Fa molts okcastellàok

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BibliobĂşs Tagamanent BBibliobus


Textos de Xevi Cunill Colaboración imprescindible de Mercè Sayol Diseño de la cubierta de X. Cunill 2013 – Ediciones de Mi Casa, M.C., Call Moltó, 1A – 08500 Vic, Catalunya

Primera edición: septiembre del 2013 ISBN: 628-92-02-7-4 Depósito legal: 200 litros de gasoil http://bibliobustagamanent.blogspot.com.es/ b.tagamanent@diba.cat bibliotecavirtual.diba.cat

Cuento basado en hechos actuales y muy reales

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EL ORÍGEN DEL TAGAMANENT

H

abía una vez un vehículo que alegraba siempre el corazón. Le llamaban Bibliobús e iba cargado a rebosar de libros. Transitaba por pueblos, villas y cortes de la querida

Catalunya y su noble propósito gravitaba en diseminar grandes cantidades de cultura y ocio. Una gran labor ésta, sin duda. Los centenares de libros que esparcía a lo largo del territorio, iban conquistando

corazones de gentes agradecidas que daban

grandes muestras de júbilo y satisfacción. Tan mayúsculo fue su triunfo que no tuvo más remedio que multiplicarse hasta el día de hoy. A finales del siglo pasado en un asentamiento premonitorio llamado “Esperança”, fue donde la madre Diputación parió el sexto de los hermanos bibliobuses, el TAGAMANENT, con la esperanza de abrir y consolidar nuevas rutas bibliobuseras. En mayo del 2012 cogió el gobierno del bibliobús Taga* la joven Assumpta, entregada y competente bibliotecaria, experta en casi todas las artes, fundamentalmente en las literarias. A su lado, el “veterano” Xevi, un mozuelo espigado, algo valiente y suficientemente respetado conductortecnicoauxiliardebibliotecas. Menudo cargo, vaya! Experto en vete a saber qué... *Nombre familiar del Tagamanent en el argot bibliobusero.

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Y fue así como la capacitada bibliotecaria y su fiel escudero, orgullosos en el Bibliobús Tagamanent, se lanzaron en busca de prodigiosas y conmovedoras historias por largos y cortos, rectos y sinuosos, agitados y calmados senderos de su amada tierra catalana.

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CASTELLCIR. MAÑANA DE UN JUEVES DEL AÑO 2013

A

proximadamente a media mañana, dejaron tras de sí las hermosas llanuras de la comarca de Osona para infiltrarse en las crecidas cumbres del Vallès Oriental.

Recorrieron

largo

tiempo

por

serpenteados

caminos

hasta

vislumbrar el mono pueblecito de Castellcir. Ya en su puesto, el Taga necesitó quince minutitos más para quedar perfectamente acomodado; bajó sus cuatro patas estabilizadoras, conectó dos cables de alimentación y se protegió

de

primaverales

los

rayos

con

una

flamante manta térmica. T

Assumpta y Xevi habían bautizado la parada con el esclarecedor

apodo

de:

“CERCA DE”. 4


Cerca de la alcaldía, de la enfermería, de la cafetería, de la parroquía, de la droguería. Cerca de la tabaquería, de la guardería, de la geriatría, de la academía... Hasta tal punto era conveniente su emplazamiento, que desde hacía poco, el Tagamanent compartía vecindad con un parecido carruaje

móvil,

repleto

de

seres

tan

extravagantes

como

bogavantes, aligotes, borriquetes, chanquetes y salmonetes. Empezó el día en Castellcir bastante movidito. En primer lugar recibieron la visita de las crías del colegio “la Popa”*, sujetos devoradores de libros, dispuestos a limpiar todos los recovecos del bibliobús. Llegaban siempre acompañados del profesorado, que les recomendaban los menús literarios más digeribles y apetitosos. Una vez finalizada la visita escolar, utilizaron el servicio de préstamo nuevas personalidades, tales como grandes abuelas y abuelas grandes y grandes lectoras de grandes novelas y grandes biografías. Y también grandes mamás y mamás grandes en busca de grandes libros para las grandes conferencias de sus pequeñas y pequeños. ¡Ah! y también grandes abuelos grandes en busca de grandes relatos. Para rematar el servicio mañanero, Xevi hizo provechosas visitas al ayuntamiento y a la residencia geriátrica con el fin de acercarles importantes stocks de músicas y películas para su goce. * El apodo la Popa, tiene su origen en el parecido al trasero de un barco de los restos de la vetusta muralla del castillo de Castellcir.

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3

P

LLENANDO EL DEPÓSITO lenamente satisfechos y con la firme convicción de haber concluido una buena faena, la parejita bibliobusera reprendió su ruta

dirección al vecino pueblo de

Castellterçol, esperada destinación semanal de las tardes de los jueves. Tras

sortear

un

semáforo,

dos

estropeadas

vallas, tres

desorientados perros, cuatro imponentes baches, cinco confusos cruces, seis largas rectas, siete lentos camiones, ocho peatones despistados, nueve coches mal aparcados y diez minutos de reloj, arribaron

contentos

y

hambrientos

al

esperado

puesto

de

Castellterçol. Seguidamente, a las dos y media en punto más o menos, cumpliendo con buena maña el siempre bendecido proverbio castellano... “No

hay mejor reloj ni

campana que comer cuando hay gana”, Assumpta y Xevi se posaron frente

al

mejor

altar

del

universo posible, del mejor restaurante del planeta posible y del mejor de los mundos posibles ¿Una exageración, quizás? NO. *EslóganrobadodeunacampañadelaGeneralitatenlosañosnoventa.

