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Obediencia que marcó la historia

En 1893, Rowland Bingham, Walter Gowans y Thomas Kent, tres jóvenes valientes desembarcaron en Lagos, Nigeria, para comenzar con la Misión al Interior de Sudán (SIM en sus siglas en inglés) con la audaz visión de evangelizar a las 60 millones de personas menos alcanzadas que vivían en lo que entonces era conocido como Sudán en el África subsahariana.

Aun cuando no lograron llamar la atención de las agencias misioneras existentes, y pese que la mayoría de éstas les dijeron que alcanzar Sudán era imposible, los tres partieron solos.

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Poco después de llegar a Nigeria, Walter y Thomas murieron de malaria. Rowland Bingham, regresó a casa muy enfermo. Negándose a darse por vencido, lo volvió a intentar por segunda vez, pero en esta oportunidad, la malaria lo obligó a regresar a casa para siempre.

Pero el Señor tenía otro papel importante para él. ¡Si él no iba a ser misionero, entonces Rowland sería movilizador!

Rowland movilizó un equipo de valientes cristianos que eventualmente alcanzaron su visión. Su pasión y convicción inspiraron a otros a terminar lo que él comenzó.

En 1902, un equipo de misioneros enviados por Rowland estableció con éxito una base en el África subsahariana a 800 kilómetros tierra adentro (hoy en día Nigeria). Rowland continuó sirviendo incansablemente en el frente interno, apoyando al equipo misionero a través de sus oraciones, cartas, la recaudación de fondos y al compartir sus historias. Lo que dio como resultado que, con el paso de los años, varias organizaciones misioneras que compartían una pasión similar se unieran al trabajo de SIM.

Un dibujo de 1900 muestra a un médico con Walter Gowans y su fiel amigo

Tom Coffee

La historia de SIM está llena de Toms

Aunque les atribuimos a Rowland Bingham, Walter Gowans y Thomas Kent el trabajo que desarrollaron en lo aquel entonces conocido como Sudán, detrás de la historia existen varios héroes anónimos que contribuyeron a la fundación de SIM.

Rowland y Thomas no hubieran dado ni un solo paso fuera de Lagos sin la ayuda de los locales. Y Walter no habría llegado tan lejos, como lo estuvo en Zaria, sin la ayuda de Tom Coffee.

Tom Coffee, un migrante Kru originario de Liberia, viajó con Walter y Thomas en 1894 hasta el Califato de Sokoto, lo que hoy es el norte de Nigeria, para ayudar a establecer SIM.

Aunque Tom no desempeñó el rol de evangelista, misionero o discipulador, sino más bien, su trabajo fue algo "más administrativo", Tom tuvo un papel esencial en la fundación de lo que se convirtió en una de las organizaciones misioneras más grandes de África a mediados del siglo XX.

Tom era reconocido como alguien intrépido, ya que en múltiples ocasiones estuvo dispuesto a arriesgar su propia vida. Tom le proveyó a Walter y Thomas el conocimiento local que no tenían del todo. Usó sus conocimientos en economía para ayudarlos a cambiar la forma en que ellos pensaban levantar su sustento a una forma más local. Además, viajaba al interior para recopilar información sobre Nigeria mientras trabajaba en Lagos.

Tom representa solo a una de los millones de personas y el vasto número de historias que quizás nunca se contarán, que trabajaron, y hasta el día de hoy dan forma al trabajo de los misioneros de SIM para establecer el reino de Dios en todo el mundo.

¡ A Dios sea el honor!

125 años no se cumplen sin el favor de Dios. Es por eso, que en este año histórico se ha creado un nuevo himno para recordar que todo lo se lo debemos a Él.

Escúchalo aquí: https://vimeo.com/264495992

¡A DIOS SEA EL HONOR!

Al Padre agradecemos

Al mirar atrás.

Pues del pecado y la muerte, Él con Su Hijo nos compró.

El mañana aguardaremos

Confiando solo en Dios.

Llegaremos a todo lugar

Proclamando al Salvador.

En amor, dejó a Su Padre

Al perdido fue a salvar.

Cambiando el paraíso

Por la angustia de la cruz.

En amor, nuestro hogar dejamos

Para seguir al Señor, Para en el mundo compartir

Las maravillas de la cruz.

A Dios sea el honor; ¡A Dios sea el honor, honor!

Orando Él venció la prueba

Cumplió el divino plan.

Sabiendo que, en Su muerte, Nueva vida conquistó.

Orando las barreras

De las naciones caerán, Veremos a Sus discípulos

Al Señor glorificar.

A Dios sea el honor; ¡A Dios sea el honor!

Por fe, en Sus promesas

La misión se cumplirá.

Cristo Su iglesia edificó, El infierno caerá.

Por fe, al final veremos

Al Cordero celestial.

Y a todos los santos con Él, Adorando solo a Dios.

A Dios sea el honor; ¡A Dios sea el honor!

A Dios sea el honor; ¡A Dios sea el honor, honor!

Detrás de las siglas

En 1893, nuestros tres jóvenes fundadores partieron rumbo al África para alcanzar a los millones de personas que vivían y morían sin Cristo en lo que en aquel entonces era conocido como Sudán, formándose la Misión al Interior de Sudán (de sus siglas en inglés: Sudan Interior Mission).

En la década de 1980, varias organizaciones misioneras de África y Asia se unieron al trabajo de SIM.

Un tercer grupo de organizaciones de Sudamérica se unió a SIM en 1998. Todas estas fusiones llenas de diversidad e historia, que siguen sucediendo hasta el hoy en día, nos llevó a cambiarnos de nombre a SIM, la Sociedad Internacional Misionera para Latinoamérica, mientras que en otras regiones se usa Sirviendo en Misión o solo las siglas.

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