y llego a las ocho de la mañana a mi trabajo.

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Poco a poco a través de los años me he ido acostumbrando a la ciudad, trabajando y estudiando, actualmente estoy con mi pareja, él se llama Sergio, ya no estoy sola como antes ya no me preocupo. En ocasiones he pensado en regresar a Tlahui, allá voy a construir mi casa pero dónde, adónde voy a construir mi casa, me puse a pensar quién me va ayudar, dónde voy a morir, cómo voy a morir. Le he preguntado a mi pareja, lo hemos platicado cómo le voy hacer, él me dice ¡que vas hacer!, ¡que vas hacer!, nos quedamos tú vas a ir conmigo a mi panteón. El es de Martínez de la Torre en Veracruz allá hay un panteón donde esta enterrado su papá, él se va ir allí y yo también me tengo que ir allí. Nos fuimos a su pueblo y sembramos mango uno para él y otro para mi y ahorita ya están grandes ahí


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se da muchas cosas y también flores, crecen grandes porque es arenoso el lugar, hay una planta que cura que se llama Noni, es una fruta que cura la diabetes y la presión alta, muchas a veces el me trae Noni, también se da la naranja, limones y varias frutas. No se si nos quedaremos aquí en la ciudad o nos iremos al pueblo de mi pareja, hace poco me dijo que ya vamos a vender esta casa y que nos iremos para allá, nada más voy a cambiar de rancho. Si me gustaría ir para allá ya no soy ninguna jovencita así estoy pensando ahorita. Conozco mis derechos como trabajadora, donde trabajo entro a las ocho de la mañana y salgo a las cuatro de la tarde, la señora me dice ya terminaste ya te puedes ir. Yo llego a desayunar y antes de salir me sirvo la comida. Ahora ya no voy a Tlahui ya no vivo ahí, ya estoy grande para dar servicio y no puedo regresar a vivir al pueblo por mi enfermedad. Como le digo a la señora si me muero, rápido que me quemen, aunque ella dice que tendrían que avisar a mi familia pero le digo pues usted porque yo ya no voy a hablar. Siento feo porque en el pueblo ya casi todos hablan el español, en una ocasión vinieron las autoridades

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Mi mamá lo iba a tomar muy feo de que no llegué con las cosas...

aquí a la ciudad y tuvimos una asamblea y el presidente dijo ustedes hablan puro español y nosotros hablamos puro Mixe.

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Viviendo aquí en la ciudad creo que si se puede reproducir la vida como la que conocíamos en el pueblo. Cuando puedo hablo en Mixe con personas que me vienen a visitar, también hago tamales de pollo y de fríjol y otras comidas que son de Tlahui, en el día de muertos pongo mi ofrenda como me enseñaron en el pueblo porque todavía me acuerdo pero en la ciudad no encuentro el mezcal y el pulque para hacer mi tepache porque es lo que acostumbran en el pueblo en lugar de eso pongo tequila o vino y refresco o lo que haya.


¡Nada más me dijo que las niñas, la casa y luego me manda un perrito...! Rosa Adelina Hernández Gil 1

Llegué a la ciudad chiquita una bebe todavía, yo sé que era muy chiquita porque me cuentan mis papas. Primero llegó mi papá, cuando mi mamá llegó estaba embarazada de mi hermana. Nos vinimos y todavía era una bebe cuando llegamos aquí a México. Soy de Oaxaca no hablo mazateco pero si lo entiendo. Aquí mis papas vinieron y compraron esta casa en Villa San Isidro, Xochimilco. Primero fui a la escuela luego a la secundaria y después de la secundaria trabajé en una empresa de provincia allí nos trataban bien. Luego me cambie a otro trabajo y fue 1

Nació en 1990 en Santa María la Asunción, Huautla de Jiménez, Estado de Oaxaca.


¡Nada más me dijo que las niñas, la casa y luego me manda el perrito

en casa, las personas me trataron bien pero ocurrió un detalle: la mamá de mis patrones se iba a ir por eso me sacaron de allí. Mi papá me buscó el trabajo con una conocida que sabía de una señora que estaba buscando una empleada para que trabajara en su casa, entonces mi papá le preguntó ¿cómo se llama? Y la señora le dio los datos y su número telefónico, ya fue a verla y sí necesitaba muchacha.

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La señora vivía a la entrada de Cuernavaca y le explicó que estaba buscando a alguien para que le haga el quehacer de la casa, no es mucho. El le preguntó y ¿qué se tiene que hacer? Planchar, sacudir, lavar, tender camas. Dijo que tenía dos niñas y que había una maestra para cuidarlas. Ahí si me anime ¿no? y le dije: “esta bien y fui”. Al inicio la señora era amable ya después fue cambiando su forma de ser. Al comienzo era cordial, me decía que era su hija, como todas las patronas y al poco tiempo fue cambiando. Comenzó a decir que se le perdían cosas y luego a mí me decía: “¿Dónde está?. ¿Lo has visto? y cosas así”-. Obviamente le decía que no sabía a dónde lo había dejado y que ni siquiera lo había visto.


Rosa Adelina Hernández Gil

Primero me había dicho que nada más era limpiar la casa, y después me fue diciendo que iba a cuidar a las niñas, eso si fue algo que me complicó porque me mandaba a realizar muchas cosas. Se que es obligación de uno pero la señora se pasaba de mandar estaba haciendo una cosa y ella me mandaba a otra, entonces me desesperaba. Era muy exigente y era mucho el trabajo que hacía; ella me había contratado para hacer la limpieza de la casa, y llegó un momento en que me dijo:-“ tu te vas a hacer cargo de las niñas”- cuando ella me había dicho que en la tarde tenía una maestra. Atendía a las niñas o hacía el quehacer de la casa, me desesperaba porque terminaba una cosa o atendía a las niñas, les daba de desayunar o lavaba los trastes, me mandaba a algo y decía: ¿qué hago primero? La señora era muy estricta, quería que todo estuviera en orden. Me contrató de planta me levantaba cuarto para las seis y ya tenía que estar abajo, me puso horario para todos mis quehaceres, todo tenía que estar impecable. No lo podía dejar para el día siguiente, tenía que terminar en un solo día. Mis días de descanso eran sábados y domingos, la mitad de la tarde del sábado y todo el domingo, la

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¡Nada más me dijo que las niñas, la casa y luego me manda el perrito

señora quería que estuviera a las seis de la mañana los lunes, la verdad no podía, eso es lo que también le molestaba, a lo mejor por esa razón me mandaba a otras cosas, por su disgusto, porque llegaba un poco más tarde de lo que ella quería Una vez le pedí permiso para ir a mi pueblo, me lo dio después de que regresé de vacaciones, justamente, desde ahí fue cambiando la señora. A lo mejor se molestó no sé y sí seguramente fue por eso. Me fui por pocos días creo que fueron tres días.

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La verdad mi salario se me hacía poco porque tenía que planchar y no me habían dicho que tenía que planchar, la primera vez cuando entras te dicen que no tienes que hacer casi nada y después tienes que hacer todo. 2

Ella me dijo que me iba a dar mil pesos a la quincena porque yo no sabía planchar la ropa, ni hacer la comida, pero ya había planchado la ropa, que me iba a subir si sabía planchar camisas y no sabía pero ya estaba planchando camisas y no me subió el sueldo ni un poquito, entonces, así lo deje. No me parecía justo porque terminaba una cosa y la señora me volvía a decir haz otra cosa, como limpiar el baño del animalito y ese no era mi trabajo, a eso 2

El salario mínimo en el 2009 era de 54,80 pesos diarios.


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no me dedicaba, luego me descontaba cuando no planchaba y ya me bajaba mi sueldo. Me hubiera gustado ganar mil novecientos pesos a la quincena, si eso es lo que me hubiera gustado por los pasajes. La verdad si me hubiera gustado que me pagaran un poquito más. La primera vez fuimos con mis papas y platicamos con mis futuros patrones y me dijeron que no era mucho el quehacer, solo tender camas, limpiar el baño, los muebles, limpiar vidrios dos veces por semana martes y jueves, el cuarto de la señora, las niñas, la sala, el comedor, la cocina, limpiar todos los muebles en general, trapeaba, ordenaba y limpiaba el cuarto de los juguetes, lavaba ropa martes y jueves y planchaba los viernes o como fuera saliendo la ropa de las niñas y tenía que planchar las batas de la escuela. También quería que cocinara y le dijimos que no sabía cocinar pero ¡a fuerzas! me decía que guisara, que porque era por mí bien. La señora me llamaba para cocinar cuando estaba lavando y luego ella se iba a trabajar o a recoger a las niñas y me subía otra vez a lavar y me decía ¿por qué no acabaste de lavar? O ¿por qué esta todavía la ropa mojada? Y no me quedaba callada, le decía es que estábamos guisando y yo estaba lavando y usted me llamó para guisar.

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Cuando le respondía le parecía que era “grosera” con ella, porque las cosas como yo las decía estaban mal dichas, que no quería que yo le contestara y cuando no le contestaba se enojaba. No le entendía a la señora.

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La señora llegaba con las niñas entre las tres y cuatro de la tarde. Cuando me tocaba atender a las niñas primero bajaba a hacer el desayuno, un sándwich, su fruta, un juguito, un yakult a cada una al igual que a los patrones, a cada quien, a los cuatro. La señora me decía que para cada cosa que hacia tenía un tiempo, me marcaba lo que tenía que hacer en quince o veinte minutos tienes que hacer el desayuno, tu bajas y te tienes que apurar. Todo era así. En media hora tienes que hacer el desayuno, en media hora tienes que vestir a las niñas, cuando hacía el desayuno iba a parar a las niñas, las vestía después las llevaba al baño y ya tenía su desayuno listo y comían frutita y un sándwich, las llevaba al comedor a desayunar y ya cuando les estaba dando de desayunar a las niñas, la señora me mandaba a otra cosa; que tráeme esto, tráeme lo otro, o luego les estaba dando de desayunar a las niñas me llamaba y… ¡primero dales de desayunar a las niñas!, fueron cosas así. Se fue incrementando el trabajo.


