otro lado del mundo, pero abrigaba serias dudas, pues unas noticias eran más importantes que otras sólo porque ocupaban los titulares de los grandes periódicos o porque les paraban bolas en la televisión. —Quiero ir a la luna —nos dijo un día, como si la cosa fuera así de sencilla. —No es tan fácil, Monsieur Verne. Es muy costoso, complicado y de alguna manera inútil. Allá ya fueron y no hay nada qué hacer; la