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El tiempo pasa, nos vamos moviendo más…

UNQUILLO

Hace cinco veranos que, en la pileta del polideportivo de Unquillo, el bullicio clásico de los niños, niñas y adolescentes de la escuela de verano se alterna con la presencia de gente grande que también busca moverse un poco, realizar actividades físicas dentro y fuera de la pileta, disfrutar de la compañía de sus compañeros generacionales y ¿por qué no? hacer nuevos amigos.

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Con la coordinación de Mario Córdoba y Nancy Monserrat, docentes de Educación Física del Instituto Educativo Nuevo Milenio (IENM), las personas mayores han encontrado un espacio propio. “El profe” Mario le contó la historia a El Milenio: “Hace algún tiempo presenté un proyecto en PAMI sobre actividad física para adultos mayores. No tenía experiencia con personas de esa edad y me sorprendió porque anduvo muy bien y se aprobó para todo el sector. A raíz de eso me convocaron desde la Municipalidad de Unquillo para la escuela de verano. Ahí se sumó Nancy Monserrat y ya vamos por nuestro quinto verano”.

Aunque la experiencia con adultos mayores es distinta al trabajo habitual con niños en etapa escolar, para Mario existe un importante punto en común: “Uno siente que las personas están esperándote para hacer actividad física. Ellos están en una edad donde vuelven a surgir cosas de la infancia, quieren volver a jugar, quieren volver a hacer amigos, quieren volver a participar, proyectarse y relacionarse”.

Al trabajar con personas mayores, apunta el docente, la exigencia cambia un poco. “Con Nancy todo el tiempo estamos buscando una experiencia para que ellos se vayan satisfechos y contentos. Es plena la gratitud. Ya sea una actividad que vos les plantees como muy grande o chiquita, ellos siempre te devuelven toda la gratitud”, sostuvo con orgullo.

Unquillo en movimiento

Desde los organismos municipales unquillenses siempre se busca apostar a la integración de los adultos mayores a las actividades culturales y deportivas de la localidad. La puesta en valor de la pileta y las instalaciones del polideportivo de barrio Forchieri le dieron un impulso importante a ese objetivo.

Mario Córdoba hizo un poco de historia al contar que “la Municipalidad tenía una propuesta, pero no estaba del todo planificada, no había constancia”. De a poco, la organización tomó cuerpo y se materializó no sólo en la escuela de verano, sino también en otras propuestas que siguen durante todo el año.

No hay edad para la actividad física. De eso están convencidos los profes Mario Córdoba y Nancy Monserrat del Instituto Educativo Nuevo Milenio quienes, hace cinco años, encabezan la escuela de verano para personas mayores en el polideportivo de Unquillo.

“En el invierno fueron actividades recreativas, lúdicas, cognitivas, motoras. Y de ahí pasamos a la escuela de verano. El mismo grupo que venía trabajando explotó en el verano, porque se sumaron muchísimos”, explicó el profesor.

En cuanto al trabajo específico, Córdoba analizó: “Hay muchos adultos mayores que no sabían nadar, entonces primero apuntamos a sacar miedos, hacemos que se relacionen y trabajamos tanto la parte cognitiva como el tema de la coordinación”.

La parte social no es menor en el proceso. “Muchas veces planteás una actividad entre dos y a lo mejor no te das cuenta, pero lo que salió fue una relación entre dos y quizás no un ejercicio específico”, señaló Mario.

“Tenemos desde los que se quedan solos hasta los que vienen en grupos desde hogares y residencias. En definitiva, para ellos es una salida, un encuentro y además hay un objetivo, algo por lo cual esforzarse”, explicó Mario y añadió: “Las personas mayores quieren que se las escuche, necesitan tener conversación. Las actividades en la pileta eran dos días a la semana, pero si hubiese sido por ellos, iban de lunes a viernes”.

Son como niños

dos. Es decir, si vos ponés una pelota para diez, simplemente buscando esa pelota se pueden golpear. Tenés que poner una pelota cada dos personas, por ejemplo, porque ellos vuelven a jugar y no miden tanto el peligro que puede haber”.

