Revista Universitaria N° 112

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FOTOGRAFÍA ÁLVARO DE LA FUENTE

En sus primeras declaraciones como presidente, planteó que el Colegio de Arquitectos debe ser “una plataforma de participación ciudadana”, donde se entregue información clara y comprensible para facilitar la toma de decisiones.

paneles que se podían utilizar de múltiples formas: “Hicimos casas muy básicas, pequeñas, que eran la base de un desarrollo posterior de vivienda. Construimos un millón de metros cuadrados, siendo la Octava Región nuestro campo principal de acción”. También exportaron el sistema a otros países. “Mientras más restricciones tienes, mejor arquitectura se puede hacer. Cuando no hay ninguna restricción, sale cada cosa que es para llorar. Cuando se está restringido se detona toda la creatividad”, explica el profesor. Aprovechando este know how de vivienda social, hizo su casa en Santiago con los mismos materiales, con la única diferencia que le puso ventanas más grandes. Inicialmente tenía 100 m2 y con los años le añadió una ampliación de 25 metros. Allí se crió la familia que formó junto a su señora y sus tres hijos: uno arquitecto, urbanista de Harvard y profesor en la UC; otro, sacerdote jesuita en la misión mapuche de Tirúa, y una hija profesora. “La vivienda de menor costo es una gran tarea de arquitectura, que muchos arquitectos piensan que no es arquitectura, porque no les interesa para nada el tema. La empresa Elemental ha ido cambiando un poco esa óptica, pero todavía queda camino, porque si hubiera un gran convencimiento público estaríamos construyendo muchísimos Elemental”. —La arquitectura preocupada por los más vulnerables es un desafío necesario... —Es un tema tremendo. Como todo esto está presionado por la factibilidad económica de las propuestas, no entra en el análisis del discurso la persona que va a habitar allí, cuál es su anhelo. No somos un país rico, somos lo que somos. Como hay que hacer acciones parciales, porque no se puede resolver todo, hay que promover aquellas que vayan siempre dentro de una línea de acción y no cuestiones que congelen la vida.

“La acción más criticable, inaceptable, es matar la esperanza de alguien. Toda la vida se construye en base a esperanza y si tú, de alguna manera, vas contra eso tienes una persona reactiva, que se va violentando interiormente, violentando a los que están junto a él y violentando todo”. La acción más criticable, inaceptable, es matar la esperanza de alguien. Toda la vida se construye en base a esperanza y si tú, de alguna manera, vas contra eso tienes una persona reactiva, que se va violentando interiormente, violentando a los que están junto a él y violentando todo. ¿Por qué no ocurren estos grandes movimientos sociales en zonas de personas con más recursos? Porque son los recursos los que les permiten pensar en que puedo hacer tal cosa o tal otra. Tiene que ver con espacios públicos, con la vivienda, con los servicios que se ofrecen, con accesibilidades a los bienes que toda una sociedad tiene para compartir, no con consumismo. Si uno mata eso, tiene un país ad portas de hundirse. —¿Qué mata esa esperanza? —La solución habitacional… Fíjate en el nombre que usan, con eso el tema quedó cerrado y qué posibilidad me queda, qué señal le dejas para que siga avanzando. Las personas que viven en situación precaria toman esa vivienda porque es un tremendo salto en sus vidas, pero al poco tiempo vienen los problemas. Hay que dejar un camino, porque mientras haya un camino la persona sueña. uc 25


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