domingo 15 reflexion evangelica

Page 1

Las parábolas tomadas de la naturaleza hacen que el Reino de Dios apele a todos los sentidos. Huelo una rosa y huelo el Reino de Dios. Dios Gusto del pan y gusto del Reino de Dios. Camino por un colorido campo en flor y palpo el Reino en el que todo puede crecer y desarrollarse, desarrollarse el Reino en el que hay suficiente para todos. José Arregi

Mateo 13,113,1-23 // 15 Tiempo Ordinario A. Comentarios y presentación: Asun Gutiérrez. Música: Aire de la mañana.


1Aquel

día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. 2Se reunió en torno a él mucha gente, tanta que subió a una barca y se sentó, mientras la gente estaba de pie en la orilla. orilla 3Y les expuso muchas cosas por medio de parábolas. parábolas

J sús sale Jesús s l all encuentro ncu nt de d las l s personas. p s n s Las L s espera, sp se s deja d j encontrar. nc nt Se dirige a todos, desde el lago, en el ambiente habitual de quienes le escuchan. No necesita un púlpito especial. Utiliza parábolas parábolas, comparaciones tomadas de la vida cotidiana, cotidiana como forma corriente de enseñanza para la gente sencilla, para hacer comprensible su mensaje acerca del Reino de Dios, cómo es, cómo llega, qué produce. Son un mensaje de ánimo ánimo, fe y esperanza. esperanza Jesús, con las parábolas, convierte en buena noticia los acontecimientos de cada día.


Decía: -Salió el sembrador a sembrar.

El Reino q que Jesús anunciaba sigue g siendo actual. No pertenece al pasado. Es contemporáneo de todas las épocas. El sembrador es Jesús y nos invita a confiar en Él y en su Palabra. Jesús nos anima a ser sembradores esperanzados y nos recomienda recibir y ofrecer cada día semillas del Reino: palabras, miradas, encuentros, silencios, armonía, fraternidad, amabilidad, bondad, ayudas, comentarios constructivos, ejemplo de personas buenas, Buena Noticia...


4Al

sembrar, parte de la semilla cayó al borde del camino, pero vinieron las aves y se la comieron. 5Parte cayó y en terreno p pedregoso, g , donde no había mucha tierra; brotó en seguida porque la tierra era poco profunda, 6pero cuando salió el sol se agostó y se secó porque no tenía raíz. 7Parte cayó entre cardos, pero éstos crecieron y la ahogaron.

Lo fundamental son las distintas actitudes con que se acoge el Evangelio. Es importante examinar qué pájaros, qué dificultades, qué zarzas: -¿la rutina, la falta de interés, la mentira, la superficialidad, el egoísmo, la prepotencia..?prepotencia..?-, ahogan e impiden el crecimiento de la Palabra de Dios en mi vida. ¿Siento que Jesús siembra en mí su Palabra? ¿Siembro la Palabra? ¿La ahogo? ¿La cultivo? ¿La hago vida?


8Finalmente

otra parte cayó en tierra buena y dio fruto: un grano di dio cien, i otro t sesenta, t otro t ttreinta. i t 9El que tenga oídos para oír, que oiga.

La buena tierra son las buenas personas, que abundan en el mundo y que trabajan para lograr una vida más feliz, más justa, más solidaria para todos. Son las personas que reciben el Reino y lo hacen germinar, en forma de alegría, paz, fraternidad, compasión... Las que hacen presente el Reino en medio de la vida cotidiana.


10Los

discípulos se acercaron y le preguntaron: -¿Por qué les hablas por medio de parábolas? 11Jesús les respondió: p -A vosotros Dios os ha dado a conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no. 12Porque al que tiene se le dará, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, aun aquello que tiene se le quitará. 13Por eso les hablo por medio de parábolas, porque aunque miran no ven, y aunque oyen no escuchan ni entienden.

Jesús describe a su auditorio en un contexto de oposición. p Ante sus palabras se dan dos actitudes incompatibles, la acogida o el rechazo. Ante el Reino no caben decisiones intermedias. La Palabra nos interpela personalmente, si la dejamos resonar. Nos ilumina, nos ayuda a discernir, nos estimula, nos compromete. Nos enseña a VER y a ESCUCHAR. Es decisión libre y personal acoger o rechazar la Persona y la Palabra de Jesús.


