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Elucubraciones al filo de la nada

Por: Diego Gómez

… porque es una búsqueda ontológica… que te confronta con tu cantaleta mental… será el “yo” o el Ser… diferencia fundamental para poder entender esta búsqueda … el abismo está ahí… la Nada está ahí… sólo que no damos el paso, el salto, por los miedos a la muerte (con todo lo que esto implica), a dejar este cuerpo…mí vehículo para poder existir en este espacio-tiempo. Por la necesidad de existir, de ser yo/otro, sujeto/objeto, cuerpo/vestido, cuerpo/espíritu

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Pensar… miedo a pensar… porque si lo hiciéramos, todo se iría a la mierda… ¡TODO SE IRÍA A LA MIERDA!: el estado, la religión, la academia, cualquier organización jerárquica.

Estos estados de melancolía, angustia existencial, lo que la medicina cataloga como depresión, no es más que el estado natural del pensador crítico, porque él se cuestiona todo, absolutamente todo… hasta a sí mismo… cuestionamiento que lo puede llevar a la autonegación. ¿Por qué existir en un espacio/tiempo que las más de las veces le es adverso a la naturaleza de nuestro Ser? La esperanza de poder llegar a existir tal cual soy es lo que nos mantiene anclados a esta espacio/temporalidad.

El camino hacia la liberación ontológica, exige renunciar a la comodidad intelectual, a la felicidad que da la ignorancia voluntaria autoimpuesta en el camino hacia la esclavitud feliz, aceptada…deseada.Arriesgarse en el contacto con el otro…a sentir, a mutar… arriesgarse en ese otro humano, con sus diferencias y semejanzas… con su mundo, sus verdades… su esencia como ser… su maravillosa existencia, de la cual uno es invitado a hacer parte, privilegio que se gana abriendo también nuestra existencia a ese otro, que en ciertos momentos se fusiona con mi ser… relación simbiótica maravillosa… transmutación, mutación, transubstanciación… cambio… creación. Creación permanente de significados de sí mismo y de mí entorno, resignificación perpetua de estos conceptos y de nuestra existencia.

Volver a mirar ese camino ya recorrido… contemplar la construcción que se ha hecho no sólo en estos últimos siete años, sino toda mi existencia, que se resume en el aquí

y el ahora, la instantaneidad del espacio/tiempo… perpetuo presente, maravillosa contracción de la eternidad en un instante tan pequeño como queramos… ¡el ya!

no sé qué escribir… no puedo estar en simpatía con ese otro… por más que sintamos compasión, nunca se equiparará al dolor de aquel que ha sido lastimado… sólo el dolor propio puede ser verdaderamente sentido y sublimado, se muta en creación aquel sentimiento desgarrador de carne y espíritu… ¿indolencia egoísta o evasión? Huida de sí mismo, de ese victimario que todos encarnamos más temprano que tarde… mirada en el espejo físico/metafísico de nuestra existencia, el único válido, y que puede devolver esa imagen construida por nosotros mismos ante nosotros mismos y ante los demás.

Confluencias existenciales… utópicas… polivalentes… conflictivas… necesarias… ineludibles… del Ser.

Dolor… ¿sensación? ¿sentimiento? Concepto fundamental en la existencia humana. Sólo a través de él aprendemos como individuos y como humanidad. ¿Es entonces un medio? ¿Lo habremos convertido en fin? Humanidad sadomasoquista, clamamos por verdugos que nos inflijan eso tan deseado. ¿O, por el contrario, es el miedo al dolor el que ha motivado la existencia del ser humano? ¿O ambos a la vez? Conceptos a redefinir: masa, individuo, libertad.

Simplemente, soy un testigo de tu ser… testigo de tu existencia, intersticio entre dos Nadas materiales… ¿Nadas? Tu flujo existencial ¿será posible definirlo, enmarcarlo, limitarlo con algún concepto que implique principio y fin…? Es un devenir permanente, eterno entre la materialidad y la inmaterialidad… y esta realidad sensible, sensual (de los sentidos), de la percepción, me permite degustar eso que sos… inmortalidad encapsulada en ese cuerpo que me brinda placer a través de su placer… jugosa carnosidad que deseo, de la cual decanto el néctar que propicia mi embriaguez carnal, mi estertor orgásmico que va ligado a esa convulsión ontológica que estremece tejidos y espíritu…

¿Sólo un testigo?... pero no mudo… ni ciego… ni sordo… goloso.

Narrador permanente de mi existencia, de eso que ningún otro ser podrá sentir… porque es mi experiencia vital, indelegable, intransferible, irrenunciable… y allí estás tú… en estos momentos eres parte de todo esto que llamo existir, serme.

Todo lo observo… todo… absolutamente todo… seres, lenguajes verbales y no verbales, texturas, colores, composiciones… y todo ello presente en la cotidianidad, en la calle, en el asfalto, en el café, en la taberna, en la plaza, en la fila del banco, en el bus… a ti… elemento visual que me brinda no sólo placer estético… deleite cárnico, olfativo, táctil…

Habitamos y mutamos el asfalto y el hormigón… nuestra carne se fusiona con la materia pétrea que cobra vitalidad al estos sujetos/ objetos que somos, deambular con andar cansino, afanado otras veces, automático las más… deliramos en frenesí existencial, deviniendo en el otro, permaneciendo un tiempo en él… sin invadirlo, coexistiendo con ese otro… fluyendo en el asfalto, devorándolo con las suelas… arrancándolo a cada paso… devoramos y nos devoran: asfalto… seres humanos, indistintamente.

