David, cuéntanos cuándo comenzaste a tocar la trompeta y cuándo nace tu pasión por el jazz. ¿Tenías claro que la trompeta era tu instrumento? ¿Tocas algún instrumento más? Empecé a tocar la trompeta con nueve años, bueno, casi diez, en mi pueblo Sedavit (Barcelona), que es de dónde vengo. Y luego en todos los pueblecitos de Valencia (en cada pueblo hay una banda de música y una escuela de música. En algunos hay hasta dos). Y esos fueron mis principios musicales. Luego, poco a poco, empecé a descubrir el jazz de la mano de un buen amigo que también era músico de la banda, Francisco Blanco Latino, que es el actual director musical del proyecto Sedajazz. Latino montó los talleres y la verdad es que a mí me atraía mucho el concepto de cómo se hacía la música, el hecho de no tener una partitura delante. Yo con la partitura lo pasaba un poquito mal porque no veo bien, tengo un defecto en la vista, pero aprendí a leer muy rápido. Pero el hecho de estar tocando una música, que era más de interacción que de escuchar, donde prevalecía más el oído que la vista, me hizo sentir muy cómodo. Además de la trompeta, toco un poquito el piano y la batería, la percusión, pero nunca en directo, sólo en casa para componer. El piano, la verdad, es que es muy buena herramienta. Con la trompeta sólo puedes hacer una nota, pero con el piano puedes hacer varias a la vez, puedes hacer acordes y melodías. No soy pianista pero es una buena herramienta a la hora de componer y escuchar lo que estás haciendo. Has colaborado con artistas nacionales e internacionales como músico free lance, aunque también has tocado con bandas de jazz y orquestas. En estos momentos ¿sigues con la gira de Nu-Roots o estás con
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