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Las niñas se iban a la escuela, yo me apuraba porque para la señora todo era con un tiempo, el patio tienes que lavarlo en una hora, el patio ¡eran dos! y sí lo hacía, eran los lunes y ya los lavaba, ella llegaba y apenas estaba yo lavando los patios y me decía ya es una hora, ya son las nueve, y a las nueve tienes que estar adentro para que te apures, yo le decía: más rápido no puedo hacer, no soy remolino. Y luego la cama, eran dos camas, en quince minutos o en diez minutos tenía que tender las camas, todo lo que tenía que hacer era con tiempo, hasta para comer tenía un tiempo, en cinco o en diez minutos ya tenía que haber acabado, entonces… ¿cuando coma me tengo que pasar la comida?. Me tomaba el tiempo a cada cosa, para bañarme también, en cinco minutos te tienes que bañar o en diez, y sí me tardo diez minutos o quince como mucho en vestirme y todo. Hasta para lavar, tenía que lavar todo en una hora y a mano, la máquina nada más servía para exprimir la ropa, para barrer, para trapear bien, todo máximo media hora. Llegó su animalito y de eso no me había dicho nada, de hecho yo no sabía que iba a llegar un animalito y

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que también lo tenía que cuidar, un perrito que también tenía que cuidar y limpiar como a las niñas.

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Cuando la señora llegaba le ayudaba a sacar las cosas del carro, dejaba las mochilas y subía a las niñas, y ya después que estaban adentro tenía que sacar todo. Les lavaba las manos, las cambiaba y la señora les servía de comer y le tenía que ayudar a darles de comer de hecho estaba haciendo otras cosas y me decía: - “haber Rosa deja de hacer lo que estas haciendo y ven ayudarme; primero cambia a las niñas, que se laven las manos y ya después la sientas para que coman”, ya después me decía: ¡en media hora tienes que lavar todos los trastes, en lo que nosotros estamos haciendo la tarea!. En general comíamos todos hasta yo y me ponía un tiempo para comer, en lo que ellos comían ya tenía que haber acabado de comer y sino hasta antes, para que les ayudara a las niñas a terminar de comer, pero las niñas juegan, y luego comen y ya les daba de comer y luego me decía ¿qué pasó Rosa, no les estas dando de comer a las niñas? O me decía Rosita… yo le decía… es que están jugando, no se quedan quietas, -“Rosita tú tienes que andar atrás de ellas, tu debes llevarles la comida atrás de ellas”-. Yo no tenía el derecho de decirles ¡ya siéntense a comer! La señora les decía a las niñas -“tienen que respetar a Rosa porque ella nos esta


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ayudando”-. La señora si respetaba y les repetía a las niñas “respeten a Rosita”. -Así era el trabajo-. Tenía que ayudarla… Luego cuando las bañaba, le tenía que pasar la ropa, ayudar a vestirlas, a secarles el cabello. Cuando terminaba el quehacer tenía que dejar limpia la cocina, lavar los trastes y ya me daba como las once de la noche y subía a mi cuarto. Y eso es lo que era ahí mi labor. La verdad “yo era de las personas lentas” ¡no tan despacio! sino que así era mi movimiento. La señora quería que limpiara más rápido obviamente me decía que fuera un “remolino” que hiciera rapidísimo las cosas, pero hasta ahí podía era mi rapidez. Con la señora nunca fui grosera pero si me fue desesperando llegó un momento que dije no… ¡hasta allí!, ya no voy a decir “si señora” ya voy a decir ¿pero por qué? si usted me dijo que era una cosa pequeña el quehacer y usted me está obligando a otros trabajos. El cuarto era en la azotea de la casa, era chico, ahí tenían sus cosas, en el baño estaba la lavadora cuando llegué no había tele al poco tiempo ellos la compraron pero casi no lo veía, nunca estaba en mi cuarto. No veía la tele, ahí estaba, en la noche veía un poquito, al día siguiente tenía que pararme temprano y no podía verla.

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Me daba el material para limpiar de hecho tenía un trapo para cada cosa, y checaba las cosas. Pasaba con su dedo sobre las cosas, y si no estaba bien limpio lo tenía que volver a hacer o trapear o en el rincón de los sillones pasaba su mano y si no estaba limpio lo tenía que hacer al día siguiente.

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Era bien amable al comienzo y fue cambiando su modo de decir las cosas, o sea que en esos momentos no me ponía horas para acabar el quehacer, fue después que me dijo en una hora tienes que lavar, o en media hora tienes que tender todas las camas o hasta quince minutos y yo ¡ijole no puedo! Y “la señora siempre decía; no digas que no puedes, si dices que no puedes, no vas a poder nunca”. Nunca supe del por qué fue cambiando pero cambio mucho desde que yo empecé. ¡Ay si, Rosita! ¿no?, todas las mañanas tenía una excusa para decir: -“sabes qué no hiciste esto lo haces hoy”- , y luego se levantaba con un genio que ni ella se soportaba, luego les regañaba a las niñas, si fue cambiando. Un día me hecho la culpa de que se le perdió una chamarra, ella me había dicho que al llegar checara las cosas, la verdad yo no las cheque, pero al día siguiente me dijo que quería la chamarra que se habían llevado un día antes, la fui a buscar y no estaba, me dijo: ¡¡cómo es posible que no esté!!.


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Estuve en esta situación ocho meses durante los cuales no me subió el salario como había dicho que si aprendía a planchar o a cocinar y lo estaba haciendo. De hecho hable con ella y le dije que ya no iba a trabajar. Me sentía mal, me hacía sentir culpable, la señora padecía de sus manos decía que no podía hacer muchas cosas porque se le empezaba a hinchar. Por eso necesitaba una persona que le ayudara porque ella guisaba y se ponía mala, se le hinchaba todo y la verdad sí me sentía mal, y pensé que está pasando, me está echando a mí la culpa de que vaya a parar un día al hospital y por eso fue que me salí. Ella me decía en broma ¡voy a ir al hospital y tú me vas a pagar mis curaciones! Yo le decía - si señora-. En una ocasión me enfermé, me dio la gripa, estaba mal y me sentía débil igual tenía que trabajar. La señora me llevó al doctor, yo no quería ir al doctor y le dije: se me va a pasar, la señora –“como crees Rosita que se te va a pasar”-, mejor vamos al doctor, me llevó y ella pagó los medicamentos y no me cobró nada. Ella me llevó como si fuera su hija. Fue la primera y última vez que me enfermé no tomé días de descanso, no estuve en cama, seguí trabajando ya me habían inyectado, me mandaron

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medicamentos y los estuve tomando. Así enferma estuve trabajando. Le comentaba cada cosa que pasaba o si se quebraba algo, claro era por accidente, me decía te voy a descontar nunca hubo un descuento. Cuando llegaba tarde también me decía te voy a descontar. Si llegaba tarde los lunes me iba a descontar, o si no me apuraba los sábados que ya no me iba a dar libre y aunque fuera tarde tenía que regresar el sábado y me dejaba salir al día siguiente.

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Y así fueron sucediendo las cosas para todo me decía que me iba a descontar y nunca llegue a ver el descuento. Ya estaba más despierta, más que nada, para defenderme. Yo me sentía mal ¿por qué me va a descontar? si llegábamos a las siete y una vez si llegue a las siete y cuarto, -¿ya llegaste? ¡ya se te hizo tarde!-,… es que no salen rápido los camiones… - te tienes que venir más temprano- …si me vengo más temprano pero ni un camión sale. Creo que la señora me decía que me iba a descontar para asustarme yo lo tomaba como una venganza y con miedo -ya voy a llegar más temprano, ya me voy apurar en todo lo que hago, o a lo mejor tiene razón que no me apuro- y me ponía a pensar


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¿qué estoy haciendo mal? ¿Por qué esta actuando así la señora? Así era mi manera de trabajar, la señora “rapidísimo”, pues hay personas que no somos tan rápidas. La señora tuvo otra persona que le ayudaba, y esa chava era muy rápida, que hacía las cosas así en unos segundos, y yo le dije pues cada quien tiene su manera de trabajar. Ella me dijo: -“si Rosita pero tenemos que hacer un poquito de esfuerzo para hacer las cosas más rápido”- y le dije: si está bien pero esta es mi manera de trabajar y más que nada que las cosas queden bien, porque si lo hago rápido no van a quedar bien las cosas, y por eso creo que me decía que era muy contestona Cuando le dije que ya no iba a seguir trabajando con ella, habló con mi mamá, la señora le dijo que era muy contestona, yo ya les había comentado a mis papás del problema que tuve, ellos me dijeron que la señora siempre iba ha ser así, que mejor me saliera. De hecho la señora era también así con su marido, no lo dejaba hablar, no lo dejaba que opinara, le decía –“no, tú no hables”-, el señor decía –“Rosita no le hagas caso, tú a tus cosas”-. La señora se enojaba y tenía que soportar sus genios, se estresaba mucho y se desesperaba con las niñas, también las regañaba, les decía: -“es que

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no saben hacer las cosas pongan atención”-, me sentía mal que les hablara así a las niñas, porque las niñas no tienen la culpa aunque yo hubiera hecho o no hubiera hecho lo que ella me decía, no se tenía que desquitar con las niñas. En esta casa comíamos todos iguales, ellos me decían que las cosas que había las podía tomar, tenía libertad para tomar las cosas. Me dieron las sabanas, la colcha, la cama, luego compraron un televisor porque no tenían.