Es la distancia crítica con el otro la que nos permite intuirlo, añorar su compañía, sus palabras, sus gestos, sus sonrisas… añorar sus caricias… esas miradas escrutadoras pero no intimidantes… sino cómplices en esa búsqueda del otro… esto va más allá de hombre/ mujer, tiene que ver con el ser, más allá de géneros, de profesiones, de nombres, de categorías… la única válida es la de SERES HUMANOS, en el completo sentido de este concepto. Es hurgar en lo humano, en nuestras existencias, en las experiencias sensuales (de los sentidos, lo estético, lo sexual) que habitan nuestro día a día… y cada uno de ellos, es maravilloso cuando se posee una mirada abierta a cualquier manifestación humana… sin prejuicios.

Caminando la ciudad me sorprendí hablando solo… lo que para otros es locura para ti y para mí son la mirada estética, la reflexión en solitario o con otro Ser que comparte nuestra mirada, nuestra concepción de mundo…. Esa vista que tienes en tu ventana, mirada a la urbe palpitante debajo de esa piel pétrea hecha de hormigón y asfalto, de carne, sangre… humano, HUMANO.

Conexión conmigo mismo, redescubrimiento de mis motivaciones existenciales… luchas internas… demonios olvidados… demiurgo

incubando su próxima creación… vómito existencial fecundo en palabras e imágenes, en pensamientos y acciones… EXISTENCIALISMO PURO, doloroso… fortalecedor… intercambio ontológico con otros seres que propician mutaciones individuales… seres maravillosos… únicos… como cada ser humano… como cada individuo/sujeto/objeto que conforma ese gran organismo que llamamos humanidad.

Crear… prioridad ontológica en estos momentos de mí existencia…

Absurdidad completa y absoluta reclama nuestra existencia finita… El cuerpo, la tridimensionalidad, el espacio/tiempo son el campo de lo absurdo… nos permiten manifestarnos, comunicar nuestras verdades con las cuales creamos nuestro mundo… nuestra percepción de la realidad… la interpretación, recepción y emisión de datos sensoriales, conceptuales… existenciales. Utilización de los lenguajes para la manifestación del ser.

Vuelvo a la calle… soledad nutricia… confrontación ontológica con la existencia cotidiana… solo… autoanálisis doloroso, no puede ser de otra manera… delirio cárnico… supuración de la materia pútrida… carroña existencial… sublimación de lo demasiado duro… postración del Ser… inmovilidad material y metafísica… corporal y espiritual… ontológica… dolor… paridera… desgarramiento interior… arrancando materia orgánica, viva… perecedera… intransigente… no negociable… obligatoriamente renunciable… humillado mi Ser se revela; rebelión y revelación de lo invisible… reverencia hacia algo total y absolutamente intrascendente… materialidad, prisión que nos permite purgar nuestra condena que es nuestra redención… ¿me puedo considerar inimputable? ¿Renunciar… demostrar que ésta pena no aplica… escapar de este sistema penal ontológico?… ¡IMPOSIBLE!

Erradicación del dolor… paradoja existencial que nos lleva a la negación.

Negación estúpida de la paradoja que no logra aniquilar lo… ¿absurdo?... ¡LO REAL!... lo inasible… lo inconsciente que es lo más determinante de nuestra existencia… conciencia propiciada por el inconsciente… dilapidador de los símbolos… dador de sentido…

¿Cómo perder el miedo a la muerte… a dar el salto aniquilador… sumergirse en… ¿la NADA?... a sentir los estertores finales… la convulsión agónica de esta carcasa cárnica putrefacta que llamamos cuerpo… la nombramos, creamos el concepto, lo definimos, lo analizamos, lo descuartizamos conceptual y físicamente, lo hurgamos, lo sentimos… lo padecemos, lo gozamos, lo representamos, lo vestimos, lo modificamos, lo intercambiamos por dinero, lo ultrajamos, lo deseamos, lo volvemos significante social, lo despreciamos, lo idolatramos, lo creamos en laboratorio, lo penetramos… lo obviamos… lo reproducimos, lo intoxicamos, lo limpiamos… ¡ESTO ÚLTIMO SI ES HIPOCRECÍA! ¡LA ASEPSIA!... Lo normal, lo aceptable, lo deseable… el prototipo… la locura… único pasaporte válido a la impunidad… ¡ME DECLARO INIMPUTABLE! Tratamos de limpiar cuerpo y alma… he ahí el error… la asepsia genera el rayón existencial… la norma es la verdadera locura…

La misantropía es la ideología más coherente con la realidad humana, pero para ser consecuente con esta tendríamos que empezar por autoaniquilarnos… obligación de cada individuo racional… ¿Cuántos de nosotros está dispuesto a ser coherente?...

Nunca fue dueño de nadie… ni siquiera de sí mismo…

Nunca pudo controlar… ni siquiera a sí mismo…

Nunca fue propiedad de nadie… ni siquiera… de sí mismo…

…¿Para qué la esperanza?...

…¿Para que el silencio en el alma?...

…¿Para qué alcanzar la maestría existencial?...

…¿Para qué encontrar el sentido?... ¿a qué?

La humillación del Ser… del creador… de Dios… es decir… de mí mismo… máximo dolor existencial…

Soledad y silencios absolutos…

Renunciamiento consciente a la existencia…

¿Pecado en contra del Ser?...