por Diego
E
l día del concierto suele ser un día especial. Generalmente, esto transcurre un viernes o un sábado (ambos días laborales para nosotros). Generalmente, en estos últimos 40 shows que hemos dado, el sonido ha corrido por nuestra cuenta, por lo que procuramos tener las cosas listas para ser cargadas en el auto antes de ese día. La “central de operaciones” es la casa donde vivimos junto al baterista, casi siempre partimos desde aquí. El ritual consta en estar bañado y cambiado a las 8 pm, para cargar los equipos en el noble Fiat Duna, y partir hacia el lugar. Ya en camino, vamos escuchando un CD compilado que data de temas un tanto bizarros (esto de alguna manera extraña nos ayuda a entrar en clima). Aprovechamos esta situación también para conversar entre los tres cualquier cosa que haya quedado en el tintero referente a la banda, y ponernos al día con cosas cotidianas (mujeres, futbol, etc). Una vez que llegamos a destino, uno de nosotros baja del auto y va hacia el lugar, para avisar que llegamos y ver dónde es que podemos armar (muchos lugares no suelen
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