6 minute read

Letras impostoras. Reflexiones sobre el plagio

Advertisement

Alberto Hernández

Gracias al área de Formación para Profesores del CCH Naucalpan, el jueves 16 de febrero se presentó en este plantel el libro Letras impostoras. Reflexiones sobre el plagio, del autor Camilo Ayala Ochoa, quien es Historiador por la UNAM y teólogo social por la Universidad de Salamanca, España. También ha impartido cursos y seminarios en universidades nacionales e internacionales y fue parte importante de “Leer en común” del programa Salas de Lectura del entonces CONACULTA. La moderación de la mesa estuvo a cargo del profesor Guillermo Solís Mendoza.

El invitado refirió que su libro fue publicado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y es parte de una colección llamada De Libros. Su obra aborda cuestiones de plagio, que ejemplifica desde lo literario, académico y otros más evidentes como los ocurridos en el cine, la tv o la música: “Cuando hay plagio en antes aplicadas se le llama piratería, pero es lo mismo”.

En otro momento, apuntó lo que se entiende por plagio en su libro: “Imputar una obra de forma indebida a alguien”. La palabra plagio, dijo, “Viene del latín plagius, plagium, y el contexto es que antiguamente existió una ley llamada Ley Favia Plagiaris, en contra de quien robaba esclavos a los demás y los vendía, o vendía a un hombre libre. Es el poeta Marcial quien relaciona el robo de esclavos con el robo de su obra. Esto en el siglo I d.C.”, acotó el autor.

Entrando en el tema, Ayala Ochoa pasó a compartir con su auditorio, compuesto por estudiantes y docentes de CCN Naucalpan, una serie de casos históricos de obras que no se explican sin la existencia de otras. Empezó refiriendo a Hitler, quien basa su obra, Mi lucha, en Los protocolos de los sabios de

Sion (el cual habría sido un decálogo de los judíos para hacerse del poder mundial, razón por la cual empiezan estos a ser atacados en varias partes del mundo, sobre todo en Europa). Por otra parte, señaló que también Los protocolos… se basan en una obra llamada Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, donde hablan sobre la obtención del poder. En otro momento mencionó a un autor llamado Houdini, quien publicó artículos y relatos sin escribirlos, sino pagando a Lovecraft, que era su escritor fantasma o “negro”. “Esto era un fraude, pero a la vez un gran negocio para la editorial. Hay casos de autores negros que trabajan para escritores famosos, como es el caso de Alejandro Dumas. Uno de esos fantasmas escribió El Conde de Montecristo o Los tres mosqueteros. Dumas sólo daba el tono”. También se mencionó el caso de Rubén Darío, quien habría usado a otro escritor para algunos de sus poemas. Camilo Ayala refirió el triste caso de María Lejárraga, quien escribía las obras de su esposo y cuando se divorcian no le deja nada. Ésta manda un guion a Disney, sin recibir respuesta. Pero luego sale la pel ícula La dama y el vagabundo, inspirada en ese guion. La autora muere sin el reconocimiento.

El autor señaló que aunque no aparezca en las leyes civiles o de derecho de autor, el plagio es un delito, es un robo patrimonial, ya sea ante el INDAUTOR o en cuestiones penales y mercantiles. El plagiario comete dos delitos: robo y fraude al consumidor. En ese sentido, citó a Edgar Allan Poe, quien decía que era imposible imaginar un espectáculo más nauseabundo que el plagio.

Plagio literario y académico

En el contexto nacional, Ayala Ochoa mencionó el caso de Octavio Paz, quien en su Laberinto de la soledad es acusado de plagio por Samuel Ramos y Rubén Salazar Mallén, pues estos habían escrito sobre ese tema. Como respuesta a las acusaciones, el poeta dirá: “El león se alimenta de los corderos”. También Pablo Neruda habría plagiado en 20 poemas de amor y una canción desesperada , pues su compatriota y “enemigo”, Vicente Huidobro, encuentra similitudes entre el poema XXX de Tagore con una de sus composiciones. Neruda dirá que sólo se inspiró y que los editores no pusieron la nota explicatoria. “El plagio en términos culinarios equivale al refrito, recalentado o efecto salami: partir una obra para que se presente varias veces en el mercado”, dijo el autor.

En cuestiones académicas, nuestro invitado dijo que el caso más sonado es el de Christian Núñez Arancibia, quien pertenecía al Sistema Nacional de Investigadores (SIN) y a la vez era investigador de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo en Michoacán. Se descubrió que era un plagiador serial y se le quita el grado y pierde sus puestos de trabajo. Él respondió: “cometí plagio porque me pedían muchos resultados y no tuve de otra”, excusa -dijo el autor- un tanto frecuente en este medio. También compartió el caso de Itzel Cisneros Mondragón, quien presenta un proyecto de investigación en el Colegio de México y luego los especialistas descubren que está basado en un libro y la despiden. Ella demanda a la institución logrando que se le reinstale, pues se arguyó que el Comex no podía castigarla. Al final se le despidió por fraude.