“Uno siente que las personas están esperándote para hacer actividad física. Cualquiera sea la actividad que les plantees, ellos te devuelven una gratitud total”

Desde el punto de vista de Mario Córdoba, trabajar actividad física con adultos mayores no está tan alejado de su experiencia con niños. Hay adaptaciones propias de la edad, como la escalera rampa en la pileta o el manejo de intensidades en las prácticas, pero lo importante es que, a la hora de poner en marcha las actividades, “es como que volvés a jugar con chicos”.

“Los planteos tienen que ser pareci-

Todo el año

Por eso, tanto para Mario como para Nancy, uno de los mayores desafíos es la planificación de las actividades. “La dificultad es que todo tiene que estar programado de antemano. No podés no planificarlo, porque tenés prever un montón de cosas”, explicó Mario y enseguida dio un ejemplo: “Si una persona llega con bastón, vos ya tenés que tener todo abierto en tu conocimiento para esa persona, para que tenga el mismo aprendizaje que todos los demás, buscando una variante”.

Para finalizar, Mario cerró con una reflexión que deja pensando a quienes no se animan a hacer actividad física por la edad: “Creo que uno es viejo, cuando se siente viejo”. Y agregó: “La actividad física nos ayuda a preparar nuestro cuerpo para la vejez de la mejor manera y nos ayuda también a vivirla con disfrute”.

Si bien Mario Córdoba y Nancy Monserrat concentran su trabajo con adultos mayores en la época estival, las propuestas del municipio siguen en curso durante todo el año. Así, las actividades vigentes incluyen:

- Estimulación cognitiva: lunes a las 10:00 en el Salón Dorado del edificio municipal.

- Escuela recreativa PAMI: lunes a las 14:30 y jueves a las 9:00 en el Salón Dorado del edificio municipal.

- Arte y manualidades: martes a las 9:00 en el Centro de Personas Mayores de Gobernador Pizarro.

- Herramientas digitales: martes a las 15:00 en el Salón Dorado del edificio municipal.

- Yoga: miércoles a las 15:00 en el Salón Dorado del edificio municipal.

- Folklore: jueves a las 16:30 en el Salón Dorado del edificio municipal.

LA REGIÓN En las últimas dos décadas, Sierras Chicas viene asistiendo al nacimiento de espacios educativos que rompen con el molde tradicional y ofrecen formas distintas de enseñar y aprender. El Milenio dialogó con la escuela Dandelión de Saldán y el espacio educativo Brote, en Río Ceballos, para conocer más sobre estas propuestas basadas en diferentes visiones pedagógicas.

Aulas construidas con adobe, espacios rodeados de vegetación, juguetes de madera y rondas de canciones son algunos elementos que se pueden encontrar en estas experiencias educativas que escapan a lo convencional. Tomando el aporte de diversas corrientes, el objetivo principal es observar y acompañar a las niñeces de manera integral, respetando sus particularidades, tiempos e intereses.

Además de Dandelión y Brote, a lo largo de todo el corredor existen otras experiencias de educación alternativa: El Árbol en Agua de Oro, Escuela La Serrana e Instituto San Nicolás en Río Ceballos, Comunidad Educativa Siete Colores en Unquillo, Nido de Luz y Aromito en Mendiolaza, Artemisia Montessori y Espacio Educativo Terapéutico Rafael Arcángel en Villa Allende. Dentro de las corrientes en las que se basan estos espacios, una de las más conocidas es la pedagogía Waldorf, creada en Alemania a principios del siglo XIX por Rudolf Steiner. Tal es el caso de la Escuela Dandelión en Saldán, una asociación civil sin fines de lucro que lleva más de 15 años trabajando en comunidad junto con las infancias y sus familias.

Aunque comenzó sólo con el “nido” (como llaman al jardín) y un primer grado de primaria, no tardó en crecer hasta abrir su nivel secundario. “Éramos entre seis y siete familias que veníamos buscando una escuela pri- maria diferente, con pedagogía Waldorf, algo que en la zona no existía. Así que nos organizamos para que eso suceda y sucedió”, recuerda con orgullo Esteban Próspero, uno de los padres fundadores.

Actualmente la comunidad está compuesta por 200 niños, niñas y adolescentes junto a sus familias. Como explica la pedagoga Helle Heckman, elegir una iniciativa Waldorf significa un cambio importante, porque no se trata sólo de una pedagogía, sino que es un estilo de vida. Y en eso es ineludible el acompañamiento e involucramiento de todo el entorno. “La acción y el compromiso con la comunidad es fundamental, es más que llevar a los niños a la escuela”, asegura Esteban.