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Con las niñas teníamos una convivencia muy bonita, las niñas me querían mucho, una de las niñas tenía cuatro años y la otra tres cuando les dije que ya no iba a estar con ellas se sintieron muy tristes me preguntaban ¿por qué te vas? si nosotros te queremos, les digo si, pero deben de entender que ya no estoy a gusto. Me salí por la señora con las niñas me llevaba bien. Cuando entré a trabajar con ellos ya iba a cumplir los dieciocho. Cuando hice mi fiesta los invité y ellos llegaron, porque la gente que tiene mucho dinero no lo hace nos miran en menos. Y ellos vinieron hasta acá, de hecho les di la invitación, pero las niñas no vinieron y así fue como que ¡ay no!, no trajeron a sus niñas! vinieron como dos novios ¿no? convivimos muy bonito, esa fue la última vez que


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convivimos porque, de hecho me dijo: ¡hiciste tus dieciocho años y ya te quieres salir!, me hubieras dicho que nada más ibas a trabajar hasta tu fiesta y yo hubiera contratado a otra, le digo: no, no es eso. Si, me salí porque la verdad eran muchos problemas, que ¡se me perdió esto! ¿lo viste? así como que me estaba echando la culpa, y llegó un momento en que dije no, ya me fastidio que me ande echando la culpa, aunque no me decía “tú lo agarraste”, pero lo decía en un tono como si me dijera “tú si lo agarraste”. No sé si nuevamente trabajaría como empleada del hogar sin embargo lo considero importante para conocer a personas es muy bonito y por otro lado si hay personas que se pasan con las empleadas, hay algunas que comienzan amables y después cambian su modo de ser, hay otras que ni les dan descanso. Hay peores patronas, unas más regulares y desde mi punto de vista es bonito trabajar en casa y depende de la situación. No toda la vida vamos a dejar que nos hagan menos, la verdad a mi nunca me dijeron, me trataban bien. En la televisión he oído que las muchachas que llegan a trabajar a una casa les dicen: -mi “sirvienta” o mi “chacha”. En la teleseries se entera uno de cómo nos dicen “oye sirvienta u oye chacha o esa es mi gata”.

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Cuando entré a trabajar me decían: “ella es la muchacha de servicio, o ella es la empleada que nos está ayudando. Antes los patrones decían “oyes tu muchacha” y ahora te llaman por tu nombre; Rosa, o Claudia o Anastasia o por su nombre. No sabía que ya había una ley que prohíbe que se nos llame “chacha” o “gata” o no se “sirvienta” no lo había escuchado.

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Cuando entré a trabajar en casa yo sabía que así decían en la tele y no creía que una persona me fuera a decir: - “ella es mi chacha”. Soy de las personas que me se defender, no mucho ¿verdad?, pero no dejo que me digan de cosas, o sea sí me hubieran dicho a mi eso: -¡sabe que tengo mi nombre!-, si no me va a llamar por mi nombre no trabajo con usted y así lo dejamos. Una cuando entra a trabajar en una casa desconoce los derechos que tenemos como trabajadoras ni el salario que debemos ganar ni las vacaciones sólo aceptamos las condiciones que las empleadoras ponen. A mi sí me gustaría conocer cuales son estos derechos y que es lo que marca la ley. Si la señora me despide pues la verdad no se adonde ir, si había escuchado de eso que ya hay una ley, que ya no se debe maltratar a las empleadas domesticas, pero la verdad no se adónde pueda acudir. En cuanto a los derechos que tenemos como trabajadoras la verdad sí me gustaría tener un


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trabajo que tenga seguro, que tenga su aguinaldo, sus prestaciones, ¡sí, si me gustaría! Pienso que en todos los trabajos debemos estar aseguradas. Santa María la Asunción el pueblo de mis papás es bonito hay muchos árboles, las casas no son como las de México, son de paja, como cabañitas, antes la calle era de terracería, puras piedras, ahorita hay calles, hay carreteras ya pueden pasar las camionetas, antes no pasaban. Me acuerdo que íbamos y si estaba lloviendo teníamos que subir todo con el lodo, había lodo, teníamos que subir, no había calles, no estaba pavimentado. Las personas allá son muy nobles, muy agradecidos, cuando llegamos nos reciben con las puertas abiertas, nos dicen que bueno que llegaron, que nos visiten, que se acuerden de nosotros, de hecho “las gentes mayores” nos dicen: ¡que bueno que llegaron! se emocionan al vernos, porque casi nunca los vamos a visitar. Si vamos, es cada año, cada dos años o cuando podemos y ellos nos entienden, se trabaja mucho, como quiera que sea van a trabajar en el campo “la gente es muy humilde” pero nosotros respetamos eso y los vemos con mucha admiración, porque le echan muchas ganas. Mis papas hablan mazateco y dicen que es bonito aprender, si nos decían que podíamos aprender,

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pero no nos sabemos expresar, le entendemos, pero no podemos hablar, algunas palabras si sabemos pero no todas, sí queremos aprender pero como que no nos salen las palabras, porque ya hablamos más español que mazateco.

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Mis papas si han hecho lo posible para que nosotros lo aprendamos ellos lo hablan mucho, de hecho cuando platican hablan su idioma y no español, el español lo hablan muy poco cuando platican entre ellos. Con otras personas si hablan español, pero cuando mi mamá y mi papá platican hablan su idioma y cuando ellos hablan nosotros los escuchamos luego mis hermanitos no le entienden y ¿qué están diciendo? O ¿de qué están hablando?, las cosas que si les entiendo si se los expreso, se los traduzco. Para hablarlo me parece que tendría que estar más allí en San María de la Asunción en Oaxaca, para hablar más y como dicen “querer es poder” para aprender a hablar. “Saber hablar” es muy bonito porque llegas allá y todos hablan y cuando te platican, mi abuelito siempre nos habla, la verdad le entendemos pero no podemos platicar con él porque no sabemos hablar y la verdad si “es feo” , porque la gente nos empieza hablar en su idioma y nosotros no les podemos responder porque no sabemos.


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Lo que haría para aprender a hablar mazateco sería escribirlo y pronunciarlo cada vez que se pueda, traducirlo mucho, repetir las palabras que mis papas dicen para poder hablar como ellos, repitiendo, repitiendo, o escribiéndolo así como se escucha. Sé que es una manera de aprender escribiendo las palabras, diciéndolo y con eso creo que vamos a aprenderlo. Esta sería una meta importante, no sé en cuanto tiempo lo podría hablar siendo sincera tardo mucho en aprender. Mis abuelos viven en el pueblo, el papá de mi mamá, con ellos vivimos y con un primo que tiene su casa y nos presta su baño. Cuando llegamos nos dicen que bueno que vinieron, nos da mucho gusto de verlos y ya nos ofrecen un café, y luego cuando llega mi primo nos dice: ya saben que este es el baño, ahí se bañan, ahí hay de todo. La verdad nos trata bien. Nosotros vamos cuando es fiesta y también de visita. No tiene mucho que fuimos a una fiesta, de hecho fuimos a ver unos familiares porque se le murió su mamá, era tía de mi papá y fuimos a verlos. Ahí aprovechamos la fiesta. En otras ocasiones si vamos a visitarlos especialmente a ellos. Ese día era de fiesta y aprovechamos para saludar a nuestros tíos porque habían sufrido un accidente sus familiares su tía de mi papá, se murieron quemados, entonces fuimos a verlos y aprovechamos de ir a la fiesta.

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La gente en el pueblo de mis abuelos son muy unidos, no sé cómo describirlo allí hay comunicación, unión, convivencia. Todos los vecinos se saludan y cuando hay un problema se ayudan y aquí en la ciudad pues ni se acuerdan que tienen un vecino al lado. Están en y con sus problemas. Allá en mi pueblo de donde soy no he escuchado que hay problemas que digan fulanito dijo… la gente es mas tranquila allá que aquí. Cuando tienen problemas los resuelven en la comunidad, en la asamblea.

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Mis padres nos han enseñado a respetar a las personas, a no burlarnos de la gente, porque hay personas que tienen una capacidad diferente a nosotros y hay personas que se burlan y no los saludan, a mí sí me da coraje, y se siente horrible de que se burlen del otro. Nos han enseñado a respetarnos a cada uno como sea, hay que respetarse hay que tener una “humildad” ¿no? hacia las personas sean como sean y a respetarnos cada uno, si la gente es “ignorante”, pues ya ni modos ¿no? Pero no hay que burlarse de las personas diferentes, no hay que ofenderlos. El trabajo comunitario es el que uno tiene con su comunidad sin percibir salario es tu decisión ¿no?, si ayudas o no ayudas pero si me gustaría saber, conocer a más personas, porque de mi trabajo a la casa y de la casa al trabajo, y eso es lo único que


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hago. Ya salgo tarde y llego de noche a mi casa y si me gustaría convivir más con las personas, con diferentes personas así sean viejitos o bebés. Me gustaría conocer a más personas la palabra es “socializarse” si me gustaría socializarme, si me gusta platicar con la gente en una convivencia, a mi no me gusta ser presumida, y luego así como que ¡ay!- “yo no hablo con ese indio” – hay chavas que son así. Aquí en la comunidad no he oído esto pero en la tele he visto ¡ay no ese indio! cómo habla y quien sabe que, es un naco y quien sabe que, la verdad yo no hablo ni pienso así. 157

Creo que la gente se expresa así de nosotros los indígenas porque sus padres no les dieron educación no les dijeron cómo se debe de tratar. Mis padres me enseñaron que sea como sean las personas se debe de tratar igual. Los sábados y domingos no salimos nos quedamos aquí en familia. Nos levantamos y desayunamos, ya platicamos que es lo que pasó entre semana, y así se nos va la tarde platicando. También hacemos nuestros deberes en la casa tender las camas, recoger un poco, y así convivimos. Algunas veces nos vienen a visitar y ahí estamos, convivimos con nuestra familia, y el lunes otra vez hay que volver a trabajar y ya entre semana no nos vemos, por eso


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es bonito tener sábados y domingos para poder convivir con la familia ¿no?, es muy bonito todo lo que hago con mi familia así nos ayudamos. Me emociono cuando hablo de mi pueblo y de sus fiestas porque hay convivencia, hay ambiente. Es tranquilo no es como aquí en la ciudad que en las fiestas se arma la bronca y yo ya me emborrache y te voy agarrar, no allí la gente es muy tranquila cuando hay fiesta. En las fiestas preparan los tamales, el mole, el caldo de chivo, los refrescos, la cerveza y las bandas de música.

