BENDITOS SABORES
decidió nombrarlo el Mejor Restaurante de Norteamérica en Diseño y Arquitectura en los premios Prix Versailles. De la mano de Jorge Borja y Paulina Morán, Ixi’im no es solo un restaurante dentro de las profundidades de Yucatán. Es un palacio de contraste donde sobrevive lo nuevo y lo antiguo que rescata una hacienda henequera. De este mismo material, cuelgan sogas desde el techo falso de madera que reducen el ruido y además cobijan al visitante. En cada esquina, una constante circulación se puede sentir gracias a los elementos metálicos. Este marco articulador, genera un espacio que conecta todo rincón. Sus muros, –conformados por cantera galarza y chukúm, que corresponde a una técnica maya–, crean una esencia aterciopelada y bidimensional, aunque en algunos puntos se conservan las paredes originales. La mayoría de los pisos se componen de pasta ya que fueron realizados con la técnica original de la región y pintados a mano en blanco y negro, con intervenciones de decks en madera cumarú. Entre los diversos espacios del restaurante, se asoman profundos detalles que enardecen el alma de todo el lugar. Uno de sus principales atractivos es sin duda la colección más grande de botellas de tequila, la cual fue certificada por los Record Guinness. Asimismo, se diseñaron estructuras de metal y cristal flotante para sostener las más de tres mil piezas, que van desde el blanco hasta el extra-añejo. La barra principal fue realizada con partes de camión, además de incluir la última obra del artista local George Samuelson. La línea entre patrimonio e intervención se mueve al ritmo de las poblaciones cercanas, el casco principal de la hacienda y el pasado que se sigue respirando aquí. Ixi’im es ese tipo de lugares que encierra intimidad, apertura, sofisticación y naturaleza al mismo tiempo. Un templo donde habitan tiempos y esencias eternas. 24