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En 1960, cuando Bélgica permitió que la República del Congo se convirtiera en un país independiente, muchas familias belgas tuvieron que huir, una de ellas era la familia Mols que recaló en el Sur de España. En 1968, Bruno Mols y Fernando Gillis, su socio, adquirieron 200 hectáreas en el Valle del Paraíso, el terreno donde más tarde se construiría el campo de golf de El Paraíso.

A mediados de los años 80 se materializa la venta del campo a los empresarios Alan James y Jorgan Mostrup, que asumieron los cargos de presidente y vicepresidente, respectivamente. Bena Golf, la empresa de Alan James, comenzó a organizar competiciones en El Paraíso, junto con otros operadores turísticos de golf, lo que definitivamente ayudó a construir la reputación del club.

En 1984, la empresa constructora Wimpey se interesó por invertir en la zona como vehículo de comercialización para sus propiedades y a todos los compradores de viviendas se les ofreció la oportunidad de adquirir la condición de socio de pleno derecho del club. Hugh Maloney, como representante de Wimpey, asistió a la Junta General del Club de Golf de 1986, posteriormente, la compañía decidió comprar El Paraíso Golf Club y Hugh Maloney, como enlace entre el club y Wimpey, se convirtió en el presidente del club.

Quizás la parte más significativa de la historia del Club de Golf El Paraíso es la compra por parte de los socios. El propietario mayoritario del club era Wimpey, pero había tomado la decisión comercial de concentrar sus intereses en el Reino Unido y renunciar a la propiedad del campo. Hugh Maloney consiguió convencer a los directivos de Wimpey de que los socios podían financiar la compra. Así pues, el comité, con una aceptación superior al 50% requerido, siguió adelante con la compra.

El martes 21 de mayo de 1996 fue el gran día para los socios. Tras más de un año de negociaciones, consiguieron comprar la casa club y el campo de golf a Wimpey, convirtiéndose así en uno de los pocos campos de golf propiedad de los socios de la Costa del Sol y en el que todos los beneficios se invertirán en el club y en la mejora del campo.

In 1960, when Belgium allowed the Republic of Congo to become an independent country, many Belgian families had to flee, one of them being the Mols family, who settled in southern Spain. In 1968, Bruno Mols and Fernando Gillis, his partner, bought 200 hectares of the Paraiso Valley, the land where the El Paraiso golf course would later be built.

In 1984, the course was sold to businessmen Alan James and Jorgan Mostrup, who became president and vice-chairman respectively. Alan James’ company, Bena Golf, began to organise competitions at El Paraiso, along with other golf tour operators, which really helped to boost the club’s reputation.

In the mid 80’s, construction firm Wimpey became interested in investing in the area as a marketing vehicle for its properties and all homebuyers were offered the opportunity to acquire full membership of the club. Hugh Maloney, as representative of Wimpey, attended the 1986 AGM of the club and subsequently the company decided to buy El Paraiso Golf Club. Maloney, as the link between the club and Wimpey, became the club’s chairman.

Perhaps the most significant part of the history of El Paraiso Golf Club was the members’ buyout. The majority owner of the club was Wimpey, but it had made a commercial decision to concentrate its interests in the UK and relinquish ownership of the course. Hugh Maloney managed to convince Wimpey’s directors that the members could finance the purchase. So the committee, with more than the required 50% approval, moved forward with the purchase.

Tuesday, 21st May 1996 was the big day for the members. After more than a year of negotiation, they were successful in buying the clubhouse and golf course from Wimpey, turning it into one of the few member-owned golf courses on the Costa del Sol. As such, all profits are invested into the club and course improvements.