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En los escasos paréntesis del festín, aprovecharon debidamente la ocasión recogiendo evaluaciones, críticas y ránquines de novelas y ensayos aparecidos en las páginas culturales de “El Periódico”. Finalmente y cumplidos todos los requisitos, encaminaron sus repletos “depósitos” dirección plaza Prat de la Riba, en cuyo enclavamiento privilegiado estaba esperando el protagonista de este apasionante relato, nuestro querido Bibliobús Tagamanent.

4 CASTELLTERÇOL. TARDE DEL MISMO JUEVES

A

pocos metros del bus, intuyeron una inequívoca silueta

femenina. Era la Montserrat, la primera usuaria de la tarde.

Pese a su avanzada edad, subió ágilmente los peldaños del Taga con un “Bona tarda”. Su rostro manifestaba aún el gozo provocado por la lectura de las dos románticas y endulzadas novelas que su querida bibliotecaria le había prestado la semana anterior. Minutos después y con la ayuda de Xevi, descendía

la

escalinata

Tagamanentera,

más

orgullosa y más contenta que unas pascuas con cuatro macabras y terroríficas novelas seleccionadas por su estimada consejera Assumpta. Seguidamente recibieron la visita reposada y sosegada de Imma, una enamorada de los libros, que se apresaba a recoger quince ejemplares para el club de lectura del mes en curso. 7


La visita coincidió con la del amigo Ramon, que semana tras semana canjeaba revistas de bricolaje mientras les obsequiaba sabios consejos para poder transitar en este complicado planeta tierra. Y como es sabido, tras el sosiego llega el acaloramiento.

Y DE PRONTO ...

Monopolizaron los ordenadores tanto Sheila, que navegaba por Internet a toda vela, como Kevin que volaba a toda pastilla por los mapas de Google. Con un gran frenazo aterrizaba la maestra Roser que, cansada y sin poder decir ni mu, recolectaba tres novelas recién salidas del horno al mismo tiempo que retornaba dos novelas terminadas de devorar.

Shaima, Nisrin y Asmae revolvían cuentos de Princesas y Príncipes de purpurina o quizá revolvían la purpurina de los cuentos de Princesas y Príncipes. Mariona,

su marido y sus hijos almacenaban cómics de los conocidos Tintins, Astérix y Mortadelos, mientras llenaban la bolsa del Bibliobús de manuales de cómo ser unos padres ejemplares.

Alfons reclamaba la película de su vida o su vida de película. Teresa cuentacuentos escogía cuentos con su mano derecha para asimilar nuevas historias y con su mano izquierda acarreaba un montón de “Camilleris” para descubrir astutos asesinos. Xevi

abandonaba por unos instantes a su compañera Assumpta, con el propósito de trasladar el best sellers “El abuelo de 100 años que se escapó por la ventana” al domicilio de la abuela Carme de 99. 8


Manuel

con la ayuda inestimable de Assumpta recopilaba información de los “Murakamis” habidos y por haber, leídos y por leer.

Pol, Gil y Nil frotaban y husmeaban infructuosamente las páginas sobadas de los Gerónimos Stiltons.

Assumpta pedía todos los datos necesarios para elaborar el carné a un nuevo usuario y Xevi reclamaba por teléfono a Àngel la novela “El Ángel perdido”, mientras forraba libros recién llegados. Clàudia, una nueva usuaria, botaba de alegría con su flamante carné de la red de bibliotecas y solicitaba información de los servicios disponibles.

Josep examinaba la última revista de ordenadores de tan última generación que se estaban inventando o aún estaban por inventar.

El otro Josep devoraba “Maigret” de “Simenons” como el monstruo de las galleteas lo hacía con las galletas. Las hijas de (H)Anna o Anna y sus hijas se ponían las botas y les caían las gotas con los y las “protas” de los y las obras musicales y literarias.

Xevi

hacía imposibles entre la muchedumbre concentrada en el pasillo central para abrirse paso una vez mas hacia su lugar de trabajo.

Abel, Biel y Joel recogían las siete Bolas de “Dragon Ball”, mientras Miquel, Daniel y Rafael congregaban todos los mangas a su alcance.

Xevi ordenaba todo el material esparcido en el campo de batalla, volvía a la carga forrándolo todo y, como forense literario, daba sepultura a los documentos mordidos, arrugados, mutilados y anticuados.

,

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... y más Y más

Y llegaron

y más y más

y más...

las siete menos cuarto,

Las siete, las siete y cuarto,

Exclamaron

satisfechos

Assumpta y Xevi

en el momento justo de sellar la puerta automática del Bibliobús Tagamanent

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5 RETORNO A LA “ESPERANÇA”

Relajados,

la

bibliotecaria y su escudero

Retomaron el camino de Vuelta a casa. La

luna adornaba el horizonte

justo al Lado del monte Tagamanent. Con el y la

corazón Colmado de júbilo cabeza Llena de libros,

Transitaban tranquilos junto a ellos pensando en su eterna supervivencia. En la “Esperança”, desconectaron el Bibliobús Tagamanent con la

Esperanza de Revivir intensas jornadas

como las de

Este Hermoso cuento.

Y CON Colorín y CON colorado este cuento... te ha gustado ?

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A finales del siglo XX de nuestra era, nacio en la “EspErança” el protagonista de esta hermosa histOria: el Bibliobus Tagamanent. fue el bibliobús señalado para reinar en Castellcir,Castellterçol, Folgueroles, Montesquiu, Muntanyola, Olost, Oristà, Seva, Sant Miquel de balenyà, Sant Boi de Lluçanès, Sant Martí de Centelles, Sant Quirze Safaja y SANTA Eulàlia de Riuprimer.

Des del

primer dia, el bibliobús Tagamanent

se convIrtio en su principal y necesario amigo para lograr alcanzar la paz y el bienestar espiritual, a traves de la cultura, el ocio y el pensamiento.

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