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La educación que se recibe en el pueblo es distinta a la de la ciudad, aquí en la ciudad nadie se saluda. La educación viene de la casa porque los padres nos dicen; “aunque la gente no te salude, tú debes de saludar” y “si la gente te mira no le hagas caso” o sea ellos te están diciendo aunque la gente no te salude, tu debes de saludar, ¿por qué? “Porque nosotros te estamos poniendo el ejemplo” y así debe de ser “educados y no riéndose de la gente que pasa y sí la educación viene desde la casa. Acá en la ciudad no hay modales hay padres que ni siquiera les dicen a sus hijos como sea la gente tú debes saludar. Pienso que por eso son así las personas, porque si sus papas son así los niños piensan que es bonito ser así ¿no?, la verdad no es bonito yo pienso que lo mejor es tener un buen ejemplo de los padres.


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En la ciudad es diferente la gente es muy envidiosa, no les caes bien. En un comienzo son bien amables pero luego así como que ellos dicen, no pues esa gente no, pero sin saber que ellos son los presumidos. Y en cambio allá en mi pueblo la gente te saluda, sea como sea la gente te saluda, ahí ves una comunicación entre todos cuando hay problemas allí se ayudan entre todos, te ayudan hay trabajo colectivo y una forma de entender la vida colectiva hay unión se llegan a acuerdos y aquí en la ciudad de México no, la gente te ve que estás en problemas y ni si quiera se mete. Aquí en la ciudad es muy diferente. 159

A mi me parece que la gente se comporta así en la ciudad porque no hay comunicación porque aquí no hay una unión y cuando la hay así como que te dicen, no pues yo te ayude ahora tú ayúdame, así es la gente de aquí, allá en Oaxaca la gente es distinta o sea te ayudan así con su nobleza, la gente es distinta aquí en México. Yo no he participado en el pueblo dando servicio no sé cómo se organizan en las asambleas, mis papas no me han platicado de cómo lo hacen yo nada más veo cuando voy al pueblo cómo se organizan para las fiestas, las celebraciones y si me gustaría participar pero como no vivo allá no he podido participar de esta manera en mi comunidad.


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Yo tengo mi corazón en las dos partes, porque vivo más aquí que allá y sí me gustaría participar más allá donde nací que aquí, mi idea es participar allá con la gente. Me considero mazateca y mi corazón esta más allá donde nací que aquí donde vivo.

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Me gustaría vivir más allá porque hay más convivencia, la gente es muy unida, no es igual aquí en la ciudad que allá en Oaxaca, hay gente que es así, te ayuda y no te dicen no pues ya te ayude. Cuando voy siento la diferencia, porque las personas de allá te hacen sentir que eres parte, pero aquí en México es muy distinto, son envidiosos y tienen sus formas que no son como las que se viven allá en Oaxaca. Acá en la ciudad la gente se ve entre si ¡Ay que estarán hablando! ¿no? ¿de qué estarán hablando? porque luego si te quedan viendo, ¿de que están hablando, estarán hablando de mi? Siento que sí hay discriminación. Acá en la ciudad fui a la escuela y a veces si sentí discriminación. Cuando era niña nadie se juntaba conmigo. Soy de las personas que si no se quieren juntar conmigo que no se junten, estoy bien así como estoy “más vale sola que mal acompañada”. En el recreo me juntaba con mi hermana y las amigas de mi hermana eran bien lindas se juntaban


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conmigo. Luego me veían en el recreo solita, y ya vente vamos a jugar y así siempre me llevaban con ellas. Cuando entré a la secundaria tuve más amigos, bueno amigas porque amigos casi no tuve. Una de mis compañeras me metía en muchos problemas. Ella decía que yo le copiaba su examen y quien sabe que, y nunca le copiaba, ella lo hacía por maldad o no sé, porque de hecho a la maestra no le caía bien y hasta me mandó al rincón para que no copiara. Me dije pues bueno, ya que, ¿no? mientras yo no esté copiando, no voy hacer caso ¿no?. Y paso un tiempo y ya nos hicimos amigas, yo si le decía ¿te acuerdas lo que me hiciste? y dice -sí me acuerdo y si me copiabas-, y le digo -no es cierto tú lo hacías por maldad- y dice ¡ay! si es que tu me caías mal, le digo ¿pero por qué? No sé eras una niña muy callada y no te defendías y por eso te hice eso, le digo -¡ahh bueno!-, “sabes con la misma moneda se paga, algún día vas a sufrir eso” y me dijo: si ya lo estoy sufriendo y le digo ¿qué se siente? No pues muy mal. Eso que me hiciste se llama “discriminación en una persona”, ¡ay no!, es que me caías bien por eso te hice esto para ver si reaccionabas.

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No supe porqué le caía mal a la maestra. Me daba cuenta porque se la llevaba conmigo siempre era yo. Y nada le hacía a los niños ¿hay Rosa porque andas de molestona? ¡Luego no te aguantas, que quien sabe que! Le digo -pues es que no soy yo, son ellos los que me molestan y la maestra nunca me hacía caso, ella defendía a los demás.

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Es que las maestras tienen a sus consentidos, y sus consentidos acusaban y yo era la mala ¿no? Una vez mi mamá fue a platicar con la maestra, a mi hija la molestan sus compañeros y usted dice que es ella y mi hija no es así. Yo era muy tranquila hasta que los niños ya me fastidiaron y les dije ¡ya dejen de molestar! Y ya los niños se fueron tranquilizando. Por eso creo que la maestra se la llevaba conmigo y decía que yo era la que molestaba. Nunca le caí bien. Ya no quería ir a la secundaría, ya no iba estudiar y la seguí estudiando porque mis papas me insistieron, les dije bueno la secundaria nada más. Y salí de la secundaria y ya no seguí estudiando En una ocasión me dijeron -¿vas a seguir estudiando?- les dije No. ¡Ahh hay que trabajar! Les dije pues esa es mi idea trabajar y echarle ganas y sí


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hasta ahorita, hasta la fecha le estoy echando ganas. Me gusta el trabajo y la gente con la que estoy trabajando me echan la mano. Ahora el trabajo lo estoy enfocando como un estudio, para mi el “trabajo es un estudio”, y ahí aprendo. Después de mi experiencia como indígena empleada del hogar ahora estoy en este trabajo que es un restaurancito, preparamos tortas y llevo los pedidos a una empresa, empecé a trabajar con ellos cuando se inauguró. Lo inauguré con mis patrones de esto ya son ocho meses, entre en febrero del 2009. Este trabajo es distinto al anterior como empleada del hogar, los patrones son muy buenos, amables y si me tratan bien, el trabajo no esta pesado nada más preparo las tortas y limpio el comal, todo lo que se ensucia, lavo los trastes, hacen pedidos y los tengo que llevar. Cuando me contrataron me dijeron que tenia que llevar los pedidos a la empresa, y los llevo, la verdad es menos trabajo. En cuanto al salario me pagan setecientos pesos a la semana y los patrones me dicen que llegue a las

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siete y media y mi horario es a las seis y quince de hecho yo platique con ellos y les dije que mi hora tendría que ser a las ocho de la mañana ya que vivo lejos y es mucho el tiempo para ir hasta allá.

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Mi trabajo queda en Taxqueña, y hago una hora y media o dos y pues ellos ya lo toman en cuenta, no soy la única también hay otras compañeras y ellas si llegan tarde, su entrada es a las ocho y llegan a las ocho y media y les dicen: - “no pues, viven más cerca que Rosita y no pueden llegar a la hora, ¡que me dicen!”- entonces el patrón se molesta y nos dice: -“tenemos que respetar los horarios”-. Ahorita estoy en un trabajo que es de comida y la verdad a mi si me llama mucho la atención la comida porque ahí puedes aprender muchas cosas. Yo no sabía preparar una comida, una ensalada, no sabía hacer ensaladas o cómo se preparan. Cada cosa tiene su chiste para prepararse, llevan diferentes cosas, la torta lleva una cosa, el sándwich lleva otra cosa, la ensalada lleva su aderezo, yo no sabía que se le ponía aderezo, ni sabía que era un aderezo, no sabía que era “el miserable”. El miserable es la paleta con que agarras la crema, la mayonesa, cada cosa tiene su nombre y es lo que a mi me llama la atención en la cocina ahí aprendes de todo, como


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se llama cada cosa y eso es muy bonito, aprender, saber trabajar, aprendes muchas cosas de cada trabajo. Cuando se está en la caja es diferente y si es de comida es diferente. En una cocina ya sabes que es “el miserable” y en una tienda de ropa, pues es de ropa. Cada trabajo tiene sus diferentes tipos de actividades y formas de hacer las cosas. Cada trabajo tiene su manera de cómo se trabaja. Me gusta mucho la cocina y estoy aprendiendo aquí en el restaurante, yo no cocino, la que guisa es la señora. Cuando mi mamá guisa me gusta mirar, saber como se llama cada cosa, es muy bonito saber guisar y si a lo mejor es porque mi mamá siempre nos ha dicho “tienen que estar en la cocina cuando yo estoy guisando”. Te pones a pensar y la verdad si es cierto ¿no? luego se te dificulta cuando no aprendes. Empecé a guisar cuando iba a la secundaria me hacía mis huevitos y una comida así sencilla, me la hacía por eso me gusta la cocina. Me gustaría aprender a cocinar y hacer comida para muchas personas porque luego cuando tenemos fiestas no hay quien lo haga, ¿no? Es importante saber guisar, si me gustaría aprender bien.

