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TRADICIÓN

Aunque creo en la total divinidad de Jesús, y en él como hijo de Dios, tal vez los eventos de su nacimiento fueron como los narra José Saramago en su novela “El Evangelio según Jesucristo”. Una larga travesía tan real como difícil, y que solo es capaz de soportar alguien que se encuentra en estado de santidad y cuenta, aunque sin saberlo, con total protección divina.

José y María vivían en una pequeña aldea llamada Nazaret. Aunque José tenía tan solo 20 años, era un hombre muy formal que asistía con sagrada puntualidad a la sinagoga, y gozaba de gran respeto y reputación en su comunidad. Tal vez la frágil María tenía solo 15 años cuando se le aparece en su humilde casa, (una casa tan humilde que no se debería pedir limosna en ella) un mendigo pidiendo algo de comer. María le da en un cuenco de madera, lentejas con cebolla y garbanzos. Lo que el mendigo engulle en un santiamén, devolviendo el cuenco vacío, pero ya con un extraño brillo como si fuera acaso de oro. Y María le pregunta: “¿qué es ese brillo?”, y el mendigo le responde: “mujer, tienes un hijo en tu vientre”, y María le pregunta, “¿cómo lo sabes si yo misma no lo sé?”, y el mendigo le dice: “soy un Ángel, pero no se lo digas a nadie, ni siquiera al mismo José”. “¿Y cómo sabes nuestros nombres?”, le pregunta con asombro María, y el mendigo le responde: “acuérdate que soy un Ángel”.

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Cuando María regresa a la mesa, José le pregunta: “¿María que es ese brillo tan bello en tus ojos?”, y esta le responde: “estoy encinta de tu hijo”. “¿Y cómo lo sabes?” le pregunta José, y ella le responde: “me lo dijo el mendigo”.

Enseguida José va rápido hasta la puerta para preguntarle, se asoma, lo busca, y no lo encuentra, el mendigo no está allí, es como si se hubiera esfumado. Dejando la comida servida, sale y pregunta a todos en el vecindario, pero el tal mendigo nadie nunca lo vio.

Un día cualquiera estando sentados en la puerta de su casa se aparecen dos soldados romanos anunciando que, por orden del Cesar, y para efectos del pago de los impuestos, hay que realizar un censo poblacional que se debe hacer sin excepción en la ciudad origen del censado. Entonces José, y María embarazada casi para dar a luz, con su vientre bien pesado, tienen que partir hacia la lejana Belén de Judea, de donde es originario José, empezando así un largo periplo, debido a que el día del censo se acerca.

Llegan a Belén, pero la ciudad debido al censo tiene todas las posadas ocupadas. Una señora les ofrece un pequeño garaje donde se instalan, y a las dos horas María da a luz a un hermoso bebé al que llaman Jesús.

Después de terminar de leer la novela de Saramago, aunque narrada bajo la atmosfera de eventos reales, sigo pensando que un hombre que resucita muertos, algunos ya en estado de descomposición. Que les devuelve la vista a los ciegos. Que pone a caminar a los parapléjicos. Que cura graves enfermedades. Que el mar y el viento le obedecen. Que camina por encima de las aguas sin hundirse, tiene que ser el hijo de Dios.

Estos eventos históricos, pero reales, originarían mucho tiempo después la Navidad, que es la celebración del nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, y que, según el antiguo testamento y el escritor Miqueas, debería nacer en Belén, la misma aldea donde nació y vivió el rey David, de quien Jesús desciende por línea directa de ambos padres. Como quien dice, José y María eran primos terceros. DDespués de terminar de leer la novela de Saramago, aunque narrada bajo la atmosfera de eventos reales, sigo pensando que un hombre que resucita muertos, algunos ya en estado de descomposición. Que les devuelve la vista a los ciegos. Que pone a caminar a los parapléjicos. Que cura graves enfermedades. Que el mar y el viento le obedecen. Que camina por encima de las aguas sin hundirse, tiene que ser el hijo de Dios.

No se sabe con certeza cuándo nació Jesús. San Lucas, uno de los evangelistas, además médico e intelectual reconocido, fija la fecha el 25 de diciembre del año 50 DC, la cual coincide con el solsticio de invierno, celebración de una fiesta pagana que él creía debía desaparecer, por lo que fue propicio reemplazarla celebrando el nacimiento del hijo de Dios.

En América se celebra por primera vez el día 25 de diciembre de 1492, con la llegada de Colon a La Española, hoy República Dominicana. Mientras inspeccionaba la isla, su embarcación zozobró y con la carga que pudieron salvar del navío mientras se hundía, y los trozos de madera restos de su barco, construyen con la ayuda de los indígenas, un fuerte que terminan el día 25, al cual llaman en honor a la fecha, “Fuerte Navidad”. ¿Pero de dónde viene la tradición de dar regalos en esa fecha?

Nicolás de Myra, un hombre bueno que vivió en Turquía, y quien no solo era obispo de su iglesia, sino también alguien muy rico, se conduele de un padre desesperado, que, a causa de su pésima condición económica, tiene que vender a sus tres hijas. Frente a tan desdichada situación, Nicolás antes del amanecer, le lanza al hombre tres bolsas de oro por una ventana, salvando a sus hijas de ser vendidas. Así nace la leyenda de San Nicolás, o el hoy llamado Papa Noel; tal vez la figura más representativa de esta hermosa fiesta. Pero lo que nunca jamás se debe olvidar, es que celebramos el nacimiento de Jesús.