5 minute read

Opinión La aparición del libro

De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación. Jorge Luis Borges La evolución del libro tiene alrededor de cuatro mil años. Se inició con las tablillas de arcilla, le siguió los rollos de papiro, luego el pergamino entró en escena, las tablillas de cera entraron al panorama, los códices —“derivada de esta es la palabra código”— desempeñaron un papel fundamental y el primer libro impreso, que se dio con la invención de la imprenta, fue una biblia con una tirada de 180 ejemplares. A esto le llamaron la Biblia de Gutenberg.

La creación del papel ayudó mucho a la aparición de la imprenta y al archivo de documentos oficiales y eclesiásticos. La fundación de las universidades influye en los manuscritos y a desarrollar la técnica de la impresión, que es una devoradora de papel. Con esto comienzan a desarrollarse las identidades culturales en los lugares donde el libro aparece y adquiere importancia cultural e intelectual, aunque no haya un consenso de lo que significa “nación”. (Véase a Homi K. Bhabha, Nation and Narration).

Advertisement

Las nuevas prácticas del libro se fueron introduciendo a través de los años.

Ese es el caso de la portada, cuyo nacimiento es interesante y curiosa por sí misma: “su finalidad es indicar al lector el estado civil del libro.” Su diseño, el tamaño de la letra, los colores, las ilustraciones si las hay, son una pequeña reseña de lo que el lector encontrará al leer el texto en su conjunto.

El funcionamiento de la imprenta fue igual que las demás industrias. Las mismas leyes que el resto del mundo comercial y un producto o mercancía que le generaba dinero a los propietarios que tenían ese oficio para ganarse la vida y alimentar a su familia. Poco a poco se demostraría que su producción tendría efectos directos de aportación al fisco.

Esta industria del libro influyó en que surgiera el librero, una ocupación tan compleja como la del impresor. El librero, que en ocasiones podía ejercer de editor, aumentaba su poder adquisitivo publicando libros. Él elegía textos, tenía relaciones con los autores, obtenía el papel necesario, seleccionaba a un tipógrafo con experiencia y vigilaba minuciosamente su trabajo.

Con la imprenta nació la figura del autor, tal como se conoce hoy día, y que recibe beneficios por la obra vendida en distintas librerías. Su libro es una mercancía que se mercadea y promociona. Se presenta en actividades organizadas con ese propósito, y en muchas ocasiones su presentación como actividad genera un ambiente cultural e intelectual que ayuda a reunir a escritores e intelectuales por igual.

La biblia políglota se imprimió gracias a la invención de la imprenta, que se multiplicó cientos de veces por toda Europa. Esto ayudó a aumentar la producción de libros, que a partir

Para un Puerto Rico con futuro

del siglo XVI tomó un giró extraordinario que contribuyó a que las bibliotecas comenzaran a llenarse de textos en distintos idiomas que serían de ayuda para los eruditos, intelectuales, toda mente curiosa ávida de conocimiento y las universidades en general.

La encuadernación de libros anteriores al siglo XIX son, por mucho, superiores a los libros actuales. Esto en parte se debe a que el libro y los manuscritos eran elaboraciones muy “costosas y raras, que merecían protegerse y adornarse”. Al igual que con los documentos, sin el libro no podría haber historia, pues muchos textos son fuentes primarias, como lo son el diario de un autor o unas memorias. (Véase a Oscar Handlin, La verdad en la historia).

Este tema fue tratado de manera minuciosa por los historiadores Lucien Febvre —historiador de la escuela francesa de los ANNALES, compañero de Fernand Braudel, Jacques Le Goff y Marc Bloch, entre otros— y el bibliotecario Henri-Jean Martin, en la obra cumbre e insuperable, La Aparición del Libro, cuya lectura es obligada y enriquecedora para entender esta extraordinaria invención.