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¡Nada más me dijo que las niñas, la casa y luego me manda el perrito

Me gusta más vivir aquí en la montaña en San Isidro que en el centro de la ciudad aunque una a veces dice: No pues, donde fuera ¿no? O sea como que en todos los lugares esta muy bonito ¿no? Aquí hay menos contaminación que en la ciudad y si me pongo a comparar San Isidro con mi pueblo en Oaxaca donde nací o sea ahí es muy tranquilo, me gustaría vivir allá en mi pueblo en Oaxaca.

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La verdad me gustaría vivir en Santa María la Asunción pero veo que allí no hay trabajo, ¿cómo vivir allí si no hay un trabajo? O a lo mejor y sí hay ¡buscándolo!.


Conclusiones

A partir de una metodología de investigación con principios comunitarios, los frutos reflejan correspondencia; es decir, no sólo “aprende” o “descubre” el investigador; sino que todos los participantes construyen conocimiento de manera colectiva. Muestra de esto es que aunque las cuatro mujeres partieron diciendo que no tenían nada que contar, después del diálogo de saberes se escucharon así mismas, se reconocieron y encontraron el valor que tienen sus experiencias y saberes. Ellas esperan que sus historias sirvan para que a través de ellas otras mujeres puedan reconocerse y fortalecerse en la lucha por el reconocimiento de


Entre Muros

sus derechos como indígenas, practicar y reproducir la vida comunitaria aprendida en el pueblo sin que por eso tengan que ser discriminadas y así mismo hacer valer sus derechos laborales que garanticen el “buen vivir” o vivir dignamente en la Ciudad.

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Por otra parte, después de este proceso, nosotras como organización aprendimos a mirarnos desde otras perspectivas, hemos vivido la experiencia desde dentro: las cuatro mujeres nos integraron a su vida, con amabilidad nos abrieron las puertas de su hogar desde su corazón. Se construyó un vínculo de confianza a través del diálogo y la reciprocidad. Esta experiencia pone sobre la mesa varias temáticas que nos llaman a seguir actuando y organizándonos como mujeres indígenas. Consideramos que a las instituciones jurídicas y gubernamentales las convoca a impulsar iniciativas de ley y programas sociales que garanticen el cumplimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas al mismo tiempo que los derechos laborales que les corresponden como trabajadoras. Las cuatro historias dan cuenta de que las prácticas “neocoloniales” son reproducidas de manera natural entre patronas y empleadas; por ejemplo, cuan-


Conclusiones

do las primeras miran a las segundas como menores de edad al tomarse atribuciones de madres, mandándolas a la escuela para que aprendan a leer y escribir, tomando decisiones personales como la elección de pareja, el casamiento, la crianza de los hijos, la relación con sus familiares en la ciudad y en su comunidad de origen. Así mismo, la discriminación se hace evidente en tanto que de una u otra forma a los cuatro testimonios los atraviesan estas prácticas, como por ejemplo cuando consideran que no tienen voz cuando hablan lengua indígena, por lo que deben aprender a “hablar”, es decir aprender el español. Tendemos a pensar que esto ocurría en los años cuarenta o sesenta sin embargo el testimonio de la mujer más joven nos da cuenta de que la discriminación es una práctica presente en la actualidad. La explotación laboral es el ingrediente que más se combina con la discriminación en todas estas historias ya que esta última sirve como “legitimadora” de la primera. Las empleadoras miran a las trabajadoras en desventaja social, económica y cultural. Las patronas ponen las condiciones con base a sus propios criterios sin considerar los derechos labo-

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Entre Muros

rales de las empleadas del hogar indígenas, además de que en nuestro país no existen organismos o instituciones que regulen y garanticen su cumplimiento. Por lo tanto, las patronas fijan el sueldo, los horarios, las actividades, los descuentos, el tipo de alimentos y las raciones, los servicios y prestaciones laborales a los que pueden tener acceso, sus salidas, la frecuencia y fechas de visitas a su pueblo, entre otros.

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Finalmente, en las cuatro historias está latente la práctica de saberes y vida comunitaria, con mayor o menor grado de conciencia pero ellas dan testimonio de lo importante que es reproducir lo que han aprendido de sus padres aún en la Ciudad y así, en el caso de las mujeres que son madres lo trasmiten a sus hijos porque están convencidas que todos esos conocimientos les servirán para enfrentar la vida. Es parte de su formación, de su ser, gracias a esto, pudimos comprender que el trabajo infantil visto desde los pueblos indígenas, es parte funda-mental de la formación para la vida, ya que este trabajo implica la participación desde muy temprana edad en la vida comunitaria, esta experiencia les trasmite los valores, principios y habilidades como la ayuda mutua, la reciprocidad, la complemen-tariedad,


Conclusiones

necesarios para su participación en la vida colectiva. Cabe aclarar que la responsabilidad y participación que las y los niños van asumiendo es gradual según su edad. Muestra de ello es que las mujeres que aquí narran su historia, al llegar a su edad adulta, mantienen los encuentros familiares y comunitarios aún fuera de su comunidad de origen mediante reuniones, fiestas y asambleas. Así mismo conservan la relación con su comunidad de origen, llevando a los hijos y generándoles esa experiencia de aprendizaje y contacto con la vida comunitaria, con la Madre Tierra, la convivencia y el trabajo comunitario, tejiendo así los lazos que conforman y fortalecen la identidad.

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ANEXOS



Tecacahuaco, Atlapexco, Hidalgo

Su nombre proviene de la lengua nahuatl Tetl “piedra” cacahuatic “hueco” que significa "lugar de piedra hueca". Era una enorme cueva temida por los pobladores porque cuentan que el que entraba en ella nunca más lograba salir y decían que allí vivía el diablo. Su población está constituida por 658 mujeres y 723 1 hombres . La lengua materna de sus habitantes es el náhuatl. Los niños y los jóvenes son bilingües, generalmente emplean el náhuatl para comunicarse entre ellos y el español para relacionarse con los demás. Entre los adultos son pocos los que hablan el castellano, la mayoría de ellos lo entiende, sin embargo les es difícil expresarse en este idioma. Los ancianos únicamente hablan el náhuatl. 1

Censo de población y vivienda año 2000


Entre Muros

El territorio de Tecacahuaco se extiende a lo largo de un camino de terracería que inicia a un costado de la carretera Atlapexco-Benito Juárez, que se construyó en el período 2001-2002 de acuerdo con los habitantes del lugar implicó el cubrimiento de la oquedad del cerro que dio nombre a la comunidad.

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Está ubicada a once kilómetros de la cabecera municipal siendo la única que se encuentra al SurEste. La comunidad se encuentra situada en una parte plana rodeada de cerros colindando al Este con la comunidad de Cuatzongo y Ernandesla pertenecientes al Municipio de Huautla, al Oeste con el Municipio de Yahualica, al Norte con Pahactla y al Sur con Tetla y Atlalco, pertenecientes al Municipio de Yahualica. La comunidad está dividida en diez barrios: Atlali, Tecuapa, Calvario, Zacatempa, Tlamaya, Tlamaya Nuevo, Hueynali, Chicontepec, Hueyapa y Acuitlapio. En el centro de la comunidad esta edificada la iglesia católica. En el costado izquierdo del templo hay una cancha de basquetbol al lado esta una galera donde se llevan a cabo reuniones comunitarias y el comercio (tianguis). Detrás de la cancha hay un auditorio donde se realizan reuniones y se practica deportes. Frente a la galera se encuentra ubicada una pequeña clínica de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, este centro de salud empezó a prestar sus servicios a la comunidad desde el año 1993 donde acuden todas las familias de escasos recursos económicos.


Anexos

Actualmente hay un doctor encargado, dos enfermeras de planta y dos pasantes. Cuando un paciente se encuentra grave y se requiere el servicio de segundo nivel se lo traslada a la cabecera municipal de Atlapexco. La religión que profesan en esta localidad es la católica y primera Iglesia Bautista Libre el Mesías. Los servicios educativos con los que cuenta la comunidad son Preescolar, Primaria y Secundaria. Actividades económicas Las familias cuentan con el programa de certificación de derechos Ejidales y titulaciones Ejidales (PROCEDE).Como consecuencia de la aplicación del programa a cada campesino le asignaron de tres a cinco hectáreas. En Tecacahuaco se practica la agricultura y los productos de esta actividad son destinados principalmente al autoconsumo. La agricultura en esta comunidad se ajusta a dos ciclos agrícolas: Xopalmili y Tonalmili, en Xopalmili algunas personas comienzan a sembrar desde el mes de mayo, si es que llueve; otros lo hacen hasta el 24 de junio (día de San Juan). Para los meses de septiembre o agosto ya hay elotes. Los que siembran en Tonalmili, además de la época de lluvias, acostumbran a realizar esta actividad en diciembre. La técnica agrícola continua siendo la llamada “tumba, roza y quema”. De acuerdo con la gente, se procura dejar descansar el terreno recién utilizados entre 3 y 4 años. El maíz, el frijol y el chile son los principales productos del trabajo agrícola.

