una poderosa energía para el cambio tructiva y necesaria para la vida, puesto que nos permite resolver nuestros problemas con asertividad y sentido realista. En cambio, si es volcada contra uno mismo o contra los demás se convierte en patológica y destructiva, generando en nosotros graves problemas de salud y perjudicando seriamente al prójimo. Dependiendo de cómo manejemos la fuerza de la rabia, de cuáles sean nuestros objetivos, usaremos la agresividad al servicio de la violencia y la destrucción o, por el contrario, aprenderemos a utilizarla con decisión constructiva para emprender algo nuevo y enfrentar las dificultades. Usar la rabia en positivo es posible si no nos dejamos llevar por ella, si no nos permitimos reaccionar agresivamente ni contra uno mismo ni contra los demás. El contrapunto de la rabia es la tolerancia, el temple y la paciencia que nos libran de actuar en caliente, pues al reaccionar agresivamente generamos círculos viciosos que complican aún más la situación: la rabia que se nos
descontrola hacia la agresión genera culpabilidad; la rabia sin freno crece hacia la ira, el odio y la guerra, y acaba por destruirlo todo. Canalizar nuestra agresividad de forma constructiva equivale a no
nuestra rabia podremos ir comprendiendo lo que la ha originado: ¿querer satisfacer un deseo y no ser complacido?, ¿sentirse incapaz de resolver un problema o situación difícil?, ¿sentirse disgustado o dolido porque nos han herido en nuestros sentimientos?, ¿sen-
El contrapunto de la rabia es la tolerancia, el temple y la paciencia que nos libran de actuar en caliente
tirse agredido por alguien?... Si en cualquiera de estas circunstancias optamos por atacarnos o atacar a la otra persona creamos daño en nosotros mismos y en el otro. Hay quienes tienden a agredirse y quienes tienden a agredir a los demás, pero tanto si volcamos la agresivi-
dejar que se apodere de nosotros. Evitamos que nos domine cuando nos permitimos sentirla y expresarla en nuestro interior, aceptándola. Pues al dejarnos sentir evitamos tanto encerrar este sentimiento doloroso adentro, como desbordarlo. La acumulación de rabia interna suele llevarnos a oscilar desde la impotencia o parálisis a explosiones de ira repentinas, emociones, ambas de un gran poder destructivo. Pero al sentir y observar
dad hacia los que nos rodean como si la encerramos adentro de uno mismo el resultado es el mismo, la generación de dolor y violencia. En cambio, una vez sentida y detectada la causa de nuestra irritación podremos ponernos en marcha, afrontar dificultades con coraje, y actuar para modificar la situación que nos ha generado el sentimiento de rabia, es decir, usar esta enorme fuerza transformadora para un cambio positivo. d
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