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Dudas del escritor novel por Teo Revilla

Dudas del escritor novel

Es todo un misterio esa necesidad que algunas personas sienten de reflejar la vida (propia o ajena) a través del manejo o de la actividad de las letras, ese hermoso pero dificultoso penetrar y recorrer los laberintos de la literatura habiendo recorrido antes agitadamente los de la mente para llevarlos fuera e interpretarlos. A qué responde este impulso, por qué y cómo se siente, de dónde surge esa íntima necesidad de escribir, cómo se determinan unas formas u otras a la hora de hacerlo, de qué manera se rescata la emoción sentida para plasmarla en forma de texto, en qué forma intervienen lecturas y afinidades electivas, cuáles son las diferencias entre el ritmo poético y el de la prosa, cómo construir la verisimilitud de un relato y tener acierto… Todo esto se preguntaba Borges y se han preguntado la mayoría de los grandes escritores, pues son cuestiones latentes que acaban alborotando el ánimo. La labor de estos grandes autores, precisamente, ha ido dando pautas y respuestas a estas cuestiones que nos afectan a todos, ha ido iluminando como mágico faro, ha sido brújula imprescindible para aquellos que intentan comenzar a orientarse y no naufragar en la buena práctica de la escritura y de la crítica literaria en general.

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Balbucear los primeros textos no es fácil. Pero pese a la dificultad sí que deben de estar acompañados de ilusión y entusiasmo, ambos necesarios para lograr algo importante aunque sea a un nivel personal, pues proporcionan confianza y certeza. Confianza y certeza que se pueden ir apagando poco a poco a medida que vemos que no es fácil destacar, ser relevante o llegar a interesar, pues el mundo del escritor está lleno de dificultades. Las lecturas, las emociones, las afinidades en la formación, influyen. Como nos van marcando ineludiblemente aquellos tropiezos en que caemos con frecuencia, así como el acertar o no con las técnicas narrativas en las que hemos decidido introducirnos. Los estímulos de la imaginación, la asunción de los fracasos, los inPintura de Ivan Kulikov Ivan Semenovich Kulikov (1874-1941), Pintor ruso realista con notable buen manejo del color. En la composición de sus obras que emplea expresivas figuras y escenas comunes, tratadas con meticulosidad y cierto. A destacar las obras que realiza sobre campesinos y sus trajes que son de un increíble detallismo. convenientes de la vanidad –como diría el excelente escritor argentino Bioy Casares-, saber en qué consiste la originalidad, la identidad, el estilo propio, comprender todo esto y descubrirlo poco a poco a medida que vamos escribiendo, es ir adquiriendo una particular guía de viaje de un valor inestimable.

Organizar prioridades, descubrir cuál es el mejor momento para ponernos a escribir, marcar un horario mínimo y cumplirlo cada día, es también esencial para no perdernos en el intento. Como lo es no obsesionarse con la idea de qué o sobre qué concretamente escribir, pues a priori es lo menos significativo ya que la idea original es posible que se nos acabe atragantando en su búsqueda y nos paralice. Fluye la escritura cuando tenemos algo

Dudas del escritor novel

importante que contar y es en ello que debemos concentrarnos, pues lo importante es escribir, después Pintura de Ivan Kulikov Ivan Semenovich Kulikov (1874-1941), Pintor ruso realista con notable buen manejo del color. En la composición de sus obras que emplea expresivas figuras y escenas comunes, tratadas con meticulosidad y cierto. A destacar las obras que realiza sobre campesinos y sus trajes que son de un increíble detallismo. ya se verá qué queda de lo hecho, qué se tacha o se borra. Crear una hoja de ruta ayuda, pues la tarea de escribir una novela, un libro de poesía, una obra de teatro, lo que sea, puede hacerse cuesta arriba. Por eso hay que analizar los recursos –documentación- con los que contamos, buscar temas relacionados y leerlos, investigar donde sea para empaparnos del universo en el que queremos meternos. Pero ante todo y sobre todo hay que mirar dentro de uno, analizarnos y examinar con lupa nuestra escritura, reflexionando, potenciando los puntos fuertes y evitando los débiles o mejorarlos. Pero antes de haber llegado a este punto hay que formarse y aprender a escribir mínimamente, labor que lleva como sabemos toda una vida. Leer, leer y leer, ser curiosos de todo tipo de lecturas: novelas, ensayos, poesía, historia, ficción revistas…, ver películas, ir a exposiciones, llenarnos de experiencias, crecer culturalmente como personas pues así creceremos como escritores, y aceptar las críticas constructivas. Debemos quitarnos el miedo a mostrar lo que escribimos, así como al de ser juzgados con cierta severidad por otros alejándonos, eso sí, de aquellos que intentan a toda costa desmotivarnos y anularnos.

Creérselo. Saber que se quiere ser escritor y que esto no significa en principio que seamos buenos o malos, sino simplemente escritores. Hay que creérselo con toda honestidad y sencillez, pues si uno no lo cree menos lo van a creer los otros. Y no preocuparse ni impacientarse si las cosas no salen a la primera como desearíamos, pues no hay que rendirse, sí aceptar los fallos y resurgir vibrantes y seguros, que eso es ejercitarse y aprender. Y recordar que en esto de escribir –como en casi todo que se emprende- más importante que el talento, es la perseverancia.

Barcelona, junio de 2016.

©Teo REVILLA BRAVO

Pintor, Escritor y Poeta

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