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JUL|A CARR|LLO

Julia Carrillo es una artista multidisciplinaria con una amplia formación científica. Sus proyectos surgen de cuestionamientos sobre nuestra percepción del mundo y las herramientas que hemos construido para observarlo, comprenderlo, investigarlo y representarlo. A través del análisis y construcción de artefactos que extienden nuestras capacidades, Carrillo ha creado un cuerpo de obra que aborda la escultura, la instalación, la arquitectura, la fotografía y el performance.

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Estudió matemáticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una maestría en artes visuales en la Academia de San Carlos y cursó estudios en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York (SVA).

Ha sido beneficiaria del Programa Arte, Ciencia y Tecnologías FONCA-UNAM, del Programa de Apoyo a la Producción e Investigación en Arte y Medios (PAPIAM) del Centro Nacional de las Artes (CNA), y en tres ocasiones formó parte del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA). Actualmente es investigadora en el Centro de Ciencias de la Complejidad en la UNAM.

Ha participado en varias residencias artísticas, entre ellas: Art Omi en Nueva York; MMCA International Artist Fellowship Program del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Corea; Laboratorio Arte A.C. del Tecnológico de Monterrey; Flux Factory en Nueva York.

Muestras individuales y colectivas de su trabajo se han expuesto en Estados Unidos, México, Cuba, Colombia, Chile, Bolivia, Argentina, Italia, España, Alemania, Inglaterra y Corea. Su obra forma parte de importantes colecciones como la del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO); Fundación Arte Abierto: Art OMI; Colección FEMSA y Universum Museo de las Ciencias de la UNAM.

“Para mí, el arte y la ciencia son una unidad sin frontera determinada. Un espacio donde me siento cómoda para conocer diferentes partes de un mismo fenómeno”.

Cuando cursaba la primaria, Patricia Domínguez no era muy buena en matemáticas.

“En sexto año no podía hacer una raíz cuadrada, no ponía atención a la clase porque no entendía lo que estaba pasando y tenía maestros muy estrictos”, confesó ella misma. Afortunadamente, todo cambió cuando, en la secundaria, tuvo un profesor que le enseñó matemáticas con un estilo ameno, divertido. Gracias a él, Patricia pudo comprender esos conceptos que tanto trabajo le costaba asimilar en la primaria.

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