Mateo
Mi nombre estĂĄ inserto en tu presencia como juguete nuevo; te exhibo en plazas llenas de sonrisa. Ha llegado el enviado a mis brazos de abuelo renacido. Saldremos a caminar por las calles ruidosas y las llanuras vacĂas. Emprenderemos los proyectos que fui dejando en los caminos. Te entrego la antorcha atleta de la vida que comienza.
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