Los monográficos de el mensual
TIERRAVIVA Clima, sostenibilidad y medio ambiente tiende a idealizar la vida rural y se olvida que no todo es aire puro, pájaros cantando y paseos en primavera. Por eso destaca que «lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de plantearse el cambio de vida es que resulta imprescindible tener coche y carné de conducir». Desde Abraza la Tierra suelen recordar una y otra vez que, a la hora de buscar oportunidades en el campo, hay que tener muy claro dónde se va y poner de acuerdo a todos los miembros de la familia. A partir de ahí, recomiendan en la organización, deben hacerse varias preguntas: «¿De qué voy a vivir? ¿Puedo vivir con un teletrabajo? ¿Qué se me da bien?».
Desde 2010 ha aumentado exponencialmente el número de peticiones que gestionan. «El perfil del solicitante tipo –describe González– son parejas con estudios superiores procedentes de grandes ciudades, sobre todo de Madrid, de unos 35 años y sin hijos. Contactan por centenares con nosotros, pero muchos no están en disposición económica de cambiar su residencia e iniciar una empresa». La coordinadora de Abraza la Tierra insiste en que «la vida en el campo no es fácil, hay que seguir pagando facturas y es imprescindible tener un proyecto de vida y de subsistencia». La experiencia de estas organizaciones de apoyo certifica que en estos momentos es poca la gente que consigue integrarse y salir adelante sin problemas, en relación a la que lo de-
3.000 son aproximadamente los pueblos o aldeas abandonados y deshabitados en toda España. De ellos, alrededor de 60 están en venta
La Puebla de Fantova, tierra del tomate. Debajo, templete de reuniones en El Rincón de los Cerezos; Andrea, que recibió ayuda de Abraza la Tierra; cosecha detomaterosademontaña.FOTOS:JAVIERSELVA,ALTYALTERNATURA
sea. Apenas surgen ofertas de empleo en los pueblos, por lo que las opciones pasan por abrirse camino montando un negocio propio. Según el último censo de habitantes del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población de los municipios de menos de 100 habitantes ha aumentado en un 12,9% en los últimos 10 años, y también ha crecido, aunque solo un 0,2%, la de las localidades de entre 2.000 y 5.000 habitantes. Además, desde 1998, año tras año, son más las personas que abandonan las ciudades de más de 100.000 habitantes para establecerse en poblaciones de menos de 10.000 que las que siguen la dirección contraria. En todo caso, las cifras oficiales de movimientos poblacionales son escasas, por lo que no se puede hablar de un éxodo a los pueblos. La agricultura y la ganadería son las ocupaciones mayoritarias dentro del mundo rural, aunque cada vez se tiende más a diversificar con nuevas ideas de negocio que aportan las generaciones que se van in- >>>