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Pepe Alcamí

Desde el tiempo presente

Escribo desde un lugar de pasos inciertos, de sombras como estatuas de hielo y marismas que velan el dolor de los que partieron

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Escribo desde una guerra, donde los virus estallan como minas antipersona y destruyen los sueños de los hombres

Escribo desde aquel mundo perdido en que nos creímos luz invulnerable, nieve arrogante en el centro de la hoguera

Escribo en ciudades confinadas, desde la soledad de las avenidas por las que caminamos sin rumbo como bajeles desarbolados y dementes Escribo en hogares de clepsidras interminables donde brotan los juegos, las risas, las horas calmas, y también el desencuentro y la violencia

Escribo frente a la mentira y la ignorancia, rodeado por voces vociferantes que nada entienden y susurros ateridos que preguntan por las esquinas

Escribo desde las UCIs, con las palabras imposibles de gargantas intubadas, camas silenciosas, y monitores que dibujan el último latido

Escribo desde un infierno en que morir es condena a la soledad, a la ausencia de las manos de los hijos, de la mirada azul de los nietos

Escribo desde los laboratorios, templos de células, libros [y ADN,

donde la sabiduría repta silenciosa y humilde araña las sombras y alcanza la luz para todos

Escribo con fe y un pulso creciente de sangre y tierra, Escribo desde la rabia y la paz, con palabras de cristal y arena para conjurar el olvido de la peste para abrazar la memoria de tantos

Escribo desde el dolor y la esperanza

Escribo desde el tiempo presente