Un camino de autoconocimiento

Uno de los pilares fundamentales de esta propuesta educativa es la antroposofía, una corriente filosófica creada por el mismo Rudolf Steiner, que propone transitar un camino de autoconocimiento que permita a las personas acercarse a su dimensión espiritual.

“Esta profundidad, sumada a la minuciosa observación de cada niño en todas sus particularidades, crea hermosos lazos entre el maestro y cada uno de sus alumnos. Este vínculo espiritual es uno de los beneficios más palpables de la pedagogía”, explica Érica Schwint, maestra de Dandelión especializada en educación primaria y Waldorf.

En cuanto al sistema curricular, Schwint aclara que es “por épocas”, es decir, no se enseñan todas las materias a la vez si no que se profundiza una por una durante un promedio de cuatro semanas. Lo que permite, según la entrevistada, desplegar el aprendizaje como un proceso único y desarrollar el conocimiento de una manera más sólida, creativa y respetuosa.

“Los niños se involucran con su propio proceso, se relacionan con el mundo a través de las puertas que el maestro abre artísticamente, con gran asombro. Los alumnos aprenden sin- tiendo, haciendo, pensando”, reflexiona la especialista y vecina de Villa Allende.

Así, junto con la música, la alimentación cuidada y la respiración, otra característica de estas experiencias educativas es la importancia del juego libre, ya que, como explica Schwint, “mediante el juego los y las niñas/ os se vinculan con su capacidad de imitación. Recrean escenas y situaciones de su entorno y pueden aprender a través de ellas”.

Escuchar el proceso

En la otra punta de Sierras Chicas, sobre estos mismos pilares que ofrece la antroposofía y los aportes de la pedagogía activa, nace Brote, un espacio educativo ubicado en barrio Ñu Porá de Río Ceballos, al cual asisten niños y niñas de entre 3 y 7 años.

Gestado tras la pandemia, Brote lleva un año desarrollándose en plena Reserva Hídrica

Natural Municipal Los Manantiales, lo que implica actuar en red con brigadistas, guardaparques y el centro vecinal del barrio. Su propuesta toma como punto de partida el trabajo con los cuatro elementos.

“Creemos que podemos aprender lecto escritura y realizar operaciones matemáticas desde un lugar que contemple el movimiento que acompaña los ciclos de la vida. Por lo que es necesario escuchar respetuosamente el tiempo de cada niñe (sic), que no siempre coincide con esta cuestión de ubicarles en grados”, explica Anabel Javiel Molina, licenciada en Psicope - dagogía y una de las fundadoras del espacio.

Para Anabel, algo que aporta la pedagogía activa es la posibilidad de disponer “rincones” de interés para que las infancias puedan explorar con diversos materiales y propuestas, en contacto siempre con la naturaleza.

En este punto, la escucha honesta y el lugar para que las preguntas surjan adquieren peso sobre lo que establece una currícula o programa oficial, como también sostiene la pedagogía liberadora de Paulo Freire, propiciando un “espacio constante a la supervisión reflexiva”.

“Aprendimos que el no seguir un modelo es estar atentos a escuchar el proceso de lo que acontece en cada instancia. Si algo nos fuera entregado como verdad acabada o estructura rígida, esto iría en contra de contemplar la dinámica de la vida y sus procesos de aprendizaje”, reflexiona Molina.

“Este no es un lugar aislado que se ocupa de ‘educar’, sino que juntes (sic) dialogamos y vamos construyendo formas que sean honestas con el proceso de vida de cada ser humano”, añadió otra de las guías de Brote.

Aunque para muchos suene revolucionario, cada vez son más las familias que deciden salir del sistema educativo tradicional. Y es que, como dice Esteban desde Dandelión: “No sólo queremos una buena educación para nuestros hijos. De alguna manera, soñamos con cambiar el mundo”.

Redacción: Antonella Monguzzi . periodico@elmilenio.info

Producción: Milagros Postay y Jerónimo Aliaga (4to IMVA). Miel Vizzo y Morena Torres Allende (4to IENM).