ENTREVISTAALKARRIZKETA ALKARRENBARRI208ABENDUA2013
con los teólogos ayudándoles a que salieran bien preparados y evaluando con ellos las catequesis que impartían en distintos puntos de la Diócesis. Segundo, el trabajo en el Secretariado Nacional de Catequesis, donde estuve cinco años y medio, en los que trabajé con unos equipos extraordinarios de biblistas, teólogos y pedagogos. Entonces elaboramos el catecismo para adolescentes “Con vosotros está”. Y, por fin, como tercer momento, ya de nuevo en la Diócesis, el trabajo interdiocesano con adultos, que dio origen a las comunidades cristianas. Seguro que, desde aquel bendito 1963-64 en que te enviaron a estudiar, se han producido muchos cambios en la catequesis. Muchos, muchísimos. De una catequesis, que consistía en aprender de memoria una serie de respuestas se pasó a una catequesis experiencial. De una catequesis centrada en la doctrina, a una catequesis bíblica con un fuerte subrayado cristológico. Y, por fin, diría, de una catequesis centrada en los niños, hemos pasado a una catequesis donde se tiene en cuenta también a los jóvenes, a los adultos y a las familias. Y convencido que habrá que introducir cambios en el futuro. Nuestra sociedad se ha secularizado. Es un momento que requiere una catequesis del primer anuncio. Los materiales de catequesis actuales tienen, la mayoría de ellos, un sentido misionero, pero no nos hemos detenido a dedicar una parte a lo que llamamos el primer anuncio. No hemos asumido con realismo ni estamos convencidos que estamos en unos tiempos en los que hay que trabajar el despertar a la fe.
Ya jubilado, todavía sigues trabajando sin parar. Estoy muy activo. Estoy escribiendo un libro sobre “El sentido misionero de los funerales” y otro sobre “La presencia de Jesús en nuestra vida”; celebro todos los días con mis dos hermanas aliadas y en la residencia “Antonio Miranda”, cuando me toca; colaboro en la parroquia San José de Baracaldo; acudo a reuniones de varios grupos de adultos; hago la revista de las comunidades cristianas y participo en el Consejo de las Comunidades de la Iglesia, de Bizkaia. Sí, tengo trabajo. Bastante. En tu juventud tocabas con maestría la guitarra y cantabas canciones del Padre Duval en francés, que eran la delicia de los teólogos del Seminario de Derio. ¿Cuáles son tus aficiones en estos momentos? Me gusta el cine, que veo en la televisión; me gusta la música clásica y leo, leo mucho. Me encanta leer, sobre todo, todo lo relacionado con la vida sacerdotal. ¿Qué tal la salud? Va a menos. Tengo una artrosis generalizada en la columna vertebral, con dolores permanentes, pero vamos adelante. Ha sido siempre mi cruz y he aprendido a vivir con ella. De vez en cuando, tengo que descansar durante unas horas para recuperar la espalda. Uno piensa que debería haber un día en la Diócesis para rendir un sonado homenaje a curas como Vicente Pedrosa o a familias como la de Vicente Pedrosa: Dos hermanas aliadas; un hermano también sacerdote diocesano (Txomin Pedrosa, ya fallecido) y otro hermano misionero con sesenta años en Centroamérica, en Costa Rica. ¡Casi nada! ¡Para cortar la respiración! • Javier Martínez Suescun
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“Orain arte, umeei zuzentzen jaken katekesia eta orain, gazteak, helduak eta familiak be kontuan hartzen dira”.