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David Guisande, joven socio

DAVID GUISANDE, JOVEN SOCIO

Me llamo Paloma Lario y soy una joven fotógrafa de naturaleza. La Comisión de Jóvenes me ha propuesto iniciar esta nueva sección y entrevistar a otro joven fotógrafo de nuestra asociación.

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Sin más preámbulos, empiezo con mis preguntas, que espero que os muestren la parte más desconocida de David.

¿A qué edad empezó a llamarte la atención la fotografía?

La profesión de mis padres —los dos son fotógrafos— ha influido mucho en que me guste tanto la fotografía. Desde los siete años, empecé a usar cámaras compactas para hacer fotos a los coches con mi abuelo; más adelante, fui «heredando» algunas réflex y empecé fotografiando ardillas en el parque. Para mí, las salidas al campo han sido, y son, un aliciente para hacer fotografía de fauna; siempre que podemos, intentamos disfrutar de la naturaleza.

Mi padre empezó a explicarme poco a poco los aspectos fundamentales de la fotografía, cada día aprendía un poco; después, pasó a explicarme lo relacionado con los flashes, las barreras, los filtros, etc., cada vez más conceptos y un poco más técnicos.

La parte del procesado y el tratamiento de la imagen la he aprendido con mi madre en su estudio.

Aparte, he leído libros sobre fotografía general y muchos de naturaleza; también he podido aprender, en internet, de otros fotógrafos, gracias a sus blogs y tutoriales.

¿Compartes esta afición con algún amigo?

Los fotógrafos de naturaleza son los que más llaman mi atención, y me fijo tanto en las técnicas como en lo que transmiten las fotos. Gracias a haber asistido durante muchos años a los congresos de AEFONA y a los festivales de MontPhoto, conozco a muchos fotógrafos importantes. También he tenido la suerte de conocer a un grupo de jóvenes

que, como a mí, les encanta la fotografía de naturaleza.

Soria, donde vivo, es una ciudad pequeña, y no tengo la suerte de tener a nadie que le guste tanto como a mí la fotografía y, en especial, la de naturaleza.

¿Crees que, gracias a la fotografía, tu amor por la naturaleza ha crecido?

Lo que más practico es la fotografía de naturaleza, aunque también hago fotografía de retrato, urbana y alguna modalidad más. Por eso, cuanto más estoy en el campo —ya sea fotografiando una especie, observándola para días después tomar una fotografía o haciendo fotografía de paisaje, macro o plantas—, más puedo vivir momentos únicos que con otras aficiones sería imposible vivir.

Mi amor y respeto a la naturaleza son grandísimos, y no van a parar de crecer cada segundo que siga practicando fotografía de naturaleza y esté en el campo.

¿Que destacarías de tu afición a la fotografía de naturaleza?

Los concursos, para mí, son una forma de dar a conocer mis fotografías y que la gente sienta algo cuando las ve. Ya sea porque sientan como si hubieran estado allí o porque la fotografía les cuenta una historia, quiero que mis fotos transmitan emociones.

Aunque haya nacido en la era digital, he tenido la oportunidad de disparar con cámaras analógicas y revelar algún carrete en la tienda de fotografía de mi madre. La mayor diferencia que he notado es que, con un carrete, puedes hacer 36 fotografías como máximo, lo que te hace pensar mucho más, porque no puedes borrar la foto; sin embargo, ahora, con las cámaras digitales, puedes hacer infinidad de fotos y borrar las que no te gusten.

Otra gran diferencia es que, para ver tu foto analógica, tienes que revelar el carrete, y esto hace mucha ilusión cuando sabes que hay una foto buena y tienes muchísimas ganas de verla. No sucede lo mismo en digital, que te permite visualizar la foto al momento; aunque esto es una grandísima ventaja que aporta la tecnología.

Intento exponer correctamente las fotografías. Suelo tirar con el ISO adecuado en cada momento; en el balance de blancos, pongo el que más se adecúa a la luz, y sobreexpongo o subexpongo en cámara para corregir las fotografías lo menos posible; pero, aún así, algunas necesitan una pequeña corrección, y para corregirlas trabajo con Lightroom y Photoshop.

Hay días en los que salgo de casa con una idea concreta; cuando voy a esconderme en un hide a esperar a algún animal, ya tengo en mente la foto que quiero y cómo la voy a encuadrar. Sin embargo, otras veces salgo y voy descubriendo poco a poco cosas que me interesan, como cuando cojo el macro en época de insectos. También hay veces que las cosas no salen como uno piensa, tanto para bien como para mal, y puedes hacer una gran foto que no pensabas o puedes volver a casa sin buenos resultados.

Al gustarme tanto la fotografía, cada día intento aprender algo más, ya sea por internet o por lo que me puedan enseñar mis padres.

Y para acabar, ¿cómo ves tu futuro en relación con tu afición a la fotografía?

Hay alguna otra cosa que también me gusta, pero no descarto dedicarme profesionalmente a la fotografía en un futuro.

Me gusta mucho, pero hoy día creo que es muy complicado ganarse la vida como fotógrafo de naturaleza, y hay otros campos de los que también me gustaría aprender. Ser guarda forestal me interesa mucho y creo que se pueden compatibilizar muy bien ese trabajo y mi afición a la fotografía.

Paloma Lario

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