XX Fui hasta donde estaba el brillo. En Córdoba y en otros balcones había visto piedras así. Desaparece el verde. Desaparece el cielo. Desaparece el ruido de los pasos que di. Viene él. Con la boca me acuesta. También podría tener la cara partida de un golpe. Pero es tibio y no sé. Trae otras piedras y adornos que no veo. Me cose. Me tapa los oídos hasta dormirme.