El pez de Pedrito Desde hace quince días Pedrito madruga y se desplaza al malecón con una caña de pescar y un cuchillo. Sabe lo que quiere, de modo que si el pez no es de color gris verdoso -con una mancha negra rodeada de una línea clara en el centro de cada uno de sus flancos-, lo arroja de nuevo al agua. Le contaron la historia en la catequesis y está seguro que si a ellos les sirvió para encontrar la moneda de oro con la que pagar el tributo para entrar en el templo, él hallará la que necesita para que a su madre no le quiten el piso. Está teniendo peor suerte, ya ha pescado más de una docena y ninguno contenía la moneda ni en la boca y ni en el interior. A ellos les salió con el primero. Empieza a dudar. Teme que -además- no pueda hacer la Primera Comunión.
Javier Ximens Madrid 30