A contracorriente Noe Casado

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—masculló él con el evidente propósito de ponerla nerviosa. Ella, que le conocía bastante bien, juntó sus manos justo en el centro y le agarró con brusquedad, haciéndole saber que o se estaba calladito o iba a pasarlo realmente mal. Una vez hecha la sugerencia, le desabrochó los pantalones y se los bajó junto con la ropa interior, dejándole totalmente expuesto a sus caprichos. Samantha siguió a su espalda, más que nada para que él no advirtiese que no sabía muy bien por dónde empezar. Probó a darle una palmadita en el trasero, pero tan suave que seguramente él se iba a reír. Otra, y otra y otra. No lo debía de estar haciendo del todo mal cuando al mover una mano hacia delante y agarrarle la polla comprobó que estaba excitado, completamente. Pero, siendo sincera, ella no tenía mucha idea de cómo continuar. —No te muevas —le dijo separándose de él. James se cruzó de brazos y esperó. La muy puñetera se lo iba a hacer pasar realmente mal; estaba convencido. Claro que tampoco debía sorprenderse. Si alguien sabía sacar provecho de cualquier situación era su mujer, y en eso Samantha era bastante aplicada. Buscó entre las prendas desechadas y agarró lo que le pareció más idóneo para sus propósitos. —Agáchate un poco —le pidió ella situándose enfrente. Le colocó su propia corbata a modo de venda. Bien, ahora podría realmente llevar a cabo su plan. Le lamió los labios y él gruñó cuando se dio cuenta de que no tenía intención de avanzar. —Ande o no ande, caballo grande —dijo ella riéndose cuando le dio un golpecito a su erección. Se alejó de él, dejándole totalmente desorientado, pero como lo había prometido, ni podía sugerir nada ni intentar hacerse con el control. Debía contenerse y no estropear su diversión, pero empezaba a cansarse de los juegos de ella. ¿Adónde quería llegar? Por si fuera poco se sentía de lo más ridículo, allí de pie, desnudo, empalmado y con los pantalones en los tobillos… Todo un cuadro. Aguzó los sentidos, especialmente el oído, para intentar tener una ligera idea de qué estaba tramando su esposa (qué bien sonaba


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