Dirección Postal: PO Box 15074

San Juan, PR 00902-7515

Dirección Física 1064 Ave. Ponce de León 2do. piso San Juan, PR 00907 redaccion@elvocero.com

787-622-2300 787-721-2300

Clasificados

787-724-1485 / 787-622-7495

Otro año lectivo ha concluido y, después de los actos oficiales de graduaciones y logros, nuestros estudiantes egresados de duodécimo grado celebran fiestas que, al pasar de los años, recordarán con alegría y nostalgia. Nuestras felicitaciones a todos ellos, sus madres, padres y maestras. Más que merecido tienen disfrutar el cierre de una etapa importante en su vida, pues a partir de este momento comienza la puesta en acción de sus planes, a futuro: estudios postsecundarios y universitarios, la búsqueda de empleo a medio tiempo o tiempo completo, sumados a las responsabilidades que vienen cumpliendo hace tiempo. Sin embargo, algunos se encuentran discerniendo si permanecen en su país o buscar otros derroteros fuera de él.

En Puerto Rico, la transición de la vida escolar a la postsecundaria y universitaria presenta muchos retos para nuestra juventud. Las generaciones pasadas más recientes no tenían que preocuparse por conseguir educación asequible y empleo seguro. Hoy, nuestros jóvenes vienen sorteando deberes únicos de esta generación. Su país está en quiebra fiscal y social. El primer centro docente y más asequible del País, la Universidad de Puerto Rico, continúa el encarecimiento en los costos de matrícula mientras reduce sus ofertas académicas. Al tiempo, la oferta de trabajo llega con menos derechos que en el pasado, resultado de la entrega de estos por parte del gobierno de Ricardo Rosselló y su legislatura.

Pero ¿por qué es importante tener una oferta académica de excelencia y accesible para los jóvenes estudiantes? ¿Por qué el gobierno y su legislatura están obligados a mejorar las leyes y garantías laborales para nuestros trabajadores, incluyendo nuestros jóvenes? Solo demos un vistazo a la realidad actual y las proyecciones poblacionales y socioeconómicas de Puerto Rico, especialmente cuando la Junta de Supervisión Fiscal continúa imponiéndole cargas a las familias trabajadoras para privilegiar alianzas público privadas como LUMA Energy, Genera PR y a inversores de bonos e instrumentos sabiendo que no existían las garantías para protegerlos, pero que el pueblo tiene que pagar por décadas como una hipoteca ajena.

El gobierno de Puerto Rico precisa enfocar sus esfuerzos en ofrecer las herramientas para que nuestros niños y jóvenes vean en nuestro país un lugar seguro y hospitalario donde desarrollarse, vivir e invertir. Pero, de todas las jurisdicciones de Estados Unidos, nuestro país mantiene los números más bajos de crecimiento poblacional. Según el Censo de 2020, en Puerto Rico hay 732,000 personas entre los 5 y 21 años de edad. En cambio, el número de personas mayores de 55 años ronda 1,203,400. Esto va a tener unas consecuencias importantes para el sostenimiento económico y social del País en muy pocos años, incluyendo los ingresos al fondo general para el pago de nómina pública y servicios, pensiones, programas sociales como el cuidado de los viejos, mientras se cumple con las imposiciones de pagos a inversionistas.

El gobierno necesita redirigir su prioridades para incentivar a nuestros jóvenes a permanecer en la Isla, estudiar, trabajar e iniciar emprendimientos comerciales y empresariales. No basta con continuar ofreciendo incentivos de arena y niebla a inversionistas que, en su momento, acabarán por abandonar el País sin haber apostado en el futuro de Puerto Rico. Si queremos un país robusto, es necesario incentivar y retener a nuestros jóvenes, desarrollar sus competencias, fomentar mentes nuevas y crear nuevos líderes que coparticipen en la construcción del Puerto Rico presente y futuro.

Los comentarios expresados en esta sección son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan el pensamiento o las opiniones de Publi-Inversiones Puerto Rico Inc. Si alguien mencionado en cualquiera de las columnas quisiera refutar lo vertido en las mismas puede escribir a redacción@elvocero.com.

This article is from: