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Un paseo por el valle de la modernidad

Con la dualidad entre lo moderno y lo natural, Annette crece y se desarrolla como testigo de una era de reproducibilidad técnica, como definiría Walter Benjamin. Y recuerda en sus obras cómo la tecnología se une como instrumento en la filosofía de la artista, mostrando con versatilidad el mundo a través de la desigualdad y las injusticias, pero a la vez la belleza que siempre ha existido en lo natural.

Su pasión por la naturaleza y la fotografía nace desde su niñez y la conexión que fue documentando en cada viaje, desde su primera cámara Instamatic 110 y los largos recorridos en el pintoresco estado de California. Esto despertó en Annette un amor inexplicable por el espacio y la tierra, tanto, que la llevó a estudiar Geología para, desde otra mirada, acercarse a la vida y lo que la rodea.

A medida que fue creciendo, la artista, así como todos en el mundo, ha sido testigo de cómo la tecnología envuelve espacios creando ecosistemas que en el pasado podríamos haber considerado futuristas. Al respecto, señala que “Nuestra sociedad está muy dispuesta a crear una naturaleza manufacturada a cambio de conectividad”. Es así como desarrolla su proyecto Fauxliage, en el que cientos de torres de telefonía celular se disfrazan de árboles al oeste de