Correspondencia Internacional 27

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CUBA empresas yanquis en Cuba, cosa que ya está planteado para la telefonía, y que se ampliará si se sigue negociando y aliviando el bloqueo, profundizará los males capitalistas contra el pueblo cubano. No al bloqueo, defendiendo las conquistas de la revolución

que llevará “mucho tiempo” y “trabajo” (Clarín, 6/04) El gobierno cubano abre expectativas en el gobierno de Obama El 4 de noviembre, mientras se hacían las elecciones presidenciales yanquis, Granma publicó las habituales “reflexiones” de Fidel. Este se definió como “neutral” entre ambos candidatos, aunque resumió las principales promesas electorales de Obama, destacó su color y agregó que era “más culto, inteligente y ecuánime” que el republicano McCain. El 22 de enero, su reflexión sobre el nuevo presidente en Granma fue: “Nadie podría dudar de la sinceridad de sus palabras cuando afirma que convertirá a su país en modelo de libertad, respeto a los derechos humanos en el mundo y a la independencia de otros pueblos.”, y unos renglones más abajo se refirió al “rostro inteligente y noble del primer presidente negro de Estados Unidos”. A comienzos de abril, siete legisladores afroamericanos demócratas visitaron Cuba. Ya hubo tres viajes semejantes entre 1999 y 2000 de este “caucus negro”, muy influyente en el Congreso. Este año fue un tema central el bloqueo. La líder del grupo, Bárbara Lee, infor mó que intercambiaron ideas sobre qué se debía hacer para levantarlo. Según ella, “el 68% de la población norteamericana” se opone al bloqueo, y llamó a normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba (Clarín, 6/04). Tres de ellos fueron recibidos perso60

nalmente por Fidel, quien en su “reflexión” posterior calificó la reunión de “magnífica”, y respecto de Obama reiteró su “seguridad de que sus palabras eran sinceras” (Granma, 8/4/09) Sin duda es un derecho legítimo del gobierno cubano tener relaciones diplomáticas o comerciales con los demás gobiernos del mundo, comenzando por su todopoderoso vecino. Pero esto no justifica los elogios a Obama o abrir la menor expectativa en que pueda haber un beneficio para el pueblo cubano impulsado por el principal y más agresivo imperialismo del planeta. Los distintos hechos que comentamos respecto a negociaciones en cursos o las declaraciones recientes están indicando que Raúl, Fidel y el PC están buscando un restablecimiento de las relaciones políticas y comerciales con Estados Unidos, profundizando la penetración imperialista y en beneficio de los nuevos empresarios cubanos. Esto explicaría las características que tuvo el acto realizado en Santiago de Cuba el 1º de enero, a los 50 años de la revolución. No hubo convocatoria de masas, y Fidel apenas publicó un saludo de dos o tres renglones. Encabezado por Raúl, hubo un acto muy pequeño (3.000 personas, la mayor parte funcionarios del PC y del gobierno, que accedieron a la plaza donde se hizo con su entrada rigurosamente controlada), sin presencia de mandatarios extranjeros, ni siquiera tan cercanos como Chávez, y su centro fueron los números musicales, trasmitidos por televisión. Es imprescindible alertar que la participación directa y libre de las

Las fuerzas antiimperialistas, democráticas y revolucionarias deben reclamar unificadamente el fin del bloqueo. Es imprescindible la solidaridad con ese anhelo del pueblo cubano, más allá de los alertas que hemos venido planteando. También hay que sumarse al reclamo de libertad para los cinco presos políticos cubanos en Estados Unidos. Pero es mucho más lo que está en juego. Para sacarse de encima el bloqueo, y defender las conquistas logradas con la revolución, que vienen cayendo hace años, el pueblo cubano tiene por delante el desafío de revertir el curso político y económico que están instrumentando Fidel, Raúl y el PC Cubano. Debe lograr libertades políticas y sindicales. Acabar con el régimen del partido único y la prohibición del derecho de huelga. Tener libertad para movilizarse y organizarse. Poder discutir libremente un plan económico que arranque de recuperar el monopolio del comercio exterior, elimine el sistema bimonetaria actual y otorgue un aumento inmediato y sustancial de los salarios. Poder discutir una nueva planificación con democracia obrera, que ataque la creciente diferenciación social, empiece a revertir la restauración capitalista y garantice salarios dignos, la recuperación de la educación y la salud logradas en los primeros tiempos del Socialismo del Che y la revolución triunfante, así como el fin de los privilegios para los burócratas. Así una vez más el pueblo cubano marcaría rumbos para defender su revolución socialista y extenderla a Venezuela, Bolivia, Ecuador y toda América Latina.

1. Véase el discurso completo en http://www.cuba.cu/ gobierno/discursos/1979/esp/f260779e.html 2. Reflexiones sobre economía cubana. Omar Everleny Pérez Villanueva (compilador). La Habana, 2006. 3. De Martí a Fidel. Luiz Alberto Moniz Bandeira. Norma, Bs. As., 2008.


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