14De

esta manera se cumple en ellos lo anunciado por Isaías: Oiréis, p pero no entenderéis; miraréis, pero no veréis, 15porque se ha embotado, el corazón de este pueblo se han vuelto torpes sus oídos, y se han cerrado sus ojos; de modo que sus ojos no ven, sus oídos íd no oyen, su corazón no entiende, y no se convierten a mí para que yo llos sane. sane.

Jesús habla para que todos le entiendan. En las personas, y en las comunidades, que voluntariamente cierran los ojos, los oídos y el corazón a su palabra, se cumple la profecía que anunciaba Isaías.


16Dichosos

vosotros por lo que ven vuestros ojos j yp por lo q que oyen y vuestros oídos; 17porque os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo q que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

Jesús llama dichosos a quienes abren sus ojos y sus oídos para escuchar su mensaje y ven en sus signos la llegada del reino. Jesús en todas las cosas y en todas las situaciones ve y escucha al Padre. J Es cuestión de tener los oídos bien atentos y los ojos y el corazón limpios y despiertos. ¿Mis p palabras, mi forma de actuar, hace que q las personas p oigan g y vean el mensaje Jesús?


18Así

pues, escuchad vosotros lo que significa la parábola del sembrador.

La explicación expl cac ón de la parábola pertenece a una reflexión reflex ón posterior poster or de las comunidades cristianas. Es una exhortación a los cristianos de la comunidad de Mateo, y a todas las comunidades posteriores, para que la acogida primera del Evangelio g no sea ahogada g por p las dificultades que q vayan y surgiendo g en el camino. Todos estamos llamados a conocer, a entender y poner en práctica el mensaje liberador de Jesús.


19Hay

quien oye el mensaje del reino, pero no lo entiende; viene el maligno y le arrebata lo sembrado en su corazón. Éste es como la semilla que cayó al borde del camino. 20La semilla q que cayó y en terreno pedregoso p g es como el q que oye y el mensaje j y lo recibe en seguida con alegría, 21pero no tiene raíz en sí mismo, es inconstante y, al llegar la tribulación o la persecución a causa del mensaje, en seguida sucumbe. 22La semilla que cayó entre cardos es como el que oye el mensaje, pero las preocupaciones del mundo y la seducción del dinero asfixian el mensaje y queda sin fruto.

El egoísmo, la insolidaridad, el desinterés, la apatía..., son actitudes incompatibles con el Reino. Son los “demonios” que hacen el corazón duro, cerrado, egocéntrico... Para que seamos libres y felices, Jesús nos pone en guardia ante la posibilidad de que dejemos crecer en nuestro corazón otras cosas distintas de la semilla de la Palabra. Ataduras de las que nos cuesta liberarnos. El peor y más sutil rechazo del Reino es aceptarlo de palabra, pero negarlo con la forma de actuar. El Reino crece en la apertura y disponibilidad total.


23En

fin, la semilla que cayó en tierra buena es como el que oye el mensaje y lo entiende; éste da fruto, sea ciento, sesenta o treinta.

Nuestra misión es sembrar con constancia, generosidad e ilusión, comunicar la Palabra liberadora, t transmitir iti lla B Buena N Noticia ti i d de J Jesús ú con nuestra t vida. id El Sembrador se encargará de que la siembra sea eficaz y produzca fruto abundante.


Sois semillas del Reino plantadas en la historia. Sois buenas y tiernas, llenas de vida. Os tengo en mi mano, os acuno y quiero, y por eso os lanzo al mundo. No tengáis miedo a tormentas ni sequías a pisadas i d nii espinos. i Bebed de los pobres y empapaos de mi rocío. F Fecundaos, d s reventad, t d no os quedéis enterrados. Floreced y dad fruto. Dejaos mecer por el viento. viento Que todo viajero que ande por sendas y caminos, buscando o perdido, perdido al veros, sienta un vuelco y pueda amaros. amaros ¡Sois semillas de mi Reino! ¡Somos semillas de tu Reino! Ulibarri Fl.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.