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Entre Muros

Hoy en día casi todos los pobladores poseen cuando menos una cabeza de ganado aunque la mayoría tiene de 3 a 5. La entrada de potreros ha modificado drásticamente el paisaje: anteriormente había canales en los sitios donde ahora pastan las reses. En la mayoría de los hogares de Tecacahuaco se crían pollos, guajolotes y cerdos. Anteriormente se podían obtener peces, langostinos y acamallas del río Nexocopilteno; los niños disfrutaban ir a pescar, pero hoy en día éste se encuentra prácticamente seco. Trapiche 178

En el pueblo se producía piloncillo en grandes cantidades: “era el lugar del piloncillo”, afirma la gente. Actualmente solo quedan algunas moliendas, hecho que contrasta con las más de 200 que había antes, los pobladores del lugar comentan que anteriormente la tierra daba más. En la actualidad para organizar sus actividades de producción se sigue utilizando el trapiche de madera para moler la caña, obtener el jugo, y elaborar el pilón. Estos productos se comercializa en las plazas de la región: Huautla, Atlapexco Huejutla, Yahualica. En la comunidad el señor Francisco Cortez García de 53 años de edad es el único que elabora los trapiches desde hace veinte años, están hechos del palo de mora los hace de dos tamaños uno de un metro y otro de un metro veinte, y se tarda quince días.


Anexos

Para elaborar el piloncillo se mete la caña al trapiche, dos o tres, dependiendo del tamaño. En una paila cae el jugo de la caña, luego el jugo de caña se hecha a la puntera para hervirla, para ello hay una persona que vigila el proceso hasta que se haga la miel. Posteriormente la miel se vacía en los moldes, al enfriarse se saca de los moldes. En seguida se envuelve el pilón con hojas secas de caña. Al final se lleva el pilón a la casa del dueño. Algunas personas que visitan las moliendas enmielan plátanos, chayotes, calabazas, ochonite, entre otras frutas. Fiesta de la Asunción La fiesta Patronal de Tecacahuaco se celebra del catorce al diecisiete de Agosto en honor a la señora de la Asunción. Los vecinos dicen que La Virgen falleció un quince de Agosto y que ascendió al cielo con todo y cuerpo, por eso cada año conmemoran la Asunción. Anteriormente la organización y el financiamiento de la fiesta Patronal recaían únicamente en el Mayordomo. De acuerdo con los habitantes, era muy difícil cumplir con este cargo debido a que la celebración conlleva muchos gastos. El nuevo delegado que toma posesión de su cargo el primero de Enero a partir del mes de Marzo comienza a planear la fiesta junto con sus ayudantes. La venta de ganado común es para sufragar parte de los gastos de la festividad.

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Entre Muros

Los días que dura la fiesta Patronal, el delegado ofrece comida en la mañana, tarde y noche a los ueuetlakamej, los danzantes y los músicos. El termino ueuejtlacamej, se emplea para referirse a las personas que desempeñaron el cargo de juez en años anteriores.

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Generalmente la comida consiste en arroz, mole, frijoles y tortillas. La bebida que se ofrece es café, aguardiente, refresco y cerveza. Se requieren aproximadamente cinco puercos tres de los cuales los pone el delegado y dos la comunidad. La mujer del delegado, auxiliada por las esposas de los integrantes de la delegación, se encarga de preparar y servir la comida. También participan algunos topiles. Los juegos pirotécnicos son indispensables para el lucimiento de la fiesta. Se queman castillos y toritos. Como parte de los atractivos de la fiesta patronal organizan un torneo de basquetbol que se lleva a cabo el 15 de agosto. La competencia deportiva constituye una estrategia para difundir la festividad. El comité de capilla desempeña un papel importante en la organización de la fiesta patronal. El delegado organiza a los topiles y mujeres para limpiar, pintar y adornar la iglesia. Descripción de la “Fiesta de la Asunción” A partir de las cinco de la mañana del día catorce de agosto el delegado y su mujer se dirigen a la iglesia con el propósito de cambiar la ropa de la virgen y


Anexos

engalanarla con aretes, collares y flores. Los acompañan las bandas de viento, la danza de Xochitines y el Toro Encalado. Las agrupaciones de danza y bandas se presentan ante la señora de la Asunción. Las bandas entran al templo y el toro permanece en el Atrio. Las agrupaciones de banda de viento tocan las mañanitas para saludar a la imagen. La danza de las flores (Chicomexochitl) ejecuta algunas coreografías, el toro por su parte permanece posicionado en el centro del atrio mientras los músicos interpretan algunos sones. Posteriormente todos abandonan el lugar, más tarde las agrupaciones asisten a la casa del delegado donde se les ofrece un desayuno. Estas personas acuden al lugar mañana, tarde y noche; durante los cuatro días que dura la fiesta, el juez tiene la obligación de ofrecerles comida. Habiendo desayunado el primer día, la danza xochitines y el toro encalado comienzan las visitas a las casas de los ueuetlacamej. Las danzas ejecutadas durante la fiesta de la Asunción son: Xochitines, Toro Encalado, música del palo volador, inditas, Malintzin, Chicomexochitl y las bandas de viento. Danza de Xochitines Participan alrededor de 20 niños y adolescentes (varones) que integran la danza, también llamada la danza de las flores. Los danzantes llevan terciados

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Entre Muros

unos lienzos de franela roja bordados con motivos florales. Cada uno sostiene sobre su cabeza una corona terminada en cuatro picos. La corona se ornamenta con pequeños abanicos de crepé de diversos colores, a los que la gente denomina “Flores”. Pliegos rectangulares de papel lustre que llevan adheridos en el centro unos rectángulos más pequeños de papel metálico se fijan a los lados de la corona, de cuya parte posterior cuelga un paliacate, mientras que en la parte frontal va adosado un espejo.

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Los xochitines portan en la mano izquierda una pequeña vara llamada maxóchitl, a lo largo de lo cual se disponen abanicos idénticos a los que adornan las coronas. Del extremo superior cuelgan cascabeles y coloridas cintas de papel. Con la mano derecha los danzantes sujetan unas maracas que hacen sonar mientras bailan. El conjunto instrumental a cargo de la música de xochitines está integrado por violín y jarana. Danza de la Malintzi Es originaria de esta comunidad que significa Malintzi o Mali nombre que hoy en día se sigue utilizando en las mujeres que nunca se casaron o mujeres vírgenes. Esta danza se baila en la fiesta patronal. En la capilla se adorna con un arco de sempoalxochitl y la flor de Sotol que elaboran ellos mismos, los


Anexos

danzantes se recibe con flores, ceras y copaleros en el altar para adornar a su santo patrono. Esta danza se baila únicamente por mujeres vestidas con trajes típicos de la comunidad: nauas y camisa bordada, peinados de trenza, listón, collares y sonaja con un paliacate amarrado en la cabeza, actualmente optaron por llevar un penacho con plumas de vistosos colores, así como en las sonajas y canastos. En el baile van dos filas de mujeres en medio va la malintzi con un hombre que lleva un machete, morral y su botella de aguardiente, quien le va pegando para que baile y les enseñe a bailar los demás. En la entrada van bailando y al llegar al frente del altar la pareja que va en medio pasa a saludar a los caseros y después siguen bailando con los sones de la entrada, el songoro, el xochipitzahuatl y a la salida se despiden con mucho respeto.

Danza Chicomexochitl Su significado es de siete flores Dios de la lluvia y del maíz. Es una danza religiosa que se practica en esta comunidad desde el año de 1900 con la participación de la mayoría de los vecinos para pedir la lluvia y que llegue a buen término la cosecha.

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Entre Muros

Según nuestra creencia el chicomexochitl es el Dios del maíz que nuestros abuelos fueron a traer hasta el cerro de Postektli, (que se encuentra ubicada en Postektitla, Veracruz) dos pares de maíz que se veneran como un dios. En tiempos que no llueve le piden a San José, a la Virgen María y a San Isidro para que llueva y así se de el maíz, frijol, chayote, chiles, camotes. Y cuando ya se da la cosecha se le ofrendan veladoras, velas, comidas, tamales, zacahuil, refrescos, atole y cervezas, de esta forma se le agradece a dios. Danza del Palo Volador 184

Hace años dejo de llevarse acabo en Tecacahuaco la danza del palo volador que en nahuatl significa Coapantlacuauitl. Los pobladores cuentan que era la mayor costumbre, con eso la gente sentía que era la fiesta; sin el palo volador ya no es igual la fiesta: También afirman que la costumbre de voladores nació en esta comunidad y que en Papantla rescataron esta tradición. El palo volador tiene raíces mesoamericanas y a la llegada de los españoles, en el siglo 16, se encontraba muy difundido en Mesoamérica. La música del palo volador se tocaba con flauta de carrizo de tres orificios y un tambor confeccionado con piel de mapache, una misma persona ejecutaba simultáneamente ambos instrumentos. Los habi-


