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Plumas KS: Jacob Pulido

La pelea del año : “El e-commerce vs boutique”, El ring: la pandemia

La pandemia ha traído no sólo cambios radicales en nuestra manera de interactuar con otras personas, también ha generado un cambio vertiginoso en la manera en que los emprendedores desarrollan sus proyectos, pero… pudiera no ser tan claro y real como hasta el momento lo hemos visto.

Por Jacob Pulido / jacob@proyectomoda.com

El confinamiento, el cierre de tiendas, centros comerciales y demás lugares donde podíamos ir a comprar ropa, calzado o accesorios se limitó drásticamente, fue ahí cuando internet llegó para salvar el día, o eso creíamos.

A medida que transcurrió el tiempo, salimos de confinamiento, pero muchos negocios (casi un 80%) no volvieron a abrir, los que sí pudieron abrieron con distintas restricciones y en cada estado del país fue diferente, esto implica estrés para el usuario quien se queda con ciertas preguntas:

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¿Estará abierto? ¿Sería riesgoso ir a la tienda? ¿Y si no me dejan entrar?

La pregunta más frecuente va relacionada con el primer ejemplo, la incertidumbre de estar o no abierto hace que el comprador ya no tenga interés por visitar pronto el lugar, esto se resolvió provisionalmente poniendo letreros en los locales de “atención por WhatsApp, compra en nuestra tienda online” y los emprendedores descansaron porque tuvieron una opción que aparte de práctica era mucho más cómoda, pero nos enfrentamos con un mercado que aún no está 100% preparado para una experiencia de compra digital.

Desde el perfil de consumo hasta las posibilidades para realizar la compra son obstáculos frecuentes que el medio digital se enfrenta, claro que, por su parte, la venta física no se libra de varios contratiempos que la pandemia le ha traído, como el cierre indefinido de locales, el miedo del consumidor de entrar al establecimiento. Aun así, es importante identificar en qué situación se encuentra nuestro mercado potencial de compradores, ya que los mercados se están fragmentando, un mismo mercado que teníamos muy bien definido se pudo haber dividido en 2 o 3 que por algún factor en particular cambia su forma de comprar tu producto. Un buen ejemplo es el mercado denominado “Godinez”, aquel conformado por personas que tienen un empleo en algún banco o corporativo, donde sus jornadas son muy específicas, con horarios establecidos, calendarios marcados, el primer gran cambio que sufrió este nicho fue debido al confinamiento obligatorio que sufrimos en la primera etapa de la pandemia, donde ninguno salía de su casa pero se mantenía trabajando, en una segunda evolución una parte se quedó trabajando en casa y la otra salió nuevamente a trabajar, porque así prefería o porque así se lo indicaba en su trabajo, aquí la pregunta sería: ¿Cómo compra esa persona que se queda a hacer home office? y ¿Cómo compra la persona que regresó a trabajar presencialmente?

Podremos observar dos diferencias claras, el tiempo invertido para llegar a su trabajo, mientras que uno invertirá de 1 a 2 hrs en poder estar listo y llegar puntual a su lugar de trabajo, los otros bastará con que 20 minutos antes se preparen para conectarse a la videollamada.

Esto llama a atender los cambios que estamos sufriendo constantemente en la manera que la gente está comprando productos, por esto es vital volver a conocer a nuestro cliente, volver a empatizar con él y lograr que prefiera nuestro producto por encima de los demás.

Lo anterior hace que sea necesario re-entender al usuario, volver a dedicar tiempo para conocerlo nuevamente, no esperar que solo lo que vemos superficialmente nos sirva de única guía para lograr captar su atención, en estos momentos de incertidumbre necesitamos planear mejor nuestras estrategias de posicionamiento y ventas. La manera más efectiva de lograr esto será saber a ciencia cierta cómo están viviendo su realidad nuestros posibles clientes y así generar soluciones que se adecuen a sus necesidades.

En conclusión, no es solo aprovechar las nuevas herramientas, es no hundirnos en una zona de confort que se ve fortalecida por los medios digitales. El negocio de la moda debe ser integral y acercarse donde está el cliente, no solo esperar a que el cliente se acerque a donde nosotros estamos.

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