Letras impostoras… también aborda temas más contemporáneos, como el caso del actual fiscal general de la República, Gertz Manero, quien ingresa al SIN sin ser investigador; se le acusó ante el CONACYT de plagiar a otros investigadores, pero el Consejo negó las acusaciones porque los quejosos no eran los afectados por el plagio. Por otro lado, mencionó los casos de Sealtiel Alatriste o un director de la Fes Aragón, quienes debieron renunciar a sus puestos por ser encontrados como plagiarios.

Bots, los nuevos escritores fantasmas

En la recta final de su presentación, Ayala Ochoa compartió que el plagio puede ser simple (tomar textos tal cual) o inteligente (cambiar la sintaxis o lago más). Este último es difícil de evidenciar. Hay quienes incluso citan obras que no existen o atribuyen obras de forma incorrecta. En este crecimiento de la dificultad para encontrar el plagio, se mencionó los softwares enfocados en detectarlo, como Copyleaks. También se aludió a Charles Nodier, primero en utiliza la prueba del pastiche, pues se dedica a buscar citas en los libros para ver si son similares (lo que al final realizan ahora los programas destinados a detectar plagio). “Cuando la TESIUNAM se ligue a estos programas podrá detectarse este tipo de referencias”, señaló el invitado. “La tecnología actual permite tener los contenidos a la mano y se puede hacer de todo, pero también todo puede saberse y detectarse. Actualmente está el dilema de los algoritmos o la IA que generan textos (como ChatGPT, BLOOM o Copysmith) y entregan tareas que no se parezcan a ninguna otra. Todo esto preocupa ahora más que el plagio, pues estamos ante redactores BOTS. En países como Inglaterra es toda una discusión. Claro, también hay softwares que detectan este tipo de creaciones, como Salida GPT-2 o GPTZero”, puntualizó Ayala Ochoa.

Mtro. Carlos Ruelas Hernández

Para lograr fortalecer el egreso y la regularidad académica es necesario contar con la información suficiente para detectar a los estudiantes que se encuentran en riesgo académico y deserción. Es así que se vuelve prioritario que los tutores y docentes compartan información sobre lo que sucede en sus aulas relacionado, principalmente, con las evaluaciones parciales, el nivel de asistencias y comentarios precisos sobre el comportamiento en general de los estudiantes. Para cumplir con esta misión, existe una plataforma que permite el Seguimiento Integral de los estudiantes, la conocida como PSI (Programa de Seguimiento Integral), donde docentes en general, tutores, padres de familia y estudiantes pueden tener acceso a diferentes herramientas y programas de acompañamiento como el Programa Institucional de Tutorías, Programa Institucional de Asesorías y Psicopedagogía, así como horarios de asesoría, asesorías en línea, datos estadísticos sobre los resultados de las evaluaciones en las asignaturas, consulta del historial académico, entre otras cosas más, que pueden ser de gran utilidad para los docentes.

Además de lo anterior, es posible que los padres de familia, a partir del registro de evaluaciones parciales, puedan llevar un seguimiento de la trayectoria escolar de sus hijos, sin la necesidad de asistir al plantel para platicar con cada uno de los profesores, evitando con ello interrupciones de clase y distracciones de las actividades académicas. Como parte de estas estrategias, el PIT -con el apoyo de PIA y la Secretaría de Servicios Estudiantiles- ofreció en su primera edición el taller “El PSI una herramienta de colaboración Académica”, llevándose a cabo los días 16 y 17 de febrero a través de la plataforma Zoom. Estos talleres están diseñados principalmente para los docentes de nuevo ingreso -quienes desconocen la herramienta, no saben cómo acceder a ella y además su utilidad-, todo esto con el objetivo de dar a conocer y promover el uso del PSI entre los docentes del plantel, reconociendo la importancia que tiene contar con evaluaciones parciales para poder detectar de forma temprana a los estudiantes con riesgo académico y ausentismo, e implementar desde la Tutoría estrategias preventivas que involucren tanto a los docentes, tutores y padres de familia, con el fin de conseguir mitigar estos dos grandes lastres de una exitosa trayectoria académica.

Seguimos trabajando para difundir el uso y captura de la información del PSI, para ello invitamos a los docentes a que se acerquen a la Secretaría de Servicios Estudiantiles o a los programas PIT o PIA para poder apoyarlos en el manejo de esta herramienta de colaboración académica.

This article is from: