20 VERSIÓN FINAL SUCESOS Maracaibo, lunes, 11 de junio de 2012
Jueves 11 de junio de 1992, la noche más triste del vallenato J
Hoy se cumplen dos décadas del Los sicarios ejecutaron el encargo a domicilio. Casi todos los tiros fueron al rostro y a la cabeza. En minutos, la noticia conmocionó a Maracaibo. El Binomio de Oro había revolucionado el canto típico costeño y ya tenía un sitial en la historia. Veinte años después el recuerdo del vocalista colombiano sigue vigente. CORTESÍA: JUAN CARLOS RUEDA
Abraham Puche (LUZ 2012) apuche@versionfinal.com.ve
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las 9:00 de la noche del jueves 11 de junio de 1992 el vallenato romántico perdió a su máximo ídolo, y en el Zulia el impacto fue inmediato. Venezuela era un país inestable a causa del golpe de Estado ocurrido cuatro meses atrás y en las calles los rumores señalaban que estaba por darse otra insurrección militar, pese a que el comandante Chávez se encontraba preso. Pero el asesinato de Rafael Orozco cambió por completo el foco de la noticia en el Zulia y sus alrededores. Un drama pasional le acababa de arrebatar al canto típico costeño la voz más emblemática, gracias a los éxitos del Binomio de Oro. Orozco tenía 38 años cuando un hombre celoso lo mandó a matar. Aquella noche acompañaba a su hija Kelly Johana en una fiesta casera –en su hogar de Barranquilla-- con motivo del final del semestre escolar, cuando dos músicos lo solicitaron para pedirle prestados unos instrumentos. Rafael los atendía en el jardín, cuando un sicario arribó y le cayó a tiros en la cara. Lo volteó y le disparó a un glúteo. Luego huyó a bordo de un vehículo que lo esperaba a escasos metros. Pese a que los músicos y la esposa de Rafael, Clara Elena Cabello, lo trasladaron a la Clínica del Caribe, los balazos fueron letales. Veinte años después, no ha habido un informe definitivo sobre el autor intelectual ni las verdaderas causas del crimen, pero Clara Elena insiste en que “fue pasional”. La viuda ha dicho que como conocedora de la intimidad del cantante y de los pormenores de aquellos días, no tiene duda que el encargo criminal fue pasional. En estas dos décadas se ha señalado a un narco, cuya novia mantenía relaciones sentimentales con el astro de la canción, como el gestor del sicariato. Para los colombianos, que ahora esperan por una película en desarrollo, sigue la incógnita. La justicia del país hermano tiene esa asignatura pendiente.
Antes de Israel Romero, el primer acordeonista que acompañó a Rafael Orozco fue Emilio Oviedo (izquierda), quien al principio desconfió del potencial de aquél cantante de 20 años de edad. Rafael Orozco era muy delgado, de cabellos largos y de aspecto desaliñado, pero con una potente voz que cautivó a toda América.
Adiós al Zulia El Binomio de Oro fue un revulsivo en la penetración del vallenato en territorio zuliano. Hasta 1976 la comunidad costeña radicada en la región escuchaba a los conjuntos tradicionales como parte de las añoranzas por el terruño al otro lado de la frontera. Sonaban Alfredo Gutiérrez, Jorge Oñate y Los Hermanos Zuleta, entre otros, porque Los Corraleros del Majagual se contaban en una rítmica diferente. Pero cuando el Binomio de Oro modernizó la lírica y pegó los primeros temas en la voz de Orozco, a partir de 1980, el fervor no solo era de los costeños, sino de los propios zulianos. Temas como “Dime Pajarito”, “La Creciente”, “Relicario de Besos”, “Manantial de Amor”, “No te quiero perder”, “No me vuelvo a ilusionar”, “El Higuerón” y “Solo para ti” fueron los hits causantes de la fiebre zuliana por el vallenato. La primera presentación oficial de Rafael Orozco con el Binomio de Oro en Maracaibo se produjo en 1978 en el Club “Naiguatá” de
la avenida “El Milagro”, y la última fue en noviembre de 1991 en la Plaza de Toros cuando a través de Sábado Sensacional recibieron la Orquídea de Plata. De Venezuela se despidió el 23 de mayo de 1992 durante una presentación en el club de la Guardia Nacional en “El Paraíso”, Caracas, a escasos metros del ya clausurado retén de “La Planta”. Es decir, Orozco, que esa noche vistió de impecable traje negro con bordados dorados, moriría 18 días después. Dolor zuliano Muchos zulianos despertaron sobresaltados el 11 de junio de 1992. Desde la madrugada, decenas de radioemisoras pasaban las canciones de Rafael Orozco con el Binomio de Oro. “Ha muerto Rafael Orozco”, eran las frases más comunes antes de cada tema. La canción más repetida era “Solo para ti”, el tema que escribió para su esposa y cuya letra se lee sobre la lápida de su tumba.
A las 8:00 de la mañana en “Las Pulgas”, “Las Playitas”, “El Callejón de los Pobres”, la avenida “Libertador”, el Paseo Ciencias y alrededores de las Torres Petroleras, aparecían las primeras ventas de discos al aire libre y varios buhoneros colocaban a la venta franelas con el rostro de Orozco elaboradas artesanalmente. En la tarde, decenas de fans se acercaron a la Basílica de La Chinita a orar por el eterno descanso de su alma. Algunas emisoras locales establecían contactos con colegas de Barranquilla, quienes reportaban que allá había una histeria colectiva. Los nombres de las hijas de Rafael Orozco estaban en el tapete porque solía mencionarlas en sus presentaciones. Kelly Johana, Wendy y Loraine, aún eran niñas. Hoy son prominentes profesionales de la República. Quizás una de las causas de tanto dolor es que el ídolo se había ido con solo 38 años de edad. Hoy tendría 58 años, y quizás es-
taría a nivel de mito. Ya sus éxitos estaban en Estados Unidos, México y Ecuador, con tendencia a seguirse expandiendo por el continente. Su eterno compañero, amigo, socio y fundador del Binomio de Oro, Israel Romero, sufrió mucho. Debió reponerse y relanzar el proyecto. En el camino le abrió las puertas a un jovencito llamado Jorge Celedón, quien imitaba a Orozco. Tras una etapa de aprendizaje, Celedón se convirtió en figura. Luego se abrió paso como solista y hoy encarna el relevo generacional del vallenato romántico. Para los zulianos, estos 20 años han sido de evocaciones. La idolatría por Rafael Orozco Mestre sigue incólume. Con toda seguridad, los medios audiovisuales se prodigarán hoy en emotivos homenajes. Allá en Barranquilla y en su nativa Becerril, abundarán las oraciones por el eterno descanso de su alma, así como los cantares folclóricos nacidos de miles de corazones.