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Primer año del currículum integrado entrevista Dr. Secundino Fernández

dizaje transmite su vocación docente al resto del personal, que también participará en la formación de los residentes.

Por todo esto, pienso que elegir bien al tutor debe ser uno de los objetivos clave de cada departamento.

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¿Cuáles son, en tu opinión, las ventajas diferenciales que aporta la Clínica al formar especialistas?

Todos los miembros del departamento conocen perfectamente a cada residente. Esto tiene su contrapunto, porque cuando surge algún problema personal, también es más manifiesto que en hospitales grandes, donde todo queda más diluido.

Es un centro que puede ofrecer muchas posibilidades a personas comprometidas. El mínimo exigido es duro y supone ya mucho esfuerzo. Ser capaz de dar esto y querer llegar a “un poco más” es lo que permite una formación médica excelente, asistencial, docente e investigadora.

Para conseguir esta excelencia es preciso un compromiso docente de todo el departamento, empezando por los directores, y esto es algo que cambia con el tiempo, por eso cada departamento es distinto. Es nuestra obligación, como centro docente, promover esa vocación en cada departamento, corrigiendo aquellas actitudes que puedan dificultar la formación. Creo que esto se puede conseguir en la Clínica y es el objetivo por el que vela la Comisión de Docencia.

Finalmente, la razón de ser de nuestra profesión es el paciente, en quien deben centrarse toda nuestra actividad y aspiraciones. Tenemos la suerte de trabajar en un hospital que, con todas sus limitaciones, tiene esa referencia clara. Y me consta que los residentes que se hacen especialistas en este ambiente lo trasladan después allá donde trabajan.

¿Qué crees que aportan los residentes dentro de un departamento?

Son fundamentales. Son profesionales que han tenido una formación universitaria larga y que han aprobado una oposición, por lo tanto, son sujetos capaces desde el principio de desarrollar su actividad y de conseguir sus objetivos. Nosotros tenemos la obligación de ofrecerles las herramientas necesarias.

Son “savia nueva”, jóvenes con ganas de aprender, con mucho que enseñar (pensemos en las nuevas tecnologías, por ejemplo), mucho más fuertes que muchos de los especialistas ya formados. Deben ser el motor del departamento porque pueden estimular de muchas formas a sus “mayores”. Un hospital sin residentes es siempre más pasivo.

Igual que los residentes tienen que “aprovechar” al máximo la figura del tutor, cada departamento debe “aprovechar” al máximo a los residentes. Y no me refiero al MIR como mano de obra, sino como estímulo continuado para construir un espacio de trabajo mejor, siempre dirigido a la mejor atención al paciente que, un día u otro, seremos todos.

¿Cómo crees que debe orientarse la relación entre tutores y residentes para sacar el máximo partido?

Es una relación profesional, que acaba siendo relación personal. Sin embargo, estos dos aspectos (profesional y personal) deben mantenerse separados. En este sentido, creo que las entrevistas formativas realizadas de una forma estructurada, con una reflexión previa de los contenidos por parte de ambos, es la forma de hacerlas mucho más productivas. Salir con unos objetivos pactados y un tiempo acotado para desarrollarlos ayuda a la consecución de metas y, aunque a priori es menos atractivo que comentar “cómo te va” mientras “tomamos unos pinchos”, es mucho más eficaz. De todos modos, no está mal (de hecho, está muy bien) que esta relación se haga intensa en lo personal.

Primer año del currículum integrado:

el decano de Medicina hace balance

El Dr. Secundino Fernández, decano de la facultad de Medicina, nos explica en qué consiste el currículum integrado. Un proyecto que ha iniciado su implantación durante este curso con los alumnos de primero de carrera y que este año avanza con la llegada de la segunda promoción de este modelo.

¿Qué es el currículum integrado?

El currículum integrado es uno de los proyectos más ambiciosos de la Facultad de Medicina en sus 67 años de historia, fundamentalmente por su transversalidad. Se empezó a gestar hace cinco años, impulsado por un Steering Committee de profesores básicos y clínicos, convencidos de que la integración curricular y la implantación de nuevas metodologías docentes eran

necesarias para lograr mejores resultados de aprendizaje.

El currículum integrado pretende enseñar la Medicina de una manera más eficiente para que los alumnos integren los conocimientos teóricos entre sí y con la práctica clínica. Cambia el aprendizaje tradicional, normalmente muy compartimentalizado por materias, para desarrollar un razonamiento crítico en el alumno a través de una docencia contextualizada y orientada a la búsqueda de soluciones clínicas.

¿Qué otros rasgos definen el currículum integrado?

Fomenta las prácticas desde primero de carrera, en los hospitales, centros de simulación y con pacientes estandarizados. El criterio clínico se adelanta al primer día de carrera. El currículum logra así la integración y comprensión que muchas veces experimentan los alumnos una vez que ya son residentes: no es lo mismo responder en un examen qué es la tuberculosis, que reconocer el diagnóstico de tuberculosis en un caso clínico. Estas características motivan especialmente a los alumnos, que van a ver el sentido de su estudio desde el principio.

También cambia radicalmente la forma de evaluar al incorporar la evaluación continua, tanto formativa, para dar feedback al alumno e indicarle puntos de mejora, como para calificarlo.

¿Cuál es el balance de este primer año?

El balance general ha sido muy positivo. Después de

El currículum integrado es uno de los proyectos más ambiciosos de la Facultad de Medicina en sus 67 años de historia

cinco años de intenso trabajo junto a Harvard Medical School, hemos lanzado el proyecto en plena pandemia. Nos asombraron los buenos resultados del primer y segundo bimestre. En el tercer bimestre se detectaron puntos de mejora, que ya se han trabajado, tanto en la coordinación entre profesores como en la proporcionalidad y distribución de la carga académica.

En estos primeros años serán inevitables los reajustes. Pero somos conscientes de que estamos siendo observados por todo el mundo, dentro y fuera de la Universidad, y ser un referente es una exigencia adicional.

¿Se puede hablar de resultados en este primer año?

Un ejemplo que ayuda a comprender los resultados y los beneficios es la integración que se ha dado en el primer curso entre la Anatomía, la Fisiología y la Radiología. Antes era impensable tener a radiólogos en la sala de disección haciendo ecografías, o con resonancias o TAC al mismo tiempo que se explica con el cadáver. Esta metodología se