PREGÓN DE HUETE Hermanos quiterios, hermanos todos, querido Presidente y Comisión, déjenme que alce mis manos y agarre las vuestras para que este humilde quiterio sevillano, como si de un monaguillo se tratase, ayude y les muestre el sentir de mi corazón hacia las fiestas que están a punto de comenzar. Mis ojos ya pueden divisar los primeros arboles de la chopera donde las hadas parecen danzar entre sus ramas, la magia y la devoción envuelven mi alma al llegar a la plaza donde los músicos de corazón, ya son envueltos por un cariño inconfundible de unos vecinos que todos los años repiten, esa tradicional asistencia al Pregón, a los galopeos, al Concierto, a la procesión, al desfile final… Queridos quiterios, mientras las marías de Dios prepararán la limoná, quiero que me puedan acompañar ante unas vivencias que han sido grabadas en mi alma y no en un lienzo, partirura o cuartilla. Mis pasos se paran antes de seguir hasta un final para alzar mi mirada a la casa de los Quintero donde todo es amor y fraternidad, a mi derecha, el Duque y el Chibuso, hogar de descanso y músicos de verdad, y mientras mis labios sonríen a Pablo que hace gente para comenzar a caminar, mi hermano Pedro señala el camino verdadero por donde debemos de avanzar. El aroma primaveral envuelve la tarde como si de naranjos nos ofrecieran su azahar, cuando se anda por la calle central; se ha iniciado esa procesión de amigos, esa procesión de amor y verdad, esa que todos vosotros se van incorporando poco a poco para llegar hasta el verdadero foco de nuestras costumbres, para estar presente ante ella, a la que debemos la verdadera fe y fidelidad. Mientras seguimos avanzando, Isabel de los Lays junto a su hermano el pañuelo me colocan bordado sobre mi cuello, y las sonrisas se vuelven alzar, cuando Merche, Jesús y Triana del Carmen me dan un buen abrazo, ya que por la gracia del Santísimo, de ser familia compuesta por tres miembros, verdaderamente son cuatro.
El sol parece despedirse, mientras la luna con tez gitana se va asomando, cuando Isabel Quintero y su hermano Fernando, me entregan su bendición para subir al altar pregonando, que como hijo y cristiano, bendito sea ese balcón glorioso de callejuelas infinitas, donde las gargantas lucen los vivas de mi querido Mario. Como si de estrellas fugaces o luceros, en el cielo están danzando, en el cielo me hacen gestos para decirme que no nos han olvidado, y los rostros empiezan a aparecer , y todos son nuestros hermanos, como la Quiteria que se nos fue, pero aquí sigue tu hermana, rezando y rezando. Las mujeres y los jóvenes son alma viva y futuro de nuestra fe, ellos y ellas son la principal columna de las fiestas para todo esto jamás pueda desaparecer y llegando a la mitad del camino, mi amiga Rosa pregona a son de cariño, que alegría de verte cada año querido Moisés. Ya esta cerca esa cuesta hasta el cielo, ya esta cerca esa cuesta que los hijos del barrio de San Gil me llevan, para poder gritar a los cuatro vientos, que sobre tus sienes reluce la corona de princesa. Mi mente vuelve a viajar en el tiempo, vuelve a viajar cada mes de mayo junto a ti en la procesión, donde tus devotos, jóvenes y mayores, te acompañan sin descanso, te acompañan bajo un sol abrasador lleno de ternura que tu piel no esta quemando, si no la dora como la fina plata que con el mismo oro es preciado, la bulla en tus calles, los danzantes piropeando, los mayores con sus trajes engalanados, y la Santa Madre Iglesia tras de ti, junto a tu bendito y bordado manto. En la calle te cantan, si no son operas o aves del cielo se quedan escuchando, a ese hombre bueno que por tu intercesión, de malas enfermedades quedo curado, dándole tu bendición, que con su voz angelical, el mismo infierno queda humillado. Llegas al Parque, las flores salen de sus balcones para dar sus mejores perfumes y olores ante la Santa mas buena de los cielos, aquella que sobre su
trono quiere a los mas jóvenes y niños para que padres y abuelos queden tranquilos, ya que bajo sus flores y plantas quedan bendecidos. Se inicia el camino de vuelta, y mi mente vuelve al presente en la ya casi acabada procesión de amigos y hermanos. Ya queda muy poco para tenerte cerca Santa mia, ya todos tus devotos lucen sus pañuelos para que Miguel Gonzalez y Jose Ignacio Cansino den la orden ante la banda que cumplen sus bodas de oro con los mejores sones desde Sevilla; ya es Candelaria noche en mi regazo, y en la puerta el Padre Fernando bendice con sus homilías, mientras las campanas de la ermita, suenan y replican y desde el cielo el maestro Iglesias compone tu Himno que llevamos por bandera a son de la dulzaina, tamboril en el alma mía. Queridos quiterios, hermanos de almas, llevemos con alegría, de que este humilde sevillano sea pregonero en Huete y en Andalucía Por eso, jamás me canso y me cansare , y daré si fuera preciso mi vida, para seguir gritando a vosotros esos grandes vivas:
¡Viva la flor de las flores¡ ¡Viva el pueblo tocado por la mano de Dios¡ ¡Viva el amor de nuestros amores¡ ¡y viva su amantísimo Corazón¡ ¡Viva la princesa de nuestro barrio¡ ¡Viva el Rosario que nace en esplendor¡ ¡Viva su santo rostro¡ ¡y viva su manto de consolación¡ ¡Viva la Esperanza de nuestras almas¡ ¡Viva la Reina de nuestra devoción¡ ¡Viva la mas hermosa mujer¡ ¡Viva el corazón que en su alma palpito¡
¡Viva nuestra Santa¡ ¡Viva la rosa de Jericó¡ ¡Viva la vencedora española¡ ¡y Viva San Gil que desde el cielo te lo agradeció¡ Hemos llegado a la Ermita, Fernando abre las puertas, y estando ella en su capilla, parece sonreírme con hermosas mejillas, que hacen que se inclinen ante su imagen mis frágiles rodillas, para alzarle mi mirada, y cantar sobre notas ante mis hermanos del barrio que son mi compañía, y con afecto cariño decirle al Presidente y a la Comisión con lágrimas que recorren sin dejar brisa, en el que señalando tu imagen, les digo, ¡¡‘’ahí la tenéis, ella es, la Gloria de Castilla’’.¡¡ ¡¡¡Viva Santa Quiteria¡¡¡ He dicho.