Anexos

tantes cuentan que la danza del palo volador dejo de realizarse debido a que el músico murió, actualmente existe un joven que sabe tocar los sones del palo volador. De igual forma solo se conserva el palo volador como reliquia que mide diecisiete metros con siete centímetros. Toro Encalado En Tecacahuaco se dice que el torotinic, es una danza muy antigua. Marcos Peralta músico y capitán del toro asegura: que el abuelo del abuelo ya tocaba la flauta. Otras personas sitúan su origen en la propia comunidad; lugar donde nació por la religión para adorar a la Virgencita. El original es de esta comunidad de Tecacahuaco y de aquí lo llevaron a otros lugares. La dotación instrumental empleada para tocar la música que acompaña al juego del toro encalado consta de dos o tres flautas y un tambor cuadrado. Bandas de Viento En toda la Huasteca Hidalguense hay una importante presencia de bandas de viento al igual que en la comunidad de Tecacahuaco. Esta cuenta con las bandas Nuevo Milenio, Armonía Huasteca y la Banda Asunción. Las bandas están integradas por doce a trece elementos. Entre los instrumentos que tienen en cada banda de viento encontramos: un bajo, un bombardino, dos saxos, un baritano, tres trombones, tres trompetas, platillos, una tarola y

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Entre Muros

una tambora. El repertorio de estas bandas es variado: corridos, rancheras, cumbias, alabanzas, guapangos, danzones y sones vinculadas a algunas danzas como las de matlachines y chicomexochitl. Dichas interpretaciones se realizan de acuerdo a los festejos. Fuente: http: // atlapexco.hidalgo,gob.mx

REPĂšBLICA MEXICANA

Atlapexco Tecacahuaco

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ESTADO DE HIDALGO


San Francisco Cotahuixtla, Oaxaca

El pueblo de San Francisco Cotahuixtla se encuentra ubicado en la falda de un cerro. Limita al oriente con Atatlahuca, al norte con Dominguillo, al poniente con Tonaltepec, al sur con Nacaltepec. Es agencia municipal del Municipio de Santiago Nacaltepec en el Estado de Oaxaca. San Francisco Cotahuixtla, significa en nahuatl: “Lugar de donde vienen las culebras” etimológicamente: Coatl-Culebra, Huitz-venir, Tlan-lugar. También puede significar “Bosque de huizache” cuauhtla bosque, huitztli espina, ixachi mucho, tlan lugar de. Su nombre en Cuicateco es Dacachiñu que significa encontré temazcal. Daca haber, existir, encontrar. Chiñu temazcal. La época de la fundación de este pueblo se ignora, se cree que Cotahuixtla fue fundado en el año de 1700, ya que sus títulos fueron extendidos por el gobierno colonial en el año de 1718.


Entre Muros

Las fiestas patronales se celebran en dos fechas, la primera el cuatro de Octubre en honor al Santo Patrón San Francisco de Asís, y el siete de Octubre en honor a la Santísima Virgen del Rosario. La vestimenta que utilizaban era calzón de manta y camisa de manta, las mujeres con nahuas; la lengua que hablaban se dice que era el cuicateco que proviene de la familia mixteca, el cual desapareció conforme se fue enseñando el idioma español. Los antepasados bailaban una danza que era de zapateado; y las viviendas dicen que eran unos jacales con techos de palma y sotol, el cerco era de carrizo. Por la antigüedad de la formación de la comunidad no se tienen más datos sobre la creación y transformación de la misma. 188

En la actualidad tiene 329 habitantes, y cuenta con la Agencia Municipal, con servicio de energía eléctrica, agua potable, una casa de salud, una tienda comunitaria, un centro de acopio y con planteles educativos: jardín de niños, primaria y telesecundaria. Fuente : H. Ayuntamiento de San Francisco Cotahuixtla. Enciclopedia de los Municipios de México –OAXACA-. © 2009. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, Gobierno del Estado de Oaxaca REPÚBLICA MEXICANA

ESTADO DE OAXACA

San Francisco Cotahuixtla


Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca

Tlahuitoltepec, cabecera de municipio, es una localidad que ocupa la parte alta del territorio Mixe y se localiza al noreste de la Ciudad de Oaxaca, aproximadamente a 123 Km. de distancia en carretera pavimentada. La superficie territorial de esta jurisdicción es aproximadamente 75.25 kilómetros cuadrados. Tlahuitoltepec colinda al Norte con Santa María Yacochi, al sur con Tamazulápan del Espíritu Santo y San Pedro y San Pablo Ayutla, al Este con Santiago Atitlán y Tamazulápan del Espíritu Santo y al Oeste con Mixistlán de la Reforma. Santa María Tlahuitoltepec está construida sobre una superficie montañosa, a una altura de dos mil cuatrocientos metros. En la escasa superficie en terreno plano se encuentran las principales construcciones municipales.


Entre Muros

Además de la cabecera componen el municipio otros catorce asentamientos: la agencia municipal de Yacochi y trece ranchos, Tejas, Frijol, Santa Ana, Santa Cruz, Guadalupe, Mosca, Metate, Esquipulas, Juquila, Carbón, Salinas, Flores y Nejapa. En la comunidad encontramos varios manantiales en los ranchos de Santa Ana y Guadalupe Victoria. La unión de estos dos manantiales forma el río Tigre. El arroyo Palomar y Gavilán, desembocan también en el río Tigre formando un solo río conocido como “Tres ríos”. Este río forma parte de los afluentes del río Papaloapan. El nacimiento de agua que forma el Arroyo Cangrejo y que se encuentra al este de la comunidad desemboca en el Istmo de Tehuantepec. 190

La vegetación natural está conformada por encinos, pino, ocotes, palo de águila, madroño y arbustos, algunos de ellos son una buena fuente de madera. La mayoría se ocupa para el uso doméstico como leña y para la construcción de viviendas. Dentro de la fauna silvestre podemos encontrar conejos, ardillas, zorros, tusas, venados y reptiles propios del medio. El Municipio cuenta con una población aproximada de 8,500 habitantes. El treinta y uno por ciento se concentra en el centro mientras que el veinte por ciento lo hace en la agencia municipal Santa María Yacochi. El resto queda repartido en las trece rancherías que conforman la comunidad. La construcción de viviendas ha cambiado considerablemente, las paredes que se construían


Anexos

con palos, lodo y adobe se han sustituido por concreto, el techado que antes era básicamente de zacate, hojas de ocote, hojas de maguey o de teja han pasado a construirse con láminas de aluminio o asbesto y últimamente losa de concreto. La distribución de la casa también ha variado sustancialmente. Todavía se recuerda que la mayoría de viviendas era de un sólo compartimiento o en todo caso de dos. Uno que servía como lugar de preparación de los alimentos y el otro de dormitorio para toda la familia. Las actividades económicas fundamentales son la agricultura, ganadería y el comercio. El sector servicio especialmente el magisterial juega un rol fundamental en la economía local. Otro rol importante lo tiene el dinero que reciben las familias de la migración de sus familiares así como las aportaciones del gobierno federal al municipio y a las escuelas. La topografía de la Sierra caracterizada por laderas pronunciadas conlleva numerosos problemas para la conservación del suelo y el almacenamiento del agua. En los últimos años se ha intentado solucionar estos problemas mediante la implementación del sistema MIAF -milpa intercalada entre arboles frutales-. Esto permite un manejo sustentable de este tipo de ecosistemas. Paralelamente a este proceso se está comenzando a trabajar el cultivo de hortalizas bajo invernadero, se cuenta con un número aproximado de ochenta invernaderos.

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El sistema de gobierno del Pueblo Mixe se basa en el régimen de usos y costumbres reconocido por la legislación Oaxaqueña que permite la aplicación de normas propias en ciertos ámbitos de competencia. El Estado Mexicano reconoce, aunque aún de forma insuficiente, nuestra jurisdicción en la resolución de conflictos internos, nuestras formas tradicionales de elección de autoridades y nuestro sistema de cargos para acceder a los servicios comunitarios.

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La Asamblea Comunal, es la reunión de todos los ciudadanos de nuestro Municipio y en ella se toman las principales decisiones de la vida política, social y cultural del pueblo. En la Asamblea se tratan asuntos graves, se eligen a las autoridades y se discuten los cambios que requieren nuestras instituciones y normas internas. Dentro de la organización política de nuestra comunidad existen dos tipos de autoridades, las Autoridades Municipales y las Agrarias. La autoridad municipal es responsable de la política administrativa del Estado y de la Federación. Esta se ejerce a través del Ayuntamiento Constitucional encabezado por el Presidente Municipal y sus regidores. El síndico municipal se encarga de procurar y administrar justicia interna. Dentro de nuestra comunidad el alcalde único constitucional (mëj.täjk) propietario y suplente, cumplen el ultimo cargo del sistema antes de llegar al Consejo de principales y cumplen funciones culturales y religiosas. Aunque para la legislación mexicana los Comisariados de Bienes Comunales no son autoridades,


Anexos

sino representantes del núcleo agrario, desde nuestra perspectiva interna como pueblo indígena si las consideramos autoridades. Estas autoridades agrarias son responsables de los asuntos internos relacionados con la posesión de la tierra de la comunidad. Santa María Tlahuitoltepec forma parte de la comunidad agraria mancomunada por los pueblos Mixe de Ayutla, Tamazulapan, Tepantlali, Tepuxtepex y Tlahuitoltepec. Sin embargo todo lo que tiene que ver con el régimen interno es tratado por sus propias autoridades. En nuestra sociedad todos los ciudadanos que alcanzan la mayoría de edad y cumplen ciertos requisitos prestan servicio asumiendo los diferentes cargos de nuestro sistema de autoridades. El sistema de cargos se encuentra bien normado, de manera que, los jóvenes ocupan los cargos más bajos y conforme van cumpliendo de manera honesta y eficiente con ellos la Asamblea los elije para los de mayor responsabilidad. Origen de Tlahuitoltepec En pää'ny kyats o'kp (Al fondo del gran peñasco) quedan como testigos mudos algunos piedras amontonadas sobre una roca que atestigua los primeros asentamientos humanos de la comunidad de xaamkëjxpët (Tlahuitoltepec) “en ese lugar celebran ceremonias dando gracias a sus dioses”. Las piedras que se mencionan servían como protección contra la agresión de los animales feroces

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como serpientes, águilas y tigres, al no haber seguridad para establecerse nuevamente se trasladan en “Ayam” aya'ap-äm que significa al final del llano, se desconoce que tiempo permanecieron en ese lugar o cuál fue la causa de su emigración. Según la historia oral abandonaron el lugar por no divisar plenamente a la montaña sagrada por eso buscaron un lugar más elevado y con menos peligro, el lugar de asentamiento en esta ocasión es un lugar llamado kumxëna'am la loma tupida de vegetación o konk ana´mpë, la tribuna del consejo de konk.

