Rogativas. Canciones propiciatori
A
pesar del valor que muchos dan a la razón como motor esencial del comportamiento humano, el valor de los símbolos y su incidencia en dicho comportamiento es, para bien o para mal, mucho mayor que el de la razón. La gente siempre ha tenido, y tiene, necesidad de respuestas y necesidad de ser protagonistas en el discurrir de los acontecimientos, de ahí la presencia de los símbolos y de las creencias en ellos. De hecho, la creencia en el poder propiciatorio de los símbolos ha sido una constante de la condición humana. Y lo es aún ahora. Los tatuajes, los peinados, las vestimentas, los motivos que aparecen en éstas, las músicas… en todos ellos el carácter simbólico está muy presente. En todas las culturas se ha utilizado la música como forma de expresión, muchas veces dirigida a entidades sagradas. La gente se comunica con los dioses y con otros seres sacros cantando más que hablando. Nuestra cultura tradicional está llena de este tipo de cantos. Uno de ellos son los cantos de rogativas que, básicamente, son canciones de petición de lluvia a entidades sagradas.
Las rogativas fueron instituidas en los primeros siglos de la Iglesia para sustituir la fiesta pagana denominada Robigalia, en la que se inmolaba una oveja en honor a Rodrigo. Su función era atraer del cielo bendiciones sobre los cultivos, y se realizaban a finales de abril. Aunque la costumbre más extendida era la de sacar a los santos en procesión, en muchos pueblos extremeños, como recoge Caro Baroja, era tradición meter la imagen de un santo en agua para atraer la lluvia. Así, por ejemplo, en Alía se metía a San Marcos, en Santiago del Campo a San Pedro, en Garbayuela a San Blas, en Jaraíz de la Vera a San Bernabé. Eran todas manifestaciones de la religiosidad popular que no siempre era del agrado de las jerarquías eclesiásticas. Al margen de estas tradiciones asociadas al final de la primavera, también tenemos que hablar de las rogativas de septiembre. Todos sabemos de la importancia del agua en nuestras vidas. Anhelamos, y de qué manera, la lluvia en épocas de sequía, como la que estamos
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