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MVN 182 | ELA MINUS

TXT:: Thelma Ascencio

FOT:: Cortesía de la artista

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“Puedes vivir actuando pretendiendo hacer lo que crees correcto para encajar o puedes desafiarte dándote la oportunidad de conocerte de verdad”

GABRIELA JIMENO A.K.A., Ela Minus es una artista autosuficiente, pues desde 2015 ha grabado e interpretado su música utilizando su voz sobre sintetizadores análogos que ella misma construye. Su acercamiento musical comienza desde los 12 años con clases de batería y piano, permitiéndole tocar casi por una década en la banda de hardcore punk Ratón Pérez. Más tarde la joven colombiana se muda a Nueva York para realizar dos especialidades en batería jazz y diseño de sintetizadores en Berklee College of Music. La sintetista ha lanzado cuatro EPs de forma independiente, sin embargo a finales de julio del año en curso se estrenó el segundo sencillo “Megapunk” que es parte de su primer disco Acts of Rebellion con el que debutará a través del sello londinense Domino Records. A propósito de su primer disco platicamos con Ela para entender cómo ha sido esta transición.

¿Cómo has vivido estos tiempos de aislamiento? ¿La contingencia te ayudó a terminar este disco?

Durante la cuarentena estuve sola en Nueva York, pero en realidad disfruté estarlo, fue extraño, en los últimos años me era imposible pasar tiempo en casa porque siempre estoy de gira. El disco lo terminé desde Septiembre del 2019. Hice todo sola, escribir, grabar y producir. Tenía planeado sacarlo antes, mi idea era acabar y publicarlo como siempre he hecho con mi música. Pero cuando firmé con Domino Records y tuve un poco más de tiempo y presupuesto quise mezclarlo con Marta Salogni, una ingeniera londinense de la cual me considero fan.

Después de publicar sólo EPs ¿Cómo ha sido esa transición al sacar tu primer disco con un label como Domino Records?

Desde que empecé con mi proyecto varias disqueras se interesaron creando cierta expectativa de mi debut con un disco. Tuve que dejar de girar para anunciar mi deseo por producir un disco como tal, ahí me contactaron diferentes sellos. Conocí a los de Domino y les gustó mucho el disco; fueron los únicos que no quisieron cambiar nada, les encantaba como estaba, me dijeron ya así, este es el disco que queremos. Yo respeto y admiro mucho su trabajo, así que fue un proceso natural y orgánico. Al escuchar Acts of Rebbellion pude notar diferentes matices, una introducción enérgica y oscura, que también descansa en melodías suaves, ¿nos puedes contar como fue el proceso creativo en este disco bilingüe? Al ordenar las canciones fui encontrando el hilo conductor, las letras y la música tenían su relación representando un desafío, de ahí el nombre del disco. Lo que tiene más sentido para mí en este disco es que por primera vez me tomé en serio el trabajo como Ela Minus. Me sirvieron mucho los primeros años, porque improvisaba y cometía errores, así aprendí a conocerme muy bien, dentro y fuera del escenario. Descubrir la oscuridad que me habita, reconocer lo mucho que disfruto producir y convivir con beats más fiesteros me impulsó a responsabilizarme sobre lo que quiero hacer y el mensaje que quiero dar. No es casual que la primera mitad del disco comience en un viaje enérgico con 140 bpm que después vuelve hacia adentro, en un camino íntimo como cuando terminas solo en la cama dándote un abrazo a ti misma.

¿Cómo y cuándo decides experimentar con tu voz?

En realidad cantar no fue una decisión, lo que sucedió es que después de tocar batería por mucho tiempo, me empecé a aburrir, estaba muy cómoda, entonces comencé a cantar desafiándome a mí misma. La relación con mi voz es la relación más profunda que he tenido. Y con este disco la descubrí pues antes no tenía idea de cuál era mi propia voz. Puedes vivir actuando pretendiendo hacer lo que crees correcto para encajar o puedes desafiarte dándote la oportunidad de conocerte de verdad.

¿Qué papel juega el minimalismo en la música electrónica que haces?

El tiny dance es un approach hiperminimalista de la música que hago, yo sólo uso los sintetizadores cuando toco en vivo, no uso computadoras ni hago overdubs, bueno, sólo con la voz porque ya está establecido. De esa forma, poder tocarla en vivo se vuelve indispensable, me gusta hacerlo a la old school. La música que yo quiero hacer es a través de canciones que se queden contigo después de décadas, que te acompañan en la vida, que puedas oír la melodía cuando te sientes sola y que también te entusiasme ir al concierto y perderte en el dance. Por eso para mí es esencial que haya contenido y sustancia, no solo estética. Más allá de que yo haya estudiado música, para mi es valioso que las personas se puedan identificar sin necesidad de tener conocimientos musicales.