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José Antonio Diez de Bonilla

José Antonio Diez de Bonilla Altamirano

(1955-2020)

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Nuestro querido y admirado Toño, como todos cariñosamente lo llamamos, partió de este mundo el 1° de noviembre de 2020.

Su interés por el Derecho despertó a muy temprana edad, cuando estudiaba todavía la preparatoria en el Centro

Universitario México, y decidió entonces empezar a trabajar con su tío, el abogado José

J. Altamirano, quien dirigía un reconocido despacho de abogados, dedicado exclusivamente a la asesoría de empresas y atención de asuntos relacionados con el Derecho del trabajo.

Al iniciar desde entonces su vida profesional, decidió ingresar a la Escuela Libre de

Derecho y casarse con su adorada esposa Sofía, con quien tuvo cuatro maravillosos hijos:

Antonio, Sofía, Daniela y Luis, y disfrutó enormemente a sus nueve muy amados nietos: Camila, Toño, Nico, Santi, Patricio,

Antonia, Julia, Martina y Emilia.

Alvaro J. Altamirano

El 23 de abril de 1981 se recibió como abogado en su querida Libre, defendiendo su muy interesante tesis profesional: “El aviso de despido y sus implicaciones procesales”.

Con una promisoria carrera profesional, decidió independizarse y formar su propio despacho en 1985, junto con su socio, gran amigo y también compañero de la Libre, Alfredo Kuri. Así fundaron Diez de Bonilla, Kuri y Asociados, firma de abogados con gran prestigio en el ámbito del Derecho del trabajo en nuestro país y que ahora está cumpliendo sus primeros 35 años de éxito profesional.

En su vida como maestro tuvo el privilegio de ser profesor en la Universidad Anáhuac por más de 35 años y también impartió diversas clases en la maestría en Derecho del trabajo de la Escuela Libre de Derecho, siendo muy admirado y querido por sus alumnas y alumnos.

En su vida colegiada, fue miembro destacado de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, y de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa, Colegio de Abogados, en la cual tuvo recientemente el gusto de coordinar el Comité de Derecho del Trabajo, en el bienio 2017-2018.

Toño era un apasionado de la vida en familia y siempre estaba dispuesto a tender la mano a quien más lo necesitara, además de tener una especial pasión por el ciclismo.

Siempre trabajó siguiendo sus principios éticos, con gran honestidad y enorme lealtad hacia sus colaboradores y clientes.

Estimado Toño: tu familia, tus amigos, tus alumnos y el mundo del Derecho del trabajo te extrañarán, pero estamos seguros de que siempre estarás entre nosotros.

Por siempre, tu primo que te admira.