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Las inclemencias del tiempo, los ventarrones y los rayos fueron factores que los obligaron a buscar otro espacio con mejores condiciones. Dicen los abuelos que provocaban sonidos utilizando un material parecido a una campana o buscando el sonido de un tambor con sus pisadas por donde iban pasando, por más que buscaban no encontraban la transmisión nítida del sonido, “entonces los dioses en boca de los sabios dijeron: en donde encuentren un pavo real bañándose en un lago ahí deben establecerse definitivamente. Fueron muchos días, meses y años de búsqueda infructuosa, hasta que una mañana cuando el padre sol xëëw hacia su aparición bajó un pavo real volando desde el Zempoaltépetl hasta detener su vuelo en un claro del bosque”. Este vuelo fue observado en varias ocasiones por los sabios y principales, quienes aconsejaron a su comunidad que siguieran el vuelo del ave de plumaje colorido porque el lugar donde detenía su


Anexos

vuelo era una señal de que ahí había agua y era bueno para la fundación de la comunidad. Un grupo de personas, guiados por un sabio siguieron la ruta del vuelo hasta llegar al lugar en donde observaron físicamente al ave, recibiendo un impacto de emoción y gratitud por los movimientos que mostraban y el impresionante plumaje del pavo real ya que con los primeros rayos del sol de la mañana se acentuaban la multitud de colores parecidos a un arco iris. Sin duda alguna, con el júbilo en sus rostros, provocado y contagiados por este acontecimiento, regresaron al paraje de origen para dar la buena nueva, los sabios aconsejaron que tenían que agradecer al dador de la vida por haberles dado la oportunidad de encontrar la tierra prometida. No se sabe ni se sabrá nunca el tiempo que duró la celebración. A partir de este hallazgo se funda xaamkëjxpët Tlahuitoltepec, que significa lugar o espacio de tranquilidad propicio para la reflexión y dialogo con la naturaleza. Como medio de comunicación y sabiduría, la comunidad de Santa María Tlahuitoltepec ha mantenido y sistematizado su medio y forma de expresión oral, la lengua ayuujk-Mixe. La lengua ayuujk forma parte de la familia ZoquePopoluca, estos grupos hermanos se ubican en el estado de Chiapas (Zoques) y Veracruz (Popolucas). El termino ayuujk define la lengua Mixe en su propio idioma. La palabra ayuujk se divide etimológicamente en “a” que significa boca y “yuujk”

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que significa montaña, arriba o algo florido. Ayuujk así visto sería la palabra florida, alta o elevada. A los Mixes se les conoce como ayuujk-jää'y, gente de palabra florida o elevada. La totalidad de los habitantes de Tlahuitoltepec hablan su lengua y es la utilizada en la casa, en la convivencia comunitaria y como idioma único en asambleas y reuniones de cabildo. Los jóvenes crecen hablando tanto su lengua materna como el español, sin embargo, podemos encontrar personas de edad avanzada que únicamente hable y entienda la lengua ayuujk.

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Es la familia quien conserva el lenguaje propio de los ayuujk-jää'y,la madre juega un papel importante al hablarle al hijo desde los primeros meses de nacido en ayuujk, hay arrullos en ayuujk como también regaños, las orientaciones se dan en ayuujk, podríamos decir que toda la formación y orientación personal se da en ayuujk que tiene una profunda sabiduría. Es difícil encontrar en español la traducción para muchas expresiones que utilizamos para expresar nuestros sentimientos filosóficos más profundos, así como nuestros rezos. Hay palabras que se las considera bifásicas o sea que definen conceptos complementarios y sublimes como por ejemplo Wejën-jajën que significa despertar y desarrollar pero en si representa la educación, tuu'nën-pëjkën trabajo y adopción o näjxën-tëjkën ir y venir transitar por la vida. Para nosotros ayuujk-jää'y la cultura la entendemos como una forma de vida y de manifestación indi-


Anexos

vidual, grupal y comunitaria, se haya íntimamente vinculada con la lengua ayuujk, la lengua es la teoría y la cultura es la práctica, la danza, las tradiciones orales, la música, etc., son dialogadas y entendidas según la conversación interpersonal y a través de la lengua ayuujk. Para nosotros la lengua ayuujk crea y recrea, nos hace creativos, humanos, sensibles y sobretodo entendemos nuestro mundo. La energía de la madre tierra, la fuerza de la naturaleza y el ritmo de la cosmogonía son elementos que potencian el espíritu de trabajo del ser humano para la creación y desarrollo de la cultura. Fuente: http:// www.bicap.edu.mx

197 REPÚBLICA MEXICANA

Santa María Tlahuitoltepec

ESTADO DE OAXACA



Santa María La Asunción, Huautla de Jiménez, Oaxaca

Colinda al norte con Huautla de Jiménez; a noreste con San Agustín de Zaragoza; al este con San Miguel Huatepec; al sureste con Santa Catarina Buena Vista; al sur con Loma Grande; al suroeste con Xochitonalc y al oeste con Agua de Lluvia Huautla. Se encuentra ubicada en la región de la sierra mazateca alta, región montañosa donde podemos encontrar el “Cerro de la Adoración”, en donde según cuentan existe un Dios Mazateco que da protección económica al que lo visita. Santa María cuenta con depósitos y corrientes de agua subterráneas y manantiales, en épocas de lluvias se forman arroyos que desaguan hasta el Río “Bellota”, también se cuentan con los arroyos “Puerto Suelo”, “Agua Escalera”, Agua Malangar” y “Agua Mareo”.


Entre Muros

Se caracteriza como tierra montañosa y rocosa con muy poca vegetación donde se hallan arboles de encinos, guajenicuiles y fresnos; en cultivo podemos encontrar el maíz, frijol y caña, en arboles frutales: mango, naranja, chicozapote, mamey y cafetos. En lo que respecta a la fauna existe también muy poca, se pueden encontrar animales como: conejo, temazate, tepezcuintle, armadillo, ardilla y víboras. De acuerdo a los resultados que presento el II Conteo de Población y Vivienda en el 2005, en el municipio habitan un total de 2,831 personas que hablan alguna lengua indígena y cuenta con un total de 3,223 habitantes. 200

En cuanto a la infraestructura educativa con que cuenta este municipio es una escuela de educación preescolar y una primaria de educación bilingüe. En esta Cabecera Municipal tenemos una unidad de salud dependiente de la S.S.A que carece de los medicamentos necesarios para la atención de los habitantes. La comunidad se abastece de productos necesarios en la localidad de Huautla de Jiménez, recorriendo una distancia aproximada de dieciséis Kilómetros. De acuerdo a los resultados que presentó el II Conteo de Población y Vivienda en el 2005, en el municipio cuentan con un total de 748 viviendas de las cuales 734 son particulares Las viviendas existentes en esta localidad la mayor parte son


Anexos

construidas de adobe, madera y laminas de zinc, en muy poca escala se construyen de material como: cemento o tabique. La principal actividad económica es la producción del café y caña, otros en baja escala como es el maíz y frijol. En el municipio se cuenta con un templo católico. A una distancia de dos Kilómetros se localizan tumbas y cavernas arqueológicas cuando se ingresa a las cámaras subterráneas estas desembocan al río, estas últimas no han sido exploradas. Fiestas En esta localidad se celebran varias fiestas tradicionales como es la del veinte y cuatro de marzo en honor a la Anunciación del Señor, el quince de agosto se celebra en honor a la Virgen de la Asunción y del veintiséis de octubre al dos de noviembre se celebran las tradiciones de todos los Santos y los Fieles Difuntos. Traje Típico La mayoría de los pobladores utilizan como vestimenta el calzón y camisa de manta en los hombres y las mujeres los huipiles largos. Se cuenta con una banda de música, la cual entona la música típica “El Son Mazateco”, “La flor de Naranja”, “Flor de calabaza” y “Flor de Liz”

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Entre Muros

En este municipio su especialización es el bordado de camisas y huipiles típicos de la región mazateca, así también elaboran los calzones de manta. Los platillos tradicionales son: guisado de conejo, armadillo, temazates, quintoniles, hongos y champiñones, en bebida se elabora el atole agrio y aguardiente de caña.

Fuente : H. Ayuntamiento de Santa María La Asunción. Enciclopedia de los Municipios de México –OAXACA-. © 2009. Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, Gobierno del Estado de Oaxaca

REPÚBLICA MEXICANA

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ESTADO DE OAXACA

Santa María La Asunción



Impreso por Nuevo Milenio Av. San Siprian s/n Local MC117 Col. Merced Balbuena C.P. 15810 El tiraje fue de 1000 ejemplares




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