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La cosa

podía tener con la obra original.

Tuve la suerte de saber que Del Fondo Editorial apostó por su edición en nuestro país y ni bien llegó a mis manos, lo leí casi en un suspiro.

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¡Qué genial es reencontrarse con esos personajes que conocí hace tanto! Y volver a sentir miedo, esta vez guiada por mi imaginación, aunque de tanto en tanto me empujaban escenas y recuerdo de ciertos actores.

¿Puede un libro de cien páginas desarrollar una historia que en verdad te espante? Obvio que sí. “La cosa” es un claro ejemplo. Podemos volvernos uno más del grupo explorador en medio de la Antártida, sentir la paranoia y el miedo al no saber quién de nuestros compañeros puede llegar a ser en realidad esa cosa suplantándolo y vernos en la obligación de darle caza antes de que todo pase a mayores.

Sumémosle la cuota que significa todo el trabajo de los científicos. Porque sí… lo primero que me llamó de la peli y lo que esperé ver en esta novela corta, es el trabajo de un grupo de científicos en un lugar tan inhóspito como es la Antártida. Mi lado nerd, mi costado amante de las ciencias duras, disfrutó cada término y concepto mencionado específicamente y hasta me empujó a pensar cuántos de esos planteos serían factibles. Para ser sincera, hasta pensé en la posibilidad de leerlo en clases con mis alumnos de Epistemología, para analizar cómo desde la literatura el mundo ha ido generándose una imagen sobre el trabajo de los científicos. Todo eso y con libro en verdad breve, pero rico en su historia que se ha vuelto ya todo un clásico del género.

Cada personaje en esta historia se gana su espacio y se pueden sentir sus voces, aun cuando el desarrollo de la obra muestra poco dada su extensión. El extraterrestre nada tiene de tierno, genera repelús no solo por su aspecto, sino por las habilidades que tiene y el uso que hace de ellas. Si buscamos en cine y series, podremos encontrar que en las últimas décadas surgieron otros ejemplos de seres que provienen de planetas o galaxias distantes y son capaces de adaptar el aspecto de otras criaturas imitándolas, pero nada se compara a la cosa que nos plantea Campbell y merece por completo darle el nombre a la historia.

Dato extra: la portada del libro hace honor a la peli de 1982, un mimo extra para los fans. Obvio, súper recomendable para quienes gustan del género y los que no, bien podrían darle una oportunidad.

Sobre El Autor

John W. Campbell fue un editor y escritor de ciencia ficción estadounidense. Como escritor publicó varios relatos en las revistas de ciencia ficción en los años 1930, con su nombre o con varios seudónimos, entre los que destaca el de Don A. Stuart. Su obra más importante es la novela corta Who Goes There? (1948), que relata el descubrimiento en la Antártida de una nave espacial estrellada y, a metros del extraño aparato, el cadáver de un extraterrestre, el cual es descongelado para estudiar su biología, con fatales consecuencias. Su principal aporte al género, sin embargo, no iba a estar en la escritura, sino en la edición. Desde su puesto de editor, Campbell auspició una auténtica revolución en la ciencia ficción de la época, la cual fue denominada como la Edad de Oro de la ciencia ficción.